Magonismo y movimiento indígena en México
Juan Carlos Beas y Manuel Ballesteros
UNA LARGA RESISTENCIA CONTRA LA BARBARIE OCCIDENTAL
Las naciones indígenas que desde tiempos antiguos habitan el actual territorio mexicano han sido actores directos de las grandes convulsiones sociales que han sacudido al país. Desde aquel momento en que el primer conquistador ibero posó su pie de cruz, sangre y pólvora sobre estas tierras, la mayoría de los pueblos indios ofrecieron una necesaria, tenaz y violenta resistencia cuyo fin fue y ha sido conservar y recuperar tierras, bosques, costumbres y la propia vida. Este combate ha sido permanente y no sólo ha enfrentado al invasor español, francés o norteamericano, sino también a los gobiernos conservadores o liberales del México independiente, y al grupo que heredó el poder como resultado de la derrota de la llamada Revolución Mexicana. Porfirio Díaz, sanguinario pacifista oaxaqueño, al igual que el serenísimo Santa Ana, entregó nuestros recursos y tierras al invasor extranjero, desarrolló durante su gobierno un proceso de modernización capitalista, basado en el despojo y la violencia contra las ya muy disminuídas naciones indígenas. Como respuesta, los pueblos autóctonos desarrollaron en diferentes momentos, ya sea durante el porfiriato o durante los años de lucha armada, revueltas cuyo fin era recuperar lo despojado y detener los procesos de dominación. De la misma forma, su lucha iba dirigida a mantener viva La Costumbre. Esta Costumbre, que a fuerza de necedad y de resistencia persiste hoy en día, propone ciertas formas de propiedad y de relación de las gentes entre sí y con la naturaleza. El comunalismo, como costumbre de los pueblos indios, propone la propiedad social, formas de representación directas y asamblearias, así como un aprovechamiento del trabajo y los recursos donde la noción de mercancia es excluida. De ese modo, La Costumbre significó un obstáculo para el proyecto de Estado nacional y de modernización capitalista que impulsaron Porfirio Díaz y sus secuaces. El magonismo a través de muchas de sus acciones, proclamas, artículos, programas, rebeliones, asambleas, se muestra un movimiento vinculado a la tradicional lucha de resistencia de las naciones indígenas. En un país predominantemente rural como lo era México a principios del siglo XX, el movimiento magonista dirigió una parte importante de sus acciones al sector campesino e indígena. Así pues, la vinculación entre la resistencia indígena y el magonismo, es parte de una tradición socialista, y se presenta determinada por el comunalismo de los pueblos indios. El magonismo se nutre fundamentalmente de tres corrientes: el liberalismo mexicano, el anarquismo europeo y el comunalismo indígena. El magonismo es una expresión de lo que llamaremos socialismo; éste ha levantado como una de sus demandas principales la recomunalización, la restitución de tierras comunales a los pueblos y el respeto a la diferencia que representan los pueblos indios en un contexto cada vez más mestizo y occidental. En este trabajo pretendemos señalar la profunda vinculación que existió entre la resistencia etnica y los magonistas a principios de siglo. Es la historia de una lucha que no ha terminado: vencidos siguen luchando en sierras, selvas, montañas o barrios; lo ideas magonistas no han muerto, al contrario, han germinado y son parte de la memoria, de la historia viva de un pueblo que se niega a morir, pese a los deseos y esfuerzos de las tecnocracias gobernantes.