Índice de La tercera campaña de Morelos y la Constitución de Apatzingan de Lucas Alamán | Capítulo séptimo | Apéndice - Documento 1 | Biblioteca Virtual Antorcha |
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La tercera campaña de Morelos
y
El Congreso de Chilpancingo
Lucas Alamán
CAPÍTULO OCTAVO
Reunión del Congreso de Chilpancingo, y causas que la motivaron.- Los vocales de la junta discordes ocurren a Morelos.- Proyecto de Constitución de Rayón.- Trátase de aumentar un vocal más a la junta.- Cotestaciones sobre esto entre Rayón y Morelos.- Manda Rayón en comisión a Morelos al secretario Zambrano.- Desazones entre éste y Morelos.- Resuelve Morelos la reunión de un Congreso.- Resístelo Rayón.- Constitucion redactada por el P. Santa María.- Convoca Morelos el Congreso para Chilpancingo, y promueve el nombramiento de generalísimo.- Instalación del Congreso.- Es declarado Morelos generalísimo.- Motin que se suscita en el seno mismo del Congreso.- Preséntase Rayón a Morelos.- Declaración de independencia.- Opónese a ella Rayón.- Restablecimiento de los jesuitas.- Otras resoluciones del Congreso.- Disposiciones de Morelos para atacar a Valladolid.- Su proclama.- Plan de devastación.- Reune Morelos sus fuerzas en Tlalchapa.- Marcha a Valladolid.- Disposiciones del Virrey.- Intima Morelos la rendición al comandante de Valladolid.- Acércanse a socorrer la plaza Llano e Iturbide con el ejército llamado del Norte.
La discordia entre los individuos de la junta gubernativa habia ido tan adelante, que Morelos creyó indispensable intervenir en ella de una manera directa, para hacer cesar la completa anarquía en que la revolución habia caido, por haber desaparecido hasta aquella sombra de autoridad, y establecer un gobierno que fuese por todos reconocido (1). Los individuos de la junta habian ocurrido a él buscando su apoyo, y miéntras las disensiones no se hicieron públicas y no llegaron al grado de rompimiento, él mismo creyó poderlas contener, manifestando que en su concepto, debia ser presidente Rayón, segundo vocal Verdusco, y tercero Liceaga, y aunque también manifestó que su voto como cuarto individuo de la junta lo ejerceria Verdusco (2), lo que habria hecho a este preponderante sobre sus compañeros, esto nunca llegó a verificarse, y aun el mismo Morelos no recibió el título de vocal hasta fin de Diciembre de 1812 en Oaxaca, so pretexto de falta de conducto seguro para remitírselo (3). No habiendo tenido efecto este expediente, se trató de ocurrir al de completar la junta al número de cinco individuos, conforme al proyecto de Constitución formado por Rayón, que este remitió a Morelos en 30 de Abril de 1812, para que hiciese sobre él las observaciones que le pareciese. El objeto principal de este proyecto era, consolidar y perpetuar la autoridad de la junta (4). Su primer artículo era declarar que la religión católica seria la única permitida sin tolerancia alguna. En los sucesivos se establecia que el dogma seria conservado por la vigilancia de un tribunal de la fé (5), bajo un reglamento conforme al espíritu de la disciplina eclesiástica; se reconocia, que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, pero que ella residia en la persona de Fernando VII, y su ejercicio en la junta o Supremo Consejo Nacional Americano, el cual debia componerse de cinco individuos nombrados por la representación de las provincias, haciendo el más antiguo de presidente y renovándose anualmente uno; más por entonces el número habia de completarse por elección que hiciesen los vocales existentes, en virtud de la comunicación irrevocable de la potestad que tenian y cumplimiento del pacto convencional celebrado por la nación en 21 de Agosto de 1811, que fue la erección de la junta de Zitácuaro, no debiendo tampoco verificarse la renovación hasta que fuese tomado México, y desde entonces comenzaba a correr el término de los cinco años para la gradual elección. Para los asuntos más importantes del gobierno, tales como declarar la guerra y hacer la paz, contraer deudas y otros de esta naturaleza, se establecia un Consejo de Estado, compuesto de todos los oficiales generales de brigadier arriba, y habia de haber además un protector nacional, nombrado por los representantes. Este habia de tener el derecho de proponer la formación de nuevas leyes y la derogación de las antiguas, así como todo lo que creyese conveniente al bien de la nacion, al Congreso de representantes, los cuales podian prestar su asenso o reprobación, quedando reservada la decisión a la junta; estos representantes habian de ser nombrados cada tres años por los ayuntamientos, recayendo la elección en las personas más honradas y de propiedad de las capitales y pueblos de los respectivos distritos. Los extranjeros podian gozar los derechos de ciudadanía, mediante la carta de naturalización que se les habia de conceder por la junta, con acuerdo del ayuntamiento respectivo y oido el parecer del protector nacional; pero no podian obtener ningún empleo, los cuales quedaban reservados a solo los patricios, sin que en esta parte pudiese valer privilegio alguno o carta de naturaleza. Abríanse los puertos al comercio de todas las naciones, pero con las limitaciones que asegurasen la pureza del dogma. Establecíase la libertad de imprenta, en puntos puramente científicos y políticos; quedaba extinguida la esclavitud y la distinción de castas; abolíase como bárbaro el tormento, y se establecia la ley inglesa de Habeas corpus, para la seguridad personal, y se suprimian los exámenes de los artesanos. Mandábanse solemnizar el 16 de Septiembre, aniversario de la revolución de Hidalgo en el pueblo de Dolores, los dias de los santos del mismo Hidalgo y de Allende, y el 12 de Diciembre, festividad de la Vírgen de Guadalupe. Creábanse cuatro órdenes militares, con los títulos de Nuestra Señora de Guadalupe, Hidalgo, el Aguila, y Allende, con cuatro grandes cruces, pudiendo obtener la condecoración de estas órdenes los magistrados y ciudadanos beneméritos. Establecíanse tambien cuatro capitanes generales, comprendiéndose en este número los tres individuos de la junta, y en caso de guerra, los militares de brigadier arriba debian proponer al congreso, cual de estos capitanes generales habia de ejercer el empleo de generalísimo, cuya dignidad, equivalente a una dictadura, no se habia de considerar como empleo, sino como una comisión temporal que habia de cesar, acabada la guerra. En todo esto no se contó con Morelos, pues en el mismo proyecto se advierte que no fue nombrado vocal de la junta hasta después, cuyo nombramiento ya hemos visto que no recibió sino con mucha posterioridad; pero invitado nuevamente por Rayón en 19 de Julio a exponer su opinión, se redujo a recomendar lo que tenia por más urgente, que era el nombramiento del quinto vocal, y que se quitase la máscara a la independencia, cesando de tomar el nombre de Fernando VII; y en cuanto a la Constitución misma, insistió en la necesidad de excluir absolutamente de ella el nombre de este monarca (6), y expuso, que seria conveniente limitar el Consejo de Estado a un número determinado de generales, por la imposibilidad de reunirlos todos cuando fuese menester consultarlos; que la admisión de los extranjeros se redujese a muy pocos o ningunos, y esto únicamente en los puertos para las comunicaciones mercantiles, porque sólo de este modo podia librarse el pais, de la intriga, seducción o adulterio de nuestra santa religión; que en vez de un sólo protector nacional, se nombrase uno en cada obispado, y que luego que estuviesen tomadas tres provincias episcopales (por lo que parece entendia aquellas en cuya capital residia el obispo, o acaso toda la diócesis), o sólo la de México, se procediese al nombramiento de generalísimo, exigiendo las circunstancias de guerra y la necesidad de permanecer con las armas en la mano, que este se conservase en ejercicio de esta autoridad toda su vida, cesando sólo por ineptitud, enfermedad, o por haber llegado a la edad de sesenta años. Fuese por efecto de estas observaciones, o porque la meditación hizo conocer a Rayón los inconvenientes de su Constitución, o más que todo, porque publicada ya la española iba a parecer monstruoso tal proyecto; él mismo se mostró disgustado de él y en nueva comunicación dirigida a Morelos desde Puruaran en 2 de Marzo de 1813 (7) desiste de la publicación, que sin embargo deja a la discreción de este el hacerla, aunque por ella dice: nada avanzamos, sino que se rian de nosotros y confirmen el concepto que nos han querido dar los gachupines de unos meros autómatas. Estas sin embargo, eran las ideas constitucionales de Hidalgo, manifestadas a Rayón y a Morelos, según lo asegura el mismo Morelos (8). Las de este, acerca del nombramiento del quinto vocal de la junta, habian variado según las circunstancias. Miéntras permaneció en Tehuacán, se reducian a que los tres vocales antiguos de la junta nombrasen al quinto, cuyas funciones habian de ser meramente administrativas y judiciales, para dejar a los otros cuatro libres para las atenciones de la guerra, miéntras podian dejar el mando de los ejércitos que debian organizarse en los cuatro vientos a generales de confianza, y volver a formar la junta, pues distraidos aquellos, dice, por los muchos ocursos que acarrea el desórden y la mutación de gobierno, que dan más que hacer que el mismo enemigo, este nos halla siempre descuidados y envueltos en papeles de procesos, representaciones, &c. Tomada Oaxaca, pensó que en atención a la importancia de aquella provincia, la elección del quinto vocal debia recaer en individuo que de ella fuese, y para esto remitió a los demás vocales una lista de teólogos y canonistas, a quienes sin duda consideraba los más a propósito para el caso; pero Rayón, que en estas contestaciones no tenia más fin que ganar tiempo, propuso que se esperase a que saliendo de Puebla el convoy destinado a Veracruz, en que debia marchar a embarcarse D. Jacobo de Villa Urrutia, se tomase empeño en interceptarlo, para que este magistrado fuese el que completase la junta; en todo lo cual se vé los errados principios que todos tenian, creyendo que personas literatas pudiesen ser a propósito para componer una junta, que por mucho tiempo no podia ser más que revolucionaria (9). Rayón, desconfiando de Morelos, quiso tener a su lado una persona que le fuese adicta, y a pretexto de imponerlo de las ocurrencias del distrito de su mando y recibir noticias del de aquel, para combinar mejor los planes que tuviesen ambos por conveniente adoptar, comisionó al secretario de la junta D. Antonio Basilio Zambrano, quien se presentó en Tehuacán el 15 de Septiembre de 1812. Ocupado entonces Morelos de preferencia en sus expediciones a diversos puntos, no tuvo lugar de tratar con Zambrano del objeto de su comisión, pero después de la toma de Oaxaca, fueron tan excesivas e impertinentes las pretensiones de este, dándose la importanCia de plenipotenciario (10), que Morelos se vió en la necesidad de contenerlo, y por último tuvo que volverse a Tlalpujahua, dejando mal prevenidos los ánimos entre ambos. Aun estando Morelos en Cuautla, hubo otros motivos de queja, particularmente por haber mandado la junta, o más bien Rayón, que todo lo dirigia en ella, que se recogiese la moneda de cobre que Morelos habia puesto en circulación, y que cesase la contribución establecida por este de cuatro reales mensales a cada vecino, y dos siendo indios; Morelos se quejó de tal providencia, que lo privaba de los medios con que principalmente contaba para sostener sus tropas, aun dándoles sólo ración de carne y maiz y un real en plata de que frecuentemente carecian, y pedia se le señalasen fondos con que mantener a su gente, si se insistia en el cumplimiento de aquella orden. Expuso tambien su resentimiento, porque se le habia abandonado estando sitiado en aquel punto, a lo que Rayón contestó satisfactoriamente. Pero lo que acabó de decidir a Morelos a tomar una medida definitiva fue el abierto rompimiento entre los individuos de la junta. Cuando este se verificó, Rayón envió a su secretario Oyarzabal para tratar de ganarlo a su favor, y los otros dos vocales ocurrieron al mismo, pidiéndole auxilios para rechazar los ataques de su contrario: más Morelos, que veia en todo esto un mal de grande trascendencia, sólo ofreció su protección al que fuese perseguido, e instruido de los sucesos de Salvatierra, impidiéndole el sitio de Acapulco en que se hallaba actualmente comprometido, ocurrir en persona al remedio, propuso a Rayón que se reuniesen todos los individuos de la junta, incluso el que habia de ser nombrado por Oaxaca, cuya elección dió orden para que se hiciese en aquella ciudad por voto de los vecinos, en un punto cómodo para todos, indicando como el mas adecuada el pueblo de Chilpancingo, para examinar allí las quejas de una y otra parte, y acordar con madurez los medios de librarse en la sucesivo de tales cuestiones (11); pero repugnando Rayón esta concurrencia, Morelos, sin contar ya con él, pracedió a convocar un Congreso que habia de reunirse en el mismo Chilpancingo, que para esto elevó al rango de ciudad, con el título de Nuestra Señora de la Asunción, señalando el dia 8 de Septiembre, y al efecto mandó que se procediese a hacer elecciones de diputados en Oaxaca (12), y a nombrar electores por las parroquias de la nueva provincia de Tecpan, los cuales habian de concurrir en el citado Chilpancingo en el indicado dia, para nombrar el diputado por esta, reservándose el mismo Morelos designar suplentes por las provincias ocupadas por los realistas, y aprovechando en todo cuanto le canvenia el proyecto de Constitución de Rayón, aunque ya desechado, mandó igualmente que todos los aficiales del ejército de coronel arriba, diesen su voto sobre cual de los cuatro capitanes generales que habia, que eran el propio Morelos y los otros tres individuos de la junta, habia de ser nombrado por el Congreso generalísimo, debiendo recaer en él el poder ejecutiva, con plenitud de facultades. Formó también un reglamento para la determinación de estos, en el que prefijó los del Congreso y el modo de proceder de este (13), lo que equivalia a formar una Constitución. Rayón cansultó sabre todas estas acurrencias al P. Santa María, el cual contestó pretendiendo probar, que la convocatoria de Morelos carecia de autoridad, prudencia y legalidad, y que debia reservarse para ocasión más oportuna (14), y el mismo padre tuvo el encargo de formar una nueva Constitución, de que se mandó copia a México, consultando sobre ella a los Guadalupes de aquella capital (15), lo que Rayón pretendia establecer antes de reunir el Congreso. Si se ha de dar crédito a lo que sobre esta Constitución dice Rosains, en el papel que contra Rayón publico con el título de Justa repulsa, se le daban en ella más facultades al presidente de la junta, que las que tiene el soberano de Marruecos, y habiendo dejado este religioso a Rayón y presentádose en Acapulco, se excusaba diciendo: que habia escrito lo que Rayón queria, y no lo que su corazón sentia. Morelos se mantuvo firme en su designio; escribió a Rayón echándole en cara los males que habia causado por su tenacidad y por sus disensiones con sus compañeros (16) y habiendo recibido el aviso que Liceaga le dió de su prisión en Puruaran, hizo prevención a aquel, para que lo pusiese en libertad y diese la habilitación necesaria para que se trasladase a Chilpancingo, citándolo por la cuarta vez y bajo su responsabilidad, para que se presentase él mismo en este punto, en donde se hallaba ya Verdusco, y por si lo primero no fuese tumplido, dió orden en derechura al comandante de la provincia Muñiz, para que por su parte lo ejecutase puntualmente (17). Rayón entonces, desamparado de todos, sin poderse sostener en la provincia de Michoacán, en la que era vivamente perseguido por los realistas, tuvo que ceder y manifestó su adhesion a la convocatoria; pero habiendo omitido firmar el oficio que con este motivo dirigió a Morelos, fuese por inadvertencia o por malicia, para detener así la reunión del Congreso; Morelos le manifestó con dureza, que cualquiera que hubiese sido su objeto en tal artificio, no por eso se habia suspendido la instalacion (18) de aquel, y por otro oficio posterior le instó a presentarse en él, haciendo una pintura del estado de las provincias ocupadas por los insurgentes, que corresponde exactamente a lo que sobre ellas se ha dicho en el curso de esta historia (19). Vencido por tantas instancias, se puso Rayón en camino para Chilpancingo saliendo de Tancítaro el 7 de Octubre con su familia y sus hermanos D. Ramón y D. José María, y por Uruapan, Huetamo y Cutzamala, se dirigió a Chilpancingo (20). Habian concurrido entre tanto en aquel lugar los electores nombrados por los diversos pueblos de la provincia de Tecpan, y el dia 13 de Septiembre, celebrada la misa del Espíritu Santo y exhortados en el púlpito por el brigadier Dr. Velasco, vicario castrense, a alejar de sí toda pasión e interés, guiándose sólo por lo que fuese más conveniente a la nación; después de leido por el secretario Rosains el reglamento provisional formado por Morelos, en el que se prevenia el modo de ejecutar la elección; se procedió a esta presidiendo el mismo Morelos, y resultó nombrado el Lic. D. José Manuel Herrera, vicario general del ejército, por 11 votos de los 37 votantes, habiéndose repartido los demás entre diversos individuos (21). El dia siguiente, reunidos segunda vez en la parroquia del propio lugar, Morelos, Muñiz, que habia venido por orden de este, y Herrera con los electores de la provincia de Tecpan, y multitud de oficiales y vecinos del pueblo y de sus inmediaciones, expuso Morelos en un breve discurso, la necesidad en que la nación se hallaba de tener un cuerpo de hombres sabios y amantes de su bien, que la rigiesen con leyes acertadas, y diesen a la soberanía todo el aire de majestad que le correspondia, extendiéndose sobre los beneficios que de aquí debian resultar, y en seguida hizo leer por su secretario Rosains un papel que tenia prevenido con el título de Sentimientos de la nación, y la lista de los diputados que habia elegido para componer el congreso, que fueron, en clase de propietarios, D. Ignacio Rayón por la provincia de Guadalajara; el Dr. D. José Sixto Verdusco por la de Michoacán; D. José María Liceaga por Guanajuato; y como suplentes, por no haberse recibido los nombramientos de propietarios que nunca se verificaron, el Lic. D. Carlos María Bustamante por México, quizá porque habia sido nombrado elector para el ayuntamiento de aquella capital; el Dr. D. José María Cos por la provincia de Veracruz, y el Lic. D. Andrés Quintana Roo por la de Puebla. A estos diputados nombrados por Morelos, sin que hubiese otro motivo para la distinción entre propietarios y suplentes, sino el ser los primeros individuos de la antigua junta de gobierno, se unieron el que habia sido elegido por los vecinos de la ciudad de Oaxaca D. José María Murguia y Galardi, y el Lic. Herrera, nombrado el dia anterior por los electores de la provincia de Tecpan, con lo que quedó instalado el congreso, según la acta que se extendió y mandó imprimir para conocimiento de todo el reino (22). El nombramiento que Morelos hizo de los individuos de la antigua junta como miembros del Congreso, y el diverso carácter con que se les consideró, dió motivo a las pretensiones sucesivas de Rayón, no considerando al Congreso más que como una ampliación de la junta, que habia dejado ilesos los derechos que creia tener por este principio, para ser tenido siempre como presidente de aquella. En el papel que Morelos habia hecho leer con el título de Sentimientos de la nación, se hallaban consignadas sus opiniones sobre el sistema que convenia se adoptase y marcha que debia seguir el Congreso. En él proponia, que desde luego se procediese a declarar que la América era libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancionase, dando al mundo las razones; que la religión católica fuese la única sin tolerancia de otra, sustentándose sus ministros con la totalidad de los diezmos (23), pero con sólo estos y las primicias, no teniendo el pueblo que pagar otras obvenciones, que las que fuesen de su devoción y ofrenda, y que el dogma fuese sostenido por la jerarquía de la iglesia, que son el Papa, los obispos y los curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó (24). En cuanto a sistema político, Morelos establecia que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el cual queria depositarla en sus representantes, dividiendo su ejercicio en los tres ramos, legislativo, ejecutivo, y judicial; los vocales del Congreso, nombrados por las provincias, debian estar en ejercicio cuatro años, saliendo por turno los más antiguos, y disfrutando un sueldo (25), suficiente y no superfluo, que no debia pasar por entonces de ocho mil pesos anuales. Los empleos habian de ser obtenidos exclusivamente por los americanos, no se admitian mas extranjeros que los artesanos, capaces de instruir en sus profesiones y libres de toda sospecha, señalando puertos a donde se les permitiria desembarcar sus efectos, pero no internarse en el pais de ninguna nación, por más amiga que fuese. La esclavitud quedaba abolida para siempre, y lo mismo la distinción de castas, no debiendo haber otra entre los americanos que la del vicio y la virtud. Las leyes generales debian comprender a todos, sin excepción de privilegiados, pues estos sólo lo serían en lo relativo a su profesión o ministerio, y como la buena ley, dice, es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a la constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia; y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto. La propiedad debia ser respetada, y la casa de un particular habia de ser tenida como un asilo inviolable. En la nueva legislación, no se habia de admitir la tortura; se habian de abolir la alcabala, los estancos y el tributo, pues con un derecho de importación de diez por ciento u otra gabela en los puertos sobre las mercaderías extranjeras, una contríbución directa de cinco por ciento sobre las rentas, y la buena administración de los bienes confiscados a los españoles, que todos debian ser arrojados del pais, creia seria bastante para continuar la guerra y pagar a los empleados. Establecíase por último como ley constitucional, la celebración del dia 12 de Diciembre, consagrado a la Vírgen de Guadalupe, recomendando a todos los pueblos la devoción mensual en el mismo dia, e igualmente se mandaba solemnizar el aniversario del 16 de Septiembre. Comparando las ideas contenidas en este documento, con el proyecto de Constitución primitivamente formado por Rayón, se echa desde luego de ver el influjo que sobre los espíritus habian ejercido las deliberaciones de las Cortes de Cádiz y la Constitución hecha por estas, cuya lectura se habia generalizado, en el intervalo de tiempo corrido entre las fechas de uno y otro escrito. Por otra parte, los comunistas y socialistas de nuestros dias, a cuyos sistemas propendia bastante Morelos, reconocerán en algunos de los puntos que recomendaba al Congreso, plenamente sus principios, de los cuales veremos más adelante alguna más explícita aplicación. D. Carlos Bustamante habia remitido a Morelos desde Oaxaca, un discurso para que lo leyese en la apertura del Congreso. El autor, en el estilo fogoso que solia usar, describe el principio y curso de la revolución, invoca los manes de Moctezuma, Quautemotzin, Jicotencatl, y Calzonzi, considerando la instalación del Congreso en Chilpancingo en Septiembre de 1813, como la reparación de los agravios hechos a los mexicanos en 1521, y concluye con estas palabras: Vamos, señor, a restablecer el imperio mexicano, mejorando el gobierno: vamos a preparar el asiento que debe ocupar nuestro desgraciado príncipe Fernando VII, recobrado que sea del cautiverio en que gime; vamos a ser espectáculo de las naciones cultas que nos observan; vamos en fin, a ser libres e independientes (26). El periodo que se ha distinguido con letra bastardilla, fue tachado por Morelos, y las expresiones mejorando el gobierno, están entrerenglonadas de otra mano, pero ni aun con estas correcciones quiso pronunciar este discurso inaugural, porque sin duda su buen sentido le hizo calificar de extravagantes las alusiones al antiguo imperio mexicano, que ciertamente nada tenia que ver en la cuestión presente; más este error, que tantas veces hemos hecho notar, de considerarse los descendientes de los españoles en América, como descendientes y sucesores de las naciones que sus padres conquistaron, habia echado ya hondas raices, y lo veremos reproducirse en multitud de ocasiones, siendo el mismo Bustamante quien más ha contribuido a propagarlo. En la sesión del 15 de Septiembre que presidio Verdusco, elegido provisionalmente para este acto, y a la que
concurrieron los mismos que a la anterior, se procedió al importante nombramiento de generalísimo, depositario del poder ejecutivo. No podia dudarse en quien habia de recaer, pues habiendo votado casi exclusivamente los oficiales de las diversas brigadas del ejército de Morelos, y debiendo hacerse la elección por un Congreso compuesto en totalidad de diputados nombrados por el mismo Morelos o bajo su influjo, claro era que sus sufragios no podian ser en favor de ningun otro, tanto más, que habiendo de limitarse precisamente a votar por alguno de los cuatro capitanes generales que habia, de los cuales Rayón se hallaba perseguido, Verdusco y Liceaga sin crédito ni reputación, necesitados del apoyo de Morelos, no podian entrar en competencia con él, por quien se habian declarado también los partidarios ocultos de la revolución en México, Puebla y Valladolid (27). Morelos fue pues nombrado con unanimidad, pero como si todo esto no estuviese preparado de antemano, en el acto de prevenirle el Congreso, pues estaba presente, que prestase el juramento correspondiente, rehusó admitir el cargo, porque lo creia superior a sus fuerzas y capacidad, y pidió se le admitiese la dimisión que de él hacia. El presidente Verdusco le contestó, que siendo esta resistencia efecto sólo de su humildad, más no de su ineptitud para el desempeño del empleo, le pedia lo eceptase para satisfacer el deseo unánime de los pueblos; pero habiendo dicho entonces el diputado Quintana, que el Congreso no podia resolver en lo pronto si admitia o nó la renuncia, siendo preciso algún tiempo para deliberar sobre ella, con lo que se conformaron los demás vocales; los militares que llenaban la iglesia, exigieron en nombre del pueblo, llevando la voz por todos el Dr. Velasco, que sin más demora se obligase a Morelos a admitir el empleo, para el cual habia sido llamado por la voz del pueblo y del ejército. Entablóse con esto un altercado entre el Congreso y los concurrentes, insistiendo aquel en que era indispensable que se le diese tiempo para deliberar, y estos en negárselo, por ser inútil toda discusión en asunto tan claro; más por último convinieron en que el Congreso se retirase por el corto tiempo de dos horas, para decidir sobre tan importante materia. Hízolo así, y Morelos también se retiró a la sacristía de la iglesia, y al cabo del término concedido, el Congreso se presentó con un decreto, en que exponiendo todo lo ocurrido, decía que habia tenido mil motivos de regocijo en sus debates con el pueblo, a cuyas aclaraciones habia cedido, y en consecuencia declaró no admisible la renuncia, y que en uso de sus facultades soberanas, compelia a Morelos a la pronta admisión del empleo, reconociendo en él al primer jefe militar en quien depositaba el ramo ejecutivo de la administración pública, reservándose el mismo Congreso dictar el tratamiento que habia de dársele. Así quedó vencido desde el primer dia el poder legislativo ante la fuerza militar. ¡Triste presagio de la suerte que aguardaba a los Congresos venideros! Morelos manifestó entonces que, obligado por las demostraciones públicas y respetando la autoridad del Congreso, admitia el nombramiento, con las cuatro condiciones siguientes: 1a. Que cuando viniesen tropas auxiliares de otra potencia, no se habian de acercar al lugar de la residencia del Congreso; lo que probablemente procedia del temor de que se repitiese lo sucedido en Béjar con Gutierrez de Lara, que fue destituido del mando por Toledo, apoyado por los aventureros de los EstadosUnidos. Con estas condiciones entró en posesión del mando, prestando juramento de defender a costa de su sangre la religión católica; la pureza de María Santísima; los derechos de la nación americana, y desempeñar lo mejor que pudiese el empleo que la nación se habia servido conferirle. Juró igualmente Rosains como secretario del poder ejecutivo, cumplir todo lo concerniente a su destino, y en seguida propuso el generalísimo a toda la concurrencia, que para el mayor acierto, lo acompañasen a dar las gracias al Ser Supremo, como se hizo, con un solemne Te Deum, concluyéndose el acto con los mayores aplausos de los asistentes a él (28). De esta manera recayó el poder supremo en Morelos, fuese por resultado de sus amaños, o resistiéndolo sinceramente como pretendió en su causa; de uno u otro modo, nada podia ser mas conveniente para la revolución en el estado que tenia, y este era el único medio de hacerla progresar; pero desde el momento que esta elección se verificó, el Congreso venia a ser del todo inútil, y por la naturaleza de las cosas, no sólo no podia ser de provecho alguno, sino que siendo un poder de suyo rival al de Morelos, debia venir a ser enemigo de este y por lo mismo perjudicial. Morelos, sin embargo de estar bien persuadido, como lo dijo a Rayón en una de sus cartas, de que lo que convenia era que mandase uno sólo, hizo su autoridad dependiente de la del Congreso, y dejó a este además del poder legislativo el judicial, miéntras se establecia la corporación que debia ejercerlo. Esta primera prueba del sistema representativo, del que apénas habia más nociones que las tomadas de los papeles de las Cortes de Cádiz, por cuyo ejemplo los Guadalupes de México promovieron la instalación del Congreso, fue muy poco feliz, y como sucede siempre que se intenta en el orden político alguna cosa prematura, no sólo no produjo ningún buen resultado, sino que estableciendo funestos antecedentes, además de los perniciosos ejemplos que ya habian dado las Cortes de Cádiz, ha contribuido muy poderosamente a impedir en tiempos posteriores, el poder plantar con provecho ese mismo sistema. El Congreso, según lo dispuesto por Morelos en su reglamento, tomó el tratamiento de majestad, a imitación de las Cortes de España; sus miembros el de excelencia, con una asignación de seis mil pesos anuales. Fue nombrado presidente el diputado de Oaxaca Murguía, y vice el suplente por Puebla Quintana (29); la elección de secretarios se hizo en individuos de fuera del Congreso, y fueron nombrados D. Cornelio Ortiz de Zárate y D. Carlos Enriquez del Castillo. Se acordó que las sesiones fuesen públicas, convocando a ellas a son de campana en la parroquia de Chílpancingo, a las ocho de la mañana en verano y a las nueve en invierno, y que todo ciudadano tuviese libertad de presentar sus ideas al Congreso, in scriptis, por medio de los secretarios (30). A Morelos se le decretó el tratamiento de alteza, que aunque no quiso admitir, tomando por modestia el título de siervo de la nación, se le dió sin embargo desde entonces; además de Rosains, nombró por secretario al Lic. D. José Sotero Castañeda, haciéndose saber por bando todas estas disposiciones. En uso de sus facultades como generalísimo, declaró que los tres vocales de la antigua junta quedaban retirados del mando, con honores de capitanes generales sin sueldo, pues lo disfrutaban como miembros del Congreso (31), y nombró a Muñiz comandante general de las provincias de Guanajuato y Michoacán, y de la parte inmediata de las contiguas, previniéndole a Rayón lo hiciese reconocer en ellas (32). El número de diputados que formaban el Congreso era muy escaso, pues Murguía, apenas se verificó la instalación, se volvió a Oaxaca, viniendo a reemplazarlo el presbítero D. Manuel Sabino Crespo, elegido en aquella ciudad en segundo lugar, habiéndolo sido en tercero D. Carlos Bustamante. Este, aunque nombrado por Morelos suplente por México, no se presentó en Chilpancingo hasta fines de Octubre, habiéndose detenido en Oaxaca, por no haberle franqueado el comandante Rocha la numerosa escolta que le pedia, y que creia correspondiente a su dignidad de diputado y a su empleo de inspector de caballería, sobre lo que tuvieron acaloradas contestaciones (33), y Cos tampoco habia llegado todavía a desempeñar en el Congreso su encargo de representar a Zacatecas. Rayón llegó a la hacienda de Chichihualco de los Bravos, el 30 de Octubre, y dió aviso por medio del coronel Sevilla y otros dos oficiales; salió a su encuentro el intendente de ejército D. Antonio Sesma con un trozo de caballería, y su entrada en Chilpancingo se verificó por entre arcos de triunfo, estando formada la tropa para hacerle honor. Conducido al alojamiento que se le tenia preparado, lo obsequiaron en él Quintana, Herrera, el Dr. Velasco y otros de los sujetos principales, y el dia 4 de Noviembre, prestando el juramento correspondiente, tomó asiento en el Congreso (34). El dia anterior llegó a Chilpancingo Morelos, que habia marchado a recorrer los puntos militares de la orilla del rio, y Rayón que salió a recibirlo, lo acompañó hasta su habitación y allí tuvieron una conferencia, en la que, si se ha de dar crédito a Rosains, Rayón se condujo con bajeza y humillación. Ocupábase a la sazón el Congreso del primer punto que Morelos habia recomendado en sus apuntes, que era la declaracion de independencia. El 6 de Noviembre se presentó y aprobó el proyecto de decreto, pero habiendo expuesto Rayón los inconvenientes que en su concepto tenia la inmediata publicación de este acuerdo, se resolvió suspenderla, hasta que el orden de los sucesos y una discusión más profunda y detenida, ilustraran al Congreso sobre materia tan ardua e importante. Sin embargo, viendo Rayón que la acta corria ya impresa, creyó de su deber dirigir al congreso una exposición por escrito, manifestando con extensión las razones en que fundaba su opinión. En ella recordó toda la serie de los acontecimientos desde el principio de la revolución, tratando de probar que la declaración de la independencia era inútil, porque estando en posesión de ella, era más conveniente consolidarla bajo el nombre de Fernando VII, que para nada embarazaba para el intento, siendo además peligroso suprimirlo, tanto por estar el pueblo acostumbrado a venerarlo, cuanto por las pretensiones que se suscitarian, especialmente por la clase de los indios, que unidos hasta entonces con las demás clases de habitantes, bajo el concepto de que sólo se trataba de reformar el poder arbitrario, sin substraerse a la obediencia del Rey, removido el respeto de este nombre y aleccionados por la actual lucha, harian esfuerzos para restituir sus antiguas monarquías y gobiernos, como lo habia solicitado Tlaxcala en la representación dirigida a Morelos en el año anterior, de que en su lugar hemos hecho mencion (35). Mucho honor hace a la penetración de Rayón, que desde entonces previese este punto esencial de la dificultad que envuelve en sí la independencia, bien que sin acertar a proponer el remedio, pues de ninguna manera lo era la dilación que pretendia, ni habia ni puede haber otro que el que más tarde previno la prudencia de Iturbide, aunque en la ejecucíón, él mismo desbarató su propia obra. En paises que carecen de homogeneidad en la masa de su población, y que por esto, más bien que una nación, son una reunión de naciones de diferente origen y que pretenden tener diversos derechos, si esta diversidad no se funda sólo en las leyes, sino que procede de la naturaleza; las varias castas abandonadas a sus esfuerzos, no habiendo una de ellas que domine legalmente como en los Estados Unidos, más tarde o más temprano acaban por chocar entre sí, si un poder superior a todas, sostenido por un prestigio por todas igualmente reconocido, no conserva entre ellas el equilibrio, protegiéndolas sin distinción y sin oprimir a ninguna. De otra manera, los elementos de discordia se manifiestan con cualquiera ocasión, y a veces en los momentos en que la unión seria más necesaria, como cuando se trata de repeler una agresión extranjera, pues entonces el invasor fomenta en su provecho estas rivalidades, haciendo imposible un esfuerzo nacional, como entre nosotros sucedió en la invasión del ejército norteamericano en 1847. El trascurso del tiempo ha puesto sobradamente de manifiesto cuan fundados eran los temores de Rayón, como ha comenzado ya a experimentarse entre nosotros y todavía más en Guatemala, y por desgracia irán siendo más y más palpables estos males tanto más, que con admiración se vé a algunos escritores públicos, empeñados en acelerar este momento desgraciado. No obstante la oposición de Rayón, el Congreso decretó la declaración de la independencia, que el diputado D. Carlos Bustamante redactó en estos términos (36). El Congreso de Anahuac, legitimamente instalado en la ciudad de Chilpancingo de la América Septentrional por las provincias de ella, declara solemnemente a presencia del Señor Dios, árbitro moderador de los imperios y autor de la sociedad, que los da y los quita según los designios inexcrutables de su providencia, que por las presentes circunstancias de la Europa, ha recobrado el ejercicio de su soberanía usurpado; que en tal concepto, queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español; que es árbitro para establecer las leyes que le convengan, para el mejor arreglo y felicidad interior; para hacer la guerra y paz y establecer alianzas con los monarcas y Repúblicas del antiguo continente, no ménos que para celebrar concordatos con el Sumo Pontífice romano, para el régimen de la iglesia católica, apostólica, romana, y mandar embajadores y cónsules; que no profesa ni reconoce otra religión, más que la católica, ni permitirá ni tolerará el uso público ni secreto de otra alguna; que protegerá con todo su poder y velará sobre la pureza de la eé y de sus dogmas y conservación de los cuerpos regulares. Declara por reo de alta traición a todo el que se oponga directa o indirectamente a su independencia, ya protegiendo a los europeos opresores, de obra, palabra, o por escrito; ya negándose a contribuir con los gastos, subsidios y pensiones para continuar la guerra, hasta que su independencia sea reconocida por las naciones extranjeras; reservándose el Congreso presentar a ellas, por medio de una nota ministerial, que circulará por todos los gabinetes, el manifiesto de sus quejas y justicia de esta resolución, reconocida ya por la Europa misma. Dado en el palacio nacional de Chilpancingo, a seis dias del mes de Noviembre de 1813. Lic. Andrés Quintana, vicepresidente. En el mismo dia se decretó el restablecimiento de la compañía de Jesus, para proporcionar a la juventud la enseñanza cristiana de que carecia, y proveer de misioneros celosos a las Californias y provincias de la frontera (37). Morelós continuó dictando diversas providencias, como ya lo habia hecho aun antes de ejercer el poder ejecutivo, habiendo prevenido con ellas mucho de lo que propuso al Congreso en el papel que tituló Sentimientos de la nación. Así fue que desde Oaxaca, por un bando publicado en 29 de Enero, habia mandado que quedase abolida la hermosísima jerigonza de calidades, indio, mulato, mestizo, tente en el aire, &c, y que sólo se distinguiese la regional, nombrándose todos generalmente americanos, con cuyo epíteto nos distinguimos del inglés, francés, o más bien del europeo que nos perjudica, del africano y del asiático, que ocupan las otras partes del mundo. (38). En consecuencia de esta igualdad, dispuso en el mismo bando que cesase el pago de los tributos, pero sujetando a los indios al de la alcabala, reducida a cuatro por ciento. Declaró también la libertad de los esclavos, y para hacer efectivo el que entre los americanos no hubiese otra distinción que la de la virtud, ni otro mérito que esta para obtener los empleos en la iglesia y el Estado, queriendo extirpar todos los vicios que tienen su origen en la ociosidad, y que todos trabajasen en el destino a que cada cual fuese útil, para comer el pan con el sudor de su rostro, mandó que las mujeres se ocupasen en sus hacendosas y honestas labores, los eclesiásticos en el cuidado de las almas, los labradores en todo lo preciso de la agricultura, los artesanos en lo de primera necesidad, alistándose en cada pueblo para servicio de las armas, la mitad de los habitantes útiles para ellas, formando una o más compañías, de las cuales se debian sacar los hombres necesarios para el ejército, quedando los demás alistados y haciendo ejercicio los domingos y dias festivos después de la misa, con las armas que las autoridades pudiesen proporcionar, debiendo tener a falta de estas cada individuo hondas y cuatro docenas de flechas, para que armados todos pudiesen caminar con seguridad y cuidar de la de los demás, y para quitar toda ocasión de riñas y escándalos, no solo prohibió los juegos que excediesen de una mera diversión, sino también los naipes y la fábrica de ellos. En cuanto a deudas, declaró que el americano estaba obligado a pagar lo que debiese a otro americano, mas no a los europeos, entendiéndose esto hasta aquella fecha, y en virtud de que debiéndose confiscar todos los bienes de estos, consistiendo una parte de ellos en deudas, estas las perdonaba la nación que era la que debia cobrarlas, en beneficio de los americanos, más en lo sucesivo debian pagarse puntualmente las que se contrajeran, aun cuando fuese con europeos no indultados. El estanco de colores y el de pólvora quedaron extinguidos por el mismo bando, no habiendo quedado otras rentas que la alcabala y el tabaco en lo civil, y en lo eclesiástico los diezmos y derechos parroquiales. En esta declaración de igualdad, los indios resultaron aun más perjudicados que en la de las Cortes, pues no sólo quedaron obligados al pago de la alcabala, aunque muy disminuida, sino también al de los diezmos, habiéndolos declarado Morelos sujetos a este por decreto de 7 de Noviembre de 1813. Las dificultades nacidas de la circulación de la moneda de cobre establecida por Morelos, le obligaron a dictar varias medidas para impedir la fabricación de la falsa y la extracción de la de plata para los lugares ocupados por los realistas en los que no era aquella recibida, y también tuvo que tomar otras para proveer de ganados a los pueblos que lo obedecian, y conservar en ellos precios moderados a los comestibles, fijando aquellos a que se habian de vender, todo lo cual estaba sujeto a graves inconvenientes, que las circunstancias obligaban a salvar por actos arbitrarios de la autoridad. Habiendo tenido todo su efecto las disposiciones relativas al establecimiento del Congreso y organización del gobierno, que ocuparon a Morelos cuatro meses desde la toma de Acapulco, trató este de ejecutar el plan que hacia tiempo meditaba de apoderarse de Valladolid, para situar en aquella ciudad el Congreso, e invadir desde aquel punto las provincias de Guanajuato, Guadalajara y S. Luis, según se presentase la oportunidad. Inducíale a este proyecto la esperanza de poder ejecutarlo con facilidad, pues estaba informado que no habia más que ochocientos hombres de guarnición en la plaza (39), y es de creer que también lo inclinase, la afición al lugar en que habia pasado sus primeros años. Reservado para la ejecución de todos sus planes, dió órden a D. Nicolás Bravo y a Matamoros, para que marchasen con las tropas que tenian en las provincias de Veracruz y Puebla, que eran las mejores que habia habido en la revolución, sin comunicarles su intento verdadero, sino como si fuesen sólo a desalojar de Tepecoacuilco a Moreno Daoiz; él mismo recorrió los puntos ocupados por sus tropas en las riberas del Mescala, dejando para defenderlas y cubrir al Congreso, a D. Miguel y a D. Víctor Bravo con más de mil hombres, en el cantón de Totolcintla; mandó al comandante de Oaxaca Rocha, que con el regimiento de Orizaba se situase en Tehuacán; encargó el mando del castillo de Acapulco al teniente coronel Irrigaray, y sacó de aquella fortaleza tres culebrinas de fábrica de Manila, que hizo conducir a Mescala. En Tlacosautitlan publicó el 2 de Noviembre una proclama, con el título de Breve razonamiento que el siervo de la nación hace a sus conciudadanos y también a los europeos (40); en que tratando de persuadir que la suerte de la guerra estaba decidida, con tono amenazador dice a unos y a otros, que hasta entonces habian sido tratados con demasiada benignidad, y considerando que los españoles por sí solos no podrian sostenerse sin el apoyo de los americanos que seguian su partido, manda a estos que se separen de ellos, intimándoles que serian castigados con todo rigor, uno o muchos que se encontrasen en compañía de un sólo español. Para hacer más efectivas tales amenazas, estaba prevenido un plan de completa desolación, que se encontró entre sus papeles; pues habiendo venido a ser la guerra, entre los propietarios que sostenian al gobierno por la protección que este les dispensaba, y los proletarios que seguian el partido de la revolución, para hacer partidarios a esta, se trataba en él nada menos que de la destrucción completa de todas las propiedades, distribuyéndolas entre los que nada tenian (41). Al acercarse las fuerzas de Matamoros y Bravo a Tepecoacuilco, abandonó Moreno Daoiz con las suyas aquel punto y se retiró hasta Cuernavaca, de donde volvió a México, habiendo conferido Calleja a principios del año siguiente, el mando de las tropas de la sección de Taxco al teniente coronel Armijo. Morelos, que con este movimiento no habia tenido más objeto que ocultar su verdadero intento, mandó entonces a aquellos jefes que por Teloloapan se dirigiesen a Tlalchapa, y él mismo salió de Chilpancingo el 7 de Noviembre y con todas sus fuerzas se dirigió a aquel punto por Tlacotepec, Tetela y Pesuapa, habiendo hecho poner en balsas en Mescala las culebrinas que habia mandado conducir allí de Acapulco, para que bajasen el rio con facilidad (42). Nada de los intentos de Morelos se ocultaba a la perspicacia de Calleja. Viendo que aquel no habia efectuado el desembocar por la Mixteca en la provincia de Puebla o a las villas, resolvió permanecer en observación, resuelto a dirigir sus operaciones por las de su contrario. Numerosos espías le instruian desde los lugares que este ocupaba de las fuerzas que reunia, armas y municiones que preparaba y movimientos que notaban (43). Calleja estaba bien prevenido para salirle al encuentro en cualquiera dirección que tomase, y un año entero que Morelos le habia dejado para combinar sus medidas, le habia hecho prevenirlas todas y hallarse a punto de ejecutarlas. Luego que por los movimientos de Morelos en las orillas del Mescala, no pudo dudarse que su dirección era a Valladolid, Calleja en ejecución de su plan tanto tiempo hacia meditado, reforzó con las tropas de la guarnición de México la sección de Toluca, dió orden para que esta marchase a Marabatío bajo el mando del brigadier Llano, dispuso que se encontrase con ella en Ixtlahuaca parte de la de Tula mandada por Ordoñez, por si fuese necesario que siguiesen unidas, y previno al coronel Iturbide, que con las tropas del bajío, se uniese con Llano en Acámbaro, formando así un cuerpo respetable, con el nombre de ejército del Norte, que habia de mandar en jefe Llano, e Iturbide como su segundo. Morelos, reunidas en Cutzamala (44) las divisiones de Matamoros, Bravo y Galiana, siguió la dirección del rio de Mescala por la ribera derecha de este hasta Huetamo, y de allí se dirigió a Valladolid pasando por su curato de Carácuaro, Tacámbaro y Tiripitio, habiendo celebrado en su parroquia la fiesta de Guadalupe, y en el tránsito se incorporaron en su ejército Muñiz, Arias, Ortiz y Vargas con sus partidas, debiendo hacerlo Navarrete cuando se hallase en las inmediaciones de la ciudad. Según el mismo Morelos, sus fuerzas, sin comprender las de Navarrete, ascendian a cinco mil y setecientos hombres de infantería y caballería, con treinta cañones de todos calibres y una inmensa provisión de municiones, acopiadas en tantos meses de descanso en Chilpancingo. Según otros informes, el número total de hombres llegaba a unos veinte mil, dirigidos por los jefes que más se habian señalado en diversas acciones (45). D. Ramón Rayón, a quien Morelos habia conferido el empleo de mariscal de campo (46) y repuéstolo en la comandancia de Tlalpujahua, debia también reunírsele con su división, que constaba de seiscientbs infantes, trescientos caballos y dos cañones, verificando lo mismo D. Rafael Rayón, con la gente que tenia en las inmediaciones de S. Miguel. Por el lado contrario, las órdenes del Virrey habian sido puntualmente ejecutadas. Llano llegó a Ixtlahuaca el 5 de Diciembre con la sección de Toluca, compuesta de los regimientos de infantería de línea de Nueva España y fijo de México, y una compañía de marina; y caballería de dragones de México, Querétaro, S. Luis, S. Carlos y fieles del Potosí, con seis piezas de artillería de diversos calibres. Ordoñez, que habia llegado tambien a aquel punto, recibió orden para volver a Jilotepec y Llano continuó el 8 su marcha a Maravatío (47). Iturbide se dirigia al mismo tiempo hácia el punto de reunión de Acámbaro, con un batallón de la Coróna, cuerpo de frontera, lanceros de Orrantia y otros piquetes de caballería. D. Ramón Rayón se habia situado en Tlalpujahua, desde donde hacia requisiciones de dinero en los lugares inmediatos, para proveerse de lo necesario para marchar a unirse con Morelos (48); más observando los movimientos de Llano y de Iturbide, lo avisó a aquel cuando se hallaba en Huetamo, proponiéndole ocupar el puerto de Medina, para retardar, ya que no pudiese embarazar la marcha de Llano, con lo que podria Morelos hacerse dueño de Valladolid, antes que Llano llegase al socorro de la ciudad, pidiéndole para ello auxilio de municiones. Morelos le ofreció que se las remitiria a un punto llamado Triguillos, pero insistió en que fuese a reunírsele. Rayón siguió en su marcha una dirección paralela a la de Llano, más este, sabiendo que aquel se hallaba en Ucareo, destacó desde Maravatío al teniente coronel D. Matías de Aguirre con los fieles del Potosí y alguna infantería, quien lo batió en el cerro de Jerécuaro, haciéndole algunos muertos y tomándole bastantes armas (49). Iturbide en su marcha desbarató tambien a D. Rafael Rayón en el campamento de Santiaguito. Morelos con todas sus fuerzas se presentó en las lomas de Santa María el 22 de Diciembre, y el dia siguiente 23, dirigió al comandante Landázuri una ridícula intimación, redactada por su secretario Rosains, exigiéndole se rindiese a discrecion dentro de tres horas, y al mismo tiempo mandó al obispo Abad y Queipo una carta escrita en el mismo estilo, en que sin reconocerlo con carácter episcopal, lo acusa de haber contribuido más que ninguno otro a encender la guerra con su excomunión y exhortaciones, requiriéndolo para que hiciese cesar los males que habia causado, influyendo para que la ciudad se entregase a discreción en el término señalado (50). Sin esperar contestación, Morelos dictaba sus órdenes para el ataque, y entre ellas se hace notar la muy extraña que el dia anterior dió en Acuitzio, mandando que todos en su ejército, y por lo menos de capitán abajo, se pintasen de negro la cara y manos, y también las piernas los que las tuviesen desnudas (51). La ciudad, pues, cuya guarnición no excedia de 800 hombres, estaba en riesgo de ser tomada a viva fuerza; toda su esperanza consistia en la llegada de Llano y de Iturbide. Hallábanse estos jefes en Indaparapeo la mañana del 23 de Diciembre, para tomar juntos el camino de Charo y llegar a Valladolid el 24, ignorando que Morelos estuviese tan cerca de la ciudad. Llano habia dispuesto que se acercase a esta el 2° batallon de la Corona con dos piezas; pero habiendo recibido en su marcha el aviso que a toda diligencia le mandó Landázuri del peligro en que se hallaba, resolvió adelantarse con sólo el escuadron de dragones de México que lo acompañaba y sesenta caballos de la división de Iturbide; más habiendo llegado a la cuesta de Atapaneo, a dos leguas de la plaza, oyó fuego de cañón, e infiriendo por esto que aquella se hallaba atacada, dispuso esperar la llegada del batallón de la Corona, y con este y sesenta caballos se apresuró a socorrerla, marchando al mismo tiempo que Iturbide con cien caballos avanzaba con el mismo objeto, aunque por diverso camino (52), entre tanto llegaba el resto de las fuerzas de ambas divisiones. Una acción decisiva iba pues a tener lugar.
Las tropas de Morelos, coronadas con tantos triunfos, animadas por tan grandes esperanzas, iban a presentarse delante de las del gobierno, poniendo a la prueba el valor y disciplina de unas y otras. La batalla que iba a darse debia tener las más importantes consecuencias, y la suerte del país iba a decidirse entre dos nativos de Valladolid, Morelos e Iturbide, a la vista de la ciudad que habia sido su cuna. Esta acción y sus inmensos resultados, van a ser la materia del libro siguiente. Notas (1) Todo lo concerniente a la convocación e instalación del Congreso de Chilpancingo, está tomado de las cartas y otras piezas originales que obran en el cuaderno 2° de documentos de la causa de Rayón; de la causa de Morelos y de la correspondencia original entre este y Rayón. Bustamante incurre en muchos errores, en lo que a cerca de esto dice en el Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 383. (2) Oficio de Morelos a Rayón, de 4 de Septiembre de 1812, en Tehuacán. (3) Idem de 31 de Diciembre, en Oaxaca. (4) Hállase en la causa de Rayón, quien lo remitió a Morelos estando sitiando a Toluca, con fecha en Sinacantepec a 30 de Abril de 1812. (5) Esto acaso dió motivo a que se difundiese la especie, de que los insurgentes habian conservado la inquisición suprimida por las Cortes, como lo dice la audiencia en su informe, y el Dr. Arechederreta en sus Apuntes manuscritos. (6) En el oficio de Morelos a Rayón de 7 de Noviembre de 1812 en Tehuacán, dice con relacion a esto, lo siguiente: En cuanto al punto 5° de nuestra Constitución, por lo respectivo a la soberanía del Sr. D. Fernando VII, como es tan pública y notoria la suerte que le ha cabido a este grandísimo hombre, es necesario excluirlo para dar al público la Constitución. (7) Se halla en la causa de Rayón, cuaderno segundo de documentos. (8) El oficio a Rayón, citado en la nota sexta, comienza así: Hasta ahora no habia recibido los elementos constitucionales; los he visto, y con poca diferencia, son los mismos que conferenciamos con el Sr. Hidalgo. (9) Todo lo dicho en este párrafo, es tomado de muchas cartas entre Morelos y Rayón, que he examinado. (10) Véanse en el apéndice núm. 11 los oficios reservados de Morelos a Rayón, sobre el comportamiento de Zambrano, señalados con los números 1 y 2. (11) Oficio de Morelos de 18 de Mayo de 1813, en Acapulco. (12) Véase sobre esta elección, Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 348. (13) La convocatoria y el reglamento se hallan en la causa de Rayón, en el cuaderno varias veces citado. (14) Diario del secretario de Rayón en el 5 de Julio. (15) Idem en el dia 11 de id.
2a. Que por su muerte, habia de recaer el mando en el militar a quien correspondiese por su graduación, miéntras se procediese a nueva elección.
3a. Que no se le habian de negar por el Congreso los auxilios de dinero y gente que necesitase, sin que hubiese clases privilegiadas para excusarse del servicio, y;
4a. Que aunque acaeciese la muerte del generalísimo, se habia de mantener la unidad del ejército y de los habitantes, reconociendo a las autoridades establecidas.
Lic. Ignacio Rayón.
Lic. José Manuel de Herrera.
Lic. Carlos María de Bustamante.
Dr. José Sixto Verdusco.
José María Liceaga.
Lic. Cornelio Ortiz de Zárate, secretario.