Presentación

La República de Platón, es considerada como una de las obras cumbres de la antigüedad, lo que por desgracia trae aparejada la circunstancia de que se le considere propia de estudiantes y/o investigadores, lo que, a su vez, conlleva a la lamentable situación de que el común de los lectores termine excluyéndola de entre sus posibles lecturas. En nuestra opinión obras como ésta, deberían pertenecer al bagaje cultural de cualquier individuo, sin importar su oficio.

La estructura propia del escrito invita a que esto sea posible: está concebida como un ejercicio bastante divertido, puesto que al tener como punto de partida una discusión común entre varias personas, el lector puede profundizar en la gran diversidad de temas que se abordan, incluyéndose, como alguien más, en esa discusión.

En La República, Platón aborda temas directamente relacionados con la filosofía, al igual que con la política. De entre los primeros destacamos su famoso mito de la caverna en el cual queda de manifiesto su postura en pro de lo que ahora se conoce como idealismo metafísico, mismo que encierra lo que bien podríamos denominar la teoría del conocimiento platónico; otro tema interesante que desarrolla es el relacionado con el mito del juicio de las almas, concepción ésta que posteriormente terminaría siendo recogida por varias religiones, entre ellas la católica que encontramos en su concepto del juicio final. También tenemos un libro o capítulo, en el que Platón expone una idea o concepto esotérico bastante confuso, o por lo menos así nos lo parece a nosotros.

En lo político, esta obra es bastante generosa en sus planteamientos. Por ejemplo, sus propuestas sobre la organización de las ciudades constituye, sin duda, uno de sus temas centrales. Ahora bien, conviene destacar que cuando Platón utiliza el vocablo República, lo hace considerando la realidad inmediata del individuo o grupo social con su medio de referencia cotidiana, por lo que el concepto de República, desde esa su óptica, no va más allá del criterio de ciudad, esto es, del criterio que privaba de ciudad en la ciudad antigua, misma que en dimensiones y complejidad en mucho difiere de las ciudades actuales, por lo que no viene a mal limitar el concepto republicano platónico a la estructura de las colonias o barrios de las ciudades actuales, limitación que nos conlleva a una felíz conclusión, puesto que así, el término mismo se convierte en algo accesible al común de la ciudadanía, la República, la res publica, esto es, la cosa pública, deviene en los asuntos de todos, en la problemática de todos, en lo que es común a todos, abandonando así ese pedestal de entelequia a que se ha relegado al concepto República, concepto del que todos hacen uso, pero que nadie entiende y lo que es peor, nadie es capaz de explicar a los demás.

Concluyendo, La República es un interesante y ameno ensayo filosófico-político que invita a la reflexión y al comentario, por lo que se presta a las mil maravillas para ser tema de discusión en una tertulia entre amigos, familiares, compañeros de trabajo y conocidos, mandando al demonio la perversa y falsa idea, por desgracia muy difundida, de que es una obra propia de élites.

Chantal López y Omar Cortés