José Cayetano Valadés

HISTORIA GENERAL DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

PRESENTACIÓN



La obra que ahora coloco en los estantes de la Biblioteca Virtual Antorcha, debida a la pluma del historiador, diplomático, catedrático y periodista sinaloense, José Cayetano Valadés, Historia general de la Revolución Mexicana, elaborada durante la década de 1960, que llega a abordar acontecimientos como, por ejemplo, lo ocurrido en Tlatelolco en 1968, constituye, sin lugar a dudas, un auténtico y apetitoso manjar de conocimiento y entretenimiento.

En efecto, y aunque pareciese algo contradictorio, este trabajo histórico realmente se asemeja mucho más a un conjunto de sencillas y amenas charlas en las que Valadés da rienda suelta no sólo de su conocimiento del conjunto de temas que aborda, sino de su capacidad de poder trasmitirlos al lector sin necesidad de recurrir a las, desde mi óptica, aburridas y aberrantes montañas de citas a las que por desgracia son afectos muchos otros historiadores.

José Cayetano opta por la simplicidad, por la sencillez que hacen que su texto sea muy agradable a la lectura. Verdaderamente es muy recomendable esta magna obra compuesta de cinco tomos, mismos que no obstante su tamaño, se leen con una facilidad increible, además de que, gracias al peculiar estilo del sinaloense, no resultan indigestos sino que su lectura es bastante ágil.


Conformada, como ya lo he señalado, por cinco tomos, divididos en cuarenta y un capítulos, y éstos en trescientos veinticuatro apartados, la Historia general de la Revolución Mexicana constituye una obra no sólo de consulta, sino que realmente puede y, agregaria, debe, leerse de manera íntegra, porque aparte de la sencillez de su estilo, los apartados que conforman los capítulos no son grotescos, insoportables e interminables ladrillones, capaces de desinflar al más pintado, sino, por el contrario, son charlas, como ya lo he apuntado, amenas y hartamente digeribles; charlas que pueden ser leidas una y diez veces sin que llamen a la aburrición.

Los grandes personajes de la gesta revolucionaria deambulan por las páginas de los capítulos, de la mano con los partidos, organismos, instituciones y ejércitos, partícipes de ese gran trozo de la historia nacional. Desgraciadamente, la edición en papel que sirvióme de base para la captura, diseño y digitalización de esta edición cibernética, adolece de una enorme serie de defectos tanto en su composición como en su diseño y su texto, de aquí que me haya visto obligado a capturar todo el texto de la obra, tecleando con mi computadora. El trabajo, visto a la distancia, valio mucho la pena, y no obstante que la captura del texto llevome algo más de tres meses trabajando diariamente entre dos y tres horas por la noche, no fue una labor tediosa sino, por el contrario, un auténtico deleite, ya que al tiempo que iba capturando el texto en mi computadora, mi mente se regocijaba con la lectura de los textos capturados. Finalmente hube de estructurar más de trescientos archivos, para lo cual puse toda la atención posible lo que, por supuesto, no quiere decir que no haya llegado a meter la pata en algunas ocasiones, por lo que, desde ya, pido disculpas a los probables lectores. Quizá lo más trágico de todo haya sido que, particularmente el quinto tomo que de la obra poseo, contiene un gravísimo defecto de impresión que me imposibilitó, de plano, el poder capturar tres apartados del capítulo trigésimo quinto; concretamente, los apartados cuatro, cinco y seis, mismos que he señalado en el índice correspondiente.

Debido a que la extensión de la obra hace mucho más manejable la estructura del índice siguiendo los índices de cada uno de los tomos, decidí presentar el indice de cada uno de los cinco tomos por separado, ya que el haberlos unido todos, hubiese traido como consecuencia la conformación de un auténtico chorizo interminable de capitulos y apartados, lo que, en vez de facilitar las cosas al lector, se las hubiese en mucho complicado.

Ya he señalado que la edición en papel que me ha servido de base, verdaderamente este hecha, y permítase la expresión, con las patas. En los primeros apartados, al ir notando los errores, coloqué algunas notas aclaratorias, suponiendo que los errores debíanse a José Cayetano, sin embargo conforme fui avanzando en la captura, pude percatarme que no necesariamente había sido Valadés el causante de tales desaciertos, sino más bien el equipo o la persona a la que la empresa editorial encargó el cuidado de la edición. No es mi intención sacar al balcón a la editorial que realizó tan pésimo trabajo, por lo que prefiero evitar el señalarla, pero la edición corresponde al año de 1976.


José Cayetano Valdés representa, sin duda alguna, un personaje peculiar en el devenir del anarquismo mexicano, constituyendo uno de los pocos investigadores que preocupose por abordar el enorme cúmulo de huecos en el conocimiento del desarrollo histórico del anarquismo en México. Hace ya ocho años, en 2008, mi ahora fallecida compañera Chantal y yo, colocamos, en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, su trabajo, aparecido en el suplemento cultura del vocero anarquista argentino La Protesta, Documentos para la historia del anarquismo en América, precisando su importancia. Sabíamos que Cayetano fue parte integrante del movimiento anarquista en México durante sus años de juventud, y conocíamos algo de su quehacer en el seno de la ahora mítica Confederación General de Trabajadores, la famosísima C.G.T. Igualmente algo sabíamos de su fuerte relación con el grupo editor del proyecto editorial argentino La Protesta, encabezado por Diego Abad de Santillán pero, de pronto, como que Valadés desapareció del mapa del anarquismo mexicano, y sobre ello, por lo menos en lo que a nosotros respectaba, existía un enorme e inexplicable vacío.

Cuando allá, en la década de 1970, Chantal y yo dábamos nuestros primeros pasos en los medios libertarios mexicanos, en algunas de las pláticas o charlas que mantuvimos con viejos compañeros ex-militantes de la mítica C.G.T., salió a relucir el nombre y algunas actividades de Cayetano, y aunque los comentarios que sobre el mismo escuchamos no eran, para nada, favorables a su persona, jamás entendimos, quizá porque nadie nos lo explicó, cuál o cuales fueron los motivos para que surgiesen, en no pocos de los casos señalados, comentarios verdaderamente majaderos en torno suyo. A José Cayetano Valadés teniásele, en pocas palabras, por no pocos de aquellos viejos ex-militantes cegetistas, como un auténtico traidor. Incluso, y eso no lo olvidaré nunca, hubo compañeros que afirmaban que, en mucho, el anarquismo en México se había desvanecido a consecuencia de la traición de los intelectuales, colocando, entre éstos, y en un primerísimo lugar, al mismísimo José Cayetano. ¿En qué consistió la tal traición? Siempre quedó sin respuesta para nosotros, quienes, y es menester precisarlo, nunca nos atrevimos a profundizar sobre el tema en las esporádicas charlas que con aquellos viejos compañeros mantuvimos.

Ahora, que ha pasado mucho tiempo de aquellas informales pláticas, me ha quedado claro que, no obstante el respeto que continúo teniendo para con los ahora desaparecidos viejos compañeros ex-militantes de la C.G.T., pienso que ellos no sólo fueron duros en sus comentarios, sino, bastante injustos. El hecho de que a finales de la década de 1920 y principios de los treinta, generose en el seno del movimiento obrero mexicano una terrible pugna o lucha de facciones internas en las organizaciones obreras, y la Confederación General de los Trabajadores, no constituyó una excepción; y que en esa lucha una corriente anarquista terminó perdiendo la batalla, no otorga base para lanzarse de manera desalmada en contra de un individuo considerándole traidor. De hecho, y bastantes documentos existen al respecto, la corriente anarquista que finalmente terminó siendo derrotada en la lucha de facciones interna de la C.G.T., no dudó ni un segundo en lanzarse en contra de la central sindical acusándola de abierta traición al proletariado, y entre los voceros que significáronse como portadores de tal griterío, podemos señalar, ni mas ni menos, que al mismísimo Paso, el último periódico que dirigiera el por algunos considerado como el último magonero, Librado Rivera.

Asi pues, viendo el asunto con más cuidado, es posible comprobar que al evadirse los motivos reales, tanto de aquella pugna, como de la derrota sufrida por aquella corriente anarquista inmiscuida en la C.G.T., la argumentación de aquellos viejos compañeros ex-cegetistas se caía por su propio peso. Pero, ciertamente, jamás nadie nos explicó el por qué de la terrible acusación en contra de Cayetano.


Total, los años pasaron y este asunto, como muchos otros, ahí quedó, arrumbado, olvidado ... ahora, vuelve a mi recuerdo cuando abordo nuevamente al personaje y, sobre todo, a esta genial y maravillosa obra. Realmente fue una lástima que José Cayetano haya abandonado, por lo motivos que fuesen, el campo anarquista, porque un personaje con esa capacidad de síntesis y facilidad en la escritura no se da, precisamente, en maceta. Sin duda, mucho, pero mucho perdió el anarquismo mexicano con la partida, deserción o abandono de sus filas por parte de un elemento de tan gran valía como lo fue José Cayetano. No sé, porque no cuento con ningún elemento de prueba, si fue o no, un traidor. Lo que si sé, y esta obra es una prueba de ello, es que fue un excelente investigador y fino escritor, que dejo un enorme hueco en el movimiento libertario mexicano que hasta la fecha se mantiene.

Existe, y en esta obra ello es patente, un profundo y enorme respeto de José Cayetano para con el anarquismo, movimiento del que se expresa con profunda reverencia, y si bien, por desgracia no abunda sobre su desarrollo en el seno mismo del movimiento de la Revolución Mexicana, su condecendencia para con el mismo, es más que evidente.

Quizá, desde un punto de vista ideológico, pudiese criticarse la tendencia de Cayetano a engrandecer la participación gubernamental del licenciado Miguel Alemán dentro del proceso de la Revolución Mexicana, personaje por muchos tenido como el enterrador de una buena parte del proceso revolucionario mexicano, sin embargo, esto debiese ser analizado como un muy respetable punto de vista del autor y no más.

Interesante resulta el hecho de que José Cayetano llegue a predecir, de manera vaga, el terrible efecto que para el desarrollo del proceso de la Revolución Mexicana tuvo la masacre de Tlatelolco en 1968, lo que bien podría interpretarse como su acta de defunción.

En fin, muchas y variadas son las lecciones que puede sacar quien se aventure a pasar momentos sumamente agradables leyendo y releyendo este maravilloso trabajo.

Noviembre de 2016
Omar Cortés



Indice

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