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Capítulo V
La Machnovstchina
El movimiento insurreccional y revolucionario de los campesinos y de los obreros de Ucrania tenía al principio el carácter de un mar en tempestad. Por todo el inmenso espacio del país las masas se agitaban, se lanzaban a la revuelta y al combate. Se exterminaba a los terratenientes reaccionarios, a los representantes del poder; a menudo se los expulsaba simplemente del lugar. Imperaba el aspecto destructivo del movimiento. Lo constructivo estaba ausente. El movimiento no ofrecía aún un plan claro de organización de la vida libre de campesinos y obreros. Poco a poco, en su desenvolvimiento, el movimiento fue asumiendo una conducta más clara. Después, por la unificación de la mayoría de las corrientes insurreccionales bajo la dirección de Machno, adquirió la unidad que le faltaba; encontró su punto de apoyo firme, su espina dorsal, convirtiéndose en un movimiento social definido, con su ideología y su propio plan de organización de la vida del pueblo. Este es el período culminante de la insurrección revolucionaria, la machnovstchina.
Los rasgos característicos de este movimiento son una profunda desconfianza hacia los grupos no-trabajadores o privilegiados de la sociedad, desconfianza hacia los partidos políticos, negación de toda dictadura sobre el pueblo por parte de una organización cualquiera, negación del principio estatal, autodirección completa de los trabajadores de cada localidad. La forma primaria y concreta de esta autodirección serían los consejos obreros libres (soviets) de las organizaciones campesinas y obreras. Libres significa que deberían ser absolutamente independientes de todo poder central y constituir parte del sistema económico general sobre la base de la igualdad. Obrero quiere decir que esos consejos deberán formarse sobre el principio del trabajo, no incluir más que trabajadores, no servir más que sus intereses y no obedecer más que su voluntad, sin dar acceso a las organizaciones políticas. (Véase Los principios generales de los guerrilleros machnovistas concernientes a los consejos libres de las organizaciones obreras y campesinas, un folleto que será publicado en idiomas accesibles a los trabajadores de la Europa Occidental y de América). Tal fue la bandera de presentación de la machnovstchina en la lucha social.
La machnovstchina nació en la época tempestuosa de la vida ucraniana, en el verano de 1918, cuando todo el elemento campesino alentaba la rebelión. Desde los primeros días de su existencia hasta los últimos no ha tenido paz. Su evolución siguió, por consiguiente, un doble camino: el de la inculcación de sus ideas fundamentales a las masas y el del crecimiento y consolidación de sus fuerzas militares. A partir del día en que todos los destacamentos guerrilleros se reunieron en un solo ejército, éste se convirtió en el ejército revolucionario unificado de las masas en rebelión. El estado de guerra en que se encontraba Ucrania fue la causa de que las mejores fuerzas organizadoras del movimiento entraran en el ejército. Por obra de las circunstancias este último fue al mismo tiempo la autodefensa armada de los campesinos y el guía de todo el movimiento, su vanguardia revolucionaria. Organizó y dirigió activamente la ofensiva contra la reacción de los terratenientes; consideró y precisó el plan de la lucha; dio también las palabras de orden del momento. Sin embargo, no ha sido nunca una fuerza soberana, dominadora. Tomaba siempre sus ideas de las masas y defendía su causa. Las masas campesinas, por su parte, consideraban este ejército como el organismo que las dirigía en la lucha (1).
La actitud de los machnovistas hacia el poder de Estado, los partidos políticos, y los grupos improductivos era la actitud de los campesinos. Y viceversa, la machnovstchina se identificaba con los intereses de los campesinos pobres y de los obreros, su dolor y su pensamiento. Así, con ayuda de una influencia y acción mutuas, evolucionó el movimiento machnovista y se convirtió en un fenómeno social de la vida rusa.
En octubre y noviembre de 1918 los destacamentos de Machno iniciaron un ataque general contra la reacción del hetman. Hacia esa época, las tropas austro alemanas se encontraban desorientadas bajo la influencia de los acontecimientos políticos que tenían lugar en sus países de origen; no poseían ni la fuerza ni la energía de antes. Esto es lo que aprovechó Machno. Trató con las unidades de las tropas ganadas por el espíritu revolucionario y con las que selló un pacto de neutralidad. Esas unidades se dejaban desarmar fácilmente y los machnovistas aprovechaban para armarse a sus expensas. Donde Machno no conseguía tratar amistosamente con los austroalemanes, los expulsaba de la región por la fuerza de las armas. Así, después de un combate tenaz que duró tres días, Machno ocupó definitivamente Gulai-Polé. Se afirmó y organizó en ese lugar el cuartel general de su ejército. El fin del reinado del hetman estaba próximo y la juventud campesina afluía en masa hacia Machno. Su ejército consistía en ese momento en varios regimientos de infantería y de caballería y también en una batería y una cantidad de ametralladoras.
No existían en la región tropas del hetman. En cuanto a la guardia (la varta), desapareció ante el crecimiento extraordinario del ejército rebelde. Este quedó dueño de una región inmensa. Pero el hetman tenía aún a Kiev. Machno se dirigió entonces con sus tropas hacia el norte. Ocupó las estaciones de cruce, Tchaplino, Grichino, Sinelnikovo, llegó a la ciudad de Pavlogrado y volvió luego hacia el oeste, en dirección a Ekaterinoslav. Pero allí tropezó con las autoridades de Petlura, cuyos partidarios habían tomado el poder en varias ciudades y se consideraban dueños verdaderos del país. Formaron sus tropas reuniendo una multitud de destacamentos campesinos libres; después declararon una movilización general con el fin de crear el ejército regular del nuevo Estado. Consideraban el movimiento machnovista como un episodio poco importante de la revolución ucraniana y esperaban atraerlo y ponerlo bajo su dirección. Dirigieron a Machno una serie de preguntas: cuál era su opinión sobre el movimiento petluriano y sobre los poderes de Petlura, cómo se imaginaba la estructura política de Ucrania, si no consideraba deseable y útil una labor común para la creación de la Ucrania independiente. La respuesta de Machno y de su Estado Mayor fue breve: la petlurovstchina era en su opinión un movimiento de la burguesía nacionalista ucraniana con la cual ellos, campesinos y revolucionarios, no podían de ningún modo marchar juntos; Ucrania debía ser organizada sobre la base del trabajo libre y de la independencia de obreros y campesinos de todo poder político; ninguna unión, sólo la lucha era posible entre el movimiento del pueblo trabajador, la machnovstchina, y el de la burguesía, la petlurovstchina.
Poco después Machno se dirigió a Ekaterinoslav para expulsar de allí a las autoridades de Petlura. Este tenía fuerzas militares considerables. Protegidos por el río Dnieper, los petlurianos eran invulnerables en esa ciudad. Los destacamentos de Machno se detuvieron en Niyné-Dnieprovsk (una pequeña aldea cerca de Ekaterinoslav). Allí estaba también el comité bolchevique de la ciudad. Disponía de fuerzas armadas locales. Machno era conocido ya en toda la región como revolucionario de mérito y como un jefe militar de gran capacidad. El comité bolchevique le ofreció, pues, el mando de los destacamentos obreros del partido. Machno aceptó.
Como había hecho antes, y haría después a menudo, recurrió a una estratagema. Habiendo cargado con sus tropas un tren obrero, circuló como tal por el puente del Dnieper hacia la ciudad. El riesgo era grande. Si por casualidad los petlurianos descubrían el engaño algunos minutos antes de parar el tren, hubieran podido hacerlos prisioneros. Pero este riesgo abrió a los machnovistas el camino de la victoria.
Apenas el tren se detuvo, las tropas revolucionarias bajaron inesperadamente y ocuparon de inmediato la estación y las partes próximas de la ciudad, en cuyo centro se libró una batalla encarnizada, que terminó con la derrota de los petlurianos. Pero unos días después, por falta de vigilancia de la guarnición machnovista, la ciudad fue tomada nuevamente por los petlurianos, que volvieron con refuerzos por la parte de Zaporoyé. Durante la retirada, en Niyné-Dnieprovsk, hubo dos atentados contra la vida de Machno. En ambas ocasiones las bombas arrojadas contra él no estallaron. El ejército machnovista se retiró a la región de Sinelnikovo. Desde ese momento se estableció un frente entre los machnovistas y los petlurianos en la frontera noroeste de la región ocupada por los rebeldes. Las tropas de Petlura, compuestas en su mayor parte de campesinos insurrectos y de movilizados por la fuerza, comenzaron bien pronto a dispersarse al contacto con los machnovistas. En poco tiempo este frente fue liquidado y una extensa zona fue liberada de toda autoridad y de toda clase de tropas.
Los que creen en el Estado temen la libertad del pueblo. Afirman que éste, sin un poder que lo frene, se perderá como sociedad y volverá al estado salvaje. Esta es una afirmación equivocada. Así hablan los parásitos, los amantes de la autoridad propia y del trabajo ajeno o bien los pensadores cegados por la sociedad burguesa. La emancipación del pueblo significa efectivamente la decadencia y la vuelta al estado salvaje, pero no del pueblo sino de aquellos que, por la autoridad y privilegios, viven del trabajo y de la sangre de los otros. El ejemplo de la revolución rusa nos muestra cómo millares de familias de la clase privilegiada -elegantes, bien alimentadas y bien cuidadas- han caído en la decadencia y en el estado salvaje. Privados de sus criados por la revolución, se cubrieron pronto de suciedad. La emancipación del pueblo reduce a estas condiciones a aquellos que vivían de su servidumbre. En cuanto al pueblo trabajador, a partir del día en que se siente realmente libre, comienza a vivir y a desarrollarse de manera intensa. Los campesinos de la región de Gulai-Polé lo demostraron. Durante más de seis meses -desde noviembre de 1918 hasta junio de 1919- vivieron sin ningún poder político y no sólo no perdieron los lazos sociales entre sí, sino que por el contrario crearon una nueva forma superior del orden social: la comuna del trabajo libre y los soviets libres de los trabajadores.
Después de la expulsión de los terratenientes, la tierra de la región pasó a los campesinos. Estos comprendieron que no bastaba con apoderarse de una extensión de terreno y contentarse con ello. Las dificultades de la vida les habían enseñado que los enemigos los acechaban por todas partes y que debían mantenerse unidos. En varios lugares se hicieron tentativas para organizar la vida en común. Dada la hostilidad de los campesinos contra las comunas oficiales (gubernamentales), en muchos lugares de la región de Gulai-Polé surgieron organizaciones campesinas llamadas comunas del trabajo o comunas libres. Así, cerca de la aldea Pokrovskoyé se organizó la primera comuna libre con el nombre de Rosa Luxemburg. Sus miembros eran todos muy pobres. Al principio no contaba más que con algunas decenas de hombres; después su número aumentó a más de trescientos. Esta comuna fue creada por los campesinos más indigentes de la región; su denominación de Rosa Luxemburg testimonia la ausencia de todo espíritu de partido entre los organizadores. Con la sencillez propia del pueblo, los campesinos honraron la memoria de aquella heroína que había perecido en la lucha revolucionaria. Ahora bien, la vida interna de la comuna no tenía nada que ver con la doctrina por la cual había luchado Rosa Luxemburg. La comuna se fundaba en el principio antiautoritario. Al desarrollarse, comenzó a ejercer una gran influencia en los campesinos de toda la comarca. Las autoridades comunistas trataron de inmiscuirse en su vida interna, pero no les fue permitido. La comuna se llamó claramente comuna libre, compuesta por trabajadores, extraña a toda autoridad (2).
A siete kilómetros de Gulai-Polé, en un antiguo feudo, se fundó otra que reunió a los campesinos pobres de Gulai-Polé. Se llamaba simplemente Comuna Número 1 de los campesinos de Gulai-Polé. A unos veinte kilómetros surgieron las comunas números 2 y 3. Había otras en diversos lugares. Ciertamente, las comunas no eran numerosas y no abarcaban más que a una cantidad restringida de la población, aquella que poseía bienes rurales sólidamente establecidos. Lo importante era que esas comunas habían sido formadas por iniciativa de los mismos campesinos pobres. La obra de los machnovistas no las influyó más que en cuanto estos últimos difundían la idea de las comunas libres en general.
Las comunas no eran creadas porque sí, sino por las necesidades vitales de los campesinos, que antes de la revolución no poseían nada y que después organizaban su vida económica sobre la base comunal. No eran las comunas artificiales del partido comunista, en las que se reúnen habitualmente elementos elegidos al azar, que siembran y cultivan de cualquier modo, gozan del apoyo del Estado, del gobierno y, por consiguiente, viven del trabajo del pueblo, al que pretenden enseñar a trabajar. Se trataba de comunas laboriosas de campesinos habituados al trabajo, que sabían apreciarlo en sí mismos y en los demás. Por tanto, los campesinos trabajaban en ellas para asegurarse el pan cotidiano. También encontraban apoyo moral y material. El principio de la fraternidad y de la igualdad era profundamente mantenido. Todos -hombres, mujeres y niños- debían trabajar en la medida de sus fuerzas. La organización era confiada a uno o dos de los camaradas, los cuales, después de haber cumplido esta tarea, volvían al trabajo al lado de los demás miembros. Indudablemente las comunas poseían estos rasgos porque surgieron del pueblo y su desarrollo seguía una línea natural. Sin embargo, estos gérmenes de comunismo libre estaban lejos de representar el contenido de la actividad creadora -económica y social- de los campesinos. Al contrario, esos gérmenes no veían la luz más que lenta y gradualmente. Independientemente la situación política exigía de los campesinos esfuerzos comunes inmediatos y de gran alcance, una tensión y una actividad generales. Era indispensable llegar a una organización unitaria, no sólo en las aldeas, sino en distritos enteros y aun en las provincias que constituían la región liberada. Era necesario hallar en común soluciones a diferentes problemas concernientes a la nación entera. Era preciso, pues, crear los órganos correspondientes. En efecto, los campesinos no tardaron en hacerlo. Estos fueron los congresos regionales de los campesinos, obreros y guerrilleros. Durante el período en que la región quedó libre, hubo tres de esos congresos. Los campesinos sintieron la necesidad de unirse, considerar la situación política del país y establecer líneas de acción política y económica.
En el primer congreso regional, que se realizó el 23 de enero de 1919 en el pueblo Gran Mikailovka, los campesinos dirigieron su atención, sobre todo, al gran peligro ofrecido por los movimientos de Petlura y Denikin.
Los petlurianos habian creado un nuevo Estado en el pais. Sirviéndose de la palabra engañosa de la defensa nacional habían declarado una movilización general, que implicaba una nueva sujeción del pueblo revolucionario. Los campesinos de todo el litoral del Azov decidieron combatir enérgicamente ese peligro. Formaron varios destacamentos y comisiones y los enviaron a la región ocupada por el directorio de Petlura para explicar a las masas la mentira del nuevo poder democrático, para incitarlas a la desobediencia, al boicot de la movilización y a continuar la insurrección hasta liquidar aquel poder.
La contrarrevolución de Denikin se presentaba como un peligro más grave aún para la región libre. Luchaba contra la revolución rusa en todos sus aspectos; no era sino una de las corrientes de la contrarrevolución general que tenía por fin la restauración de la monarquía. Esta contrarrevolución apareció tan pronto como la nobleza se repuso y pudo orientarse después de la caída del zarismo. Los generales Kornilof, Kaledin, Krasnof, Alezeief, Koltchak y Denikin eran todos jefes del mismo movimiento general contrarrevolucionario y monárquico en Rusia. Eran restos vivientes de la monarquía derribada. Si algunos de ellos recurrieron a fraseologías democráticas y se colocaron bajo la bandera de la Asamblea Constituyente, no lo hacían más que por razones de táctica. Haciendo esas concesiones a las exigencias de la época esperaban dar más rápidamente los primeros pasos hacia la restauración de la monarquía. De hecho todo espíritu constituyente o republicano les era absolutamente extraño.
El segundo congreso regional de los campesinos y obreros rebeldes se reunió tres semanas después del primero, el 12 de febrero de 1919, en Gulai-Polé. Fue examinada en él la cuestión del peligro del avance de la contrarrevolución de Denikin. El ejército de Denikin se componía de elementos contrarrevolucionarios bien escogidos: oficiales de los cuadros del antiguo ejército regular y cosacos del imperio. Los campesinos sabían bien de qué manera se resolvería una lucha entre ese ejército y ellos. Tomaron pues todas las medidas para reforzar su defensa. El ejército insurreccional de los machnovistas contaba en esa época con unos 20.000 combatientes voluntarios. Muchos de ellos estaban cansados, agotados por los combates de los últimos 5 o 6 meses. Entre tanto las tropas de Denikin crecían rápidamente y amenazaban la región libre. El segundo congreso de los campesinos resolvió declarar en toda la región una movilización voluntaria e igualitaria de los últimos diez años. La movilización debía ser voluntaria, es decir, apelaba a la conciencia y a la buena voluntad de cada uno. La resolución del congreso no tenía otro sentido que el de destacar la necesidad de completar el ejército guerrillero con nuevos combatientes (3). Movilización igualitaria quería decir que los campesinos de diferentes pueblos o distritos se encargarían de completar el ejército sobre una base aproximadamente igual.
Tan pronto como fueron difundidas las resoluciones del congreso sobre la movilización voluntaria entre los campesinos, cada pueblo comenzó a enviar a Gulai-Polé masas de voluntarios que habían expresado el deseo de marchar al frente contra Denikin. El número de estos nuevos combatientes sobrepasó todas las previsiones. Desgraciadamente se carecía de armas en la región y no fue posible formar en tiempo oportuno nuevos destacamentos, lo que tuvo consecuencias fatales para la región cuando se produjo la ofensiva general de Denikin, en junio de 1919. Volveremos sobre ello más adelante.
En este segundo congreso de campesinos, obreros y guerrilleros se creó un Consejo militar revolucionario regional que se encargaría de la dirección general de la lucha contra Petlura y Denikin, de sostener las relaciones sociales entre los trabajadores de la región, de responder a las necesidades de información y de control y, en fin, de asegurar el cumplimiento de las diversas resoluciones del congreso. Los representantes de 32 distritos de Ekaterinoslav y de Tauride, así como los de los destacamentos rebeldes constituyeron parte de él. Este consejo abarcó toda la región libre; ejecutaba las decisiones del congreso de orden social, político o militar y era, por decirlo así, el órgano ejecutivo supremo de todo el movimiento. Pero no era de ningún modo un órgano autoritario.
No se le asignó sino una función puramente ejecutiva. Se limitaba a ejecutar las instrucciones y resoluciones de los congresos de los campesinos y obreros. Podía ser disuelto en cualquier momento por el congreso y cesar de existir.
Después de la creación del Consejo regional, la actividad social de la región se hizo más extensa. En todas las ciudades y aldeas se discutía y resolvía una cantidad de problemas comunes a toda la región.
Los principales eran la cuestión militar, el aprovisionamiento y la autoadministración local.
Hemos hablado ya de las medidas militares tomadas por los campesinos en vista de las necesidades del momento y de la región.
En cuanto a la cuestión del aprovisionamiento, no fue considerada en toda su extensión, es decir, en vista de los intereses de toda la población de la región. La cuestión debía ser examinada en esa escala en el cuarto congreso regional de los campesinos, obreros, guerrilleros y soldados del ejército rojo, convocado para el 15 de julio de 1919, pero declarado fuera de la ley por las autoridades soviéticas. Volveremos a hablar más adelante de ello.
En cuanto al ejército guerrillero, los campesinos se encargaron de aprovisionarlo. Una sección central de aprovisionamiento del ejército fue organizada en Gulai-Polé; a ella llegaban de todas partes víveres y forrajes para ser enviados al frente.
En lo que concierne a los órganos de la autodirección social, los campesinos y los obreros de toda la región eran partidarios de la idea de los soviets de trabajo libre. Contrariamente a los soviets políticos de los bolcheviques y de los demás socialistas, los soviets libres de los campesinos y de los obreros debían ser órganos de su selfgovernment social y económico. Cada soviet no era más que el ejecutor de la voluntad de los trabajadores de la localidad y de sus organizaciones. Los soviets locales establecían entre sí la alianza necesaria, formando de ese modo los organismos superiores económicos y territoriales.
Sin embargo, el ambiente de guerra en toda la región hacía muy difícil la creación y el funcionamiento de esos organismos y por eso su organización completa nunca llegó a cumplirse. Solo en 1920 pudieron publicarse las tesis generales sobre los soviets libres de campesinos y obreros. Antes de esa fecha los principios generales de los soviets fueron expuestos en la Declaración del consejo revolucionario militar de los guerrilleros machnovistas, en el capítulo sobre el régimen de los soviets libres.
Vemos, pues, que campesinos y una parte de los obreros al liberarse del régimen del hetman y de otras autoridades emprendieron la reconstrucción de una nueva vida de modo reflexivo y práctico. Vemos también que, cercadas por fuerzas hostiles, las masas trabajadoras adoptaban medidas adecuadas para la defensa de su región, que habían conquistado para la libertad. La creación de comunas y de una red de organismos de autodirección social y económica fueron los primeros pasos de campesinos y obreros en la obra de reconstrucción de su vida libre e independiente. No hay duda que, si hubiese permanecido libre, la masa de los trabajadores habría seguido su camino y aportado a su obra elementos sanos, originales y capaces y echado las bases de una sociedad de trabajo verdaderamente libre.
Pero el enemigo del trabajador y de la libertad -la autoridad- se acercaba a la región. Por el norte avanzaba el ejército del Estado comunista; por el suroeste surgía el ejército del general Denikin.
Primero llegaron las tropas de Denikin. En la lucha de los campesinos contra el hetman, y sobre todo en los primeros días después de su caída, algunos destacamentos contrarrevolucionarios aislados, al mando del general Chkuro, se infiltraron en Ucrania por la parte del Don y del Kuban y se aproximaron a Pologui y a Gulai-Polé. Esta fue la primera amenaza de la contrarrevolución en la región liberada. Naturalmente, los guerrilleros machnovistas dirigieron sus fuerzas hacia ese lugar. Ellas se componían en esa época de varios regimientos de infantería y de caballería muy bien organizados. La infantería del ejército machnovista tenía características especiales. Se trasladaba de un lugar a otro por medio de caballos, pero no sólo a caballo, sino también en coches livianos llamados en la Ucrania meridional tatchanki. Esta infantería, que formaba una fila o dos, marchaba habitualmente a trote rápido junto con la caballería, haciendo de 60 a 70 kilómetros por día y si era necesario de 90 a 100.
Denikin especulando con la situación complicada que existía en Ucrania, principalmente por la lucha entre la tendencia de Petlura y los bolcheviques, esperaba ocupar la mayor parte del país sin gran esfuerzo y establecer su frente, al menos por un tiempo, más allá de los límites septentrionales de la provincia de Ekaterinoslav. Pero tropezó con el ejército bien organizado y tenaz de los guerrilleros machnovistas. Después de algunas escaramuzas; los destacamentos de Denikin se batieron en retirada en dirección al Don y al mar Azov. En poco tiempo toda la comarca, desde Pologui hasta el mar, quedó libre. Los guerrilleros machnovistas ocuparon una serie de estaciones de ferrocarril importantes, así como dos ciudades, Berdiansk y Mariopol. A partir de ese momento, enero de 1919, se formó el primer frente contra Denikin, un frente en el que los machnovistas detuvieron durante seis meses la ola de la contrarrevolución que avanzaba desde el Cáucaso. Ese frente se extendió después a más de cien kilómetros en las direcciones este y noroeste de Mariopol.
La lucha adquirió un carácter encarnizado y tenaz. Los denikianos, siguiendo el ejemplo de los machnovistas, emplearon el modo de obrar de los guerrilleros. Sus destacamentos de caballería penetraban separadamente en las retaguardias de los guerrilleros, destruyendo, incendiando y masacrando; luego desaparecían rápidamente para aparecer de repente en otro lugar, y repetir los desmanes. Era exclusivamente la población laboriosa la que sufría en esas incursiones. Se tomaba venganza en ella por su concurso a los guerrilleros, por su falta de simpatía para los denikianos. Por esos medios se quería provocar una reacción contra la revolución. La población israelita, que habitaba desde hacía mucho tiempo en la región de Azov con sus colonias especiales, sufrió igualmente esas incursiones. Los destacamentos de Denikin exterminaban a los judíos en cada visita, tratando de provocar así artificialmente un movimiento antisemita, lo que les habría preparado el terreno para su invasión definitiva en Ucrania. El general Chkuro se hizo tristemente célebre en esas incursiones contrarrevolucionarias.
Sin embargo, a pesar de los efectivos bien escogidos y del encarnizamiento de sus ataques, las tropas de Denikin no consiguieron, después de cuatro meses de combates, dominar las tropas de los guerrilleros, con gran espíritu revolucionario y no menos hábiles en la guerra de emboscadas. Por el contrario, fue el general Chkuro el que sufrió reveses más de una vez por parte de los rebeldes; una retirada rápida de 80 a 180 kilómetros hacia Taganrog y Rostof la salvó de un desastre completo. Durante este período, los machnovistas estuvieron bajo los muros de Taganrog no menos de cinco o seis meses. El odio y el encarnizamiento de los oficiales de Denikin hacia los machnovistas adquirían formas increíbles. Se sometía a los prisioneros a diferentes torturas, se les hacía despedazar por la explosión de los obuses; se conocen varios casos en que se los quemó vivos sobre planchas de hierro enrojecido (4).
En esta lucha tenaz, que duró más de cuatro meses, el talento militar de Machno se manifestó ampliamente. Fue reconocido aun por sus enemigos, los denikinianos, como un jefe de guerra extraordinario. Eso no impidió al general Denikin ofrecer medio millón de rublos al que matare a Machno.
La insurrección revolucionaria fue un intento de las masas del pueblo para realizar las aspiraciones no satisfechas aún por la revolución. La insurrección era la continuidad orgánica del movimiento de las masas obreras y campesinas de octubre de 1917; tenía sus mismas intenciones y alentaba un profundo sentimiento de fraternidad para los trabajadores de todos los países y nacionalidades.
Notemos un hecho característico. Al comienzo de 1919, los rebeldes machnovistas rechazaron, después de una serie de combates, las tropas denikianas hacia el mar Azov y se apoderaron de unos cien vagones de trigo. El primer pensamiento de Machno y del Estado Mayor del ejército de los guerrilleros, fue enviar esos trofeos a los obreros hambrientos de Petrogrado. Esta idea fue acogida por las vastas masas revolucionarias con entusiasmo. Los cien vagones de trigo fueron enviados a Petrogrado y a Moscú, acompañados de una delegación machnovista, que el soviet moscovita recibió calurosamente.
Los bolcheviques llegaron a la región de la machnovstchina mucho más tarde que Denikin. Hacía ya tres meses que los guerrilleros machnovistas combatían contra los denikinianos; los habían expulsado ya de su región y establecieron su línea de defensa al este de Mariopol. Después de estos hechos llegó a Sinelnikovo la primera división bolchevique con Dybenko a la cabeza.
Machno mismo, así como todo el movimiento insurreccional revolucionario, eran todavía desconocidos para los bolcheviques. En la prensa comunista de Moscú y de la provincia se había hablado hasta entonces de Machno como de un guerrillero audaz, que prometía mucho para el porvenir. Su lucha contra Skoropadsky y luego contra Petlura y Denikin le atrajo por adelantado la simpatía de los jefes comunistas. No dudaban de que los destacamentos de los guerrilleros machnovistas, que habían combatido contra tantos reaccionarios diferentes en Ucrania, se unirían al ejército rojo. Por tanto cantaron de antemano alabanzas a Machno, sin haberlo conocido en la realidad y le consagraron columnas enteras de sus periódicos.
El primer encuentro de los comandantes bolcheviques con Machno se produjo bajo estos auspiciosos augurios (en marzo de 1919). Machno fue invitado inmediatamente a unirse con todos sus destacamentos al ejército rojo, para vencer juntos a Denikin. Las diferencias políticas e ideológicas de los guerrilleros eran consideradas muy naturales y no podían de ningún modo constituir un obstáculo a la unión sobre la base de una causa común. Esas diferencias permanecerían inviolables.
Machno y su Estado Mayor se dieron cuenta perfectamente de que la llegada del poder comunista era una nueva amenaza para la libertad de la región; vieron en ena el presagio de una guerra civil Pero ni Machno ni el Estado Mayor del ejército ni el Consejo regional querían esa guerra, que repercutiría funestamente sobre la suerte de toda la revolución ucraniana. No se perdía de vista la contrarrevolución franca y bien organizada que se acercaba por el Don y el Kuban y con la cual no habría más que una sola negociación posible, la de las armas. Ese peligro aumentaba diariamente. Sin embargo, los guerrilleros conservaron una cierta esperanza de que la lucha con los bolcheviques se limitaría al dominio de las ideas. En ese caso, podían quedar absolutamente tranquilos por lo que se refería a su región, porque el vigor de las ideas revolucionarias, el sentido de la revolución y la desconfianza de los campesinos hacia los elementos extraños serían los mejores defensores de la libertad de la región.
La opinión general de los dirigentes de la insurrección fue, pues, que era necesario concentrar por el momento todas las fuerzas contra la reacción monárquica y no ocuparse de las discrepancias ideológicas con los bolcheviques más que después de la liquidación de esa contrarrevolución. En este sentido se entendió la unión del ejército machnovista con el ejército rojo. Veremos más adelante que los dirigentes de la machnovstchina se habían engañado al esperar que no encontrarían en los bolcheviques más que adversarios de ideas. No habían tenido en cuenta que trataban con los estatistas y los adeptos de la violencia autoritaria. Pero los errores cometidos suelen ser útiles. Este error sirvió de lección a los machnovistas.
Los guerrilleros se convirtieron en una parte del ejército rojo bajo las siguientes condiciones: a) los guerrilleros conservan su antiguo orden interno; b) reciben comisarios políticos nombrados por la autoridad comunista; c) se subordinan al comando rojo superior sólo en lo que concierne a las operaciones militares estrictamente dichas; d) no pueden ser alejados del frente de Denikin; e) obtienen municiones y aprovisionamiento igual que el ejército rojo, f) mantienen su nombre de ejército revolucionario insurreccional y conservan sus banderas negras.
El ejército de los guerrilleros machnovistas estaba organizado de acuerdo con tres principios fundamentales: el voluntarismo, el principio electoral y la autodisciplina.
El voluntarismo significaba que el ejército no se componía más que de combatientes revolucionarios que entraban en él por su voluntad.
El principio electoral consistía en que los comandantes de todas las unidades del ejército, los miembros del Estado Mayor y del Consejo, así como todas las personas que ocupaban en el ejército puestos importantes en general debían ser elegidos y aceptados por los guerrilleros de las secciones respectivas o por el conjunto del ejército.
La autodisciplina significa que todas las reglas de la disciplina del ejército eran elaboradas por comisiones de guerrilleros, después revalidadas por las partes generales del ejército y rigurosamente observadas bajo la responsabilidad de cada revolucionario y de cada comandante.
Todos estos principios fueron mantenidos por el ejército machnovista en su unión con el ejército rojo. Primero recibió el nombre de tercera brigada, que fue cambiado después por el de Primera división insurreccional revolucionaria ucraniana. Más tarde adoptó el nombre definitivo de Ejércíto revoludionario insurreccional de Ucrania (machnovistas).
Toda cuestión política estaba excluida del acuerdo, que sólo se refería a problemas militares. A esto se debe que la vida de la región y su desenvolvimiento social revolucionario se guiaran siempre por el mismo principio de actividad autónoma de los trabajadores, que no admitieron ninguna autoridad externa. Veremos más adelante que esta fue la razón de la agresión armada de los bolcheviques contra la región.
Después de la creación del Consejo de la región, en febrero de 1919, ésta adquirió mayor cohesión. La idea de los soviets libres de trabajadores llegó hasta las aldeas más lejanas. Por causa de la situación general, los campesinos no lograban crear esos soviets sino muy lentamente; pero permanecían fieles a esta idea, porque comprendían que era la única base sobre la que resultaría posible la construcción de una comunidad libre. Al mismo tiempo, la unión inmediata con los obreros de las ciudades vecinas era cada vez más urgente. La alianza con la masa trabajadora de las ciudades debía ser establecida directamente, es decir, con los establecimientos y las organizaciones profesionales de los obreros, al margen de los órganos del Estado.
Esa alianza era indispensable para la consolidación y el desenvolvimiento ulterior de la revolución. Se comprendía que tal unión debía llevar a la lucha contra el partido gubernamental estatal, que no cedería fácilmente su dominio sobre las masas. Pero esto no parecía un gran peligro porque, se decía, una vez unidos los campesinos y obreros podrán fácilmente derrocar todo poder. Y además, y sobre todo, no podían existir otras formas de unión con los obreros que esa forma recta que llevaba a la retirada del poder y por tanto a su debilitamiento. Porque era precisamente esa forma de unión de las ciudades y de las aldeas la que aseguraba la posibilidad de profundizar la revolución. Obrero, danos la mano, tal era el llamado de los campesinos revolucionarios de Gulai-Polé a la ciudad. Para los campesinos de la región liberada ése era el único llamado razonable. En su medio eran enteramente libres; disponían de sí y de los productos de su trabajo con toda independencia. Deseaban naturalmente ver a los obreros de las ciudades en la misma situación y trataban de aproximarse a ellos por la vía directa, evitando todas las organizaciones políticas, gubernamentales u otras, que no producían nada y que tantos males habían hecho en el pasado. Deseaban, pues, que también el obrero se acercase a ellos por el mismo camino. Así fue planteado en la región el problema de la unión con los obreros de las ciudades. Desde este punto de vista se encaró, examinó y discutió en todas partes, y así se convirtió finalmente en la palabra de orden del momento.
Era natural que los partidos politicos no tuvieran éxito alguno en la región. Sus planes de organización estatal fueron acogidos fríamente, a veces con burla, como a gentes que pretenden inoportunamente mezclarse en asuntos ajenos.
Las autoridades comunistas, que se introducian por todas partes en la región, fueron así recibidas como elementos extraños.
Al principio, los bolcheviques esperaban absorber al ejército machnovista en las filas del bolchevismo. La masa de los guerrilleros seguía obstinadamente ss camino. Ignoró los órganos gubernamentales del bolchevismo. La dispersión de las Comisiones extraordinarias (Tcheka) por los campesinos armados era cosa habitual. En cuanto a Gulai-Polé, las autoridades comunistas no se atrevieron nunca a establecer allí institución alguna. En otros lugares esas instituciones fueron causa de colisiones entre la población y el poder. La situación de este último en la región se volvió muy dificil.
Entonces los bolcheviques comenzaron una lucha organizada contra la machnovstchina, como idea y como movimiento social.
La prensa inició la campaña. El movimiento machnovista fue calificado como un movimiento de campesinos ricos (kulaks), sus consignas contrarrevolucionarias y su acción perjudicial a la revolución.
Comenzaron las amenazas contra los dirigentes de la machnovstchina en los periódicos y de parte de las autoridades centrales. La región fue bloqueada. Todos los militantes revolucionarios que iban a Gulai-Polé o que salían de alli eran arrestados en el camino. El aprovisionamiento de los guerrilleros con municiones y cartuchos se vio reducido. El desenlace era inmediato.
El Consejo revolucionario militar convocó el tercer congreso de campesinos, obreros y guerrilleros para el 10 de abril de 1919. El congreso debia determinar las tareas del movimiento y pronunciarse sobre las perspectivas de la vida revolucionaria de la región. Los delegados de 72 distritos, que representaban una masa de más de dos millones de hombres, se reunieron en congreso; el trabajo fue intenso. Lamentamos no tener a mano las actas det congreso. Se podría ver en ellas con qué prudencia el pueblo escrutaba sus propios caminos en la revolución, sus propias formas de vida.
Al final de sus taréas el congreso recibió un telegrama del comandante de la división, Dybenko, que declaraba al congreso como contrarrevolucionario y a sus organizadores fuera de la ley.
Este fue el primer atentado manifiesto de los bolcheviques contra la libertad de la región. El congreso comprendió el alcance del ataque y votó una resolución de protesta contra la agresión. La protesta fue impresa de inmediato y distribuida entre los campesinos y los obreros de la región. Y algunos días más tarde el Consejo revolucionario militar redactó una respuesta a las autoridades comunistas representadas por Dybenko, donde se destacaba la actuación de la región de Gulai-Polé en la revolución y se desenmascaraba a los contrarrevolucionarios. Esa respuesta caracteriza de una manera típica a una parte y a otra. Se introduce a continuación.
¿ES VERDADERAMENTE CONTRARREVOLUCIONARIO?
El camarada Dybenko declaró contrarrevolucionario al congreso convocado en Gulai-Polé el 10 de abril y puso fuera de la ley a sus organizadores, a quienes, según él, deben ser aplicadas las medidas represivas más rigurosas. Publicamos aquí su telegrama textual:
De Novo Alexeievka N° 283. El 10, hora 22.45. El camarada Batko Machno, donde se le encuentre, al Estado Mayor de la división de Alexandrovsk. Copia Volnovaka, Mariopol, al camarada Machno, donde se encuentre. Copia al soviet de Gulai-Polé:
Cualquier congreso convocado en nombre del Estado Mayor Revolucionario Militar, disuelto por orden mía, es considerado como manifiestamente contrarrevolucionario y los organizadores serán sometidos a las medidas represivas más rigurosas y hasta proclamados fuera de la ley. Ordeno que se tomen inmediatamente medidas para que no se produzcan tales cosas.
Comandante de la división DYBENKO.
Pero antes de proclamar contrarrevolucionario al congreso, el camarada Dybenko no se ha tomado el trabajo de informarse en nombre de quién y con qué fin fue convocado, lo que le hace decir que el congreso fue convocado por el Estado Mayor Revolucionario Militar disuelto de Gulai-Polé, mientras que en realidad lo fue por el Comité Ejecutivo del Consejo Revolucionario Militar. Por consiguiente, habiendo convocado este último el congreso, no sabe si está considerado por el camarada Dybenko fuera de la ley.
Si es así, permitid que informemos a Vuestra Excelencia por qué y con qué fin fue convocado este congreso, según vuestra opinión manifiestamente contrarrevolucionario; y entonces no se os aparecerá tan espantoso como lo imagináis.
El congreso, como se ha dicho ya, fue convocado por el Comité Ejecutivo del Consejo Revolucionario Militar de la región de Gulai-Polé. Fue convocado con el propósito de determinar la línea de conducta futura del Consejo Revolucionario Militar (veis, pues, camarada Dybenko, que se han celebrado ya tres de estos congresos contrarrevolucionarios ). Pero surge la cuestión: ¿De dónde procede y con qué fin fue creado el Consejo Revolucionario Militar regional? Si no lo sabéis aún, camarada Dybenko, vamos a decíroslo. El Consejo Revolucionario Militar regional fue formado de acuerdo a la resolución del segundo congreso, que tuvo lugar en Gulai-Polé el 12 de febrero del corriente año (Veis, pues, que hace ya mucho tiempo; vosotros no estábais siquiera aquí). El Consejo fue formado entonces para organizar los soldados del frente y para ejecutar la movilización voluntaria, porque la región estaba rodeada de blancos y los destacamentos de guerrilleros compuestos de los primeros voluntarios no bastaban ya para sostener el amplio frente. No había en ese momento tropas soviéticas en nuestra región; y además la población no esperaba gran ayuda de ellas, pues consideraba la defensa de la región como su propio deber. Con ese fin se formó el Consejo Revolucionario Militar de la región de Gulai- Polé, compuesto, según la resolución del segundo Congreso, por un delegado de cada distrito; en total, 32 miembros representantes de distritos de Ekaterinoslav y de Tauride.
Más adelante daremos explicaciones sobre el Consejo Revolucionario Militar. Aquí se plantea otra cuestión: ¿De dónde procede el segundo congreso regional?, ¿quién lo convocó?, ¿quién 10 autorizó?, ¿los que lo convocaron fueron declarados fuera de la ley? Y si no, ¿por qué? El segundo congreso regional fue convocado en Gulai-Polé por iniciativa de un grupo compuesto de cinco personas elegidas por el primer congreso. El segundo congreso se realizó el 12 de febrero del corriente año y ante nuestro asombro, las personas que lo convocaron no fueron puestas fuera de la ley, porque no existían entonces aun esos héroes que se atrevieran a atentar contra los derechos del pueblo conquistados a costa de su propia sangre. Y ahora nos encontramos frente al mismo problema: ¿Cómo nació el primer congreso regional?, ¿quién lo convocó fue puesto fuera de la ley?, ¿por qué no? Camarada Dybenko, según parece sois muy nuevo en el movimiento revolucionario de Ucrania, y es preciso enseñaros sus comienzos mismos. Y bien, vamos a hacerlo; y después de conocerlos os corregiréis tal vez algo.
El primer congreso regional se realizó el 23 de enero del corriente año en el primer campo insurreccional, en la Gran Mikailovka. Estaba compuesto por delegados de los distritos situados cerca del frente. Las tropas soviéticas estaban entonces muy lejos. La región se encontraba aislada; por un lado estaban los denikinianos, por otro, los petlurianos; algunos destacamentos de guerrilleros, con Batko Machno y Stchuss a la cabeza hacían frente a unos y a otros. Las organizaciones y las instituciones sociales no tenían entonces siempre los mismos nombres. En tal aldea había un soviet, en tal otra una regencia popular, en una tercera un Estado Mayor Militar Revolucionario, en una cuarta una regencia provincial, etc.; pero el espíritu era en todas partes igualmente revolucionario. El primer congreso se realizó para consolidar el frente, así como para crear una cierta uniformidad de organización y de acción en la región entera.
Nadie lo había convocado; se reunió espontáneamente, según el deseo y con la aprobación de la población. En el congreso se hizo sentir la necesidad de arrancar al ejército petluriano nuestros hermanos movilizados por la fuerza. Con este fin se eligió una delegación compuesta de cinco miembros que debía pasar por el Estado Mayor de Batko Machno y por otros lugares donde fuera preciso penetrar hasta el ejército del directorio ucraniano para anunciar a nuestros hermanos movilizados que habían sido engañados y que debían abandonarlo. Además, la delegación debía convocar a su regreso un segundo congreso, más vasto, con el fin de organizar toda la región liberada de contrarrevolucionarios y de crear un frente de defensa más poderoso. Los delegados convocaron, pues, a su regreso el segundo congreso regional sin tener en cuenta ningún partido, poder o ley. Porque vosotros, camarada Dybenko, y otros guardianes de la misma ley estábais muy lejos; y porque los guías heroicos del movimiento insurreccional no aspiraban al poder sobre el pueblo que acababa de romper con sus propias manos las cadenas de la esclavitud, el congreso no ha sido proclamado contrarrevolucionario y los que la convocaron no han sido declarados fuera de la ley.
Volvamos al Consejo regional. En el momento de la creación del Consejo Revolucionario Militar de la región de Gulai-Polé, el poder soviético apareció en la región. Pero conforme a la resolución votada en el segundo congreso, el Consejo regional no tenia ningún derecho a dejar los asuntos a merced de la aprobación de las autoridades soviéticas. Debía ejecutar las instrucciones del congreso, sin desviarse, porque el Consejo no era un órgano de comando, sino ejecutivo. Continuó pues obrando en la medida de sus fuerzas, y siguió siempre en su labor la vía revolucionaria. Poco a poco el poder soviético comenzó a promover obstáculos a la actividad de este Consejo y los comisarios y otros funcionarios bolcheviques llegaron a considerar al Consejo mismo como una organización contrarrevolucionaria. Entonces los miembros de éste decidieron convocar el tercer congreso regional para el 10 de abril en Gulai-Polé, a fin de determinar la línea de conducta futura del Consejo o bien paro liquidarlo si el congreso lo consideraba necesario. Y he ahí al congreso reunido. No son contrarrevolucionarios los que acudieron a él, sino precisamente aquellos que primero levantaron en Ucrania el estandarte de la rebelión, el estandarte de la revolución social. Acudieron para ayudar a coordinar la lucha general contra los opresores. Los representantes de 72 departamentos de diferentes distritos y provincias, así como los de varias unidades militares, llegaron al congreso y todos consideraron que el Consejo Revolucionario Militar de la región de Gulai-Polé era necesario; hasta completaron su Comité Ejecutivo y le encargaron la organización de una movilización voluntaria e igualitaria en la región. El congreso recibió con asombro el telegrama del camarada Dybenko que lo declaraba contrarrevolucionario, cuando su propia región fue la primera en levantar el estandarte de la insurrección. Por eso el congreso votó una protesta enérgica contra ese telegrama.
Tal es el cuadro que debería abriros los ojos, camarada Dybenko. ¡Volved en sí! ¡Reflexionad! ¿Tenéis el derecho, vosotros, de declarar contrarrevolucionarios a más de un millón de seres humanos que por sí mismos, con sus manos callosas, han roto las cadenas de la esclavitud y que construyen ahora su vida, por sí mismos también, a su propio modo?
¡No! Si sois verdaderamente revolucionarios debéis ayudar al pueblo a combatir a los opresores y a construir una vida libre.
¡Pueden existir leyes promulgadas por algunas personas que se autodefinen revolucionarias que permitan poner a un pueblo más revolucionario que ellas fuera de la ley?
¿Es permitido, es razonable venir a establecer leyes de violencia a un país cuyo pueblo acaba de derribar todos los legisladores y todas las leyes?
¿Existe una ley según la cual un revolucionario tendría derecho a aplicar las penas más rigurosas a la masa revolucionaria de que se dice defensor, por el simple hecho de que la masa en cuestión ha conquistado sin su autorización los bienes prometidos por él: la libertad y la igualdad?
¿El pueblo revolucionario puede callar cuando otro revolucionario le quita la libertad que acaba de conquistar?
¿Las leyes de la revolución ordenan fusilar a un delegado que cree de su deber ejecutar el mandato conferido por la masa revolucionaria que lo eligió?
¿Qué intereses debe defender un revolucionario, los del partido o los del pueblo que con su sangre impulsa la revolución?
El Consejo revolucionario militar de la región de Gulai-Polé está fuera de la dependencia y de la influencia de los partidos; no reconoce más que al pueblo que lo ha elegido. Su deber consiste en realizar todo aquello que ese pueblo le encargó y no obstaculizar a ninguno de los partidos socialistas de izquierda en la propaganda de sus ideas. Por tanto, en el caso de que la idea bolchevique hubiese tenido éxito entre los trabajadores, el Consejo revolucionario militar -esta organización contrarrevolucionaria desde el punto de vista de los bolcheviques- sería reemplazada por otra organización más revolucionaria y bolchevique. Pero en espera de ello, no nos obstaculicéis, no ejerzáis coacción sobre nosotros.
Si continuáis -camarada Dybenko y compañía- ejecutando la misma política que antes, si la creéis buena y sensata, ejecutad hasta el fin vuestros oscuros designios. Poned fuera de la ley a todos los iniciadores de los cpngresos regionales y también a los de aquellos convocados cuando vosotros y vuestro partido os manteníais en Kursk. Proclamad contrarrevolucionarios a todos los que fueron los primeros en levantar el estandarte de la insurrección y de la revolución social en Ucrania y obraron en todas partes sin esperar vuestra autorización y sin seguir vuestro programa, sino marchando hacia la izquierda. Poned también fuera de la ley a todos los que enviaron sus delegados a los congresos por vosotros considerados contrarrevolucionarios. Declarad también fuera de la ley a todos los combatientes desaparecidos que tomaron parte en el movimiento insurreccional para la liberación del pueblo trabajador entero. Proclamad ilegales y contrarrevolucionarios todos los congresos reunidos sin vuestro permiso, pero sabed que la verdad acaba por vencer a la fuerza. El Consejo no se desviará, a pesar de todas vuestras amenazas, de los deberes de que fue encargado porque no tiene derecho a ello y vosotros tampoco lo tenéis para usurpar los derechos del pueblo.
EL CONSEJO REVOLUCIONARIO MILITAR DE LA REGION DE GULAI-POLE:
Tchernokniyny: Presidente. Kogan: Vicepresidente. Kardbet: Secretario. Koval, Petrenko, Dotzenko y otros: Miembros del Consejo.
Después de esta respuesta, el problema de la machnovstchina se planteó en las altas esferas bolcheviques de manera urgente y clara. La prensa oficial, que se había referido ya al movimiento en términos falsos, comenzó a difamarlo sistemáticamente, atribuyéndole toda especie de absurdos, de villanías y de crímenes. El ejemplo siguiente bastará para mostrar el modo de obrar de los bolcheviques. A fines de abril o principios de mayo de 1919 el general Chkuro, del cual se burló uno de los prisioneros machnovistas, envió una carta a Machno donde -después de haber elogiado su talento militar innato y de deplorar que ese talento se haya desviado por las falsas rutas revolucionarias- le ofrecía que se uniese al ejército de Denikin para la salvación del pueblo ruso. La lectura de esta carta, en una asamblea, provocó en los guerrilleros burlas por la ingenuidad y estupidez del genera) reaccionario que ignoraba el ABC de la revolución en Rusia y en Ucrania. Remitieron luego esta carta a la redacción del periódico Put K Svobode para publicarla con un comentario irónico. La carta, seguida de las burlas consiguientes, apareció en el número 3 del periódico. ¿Qué hicieron entonces los bolcheviques? Encontraron la carta en el periódico machnovista, la reimprimieron en sus periódicos y declararon con una total falta de escrúpulos que esa carta había sido secuestrada por ellos en el camino, que habían tenido lugar negociaciones sobre el asunto de una unión entre Machno y Chkuro y hasta que esa unión había sido concertada. ¡Toda la lucha de ideas de los bolcheviques contra la machnovstchina se desarrollaba en forma semejante!
A partir de mediados de abril de 1919 la región de los guerrilleros fue investigada cuidadosamente por parte de los funcionarios del gobierno comunista.
El 29 de abril el comandante del frente sur, Antonof, llegó a Gulai-Polé para conocer a Machno, el frente machnovista y las disposiciones de los guerrilleros.
El 4 o 5 de mayo, llegó el enviado extraordinario del Consejo de defensa de la República, L. Kamenef, acompañado de otros funcionarios de Karkof. La entrada de Kamenef en Gulai-Polé tenía un aire amistoso y no dejaba nada que desear. Hizo cumplimientos a los campesinos y a los guerrilleros reunidos, llamándoles héroes que habían liberado la región del poder del hetman y que la habían defendido con éxito contra Petlura y Denikin. La iniciativa revolucionaria y la acción de los campesinos parecía haber encontrado en la persona de Kamenef uno de los más ardientes defensores. Pero, en una conversación oficial con Machno y los miembros del Estado Mayor y del Consejo regional, Kamenef asumió un tono diferente y no se mostró tan entusiasta de la autonomía y de la libre acción de los trabajadores. Cuando se planteó la cuestión del Consejo revolucionario militar, Kamenef consideró inadmisible la existencia de ese Consejo bajo el poder soviético y exigió su disolución. Como es natural en un estadista, Kamenef confundió dos instituciones absolutamente diferentes: el Consejo Revolucionario Militar de una República creado por el partido gubernamental y el Consejo Revolucionario Militar de la masa trabajadora creado espontánea y directamente en calidad de su órgano ejecutivo. El primero de esos consejos puede, en efecto, ser disuelto por orden del Comité Central del partido; pero el segundo no puede ser disuelto por nadie, si no es por la masa misma que lo ha creado. Sólo podría disolverlo una fuerza contrarrevolucionaria, pero en ningún caso los revolucionarios.
En ese sentido se respondió precisamente a Kamenef. La respuesta desagradó y suscitó discusiones calurosas. Sin embargo, al partir Kamenef, lo mismo que Antonof, se despidió cordialmente de los guerrilleros, expresándoles su profundo reconocimiento y manifestándoles deseos de éxito, abrazó a Machno y aseguró que los bolcheviques sabrían hallar siempre el modo de entenderse con los machnovistas, verdaderos revolucionarios, y que se podria y debería obrar siempre de común acuerdo.
La visita de estos altos comisarios bolcheviques a Gulai-Polé, ¿fue realmente un acto de amistad o se ocultaba en ella, bajo aquella amistad exterior, una hostilidad inconciliable hacia la región rebelde? Esta última suposición parece más probable. Los acontecimientos que no tardaron en desarrollarse probaron que la idea de una campaña militar contra la región y el movimiento guerrillero libre maduraba desde hacía mucho tiempo entre los bolcheviques. Las visitas de Antonof y de Kamenef a Gulai-Polé no pueden ser consideradas de otro modo que como un reconocimiento antes de la agresión. Ellas no aportaron cambio alguno en la disposición de los bolcheviques hacia la machnovstchina. Su campaña de agitación por la prensa no sólo no se debilitó sino que, por el contrario, se hizo más violenta. No cesaron de inventar mentiras. Todo revelaba que querían preparar la opinión de los obreros y de las tropas rojas en vista del ataque armado que proyectaban contra la región libre. Un mes antes de ese ataque habían intentado asesinar a Machno de improviso. El comandante de uno de los regimientos de guerrilleros, un cierto Padalka, sobornado por los bolcheviques, aceptó su comisión: atacar a Gulai-Polé por la parte de Pokrovskoyé en el momento en que se encontrara allí Machno con su Estado Mayor y hacerlo prisionero. El complot fue descubierto por Machno mismo estando en Berdiansk, unos minutos antes de partir para Gulai-Polé. El plan fue desbaratado porque Machno pudo hacer el trayecto de Berdiansk a Gulai-Polé en aeroplano en dos horas y algunos minutos. Los organizadores del complot fueron sorprendidos y ejecutados.
Machno fue advertido más de una vez por camaradas empleados en las instituciones bolcheviques que no debía acudir, en caso de que se le llamara, ni a Ekaterinoslav ni a Karkof, porque toda cita oficial sería una trampa. En una palabra, cada día era posible comprobar que los bolcheviques pretendían resolver la discusión sobre el contenido ideológico de la revolución ucraniana por la fuerza de las armas. La revuelta de Grigorief les obligó a cambiar por algún tiempo su actitud con respecto a la machnovstchina.
Notas
(1) Algunos hechos característicos pueden servir de ejemplos. A menudo los campesinos de los diferentes pueblos del litoral de Azov detenían los convoyes de víveres y verificaban los documentos. Si faltaban papeles del Estado Mayor del ejército machnovista los convoyes eran retenidos hasta que llegaran informes de los machnovistas. Con frecuencia los campesinos de muchos lugares respondían también a los llamados de las organizaciones bolcheviques y entregaban el trigo al gobierno al precio fijado por este último; entregaban el trigo pero a condición de obtener el consentimiento de la organización machnovista.
(2) Esta comuna fue destruida el 9-10 de junio de 1919, por las tropas bolcheviques durante su campaña general contra la región machnovista. El camarada Kiriakof, campesino de la región y revolucionario eminente, así como otros organizadores de la comuna, fueron declarados fuera de la ley. Unos días más tarde las tropas de Denikin ocuparon la aldea de Pokrovskoyé, la destruyeron y fusilaron a Kiriakof.
(3) Algunos miembros del ejército, así como algunos campesinos, interpretaron más tarde esta movilización como obligatoria. Según su opinión, la resolución del congreso que reflejaba la voluntad de los trabajadores de toda la región, aunque estuviera expresada en forma de invitación, debía ejecutarse estrictamente. Este fue un extravío, un error de algunos individuos. La resolución del congreso tenía solamente el carácter de una invitación general a entrar voluntariamente en el ejército.
(4) Véase al órgano machnovista Put/K. Svobodé (La ruta hacia la libertad), números 2-3.
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