EMILIANO ZAPATA
Y EL
AGRARISMO EN MÉXICO
General Gildardo Magaña
Colaboración del Profesor Carlos Pérez Guerrero
PROEMIO
Aparece el tercer tomo de la obra Emiliano Zapata y el Agrarismo en México, y con él continúa derramándose la vivificante linfa de la verdad histórica que corresponde a una etapa terrible, a la vez que llena de esperanzas; destructora, porque fue necesario romper un estado de cosas para llevar a cabo magnífica reconstrucción; aparentemente regresiva, porque se provocó un desequilibrio al barrer todos los intereses del feudalismo agrario, en la seguridad de alcanzar para México la completa superación que le corresponde como pueblo empeñado en realizar sus más altos destinos.
El contenido de este tomo, como el de los dos anteriores, es la narración documentada de la lucha que tuvo que sostener el Sur con innegable tenacidad y que, por la enorme reforma social que pedía, se le aplicaron epítetos más enconados; mas al abrirse paso la verdad, a esa lucha se le designa con el justiciero nombre de Revolución Agraria.
Cuando este nombre se oye, en cada espíritu se despiertan emociones diferentes, con innúmeros y cambiemtes matices que son consecuencia de nuestra propia posición frente al fenómeno social. En los que fuimos actores durante la lucha, fluye el recuerdo de los días idos; en los que no fueron actores, sus emociones armonizan con lo que han captado en las añoranzas familiares o en las veladas hogareñas; pero en todos se despierta el ardiente deseo de que se conozcan los sucesos con fidelidad y en sus detalles.
Desgraciadamente entre muchos de los actores de la lucha, el nombre Revolución Agraria todavía significa enconada pugna de partido; pero llegará un día en que esa significación desaparezca y que la substituya otra que esté más en armonía con la trascendencia del fenómeno social. Ese día no está lejano; vendrá cuando las pasiones acaben de consumirse en su propio fuego; cuando los ideales florezcan plenamente con la completa realización de la reforma agraria; cuando la sangre, generosamente vertida por connotados jefes y oscuros luchadores, concluya de fecundar el surco y de él brote una fuerte y unida nacionalidad; cuando, por último, la verdad histórica se conozca con todo su esplendor.
A esa finalidad tiende la obra cuyo iercer volumen prologamos, ofreciendo con ella a los hombres nuevos, a los historiógrafos y a la conciencia nacional, el acervo de documentos auténticos que servirán de inconmovibles puntos de apoyo a la estructura de la historia de la Revolución Mexicana.
El iniciador de esta obra, señor general Gildardo Magaña, no pudo verla terminada, como tanto anhelaba, pues le sorprendió la muerte cuando había publicado el segundo tomo; pero el Comité Directivo Nacional del Frente Zapatista de la República no podía abandonar empresa tan importante, por su trascendencia histórica, e hizo cuanto estuvo de su parte para llevarla a feliz término.
Afortunadamente se contó con el señor profesor Carlos Pérez Guerrero, miembro del Comité Directivo Nacional, quien habiendo colaborado activa y eficazmente con el señor general Magaña en la formación de los dos primeros tomos, y siguiendo el plan que ambos se habían trazado, dió cima a este volumen que fraternalmente presentamos a la gran familia revolucionaria y con toda sinceridad a los hombres de estudio.
Incurriríamos en censurable injusticia si no hiciéramos público nuestro agradecimiento muy cordial a la Secretaría de Educación, que comprendiendo el valor histórico de la obra, nos ha dado todas las facilidades para llevar a cabo la edición de este tercer tomo que tiene los defectos inherentes a toda obra humana; pero que se presenta como una humilde oblación a la patria, como tributo a la verdad y a la memoria de nuestro desaparecido Jefe, el general Emiliano Zapata; con el inmenso cariño y cabal desinterés de los que vivimos intensamente los días de lucha, bajo la bandera revolucionaria de Ayala y que siguiendo fieles a sus principios, anhelamos para nuestros pósteros una completa realización de sus destinos, en el ambiente purificado por las vivas hogueras surianas, reivindicadoras del derecho a la tierra.
COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL DEL FRENTE ZAPATISTA DE LA REPÚBLICA