Indice de Entrevista a Nicolás T. Bernal por Píndaro Urióstegui Miranda Con Rafael Buelna, Ramón F. Iturbe y Heriberto Frías De Daniel Cabrera y Ricardo Flores MagónBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
A NICOLÁS T. BERNAL

Píndaro Urióstegui Miranda


LAS ACIAGAS ELECCIONES PARA GOBERNADOR DE SINALOA, EN 1909

PREGUNTA
¿Recuerda algunos incidentes que describan bajo qué condiciones se llevaron a cabo aquellas elecciones para cambio de gobernador en Sinaloa?

RESPUESTA
Por la cordialidad que me dispensaba Buelna, don Heriberto creía que yo era su compañero de los que junto con él fueron expulsados del Colegio Rosales.

Hubo un detalle interesante, los padres de los alumnos que fueron expulsados por seguir a Buelna, hicieron presión sobre sus hijos para que declararan que Buelna los había engañado pero hubo dos que lo siguieron, uno al que apodaban El Chapo, era un hombre chaparrito qUe murió en los primeros combates y el otro, cuyo padre Hilario Millán, era cuñado del secretario privado del general Cañedo. Millán era agente de Minería y además Juez de Primera Instancia en San Ignacio.

Bueno, pues don Hilario Millán llamó a su hijo y le dijo: mira hijo, es necesario que declares que Buelna te engañó, para que así te puedan recibir nuevamente en el Colegio Rosales.

Es necesario aclarar que todos los que declararon haber sido engañados por Buelna, fueron admitidos nuevamente. En una palabra se rajaron, pero no así el muchacho Millán, al contrario, a pesar de la presión ejercida por su padre, él contestó: no señor, a mí no me engañó Buelna, yo mismo le propuse que fuéramos a la manifestación. Entonces el padre de Millán, para castigarlo, lo mandó a una casa comercial que era sucursal de una compañía minera que estaba en San Dimas, Dgo., a unos cinco kilómetros de la frontera con Sinaloa.

Dicha compañía tenía en San Ignacio el comercio principal por el que iban extendiéndose y controlando todo el distrito, comercialmente.

Pues lo llevó ahí con un tío y el padre de mi esposa, recomendándoles que le dieran los trabajos más pesados en una de las industrias del lugar que era la curtiduría; así es qne aprovechando esto y con el fin de humillar a Hilario, en lugar de mandar a los mozos, lo obligaron a que cargara los cueros sin curtir para que lo vieran las muchachas del lugar y él se sintiera avergonzado; pero Hilario hizo lo siguiente: cuando no veía a ninguna de las muchachas cuando iba con su carga de cueros, se acercaba a la puerta de sus casas y les tocaba la puerta y al salir éstas, les decía: te llamé para que veas cómo un estudiante se ve cargando cueros en la cabeza; era un muchacho muy ocurrente, al que nunca le molestó lo que le hicieron, todo lo tomaba a broma. Esa actitud suya hizo enojar mucho a su papá. Entonces lo envió a San Dimas, en donde se encontraba la tienda de raya del mineral, con instrucciones también de que lo pusieran a trabajar en lo más duro, para ver si así se ablandaba, pero todos los esfuerzos fueron inútiles, porque no pudieron hacer que se retractara. Al darse cuenta de esto, nuevamente el papá habló con Hilario y le dijo: mira hijo, por favor, toma en cuenta que aquí está mi porvenir y el de toda la familia, por tu actitud puedo perder el empleo y recuerda que de esto comemos. Pero de nada sirvió, Hilario se mantuvo firme.

La oposición en Sinaloa nombró como su para gobernador a José Ferrel. El candidato oficial era Diego Redo. Sus simpatizadores en Culiacán formaron un grupo, en San Ignacio, para apoyarlo en su candidatura y se dirigieron a Ramón Corral, exponiéndole que ellos verían con simpatía que lo nombrara candidato a gobernador.

La contestación de Ramón Corral fue fijada en una tabla que recuerdo haber visto y en la que estaba el original, que decía: colaboraré con ustedes, y los partidarios de Redo la exhibían como diciendo que ya tenían todo arreglado.

La oposición siguió luego dirigida por don Heriberto Frías, que había llegado a Sinaloa con un gran prestigio. Se conocían sus antecedentes y se propaló el comportamiento que tuvo como cadete cuando lo enviaron a Tomochic.

A don Heriberto le causó honda repugnancia esta guerra; decía que su conciencia le exigía: ¡grita! ¡denuncia los hechos! pero su prudencia le aconsejaba callarse; eso lo oí de labios de don Heriberto, el lunes diecinueve de julio de 1909 en Mazatlán; tengo presente esta fecha porque Buelna me había invitado a que estuviera en esa ciudad el domingo dieciocho de julio, en que estaban esperando al candidato José Ferrel.

Las elecciones para gobernador se llevaron a cabo y como era de esperarse ganó Redo, tenía que ganar; para eso hubo fraude electoral, cambiando los votos, así obtuvo una votación favorable del ochenta y cinco por ciento. Mentira, el pueblo en su mayoría era oposicionista.

Por esta razón cuando Redo era ya gobernador, llevó a cabo muchas represalias, venganzas y persecuciones; entre ellas le hicieron imposible la estancia a don Heriberto Frías en Mazatlán. por lo que se vio precisado a salir, viniéndose a la ciudad de México, donde de inmediato fue a casa de José Ferrel. Ahí se encontró a don Pancho Valadés. Debo decir que no se le ha hecho justicia al hombre que puso sus bienes en manos de los Valadés para que se pudiera llevar a cabo el movimiento de la oposición, en Sinaloa ese hombre se llamó don Andrés Avendaño.

Posteriormente a esta reunión, don Heríberto Frías decidió ir a visitar a don Pancho Valadés en su domicilio particular. Cuando platicaba con él, le vino un síncope cardíaco y ahí murió. Don Heriberto escribió después una crónica que publicó en El Correo de la Tarde, dando detalles de cómo pasó este incidente.

Don Pancho murió antes del inicio de la Revolución, por abril de 1910.

PREGUNTA
Cuando llegó a San Francisco, Cal., en julio de 1909, ¿qué tipo de actividades relacionadas con la Revolución Mexicana pudo usted captar?

RESPUESTA
Mire, ese año fue pródigo en acontecimientos: en San Francisco había un grupo de hindÚes que estahan muy atrasados y no se podían exponer a tomar parte activa en los movimientos revolucionarios de aquellos tiempos, como por ejemplo el de los irlandeses, que era el movimiento más fuerte, dado que luchaban por su independencia (los irlandeses radicados en Estados Unidos). Los políticos norteamericanos tenían buen cuidado de no meterse con ellos porque sabían que el voto irlandés era muy importante.

Entre ellos conocí algunas personas muy apreciable8 que se enteraron y comprendieron la Revolución Mexicana a través de los artículos de John Kenneth Turner, quien desempeñaba una labor muy importante, al grado de que dondequiera se encontraba uno con algÚn artículo o trabajo de él.

Para esto, yo ya había tenido contacto con Ricardo Flores Magón por carta.

Ricardo había estado en Los Angeles y logré tratos con él pero sin llegar a identificarnos mayormente porque siempre lo veía muy ocupado.

En ese tiempo me encontré por primera vez con la señora de Turner, el doce de octubre de 1910. En casa de los Turner -vivían en un departamento- se reunían Ricardo y Enrique Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo Figueroa, Antonio Villarreal, Praxedis G. Guerrero y otros más que habían salido huyendo de México, siguiendo a Ricardo; para hablar de la Revolución tenían que hacerlo en la casa mencionada.

PREGUNTA
¿En octubre de 1910, fue cuando entró usted en contacto con Turner?

RESPUESTA
No, a Turner lo conocí posteriormente; a la que conocí en ese tiempo fue a la señora Turner, una mujer muy inteligente y culta que llevaba a cabo una gran actividad intelectual y revolucionaria.

Yo fui a Los Angeles porque tenía deseos de saludar a los compañeros del grupo de Flores Magón, que hacían activos trabajos de agitación, de correspondencia y publicaban el periódico Regeneración.

Desde agosto de ese año de 1910 le había escrito mi primera carta a Ricardo, la que le envié a la penitenciaría federal del Estado de Arizona, pero me fue devuelta. Yo tenía un gran interés por incorporarme al grupo de trabajo de Ricardo, que era para mí el que más comprendía lo que debía ser la Revolución en México.

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