AUTOBIOGRAFÍA DE LA
REVOLUCIÓN MEXICANA
Emilio Portes Gil
CAPÍTULO DECIMOQUINTO
PERIODO PRESIDENCIAL DEL LICENCIADO ADOLFO LÓPEZ MATEOS
El Licenciado Adolfo López Mateos rindió la protesta de ley el día 1° de diciembre de 1958
El gabinete del presidente López Mateos quedó integrado de la siguiente manera:
Secretario de Gobernación: Lic. Gustavo Díaz Ordaz;
Secretario de la Defensa Nacional: Sr. Gral. de Div. Agustío Olachea Avilés;
Secretario de Hacienda y Crédito Público: Lic. Antonio Ortiz Mena;
Secretario de Industria y Comercio: Lic. Raúl Salinas Lozano;
Secretario de Educación Pública: Dr. Jaime Torres Bodet;
Secretario de Relaciones Exteriores: Sr. don Manuel Tello;
Secretario de Salubridad y Asistencia: Dr. José Alvarez Amézquita;
Secretario de Recursos Hidráulicos: Sr. don Alfredo del Mazo;
Secretario de Comunicaciones y Transportes: Sr. Ing. Walter C. Buchanan;
Secretario de Obras Públicas: Sr. Ing. Javier Barros Sierra;
Secretario del Patrimonio Nacional: Sr. Lic. Eduardo Bustamante;
Secretario de la Marina Nacional: Sr. Almirante Manuel Zermeño Araico;
Secretario de Agricultura y Ganadería: Sr. Ing. Julián Rodríguez Adame;
Secretario del Trabajo y Previsión Social: Sr. Lic. Salomón González Blanco;
Secretario de la Presidencia de la República: Sr. Lic. Donato Miranda Fonseca;
Procurador General de la República: Sr. Lic. Fernando López Arias (por renuncia de éste, está actualmente encargado del Despacho el Sr. Lic. Oscar Treviño Ríos);
Procurador de Justicia del Distrito y Territorios Federales, Sr. Lic. Fernando Román Lugo;
Director general de Petróleos Mexicanos, Sr. Ing. Pascual Gutiérrez Roldán;
Director general del Instituto Mexicano del Seguro Social: Sr. Lic. Benito Coquet;
Secretario privado: Sr. Lic. Humberto Romero;
Jefe del Estado Mayor Presidencial: Sr. Gral. José Gómez Huerta.
En el discurso que pronunció delineando el programa que habría de seguir durante su gestión, fijó normas sobre todos los ramos de la administración, pero principalmente hizo hincapié en la necesidad de continuar la Reforma Agraria, con la mayor intensidad, fomentando la agricultura en todos sus aspectos, la escuela, la cultura, la construcción de obras de irrigación, carreteras, seguro social.
Importantes son sin duda los dos primeros informes del presidente López Mateos; el que rindió el 1° de septiembre de 1959, y el del 1° de septiembre de 1960, en los cuales expuso su convicción ideológica sobre las funciones encomendadas al gobierno. En el primero de dichos informes expresa:
Es propósito del gobierno fomentar el aprovechamiento de los recursos del país con los mismos mexicanos y en su beneficio, para cuyo efecto se están realizando actividades, con nuevos objetivos para utilizar las tierras, aguas, bosques, pastos y todos los recursos del suelo, del subsue10 y del mar.
Refiriéndose a la educación, considera la urgencia de preparar técnicos, moralizar los ambientes y las actuaciones públicas y políticas del país, la campaña para eliminar los privilegios de las minorías, ampliar el desarrollo del país, impulsando el progreso de las entidades federativas, diciendo textualmente:
... Los ideales de la Revolución Mexicana nos permiten en el presente luchar por la justicia social sin sacrificar las libertades espirituales y políticas, y gozar de éstas sin mengua de la búsqueda incesante de la justicia social. Con reforma agraria, derechos laborales, fomento y estímulo de la producción y estabilización de precios, elevaremos el poder adquisitivo de nuestra moneda y crearemos mejores condiciones de vida para el pueblo de México ...
Nuestra democracia avanza en armonía con el desarrollo social y económico. El mismo nivel de vida y la mayor educación popular favorecen la autodeterminación de las comunidades.
En cuanto a política exterior, López Mateos dice:
Los principios de nuestra política exterior emanan de nuestra experiencia histórica. Algunos de ellos fueron formulados de manera defensiva, porque necesitábamos defender nuestro territorio, nuestra soberanía e integridad. Con ellos, ahora podemos llevar a los países amigos el espíritu de equidad, libertad y concordia que priva entre nosotros.
Postulamos la no intervención en la vida de los pueblos, no sólo para lograr que se nos respete, sino para que todos, débiles y poderosos, queden a salvo de amenazas, iniquidades y violencias, defendamos la paz y la cooperación internacionales, no solamente para vivir en armonía con los demás pueblos, sino para que ellos, grandes y pequeños, puedan desenvolverse y realizar mejor sus finalidades; sostenemos la libre determinación de cada pueblo, para que se nos deje proyectar nuestro destino, y para que todos, fuertes y débiles, grandes y pequeños, puedan hacer lo mismo dentro de la convivencia pacífica.
En el segundo informe sostiene la decisión inquebrantable de unidad e independencia. Pugna por establecer un sistema de justicia social amparando a los menos capacitados y garantizando al pueblo su progreso dentro de la paz y la concordia.
Llama la atención sobre los éxitos obtenidos por la Revolución durante medio siglo, y declara:
Al mexicanizar definitivamente la industria eléctrica del país lo hicimos sin lesionar derechos ni interés legítimo alguno, y empleando procedimientos y medios adecuados; debemos considerar, cuando ellos se aplican con buen éxito, que ha sido el país mismo el que ha transformado su capacidad creadora y su estructura económica social ...
Tenemos que seguir el camino que nos marca la Revolución Mexicana, sorteando la incertidumbre que domina al mundo; poner al día el cuadro de medios y procedimientos, y ajustar al país institucional e históricamente, para que pueda encauzar mejor su vida durante los próximos cincuenta años. Esa tarea ni la renunciaremos ni la abandonaremos, cualesquiera que sean las presiones contrarias interiores o exteriores, pues México debe seguir siendo fiel a su destino que su propia revolución le señala y rechaza todo lo que contradiga su idiosincrasia, límite de crecimiento, o reduzca sus propósitos de no ser absolutamente soberano e independiente ...
Por demás importante fue la gira que hizo el Presidente López Mateos por la América del Sur, el Canadá y los Estados Unidos, en que hizo una exposición clara y precisa del programa de la Revolución Social Mexicana, de la política de respeto a la soberanía que ha postulado México, desde hace muchos años.
Habla de lo que debe ser el periodista, y cuando en la Asamblea de las Naciones Unidas pronuncia su interesante discurso, precisa los motivos por los cuales México es miembro fundador de la organización, expresando:
... En nuestra actitud internacional partimos de la firme convicción de que no hay conflictos que no puedan solucionarse pacíficamente. Si los hombres han logrado vivir dentro de un régimen de derecho, sujetos a él y dirimiendo legalmente sus controversias, ¿por qué no van a hacerlo de igual manera las naciones? El México insurgente abrevó en un ideario que entendía el derecho internacional como lógica continuación del derecho interno, para nosotros, la libertad del individuo y la libertad de las naciones son inseparables y se apoyan mutuamente. Sólo hay naciones libres cuando los hombres que las integran gozan de libertad; y los individuos sólo alcanzan su libertad, cuando viven en un pais libre. La Revolución Mexicana conjugó con este concepto tradicional, el nuevo principio: la libertad individual se hace plena en la justicia social. Y es asi como mi país lucha por la independencia de las naciones, la libertad de los individuos y la justicia social de las colectividades ...
Sus grandes postulados: la igualdad de las naciones; el respeto de todos al derecho de cada uno; la fidelidad a los tratados y convenios libremente concertados; el derecho de cada país a determinarse las instituciones acordes con su naturaleza; la búsqueda de la paz mediante la dignidad de cada pueblo y apoyada por la justicia; la garantia de las libertades básicas de que deben gozar todos los hombres; y la decidida cooperación entre los países para que la prosperidad se haga universal, con los más generosos que el hombre haya establecido y se reafirman en cada etapa de la historia.
Y en Caracas, el 17 de enero, López Mateos sintetiza un programa en el cual delinea los propósitos de esa importantísima gira, cuyos puntos principales fueron los siguientes:
1° Confirmación de negociaciones bajo los mejores auspicios y la posible firma ulterior de un convenio para el establecimiento de empresas mixtas venezolano-mexicanas, dedicadas a la explotación siderúrgica y petrolera.
2° Anuncio de la promoción de entendimientos semejantes a los demás países.
3° Declaración de que la estabilidad económica y política de la América Latina depende de la correcta explotación de sus recursos naturales y de la debida organización industrial que se dé a esos recursos y de la acendrada defensa de la democracia.
4° Afirmación de que es necesario modernizar los organismos jurídicos interamericanos para darles mayor eficiencia.
5° Declaración de que el pueblo mexicano no puede ver con simpatía a los gobiernos que no hayan emanado legitimamente de la voluntad de los pueblos, al referirse a las dictaduras de América.
6° Afirmación de que México ha superado hace mucho tiempo el problema del desarme y sólo destina el 6% de su presupuesto al sostenimiento de las fuerzas armadas.
7° Afirmó que México apoyará todo movimiento que surja en la ONU o en la OEA, tendiente a eliminar los armamentos.
8° Afirmó que México sostiene el principio de no intervención y que si las naciones todas de América llegaran algún día a acordar una investigación, México no regatearia su concurso.
López Mateos ha tenido el tino de no alejarse de las multitudes, y en giras agobiadoras que emprende por el territorio nacional, sigue manifestándose como un revolucionario sincero y patriota.
Su labor administrativa se supera todos los días. El reparto de tierras, que ya pasa de los 10 millones de hectáreas en cinco años, sigue aceleradamente con importantes modalidades que ha introducido en cuestiones de crédito, creando el ejido ganadero, el forestal, y dando nuevas orientac¡ones sobre el crédito en el campo.
En el informe rendido ante el H. Congreso de la Unión, el día 1° de septiembre de 1961, el señor presidente López Mateos, tras de hacer un balance de las obras emprendidas por el gobierno de su cargo, expuso nuevamente la postura revolucionaria de México.
Los siguientes son párrafos de su importante mensaje:
Vertical e inflexible ha sido y seguirá siendo, por definición, la política agrarista del régimen actual.
Nuestro pais no pertenece a ningún bloque organizado para los fines de la guerra fría.
La Revolución Mexicana es de México y para México.
Hemos sido, somos y seguiremos siendo, absolutamente independientes.
Somos revolucionarios realistas y no soñadores utópicos, ni demagogos irresponsables.
En el cuarto informe presidencial, fija con precisión y claridad las relaciones que existen entre México y Estados Unidos, diciendo textualmente:
La visita del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, señor John F. Kennedy y de su señora esposa a México, los días 29 y 30 de junio, permitió al pueblo mexicano hacer gala de cordial hospitalidad y poner de manifiesto la muestra de su elevado civismo.
La sustancia de las conversaciones que sostuvimos con el señor Presidente Kennedy fue dada a conocer de modo inequívoco en la Declaración Conjunta del 30 de junio; ella refleja la vocación democrática de los dos pueblos y reitera los principios e ideales que contienen por igual, como los de libertad individual y dignidad de la personal, el de no intervención, sea que provenga de un Estado continental o extracontinental y el de autodeterminación de los pueblos.
Desde el punto de vista de las relaciones bilaterales directas, cuatro puntos de la Declaración Conjunta -sin detrimento de los otros, ya que todos merecieron cuidadosa atención- requieren ser consignados particularmente en este Informe.
El segundo punto es el ofrecimiento de que los Estados Unidos seguirán cooperando, en el ámbito de los compromisos que implica la Carta de Punta del Este, en la tarea que el gobierno y el pueblo de México se han impuesto para acelerar el bienestar colectivo y para sostener la cooperación continental hasta que el hambre, la miseria, la ignorancia y la injusticia social desaparezcan del hemisferio.
El tercer punto y acaso el que, por causas históricas, encierra para nosotros interés primordial, es el relativo al Chamizal.
Estoy seguro de que nada contribuirá tanto a mejorar las relaciones entre México y los Estados Unidos, como una solución que se ajuste a los lineamientos del laudo de 1911, que asignó al dominio eminente de México el territorio comprendido entre el curso del río Bravo en 1864 y el que tomó después de las grandes avenidas de aquel año, o sea el que sigue actualmente en ese sitio.
Quiero declarar ante Vuestra Soberanía que, dada la trascendencia del caso, el arreglo a que pueda llegarse sólo entrará en vigor después de ser conocido, discutido y aprobado por las dos Cámaras del Honorable Congreso de la Unión.
El cuarto punto que deseo destacar es el de la salinidad de las aguas del río Colorado que se entregan a México.
Al efecto, debe recordarse que el 18 de marzo de 1962, los presidentes de los Estados Unidos y de México demandaron una solución perentoria; la experiencia demostró que esta tarea no estaba exenta de dificultades. Frente a esta situación -y así se expresó en la Declaración Conjunta- los presidentes tomaron nota de que ciertas medidas provisionales de remedio deberán reducir considerablemente la salinidad desde la fecha de la declaración hasta octubre de 1963 y expresaron su determinación de que se llegue a una solución permanente y eficaz en el menor tiempo posible.
Estos cuatro puntos, aun cuando todos llevan la misma conclusión, bastarían para justificar la apreciación de que las conversaciones que celebramos abren una nueva era de comprensión entre México y los Estados Unidos. Así lo esperamos y, por nuestra parte, pondremos cuanto esté de nuestra parte para que así sea ...
En su mencionada visita, el viernes 29 de junio de 1962, el presidente Kennedy expresó:
Ustedes, en México, han logrado realizar el programa de reforma agraria más notable y de mayor envergadura en toda la historia del hemisferio. Desde que se inició la Revolución Mexicana se han repartido más de 53 millones de hectáreas, a casi dos millones de personas. Y jamás ha sido este programa tan vigorosamente administrado como lo ha sido en los últimos tres años, en el régimen del presidente López Mateos, durante los cuales se han distribuido diez millones de hectáreas a centenares de millares de campesinos.
El último viaje que acaba de efectuar el presidente López Mateos en el Asia, es, sin género de duda, de gran trascendencia no sólo para México y la América Latina, sino también para todo el mundo.
En primer lugar, es importante el documento que conjuntamente firmaron en la India el presidente López Mateos y el primer ministro Nehru en que expresan:
La amistad entre México 1 la India se basa en su común desco de trabajar por la conservación de la paz mundial y colaborar en diversos programas, encaminados a estimular el bienestar y la prosperidad de sus pueblos y de otras regiones del mundo, reiterando que la solución de las controversias internacionales debe lograrse por medios pacíficos, y que es de todo punto indispensable para la paz mundial el desarme general y completo bajo control internacional y la total prohibición de experimentos nucleares.
Es la primera vez que un jefe de Estado levanta su voz en Asia en unión del primer ministro de la India, para que sean borradas definitivamente las diferencias entre los países desarrollados y los países en proceso de desarrollo, condenando enérgicamente el resto del coloniaje que aún queda en América, en Asia y en el Africa.
Al visitar el Japón, Indonesia y Filipinas, López Mateos firma con los jefes de Estado de esos países, declaración similar a la que suscribió en la India, abogando por la paz del mundo, la supresión del coloniaje y la supresión de las armas nucleares.
Posteriormente el señor presidente de la República realizó una intensa gira de trabajo al continente turopeo, con halagadores resultados. Los fines y éxitos obtenidos han sido resumidos con autoridad, por el Lic. Antonio Luna Arroyo, en el prólogo al libro Nueva Dimensión Internacional de México del que es autor el propio señor presidente.
Quien haya seguido paso a paso la gira del señor presidente se habrá dado cuenta de que no hubo momento de tregua ni descanso en su laboriosa gira. No había concluido una ceremonia cuando empezaba otra, no había terminado aún la visita a un país cuando ya se estaba trabajando en la próxima. Realmente nuestro jefe nacional ha sacrificado su vida, muchos áños de su vida, al servicio de México, pues los cuatro que lleva en el poder los ha vivido tan intensamente, que han dejado huellas imperecederas en su semblante. Sin embargo, no pierde la fe, no escatima energías, avanza siempre con optimismo en su trabajo. Así le vemos regresar después de haber alcanzado el más grande éxito que haya tenido presidente alguno en el extranjero, en la zona más importante del mundo, dándole a México una nueva dimensión internacional. Después de haber cumplido con su deber en Europa al servicio de México, en defensa de los intereses de América y en favor de la causa más justa de la humanidad.
Por eso hemos dicho con claridad que la voz sincera de México fue oída con atención y respeto en el difícil ambiente europeo, donde fue motivo de las más extraordinarias recepciones; que luchó empeñosamente en este elevado sitial de la cultura y de la técnica industrial en favor de las marcadas diferencias económicas de las naciones, contra toda forma de colonialismo que lesiona la dignidad de los pueblos y les impide su normal desarrollo. Trabajó incesantemente porque se ayude y se comprenda a los pueblos discriminados de Africa, pero que esa ayuda no lesione a otros pueblos que luchan por mejorar sus condiciones económicas dentro del hemisferio americano y que se ha organizado en la Asociación Americana de Libre Comercio y en la Asociación Centroamericana de Cooperación Económica.
Propuso y obtuvo que los países más poderosos del Mercado Común Europeo no luchen deslealmente con los países de América, sino que dentro de un espíritu de libertad y de comprensión entre los pueblos, cooperen dichas organizaciones económicas con base en los beneficios mutuos, a un desarrollo interior y exterior de los mismos países.
Sin variar la ruta de nuestra idiosincrasia, postuló con decoro el respeto a los derechos humanos, la convivencia pacífica y la ayuda mutua, trabajó con noble insistencia por la fraternidad, por el desarme general y completo y por la paz entre los pueblos.
Sin olvidar la doctrina de la Revolución Mexicana y los postulados de la Constitución Política de la República que enmarca la conducta política nacional e internacional de México, reiteró las cuatro normas fundamentales en que se basa la doctrina internacional de México: la no intervención en los asuntos internos y externos de otros paises; el respeto a la autodeterminación de los pueblos; la independencia, que no debe confundirse con la neutralidad, y la certeza de que, inclusive cuando se trata de la defensa de sus intereses, los países, por grandes que sean, no deben subestimar los límites que les impone la presencia de los demás pueblos y de sus sagrados intereses.
Finalmente, el señor Presidente fortaleció los vínculos culturales y económicos con las naciones visitadas: se planearon amplios intercambios en las ramas industrial y comercial; se obtuvieron créditos importantes, que vienen a resolver el grave problema de México de su deficiente capitalización interior frente a sus enormes necesidades sociales, y se firmaron declaraciones conjuntas y protocolos económicos que producirán, sin duda alguna, en un futuro no lejano, beneficios mutuos de gran importancia para esos países y para México.
Los beneficios económicos obtenidos en la gira de 15 días de intenso trabajo que realizó el señor presidente por los cinco países europeos, pueden resumirse así:
1° Colaboración económica entre el Mercado Común Europeo y la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio.
2° Créditos e inversiones directas para la lndustria mexicana, de Francia, Holanda y Alemania.
3° Robustecimiento del intercambio comercial con Francia, Holanda y Alemania, y,
4° Iniciación del comercio mediante convenios de trueque, con Yugoslavia y Polonia.
No ha existido en la historia de México un presidente que haya llevado al mundo, con su habítual franqueza, claridad y espíritu limpio, la voz de México. Tampoco había existido un jefe nacional que se preocupara no sólo de la defensa de los intereses de nuestro país en el extranjero, sino que luchara por los graves problemas de nuestros hermanos países de América Latina; y en fin, no ha habido presidente alguno que hubiere ido a decir, como lo hizo el actual en la más alta tribuna de la cultura, del arte y de la técnica, las limpias aspiraciones que tiene la humanidad de vivir tranquila en la concordia y en la paz.
Dentro de la gira antes mencionada, el día 26 de marzo el presidente López Mateos al contestar la bienvenida que le dio el presidente Charles De Gaulle, expresó:
La distancia que nos separa puede ser una realidad en la geografía, pero nunca un límite del espíritu. Queremos servir al género humano en la dignidad de cada persona y afirmar en cada persona el honor de la humanidad. Confío en que el viaje que he emprendido a Francia robustecerá, en todos los conceptos, las muy cordiales relaciones que existen entre nuestros pueblos y nuestros gobiernos.
Y al ser recibido en la Universidad de la Sorbona, cuando el rector, Dr. Jean Roche le impuso la Medalla de Oro de la Institución, dijo:
Fundadas las Universidades para conservar y acrecentar los más desinteresados esfuerzos de la inteligencia, tienen conciencia, como en ninguna otra institución moderna, de la amenaza real al pensamiento y la cultura de las fuerzas irracionales de la Historia. No podríamos encontrar, ciertamente, mejores aliados para la paz que las universidades del mundo.
Y en la cena que le ofreció el presidente de Francia, se expresó en los siguientes términos:
La amistad entre nuestras dos naciones se remonta a los días lejanos cuando México estaba en víspera de su independencia. Los primeros embajadores que Francia envió a mi patria, no representaban en realidad a ningún gobierno. Eran representantes de la cultura francesa, se llamaban Descartes, Moliére, el Abate Raynal, Diderot, Voltarie y Rousseau. Sus libros eran sus cartas credenciales; éstos leídos con avidez por los inspiradores de la independencia mexicana, han establecido entre nuestros pueblos un verdadero tratado de alianza, desprovisto de todo formulismo oficial. El momento me parece propicio para hablar con franqueza de la necesidad de estrechar más nuestras relaciones culturales, sociales y económicas.
Al visitar las oficinas de la U.N.E.S.C.O., el 27 de marzo, López Mateos, al corresponder a las palabras que le dirigió el señor René Maheu, director general de dicho organismo, dijo:
El viaje que me ha traído a París me brinda la grata oportunidad de visitar esta importante organización, a la que México -desde la Conferencia de 1945- ha otorgado siempre el interés que merece, tanto por los ideales que encarna cuanto por los propósitos que persigue.
Guerra, hambre, ignorancia y enfermedad son los peores flagelos de la civilización. Ninguno de ellos podrá combatirse, a la escala del mundo, sin una activa y fecunda cooperación internacional. Esto, que parece evidente cuando se alude a la guerra, no es menos cierto por lo que atañe a la enfermedad -que, en regiones cada día más vastas exige medidas de acción conjunta, cada vez más precisas y más complejas-; al hambre, contra la cual no sería posible luchar sin el concurso de todos los continentes, y a la ignorancia, que es a la vez la causa más escondida y la consecuencia más clara de las injusticias trágicas de la historia.
Evitar la guerra es sin duda alguna -y sobre todo actualmente-, la tarea más apremiante.
Al visitar Yugoslavia por la invitación que le hiciera el presidente Josip Broz, al contestar el discurso que este gran batallador le ofreciera, se expresó así:
Aunque la revolución que se lleva a cabo en esta tierra es, por varios conceptos, muy diferente a la nuestra, creo útil, en un cordial intercambio de experiencias, dar un brevísimo bosquejo de las conquistas de la Revolución Mexicana, que de 1910 a la fecha ha venido desarrollándose: primero con el recurso de las armas y después mediante las transformaciones pacificas preconizadas por la Constitución de 1917.
La presentación de este panorama no conlleva ni remotamente, un propósito aleccionador, puesto que tenemos la certidumbre de que el camino de cada pueblo es insustituible, y consideramos contraproducente pretender la aplicación artificiosa, en cualquier país, de las fórmulas que otros elaboraron para dar solución a sus problemas.
El pivote de la transformación social en el México moderno es la Reforma Agraria, mediante la cual se entregaron, hasta el año pasado, 53 millones de hectáreas a los campesinos ejidatarios, tanto de tierras de cultivo como de pastos y bosques.
En 1938, México nacionalizó la industria petrolera, que desde entonces se convirtió en motor del desenvolvimiento industrial y agrícola. Hace tres años nacionalizamos la industria eléctrica, otra fuente fundamental de energía. Mas todo ello, no por genofobia, sino por el derecho que toda nación tiene a ejercer dominio eminente sobre sus recursos básicos.
En efecto, en 1937, último año de la explotación extranjera del petróleo, la producción era de 138 mil barriles diarios, de los cuales se exportaban en crudo el 60%, en tanto que el año pasado llegó a 350 mil que se consumen en un 85% en mi propio país. Lo mismo ha ocurrido con la producción de energía eléctrica: en 1959, el año anterior a la nacionalización, la capacidad instalada era de 2.5 millones de Kv.; y las empresas extranjeras se negaban por incosteabilidad a extenderla a las pequeñas villas y comunidades campesinas. En 1964 será de 5.6 millones y ya se realiza una amplia y vigorosa tarea para llevar energía a los núcleos de población rural.
Los gobiernos surgidos de la Revolución han comunicado al país con más de 50 mil kilómetros de caminos carreteros pavimentados. Dos millones y medio de hectáreas para el cultivo son regadas con obras construidas por el Estado, durante la vigencia de los gobiernos emanados de nuestra Revolución.
El sistema de la seguridad social mexicana, instituido hace apenas dos décadas, e inspirado en los más altos principios de la seguridad social internacional, cubre los riesgos del trabajo, de las enfermedades profesionales y no profesionales, de la maternidad, de la vejez y de la muerte, además de otras prestaciones; beneficia a obreros, empleados y campesinos y ampara hoy a 5 millones de asegurados. Sistemas similares amparan a trabajadores del Estado y a las fuerzas armadas del país.
Es tan sincera la pasión del pueblo y del gobierno de México por la paz, que en los momentos difíciles que se presentaron en octubre último y a los cuales su Excelencia ha hecho alusión, inmediatamente aun cuando realizaba un viaje por Asia, me permití dirigir telegráficamente un llamado al señor Presidente Kennedy y al señor Presidente Dorticós, haciendo notar el deber que nos incumbe a todos los hombres de Estado, en virtud de las supremas responsabilidades que nos han sido confiadas, de no escatimar esfuerzo alguno para asegurar la paz. Posteriormente, tuve el agrado de enviar mensajes al señor Presidente Kennedy y al Presidente del Consejo de Ministros, señor Jruschov, felicitándolos por los prudentes acuerdos a que llegaron ante circunstancias tan peligrosas. Estamos convencidos de que en la época actual nuestros países demandan que todos los esfuerzos se unifiquen para alcanzar el progreso económico y social y que las fuerzas de que disponemos sean aplicadas en su totalidad para elevar los niveles de vida y darles a los pueblos todos los beneficios que la civilización moderna hace posibles y de los que todavía carecen, por desgracia, muy vastas porciones de la Humanidad.
Y el día 1° de abril, los presidentes López Mateos, de México y Tito, de Yugoslavia, expresan en declaración conjunta, la profunda decisión de sus países de alcanzar la paz y la colaboración constructiva entre los pueblos, basada en el respeto de los principios de la independencia, autodeterminación y no intervención en los asuntos de los demás Estados.
... Un gran número de países, particularmente de Asia, Africa y América Latina, sufren las consecuencias del desequilibrado desarrollo económico mundial y exige de la comunidad internacional, con pleno derecho, las soluciones y la ayuda necesaria para su más rápido progreso. Los dos presidentes confían en que la próxima Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo organizada por las Naciones Unidas, contribuirá a encontrar soluciones positivas a problemas tan importantes como el de la estabilización de las relaciones internacionales y el progreso de la comunidad mundial.
En Varsovia, el presidente López Mateos, al dar respuesta al discurso del presidente del Consejo de Estado de Polonia, se expresa así:
Por Polonia tenemos en México, Excelentísimo señor, y de tiempo muy antigu& por cierto, admiración y simpatía. Hemos sido testigos, a lo largo de vuestra dramática historia, del heroísmo de este pueblo que en las circunstancias más adversas, inclusive cuando todo parecía perdido, ha sabido imponer su recia e inconfundible personalidad, hasta conquistar y reconquistar, una y otra vez, el lugar de independencia y de honor que le corresponde entre las naciones.
También en Polonia se firma una declaración conjunta por los presidentes López Mateos y Alexander Zawadski, en que se expone el compromiso de ambos países por luchar y desarrollar cuantos esfuerzos sean procedentes para mantener la paz en el mundo y evitar el uso de las armas nucleares.
En Holanda y en la República Federal Alemana, se firman también declaraciones conjuntas abogando por la necesidad de que se mantenga inalterable la paz en el mundo y se supriman las armas nucleares.
El 30 de abril, México, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, suscribieron una declaración conjunta para invitar a los demás países hispanoamericanos a firmar un acuerdo multilateral que haga realidad el establecimiento de una zona desnuclearizada en la América Latina.
El texto de la declaración conjunta dice así:
Los presidentes de las Repúblicas de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México,
PREOCUPADOS hondamente ante la actual evolución de la situación internacional, que favorece la difusión de las armas nucleares;
CONSIDERANDO que por su invariable tradición pacifista los Estados latinoamericanos deben aunar sus esfuerzos a fin de convertir a la América Latina en una zona desnuclearizada, con lo cual contribuirán a disminuir, asimismo, los peligros que amenazan a la paz del mundo;
DESEOSOS de preservar a sus países de las trágicas consecuencias que acarrearía una guerra nuclear, y
ALENTADOS por la esperanza de que la conclusión de un acuerdo regional latinoamericano pueda contribuir a la adopción de un instrumento de carácter contractual en el ámbito mundial,
En nombre de sus pueblos y gobiernos han convenido en lo siguiente:
1. Anunciar desde ahora que sus gobiernos están dispuestos a firmar un acuerdo multilateral latinoamericano, por el cual los países se comprometerían a no fabricar, recibir, almacenar ni ensayar armas nucleares o artefactos de lanzamiento nuclear.
2. Dar a conocer la presente Declaración a los Jefes de Estado de las demás Repúblicas latinoamericanas haciendo votos porque sus gobiernos se adhieran a ella mediante el procedimiento que estimen adecuado.
3. Coadyuvar entre sí y con las demás repúblicas latinoamericanas que se adhieran a la presente declaración, a fin de que la América Latina sea reconocida lo más pronto posible como una zona desnuclearizada.
La labor incansable y pródiga que ha venido realizando el presidente de México desde que se hizo cargo del poder en favor de la paz, motivó que la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, a iniciativa de uno de sus miembros, el Sr. Antonio Zavala Abascal, y profesores de derecho de universidades de México, de Hispanoamérica, de Europa, de Asia y de Africa, así como jueces del Tribunal Internacional de La Haya y algunos distinguidos escritores que han recibido el Premio Nobel, se hayan dirigido al parlamento noruego pidiendo para el presidente López Mateos el Premio Nobel de la Paz.
El 22 de marzo de 1962, por instrucciones expresas del presidente López Mateos, su ministro de Relaciones Exteriores declaró en Ginebra ante el Comité de Desarme de las Dieciocho Potencias, que la desnuclearización podría, puede y debe hacerse por decisión espontánea de los Estados, en tanto se consigue un acuerdo mundial. Es así como el Gobierno de México ha resuelto no poseer ni admitir en el ámbito del territorio nacional armas nucleares de ninguna especie ni los medios que pudieran ser utilizados para transportarlas.
El 9 de mayo siguiente, en el mismo Comité de los Dieciocho, México propuso que se fijara una fecha límite para poner término a las pruebas nucleares.
Esta iniciativa se fundó en la consideración de que, en ausencia de un recurso semejante, las potencias con armamentos nucleares se verían fatalmente compelidas a desencadenar una nueva serie de experimentos cada vez que lo hiciera el otro concurrente en la guerra fría. La propuesta mexicana fue llevada finalmente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que la incorporó en su resolución 1762 (XVII) con el siguiente texto:
2. Pide que esos ensayos cesen inmediatamente y a más tardar el 19 de enero de 1963.
En votación nominal separada este punto recibió 88 votos aprobatorios en el seno de la Primera Comisión de la Asamblea General.
Pero indudablemente que el triunfo más sonado que ha obtenido el gobierno de México en los últimos meses del año, ha sido el acuerdo conjunto que los gobiernos de nuestra patria y Norteamérica han firmado para que el laudo pronunciado por la Comisión de Arbitraje que presidió el gran jurista canadiense Eugenio Lefleur en el año de 1911, laudo que reconoce los derechos de México sobre el tan disputado problema de El Chamizal, se cumpla.
Con tal motivo, el presidente López Mateos reunió en el Salón de Embajadores del Palacio Nacional, el día 18 de julio, aniversario del fallecimiento del Benemérito de las Américas, a distinguidas personalidades. En dicho acto, el presidente López Mateos dio cuenta a la nación del arreglo a que se había llegado con los Estados Unidos de Norteamérica para el cumplimiento del laudo arbitral que se había pronunciado en el año de 1911, Y que no había sido debidamente cumplido por los Estados Unidos de Norteamérica. Terminó su discurso con las siguientes palabras:
A este respecto, es indispensable que la opinión pública mexicana tenga una idea perfectamente clara sobre los dos aspectos de la cuestión que, si bien se complementan, son independientes entre sí.
PRIMERO. El área de El Chamizal se nos devuelve íntegramente, conforme al arbitraje, sin compensación o contrapartida de ninguna especie. Es decir, México recibirá, ni más ni menos, las 177 hectáreas que lo componen.
SEGUNDO. El canje de 78 hectáreas de territorio norteamericano que pasará a México, por 78 hectáreas de territorio mexicano que pasará a los Estados Unidos, como consecuencia de la nueva localización del cauce del río, se realizará, por lo que respecta a México, en la parte norte del Corte de Córdoba, y por lo que atañe a los Estados Unidos, al este del referido Corte ...
... COMPATRIOTAS:
La historia suele vincular, en su amplio devenir, nombres, seres y cosas. Hoy, que la principal beneficiaria con la recuperación de El Chamizal será la ciudad fronteriza que lleva el nombre del ilustre Benemérito a quien México debe su segunda independencia, es de la más estricta justicia recordar que fue la tenacidad en el Derecho, como se pudo obtener, a un siglo de distancia, respuesta favorable a su patriótica reclamación ...
Un siglo va a cumplirse, el año entrante, desde que El Chamizal mexicano pasó a la ribera opuesta del Río Bravo. Al verle reintegrarse a la orilla que es la suya, mi único deseo es que todos los mexicanos nos unamos en el propósito de que su restitución a nuestra patria, fortalezca en nosotros el sentimiento de la solidaridad nacional, de la fe en el Derecho y redunde en mayor devoción de lo único que en esta empresa, como en todas las demás, debe ser fin de nuestro amor y esfuerzo: México y los mexicanos.
Este acto trascendental, de gran significado para los dos países, que pacíficamente resuelven un grave problema, es, sin duda, un ejemplo de gran civismo para el mundo, sobre todo en esta época, en que muchos países recurren a la amenaza y a la violencia para resolver sus problemas.
Finalmente, el día 29 de agosto se firmó el convenio que lleva adelante el arreglo de El Chamizal. El secretario de Relaciones, don Manuel Tello y el embajador Thomas C. Mann, suscribieron el trascendental documento, que sin duda es un triunfo de la razón y el derecho, al dar fin a un litigio que venía siendo motivo de dificultades entre México y los Estados Unidos.