Manifiesto del gobierno a la Nación
Fomento
La época que hemos venido atravesando de agitación y de disturbios, ha sido sin duda la menos a propósito para el desarrollo de ramos que sólo pueden florecer a la sombra de la paz. Para que la inmigración extranjera realice los grandes proyectos pendientes sobre colonización: para que la industria nacional crezca y se ponga en estado de rivalizar con la de otros pueblos; para que el comercio, tanto interior como exterior, llene de vida y animación nuestras ciudades; para que se compongan los caminos, se levánten puentes, se establezcan ferrocarriles, se multipliquen las líneas telegráficas y se hagan en todas partes expeditas y baratas las vías de comunicación; en suma, para la existencia de cuanto se comprende en el nombre genérico de mejoras materiales, el requisito más indispensable, la condición sine qua non, es el restablecimiento y la consolidación de la tranquilidad pública. Faltando este punto de partida, como ha faltado de hecho hasta aquí, puede el gobierno vanagloriarse de haber avanzado en línea tan importante, más de lo que era de esperarse de lo aciago de las circunstancias.
Considerando que sin el auxilio de datos estadísticos, toda administración marcha sin brújula en su derrotero, se ha procurado acopiarlos, fomentándose con todo esmero un estudio de los más útiles y de los ménos conocidos en el pais. Minuciosa por demás seria la enumeración de las multiplicadas disposiciones encaminadas a tal fin, que se ha tratado de realizar por diversos medios. Concluidos que sean los importantes trabajos emprendidos ya, se habrá adelantado mucho en un ramo, visto por desgracia hasta hace poco tiempo, con el más incomprensible abandono.
Suprimidos por la ley de administración de justicia los tribunales especiales, entre los que figuraban los de minería, y deseándose dar a este ramo toda la protección que merece, se expidió el decreto de 3 de Enero de 1856, por el que se restablecieron las antiguas diputaciones, dictándose reglas para la pronta sustanciación de los negocios de su incumbencia.
Creada con anterioridad la Escuela Nacional de Agricultura, demandaba reformas de consideración, tanto en la forma de la enseñanza, como en el número de clases; y al efecto, se expidió el decreto de 4 de Enero de 1855, poniendo el establecimiento bajo la protección de una junta y ministrándole los recursos necesarios. En el reglamento se fijaron las cualidades que deberian tener los alumnos que remitieran los Estados, llevándose en todo la mira de formar un plantel que pudiera presentarse como un modelo en su género, y en que se cursaran las clases con el mismo aprovechamiento que en Europa. Ultimamente, se ha hecho un nuevo aumento de cátedras, para no dejar en la enseñanza ningún vacío.
Demostrada por la experiencia la inutilidad de las agencias generales de agricultura e industria, fueron suprimidas, dejando subsistentes los impuestos que se habian fijado a las manufacturas nacionales, los cuales se han aplicado a la Escuela de Artes creada por decreto de 18 de Abril del año pasado. La construcción del edificio destinado a este útil establecimiento, está ya muy adelantada, y pronto contará México con una nueva casa de enseñanza, en que se abrirá esa carrera honesta y productiva a la juventud estudiosa. Para dar más recursos a la Escuela, se ha mandado que si los que hubieren reconocido sobre sus fincas rústicas o urbanas capitales procedentes del juzgado de intestados, lo manifiestan dentro de tres meses, se entrará con ellos en una composición para el pago, que les sea ventajosa.
Para impulsar el espíritu de empresa y explotar las inumerables riquezas de nuestro suelo, se decretó la formación de una compañía de minas, que se ocupara exclusivamente en el descubrimiento de nuevas vetas, y en el trabajo de las minas abandonadas.
Creada la compañía para la explotación del guano mexicano, bien sea por falta de cálculo, o bien por la ínfima clase de este producto, salieron fallidas las esperanzas de poder exportar la cantidad de toneladas a que la compañia se habia obligado; y en atención a las sumas que ha empleado y a los constantes esfuerzos hechos para tener un resultado satisfactorio, se ha prorrogado por dos años el plazo fijado por el decreto de 16 de Enero de 1854, concediendo a la compañía la facultad de admitir nuevos sócios, y la de poder enajenar sus acciones del modo que mejor le convenga. Es de esperarse que estas medidas den impulso a la empresa, en la que tiene parte el supremo gobierno.
Invadida la República diversas ocasiones por la desoladora plaga de la langosta, se encomendó a una comisión de los profesores de la Escuela de Agricultura, que en vista de todos los datos existentes sobre la materia, diese un informe circunstanciado y propusiese cuantas medidas creyera necesarias para el total exterminio del insecto. Presentado aquel, se imprimió por cuenta del mmisterio de Fomento, y se ha circulado a todos los Estados con especial recomendación.
Se han dictado muchas disposiciones, en que el interes particular se ha combinado con el beneficio de la generalidad. Tales son, por ejemplo, la protección impartida a la empresa del gas, para el establecimiento del alumbrado en esta capital, que muy pronto gozará de este bien; y diversos privilegios que producirán notables mejoras en las artes.
Ha indicado ya el gobierno el decidido carácter de preferencia que por mil títulos da a todo lo relativo a colonización. Para prepararla y facilitarla era necesario comenzar por el buen arreglo de los terrenos baldíos destinados a tan interesante objeto, y con ese fin se han dictado diversas providencias.
El primer paso fue derogar en 3 de Diciembre de 1855, las leyes de 25 de Noviembre de 1853 y 7 de Julio de 1854, que eran injustas y expoliatorias. En seguida se expidieron diversas circulares, en que se fijó el modo con que los agentes de fomento habian de proceder en la enajenación de dichos terrenos, y el valor que deberia dárseles. Y para la averiguación y deslinde de ellos en el Istmo de Tehuantepec, en la Baja California, en Sonora, en Sinaloa y en Chihuahua, se han celebrado varios contratos, de los que se han otorgado las respectivas escrituras, asegurándose con fianzas competentes el cumplimiento de lo convenido.
En cuanto a medidas directas sobre colonización, las más importantes han sido las siguientes:
En 1° de Febrero de 1856, se expidió la ley que autorizó a los extranjeros para adquirir toda clase de propiedades rústicas y urbanas en la República. Tal franquicia, que reclamaban juntamente la civilización y el interes nacional, no puede menos de ser un poderoso estímulo para que los hijos de otras naciones vengan a aumentar nuestra escasa y diseminada población.
En 10 de Mayo se mandaron formar cuatro colonias a los lados del camino entre Veracruz y Jalapa. Para llevar a cabo este decreto, se nombraron los ingenieros que debian practicar el deslinde y mensura de los terrenos, disponiéndose que se pagasen los presupuestos de gastos que exigiesen esas operaciones; se dictaron varias órdenes relativas a los auxilios que se acordó dar a los colonos; lugar en que habian de situarse las poblaciones, y cuanto mas se creyó conveniente para realizar las miras del decreto: se nombró un agente de colonización que se encargara de recibir a los nuevos pobladores, de ministrarles los socorros prometidos, y de remitirlos con la mayor comodidad posible al lugar en que han de fijarse; y se hizo una edición en francés y otra en inglés de las leyes y reglamentos relativos a las propias colonias, circulándose aquellas a los cónsules de la República.
Por otro decreto se mandó establecer una nueva población, en el punto llamado el Progreso, del Estado de Yucatán, dándose dos mil pesos para la conclusión del camino de dicha población a Mérida, y librándose órden al agente para que emplease en el mismo camino todo lo que quedase disponible de los fondos del Ministerio de Fomento.
En 31 de Julio se decretó la formación de una colonia modelo en el cantón de Papantla, del Estado de Veracruz. Deseoso el gobierno de que cuanto ántes existiera este Útil establecimiento, mandó un ingeniero espensado por la Secretaría de Fomento; para que deslindase y midiese los terrenos destinados a la colonia. A la fecha deben estar concluidas esas operaciones.
A más de los expresados, hay pendientes otros varios proyectos sobre establecimiento de colonias, los cuales presentan grandes probabilidades de ser realizados.
Se han impulsado durante la actual administración, todas las obras de los caminos generales que dependen del Ministerio de Fomento, dando las instrucciones convenientes a sus directores, a quienes se ha prevenido que formen un cróquis del que tienen a su cargo, con todo lo relativo a las obras que demanden, y gastos que hayan de hacerse, cuyas noticias han mandado ya los más de ellos y se están examinando. Se ha mandado igualmente a dichos directores, que en sus trabajos y medidas se sujeten al sistema métrico decimal.
Los peajes han sido reformados, reduciéndose el pago de este impuesto en los aranceles que comenzaron a regir en Marzo de 1856.
En cuanto a caminos de fierro, el de Veracruz a S. Juan ha continuado sus trabajos, en térmnos de estar próxima su conclusión, y para otras vías se han concedido diversos privilegios.
Con el fin de realizar y hacer efectiva la vía del ferrocarril de Veracruz a México, por los llanos de Apan y Puebla, se estableció por decreto de 1° de Febrero de 1856, una junta ampliamente facultada, para que de conformidad con los poseedores de privilegios por el tramo expresado, procediese a formar una compañía que se ocupara en continuar los caminos comenzados en México y Veracruz.
Si las concesiones mencionadas surten, como es de esperarse, el efecto para el que han sido otorgadas, México contará con una mejora, cuyos benéficos resultados son verdaderamente incalculables.
Amagada de una inundación esta capital, se expidió el decreto de 4 de Febrero de 1856, que creó una junta de treinta individuos propietarios del Valle, para que hiciera la designación de la suma y del modo con que deberían contribuir para la ejecución de las obras hidraúlicas necesarias para el desagüe, y nombrase de entre los que la formaban una junta menor, que examinara los proyectos formados con anterioridad y propusiera todo lo conveniente a su realización. Suprimióse en virtud de estas medidas la dirección de obras del desagüe de Huehuetoca; y en 26 del mismo Febrero se publicó el decreto del impuesto, y en 28 de Marzo la tarifa de las cuotas que se señalaron a los efectos nacionales y extranjeros. Se circuló una convocatoria para que los peritos residentes en la República, tanto nacionales como extranjeros, presentaron proyectos para la mejor ejecución de las obras que conviniere hacer en el Valle de México, ofreciendo un premio de doce mil pesos al que mereciere la preferencia. Se han presentado ya algunos, y han pasado a exámen de la junta nombrada al efecto.
Los resultados de los trabajos de la menor del desagüe, han correspondido a los deseos del gobierno, y merced a la constancia y empeño de aquella, la capital se ha visto libre en el año pasado, de la inundación que se consideró inevitable.
Los trabajos que para la comunicación inter-oceánica por el Istmo de Tehuantepec está haciendo la compañía empresaria, continúan con actividad, y según las últimas noticias se ha concluido ya la via carretera.
Con el objeto de favorecer nuestra naciente marina mercante, se decretó en 9 de Enero de 1856, que los buques nacionales de más de ochenta toneladas que conduzcan directamente mercancías extranjeras a nuestros puertos, reciban en cada viaje un premio de cuatro pesos por cada una de las toneladas que midan.