Enero, fines.

Embarco de Leonardo Márquez en Veracruz. Zamacois, en la pág. 1751, dice:

No obstante el empeño con que sin cesar se le había buscado (a Márquez), logró salvarse de la capital sin ser conocido. Seis meses había permanecido oculto en ella, esperando a cada momento ser descubierto y fusilado como lo habían sido ... Vidaurri y ... O'Horan. No siendo posible permanecer por más tiempo en aquella situación angustiosa y librar a su anciana madre del continuo sobresalto de que le aprehendiesen, tomó la resolución de salir de la ciudad burlando la vigilancia de la policía. Con el objeto de conseguirlo, se disfrazó con el traje de indio carbonero, calzón blanco, guaraches, que son una especie de sandalias de cuero, y embozado con una frazada muy corriente. Vestido de esta manera, logró salvarse en pleno día de la capital, pasando por en medio de los mismos que le buscaban, sin que sospechasen ni remotamente que él fuese. Después de dieciséis días de una marcha penosa y llena de sobresaltos, por senderos extraviados y aprovechando una gran parte de las noches, tropezando a cada instante con dificultades y peligros; teniendo a la vista muchas veces las tropas del general don Porfirio Díaz, y pasando en medio de las partidas de seguridad pública, encargadas de guardar los caminos y de impedir su evasión, logró, por fin, llegar al puerto de Veracruz, pero aun aquí tuvo que sufrir nuevos sobresaltos y vio crecer los peligros cuando los juzgó casi vencidos.

Al siguiente día de hallarse en Veracruz, empezó a llegar a la misma plaza un cuerpo de tropas destinado a Yucatán, para contener los avances de los indios de aquel Estado que se habían levantado contra la raza blanca. Este incidente le obligó a don Leonardo Márquez a estar oculto en Veracruz cinco días, en cuyo tiempo se marchó el vapor en que pensaba embarcarse, y le obligó a tomar otro que salió para los Estados U nidos, adonde llegó a los pocos días, pasando después de algún tiempo a radicarse en la Habana (3).