Índice de 1914: La intervención americana en México de Ricardo Flores Magón | Escrito anterior | Siguiente escrito | Biblioteca Virtual Antorcha |
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LA INTERVENCIÓN AMERICANA
Los enemigos de la libertad del pueblo mexicano aseguraban al principio de la crisis entre México y los Estados Unidos que en menos de una semana habrían tomado la ciudad de México las fuerzas de los Estados Unidos.
Han pasado cerca de dos meses y las fuerzas americanas estacionadas en Veracruz no han avanazado más de tres millas hacia el interior del país, lo que prueba lo que tantas veces hemos dicho: que los Estados Unidos no estaban preparados para una guerra con México; que los Estados Unidos quisieron pulsar el estado de ánimo de los mexicanos a quienes creían estar en su mayor parte en simpatía con Carranza y Villa, y por lo mismo en simpatía con la invasión americana ya que la invasión era solicitada por todos los actos políticos de esos dos bandidos en sus relaciones con Wilson.
Wilson vió que el pueblo mexicano se disponía a resistir la invasión y entonces recurrió a la estratagema de las Conferencias de Paz para no verse forzado a continuar desde luego una guerra para la cual no estaba preparado, y asi fue como, según declaración del Embajador en Brasil, los representantes en Washington de Argentina, Brasil y Chile fueron invitados por el mismo Wilson a representar la comedia de la mediación para ganar tiempo durante el armisticio y poder preparar mejor la invasión, o, si era posible, llegar a una solución pacífica del conflicto, que él mismo había precipitado, retirar sus fuerzas de Veracruz de una manera plausible.
OTRA ESTRATAGEMA
Viendo Wilson que a pesar de su amistad con Carranza y con Villa, el pueblo mexicano no apetecía la invasión, sacó de los cabellos la cuestión agraria, mostrándose de la noche a la mañana partidario de la repartición de tierras a los proletarios, pensando que de esa manera podría hacer simpática la invasión al pueblo mexicano, y por lo mismo no tropezaría con grande oposición. Afortunadamente, los mexicanos ya no tenemos confianza en la institución llamada gobierno, ya esté representado por mexicanos o extranjeros. Tras dura experiencia de cuatrocientos años, los mexicanos, al menos una buena parte, si no todos, hemos venido a comprender que gobierno es tiranía, cualquiera que sea su forma, y que, por lo mismo no debemos esperar nada bueno de ningún gobierno propio o extraño, siendo por lo tanto un deber el combatirlo hasta su exterminio.
LOS DOS BANDIDOS
Que Carranza y Villa no son otra cosa que míseros sirvientes del capitalismo americano, ha sido demostrado por Regeneración con hechos abundantes y que no dejan lugar a dudas. Hemos visto a ambos ambiciosos estrechando la mano de Wilson para que éste los ayudara a derribar a Huerta; los hemos visto en encerradas con agentes diplomáticos de Wilson comprometer el porvenir del pueblo mexicano con alianzas con el enemigo; hemos visto pasar por las narices de las autoridades americanas inmensos contrabandos de armas consignadas a los carrancistas; hemos oído declarar a Carranza y a Villa, sin que sus rostros enrojecieran de vergüenza, porque carecen de ella, que la invasión americana no era un acto hostil al pueblo mexicano, sino a Huerta, como si no fueran mexicanos los que iban a ser asesinados por los soldados americanos; los hemos visto recibir de los capitalistas de los Estados Unidos no solamente armas y municiones sino que también combatientes como lo demuestra el gran número de muertos americanos y de heridos y prisioneros del mismo origen en los combates de Torreón y sus alrededores.
UNA PRUEBA MAS
Pero como si todo eso no fuera bastante, hay un hecho recientísimo que prueba que Carranza, Villa y Wilson están de acuerdo en la obra de amarrar de pies y manos al pueblo mexicano para que los capitalistas de todas nacionalidades y principalmente yanquis, puedan explotarlo a su antojo. El vapor cubano, Antilla, estaba para llegar a Tampico con un cargamento de armas y municiones para los carrancistas, el lunes ocho de este mes. Huerta ordenó a los cañoneros Zaragoza y Bravo que impidieran el desembarco y Wilson, por su parte, ordenó que los barcos mexicanos fueran atacados por los barcos americanos si los primeros ponían obstáculo al desembarco de armas y municiones para los carrancistas.
AYUDANDO A CARRANZA Y VILLA
Refiriéndose a la ayuda que Wilson presta a sus sirvientes Carranza y Villa. The Los Angeles Times publica un telegrama de Washington de fecha siete del corriente que dice en la parte relativa: Hay en Washington una opinión unánime acerca de la intención del gobierno de los Estados Unidos y esa intención es que ese puerto -Tampico- sirva a los constitucionalistas para obtener sus elementos de guerra. Se sabe -sigue diciendo el telegrama- que este gobierno -el de Wilson- ha sido informado que Villa carece de municiones para continuar su campaña sobre la ciudad de México y que es preciso que se abastezca de ellas para que logre su objeto.
OTRO TELEGRAMA
Procedente de la población de Niágara, el mismo periódico americano publica un telegrama de la misma fecha que en parte dice: Si los cañoneros de Huerta se atreven a interceptar barcos que lleven cargamentos de armas y municiones para los constitucionalistas, se dice aquí que los barcos de guerra americanos intervendrán. ¡Quién puede dudar ahora de que Carranza y Villa son los lacayos de los capitalistas americanos!
SIGUEN LAS MATANZAS DE MEXICANOS
Narciso Guerrero, un mexicano, fue muerto a balazos como un perro en las calles de Veracruz, el siete de este mes por un Subteniente del Vigésimo quinto de infantería del ejército de los Estados Unidos, de guarnición en dicho puerto. El motivo del asesinato fue que Guerrero protestó contra un atropello que se quería cometer en su contra. Naturalmente, el asesino no ha sido molestado y el mexicano ha quedado bien muerto. ¡Esa es la civilización que nos llevan los soldados del capítalismo americano!
LAS CONFERENCIAS DE PAZ
En dos semanas no han alcanzado ningún progreso las famosas negociaciones de paz. Banquetes y francachelas han menudeado como que para eso sudan los pobres pueblos. Como a pesar de todo lo que se arregle por esos señorones, el pueblo mexicano no saldrá beneficiado, éste sigue su lucha expropiando y matando autoridades. De esta lucha es de la que depende el futuro del pueblo mexicano y no de los chanchullos llevados a cabo en hoteles aristocráticos. ¡Adelante rebeldes!
LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
Según los telegramas publicados en la prensa americana el once de este mes, el deseo de Wilson es poner a Villa o a Carranza al frente de un gobierno provisional que resulte de un acuerdo final tenido por los Comisionados de Paz en la población de Niágara. Wilson dice que es preciso que Villa entre a la ciudad de México y asuma el cargo de Ministro de Guerra o el de Jefe Supremo de todas las fuerzas de la República, pues mientras más se ayude a los constitucionalistas tanto mejor será para los Estados Unidos.
DIGNIDAD DE EMILIANO ZAPATA
Emiliano Zapata, el honrado y firme defensor de los desheredados acaba de hacer público su desagrado por la intervención y las Conferencias de Paz. Zapata dice que él no tiene ligas de ninguna clase con Carranza y Villa, y después de condenar la revuelta de esos pícaros como criminal, pues no tiene otro objetivo que perpetuar el sistema de explotación capitalista bajo el nombre de constitucionalismo, exclama como un verdadero revolucionario: me llaman el bandido Zapata; Zapata el bandido continuaré siendo a la faz de todos los poderes del mundo hasta que el pueblo obtenga justicia, hasta que el peón sea el amo.
Estas palabras del valeroso Zapata son la digna corroboración de su actitud de verdadero revolucionario. ¡Qué diferencia entre el servilismo de Villa y Carranza y la dignidad del noble luchador suriano!
(De Regeneración, N° 192 del 13 de junio de 1914)
Ricardo Flores Magón
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