A los compañeros

Estando lejos de esta ciudad el día que los esbirros de Morgan-Taft-Madero arrestaron a los compañeros Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa y Enrique Flores Magón, el brazo del capitalismo no llegó a aprisionarme. Ahora estoy una vez más en mi puesto, firme y fiel a nuestra causa.

En Tijuana y en San Diego, representantes del capitalismo americano y algunos traidores a la causa del proletariado universal, me hicieron proposiciones para firmar la paz y aceptar a De la Barra como presidente, a lo que indignado contesté con mi rotunda negativa. Yo no retrocedo en mi camino revolucionario, ni dejo mi fidelidad a las ideas.

Estoy convencido que ni De la Barra, ni Madero, instrumentos del capitalismo americano, harán la felicidad de la clase trabajadora mexicana. Ambos tipos han substituído ventajosamente a Díaz en opinión del capitalismo de los Estados Unidos, y si bajo el viejo, los burgueses yanquis amasaron gruesas sumas de dinero oprimiendo al peón y al artesano, bajo De la Barra y Madero en corto tiempo van a remachar las cadenas de los trabajadores y adueñarse de la tierra que aún queda al pobre mexicano.

Compañeros: continuad la lucha y desconoced a toda autoridad federal o maderista y enarbolad la bandera roja, la única que simboliza el principio de Tierra y Libertad.

Basta ya de explotación, basta ya de miseria. Resolvamos el problema del hambre. Vayamos a la conquista del pan. Boletas electorales y palabrería de politicastros no nos darán de comer. La toma de posesión de la tierra, la libertad económica, es a lo que debemos aspirar.

Yo estoy resuelto a luchar hasta lo último. Los liberales no nos rendiremos.

¡Adelante, compañeros!

Antonio de P. Araujo

(De Regeneración, del 13 de julio de 1911, N°46)