Al C. Presidente o Secretario del Centro Antirreleccionista de México.

Presente.

Ha sido en mi poder la comunicación de ustedes fecha 10 del corriente mes, en la cual me hacen saber que el Centro Antirreeleccionista de México en asamblea solemne, con representación de cuarenta y cuatro clubs y adhesiones de otros del país, acordó confiarme la jefatura del Partido Antirreeleccionista.

En contestación y para que lo hagan saber a sus representados, me es honroso manifestar a ustedes que creo de ml deber aceptar, y acepto formalmente, la jefatura del Partido Antirreeleccionista, con que se han servido distinguirme.

Lamento sinceramente los motivos que han dado origen al acuerdo de referencia, motivos que no menciono porque no creo conveniente aumentar la desunión entre los elementos que de un modo u otro, tomaron parte en la última insurrección nacional.

El Partido Antirreeleccionista con su lema sugestivo Sufragio efectivo. No reelección, ha realizado en los últimos años una obra gigantesca y verdaderamente heroica, porque muchos de sus miembros, además de llenar las cárceles de la República o ser deportados a los mortíferos campos de Yucatán y Quintana Roo, no vacilaron en ofrecer sus vidas en aras de la patria y la libertad, desde la heroica Puebla, hasta la legendaria ciudad que hizo inmortal al sublime indio de Guelatao. Y un partido que ha sido capaz de acometer esta empresa, no debe desaparecer ni cambiar de nombre porque está unido al tema que todo el mundo repite, es un timbre de gloria que nadie podrá borrar.

La efectividad del sufragio debe procurarse no sólo en las próximas elecciones, sino en todas aquellas que hayan de verificarse mientras el pueblo intervenga en la designación de los ayuntamientos y de los gobernadores de los Estados, de los representantes del pueblo en las cámaras locales y generales, y en la elección de los supremos mandatarios de la Nación. En consecuencia, el Partido Antirreeleccionista tendrá siempre que velar porque en las elecciones se manifieste realmente la voluntad popular; y como esto ha de repetirse constantemente, con más o menos intensidad, es lógico suponer que el Partido Antirreeleccionista estará en acción, lo cual lo obliga a no desaparecer.

Considero que el Partido Antirreeleccionista es libre de resolver sobre si concurrirá o no a las convenciones a que lo inviten otros partidos, o si él mismo reunirá una Convención por su propia cuenta; pero también creo, y de ello tengo la íntima convicción, que el Partido Antirreeleccionista está obligado a laborar dentro de los ideales, anhelos y propósitos de la pasada revolución, supuesto que ella fue la expresión de las legítimas aspiraciones del pueblo. Tengo también la creencia de que el Partido Antirreeleccionista, como lo atestigua su historia, será cortés en la lucha, sabrá subordinarse a la ley y respetar las autoridades, sin dejar de exigirles el cumplimiento de sus deberes.

Protesto a ustedes mi consideración y respeto.

Sufragio efectivo. No reelección.

México, 14 de agosto de 1911.

Francisco Vázquez Gómez