Nacido en París el 17 de noviembre de 1717, quien con el paso de los años adquiriría el sugestivo nombre de Jean Le Rond D´Alembert habría de enfrentar, desde el momento en que abandonó el útero materno, el rechazo de su madre, Madame de Tencin y de su padre, el caballero Destouches, quienes, para evitarse las molestias de los lloriqueos del bebe y el cambio de pañales, optaron por la salida fácil de abandonarlo a las puertas de la iglesia de Saint-Jean-le-Rond, de donde le vino el nombrecito al niño. Finalmente una señora, de nombre Madame Rousseau se haría cargo de la infeliz criatura.
El posterior desarrollo de D´Alembert se generaría en el seno de la bronquísima que desde decenios atrás se traían jansenistas y jesuitas al haber estudiado precisamente en una escuela perteneciente a la corriente seguidora del clérigo agustino, el holandés Jansenius.
Para 1735 se titularia como bachiller, inciando estudios superiores de derecho, los que no tardaría en abandonar para adentrarse en la medicina, carrera esta que tampoco satisfacería sus inquietudes. Finalmente se encaminaría en el estudio de las matemáticas, las que terminarían siendo su adoración.
En 1741, contando tan sólo con veintitrés años de edad, D´Alembert resulta electo miembro de la Academia de Ciencia de París. Y, como señala el dicho, de aquí pa´l real su carrera de prestigiado escritor e investigador científico se desarrollaría con éxito.
En 1746 recibe la encomienda, por parte de A. F. Le Breton -un librero y editor parisino-, de hacerse cargo, junto con Diderot, de la traducción de la, en aquél entonces, celebérrima Cyclopaedia o Diccionario universal de las artes y de las ciencias del sabio inglés Ephraim Chambers. Sin embargo, ese trabajo de traducción terminaría convirtiéndose en una seria e interesante investigación, que culminaría con la edición de la archifamosa Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios cuyo primer tomo sería publicado en el año de 1751.
Precisamente en ese primer tomo se añadiría, a manera de presentación de la obra, el texto que aquí publicamos, esto es, el Discurso preliminar de la Enciclopedia en el cual D´Alembert expone la estructura de esa obra majestuosa al igual que los no pocos contratiempos que él y Diderot enfrentaron para concretarla, buscando, paralelamente, deslindar su epopéyico trabajo de la Cyclopaedia de Chambers.
Cabe añadir que precisamente a causa de este ensayo, D´Alembert logró lo que muy pocos franceses habían podido hacer: ¡unir a las irreconciliables corrientes de los jansenistas y los jesuitas, en su contra!
En efecto, al condenar ambas corrientes este ensayo como profundamente irreligioso, su critica al autor no tuvo ni medida ni límite, y el pobre D´Alambert hubo de soportar la ponzoña vertida por jesuitas y jansenistas.
Finalmente, la presión que estas corrientes del catolicismo militante de aquella época, realizaron, fue tan terrible, que terminaría logrando la prohibición de la Enciclopedia en el año de 1759.
Antes de terminar, deseamos precisar que por motivos técnico-cibernéticos, dividimos el texto de este ensayo, de manera discrecional, en diez partes, ya que al tratarse de un texto corrido, resultaba definitivamente poco ágil el haberlo digitalizado en un solo archivo, por lo que pedimos la comprensión del lector (a).
Es de esperar que todo aquel que, por el motivo que sea, se acerque a leer este excelente ensayo, logre compenetrarse en él, paladeando cada gota del enorme mar de sabiduría que contiene.
Nacido en París el 17 de noviembre de 1717, quien con el paso de los años adquiriría el sugestivo nombre de Jean Le Rond D´Alembert habría de enfrentar, desde el momento en que abandonó el útero materno, el rechazo de su madre, Madame de Tencin y de su padre, el caballero Destouches, quienes, para evitarse las molestias de los lloriqueos del bebe y el cambio de pañales, optaron por la salida fácil de abandonarlo a las puertas de la iglesia de Saint-Jean-le-Rond, de donde le vino el nombrecito al niño. Finalmente una señora, de nombre Madame Rousseau se haría cargo de la infeliz criatura.