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Alfonso Quiroga
MÉXICO EN 1916
VIGÉSIMO QUINTO COMENTARIO
EN PARRAL LUCHARON LOS VECINOS CON LOS SOLDADOS AMERICANOS
El día 11 de abril, se regisró en la importante ciudad de Hidalgo del Parral, la segunda de Chihuahua, un suceso que justamente preocupó a mexicanos y americanos, por las consecuencias que podía tener.
Una columna de tropas americanas penetró a dicha población, sin permiso de aquellas autoridades, y esto irritó al pueblo al grado de hacer armas contra los americanos cuando estos abandonaban la plaza, obsequiando una indicación del presidente municipal José de la Luz Herrera.
He aquí como refería el caso el Secretario de Relaciones del gobierno de facto, Cándido Aguilar, en nota dirigida al representante del señor Carranza en Washington, licenciado Eliseo Arredondo:
Sírvase usted conferenciar con el secretario Lansing e informarle que hoy a la 1 p.m., una columna de ciento cincuenta soldados americanos entró a la población de Parral. El alcalde de la ciudad, José de la Luz Herrera, inmediatamente llamó la atención del comandante de dicha columna sobre la inconveniencia de su entrada en la ciudad. Sus soldados inmediatamente comenzaron a evacuar la plaza; pero cuando estaban saliendo, el pueblo protestó y el alcalde y los comandantes militares intentaron contenerlo con llamados al orden para prevenir una fricción. Tal cosa no pudo evitarse debido a la imprudencia de un particular que disparó un tiro, del que siguió un desorden general, en el cual un soldado americano resultó muerto y varios heridos por las balas de los soldados americanos.
En ese respecto, el gobierno mexicano avisó al gobierno de los Estados Unidos desde un principio, que sería poco prudente que las tropas americanas pasaran a través de las ciudades, debido a la imposibilidad de evitar una fricción entre ellas y el pueblo. El gobierno mexicano deplora lo ocurrido, pero hizo todo lo que pudo para evitar este suceso, e insiste con el gobierno americano sobre la necesidad de que sus tropas sean retiradas de nuestro suelo, para no dar lugar a una ruptura de las buenas y cordiales relaciones que ambos países están obligados a mantener.
Por su parte, el ministro de guerra, general Alvaro Obregón, se dirigía a sus subalternos, desde Querétaro, el 12 de abril, en los siguientes términos, que, como se ve, coinciden en un todo con los empleados por Aguilar:
La secretaría de mi cargo, deseando poner en conocimiento del ejército el lamentable incidente ocurrido ayer en la ciudad de Parral, entre el pueblo de esa población y una fuerza americana perteneciente a las tropas de los Estados Unidos, que stán empeñadas en la persecución de Villa, comunica a usted, para que a su vez lo de a conocer a sus subordinados y a la prensa, para que el público pueda conocer los hechos tal y como ocurrieron, la siguiente información:
A la una de la tarde una fuerza americana compuesta de quinientos hombres, entró a la ciudad y las autoridades de la misma notificaron al comandante de dicha fuerza que las tropas americanas deberían salir de la población. El comandante de las fuerzas americanas comenzó a salir con sus fuerzas, de la ciudad, cumpliendo los deseos de las autoridades, cuando el pueblo de la plaza organizó una manifestación de protesta por la entrada de las tropas americanas a la población sin permiso. Las autoridades civiles intentaron evitar el conficto pero sus esfuerzos no fueron suficientes para calmar los ánimos y dominar la situación, provocándose una fricción entre los americanos y los civiles, habiendo resultado un soldado americano muerto y varios particulares heridos. El presidente municipal José de la Luz Herrera, y los generales constitucionalistas García Lozano y Hernández, con algunos de sus oficiales y tropas, intentaron calmar al pueblo y al fin lo lograron, evitando así un incidente que pudo haber tomado muy grandes proporciones. La fuerza americana salió de la ciudad. Ya he informado personalmente al Primer Jefe de los ocurrido.
Tres días después de haber sido publicado ese telegrama, llegaban a El Paso, Texas, procedentes de Parral, dos señoras americanas que referían los hechos de esta manera, según un periódico de la citada población texana:
Las mencionadas señoras manifestaron en sus declaraciones que hicieron hoy que un destacamento como de cien soldados americanos, blancos, de caballería, entró em formación el miércoles de la semana que acaba de pasar, y no el martes como se dijo primeramente, a la referida población chihuahuense. Los soldados llegaron hasta el jardín de San Juan de Dios, en donde desensillaron de sus cabalgaduras. Poco después de su llegada los niños de la escuela que se encuentra ubicada frente a dicho jardín, fueron despachados a sus casas, a donde llevaron la noticia de la llegada de las tropas americanas. En poco tiempo una gran muchedumbre se reunió en ese lugar, formada en su mayoría por mujeres y niños, que en conjunto contarían más de mil almas. Ante la presencia de los americanos, el pueblo empezó a hacer manifestaciones de desagrado, por lo cual varios funcionarios, entre otros el presidente municipal, José de la Luz Herrera, pidieron a las tropas de los Estados Unidos que salieran de la población, pues su presencia estaba excitando al pueblo y podría suscitarse algún conflicto.
El mayor Tompkins, comandante del destacamento dicho, manifestó a las autoridades de la ciudad, que únicamente iban a tomar sus hombres algunas provisiones y que inmediatamente daría orden de ensillar, haciéndolo así momentos después.
Al mismo tiempo la muchedumbre había umentado grandemente, pues gente de toda la población se había dirigido al lugar donde los americanos habían ensillado sus caballerías y cuando empezaron a salir de la ciudad, se fueron tras ellos.
En las goteras de la población, un individuo de la multitud disparó un tiro y dió muerte a uno de los soldados americanos y pocos segundos después otro mató un segundo soldado. Los cuerpos de ambos soldados fueron recogidos por sus compañeros. La muchedumbre ya muy excitada cargó entonces contra los americanos que por su parte hicieron fuego sobre la multitud, habiendo causado muchos muertos y heridos entre los civiles. Creése que más de cincuenta mexicanos fueron los muertos habidos en el tiroteo.
Los dos testigos de referencia manifestaron también que en la población de Parral el sentimiento popular era contrario a Villa; pero que al ver que las tropas americanas entraron a la ciudad, el pueblo empezó a recelar y se excitó creyendo tal vez que los americanos tenían otros propósitos.
El informe oficial publicado por el gobierno mexicano sobre el lamentable incidente de que se trata decía así:
El general Ismael Lozano, acompañado de los generales García y Hernández puso fin al conflicto de Parral y persuadió a las tropas americanas a que se retiraran a las afueras de la ciudad a donde fueron seguidas por el hostil populacho. En este punto, el coronel americano encargado del primer regimiento pidió celebrar una conferencia la cual tuvo lugar en la Villa de Santa Cruz de Villegas entre el jefe americano y el presidente municipal. El jefe americano convino en que habían entrado en el pueblo sin el correspondiente permiso; pero dijo que él había despachado a uno de sus subalternos desde el pueblo de Zaragoza con el fin de que solicitara dicho permiso y no habiendo retornado su enviado, y no habiendo recibido por lo tanto la respuesta, él quiso ir para ivestigar lo que pasaba.
El oficial americano expresó quedar satisfecho de la conferencia y dijo que esperaba que las tropas americanas y las constitucionalistas trabajarían en completa armonía.
Los americanos no avanzarán más hacia el sur hasta que se vea el resultado del intercambio de notas entre México y Washington, y esto sea conocido.
Como se ve, oficialmente se asienta que los americanos entraron a Parral sin permiso de ninguna autoridad, y esto los hace responsables de los hechos ocurridos, ya sea que fueran puros civiles quienes se opusieran a la permanencia de extrañas tropas en aquella población o ya que se unieran al movimiento antiamericano soldados constitucionalistas, como afirmó ayer el mayor Tomkins, según se desprende del siguiente mensaje, que fue fechado en Washington el 17 de abril:
El informe del general Pershing sobre el incidente de Parral, se recibió ya en la Secretaría de Guerra, estando concebido en términos completamente distintos de los que contiene la noticia dada por los constitucionalistas.
Tanto la Secretaría de Estado como la de Guerra se rehusaron a hacer comentario sobre dicho informe, en el que se dice que las tropas carrancistas no solamente se unieron a los atacantes del destacamente americano, sino que juntamente con el pueblo siguieron amenazando a las tropas americanas hasta que estas salieron de la población chihuahuense.
El general Pershing en su parte sobre este suceso, manifiesta que la mayoría de los mexicanos muertos en el encuentro de referencia, fueron soldados constitucionalistas, uno de los cuales era oficial.
En la Secretaría de Estado lo único que se manifestó sobre esta cuestión fue que el gobierno procuraría obtener mayores detalles de sus agentes y oficiales militares en México, sobre dicho incidente, antes de contestar la nota del Primer Jefe, relativa al retiro de las tropas americanas. El Secretario Lansing había acordado primeramente tratar el incidente de Parral con el gobierno americano como una cuestión aislada, pero en vista de los informes del general Pershing, probablemente se tomaría en consideración en la respuesta del gobierno a la nota de Carranza.
Según se sabe, la respuesta a la nota de Carranza está aún en preparación; pero por lo que se lleva trabajando en ella, se sabe que contendrá un esbozo de los términos bajo los cuales el gobierno americano podrá discutir el retiro de las tropas de México, plan que no será variado, a menos que el informe relativo a la muerte de Villa se confirme, en el cual caso, las tropas americanas serían retiradas inmediatamente de Chihuahua.
El informe del general Pershing sobre el incidente de Parral, está basado en el que por su parte le rindió el mayor Tompkins, comandante del destacamento que entró a la mencionada plaza.
De acuerdo con el informe de Tompkins, las tropas americanas fueron tiroteadas por los soldados de la guarnición carrancista de aquella población cuando hicieron su entrada a la ciudad el miércoles de la semana pasada.
En los círculos militares hay la creencia de que los americanos fueron conducidos deliberadamente a aquella población chihuahuense, para cogerlos en una trampa, pues según el informe de Tompkins, un oficial constitucionalista de los que se hallaban de guarnición en Parral, encontró al destacamento americano como a diez millas de esa población y lo invitó a que entrara con sus tropas a la plaza. Cuando las tropas americanas se encontraban ya en la población, los soldados y los civiles empezaron a tirotearlas y a arrojarles piedras, en vista de lo cual el mayor americano optó por salir de la ciudad para evitar una lucha formal.
Los mexicanos siguieron al destacamento americano, que se componía de cien hombres de las compañías M y K, del Trece de Caballería, en actitud amenazante, por lo cual tuvieron que tomar una actitud defensiva detrás del bordo del ferrocarril.
Ya en esta posición las tropas americanas fueron atacadas por más de 300 soldados carrancistas de los de la guarnición de Parral, y muchos otros civiles de esa población que sumarían en conjunto cinco veces más que el núnero de tropas americanas. Estas únicamente se pusieron a la defensiva, según dice el informe del mayor Tomkins, pues las órdenes que éste les había dado a sus soldados eran que evitaran en lo posible que el combate se formalizara, retirándose luego al pueblo de Santa Cruz, que se encuentra a ocho millas al norte de Parral.
Los americanos muertos en ese combate fueron, el sargento Joe Ridgley y el soldado Herbert Ladford, y los heridos, el mayor Frank Tompkins, subteniente J. B. Ord, cabos Benjamín Mc Glial, W. E. Willinkam y Richard Tannars y el soldado I. M. Snodeger. Otro soldado, Chas Eichinberger, se perdió.
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