LOS MÁRTIRES DE SAN JUAN DE ULÚA

Eugenio Martínez Núñez

PRESENTACIÓN

Los mártires de San Juan de Ulúa, el ensayo que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, del notable historiador Eugenio Martínez Núñez, fue escrito en 1967 y publicado en el año siguiente por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana.

Ahora que se acercan los festejos del primer centenario de la gesta revolucionaria mexicana, ensayos como éste adquieren inédita dimensión al clarificar el papel de la parte considerada como precursora de la revolución; esto es, la época en que la cerrazón y miopía del régimen político imperante fatalmente condujo a que sectores de la sociedad mexicana enfilaran sus pasos por la vía de la lucha armada, como única salida posible y válida, a la sin razón y la opresión bajo la que se encontraban sometidos.

De hecho, Eugenio Martínez narra las desventuras de las primeras oleadas de revolucionarios, apresados y vilipendiados después de los intentos insurreccionales fallidos encabezados por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en diversas regiones de México entre 1906 y 1908.

Esta historia, que durante mucho tiempo fue ignorada, víctima de una conspiración del silencio, es la que da a conocer Eugenio Martínez Núñez en este ensayo. Deja en claro que la actividad desarrollada por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, presidida por Ricardo Flores Magón, no fue ni de poca monta ni timidos intentos de insurrección, sino que, por el contrario, su seriedad y potencia tuvieron tal alcance, que lograron atraer y comprometer a varios miles de personas a lo largo y ancho de la República Mexicana, en movimientos armados que tenían como fin común no sólo el derrocamiento del régimen porfirista sino, cosa que es más importante: la puesta en marcha de un meticuloso programa político, social y económico, que puntualmente revelaba la problemática del México de principios del siglo XX. Esto es, aquel magno movimiento rebasaba la recurrente acción caciquil personalista, de la que se pueden encontrar cientos de ejemplos en la historia de México del siglo XIX, del patético quítate tú para ponerme yo.

Así, Eugenio Martínez Núñez, al mismo tiempo que reivindica para la historia a muchos personajes que fueron actores principales de esos hechos, expone el quid propio de lo que verdaderamente debemos concebir como revolución, esto es, un movimiento social estructurado cuya finalidad es la de implementar programas, medidas y acciones para solucionar los problemas que afectan a una sociedad determinada, sin que forzosamente deba recurrirse a la violencia para implementar ese programa, esas medidas y esas acciones. Es más, si ese movimiento social estructurado se ve obligado a recurrir a la violencia no es por gusto que lo hará, sino más bien porque el régimen político le ha cerrado toda otra posibilidad. Y eso fue precisamente lo que hubo de afrontar la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano: la cerrazón, miopía y bestialidad de un régimen incapaz de autovaluarse, encerrado en sus propios mitos y ensoberbecido en sus delirios de grandeza.

No tenemos la menor duda de que todos aquellos que se aventuren a reflexionar sobre el macro proceso social que fue la Revolución Mexicana, encontrarán en este ensayo muchas respuestas a sus interrogantes.

Chantal López y Omar Cortés