Índice de La Constitución mexicana de 1857 Congreso ConstituyenteDiscurso del Presidente Ignacio ComonfortEl Congreso Constituyente a la naciónBiblioteca Virtual Antorcha

Discurso del Exmo. Sr. D. Leon Guzman, Vice-Presidente del Soberano Congreso

Exmo. Sr.:

El juramento que este concurso respetable acaba de presenciar, es grave y solemne, no sólo para la persona de V. E., sino también para el pueblo mexicano, para la representación nacional, y aún para este augusto recinto.

Para V. E. es la palabra de honor que el hombre santifica invocando la presencia de Dios. Para el pueblo es el anuncio de la revindicación de sus derechos santos; el preludio de su felicidad, cifrada en la libertad, en el órden y en el imperio de la ley. Para la representación nacional es un testimonio auténtico de respeto profundo a la soberana voluntad de la nación. Para este augusto santuario, que alguna vez ha sido traidoramente profanado, es una verdadera purificación.

El juramento que V. E. acaba de pronunciar, viene a imprimir el sello de la legalidad a la obra grandiosa que se iniciara en Ayutla; viene a realizar la esperanza querida, que decidiera a la nación a arrostrar toda clase de obstaculos; a vencer toda especie de inconvenientes.

La Providencia Divina, en sus altos designios, movió vuestro corazón patriota; y fuisteis uno de los más ardientes defensores de la libertad, uno de los campeones que más poderosamente contribuyeron a la grande obra de la regeneración de este pueblo infortunado. Esa misma Providencia Santa os destinaba también para dar cima a tan heróica empresa. ¡Cumplid los destinos de la Providencia!

Me es tan honroso como satisfactorio presentaros, a nombre de la representación nacional, el pacto federativo que ha sido el fruto de sus meditaciones y sus constantes afanes. Recibid este depósito sagrado; meditad que él encierra nada menos que los derechos, las esperanzas y el porvenir inmenso de todo un pueblo; recordad que este pueblo os ha colmado de honores y de confianza; y trabajad, con la fe que siempre acompaña al patriotismo puro, por hacer efectivos esos derechos, esas esperanzas y ese inmenso porvenir.

A vuestra lealtad queda encomendada la preparación del campo en que la semilla constitucional ha de fructificar. Y cuando el pueblo os deba este último beneficio, contad con sus bendiciones y con su inmensa gratitud.

El congreso esta muy distante de lisongearse con la idea de que su obra sea en todo perfecta. Bien sabe, como habeis dicho, que nunca lo fueron las obras de los hombres. Sin embargo, cree haber conquistado principios de vital importancia, y deja abierta una puerta amplísima para que los hombres que nos sigan puedan desarrollar hasta su último termino la justa libertad. Los representantes del pueblo le darán cuenta muy en breve de la manera que han podido llenar su delicada misión. Reconocen que el haber llegado al término de la obra principal que se les encomendara es debido a un favor especial de la Providencia Divina, y por tan fausto acontecimiento, bendicen en lo íntimo de su alma el santo nombre de Dios.

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