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Capítulo 4
Segundo congreso gremial. Escisión socialista.
Los socialistas, encabezados en el terreno gremial por Adrián Patroni, no marchaban a gusto en un organismo como la Federación Obrera Argentina que, aunque amplísima en sus declaraciones, llena de respeto por el principio de la organización económica de los trabajadores, no podía convertirse en gestora o reclutadora de votos para el triunfo político de ningún partido y dirigía la atención del proletariado sobre la acción directa, sobre los medios propios de lucha en oposición al parlamentarismo de la socialdemocracia. Y de hecho, dado el predominio de los militantes anarquistas, la Federación Obrera estaba administrada por éstos, y sus opiniones prevalecían siempre. Por eso el grupo de La Organización, el periódico que propiciaba la constitución de un organismo obrero nacional con proyecciones políticas, se rehusó a acatar la resolución del primer congreso gremial y comenzó al poco tiempo a llevar una guerra incesante y desleal a la Federación, propiciando una organización obrera donde no cupieran los anarquistas. Como veremos en lo sucesivo, los socialistas de la Argentina siempre mantuvieron la máxima fidelidad al principio de la escisión cuando comprobaban que les era difícil prevalecer en las organizaciones obreras de tendencias antipolíticas.
Los años de 1900 a 1902 fueron de intensa agitación proletaria y de huelgas a granel en todos los gremios y en todo el país. Su mención en detalle nos ocuparía mucho espacio. Baste decir que son pocos los organismos obreros de aquella época que no hayan tenido repetidos conflictos con el capitalismo. La crisis intensa favorecía esa defensa de las condiciones de trabajo; los horarios regularmente eran de 10 horas, y los jornales, míseros en extremo. Gracias a esas huelgas incesantes los trabajadores pudieron disfrutar de algún alivio. Por ejemplo, en diciembre de 1901 los pintores de Mar del Plata reafirman la conquista de las ocho horas y 50 centavos de aumento en los jornales; los obreros del puerto de Buenos Aires, en febrero de 1902, conquistan las 9 horas y el salario de 4 pesos por día, trabajando antes lO horas y ganando 2.50 y 3 pesos. Y así sucesivamente; los trabajadores arrancaban palmo a palmo una parte de sus derechos a los usurpadores, no sin que a veces la resistencia patronal hiciera correr sangre obrera. En octubre de 1901, un millar de obreros de la Refinería de Rosario se declaró en huelga. La policía mató cobardemente a un obrero, Cosme Budislavich, austríaco, de 30 años de edad, hecho que dio margen a una huelga general en Rosario y a una violenta campaña de prensa, de mitines y de manifestaciones (Rosario tuvo en el país, en 1895, la primera huelga general obrera).
A mediados de 1901 hubo en Buenos Aires una gran huelga de panaderos. Se pedía un peso diario en lugar de la comida en el establecimiento y el aumento de un hombre por cuadrilla. Se emplearon el boicot y el sabotaje, y al cabo de varias semanas se consiguió un triunfo casi completo. Sobre los gastos originados por esa huelga tenemos a la vista un folleto que revela la capacidad organizadora y la vitalidad del movimiento. Se recolectaron para esa huelga 9.228.21 pesos y se gastaron según detalle, 7.687.79, sumas muy respetables en aquella época.
El segundo congreso de la Federación Obrera Argentina tuvo lugar los días 19 al 21 de junio de 1902 en el salón Vorvaert de Buenos Aires. Acuden 76 delegados en representación de 47 sociedades obreras.
Damos una versión completa de sus sesiones, pues nos parece interesante recoger al fin esa documentación de los primeros años lo más completa posible:
Nombrada la comisión revIsora de poderes, son elegidos los delegados Aliberti, Caramella e Inglan. La asamblea tacha varias delegaciones, entre las cuales las que dan lugar a mayor discusión son la de los panaderos de La Plata, que representa Torcelli (periodista), que figura como socio de la Sociedad de Estibadores de la misma localidad; la de Mattei, tenedor de libros, miembro de la sección varia reconocida con anterioridad por la Federación, que representa a los panaderos de Mendoza, y las delegaciones de los panaderos de Córdoba, que son tres, representados por Patroni, Aibizú y Castro, mientras la Federación sólo tiene conocimiento de las dos últimas. Un telegrama de los panaderos de Córdoba esclarece que las delegaciones válidas son las de Albizú y Castro. Por ese motivo Patroni tiene que retirarse del congreso después de haber sostenido todo el día que su delegación era legal.
Los delegados son admitidos con arreglo a un acuerdo anterior del comIté federal, por el cual se establece que los representantes de las sociedades de la Capital deben pertenecer a la sociedad que representan; igual acuerdo rige para las sociedades del interior que mandan delegados directamente, mientras que las que mandan representantes indirectos, pueden estar representadas en el congreso por cualquier obrero de la Capital, siempre que esté asociado y federada su asociación.
Por este acuerdo, pues, se entabló reñido debate sobre la admisión del delegado Torcelli que, siendo mandado directamente por los panaderos de La Plata, no pertenece a ese oficio.
Votada la delegación de Torcelli es rechazada por mayoría de votos. La minoría amenaza vengarse cuando se discuta la delegación de Mattei. Puesta ésta en discusión se aclara convenientemente que el caso Mattei no es el mismo de Torcelli, pues Mattei pertenece a la Sociedad Varia reconocida por la Federación y representa indirectamente una sociedad del interior, lo cual está de acuerdo con los estatutos del congreso. Puesto el asunto a votación es admitido el delegado Mattei, y la minoría protesta y pide la reconsideración de la votación sobre el caso Torcelli, a lo cual la asamblea accede y reafirma su rechazo de nuevo por mayoria de votos.
Antes de terminar la sesión de la tarde se vota por tercera vez si se admite o no al delegado Torcelli; el resultado es negativo. Conocida la votación por la minoria se desata ésta en toda clase de vituperios contra el congreso y es tal el desorden que promueve que se suspende la sesión a las 5.30 p. m.
A las ocho de la noche comienza la tercera sesión. Se lee la adhesión de los tabaqueros de Rosario y es admitida.
Dos delegados de la minoría en el asunto Torcelli, Varela y Cuareta, piden informes sobre la tercera votación del caso de ese delegado y proponen que se haga la cuarta, porque Torcelli, declaran, debe ser admitido o bien el fracaso del congreso es seguro.
Oromi pregunta si la minoria pretende hacer mofa del congreso u obstruccionismo. Dice que por él se haga la cuarta votación, pero que el congreso no puede estar bajo las amenazas de disolución que se han proferido por los delegados de la minoria.
Algunos delegados hablan en pro de una nueva votación y otros en contra.
Troitiño propone se siga el orden del día.
Garfagnini y otros demuestran la regularidad de la última votación sobre Torcelli; pero Cuareta dice que tres individuos de la barra han participado en la votación (efectivamente, un obrero sorprendió al socialista Dickmann, no delegado, votando por la admisión de Torcelli).
Algunos delegados gritan que se siga el orden del día, y entonces estalla en ira la minoria. Se promueve un escándalo ensordecedor. Todos los delegados favorables a la admisión de Torcelli se levantan de sus asientos vociferando y abandonan el recinto del congreso en medio de gritos, aplausos, silbidos e increpaciones de toda especie con que se manifiesta la barra.
Restablecida un poco la calma, unos proponen la suspensión de la sesión hasta el día siguiente; otros que continúe. La mayoría opina en favor de la continuación.
Se hace un recuento de delegados y se comprueba la presencia de 29 sociedades contra 19 ausentes.
Acto seguido se acordó mandar una comunicación a la prensa diaria y a las sociedades obreras sobre el motivo de la división. Se hace constar en ella que éste no es otro que haberse hallado tres veces consecutivas en minoria los partidarios de Torcelli.
Inmediatamente se nombra la mesa de discusión y el congreso entra a tratar de lleno el orden del día. Garfagnini, Basalo y Oromi son nombrados para presidentes de la mesa; Passarini y Martiñán para secretarios.
El secretario de la Federación da lectura a la memoria anual de la Federación, en la que se relata la guerra sorda sostenida contra la Federación por los políticos y se detallan los trabajos de propaganda y de organización en que la Federación ha tomado parte o que ha iniciado.
A propuesta de Troitiño se da un voto de aplauso a la Comisión por la actividad desarrollada. Igualmente a propuesta de Mattei se acuerda publicar la memoria en un folleto (1).
Se elige la comisión revisora de las cuentas de la Federación, la cual tiene un fondo de 167 pesos. A medianoche se levanta la sesión.
La cuarta sesión comienza a las 8 de la mañana del día 20. Preside Basalo y se hallan presentes 46 delegados en representación de 31 sociedades.
Se rechaza la moción de los delegados de zapateros y albañiles de La Plata, en la que proponen que se suspenda el congreso para otra ocasión en vista de los hechos ocurridos la noche anterior, y otra por la cual se propone que se invite a los delegados ausentes a volver al congreso.
Acto seguido se discute la celebración del 1° de mayo.
Se resuelve no aceptar una invitación del Partido Socialista para que la Federación suspenda su manifestación y se agregue a la de dicho partido. Sobre el tema en discusión se aprueba esta moción:
El congreso, considerando que el día 1° de mayo representa una fecha de duelo y de reivindicaciones para las clases trabajadoras, rechaza toda adhesión a partidos políticos e invita a todas las sociedades exclusivamente obreras gremiales y a los obreros en general a que lo conmemoren dignamente adhiriéndose a la iniciativa de la F.O.A.
En vista de que algunos delegados no están seguros de la opinión de sus sociedades sobre este punto, se aprueba esta otra moción:
Las sociedades adheridas al presente congreso, en el caso de no poder concurrir a la manifestación auspiciada por la F.O.A. no concurrirán tampoco a otras que inicie cualquier otra agrupación.
Trascurre toda la sesión de la mañana discutiendo estos asuntos.
A las dos y media de la tarde comenzó la quinta sesión. Preside Oromi y se hallan presentes 52 delegados de 34 sociedades.
Se acuerda mandar algunas notas a la prensa diaria explicando los motivos de la escisión anterior, que algunos diarios interpretan a su antojo y se pasa al Orden del Día.
Se da lectura a la memoria de la comisión administrativa de la Federación Obrera sobre las condiciones económicas de los trabajadores de la República Argentina.
Acto seguido el delegado Ros, de las artes gráficas, hace un examen detallado de los puntos que comprende el Orden del Día y se aprueban sobre ellos, después de discutirlos convenientemente, las siguientes mociones:
El congreso declara que siendo las agencias de colocaciones nocivas para la clase obrera, pues son agencias de estafas disfrazadas, deja a cargo del Comité Federal que estudie los medios y la forma en que deba promoverse una fuerte agitación contra ellas y como uno de los medios más eficaces para combatirlas recomienda a las sociedades inicien en cada localidad los trabajos tendientes a la fundación de bolsas de trabajo.
Sobre abolición del trabajo nocturno, un delegado da las siguientes informaciones de carácter científico sobre el efectuado por los panaderos:
El trabajo nocturno de los obreros panaderos no tan sólo es causa de la menor pigmentación de la piel y de la anemia que en ellos se observa, sino que favorece extraordinariamente el desarrollo de las enfermedades inherentes a la profesión (catarro agudo y crónico de las vías respiratorias, dilatación bronquial, enfisema pulmonar, afecciones agudas y crónicas del pulmón y de la pleura, tuberculosis pulmonar, etcétera), por cuyas circunstancias muchísimos de esos obreros mueren en edad temprana, por término medio.
Se aprueba después la siguiente moción:
El congreso, ratificando la resolución tomada en el anterior, resuelve recomendar nuevamente una activa agitación para la abolición del trabajo nocturno.
Por lo que concierne al trabajo a destajo, se resuelve atenerse a lo deliberado en el anterior congreso.
Sobre el trabajo en comandita se aprueba la siguiente moción:
El congreso declara que el trabajo en comandita es la forma más infame de explotación, pues convierte a unos obreros en explotadores de otros y como un deseo manifiesta que es incompatible pertenecer a una sociedad obrera y tomar trabajos en esta forma.
Se aprueba, pues, que se haga lo posible para que quede abolido el trabajo en las cárceles; para que se afirme la jornada de ocho horas y el aumento permanente de los sueldos; para que se pague semanalmente y con valor efectivo en oro.
Sobre propaganda antimilitarista, después de oído un importante discurso de un delegado, se aprueba por aclamación y de pie lo siguiente:
El congreso obrero, considerando que el militarismo es contrario a los intereses de la humanidad, hace votos para que se haga la mayor propaganda posible en contra de tan bárbaro sistema a fin de que el mayor número de jóvenes reclutas vaya a pasar la frontera antes de vestir la odiosa librea del asesino asalariado y legal.
Se aprueba también la siguiente moción por lo que concierne a la Federación de oficio y Federación local:
El congreso considera que para poder defender mayormente los intereses de los trabajadores, mejorar sus condiciones morales y económicas y oponer más potente y organizada resistencia a la explotación capitalista, es necesaria la constitución de Federaciones locales y de oficios.
Por lo que concierne a la fundación de un diario obrero, se deberá nombrar una comisión de tres miembros para que, de acuerdo con la comisión administrativa de la F.O.A., se preocupe de los trabajos inherentes a esa iniciativa.
Medios de lucha económica: algunos delegados dan informaciones sobre las últimas huelgas, entre ellas la de cocheros.
Opinan los representantes que es necesario una fuerte agitación para hacer triunfar con medios revolucionarios el único sistema de lucha: la huelga general.
Sobre las huelgas en general se aprueba la siguiente moción:
El congreso declara que las huelgas deben tener el mayor carácter de resistencia posible y recomienda para el éxito de las mismas la organización e ilustración de los trabajadores, reconociendo como base suprema de la lucha económica la huelga general.
Sobre arbitraje, después de largo debate se aprueba esta moción por 32 votos contra 11:
El congreso declara dejar amplia autonomía a las sociedades federadas para recurrir o no al arbitraje en caso que lo crean conveniente.
Sexta sesión: A las ocho y media de la noche se declara abierta la sesión con asistencia de 44 delegados: se trata el tema que se refiere al boicot y al sabotaje.
Preside Garfagnini. Sigue discutiéndose el tercer tema que se refiere al boicot y al sabotaje.
Habiéndose hecho notar que algunos obreros fueron víctimas de la policía por haber declarado el boicot a algunas casas de Chivilcoy, se resuelve enviar el siguiente telegrama: Martín Marculeta y compañeros. Cárcel de Mercedes: Recibid saludos congreso gremial que se solidariza con vuestra actitud y os alienta a proseguir con fe la lucha emprendida ( 2).
Queda después aprobada la siguiente moción:
El congreso considera que el boicot y el sabotaje son de eficaces resultados para la causa obrera y se propone emplear todos los medios a su alcance a fin de proteger a las víctimas que ocasione la propaganda de ese sistema de lucha.
Sobre cooperativismo se aprueba lo siguiente:
El congreso considera que las cooperativas de producción sólo deben aceptarse como medio accidental de defensa y recomienda la creación de cooperativas de consumo que pueden emanciparse de los intermediarios que nos explotan y nos envenenan.
Se aprueba también la siguiente resolución sobre rebaja de los alquileres:
El congreso resuelve que la F.O.A. despliegue toda su actividad en promover una enérgica agitación para obtener la rebaja de los alquileres hasta conseguir su completa abolición (3).
Se pasa después a discutir el cuarto tema: actitud que deben asumir las sociedades gremiales ante la acción deletérea de los centros católicos.
Sobre este tema se aprueban después de larga discusión las dos proposiciones siguientes:
Todos los trabajadores sin distinción de color, creencia o nacionalidad son nuestros hermanos.
Las sociedades católicas de obreros deben ser combatidas por las sociedades gremiales y por todos los obreros conscientes en general por ser de resultados perniciosos para la clase trabajadora.
Y se pasa al quinto tema: instrucción y educación obrera; acción moral de la misma. Criminalidad.
De las varias proposiciones que se presentan respecto a la fundación de escuelas laicas se aprueba la siguiente:
El congreso cree indispensable para el porvenir de nuestros sucesores la creación de una vasta institución de enseñanza libre.
Se trato después de la acción moral de las sociedades obreras y de la criminalidad. En el curso de la discusión a que dio lugar este punto, se demostró que el obrero que pertenece a alguna sociedad emplea su tiempo disponible en ocuparse de los intereses de la asociación y no va a almacenes a embriagarse. Por consiguiente, se emancipa del vicio; además con el trato continuo entre los compañeros se instruye y por lo tanto está menos expuesto a delinquir. Se aprueba la siguiente moción:
Siendo evidente la acción solidaria de las asociaciones obreras en la disminución de los actos criminales provocados por cuestiones personales, el congreso recomienda a la Cómisión administrativa la confección de una estadística demostrativa a este respecto para el próximo congreso.
Sobre el sexto tema: accidentes del trabajo. Higiene en los talleres. Trabajo de las mujeres y de los niños, se resuelve, en cuanto al punto primero y al segundo, confirmar la resolución tomada por el congreso pasado, según la cual los patrones son responsables de todos los accidentes que ocurran en sus talleres respectivos.
Sobre el trabajo de las mujeres y de los niños se aprueba la siguiente moción:
Respecto a las mujeres: el congreso resuelve iniciar una activa campaña de propaganda para que las obreras constituyan sociedades gremiales; en cuanto a los niños, hacer lo posible para que no entren en los talleres sino después de haber cumplido los quince años de edad. Quedan pues bajo la salvaguardia de las diferentes sociedades gremiales para que no se les explote bárbaramente como en la actualidad ocurre.
Se resuelve también que las mujeres sean admitidas en las actuales sociedades obreras sin pagar cuotas.
Después de una larga discusión se aprobó lo siguiente:
El congreso recomienda al Comité Federal que haga una activa propaganda a fin de que los trabajadores del campo se organicen en sociedades de resistencia.
A la una de la madrugada se levanta la sesión.
Séptima sesión: el 21 de abril a las 8 y media de la noche, se abre la sesión. Preside Basalo y se hallan presentes 46 delegados por 27 sociedades.
Después de discutir algunos asuntos de limitada importancia se entra de lleno a discutir los Estatutos de la Federación, de cuyo contenido sólo vamos a trascribir los acuerdos más importantés:
Se acuerda que no pueden formar parte de la Federación las sociedades que cuenten con menos de 25 socios.
Las sociedades federadas contribuirán al fondo social con una cuota mensual de cinco centavos por asociado, hasta 500 socios, y con sólo dos centavos por cada socio más allá de los quinientos.
Las secciones federadas estarán representadas en el Comité Federal por dos delegados, las que cuenten de 25 a 500 socios y por tres las que tengan mayor número.
Todos los años la Federación celebrará un congreso para tratar los asuntos pertenecientes a su misión.
Comisión Administrativa: Art. 28. Para la ejecución de las resoluciones del Consejo Federal, en cada congreso anual de la Federación se nombrará una Comisión Administrativa, compuesta por 12 miembros, que se distribuirán entre sí los cargos en la siguiente forma: Un Tesorero, un Contador, dos Secretarios, tres para la redacción y administración del periódico de la Federación y cinco para la propaganda en general.
Se aprueban después como agregados a los Estatutos las siguientes dos mociones:
Será aceptado como socio de la sección Oficios varios todo individuo asalariado, siempre que no ejerza un arte u oficio libre (médicos, abogados, ingenieros, etc.), y cuando no exista asociación constituida de su oficio. La sección Oficios varios puede enviar dos representantes al congreso cuando sean adheridos a ella 25 socios; sus socios pueden representar otras sociedades también, en el caso de que la sección no contase 25 socios.
Para ser admitido como delegado al congreso anual hay que ser socio y ejercer el oficio de la asociación gremial que se representa. En el caso de que una asociación lejana no pudiera enviar delegados de la misma, puede muy bien encargar a individuos socios, que ejerzan el oficio de una asociación gremial federada de la localidad donde tiene lugar el congreso.
Se aprueba también la siguiente moción:
Que por este año (1902-1903) la Secretaría y la Comisión Administrativa de la F.O.A. tengan su sede en Buénos Aires.
Por aclamación se votan a continuación las siguientes órdenes de clausura:
El congreso obrero, al clausurar sus sesiones, envía un saludo especial a los trabajadores chilenos, uniendo su voz de protesta contra el criminal propósito de los gobiernos chileno y argentino, que por mezquinos intereses de patria, intentan lanzar las dos naciones a una guerra fratricida.
El segundo congreso de la F.O.A., al clausurar sus sesiones, saluda al proletario universal, dedica un recuerdo a las víctimas del capital y de la barbarie gubernativa de todos los países y hace votos por la pronta organización de los trabajadores argentinos y por la completa emancipación de los obreros de todo el mundo.
El presidente Oromi declara clausurado el segundo congreso de la Federación y se levanta la sesión a las tres y media de la madrugada.
Así, poco a poco, el proletariado va buscando el camino de su mejoramiento material y moral y capacitándose para cumplir su misión histórica.
La escisión socialista no se Ilevó gremios de importancia y de hecho repercutió muy poco en las fuerzas efectivas de la Federación. Significa, sin embargo, una traba opuesta al desarrollo ulterior de la organización proletaria como tantas otras trabas de otro orden.
El cuadro siguiente nos dirá con números el estado efectivo de las fuerzas gremiales libertarias y las de los socialistas:
Sociedades de la Capital adheridas a la Federación y que tomaron parte en todas las sesiones del congreso:
Mecánicos y anexos, 400 socios.
Caldereros, 200 socios.
Estibadores del puerto, 3.200 socios.
Cocheros Unidos, 1.200 socios.
Panaderos (3 secciones), 750 socios.
Artes Gráficas, 200 socios.
Carpinteros de instalaciones para el trasporte de ganado en pie, 200 socios.
Fundidores, 300 socios.
Tabaqueros Unidos, 300 socios.
Hojalateros y gasistas, 60 socios.
Mosaiquistas, 60 socios.
Carpinteros de Ribera del Riachuelo, 200 socios.
Albañiles, 350 socios.
Fraguadores, 60 socio.
Zapateros, 150 socios.
Total de socios, 7 630.
Sociedades no adheridas a la Federación que se retiraron del congreso:
Constructores de carruajes y carros, 200 socios.
Talabarteros, 50 socios.
Cepilleros, 25 socios.
Horneros (en formación).
Pintores, 50 socios.
Bronceros, 150 socios.
Aparadores de botas (la Sociedad protesta por el retiro de sus delegados), 50 socios.
Total de socios, 550.
Sociedades adheridas a la Federación y que se retiraron del Congreso:
Ebanistas, 250 socios.
Conductores de carros, 700 socios.
Marmoleros, 280 socios.
Total de socios, 1 230.
Número de socios que reúnen todas las sociedades retiradas del congreso: 1.780 socios.
Número de socios que reúnen las sociedades que permanecieron en el congreso: 7.630 socios.
A esa estadística hay que agregar las sociedades del interior no incluidas, y la vuelta de otras, como Conductores de carros de Buenos Aires, convertida por muchos años casi en el eje de la Federación por su espíritu combativo, como asimismo la constitución de la Sociedad de Resistencia Carpinteros y anexos al poco tiempo en el seno de la Federación.
De los organismos del interior que se retiraron del congreso hay que citar sólo a la Sociedad de Trabajadores del Mercado Central de Frutos de Barracas al Sud y una sociedad de obreros del campo de Peyrano.
Quedaron en el congreso los panaderos de Bahía Blanca, Córdoba, San Juan, Santa Fe, Campana y Mendoza; el Centro de trabajadores de Campana; los zapateros y los cigarreros de Rosario, los sastres, zapateros y estibadores de La Plata y otras hasta el número de 36.
Los gremios disidentes se reunieron en Comité de propaganda gremial el 22 de junio de 1902 y celebraron un congreso el 7 de enero de 1903 en el salón Vorwaert, dejando constituida la Unión General de Trabajadores y propiciando una táctica de reformas parciales, de moderación en la lucha y de conquistas legales, la misma táctica que tuviera la primera Federación Obrera Argentina.
La verdad es que ambos temperamentos, el revolucionario y el legalitario y conservador, existen en la clase obrera y su fusión en una sola organización no podría hacerse sino con daño para el buen desarrollo de los unos y de los otros (4). También es verdad que los acontecimientos históricos son fruto de los anhelos y luchas de las minorías, de la derecha o de la izquierda, y que, no obstante la existencia de un movimiento gremial reforrnista en la Argentina, es tan grande la irradiación del fermento revolucionario en las masas que la influencia de aquél no será predominante en períodos de subversión sobre todo.
Notas
(1) Lo que no se hizo, como en general no se ha publicado la reseña de las sesiones de ningún congreso en forma oficial y en folleto, lo cual hubiese beneficiado a la propaganda. De ahí la dificultad que encuentra el que desea conocer un poco la trayectoria de la F.O.R.A.
(2) Los comienzos de la aplicación práctica del boicot en la Argentina tuvieron por secuela un gran número de procesos y detenciones, pero no pudo ser contenido el empleo de esa arma de lucba. He aqui algunos datos hasta noviembre de 1902:
Fue detenido C. A. Cartei, secretario de la Sociedad de Maquinistas Bonsak, por haber declarado el boicot a la cigarrería La Popular; fueron detenidos Francisco Berri y Juan Calvo por hacer propaganda del boicot a la panadería La Princesa, declarado por la Sociedad de Panaderos, siendo ellos secretario y gerente de la misma respectivamente; fueron también detenidos Samuel Caray, Alberto Loubet y Tiziano Aldignieri, por haber repartido manifiestos aconsejando el boicot a la misma panadería; fueron detenidos M. Marculeta, J. M. Acha, R. Magendie y otros por propagar el boicot al Café París, de Chivilcov. En Rosario, Bahia Blanca, Córdoba, Mendoza, etc., los trabajadores sufrieron prisiones por incitar al boicot contra diferentes casas y productos.
(3) Aunque la propaganda contra la explotación del inquilino se inició ya por entonces, un movimiento popular contra la carestía de los alquileres no se tuvo hasta 1906 y 1907, que terminó con la deportación de numerosos mIlitantes y con una reacción violenta por parte de las autoridades.
(4) E. López Arango y D. A. de Santillán: El anarquismo en el movimiento obrero, I vol. de 200 págs., Barcelona 1926.
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