Índice de Anales mexicanos de Agustín RiveraANALES DE LA REFORMA - AÑO 1857ANALES DE LA REFORMA - AÑO DE 1859Biblioteca Virtual Antorcha

ANALES DE LA REFORMA

1858

Agustín Rivera


Enero 11.

Pronunciamiento de Zuloaga en la Ciudadela, proclamando la destitución de Comonfort y que el mismo Zuloaga se encargaba del Poder Ejecutivo, mientras que una Junta de representantes de la nación nombraba presidente interino. El mismo día. Comonfort puso en libertad a Juárez y a los demás presos políticos, y el mismo día Juárez salió para Querétaro en compañía de otros radicales (1).


Enero 13.

Llegada de Osollo y Miramón a la capital de México.


Enero 19.

Llegada de Juárez a Guanajuato, en donde, reconocido luego como Presidente de la República por las legislaturas y gobernadores de los estados que no se habían adherido al Plan de Tacubaya, instaló su gobierno y organizó su Ministerio de la manera siguiente:

Relaciones y Guerra: Melchor Ocampo.
Gobernación: Santos Degollado.
Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública: Manuel Ruiz.
Hacienda: Guillermo Prieto.
Fomento: León Guzmán (2).


Enero 21.

Comonfort, después de nueve días de tiroteo entre su tropa y la de Zuloaga, situada en los principales edificios de México, viéndose abandonado por la inmensa mayoría de soldados, salió de dicha capital con dirección a Veracruz. Antes de salir dirigió un oficio a Zuloaga comunicándole que iba a salir de la capital de la República, y el presidente tacubayista le contestó dándole la licencia para ello. Miramón estaba empeñado en ir a aprehender a Comonfort y ponerlo preso; pero se lo prohibió Zuloaga y lo disuadió Osollo tomándolo del brazo.


Enero 22.

Solemne Te-deum en la catedral, al que asistió Zuloaga y demás empleados tacubayistas, que en seguida se fueron al Palacio Nacional, en donde la junta de representantes nombrados para elegir presidente interino, eligieron a Zuloaga.


Enero 22.

Circular de Zuloaga a todos los gobernadores de los Estados, para que se adhirieran a su pronunciamiento.


Enero 24.

Zuloaga organizó su Ministerio de la manera siguiente:

Relaciones: Luis G. Cuevas (abogado).
Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción: Manuel Larrainzar (literato chiapaneco).
Gobernación: Hilario Elguero (abogado).
Hacienda y Fomento: Juan Hierro Maldonado (ídem).
Guerra: general José de la Parra.

El mismo día se instaló el Consejo de Gobierno, compuesto de 28 personas, de las que las principales fueron las siguientes:

Juan B. Ormachea (canónigo de la Metropolitana).
José Ramón Malot (sobrino de Iturbide).
Francisco J. Miranda.
José Joaquín Pesado.
Joaquín Fernández Madrid (obispo in partibus de Tenagra).
José Ma. Andrade
Bernardo Couto.
Juan Rodríguez de San Miguel.

Zuloaga derogó luego la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma.


Enero 25.

Osollo fue nombrado general de brigada.


Enero 30.

Contestación del licenciado Jesús Camarena, gobernador de Jalisco, a la circular de Zuloaga del 22. Dicho gobernador, entre otras frases muy enérgicas, usó de la siguiente: Al fin de la jornada sabremos a qué atenernos. En la noche del 24 de diciembre de 1860 terminó la jornada.


Febrero 7.

Comonfort se embarcó en Veracruz, no accediendo a las instancias de Manuel Gutiérrez Zamora, gobernador del Estado y del general Ignacio de la Llave, para que permaneciera en dicho puerto. Residió algunos años en Nueva York.


Febrero, mediados.

Juárez salió con sus ministros de Guanajuato para Guadalajara, a donde llegó el 14 del mismo febrero e instaló allí su gobierno (3).


Marzo 10.

Acción de Salamanca, ganada por Osollo y sus subalternos Miramón, Mejía, Francisco García Casanova, José María Blancarte y Luis Pérez Gómez (español) y otros jefes, al general Parrodi, Leandro Valle, Mariano Moret y otros jefes, de los que el coronel José Calderón murió en la acción. Parrodi, con el resto de su ejército, se fue a Guadalajara.


Marzo 12.

Capitulación de Silao entre Osollo y Doblado, en virtud de la que éste entregó sus fuerzas a aquél y se retiró a la vida privada. El general Feliciano Liceaga ocupó luego a Guanajuato por orden de Osollo. Poco tiempo después Doblado se fue a los Estados Unidos.


Marzo 12.

A la sazón que Juárez se hallaba en junta de ministros, Ocampo entregó a Juárez el parte de la derrota de Salamanca: todos quedaron en profundo silencio, Juárez sin titubear, dijo: Han quitado una pluma a nuestro gallo, y dió instrucción a Prieto para que redactase un manifiesto (4).


Marzo 13.

Pronunciamiento del coronel Antonio Landa en Guadalajara, y prisión de Juárez y sus ministros. Este pronunciamiento se verificó en el cuartel que estaba en el local del Instituto de Ciencias (el de la antigua Universidad). El general Silverio Núñez, al tratar de sofocar el pronunciamiento en la puerta del cuartel, recibió un balazo en el reloj que llevaba en el bolsillo del chaleco, por lo que no recibió daño, y fue hecho prisionero. Ese día, entre los que formaban la guarnición constitucionalista de Guadalajara, se hallaban el jefe político, licenciado y coronel Miguel Contreras Medellín y el médico, diputado y coronel Rafael Jiménez Castro (5).


Marzo 14.

Inminente peligro que corrieron Juárez y sus ministros, de ser asesinados por el teniente coronel colimense Filomeno Bravo, a consecuencia de una imprudencia del coronel Miguel Cruz Aedo (6). Guillermo Prieto, en un artículo que han publicado bastantes periódicos, ha dicho:

El jefe del motín, al ver la columna en las puertas de Palacio, dio orden para que fusilaran a los prisioneros. Eran ochenta por todos. Una compañía del 5° se encargó de aquella orden bárbara. Una voz tremenda salida de una cara que desapareció como una visión, dijo: Vienen a fusilarlos. Los presos se refugiaron al cuarto en que estaba el señor Juárez; unos se arrimaron a las paredes, los otros como que pretendían parapetarse con las puertas y con las mesas. El señor Juárez se avanzó a la puerta; yo estaba a su espalda. Los soldados entraron al salón ... arrollándolo todo; a su frente venía un joven moreno, de ojos negros como relámpagos: era Peraza. Corría de uno a otro extremo, con pistola en mano, un joven de cabellos rubios: era Moret (Pantaleón). Y formaba aquella vanguardia don Filomeno Bravo, gobernador de Colima después. Aquella terrible columna, con sus armas cargadas, hizo alto frente a la puerta del cuarto ... y sin más espera, y sin saber quién daba las voces de mando, oímos distintamente: ¡Al hombro! ¡Presenten! ¡Preparen! ¡Apunten ...! Como tengo dicho, el señor Juárez estaba en la puerta del cuarto; a la voz de ¡Apunten! se asió del pestillo de la puerta, hizo hacia atrás su cabeza y esperó ... Los rostros feroces de los soldados, su ademán, la conmoción misma, lo que yo amaba a Juárez ... yo no sé ... se apoderó de mí algo de vértigo o de cosa de que no me puedo dar cuenta ... rápido como el pensamiento, tomé al señor Juárez de la ropa, lo puse a mi espalda, lo cubrí con mi cuerpo ... abrí mis brazos ... y ahogando la voz de ¡Fuego! que atronaba en aquel instante, grité: ¡Levanten esas armas! ¡Levanten esas armas! ¡Los valientes no asesinan ...! Y hablé, hablé. Yo no sé qué hablaba en mí que me ponía alto y poderoso, y veía, entre una nube de sangre, pequeño todo lo que me rodeaba; sentía que lo subyugaba, que desbarataba el peligro, que lo tenía a mis pies ... Repito que yo hablaba, y no puedo darme cuenta de lo que dije ... a medida que mi voz sonaba, la actitud de los soldados cambiaba ... Un viejo de barbas canas que tenía enfrente, y con quien me encaré diciéndole: ¿Quieren sangre? ¡Bébanse la mía ...! Alzó el fusil ... los otros hicieron lo mismo ... Entonces vitoree a Jalisco. Los soldados lloraban, protestando que no nos matarían, y así se retiraron como por encanto ... Bravo se puso de nuestro lado. Juárez se abrazó de mí ... mis compañeros me rodeaban, llamándome su salvador y el salvador de la Reforma ... mi corazón estalló en una tempestad de lágrimas ...

Aquellos a quienes Guillermo Prieto salvó la vida en aquel memorable día, fueron los siguientes:

C. Benito Juárez, Presidente de la República;
C. Melchor Ocampo, Secretario de Relaciones y Guerra;
C. Manuel Ruiz, Secretario de Justicia;
C. León Guzmán, Secretario de Fomento;
C. general José I. Núñez;
C. coronel Refugio González;
C. Francisco de P. Cendejas, Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación;
C. Nicolás Pizarro, Oficial Mayor de Justicia;
C. Francisco de P. Gochicoa, Oficial Mayor de Hacienda;
C. Francisco Mejía, Jefe de Sección de la Secretaría de Hacienda;
C. José María Garmendia, id. id.;
C. José A. Morales, Contador de la Administración General de Papel Sellado;
C. Gregorio Medina y Flores, Oficial de la Secretaría de Guerra;
C. Matías Romero, Oficial de la Secretaría de Relaciones;
C. Fermín Gómez Farías; C. Alfredo Bablot (padre);
C. Francisco del Razo, Oficial de la Secretaría de Hacienda;
C. Rafael Ortega, escribiente;
C. Lorenzo Medina, id. id.;
C. Juan N. Vera, propietario e industrial que servía de ayudante al Presidente;
C. Basilio Pérez Gallardo, director del periódico oficial en la imprenta de Brambila.

De las anteriores personas solamente viven en la actualidad los señores Matías Romero, Francisco Mejía y Francisco de P. Gochicoa (7).


Marzo 15.

Capitulación de Guadalajara entre el general constitucionalista Juan B. Díaz y Antonio Landa, en virtud de la que éste con su tropa evacuó a Guadalajara y se fue al sur de Jalisco.


Marzo 16.

Manifiesto de Juárez, en el que dijo entre otras cosas:

El Presidente Constitucional interino de los Estados Unidos Mexicanos y sus ministros, a la ciudad de Guadalajara y a la nación ... La guardia de palacio dirigida por sugestiones de los señores Landa y Moret (Pantaleón), quienes a su turno (según se dice) eran impulsados por personas de mucho influjo en esta ciudad, se echó sobre nosotros en el momento mismo de relevarse, poniéndonos inmediatamente presos con dos centinelas de vista. Fue, pues, imposible hacer manifiesto ninguno. Hemos permanecido presos tres días, en el último de los cuales, la noche del 15 nos trasladaron a la casa del señor cónsul francés, en donde permanecimos conforme a los convenios que al calce publicamos. Este incidente, que ha dado a conocer el entusiasmo y denodado espíritu del pueblo de Guadalajara, ha avivado nuestra fe, viendo la espontaneidad con que ha ocurrido la parte de la población más distinguida por sus luces y patriotismo a sostener la causa de la libertad y del orden en la ley ... Sean, pues, rendidas mil gracias por nosotros, como se las damos muy cordial y respetuosamente, y concedidas por la posteridad incesantes bendiciones a la magnánima y pensadora población de Guadalajara y a las muy dignas autoridades que por fortuna rigen sus destinos. Por lo demás, cúmplase la voluntad de Dios, que bien manifiesta se halla en favor de las ideas democráticas. Perdamos o no batallas: perezcamos a la luz del combate o en las tinieblas del crimen los que defendamos tan santa causa, ella es invencible. La desgracia de Salamanca no es más que uno de los azares, harto comunes en la guerra. Pueden seguirle otras, puesto que apenas hemos abierto la nueva campaña, puede llegarse a ver de nuevo el país ensayando volverse el pupilo de 1821, como lo pretenden sus mil veces reconocidos por ineptos tutores: la democracia es el destino de la humanidad futura, la libertad su indestructible arma: la perfección posible, el fin a donde se dirige (8).


Marzo 17.

Proclama de Juárez al Ejército, en la que dijo entre otras cosas:

En los momentos del supremo conflicto, borrando las distinciones con que pretenden dividirnos los privilegios, realizando y haciendo patentes los deseos de los demócratas de corazón, habéis combatido juntos y hecho visible al soldado del pueblo, al pueblo del Ejército, a las clases todas confundiéndose y fraternizando en una aspiración a la libertad, popularizando el heroísmo, vulgarizando el sentimiento de la gloria, llorando las desgracias del hermano extraviado, reviviendo escenas que están iluminadas con los nombres de los caudillos de 1810. En esta faz de la gran lucha de la humanidad entre los que tiranizan y los que libertan; entre los que especulan y los que prodigan cuanto poseen por sus creencias, la victoria es digna de su teatro, porque Jalisco es una tierra consagrada por el valor y la libertad. Con esas creencias que son la vida de mi corazón; con esta fe ardiente, único título que enaltece mi humilde persona hasta la grandeza de mi encargo, los incidentes de la guerra son despreciables; el pensamiento está sobre el dominio de los cañones, y la esperanza inmortal nos promete la victoria decisiva del pueblo, a despecho de unos cuantos infelices, porque Dios es el caudillo de las conquistas de la civilización (9).


Marzo 19.

Salida de Juárez de Guadalajara con sus ministros y otros empleados públicos con dirección a Colima, escoltado por el coronel Francisco Iniestra (10).


Marzo 23.

Ocupación de Guadalajara por Osollo, en virtud de capitulación entre él y Parrodi en San Pedro Analco. Con Osollo iban Miramón y otros jefes. Fueron nombrados Urbano Tovar (abogado) gobernador del Departamento, y Francisco G. Casanova, comandante de la plaza. Landa se fue a Guadalajara a unir a Osollo. El general Pedro Ogazón, acompañado del general Juan N. Rocha, de los coroneles Miguel Cruz Aedo y Miguel Contreras Medellín y otros jefes, estableció el Gobierno Constitucional en Zacoalco.


Abril 7.

Juárez salió de Colima para el Manzanillo. El mismo día expidió un decreto, nombrando a Santos Degollado general en jefe de las fuerzas de Occidente y Norte, con facultades omnímodas (11). Degollado nombró al coronel Pedro Ogazón, gobernador de Jalisco.


Abril 10.

Ocupación de Zacatecas por Miramón. Al día siguiente llegó a la misma ciudad el general Antonio Manero con su brigada.


Abril 11.

Embarco de Juárez en el Manzanillo con sus ministros Ocampo, Ruiz, Prieto y Guzmán y demás empleados (12).


Abril 17.

Acción del Puerto de Carretas, en el municipio de Ahualulco de Pinos, ganada por Miramón al general Juan Zuazua y sus subalternos general José Silvestre Aramberri y coronel Francisco Naranjo. El mismo día entró Miramón a San Luis Potosí.


Abril 17.

Ocupación de Morelia por el general conservador Luis Pérez Gómez.


Abril 17.

Ocupación de Orizaba por el general conservador Miguel María Echeagaray.


Abril 20.

Pronunciamiento del general Miguel Negrete (que hasta entonces había combatido por la causa constitucionalista) en Jalapa por el Plan de Tacubaya.


Abril 27.

Toma de Zacatecas por Zuazua.


Abril 30.

Zuazua fusiló al general en jefe Manero, al coronel Antonio Landa, al teniente coronel Francisco Aduna y al capitán Agustín Drechi, Zuazua desterró del Estado al señor obispo Verea (13).


Mayo 4.

Desembarco de Juárez con sus ministros y empleados subalternos en Veracruz. Allí encontró a Gutiérrez Zamora, gobernador del Estado, Miguel Lerdo de Tejada, Ignacio de la Llave, Ignacio Ramírez, José María Mata, Ponciano Arriaga, García Torres y otros radicales.


Mayo 14.

Toma de Tampico por Mejía.


Mayo 20.

Fusilamiento de Ignacio Herrera y Cairo. Hallándose dicho ex gobernador de Jalisco en su hacienda de Providencia, en el municipio de Ahualulco, en la vida privada, el teniente coronel Manuel Piélago salió de Guadalajara sin más objeto que aprehenderlo y fusilarlo, lo aprehendió, lo llevó a Ahualulco y lo fusiló por orden de Casanova. El presidente Zuloaga reprendió fuertemente a Casanova y le ordenó la destitución de Piélago, orden que no cumplió. Los constitucionalistas formaron un batallón al que pusieron el nombre de Herrera y Cairo.


Mayo 26.

Urbano Tovar dejó de ser gobernador del Departamento de Jalisco, y comenzó a serlo el general Francisco García Casanova.


Mayo 27.

El abogado general constitucionalista nuevoleonense Miguel Blanco, se apoderó en San Juan de los Lagos de más de 100,000 pesos que estaban enterrados bajo el camarín del Santuario de Nuestra Señora (14).


Mayo 30.

Entrada de Osollo en San Luis Potosí.


Junio 12.

Fusilamiento del comandante militar de Colima, teniente coronel del 4° Batallón de Línea Ignacio Martínez, sentenciado a la pena capital por delito de infidencia. Martínez dirigió una carta a Miramón cuando iba a darse la batalla de Atenquique, poniéndose a sus órdenes con la fuerza que mandaba en Colima: la carta fue interceptada por los liberales, y el culpable, convicto y confeso, sufrió con valor la ejecución. En substitución de Martínez, fue nombrado gobernador del Estado el licenciado Miguel Contreras Medellín.


Junio 13.

Santos Degollado y sus subalternos Pedro Ogazón, Cruz Aedo y otros jefes, atacaron sin éxito a Guadalajara.


Junio 18.

Osollo murió de fiebre en San Luis Potosí, auxiliado por el señor obispo Barajas.


Junio 30.

Toma de San Luis Potosí por Zuazua y sus subalternos Aramberri y Naranjo, y destierro del señor Barajas a Piedras Negras.


Julio 2.

Acción de la barranca de Atenquique en el municipio de Ciudad Guzmán, entre Degollado y sus subalternos Miguel Blanco y Leandro Valle, y Miramón y su subalterno Vélez, en la que quedó indecisa la victoria.


Julio 7.

Toma de Durango por el general constitucionalista Esteban Coronado, gobernador del Estado (nativo de Chihuahua).


Julio.

Manifiesto de Comonfort en Nueva York, en el que dijo:

La obra del Congreso salió por fin a luz y se vio que no era la que el país quería y necesitaba. Aquella Constitución que debía ser iris de paz y fuente de salud, que debía resolver todas las cuestiones y acabar con todos los disturbios, iba a suscitar una de las mayores tormentas que jamás han afligido a México ... Su observancia era imposible, su impopularidad era un hecho palpable; el gobierno que ligara su suerte con ella era un gobierno perdido ... El Plan de Ayutla, que era la ley de mi gobierno y el título de mi autoridad, no me confería la facultad de rechazar aquel Código; me ordenaba simplemente aceptarle y publicarle.


Julio.

Muerte de Valentín Gómez Farías en la capital de México a los 77 años.


Agosto 2.

Supresión de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri, de Guadalajara, por los gobernadores de la Mitra, canónigo Casiano Espinosa y cura del Sagrario Jesús Ortiz (muy liberal), con autoridad del obispo de la diócesis, y este señor con autoridad del Papa (15).


Agosto 17.

Pronunciamiento del general Plácido Vega en el Fuerte por la Constitución de 1857 (16).


Agosto 25.

Toma de Tampico por el coronel constitucionalista José María Carvajal.


Agosto.

Muerte del célebre conspirador de Querétaro Epigmenio González, a la edad de más de 80 años, en Guadalajara. Al morir no quiso confesarse por lo que su cadáver fue sepultado en el patio de los excomulgados, en el hospital de Belén. En 1891 fueron exhumados los despojos mortales del célebre insurgente, y se le hicieron solemnes honras fúnebres.


Septiembre 21.

Acción de Cuevitas (cerca de Techaluta en el estado de Jalisco), ganada por Degollado a Casanova.


Septiembre 23.

Epitacio Huerta, gobernador de Michoacán, de acuerdo con el general Blanco y por medio del general Porfirio Pérez de León, se apoderó de las alhajas de la catedral de Morelia, que importaron medio millón de pesos (17).


Septiembre 26.

Principios del sitio de Guadalajara por Degollado (18).


Septiembre 29.

Batalla de Ahualulco de Pinos, ganada por Miramón y sus subalternos Márquez, Mejía, Marcelino Cobos, Francisco Vélez y Luis Pérez Gómez, a Vidaurri y sus subalternos Zuazua, Aramberri y coronel Naranjo. Llamo a este hecho batalla y no acción, porque fue muy notable, pues en el ejército de Vidaurri hubo 672 muertos, 96 prisioneros y la pérdida de 23 piezas de artillería, 13 carros con municiones, 113 carros de transporte, 1,163 rifles y carabinas Minie; 12,233 proyectiles y un número considerable de lanzas y otros útiles de guerra; y en el ejército de Miramón hubo 143 muertos y 201 heridos.


Septiembre 30.

Entrada de Miramón en San Luis Potosí.


Octubre 4.

El general constitucionalista José Silverio Núñez fue herido mortalmente en la plazuela de Santo Domingo, de Guadalajara, y murió a pocas horas.


Octubre 24.

Ocupación de Zacatecas por Márquez.


Octubre 27.

Acción de la Noria (Estado de Sinaloa), ganada por el general constitucionalista Jesús García Morales al general conservador Manuel Arteaga (19).


Octubre 27 a las diez de la noche.

El ejército de Degollado mediante haber hecho volar dos fortines por medio de minas, penetró hasta la plaza principal y ocupó el Palacio de Gobierno, la catedral y todos los edificios importantes de Guadalajara, a excepción de la torre y convento de San Francisco, último baluarte de Blancarte (20).


Octubre 28.

Ocupación de Guadalajara por Degollado en virtud de capitulación entre él y Blancarte, quien fue arrestado en su casa. Los principales que atacaron la plaza fueron el general en jefe Degollado, los generales Esteban Coronado, Leandro Valle, José Silverio Núñez y Pedro Ogazón, los coroneles Cruz Aedo, Refugio González, Iniestra, Contreras Medellín, Cirilo Maciel, Antonio Rojas y el bandido comandante norteamericano Cheisman; y los principales que la defendieron fueron el general en jefe Casanova, el general Blancarte, el coronel Tovar y los tenientes coroneles Piélago y Monayo (21).


Octubre 29.

Piélago y Monayo fueron ahorcados, aquél del balcón principal del obispado y éste en la plaza de armas.


Octubre 30.

Antonio Rojas se metió en la casa de Blancarte, lo asesinó diciendo: No cambiamos el pescuezo por indulgencias, e inmediatamente se salió de Guadalajara con su tropa hacia el Sur de Jalisco. Degollado dio un decreto poniendo a Rojas fuera de la ley (22).


Noviembre 1°.

Ocupación de Mazatlán por García Morales.


Noviembre 6.

Entrada solemne del señor obispo Barajas en San Luis Potosí.


Diciembre 14.

Acción de San Miguel, rancho distante una legua de Pontzitlán, ganada por Miramón y sus subalternos Márquez y Marcelino Cobos a Degollado y sus subalternos Ogazón, Cruz Aedo y Contreras Medellín. El mismo día entraron Miramón y Márquez a Guadalajara, y el mismo día Márquez comenzó a ser gobernador del departamento de Jalisco.


Diciembre 16.

Por orden de Zuloaga fueron extraídas de la casa del ministro de los Estados Unidos en Tacubaya 46 barras de plata, enterradas a 5 varas de profundidad, procedentes de la plata de la catedral de Morelia. Se valuaron dichas barras en 70,000 pesos. El acto fue autorizado por notario público.


Diciembre 23.

Plan de Navidad o sea pronunciamiento del general Miguel María Echeagaray en Ayotla (Estado de Veracruz), proclamando que se destituyese a Zuloaga por inepto y se nombrase Presidente de la República a Miramón.


Diciembre 24.

Pronunciamiento del general Manuel Robles Pezuela en la capital de México, secundando el Plan de Navidad. Zuloaga se retiró a la vida privada y Robles Pezuela fungió de presidente mientras Miramón iba a tomar posesión de la presidencia.


Diciembre 26.

Acción de San Joaquín, ranchería distante 5 leguas de Colima, ganada por Miramón a Degollado (23).



NOTAS

(1) En 1857 el general José María Blancarte se fue de la Baja California, de que era comandante, a Guadalajara; y así, por haberse ido sin licencia, como por indicios de conspiración, el gobernador de Jalisco, Parrodi lo despachó preso bajo su palabra de honor a México, donde Comonfort lo puso en la cárcel y procesó. El 11 de enero de 1858 Zuloaga sacó a Blancarte de la cárcel para que le ayudara en su pronunciamiento, y desde ese día militó en las filas reaccionarias hasta su muerte.

(2) La Guerra de Tres Años en el Estado de Jalisco, por el señor Cambre, pág. 25. Yerra, pues, Zamacois, cuando en su Historia de México, tomo 14, pág. 751, dice: El Gabinete formado por él (Juárez en Guanajuato), lo componían don Melchor Ocampo, don Ponciano Arriaga. don Guillermo Prieto y don Miguel Lerdo de Tejada. Y yerra también en decir que Juárez llegó a Guadalajara el día 13 de marzo (pág. 753); y yerra, igualmente, al referir que el pronunciamiento de Landa fue el día 17 del mismo marzo (pág, 764). Matías Romero (que nació en la ciudad de Oaxaca el día 24 de febrero de 1837), en 1853 entró como oficial en el Ministerio de Relaciones, y el mismo empleo desempeñó en Guanajuato en enero de 1858. Después ha sido durante muchos años Ministro Plenipotenciario de México en los Estados Unidos. (Los Hombres Prominentes de México).

(3) Cambre, obra citada, pág. 25. Juárez estuvo algunas horas en Lagos hospedado en los altos de la casa que es hoy de la morada del farmacéutico don Francisco Gómez García. Me lo ha referido el munícipe don José Ignacio Torres, testigo ocular y persona fidedigna.

(4) Lecciones de Historia Patria, por Guillermo Prieto, lección 14.

(5) Cambre, obra citada, págs. 25 y 30.

(6) El Sr. Vigil, amigo de Cruz-Aedo, en México a Través de los Siglos, tomo 5, págs. 294 y 295, refiere largamente este acto de imprudencia.

(7) El Universal del 16 de marzo de este año de 1897, artículo Los salvados por don Guillermo Prieto.

(8) Cambre, págs. 38 y 40.

(9) Cambre, págs. 42 y 43.

(10) El mismo día llegó a Santa Ana Acatlán; atacado allí por Landa y Quintanilla, salió huyendo secretamente a caballo el día 22 a las 11 de la noche, e hizo un rodeo por los municipios de Zacoalco, Atemaxac de las Tablas y San Gabriel, hasta tomar en la barranca de Beltrán el camino de Colima, a donde llegó el 26 del mismo mes. El general J. Guadalupe Montenegro y su hijo el coronel José María Montenegro, acompañaron a Juárez desde Guadalajara hasta el Manzanillo, habiendo tenido parte, por lo mismo, en la defeñsa del Presidente con las armas en Santa Ana Acatlán. (El País, periódico de Guadalajara número del 31 de octubre de 1867).

(11) El mismo día llegó a Cuyutlán, pueblo en la orilla del mar a 14 leguas de distancia del Manzanillo. En Cuyutlán conocí yo a Juárez, por haber sido hospedado en la misma casa en que estaba yo. La primera vez que lo vi acababa de desmontar del caballo y estaba sentado en una de dos hamacas que había en el portillo interior, con pantalón y chaqueta de dril blanco y sombrero poblano, blanco, tendido. Con gran deseo de conocer el mar y aprovechando las que en el colegio llamábamos vacacioncillas de Semana Santa, hice viaje a caballo a Calima, Cuyutlán y el Manzanillo, en compañía de mis discípulos don Víctor Radillo (que ya era presbítero), don Jesús Vizcaíno (hoy abogado y vecino de Ciudad Guzmán), y don Epifanio Díaz (hoy comerciante vecino de Colima).

(12) El 18 del mismo mes desembarcó en Panamá, el 22 tocó en la Habana y el 28 desembarcó en Nueva Orleans. Un día antes se había embarcado Comonfort en Nueva Orleans para Nueva York.

(13) El señor Verea se fue a Aguascalientes y de allí a Guadalajara su ciudad natal, y habitó en la casa de su padre don Benito Verea, gallego, que tenía un tendajón en la esquina de su casa, y que a pesar de tener en ella a un hijo obispo, lo que ha tenido en México una significación social mucho más grande que en las demás naciones católicas, con una dedicación al trabajo y una modestia que ojalá imitáramos todos los mexicanos, siguió en su tendajón despachando el jabón y las velas de a tlaco, como yo lo vi. En Zacatecas se creyó generalmente que juntamente con Manero, Landa, Aduna y Drechi había sido fusilado, muerto y sepultado el mayor Pedro Gallardo, comandante de escuadrón; así lo publicaron los periódicos de la época, y así lo refieren el señor Vigil en México a Través de los Siglos, el señor Pérez Verdía en su Compendio de la Historia de México, el señor Guillermo Prieto en sus Lecciones sobre Historia Patria, Zamacois en su Historia y no sé qué algún escritor público refiera lo contrario, y por esto yo referí lo mismo en el tomo I. de mis Anales, 1a. edición, pág. 73. En efecto, el mayor Gallardo fue llevado al suplicio y su cuerpo atravesado con balas, y se creyó generalmente que había sido sepultado; pero por un suceso raro, de que la Historia presenta algunos ejemplos, al tratar de sepultársele dio indicios de vida, se dio luego aviso al señor cura de Zacatecas, y éste dio inmediatamente las disposiciones convenientes y el dinero necesario para que Gallardo fuera ocultado y curado con esmero y se guardase el más completo secreto. Gallardo salvó la vida, vivió bastantes años y muchos le conocieron. Mi muy respetable amigo el señor general Francisco P. Méndez, persona muy fidedigna por su inteligencia 'y probidad, después de haber leído mis Anales, me escribió lo siguiente: El mayor Gallardo, compañero de Drechi y Manero, fue fusilado en Zacatecas, no quedó bien muerto, y el cura no lo sepultó y lo curó; vivió con otro nombre, era casado en México, y como estuvo oculto mucho tiempo, su esposa volvió a casar; pasado el terror vino a México, perdonó a su esposa y la dejó con el segundo marido, de quien ya tenía familia; yo lo conocí. Y lo mismo que me refirió el señor general Méndez (que vive en la capital), me ha confirmado otro vecino de la misma capital y otro vecino de Zacatecas, personas fidedignas. Sin duda que el supuesto segundo matrimonio de la señora de Gallardo fue nulo.

Aquí tienen los estudiantes de Lógica un caso notable para ejercitar y aplicar las reglas de la ciencia sobre el criterio de la Historia.

Los auxilió (a Manero, Landa, Aduna, Gallardo y Drechi) en la capilla y en el patíbulo Ignacio Castro, cura de Zacatecas. Por ser hermano del liberal licenciado José María Castro, gobernador del Estado, y por ser él mismo párroco de opiniones conocidamente liberales, en el hervor de los partidos se le atribuyó complicidad en dichos fusilamientos, por lo que fue preso en el clerical de Guadalajara y procesado; yo, como promotor fiscal, dictaminé en su favor, el provisor lo absolvió y el señor obispo Espinosa lo sentaba todos los domingos a su mesa. Esto dije en la primera edición del tomo 1° de mis Anales, y ahora digo lo siguiente: Recibí una sorpresa con la noticia del señor Méndez de que Gallardo había salvado la vida y otra sorpresa recordando que el señor Castro no dijo nada en su proceso respecto de esto, y que aunque después del proceso el señor Castro y yo tuvimos amistad y platicamos algunas veces, nunca me comunicó dicho extraordinario suceso. Los señores Barrón, los señores Castaños y otros muchos vecinos de Tepic y de Zacatecas, poblaciones de que el señor Castro había sido cura, hacían elogios de las virtudes religiosas y cívicas del mismo señor, y el solo caso presente revela tres de sus virtudes; 1a., la delicada prudencia con que ocultó a Gallardo; 2a., su caridad, semejante a la del Samaritano del Evangelio, con que procuró su salud y su vida; y, 3a., su nobleza de alma con que sufrió la prisión y el proceso y la lesión en su honor y en su fama, consiguientes al mismo proceso, sin revelar que por sus cuidados vivía Gallardo, conociendo que en medio de la tempestad de las pasiones políticas de la época, el mismo Gallardo muy probablemente sería de nuevo aprehendido y muerto. Y si yo, apoyado en los honoríficos antecedentes del señor Castro y en que el proceso no arrojaba ningún indicio de complicidad, hice elogios de dicho párroco y pedí su absolución, ¿qué habría dicho si hubiera sabido que en lugar de complicidad en la que se suponía un asesinato el Sr. Castro había ejercitado la caridad evangélica salvando a Gallardo?

(14) Don Concepción Toral, primo mío y primo del capellán mayor de dicho Santuario, me refirió que el entierro del dinero se hizo secretamente por el mismo señor Toral, el capellán mayor y un albañil.

(15) Siendo propósito de dicha congregación el canónigo doctor y literato José Manuel Covarrubias, recibió en ella a dos estudiantes pobres que se llamaban José Ana BonilIa y Andrés Rivera; algún tiempo después entró Juan N. Suárez en la congregación, y los tres expulsaron de ella al doctor Covarrubias, quien tenía cerca de 80 años e imprimió un opúsculo que intituló: Expulsión de Covarrubias, publicada por él mismo, en el cual puso de oro y azul a sus ex hermanos, y concluyó con esta décima:

Dos cometas muy opacos,
Errantes en su camino,
Sin meditado destino,
De luz y firmeza flacos,
A casa del Sol entraron,
Con luz de este astro alumbraron,
Creyéndose luces puras,
Invariables y seguras.
De su casa al Sol echaron
Y ellos se hailaron a obscuras.

De Bonilla y Rivera
Quede esta historia
Para perpetua futura memoria.

Pasando más años y siendo prepósito Rivera, lo expulsaron de la congregación Bonilla, Suárez y José María Ríos. Con este motivo se siguió un ruidoso pleito judicial entre Rivera y los otros, que duró muchísimos años y llegó a Roma, hasta que el día 2 de agosto de 1858, a las siete de la mañana, cuando menos lo pensaban los felipenses, se presentó en el oratorio el canónigo Rafael H. Tovar (hermano del ex gobernador del Departamento), comisionado por los gobernadores de la Mitra, con sus subalternos, los presbíteros don Rafael S. Camacho (actual obispo de Querétaro); don Guadalupe García (actual chantre de Guadalajara); don Gabino Gutiérrez y don Justo Ramírez. Reunió a todos los felipenses, que lo eran a la sazón Bonilla, Suárez, Ríos, Nicolás Barragán y Rivera (a quien mandó llamar el señor Tovar, porque como expulso vivía fuera del oratorio, desde un día que encontró la puerta de su celda tapada con una pared de adobe), les leyó el oficio de los gobernadores, en el que con autoridad del Papa, ordenaban la supresión de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri, de Guadalajara, y que en consecuencia, entregasen inmediatamente todas las cosas pertenecientes al convento, y dentro de dos días dejasen el hábito y saliesen de la casa. Y diciendo y haciendo, los felipenses se fueron luego a entregar al señor Ramírez los vasos sagrados y demás cosas pertenecientes a la Iglesia; al señor Camacho, la biblioteca; al señor Gutiérrez, el archivo (y no sé si el dinero), y al señor García, no recuerdo qué; y a los pocos días dejaron el hábito y la casa. De manera que, la exclaustración de los felipenses de Guadalajara no fue obra de la autoridad civil, sino de la cuña del propio palo. Vive el padre Barragán que al tiempo de la supresión de la congregación hacía poco que había entrado en ella, y siempre ha sido un ángel.

Me he detenido en esta nota narrando los sucesos anteriores, porque consta en la historia cómo comenzó la congregación del Oratorio de San Felipe Neri, de Guadalajara, su fundación, y consta también la construcción de su magnífico templo en 1816; pero no consta cómo acabó, pues no recuerdo que en algún papel público se hayan referido los mencionados sucesos.

(16) El Fuerte es una villa situada en la margen del río del Fuerte, el cual es el límite entre los Estados de Sinaloa y Sonora. Dicha villa dista 26 leguas de Alamos.

(17) La plata del coro y de la crujía, los vasos sagrados, las lámparas, alhajas que adornaban las imágenes de los santos, etc. Sólo la plata fundida fueron 103 quintales, 1 arroba, 29 libras. Zamacois, Historia de México, tomo 15, pág. 71. Se salvó el ostensorio o custodia, que es la más hermosa de las de la República.

(18) Poco antes del sitio, salió de Guadalajara el señor obispo Espinosa. a hacer la visita de la costa S. O. de la diócesis, y no volvió hasta que Guadalajara estaba ocupada por los conservadores.

(19) Buelna, Breves Apuntes, pág. 7.

(20) Esa noche se ocultaron, y en los días siguientes salieron disfrazados de Guadalajara bastantes conservadores, de los que citaré los siguientes: Casanova se ocultó en la casa del arquitecto señor don Manuel Gómez Ibarra, y se salvó bajo el sofá en que se sentaron las hijas del dueño de la casa cuando algunos jefes entraron en la sala en busca de él mismo. El canónigo Rafael H. Tovar, a pesar de ser anciano, caminó a pie desde Guadalajara hasta el rancho de Aguablanca, en el municipio de Tepatitlán, en donde lo recibió y ocultó el dueño de dicho rancho, presbítero Juan B. Romero. El coronel Remigio Tovar (vive), sobrino del anterior, y el presbítero Gabino Gutiérrez se ocultaron en la casa del presbítero José María Rojas Vértiz, capellán de Jesús María. El prior del Carmen, fray Joaquín de San Alherto, buscado con mucho empeño por los jefes del batallón Herrera y Cairo, se fue a ocultar en la barranca del pueblo de Itzcatlán, en el municipio de Zapopan, en donde el presbítero Ferreolo Velasco (que vive en Ojuelos), le proporcionó un caballo y un mozo a caballo, que lo condujo por veredas oculto hasta Querétaro. El joven capitán Manuel Orellana (hoy general de brigada), se ocultó en una pieza de la casa del mencionado señor Gómez Ibarra, en la cual pieza se salvó también mi librería. Pocos días antes de la toma de la plaza, fue asesinado en su casa el notario público, Luís G. Arreola, que era de los conservadores notables y hermano del señor licenciado Miguel I. Arreola, que vive en esta ciudad de Lagos.

(21) Ese día, a las 7 de la mañana, Antonio Rojas se metió en la casa del abogado Felipe Rodríguez, que era de los conservadores principales, y lo asesinó. El gobernador de la Mitra canónigo Ignacio M. Guerra (después obispo de Zacatecas), y los señores Agustín y Felipe de la Rosa, fueron arrestados en Belén e insultados. Rojas le dio un golpe en la cabeza con el canto de la espada al canónigo Ignacio Cueva, y lo obligó a entregarle la cantidad de mil y pico de pesos por vía de multa. El presbítero Rojas Vértiz fue aprehendido e insultado, y se le impuso una multa de 200 pesos, que no recuerdo si pagó. Esa mañana estaba yo de codos en una ventana de la calle de Jesús María, mirando todo lo que pasaba, a la sazón que dicha calle estaba llena con el batallón Herrera y Cairo, y habiéndosele dicho al coronel Maciel (médico que vivía en la Barca) que allí estaba un padre, me aprehendió e insultó: en la misma mañana me libertó Miguel Cruz Aedo. Este hecho relativo a mí y otros muchos sucesos se refieren en el opúsculo intitulado Don Santos Degollado, considerado como gobernador de Jalisco y como General en Jefe de las fuerzas que sitiaron a Guadalajara, que aunque se imprimió anónimo, se atribuyó al presbítero Germán A. Villalvazo, prosecretario del señor obispo, por lo cual cuando las fuerzas liberales volvieron a ocupar Guadalajara, el Sr. Villalvazo huyó y se fue a ocultar en la sierra de Santa Gertrudis, en el municipio de Autlán de la Grana, juntamente con el presbítero Gabino Gutiérrez: este señor fue aprehendido en dicha sierra, conducido a Guadalajara, preso algunos meses en la penitenciaría, procesado y fusilado, y el señor Villalvazo se fugó y salvó, y muchos años después murió en San Cristóbal Las Casas, siendo obispo de Chiapas.

(22) Antonio Rojas ha sido el bandido más notable de los que ha habido en México desde 1821 hasta hoy. Tengo su fe de bautismo que me regaló el cura de Tepatitlán, Luis G. Saldaña, con su firma, el sello de la parroquia y demás formalidades, y por ella consta que Rojas nació en el rancho del Buey, a la falda del Cerrogordo, en el municipio de Tepatitlán, el día 10 de mayo de 1818, y en ella se dice que era español, es decir, que no era indio ni de la raza negra, sino criollo. Conocí a Rojas en la memorable mañana del 28 de octubre: era alto, fornido, de ojos negros y grandes, la cara poblada de barba y el semblante feroz y terrible cuando se enojaba y nada antipático cuando estaba contento, y se chanceaba, como lo estaba la mañana referida, por las grandes riquezas en oro, plata y alhajas que se habían encontrado en el interior del convento de Jesús María, depositados por los ricos de Guadalajara, en razón de la seguridad que hasta allí habían prestado los conventos de monjas.

(23) Uno de los muchos prisioneros que hizo Miramón fue Daniel Larios, Secretario de Degollado, joven abogado, vecino de Lagos, que fue luego fusilado por Miramón. Pocos días después Antonio Rojas mató a puñaladas a Manuel Rocha, juez de letras de Colima, y a José Rubio, vecino notable de la misma ciudad, que se dirigían al lugar de su residencia desde que supieron que Miramón había ganado la acción de San Joaquín. Este hecho pasó cerca de Santa Ana Acatlán.

Índice de Anales mexicanos de Agustín RiveraANALES DE LA REFORMA - AÑO 1857ANALES DE LA REFORMA - AÑO DE 1859Biblioteca Virtual Antorcha