AL SEÑOR INGENIERO Y SENADOR LUIS L. LEÓN
Píndaro Urióstegui Miranda LA BOMBILLA PREGUNTA RESPUESTA No puede culparse a los altos dirigentes del clero, porque no tenemos pruebas para ello ni a los grandes grupos católicos, de este odio hacia el general Obregón. Fueron grupos de fanáticos aislados, que cultivaban la pasión entre sus fieles. El grupo que se reunía en la casa de la madre Conchita fue el que incubó el proyecto del asesinato del general Obregón y sugestionó' a León Toral para que lo ejecutara, haciéndole creer que era un sacrifico por su Iglesia, por sus creencias y que iba a ser un mártir, si lo inmolaban después del asesinato de Obregón. Fue un fanático el que mató al general Obregón. Yo tuve oportunidad de conocer ese asunto, porque tengo en mi poder las cartas que escribió de puño y letra la madre Conchita, donde explica las juntas que se realizaban en su casa. Todos saben cómo se fraguó el asesinato y hasta la bendición de la pistola con que mataron al general Obregón. En la cadena de periódicos de los Estados se publicaron unas declaraciones de un alto prelado de la Iglesia, principalmente en El Mundo de Tampico, donde se decía que en la casa de la madre Conchita se reunían generales y políticos, queriendo eximir de toda responsabildad al clero mexicano en la muerte del general Obregón y tratando de convertirlo en un asesinato político. Por conducto del general Francisco J. Mújica, que era el director de las Islas Marías, le envié a la madre Conchita los periódicos, la cual reaccionó y escribió esas cartas cuyos originales tengo en mi poder y que se publicaron en El Nacional, del cual era yo el director. En ellas dice que nunca fueron políticos ni generales a su casa y cómo fue que se incubó ese asesinato. El asesinato del general Obregón, claramente, fue cometido por un fanático y el general Calles tuvo la habilidad de encomendarles inmediatamente, el mismo día del crimen, la investigación a los amigos más allegados del general Obregón. Salió de la Inspección de Policía el general Roberto Cruz y se la entregaron al general Ríos Zertuche, amigo íntimo del general Obregón y le ayudaron en la investigación los licenciados Arturo H. Orsi y Aarón Sáenz. quienes estuvieron obteniendo datos de Toral hasta que los llevó a la casa de la madre Conchita e hicimos una investigación completa (Se sabe, y esta ampliamente documentado, que el señor León Toral fue víctima de terribles y por completo ilegales procedimientos de tortura. Precisión de Chantal López y Omar Cortés). El asesinato del general Obregón fue un crimen del fanatismo, no fue un crimen de los políticos mexicanos (Esta afirmación se contradice con los resultados mismos de la necropsia del cadáver del señor Álvaro Obregón, quien presentaba impactos de bala producidos por diferentes armas e incluso de diferentes calíbres. Precisión de Chantal López y Omar Cortés). La prueba de que los grupos de fanáticos seguían intrigando y llevando a cabo maquinaciones en contra de él, es el atentado que sufrió en Chapultepec, dirigido por un ingeniero Vilchis y el padre Pro, que después fueron fusilados (No esta de mas el precisar la manera tan poco convencional e incluso completamente ilegal del proceso sumario a que fueron sometidos el ingeniero Vilchis y el mismo Padre Pro, aberración jurídica que tan sólo puede entenderse si se elucubra sobre la posibilidad de que ya desde entonces estaba en marcha el complot para asesinar a Álvaro Obregón, ubicando a los chivos expiatorios a quienes cargar el muertito. Precisión de Chantal López y Omar Cortés).
Señor ingeniero, nuestra siguiente pregunta se refiere a uno de los acontecimientos de mayor significación en la historia política y social de nuestro país: la muerte del general Alvaro Obregón. Quisiera que nos platicara sobre la forma en que usted recuerda los acontecimientos relacionados con este incidente.
Como dije anteriormente, para los grupos de fanáticos el general Obregón no había definido una política de acercamiento hacia ellos y creyeron que continuaría el programa del general Calles. Para ellos, seguía siendo un enemigo de la religión y la iglesia, lo que no era. Mientras tanto, siguieron trabajando en la obscuridad, pero fomentando su odio fanático hacia el nuevo gobernante revolucionario, la prueba es el atentado que sufrió en Chapultepec, lo que demuestra que estos grupos no descansaban.