PASCUAL OROZCO
Y
LA REVUELTA EN CHIHUAHUA

Dr. Ramón Puente

PRESENTACIÓN

La rebelión orozquista en marzo de 1912, constituyó un fortísimo golpe al seno mismo del maderismo, puesto que el General Pascual Orozco fue sin duda su principal jefe de armas en la brevísima campaña militar que culminaría con el sitio de Ciudad Juárez, y su posterior capitulación.

El simple hecho de que el General Orozco encabezase una rebelión en contra de su antiguo jefe, el señor Francisco I. Madero, revelaba que las cosas no marchaban bien, y que al presidente de la República le esperaba un futuro sumamente turbulento.

Ya desde noviembre de 1911, en la proclamación del Plan de Ayala, las fuerzas zapatistas habíanse fijado en el General Pascual Orozco al incluirlo como Jefe del movimiento.

Y, si nos atenemos al descontento prevaleciente en el campo maderista, éste tuvo su origen en la firma de los tristemente célebres Tratados de Ciudad Juárez, documento que legalizó una concertasesión, en la cual salieron gananciosos los elementos afines al porfirismo, y el sector más moderado del maderismo. Posteriormente, con la creación del Partido Constitucional Progresista y el subsecuente abandono del Partido Antirreeleccionista con sus acuerdos y objetivos, profundizose la ruptura del elemento maderista, emergiendo el vazquismo y, precisamente, el orozquismo, como serios polos de enfrentamiento a Francisco I. Madero.

El ensayo que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, fue escrito en 1912, o sea en el mismo año en que tuvo lugar la rebelión, cuando aún no se sabía el resultado de dicho levantamiento armado. Fue ideado por el señor Ramón Puente, para denigrar al movimiento rebelde.

La tesis central del señor Puente no es otra que la de incidir sobre el hecho, no muy alejado de la verdad, del caracter profundamente contrarrevolucionario de ese movimiento y de la utilización de su cabecilla por los elementos más reaccionarios del antiguo régimen.

La figura del gran maderista, señor Abraham González, en cuanto elemento que siempre pretendió el diálogo y la conciliación con quienes posteriormente descollarían como cabecillas en la denominada rebelión orozquista, es enaltecida en su justo término.

Por nuestra parte, nos atrevimos a añadir un apéndice conteniendo dos documentos básicos del movimiento orozquista, como lo fueron el Plan de Santa Rosa, y el Plan de la Empacadora, con el objeto de proporcionar al lector más elementos para comprender aquella rebelión que terminaría sucumbiendo en el plano militar ante la acometida de las fuerzas del Ejército Federal, representado en la División del Norte al mando del General Victoriano Huerta. Y más adelante, cuando Huerta derroca y asesina a Francisco I. Madero, el General Orozco, olvidando las derrotas que Huerta le propició, se trasladará a la ciudad de México para rendirle pleibecia.

Chantal López y Omar Cortés

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