ENTREVISTA
AL GENERAL AMADOR ACEVEDO

Píndaro Urióstegui Miranda

LA REVOLUCIÓN EN EL ESTADO DE GUERRERO
MI ACTUACIÓN

PREGUNTA
En este tiempo ya está usted en Guerrero, ¿cómo surgió el movimiento maderista en Guerrero, quiénes lo iniciaron?

RESPUESTA
El movimento maderista lo inició Ambrosio Figueroa, que fue la cabeza.

Primero fue de Guerrero a la Junta de San Antonio, para platicar con Madero, un muchacho si no me equivoco, llamado Bandera y Mata, originario de Huitzuco que fue enviado por Ambrosio. Ya regresó con las instrucciones de Madero para quien estuviera como jefe de la Revolución en Guerrero que era Ambrosio Figueroa, quien con un grupo fueron los que hicieron todo, empezando a diseminar el movimiento revolucionario por todo el Estado de Guerrero.

PREGUNTA
¿A quiénes recuerda usted en Guerrero como de los jefes más significativos?

RESPUESTA
Como jefes estaban Ambrosio Figueroa, Rómulo su hermano, Jesús H. Salgado, Federico Morales, Francisco Mora, Baltazar Ocampo, Epigmenio Jiménez, Rafael Valenzuela, Chano Millán, Custodio Hernández, Epigmenio García, Damián Hernández, Adrián Castrejón, Genaro y Bartolo Basave, Crisóforo Ocampo y sus hermanos Darío, Emilio y Cipriano Jaimes, Felipe Armenta, Tomás Gómez, Epifanio Rodríguez, el ciruelo y muchos más.

PREGUNTA
Bueno, ahora con Zapata. Después del Plan de Ayala, secundando el movimiento de Zapata, ¿quiénes son los que siguen a Zapata, quiénes son los que agarran la bandera zapatista, ya no la maderista?

RESPUESTA
Mire usted, el principal de ellos Jesús Morales que operaba por Atlixco, Puebla; Pancho Mendoza, en Axochiapan y esa región de Atencingo; Chucho Navarro para Olinalá; Amador Salazar, Yautepec.

Entonces surgió después la levantada de Genovevo de la O, que se levantó aquí en la sierra de Tres Marías; Barona, Pacheco, etc.

PREGUNTA
Ya cuando Huerta es presidente, ¿usted qué anda haciendo por Guerrero, cuáles fueron sus actividades en Guerrero?

RESPUESTA
Pues como revolucionario a las órdenes de Rómulo Figueroa, con quien nos fuimos para Tierra Caliente y luego a Chilapa.

A la muerte de Madero se encontraban en Guerrero fuerzas del ejército maderista a las órdenes del coronel Gertrudis Sánchez, teniente coronel Barranco, mayor Juan del Río, capitán Joaquín Amaro y otros.

También había abandonado Chilpancingo, para levantarse en armas, el gobernador y general José Inocente Lugo, el general y licenciado Rafael del Castillo Calderón, todos con mando de fuerza.

El jefe de ayudantes de Lugo era el coronel Prócoro Porcayo; todos éstos cubriendo las plazas de Arcelia, Campo Morado, San Miguel Totolapan, Ajuchitán, Coyuca de Catalán, Ciudad Altamirano (entonces Pungarabato), Cutzamala, Tlalchapa y Huetamo de Michoacán.

El norte del Estado lo cubrían las fuerzas de Rómulo Figueroa, Martín Vicario, -Ambrosio Figueroa ya había sido fusilado por las fuerzas del general Antonio C. Olea en Iguala-, también estaban el profesor Francisco Fígueroa, general Epifanío Rodríguez y otros.

Por las costas, los generales Silvestre Mariscal y Silvestre Castro (a) el ciruelo.

Entonces asesinado Madero, Gertrudis Sánchez, José Inocente Lugo y Rafael del Castillo Calderón, convocaron a los generales zapatistas de Guerrero comandados por el general en jefe, Jesús H. Salgado, a una junta en Coyuca de Catalán, donde se unificaron maderistas y zapatistas, lanzando un manifiesto desconociendo a Victoriano Huerta. Entonces el gobierno huertista mandó cubrir las principales plazas de Guerrero, de Iguala a Tierra Caliente con el general Antonio C. Olea, así como con los maderistas traidores ya entonces, coronel Crisóforo Ocampo, Genaro y Bartolo Basave y Julio Bahena; de Chilpancingo hasta Huamuxtitlán el general Cartón; en las costas no sé quien; y de Huetamo, Mich. hasta Tejupilco, Estado de México, el coronel Ezequiel Peña, teniendo su cuartel general en Huetamo con más de mil hombres.

Los maderistas unidos de Iguala a la Tierra Caliente echaron limpia de huertistas y tomaron todas las plazas, pero entonces se fueron con Carranza para siempre.

A Zapata ya no lo volví a ver, lástima porque valía mucho, pero habíamos tenido esas dificultades y temía que me fuera a recortar (matar ).

Ya había recortado a su compadre Otilio Montaño al que mandó colgar en Tlaltizapán, porque le contaron que lo iba a desconocer y que se iba a cooperar con el gobierno.