Índice de Anales mexicanos de Agustín Rivera | ANALES DEL SEGUNDO IMPERIO - AÑO 1864 - Segunda parte | ANALES DEL SEGUNDO IMPERIO - AÑO DE 1866 - Primera parte | Biblioteca Virtual Antorcha |
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ANALES DEL SEGUNDO IMPERIO
1865
Agustín Rivera
Enero 1°.
Acción del Espinazo del Diablo cerca de Mazatlán, ganada por el coronel Garnier al coronel Ramón Corona. Garnier hizo 14 prisioneros y los fusiló.
Enero 4.
Maximiliano y Carlota pasearon por las calles de México a caballo, con el traje de los rancheros mexicanos ricos (1), hecho que a los republicanos hizo reír y a los monarquistas ponerse las manos en el rostro.
Enero, principios.
Bazaine estableció una policía secreta para vigilar a cuatro personajes, que eran el nuncio apostólico, el señor Labastida, el señor Munguía y don Teodosio Lares, a quienes los franceses, Maximiliano, Carlota, Eloin y los demás del gabinete particular llamaban los jefes del partido clerical. Ejemplo. El parte dado a Bazaine en uno de estos días de enero, publicado por Zamacois era éste: El obispo Covarrubias, el general don Santiago Blanco; Aguilar, cura de Santa Catarina; don Mariano Galván Rivera y el cura don Antonio Manzanedo, visitaron ayer al arzobispo (2).
Enero 6.
Bazaine puso preso al general Antonio Taboada en la capital del Imperio por indicios de conatos de pronunciamiento. Por los mismos indicios trató de aprehender al general Juan Vicario; pero éste recibió aviso a tiempo y huyó de la capital al territorio del actual Estado de Morelos, de donde era nativo y en donde siempre militó.
Enero 7.
Decreto de Maximiliano, cuyo artículo principal era éste: Los breves, bulas, rescriptos y despachos (de la corte de Roma) se presentarán a nos por nuestro ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, para obtener el pase respectivo. Al día siguiente protestó el nuncio contra este decreto.
Enero 7.
Ocupación de Mazatlán por el coronel Garnier.
Enero 10.
Acción de Veranos, distante 12 leguas de Mazatlán, ganada por Ramón Corona y su segundo Angel Martínez a la vanguardia de Castagny. Zamacois, en el tomo citado, págs. 772 y siguientes, dice:
Los franceses que no quedaron muertos, fueron hechos prisioneros, contándose entre éstos 3 oficiales, 57 soldados de Vincennes y 40 arrieros mexicanos. Alcanzado el triunfo, el coronel Rubí salió con los prisioneros hacia el pueblo llamado Jacobo, y la mitad del botín se repartió entre las tropas, debiendo pasar la otra mitad a la pagaduría. Sólo lo producido a ésta alcanzó a diez mil duros ... Poco después, los 60 desgraciados expiraban entre penosas angustias, colgados de los árboles.
Enero 12.
Santiago Vidaurri fue nombrado consejero de Estado.
Enero 26.
Ley orgánica del ejército mexicano.
Enero 28.
Acción de Potrerillos, rancho junto a la Unión de Tula (Estado de Jalisco), ganada por el capitán Berthelin al coronel Antonio Rojas, quien murió de un balazo en la frente disparando su rifle (3).
Febrero 9.
Ocupación de Oaxaca por Bazaine mediante la rendición de Porfirio Díaz a discreción: Díaz fue conducido preso a Puebla.
Febrero 11.
Incendio de la Concordia, población de consideración cerca de Mazatlán, por el jefe francés Billault, por orden de Castagny. Zamacois añade con oportunidad:
La entrega de la población de la Concordia a las llamas, como había sido entregado anteriormente por el coronel francés Dupin el pueblo de Ozuluama, eran hechos que estaban en contraste con las palabras dichas por Forey el 8 de junio de 1863 en la orden que expidió a sus tropas ... Decía que las águilas victoriosas de Francia iban a entrar en la capital del antiguo Imperio de Moctezuma; pero que en vez de destruir como Hernán Cortés, iban a edificar
Febrero 16.
Se embarcó en Veracruz la comisión nombrada por Maximiliano para ir a arreglar con el Santo Padre los asuntos religiosos de México, comisión compuesta del ilustrísimo Ramírez, Joaquín Velázquez de León y el licenciado Joaquín Degollado, hijo de don Santos (5).
Febrero 26.
Ley de Tolerancia de Cultos, cuyos artículos principales eran los siguientes:
Art. 1° El Imperio protege la religión católica, apostólica, romana, como religión del Estado.
Art. 2° Tendrán amplia y franca tolerancia en el territorio del Imperio, todos los cultos que no se opongan a la moral, a la civilización o a las buenas costumbres. Para el establecimiento de un culto se recabará previamente la autorización del gobierno.
Febrero 26.
Decreto de Maximiliano repitiendo los de Juárez sobre nacionalización de bienes eclesiásticos.
Marzo 1°.
Representación de los señores Labastida y Munguía contra la Ley de tolerancia de cultos, redactada por el segundo (6).
Marzo, principios.
Circular del ministro de Gobernación a los prefectos políticos, extrañando que no se hubiese cumplido con la ley de 31 de julio de 1859 sobre secularización de cementerios (7).
Marzo, principios.
Pronunciamiento del general Juan Vicario en el Sur (Estado de Morelos) contra los decretos anteriores de Maximiliano (8).
Marzo, mediados.
El general Antonio Taboada, desterrado a Francia por Bazaine, fue embarcado por orden del mismo en Veracruz (9).
Marzo 25.
Nota de Aguilar y Marocho a Maximiliano, en la que le dijo que tenía esperanzas muy fundadas, de que la comisión mexicana sería recibida oficialmente por el Santo Padre, y se haría algo favorable porque el ministro francés en Roma le había asegurado que iba a tomar empeño en recomendar a la comisión y que el Papa y la corte romana temerían graves resultados de parte del emperador de los franceses si desairaban la comisión.
Marzo, fines.
Acción de Guaymas ganada por el coronel Garnier a Patoni, y toma de dicho puerto, del que Juárez recibía muchos recursos.
Marzo 31.
Don Francisco de Paula de Arrangoiz renunció las legaciones de Bruselas, Londres y la Haya, no estando de acuerdo (dice en su Historia) con la funesta política de Maximiliano, que había faltado a todas sus promesas, viendo que no había intención en S. M. de volver sobre sus pasos, ni deseos de un arreglo en la cuestión religiosa, puesto que estando de camino para Roma sus comisionados, dio los decretos de 26 de febrero.
Abril 3.
Toma de Richmond y conclusión de la guerra de los Estados Unidos, lo que causó grandes temores a bastantes monarquistas mexicanos.
Abril, principios.
La comisión mexicana que llevaba instrucciones a Roma llegó a París para presentárselas a Napoleón y pedirle la aprobación de ella. El emperador de los franceses después de verlas, las aprobó y entonces los comisionados se dirigieron hacia la capital del orbe católico (10).
Abril 9.
Ocupación del Saltillo por el general republicano Negrete, por haberlo desocupado poco antes los imperialistas (11).
Abril 10.
Maximiliano organizó su ministerio de la manera siguiente:
Ministro de la Casa Imperial: Juan N. Almonte.
Relaciones Exteriores y presidente del Ministerio: José Fernando Ramírez.
Ministro interino de Estado por ausencia de Velázquez de León: el mismo Ramírez.
Gobernación: José María Cortés Esparza.
Instrucción Pública y Cultos: Manuel Siliceo.
Justicia: Escudero y Echánove.
Fomento: Luis Robles Pezuela.
Guerra: Juan de Dios Peza.
Subsecretario de Hacienda: Félix Campillo.
Abril 11.
Toma de Tacámbaro por Régules, en virtud de capitulación entre él y Tydgadt, jefe del ejército belga-mexicano, que defendía la plaza. Durante el al ataque de ella murieron 27 belgas, de los que 7 eran oficiales y el más notable fue el capitán Chazal, hijo del ministro de la Guerra en Bruselas. Los prisioneros belgas fueron 210, de los que el principal fue Tydgadt, quien a consecuencia de las heridas murió al día siguiente (12).
Abril 13.
Carta de don Francisco de Paula de Arrangoiz a Maximiliano en que le dijo entre otras cosas:
Otras veces he tenido la intención de renunciar: cuando llegó a mi conocimiento el discurso de V. M. del 16 de Septiembre, cuando leí su carta al ministro de Justicia contra Su Santidad y el día en que llegó a mis manos la protesta de V. M. contra la renuncia que hizo en Miramar de sus derechos eventuales al trono de Austria, cuya protesta leí a lord Rusell y a Mr. Rogier, como V. M. me lo mandó. Las tres veces tuve la debilidad de ceder a instancias de personas respetables (13) para que no renunciara. Si me dirijo a V. M., es porque me considero colocado en una situación muy diferente de la de un empleado que renuncia sencillamente una comisión del gobierno, vista la parte activa que he tomado para llevar a V. M. al trono de México, mucho más activa desde mayo de 1863 en que V. M. me dispensó la honra de llamarme a su palacio de Miramar para encargarme varios trabajos sobre México, enviarme con varias importantes comisiones, algunas de ellas sumamente delicadas, a Bruselas, Londres, París y Biarritz, y llevarme en su compañía a Londres y Viena. En todo este tiempo tuve la honra de oír manifestar a V. M. ideas sumamente conservadoras y la intención de gobernar con ellas, si era llamado al trono de México ... Jamás pudieron imaginarse (los conservadores mexicanos), señor, que Vuestra Majestad alejara de su lado a los conservadores que le elevaron al trono de ese gran Imperio, que el ministerio nombrado por V. M. se compusiera exclusivamente de republicanos, con la sola excepción del señor Velázquez de León (14), alejado hoy del país, que formara parte de ese ministerio alguno que se negó a asistir a la Asamblea de Notables.
Abril 25.
La comisión mexicana fue recibida oficialmente por el Papa, quien dispuso que una junta de diez cardenales se ocupara del asunto de dicha comisión. Los cardenales se reunieron, hablaron de generalidades y no se resolvió ni arregló nada.
Abril, segunda mitad, mayo y principios de junio.
Viaje de Maximiliano por los departamentos de México, Puebla y Veracruz. Se detuvo en San Cristóbal Ecatepec, en donde visitó con el sombrero en la mano el lugar donde fue fusilado Morelos; en San Antonio Acolman, magnífica hacienda de campo del ministro Escudero; en Texcoco, en donde visitó las antigüedades indias; en Teotihuacán; en donde visitó las pirámides olmecas y subió a la plataforma de la más alta, que es la del Sol; en Tlaxcala, en donde visitó las antigüedades indias y las antigüedades cristianas, entre éstas la pila en que según es tradición fueron bautizados los cuatro senadores de la República de Tlaxcala; en Perote, en donde visitó el castillo; en Jalapa, en donde entró solemnemente el 25 de mayo, a caballo con calzonera de paño azul con botones de plata, chaqueta de paño del mismo y sombrero gris de ala ancha con grandes toquillas de galones de plata; en Orizaba, y en fin, en Jalapilla, pintoresca hacienda de campo de la propiedad de don José María Bringas, situada a dos leguas de Orizaba, en el valle de este nombre, uno de los lugares más hermosos de la República Mexicana. A principios de junio, Maximiliano y Carlota (que había ido a Puebla a encontrar a su esposo), hicieron su entrada pública en México, la cual estuvo fría.
Abril.
Ejército franco-mexicano en el Imperio en este mes.
Franceses ... 28 000
Voluntarios austriacos ... 6 000
Voluntarios belgas ... 1 500
Soldados mexicanos ... 20 000
Guardas mexicanos de policía urbana y rural ... 8 500
Total ... 63 800
Mayo 2.
Principio de los embarcos. El belga Félix Eloin se embarcó en Veracruz para Europa a observar la opinión pública respecto del Imperio de Maximiliano, y a procurar que Napoleón removiera a Bazaine (15).
Mayo, principios.
El marqués Montholón se embarcó en Veracruz para los Estados Unidos, nombrado por Napoleón III ministro plenipotenciario cerca del gobierno de Washington, para alcanzar de él el reconocimiento del Imperio mexicano.
Mayo, mediados.
El coronel francés de Portier impuso a dos individuos la pena de azotes en Morelia, motivo de la tercera renuncia que don Antonio del Moral hizo de la prefectura de Michoacán. Maximiliano no se la admitió.
Junio 1°.
Se embarcaron en Veracruz el nuncio apostólico y el señor arzobispo Munguía, sin haberse despedido de Maximiliano (16).
Junio, mediados.
Cortés Esparza renunció el ministerio de Gobernación y fue nombrado consejero de Estado. Fue nombrado ministro de Gobernación el distinguido poeta José María Esteva.
Junio, mediados.
Llegó a la ciudad de México Mr. Danó, ministro francés, sucesor de Montholón.
Junio 19.
Manuel Doblado murió de enfermedad en Nueva York. Sus exequias se celebraron en la iglesia católica de San Francisco (17).
Junio 26.
Matrimonio de Bazaine con la señorita Josefa Peña y Azcárate, nieta del licenciado Juan Francisco Azcárate, célebre síndico del Ayuntamiento de México en 1808. Se celebró en el palacio imperial, siendo los padrinos el emperador y la emperatriz, acompañados de multitud de chambelanes y otros nobles, con toda la pompa, ceremonias y regia etiqueta que eran tan del gusto de Maximiliano.
Junio 27.
Junta en la ciudad de México para arreglar la cuenta de las reclamaciones hechas por Francia a México. Zamacois en el tomo citado, pág. 1,065, dice: Las (reclamaciones) admitidas por ella (la comisión ad hoc) hasta esa fecha por legales, aunque varias no muy fundadas, ascendían a la suma de tres millones, ciento sesenta y nueve mil, ciento setenta y un duros. Las desechadas ascendían a siete millones, novecientos veinte mil, novecientos treinta y nueve duros, esto es, a más del doble de las que se juzgaban buenas ... De allí empezaron los disgustos de Maximiliano y Ramírez con Mr. Montholón.
Junio 27.
Informe del ministro Siliceo sobre la instrucción pública en México, antes y después de la Independencia.
Junio 30.
Oficio de Antonio del Moral por el que renunció por cuarta vez la prefectura de Michoacán, y cuyos conceptos principales eran los siguientes:
Señor: la política que V. M. ha tenido a bien establecer en su gobierno no ha logrado el objeto que al adoptarla se había propuesto V. M. Al contrario, los pueblos la han visto con gran desconfianza; y la revolución, los liberales, con manifiesto desprecio; apagado ya el fuego del entusiasmo, han vuelto las poblaciones a caer en la indiferencia, y no tardarán mucho en pasar a sentimientos de odio contra el gobierno. El partido revolucionario después de haber visto reconocidos sus títulos de un modo explícito por V. M., desprecia las concesiones, porque, en buena lógica, las considera como justas reparaciones; marcha a su fin, nada lo detiene, e indudablemente triunfará en este Departamento; y no porque sea fuerte con las armas: su fuerza consiste en la debilidad del gobierno; éste no tiene ideas fijas; no hay armonía en sus disposiciones; faltan en todo la oportunidad y la unidad de acción; en una palabra, señor, hay desacuerdo entre la inteligencia superior que dirige, la voluntad firme que decide y la mano vigorosa que ejecuta. La consecuencia inevitable de todo esto es el caos, y tal es el estado del departamento de Michoacán. Arrangoiz, tomo citado, págs. 325 y 326, añade:
Maximiliano dijo y escribió que la publicación de la carta (u oficio en que hizo su renuncia Del Moral) era una vil traición y había llamado a la corte a su autor para que respondiera; que el partido conservador hacía traición al Imperio; pero que el gobierno tenía los ojos abiertos para castigar a los traidores, lo mismo en México que a los que influían en Roma, aludiendo al arzobispo.
Junio.
Primer jardín público en Lagos (el contiguo a la fábrica Victoria), plantado por el jefe político Santiago Aguilar.
Julio 6.
Establecimiento de una Academia de Ciencias y Literatura por Maximiliano. Zamacois en el tomo 18, pág. 8, hablando del discurso de inauguración que pronunció el emperador en la gran sala del palacio imperial, dice:
Después de la bella descripción que hizo de la importancia del cultivo de las ciencias, dio una ligera pincelada sobre lo que habían sido durante los tres siglos que el país fue gobernado por los reyes de España, y desconociendo verdaderamente la historia de aquel largo período, en que los monarcas españoles enviaron a México sus hombres más eminentes en todos los ramos del saber humano; sin tener presentes los ilustres hijos que había producido México en ciencias, artes y literatura, sin interrupción, desde poco después de su unión a España hasta su emancipación; sin conocer, repito, nada de lo que no debía ignorar un monarca respecto del país que había sido llamado a regir (18) dijo: que en México había habido algunos meteoros que iluminaron la noche artificial de tres siglos, con una luz momentánea, sin color, sin utilidad, sin otro resultado que alarmar a los poderosos de ultramar que prolongaban esta noche fría y triste. El emperador, como se ve, se había inspirado en las erróneas ideas vertidas por su ministro de Instrucción Pública y Cultos, en el informe que le presentó sobre el plan de estudios.
Julio 6.
Los jesuitas de Roma se negaron a cantar en su iglesia de El Jesús un Te-Deum que solicitó Aguilar y Marocho, por ser dicho día el del cumpleaños de Maximiliano (19).
Julio 8.
El Papa desechó el proyecto de concordato que solicitaba la comisión mexicana, y cortó relaciones diplomáticas con Aguilar y Marocho (20).
Julio 16.
Batalla de Tacámbaro ganada por el barón Vander-Smissen a la cabeza de un ejército belga-mexicano, al general José María Arteaga, acción que fue tan importante a los imperialistas como lo había sido la del 11 de abril en la misma población a los republicanos. El ejército mexicano fue mandado por el coronel Ramón Méndez, por lo que Maximiliano lo nombró comendador de la Orden de Guadalupe.
Julio, mediados.
Johnson, presidente de los Estados Unidos, sucesor de Lincoln, no quiso recibir una carta de Maximiliano, diciendo que el gobierno de Washington no reconocía más gobierno en México que el de Juárez.
Agosto 1°.
Acción en el Estado de Chihuahua ganada por el general francés Bricourt al general Negrete, ministro de la Guerra de Juárez.
Agosto 5.
Juárez salió de la ciudad de Chihuahua para Paso del Norte.
Agosto 7.
Destitución del doctor Basilio José Arrillaga, provincial de la Compañía de Jesús, del empleo de rector del colegio de San Ildefonso, con gran sentimiento de todos los monarquistas; destitución ordenada por Maximiliano, en venganza de que los jesuitas de Roma no habían querido cantar el Te-Deum el día de su cumpleaños.
Agosto 15.
Entrada del general Bricourt en la ciudad de Chihuahua.
Agosto, mediados.
Llegada de Eloin a la ciudad de México de vuelta de Europa.
Agosto 24.
Maximiliano salió de México para hacer un viaje por Texcoco, Chapingo, Teotihuacán, Otumba, Cempoala (donde se detuvo a contemplar el acueducto). Pachuca (donde se detuvo a visitar las minas) y Tulancingo.
Septiembre 3.
Vuelta de Maximiliano a México, en donde entró a las cinco de la mañana sin solemnidad.
Septiembre, principios.
Epitacio Huerta, después de haberse embarcado en San Sebastián, desembarcó en Nueva York, se presentó a don Matías Romero, ministro mexicano en Washington, y dirigió una carta a Juárez, poniéndose a su disposición para combatir contra el Imperio. Juárez le contestó:
La presenciá de usted, es de mucha importancia, y si es por los Estados de Guerrero y Michoacán, será mejor; pero como su ida de usted para aquel rumbo depende de la más o menos seguridad que haya en el puerto de Acapulco para la entrada, sin caer en poder del enemigo, lo he dejado a la elección de usted, según los datos que tenga ... Aún no emprenden los franceses su marcha para este punto y si por el interior se les sigue llamando la atención, muy difícilmente podrán venir hasta aquí. Ya los comienza a agobiar el cansancio y la miseria. Otro poco de tiempo y de constancia bastará para derrotados.
Septiembre 9.
Francisco Facio fue destituido por Maximiliano por razones de conveniencia del cargo de ministro mexicano en Madrid y fue nombrado en su lugar Aguilar y Marocho.
Septiembre 16.
Privilegio concedido por Maximiliano a los descendientes del emperador Iturbide, cuyos artículos principales fueron los siguientes:
1° S. M. dará una alta posición a los dos nietos del emperador, don Agustín y don Salvador, así como también a la hija del mencionado emperador doña Josefa de Iturbide ...
5° El gobierno de S. M. mandará entregar por la Caja Central del Estado, a los señores don Agustín, don Angel, don Agustín Cosme, doña Josefa y doña Sabina de Iturbide la suma de $30,000 al contado, y 120,000 en letra sobre París al curso de cambio, y pagaderos $60,000 el 15 de diciembre del presente año y 60,000 el 15 de febrero de 1866, lo que hace un total de $150,000 (ciento cincuenta mil pesos) a cuenta del crédito que tienen contra la nación (21).
Septiembre 22.
Acción de Alamos (Estado de Sonora), ganada por el jefe imperialista José María Tranquilino Almada, vecino de la misma población, al general Antonio Rosales y a su subalterno el coronel médico Antonio Molina, quienes murieron en la acción. Se halló también en ella en las filas republicanas el coronel Joaquín Sánchez Román.
Septiembre 27.
Zamacois, en el tomo cit., pág. 326, dice:
Después de largos meses de discusiones, se había firmado al fin el 27 de septiembre una Convención entre el ministro don José Fernando Ramírez y M. Danó sobre las expresadas reclamaciones, no comprendiendo la de Jecker. Se fijó en cuarenta millones de francos o sean ocho millones de duros la suma que debía pagar México, efectuándolo en título de rentas mexicanas a la par que el gobierno francés había de repartir de la manera que juzgara conveniente entre los reclamantes. Como ya éste tenía a buena cuenta la suma de 16.440,000 francos, o sean tres millones doscientos ochenta y ocho mil duros, que eran los que representaban las sumas entregadas a 63 por 100, según señalaba el artículo 12 de la Convención de Miramar, quedaban por entregar 23.560,000 francos, esto es, cuatro millones setecientos doce mil duros en dona a la par, que debía verificar la Comisión de Hacienda de México en París, quedando derogados el artículo 14 y la última parte del 12 de la Convención de Miramar.
Septiembre 30.
Inauguración de la estatua de Morelos en la plazuela de Guardiola, en la que Maximiliano pronunció un discurso, cuyos conceptos contra el gobierno español escuecen a Zamacois. Juan N. Almonte presenció con júbilo la elevación de la estatua de su padre; mas en el orden político se vio ese día en la plaza de Guardiola un verdadero adefesio: la persona de un monarca extranjero, la estatua de un padre republicano, que había fundado el Congreso de Chilpancingo y había luchado y muerto por libertar a México de toda dominación extranjera, y la persona de un hijo que había traído a México al monarca extranjero.
Octubre 1°.
Bazaine recibió este parte oficial remitido de Mazatlán por el comandante francés barón de Aymard: Juárez ha pasado la frontera por Paso del Norte y se ha dirigido a Santa Fe (capital de Nuevo México). Varios partes telegráficos remitidos de Sonora a Bazaine confirmaban la noticia, que reprodujeron todos los periódicos imperialistas (22).
Octubre 3.
Famosa ley penal. Junto con ella publicó Maximiliano una proclama que principiaba de esta manera:
Mexicanos: la causa que con tanto valor y constancia sostuvo don Benito Juárez había ya sucumbido, no sólo a la voluntad nacional, sino ante la misma ley que este caudillo invocaba en apoyo de sus títulos. Hoy hasta la bandería en que degeneró dicha causa, ha quedado abandonada por la salida de su jefe del territorio patrio.
Los artículos principales de la ley fúeron los siguientes:
Art. 1° Todos los que pertenecieren a bandas o reuniones armadas, que no estén legalmente autorizadas, proclamen o no algún pretexto político, cualquiera que sea el número de los que formen la banda, su organización y el carácter y denominación que ellas se dieren, serán juzgados militarmente por las cortes marciales; y si se declarare que son culpables, aunque sea sólo del hecho de pertenecer a la banda, serán condenados a la pena capital, que se ejecutará dentro de las primeras veinticuatro horas después de pronunciada la sentencia.
Art. 5° Serán juzgados y sentenciados con arreglo al Art. 1° de esta ley:
I. Todos los que voluntariamente auxiliaren a los guerrilleros con dinero o cualquiera otro género de recursos.
II. Los que les dieren avisos, noticias o consejos.
III. Los que voluntariamente y con conocimiento de que son guerrilleros, les facilitaren armas, caballos, pertrechos, víveres o cualesquiera útiles de guerra.
Art. 6° Serán también juzgados con arreglo a dicho Art. 1°
I. Los que mantuvieren con los guerrilleros relaciones que puedan importar connivencia con ellos.
II. Los que voluntariamente y a sabiendas los ocultaren en sus casas o fincas.
III. Los que vertieren de palabra o por escrito especies falsas o alarmantes, con las que se puedan alterar el orden público, o hicieren contra éste cualquier género de demostración.
IV. Todos los propietarios y administradores de fincas rústicas, que no dieren oportuno aviso a la autoridad más inmediata del tránsito de alguna banda por la misma finca.
Dado en el Palacio de México, a 3 de octubre de 1865.
Maximiliano.
El ministro de Negocios Extranjeros y encargado del de Estado, José F.
Ramírez.
El ministro de Fomento, Luis Robles Pezuela.
El ministro de Gobernación, José María Esteva.
El ministro de la Guerra, Juan de Dios Peza.
El ministro de Justicia, Pedro Escudero y Echánove.
El ministro de Instrucción Pública y Cultos, Manuel Siliceo.
El Subsecretario de Hacienda, Francisco de P. César (23).
Octubre, principios.
La Baja California se adhirió al Imperio.
Octubre 9.
Circular del señor Peza, ministro de la Guerra, a todas las cortes marciales, en la que les dijo: Las cortes marciales encargadas especialmente del exacto cumplimiento de esta soberana disposición (ley de 3 de octubre) deben desplegar la energía y actividad que las circunstancias demandan imperiosamente, haciéndose responsables por su morosidad o conmiseración, de las fatales consecuencias a que pudieran dar lugar con una lenidad y clemencia que repugnan la humanidad, la civilización, etc.
Octubre 11.
Circular confidencial de Bazaine a todos los jefes franceses, en la que les dijo entre otras cosas semejantes: Es preciso por ambas partes matar o hacerse matar (24).
Octubre 13.
Acción de Santa Ana Amatlán, cerca de Uruapan, ganada por el coronel Ramón Méndez al general José María Arteaga, por la que aquél recibió de Maximiliano en premio el nombramiento de general de brigada. Méndez hizo prisioneros a los generales Arteaga y Salazar y a otros muchos (25).
Octubre, mediados.
Maximiliano ... anunció ante su Consejo el proyecto de hacer ofrecer a Juárez la presidencia del Supremo Tribunal y su sincero designio de atraer a su derredor a todas las ilustraciones del país. Como medio preliminar de negociaciones, redactó el decreto de 3 de octubre (26).
Octubre, mediados.
El francés Langlais tomó posesión del ministerio de Hacienda; Maximiliano había pedido a Napoleón III un ministro de Hacienda y le mandó a Langlais. Esto fue reprobado por todos los monarquistas mexicanos, quienes lamentaban que los extranjeros, como Bazaine, Eloin y Langlais, eran los que realmente gobernaban en el país (27).
Octubre 18.
Despacho de Drouyn de Lhuys a Montholón, ministro de Francia en Washington, en que le dijo: Lo que pedimos a los Estados Unidos es estar seguros de que no tienen intención de entorpecer la consolidación del nuevo orden de cosas fundado en México, y la mejor garantía que podrían darnos de su intención sería el reconocimiento del emperador Maximiliano por el gobierno Federal.
Octubre 21.
Fusilamiento de los generales Arteaga y Salazar en Uruapan por Ramón Méndez; conforme a la Ley de 3 de octubre.
Octubre 29.
Brincourt desocupó a Chihuahua para combatir a las guerrillas de Sonora.
Octubre.
Ministros del Imperio en Europa:
Francia: José Manuel Hidalgo.
Inglaterra: José María Durán.
Austria: Gregorio Barandiarán.
España: Aguilar y Marocho.
Bélgica: Márquez de Corio, milanés (28).
Octubre.
En este mes comenzó una comunicación entre Seward y Drouyn de Lhuys sobre la desocupación de México por el ejército francés, comunicación en que se nota tirantez en aquél y tolerancia y evasivas en éste. Y es que la escena política había cambiado en ambos países. En los Estados Unidos la paz se hallaba establecida ya sólidamente, mientras en Francia se temía que la cuestión de Alemania, que amenazaba encender el fuego de la guerra en toda Europa, la envolviese en ella, dice Zamacois.
Noviembre 6.
Carlota salió de la capital a hacer un viaje a Yucatán, acompañada por José Fernando Ramírez, Eloin, el ministro de España y Bélgica, el general Uraga, jefe de una gruesa escolta, un capellán, un médico, dos damas de honor y otros empleados y criados.
Noviembre 8.
Juárez dio dos decretos muy notables. El primero fue declarando que en razón de las circunstancias tan críticas y excepcionales, continuaba en la Presidencia de la República, hasta que las circunstancias permitiesen la elección de presidente. Tres jefes republicanos protestaron contra el decreto, alegando que era anticonstitucional y, en consecuencia, nulo, por cuanto según la Constitución de 57, el Presidente de la República debía ser el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que era González Ortega. Las protestas, pues, fueron tres: la primera fue la de González Ortega por medio de un manifiesto que publicó en Nueva York; la segunda fue la de Manuel Ruiz, presidente de la Suprema Corte en Paso del Norte en lugar de González Ortega, y la tercera fue la de Epitacio Huerta. Todos los demás jefes republicanos que militaban en la vasta extensión de la nación mexicana obedecían a Juárez. Este envió una circular a diversos jefes de su confianza que militaban en diversos Estados, en la que les prevenía que si observaban en Huerta conatos de pronunciamiento contra su decreto, luego lo aprehendiesen y procesasen ... No obstante esto, don Epitacio Huerta intentó ir a México para luchar contra la intervención, dejando para después la revocación del decreto y la satisfacción que le era de justicia. Marchó en efecto a la frontera; pero apenas llegó a Brownsville, tuvo que desistir de pasar el río que le separaba del territorio mexicano, pues se había publicado una orden del día para que si pasaba, fuese aprehendido en el acto y llevado preso a disposición de don Benito Juárez. Temía éste, no que dejase de combatir contra el Imperio, pues conocía perfectamente su decisión por instituciones republicanas, sino que promoviese una revolución en favor del hombre a quien la Constitución señalaba la Presidencia ... Don Epitacio Huerta, viendo que se lanzaban decretos contra él y que se oponían obstáculos a su regreso a la patria, fue a la Habana, buscando por aquel punto acercarse a México; quiso ver si por Sisal o Panamá y Acapulco podía pisar el suelo mexicano para luchar contra el Imperio; pero todo fue imposible. El gobierno de don Benito Juárez, temiendo que promoviese un movimiento en favor de don Jesús González Ortega, le había cerrado todas las puertas (29). Don Diego Alvarez, que militaba en el territorio de Guerrero, tenía orden secreta de Juárez de que a la primera intentona de pronunciamiento que le observase a Huerta lo fusilase (30). El segundo decreto que expidió Juárez el 8 de noviembre fue, destituyendo a González Ortega del cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia por el delito de abandono del servicio militar, yéndose a los Estados Unidos sin licencia del gobierno.
Noviembre 16.
Dos decretos de Maximiliano, el uno indultando a Juan Vicario y el otro exceptuando a Vicente Riva Palacio de la Ley de 3 de octubre.
Noviembre 20.
Vuelta de Juárez a la ciudad de Chihuahua, en donde estableció su gobierno.
Noviembre.
Supresión de la Universidad de México (cuyo rector era el doctor Arrillaga) por Maximiliano.
Diciembre 1°.
Manuel Ruiz se separó de Juárez por creer que había quebrantado la Constitución, aceptó el Imperio en Río Florido (Estado de Chihuahua) y se fue a vivir a la vida privada.
Diciembre, principios.
El general José María González de Mendoza, que desde un principio había aceptado el Imperio, fue nombrado prefecto de] departamento del Valle de México.
Diciembre, principios.
Pronunciamiento en La Paz, capital de la Baja California, contra el Imperio.
Diciembre 6.
Dice Zamacois:
A la nota que el marqués de Montholón pasó al gobierno de Washington comunicando el despacho de Drouyn de Lhuys, contestó Mr. Seward con lo siguiente:
Washington, 6 de diciembre de 1865.
He comunicado al Presidente de los Estados Unidos las intenciones del emperador respecto a México, de que me dio usted parte el 20 del mes último. Hoy tengo la honra detransmitirle la opinión de mi gobierno en este asunto; pero antes debo prevenir a usted, que he dirigido la misma comunicación a Mr. Bigelow, autorizándole para que dé traslado de ella a Mr. Drouyn de Lhuys. Creo que las intenciones del emperador pueden resumirse así: Francia se halla dispuesta a evacuar cuanto antes el territorio de México; pero no puede convenientemente hacerlo sin haber recibido antes la seguridad de los sentimientos, si no amistosos, por lo menos tolerantes de los Estados Unidos con respecto a México. Agradeciendo a S. M. estas buenas disposiciones, lamenta el Presidente tener que decir que considera la petición del emperador enteramente impracticable ... La verdadera razón del descontento de los Estados Unidos consiste en que el ejército francés al invadir a México, ataca a un gobierno republicano profundamente simpático a los Estados Unidos y elegido por la nación, para reemplazarlo por una monarquía, que, mientras exista, será considerada como una amenaza a nuestras propias instituciones republicanas.
Diciembre 8.
Carta de Maximiliano al barón de Pont, de México a París, en la que son muy notables los conceptos siguientes:
Son de gran importancia para mí las indicaciones de usted y las cartas que me envía. Desde el primer día he apreciado la capacidad de Jesús Terán (31) y aquí, en este hermoso México, he aprendido a estimarla más y más. Terán es un verdadero patriota; como su amo, tenía las mejores intenciones respecto de su país; si tiene buenas noticias, debe saber que en todas las discusiones defiendo a su amo, y que siempre reconozco cuán útil le ha sido a México en muchas cosas; pero le sucede lo que a nuestro buen viejo Gutiérrez, lo que le sucede a todos: exagera, y se le borran los recuerdos de la realidad ... He creído lo que Terán me decía antes de mi salida de Europa: yo sabía que las ideas de los pobres desterrados, de la regencia embarazada, no eran más que fantasmagoría, nunca me hice ilusiones; pero me encontré con que la situación no era, sin embargo, tan triste como Terán la pintaba entonces y como quisiera hacerla aparecer todavía; este país es mejor que su reputación, y mejor precisamente en el sentido opuesto al de los desterrados. Todo cuanto Gutiérrez y sus amigos han manifestado, es falso y fundado en errores irreparables de más de veinticinco años de ausencia involuntaria. El país no es ni ultra católico ni reaccionario; la influencia del clero es casi nula; la de las antiguas ideas españolas, casi desbaratada (32); mas, por otra parte, el país no es todavía liberal, en el buen sentido de la palabra ... El asunto del momento es organizar el país con reflexión y paciencia, obra que no admite ni milagros ni transiciones repentinas, y yo procuro evitar el único error de mi predecesor Juárez, que en el corto tiempo de su presidencia quiso deshacer y reformar todo ... Si Terán habla de haber perdido las ilusiones, no me sorprende, y me parece natural: no ha llegado todavía el tiempo del afecto y del entusiasmo; es menester primero que el pueblo me conozca y me contentaré con que en el vigésimo quinto aniversario (33) de mi advenimiento se me quiera y se me aprecie. El último viaje de la emperatriz a Veracruz y a Yucatán, prueba además que no nos es tan opuesto el espíritu público: a nuestra llegada, hace dos años, nos recibió Veracruz con una frialdad glacial, como debía esperarse de una ciudad inteligente, que no podía prever lo que sucedería. En esta vez la emperatriz de México ha sido recibida con un entusiasmo a que ya no están acostumbrados los soberanos de Europa. No hablaré de Yucatán, el niño mimado de mi reinado, en donde ha sido acogida con frenesí la emperatriz; pero debo advertir que Veracruz y Yucatán representan el liberalismo del país ... Creo ver una diplomacia real y profunda en las cartas de Terán. Deseo mucho entenderme con Juárez; pero, ante todo, debe reconocer la resolución de la mayoría efectiva de la nación, que quiere tranquilidad, paz y prosperidad; y es menester que se decida a colaborar con su inquebrantable energía e inteligencia a la obra difícil que he emprendido. Si, como creo, tiene realmente en vista la felicidad de México, debe comprender bien pronto que ningún mexicano quiere tanto como yo el país y sus adelantos, y que trabajo para ello con toda sinceridad y con las mejores intenciones. Que venga a ayudarme sincera y lealmente, y será recibido con los brazos abiertos como todo buen mexicano ... En todo caso, puede usted dar las gracias de mi parte a Jesús Terán, por sus buenas palabras: le dirá usted que estoy pronto a recibir en mi Consejo y entre mis amigos a Juárez (34).
Diciembre 18.
Ley de Maximiliano sobre el estado civil y sobre el matrimonio civil, repitiendo las de Juárez.
Diciembre 20.
Entrada de Carlota en la capital de México a su vuelta de Yucatán.
Diciembre 20.
Sabiendo Juárez que el comandante Billot había salido de Durango con dirección a Chihuahua, salió de esta ciudad y se volvió a Paso del Norte con sus ministros.
NOTAS
(1) Efemérides por don Mariano Galván Rivera, publicadas en su Calendario para el año de 1866.
(2) Maximiliano y Carlota a nadie tenían tanto miedo ni tanto odio como a los que llamaban los clericales. Lo mismo que alejaron a Márquez y a Miramón, alejaron a Aguilar y Marocho, con el pretexto de nombrarlo ministro plenipotenciario en Roma; pronto veremos que alejaron también a don Joaquín Velázquez de León; y si hubiera vivido don Lucas Alamán, lo habrían enviado a Rusia con la misión de procurar la unión de la Iglesia griega con la latina. Arrangoiz y Zamacois y el señor Vigil, refieren este hecho: Habiéndose presentado una vez a Carlota el programa de un acto público, en el que se decía que asistiría el arzobispo y venerable cabildo, tomó inmediatamente un lápiz y borró la palabra venerable, diciendo que nada era venerable en México y menos el clero.
(3) El señor Ireneo Paz, en la obra citada, dice: Este hombre extraordinario (Antonio Rojas), que tanto combatió por las instituciones republicanas, seguramente sin comprenderlas, derramando más sangre humana que todos los tiranos del mundo; este hombre que fue terror de los pueblos y de las familias de Jalisco; este hombre que debió haber muerto cien ocasiones en un patíbulo, pereció gloriosamente disparando su rifle contra los invasores. El que le mató fue también un asesino terrible que derramaba el luto entre todos los habitantes de las comarcas que recorría, cometiendo actos más censurables que los de Rochin y Simón Gutiérrez. Ese bandido execrable se llamaba Mr. Berthelin, comandante de zuavos. La banda de Rojas fue destrozada en aquel encuentro y no volvió más a reunirse. El botín adquirido por Mr. Berthelin y los suyos, consistió en más de cuarenta mil pesos muy bien acostalados, en barras de plata y oro, en alhajas y un buen número de armas y municiones.
El cuerpo de Rojas fue sepultado en el campo de la acción, y allí permanece hasta hoy.
(4) Tomo cit., pág. 824.
(5) Arrangoiz dice: Eran los señores Velázquez de León, ministro de Estado, Degollado (don Joaquín), abogado republicano que participaba de las ideas de Ramírez (don Fernando) en materias religiosas, y Ramírez, indio, limosnero mayor de S. M., obispo in partibus. Omito unas palabras muy fuertes de Arrangoiz contra el señor Ramírez: continúa el historiador. Sólo por su absoluta falta de capacidad e instrucción, puede perdonársele al señor RamÍrez que, siendo obispo, recibiera las instrucciones que dio el emperador a la comisión, y hasta cierto punto autorizara a los ojos del vulgo, con su presencia, las anticatólicas pretensiones de S. M. I. El señor Velázquez de León, siempre tan débil de carácter, habiéndose prestado a formar parte de un gabinete que se componía de individuos conocidamente opuestos a las ideas conservadoras, y cuya conducta en la cuestión religiosa estaba, como hemos visto, en consonancia con sus principios anticatólicos, conducta que parecía sancionar Velázquez de León con su presencia en el gabinete, se prestaba también a aceptar la comisión a Roma, la cual ningún católico debió admitir con las instrucciones que dieron los ministros de Maximiliano, y mucho menos con la humillante orden, que cumplió, de presentarlas a Napoleón y pedirle su aprobación, que concedió S. M. I., como que en las Tullerías se había arreglado el plan de campaña contra la Iglesia ... En efecto, la comisión se embarcó en Veracruz; pero antes de llegar a su destino, el ministro Aguilar había remitido una nota del cardenal Antonelli, que no era más que una larga refutación de la carta del 27 de diciembre, comenzando por desmentir que se hubiesen entablado negociaciones de arreglo en el tiempo que estuvo Maximiliano en Roma. El secretario pontificio repetía, bajo diversa forma, las exigencias contenidas en la carta del Papa, concluyendo con el siguiente párrafo, preñado de amenazas: El Padre Santo no puede suponer que S. M., educado en el seno de una familia católica, tan benévola siempre a la Iglesia, pueda desconocer jamás sus propios intereses y la misión real que Dios le ha confiado. Espera, por el contrario, que S. M. abandonará la senda trazada en su carta al ministro Escudero, y que evitará al Padre Santo la necesidad de adoptar las medidas oportunas para cubrir ante el mundo su responsabilidad como jefe augusto de la Iglesia, de las cuales no sería ciertamente la última la retirada del representante pontificio en México, a fin de que no fuera allí el espectador impotente del despojo de la Iglesia y de la violación de sus más sagrados derechos. (Obra cit., pág. 688).
Zamacois, en el tomo citado pág. 844, dice: El obispo Ramírez pertenecía a la comunidad de Guadalupe de Zacatecas; pero aunque prelado de notables virtudes, carecía de otras cualidades que requería la importante misión que llevaba. Don Joaquín Velázquez de León, aunque conservador de talento y de saber, había dado ya pruebas de su carácter débil, al firmar en Miramar el tratado entre Maximiliano y Napoleón; y luego, hablando de Degollado, dice: Aunque hombre de capacidad y muy apreciable, respecto a ideas religiosas, no merecía la confianza de los católicos de México.
El señor obispo Ramirez era nativo de León de los Aldamas y sus padres eran reboceros. Cuando en 1863 llegó a la ciudad de México consagrado obispo, y su señora madre se disponía a ir a verlo, el padre Arriaga, felipense, de León, le decía: Señora, ¿cómo va usted a ver a su hijo obispo con esas enaguas, y ese rebozo, y esas manos prietas? Póngase túnico y tápalo; y yo le decía al padre Arriaga: No, no, déjela usted que vaya con su vestido acostumbrado y con las manos teñidas de añil: es muy justo y muy hermoso que los obispos salgan también de la raza india y de la clase de artesanos.
(6) Son notables los conceptos siguientes de dicha representación: Mas cuando tal protección está figurando precisamente al lado de la sanción de las leyes de don Benito Juárez; cuando a la expectativa de todos aquellos mexicanos que apoyaron la intervención y proclamaron el Imperio, no con otro motivo ni para otro fin que librarse de semejantes leyes, ha sucedido el desengaño consiguiente a su ratificación, las reflexiones que de aquí nacen abruman la inteligencia, los sentimientos que esto causa comprimen el corazón, y la palabra misma impotente para expresarlo, y más todavía, para encarecerlo, parece expirar en los labios.
El señor Munguía, después de decir que había contradicción entre el artículo primero de la ley por el que se establecía la protección a la Iglesia católica y otros decretos de Maximiliano por los que se despojaba a la Iglesia de sus bienes y se vulneraban otros de sus derechos, dice:
Y aun humanamente hablando, ¿qué clase de obras podía hacer un gobierno capaz de merecer el título de gracia, mientras permaneciesen violados sus deberes de justicia? Una buena palabra en la boca de quien hubiese acabado con una reputación, calumniando; un centenar de pesos ministrado por aquel que hubiese arruinado una fortuna inmensa; un abrazo de cariño seguido a los golpes despiadados y crueles que casi hubiesen orillado a la víctima al sepulcro, etc., etc.; todo esto, cualquiera calificación que merezca, considerado en abstracto, no es ni puede ser nada en relación supuesta.
¿Realmente alcanzaría esta nación grandes bienes de la inmigración extranjera? ¿Realmente debe ser el agente poderoso que transforme ventajosamente a nuestra sociedad y precise su movimiento desde la parálisis que hoy sufre, hasta el doble vigor de la vida política y la vida social? Bien sabemos, señor, que falta espacio al pincel para dibujar toda la perspectiva encantadora; y no parece sino que en pos de la inmigración vendrán a domiciliarse entre nosotros todas las ciencias, todas las artes, toda la industria, todo el comercio, toda la civilización del Viejo Mundo.
¿Cuál sería el papel que estuviese reservado a los mexicanos en consecuencia de esa especie de aluvión precipitado sobre nosotros? ¿Un ser débil cambiará de temperamento porque le estrechen en sus brazos dos atletas? ¿Una industria que desfallece por medio siglo de abandono y locas preferencias al comercio extranjero, cambiará de situación para los hijos de México ante la industria improvisada e intransigente de los colonos que vengan?
Comprendíamos que se trataría de colonizar a México, porque no es nueva esta idea; pero de colonizarla sin cambio de caracteres constitutivos de la nación; como se robustece el cuerpo físico y mejora la condición de su cuerpo moral; como se impulsa y fomenta un giro; como se salva una situación; como se hace declinar a buena parte una peligrosa crisis; es decir, siempre a salvo y en pro del paciente, del dueño, del interesado, de aquel a quien se quiere favorecer; pero nunca a expensas, ni menos para su ruina.
Señor: si no hemos de ver embellecidas nuestras ciudades, mejor cultivados nuestros campos, poblados nuestros desiertos, sino para quedar los hijos de México en la peor de las esclavitudes, la de la impotencia para sobreponemos al incremento de una población extranjera; si dueños de la casa hemos de ser por nuestra desdicha, lanzados hasta los quicios de las puertas para contemplar las comodidades y el recreo de sus nuevos poseedores; en suma, si los bienes que se esperan han de ser sólo para el provecho de nuestros huéspedes, y no nos han de servir a nosotros sino para hacer más punzante el sentimiento de nuestra miseria: si ha de transformarse todo este suelo, pero los mexicanos hemos de andar en él como extranjeros en nuestra propia patria, mejor nos fuera, señor, estar siempre solos, tantearnos con nuestros propios recursos, explotar la necesidad para impulsar un progreso, todo nuestro, y ser siempre la nación y no una parte de ella.
El señor Munguía, desde la frase quedar los hijos hasta las palabras nuestra propia patria, traza el cuadro fotográfico de lo que sucedió en la conquista de México.
(7) En estos días, dice Arrangoiz, llegó a tanto el deseo de ofender a los católicos, que en la calle de San José el Real, una de las principales de la capital, se anunciaba la venta en una tienda establecida con autorización de Maximiliano, de Biblias sin comentarios, y de libros que probaban que era mentira cuanto decía el padre Ripalda ... La princesa Carlota le profesó (al clero) la mayor antipatía.
(8) Eloin, en una carta a un personaje de París, refiriéndose a Vicario, le decía: Si pudiéramos echarle el guante a este miserable y agregarle un obispo, creo que produciría sus frutos el ejemplar que se reserva hacer Su Majestad, (Zamacois, tomo cit., pág. 907).
(9) Murió en París en la miseria.
(10) Zamacois, tomo cit., pág. 891. El señor obispo Ramírez iba muy consolado, porque decía que el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
(11) Por estos días conocí a Maximiliano y a Carlota en el hospital de San Andrés de México, una tarde que andaban visitando los hospitales por ser Viernes Santo. Yo estaba en México por vacaciones.
(12) Zamacois, tomo cit., pág. 977, añade: El triunfo de las fuerzas republicanas fue completo, y a dar mayor realce a su brillo, vino el noble comportamiento que observaron los vencedores con sus prisioneros ... La noticia del descalabro sufrido por los belgas, afectó en extremo a la emperatriz por ser sus compatriotas, y llenó de regocijo a los republicanos.
(13) Muy probablemente Leopoldo I, rey de Bélgica, padre de Carlota.
(14) El único, y éste echó varias veces la zurrapa en el atole, como suele decirse.
(15) Zamacois, tomo cit., pág. 1,069, dice: En una carta que Maximiliano escribió a una persona de elevada posición en Europa, le decía: que las faltas que Eloin había cometido. como jefe del Gabinete, eran consecuencia del poco conocimiento que tenía de los negocios; que en Francia se convencerían de que era leal, inteligente, muy adicto a México y, por consiguiente, a Francia; que si se hablaba mal de él, era por dos razones: la primera, falta de tacto (en los que hablaban), empezando por los funcionarios mexicanos; y la segunda, por las intrigas y los chismes de Roma, que odiaban a Eloin, diciendo que era librepensador.
(16) El señor Munguía, antes de ser eclesiástico, fue mi maestro de gramática castellana en el seminario de Morelia, en 1835, y siempre me trató con particular afecto y distinción, como consta por sus cartas que obran en mi poder. En una de ellas y siendo ya obispo, me invitó a domiciliarme en su diócesis, y yo le contesté dándole las gracias porque estaba muy contento en mi cátedra de Derecho Civil en el seminario de Guadalajara y con el cargo de promotor fiscal en la curia eclesiástica de la misma ciudad. Siempre le he conservado y le conservaré gratitud. En la última visita que le hice en México en mayo de 1865, diciéndome que iba a Europa a curarse de una grave enfermedad en la vista, me añadió: ¡Qué quiere usted, Riverita, he pasado mi vida escribiendo y corrigiendo pruebas! Entonces fue también cuando me dijo: A Maximiliano le va a costar el pellejo. Le volví a ver dos años después, es decir, en mayo de 1867, en Roma, en el hotel de Minerva. Estaba ya casi ciego, y me dijo: Ya no puedo leer nada, Riverita, y señalándome a don Trinidad Ochoa, cura de Zacoalco, en el obispado de Guadalajara, me añadió: Aquí tiene usted al que me lee; el cura Ochoa se sonrió de complacencia e hizo una inclinación de cabeza, y a mí en mi interior me pareció que no era el mejor lector para un sabio, porque era muy cachetón, obeso y de poca sal en la mollera. El señor Ambrosio Lara, actual canónigo de la metropolitana de México, a quien vi también en el hotel de Minerva, podrá decir cómo leía el latín el cura Ochoa.
Díjose que el viaje del señor Munguía era un destierro disimulado, y esto es muy verosímil, máxime atendido el odio que le profesaban Carlota y Eloin. De esta manera salió de su patria para morir en país extranjero, aquel que había venido al mundo de una manera extraordinaria, así por sus grandes talentos, como porque había nacido de un modo que un algo semejaba al de Melquisedec, sine patre et sine madre, sin padre ni madre conocidos en la historia; aquel cuyos primeros vagidos se habían confundido con los primeros gritos de la Independencia, al pasar Hidalgo cerca de su cuna de Valladolid a Guadalajara a la cabeza de sus tropas; aquel cuya infancia se había ocultado en las chozas y bajo los limoneros del miserable pueblo de los Reyes; aquel que había entrado de una manera extraordinaria por las puertas del sacerdocio, de la catedral y del episcopado. De esta manera huía del Imperio el que había sido uno de sus fundadores.
(17) Efemérides Guanajuatenses por el presbítero Lucio Marmolejo, tomo 4°, página 195.
(18) Con las verdades históricas dichas por Maximiliano y por su ministro Siliceo, se sulfuró el historiador vizcaíno, como es común en casi todos sus compatriotas.
(19) Los monarquistas de México decían que este y otros hechos de Aguilar y Marocho vulneraban su fidelidad a las creencias católicas.
(20) Cuando Maximiliano supo los sucesos acaecidos en Roma en los días 6 y 8 de julio, en conversaciones públicas decía que Su Santidad estaba mal aconsejado; que el haber rehusado la Iglesia (el 6 de julio), no le ofendía a S. M. en la época actual; que lo único que hacía era demostrar la debilidad en que había caído la corte de Roma; que él era más católico que otros soberanos y no cedería a las amenazas de Roma, pues no tenía más responsabilidad que para con Dios y su conciencia de soberano; que los arzobispos y obispos mexicanos no comprendían su época ni el verdadero catolicismo; que a muchos de ellos les faltaba un corazón cristiano; que si el Papa le excomulgaba, sería el cuarto archiduque de Austria que lo hubiera sido ... que Su Majestad (Carlota) era más roja que él. (Arrangoiz, tomo cit., págs. 341 y 342.) El historiador añade: lo cual, por desgracia, lo había manifestado bastante esta señora con su influencia en los asuntos religiosos y su antipatía al clero, alto.
(21) Arrangoiz, obra cit., tomo 4., págs. 12 y 13. El historiador añade:
Muchos le dieron un carácter político a este acto del emperador: creían que significaba la adopción de la familia de Iturbide para que fuera su sucesor en el trono el niño don Agustín; pero yo, tanto porque Maximiliano se cuidaba muy poco de México, como por las noticias que he adquirido, soy de opinión que no tuvo idea política; que obró en virtud de uno de esos arranques sin cálculo, tan frecuentes en S. M.
Familia de Iturbide. Tuvo esposa que fue doña Ana María de Huarte, criolla moreliana, y ocho hijos; don Agustín Jerónimo, don Angel, don Salvador, don Felipe, doña Juana, doña Jesús, doña Josefa y doña Sabina.
Doña Ana María de Huarte, después del fusilamiento de Iturbide, vivió en Filadelfia donde murió el 21 de enero de 1861, a la edad de 77 años.
Don Agustín Jerónimo vivió en Colombia (donde militó a las órdenes de Simón Bolívar), Estados Unidos, México, París y otra vez Estados Unidos, y murió en Nueva York en diciembre de 1866.
Don Angel se casó en Estados Unidos con la señora norteamericana Alsia Breen, el 2 de abril de 1863, de la que tuvo un hijo llamado Agustín Cosme, y murió hace tres o cuatro años en la capital de México.
Don Agustín Cosme, durante su niñez, vivió en el palacio imperial; pero al salir Maximiliano de la capital le devolvió a sus padres, quienes se marcharon con él a los Estados Unidos, donde fue puesto en la Universidad de Georgetown, después en el Colegio de Ascott, en Inglaterra: en ambos hizo rápidos progresos. En compañía de su tutor el Illmo. señor obispo Montes de Oca, recorrió las principales ciudades de Europa, e ingresó después al Colegio de Saint Michel, en Bruselas, para hacer los estudios preparatorios de la carrera militar. Volvió a continuar sus estudios en Georgetown, donde obtuvo altas distinciones conquistadas por su aplicación al estudio y su talento, y en 1882 fue recibido en la Escuela Militar de Chapultepec, donde hizo notables progresos. Separóse para hacer un nuevo viaje y volvió al país en 1888, ingresando como alférez en el 7° Regimiento. El 25 de abril del año de 1890 publicó una carta dirigida al director de El Tiempo, la cual le valió ser separado del ejército y condenado a un año de prisión por un Consejo de Guerra. Quince meses después extinguió su condena y fue puesto en absoluta libertad.
Don Salvador se casó con una señora Alarcón, de la que tuvo un hijo llamado también Salvador, y murió en Tepic siendo administrador de la Aduana Marítima de San Blas.
Don Salvador hijo, después del privilegio que le concedió Maximiliano, fue guardia noble del Papa. Después de la caída del Imperio vivió en París con una renta de 2,000 pesos anuales que le donó el emperador de Austria, y murió en la misma ciudad en 1869.
Don Felipe murió en Matamoros antes de la revolución de Ayutla, desempeñando un empleo del gobierno.
Doña Juana y doña Jesús murieron en Filadelfia a poco tiempo después de establecidas allí.
Doña Josefa en 1868 vivió en Versalles, y doña Sabina el mismo año vivía en Filadelfia.
Estas noticias, en su mayor parte, las he tomado de un folleto intitulado Apuntes Históricos publicados en Toluca en junio de 1868 por don José R. Malo, sobrino del emperador Iturbide, a la sazón de estar confinado en la misma ciudad.
(22) Zamacois en el tomo 18, pág. 62, dice: Nada, sin embargo, estaba más lejos del pensamiento de don Benito Juárez, que esa determinación. Yo cansaré a las tropas francesas y haré que regresen; la Francia lo desea, había dicho y escrito, como tengo referido, y firme en esta idea estableció su gobierno en Paso del Norte.
(23) En el mismo mes de octubre renunció Siliceo la cartera de Instrucción Pública y Cultos, y fue nombrado Francisco Artigas.
(24) México a través de los Siglos, tomo 5°, pág. 728.
(25) Méndez preguntó a México lo que debería hacer con los prisioneros, y tanto por el ministerio de Guerra de Maximiliano, como por el cuartel general de Bazaine, se le contestó que procediera con estricta sujeción al decreto vigente. (México a través de los Siglos, tomo cit., pág. 734).
(26) Conde de Kératry. La elevación y la caída de Maximiliano.
¡Juárez profesar la monarquía! ¡Juárez resignarse a ser el subalterno de Maximiliano! ¡Creer que la ley de 3 de octubre era el mejor medio para ablandar a Juárez y hacerlo que abrazase el Imperio! Los pensamientos y hechos de Maximiliano que consigna la historia, prueban que el segundo emperador de México no tenía el talento político ni el valor militar del primero, y algunos pensamientos y hechos de Maximiliano rayan en la imbecilidad.
(27) Maximiliano dio en seguida varios decretos sobre el ramo de Hacienda. Uno de ellos fue aumentando la pensión a un González y a un Morilio, a quienes Antonio Rojas había sacado los ojos con un puñal.
(28) Ya entonces se formaba una tempestad contra Hidalgo, debida a chismes de Eloin, que desde su regreso de Europa había informado a Maximiliano que aquel individuo era demasiado francés, por lo cual no tenía la energía suficiente para hacer que el gobierno de Napoleón marchara de acuerdo con los deseos del archiduque ... En esas intrigas Eloin obraba de acuerdo con Ramírez (José Fernando), y ambos influían en la archiduquesa, siendo uno de los medios que se les ocurrió para obligar a Hidalgo a que renunciara, rebajarle el sueldo a la mitad. (México a través de los Siglos, tomo citado, pág. 731).
(29) Zamacois, tomo citado, págs, 280 y 281.
(30) Id., Id., pág. 279. A la narración y apreciación de Zamacois añadiré una sola palabra. Los decretos de Juárez desde su rincón de Paso del Norte, eran obedecidos fielmente por los republicanos, hasta en los lejanos territorios de Tamaulipas, Yucatán y Guerrero.
(31) El antiguo ministro de Juárez, que en diciembre de 1863 había hecho viaje a Miramar y hablado con Maximiliano tratando de convencerlo de que no aceptara la corona de México, y que en los últimos meses de 1865 vivía en París y visitaba al barón de Pont, diciéndole que creía que a aquellas fechas ya estaría Maximiliano desengañado y convencido de todo lo que le había dicho en Miramar. Pero nada de esto: Maximiliano y Napoleón III se hallaban a la sazón en el apogeo de sus ilusiones, mientras que en las regiones de la política de Washington y de Berlín se escuchaban ruidos subterráneos, presagios de la espantosa caída de dos imperios.
(32) Este es el mayor error que contiene la carta de Maximiliano. Hace bastantes años que estoy combatiendo al gobierno español y la educación colonial, y he tenido y tengo la conciencia de que, mientras otros muchísimos combaten las ramas del árbol, yo he dirigido y dirijo mis ataques a las raíces de nuestros males sociales.
(33) Maximiliano creía gobernar en México veinticinco años.
(34) El historiador monarquista Arrangoiz, comentando esta celebérrima carta, dice:
Si Juárez era un verdadero patriota, si su único error fue querer hacer mucho en poco tiempo, ¿por qué no dejó el trono S. M.? ¿Por qué expidió el sanguinario decreto de octubre, y fusilaba sin piedad a los republicanos, a los que defendían al gobierno de Juárez? (Tomo IV, pág. 58).
El historiador monarquista Zamacois, comentando la misma carta, dice:
Si juzgaba a don Benito Juárez un verdadero patriota, si el único error de éste fue querer hacer mucho en poco tiempo, debió dejarle en el puesto que ocupaba; haber desistido de hacerle la guerra, y ya que admitió el trono, porque no tenía noticia de lo que había hecho, descender generosamente de él; llamarle a que continuase rigiendo los destinos de la Patria bajo las instituciones republicanas, y decir a la intervención francesa que su misión había terminado en México. Si con efecto, abrigaba la convicción de que don Benito Juárez había sido útil a México en muchas cosas, y que las ideas de los que le eligieron emperador no eran más que fantasmagorías, jamás debió acercarse a don Benito Juárez (pero que no se acercara mucho), para ayudarle en la empresa de consolidar la República, puesto que el único error que había cometido consistía en haber querido hacer mucho en poco tíempo. (Tomo citado, pág. 320).
Arrangoiz y Zamacois, inconscientemente formaron un tribunal y procesaron y sentenciaron a Maximiliano por sus hechos antes de la toma de Querétaro.
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