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Alfonso Quiroga

MÉXICO EN 1916

VIGÉSIMO SEXTO COMENTARIO

SE PIDE EL RETIRO DE LAS TROPAS EXPEDICIONARIAS



El gobierno de facto de México, envió al de Washington, con fecha 13 de marzo, una nota que mereció el aplauso de las personas juiciosas.

En dicho documento exponía el ministro Cándido Aguilar, con riguroso orden y toda claridad, todo cuanto se había tratado entre los dos gobiernos con relación al envío de tropas a México.

La leyenda de que el gobierno del señor Carranza abrió las puertas de México a las tropas americanas, queda destruída por la nota a que nos referimos.

No la analizamos punto por punto, por que eso lo podrá hacer el lector, ya que nos proponemos reproducirla a continuación, por juzgarla un documento de gran interés histórico para el porvenir. La nota de referencia le fue enviada al agente confidencial de Carranza en Washington, licenciado Eliseo Arredondo, con las siguientes instrucciones:

Entregue la siguiente nota al secretario Lansing, dando fin asi a ls negociaciones para un paso recíproco de tropas, y pidiendo la desocupación del territorio ocupado por tropas americanas, en vista de que las partidas villistas han sido destruídas y las fuerzas mexicanas han sido puestas en persecución de los bandidos unos pocos días después de los sucesos de Columbus.

La nota está concebida en los siguientes términos:

El gobierno mexicano en su deseo de conservar las cordiales e invariables buenas relaciones que deben existir entre México y los Estados Unidos, tanto por el sentimiento que anima a este gobierno como por el deseo de satisfacer el espíritu del artículo 23 del Tratado de Amistad celebrado entre ambos países el 2 de febrero de 1848, y en vista de los lamentables sucesos que tuvieron lugar en Columbus el 9 de mazo último, y recordando los antecedentes históricos en casos semejantes, no vaciló en presentar al gobierno de los Estados Unidos, con fecha 10 de marzo una proposición en que las fuerzas de uno y otro país pudieran cruzar recíprocamente la línea divisoria en persecución de los bandidos, si desgraciadamente se repitieran a lo largo de la frontera actos semejantes a los de Columbus. Pero desde el principio, el gobierno mexicano juzgó que por el tiempo que había pasado, dicho incidente no podía ser tomado coo base para hacer uso de tratado recíproco para el paso de tropas.

Fue por esa razón que la nota de nuestro gobierno de 10 de marzo, indicaba con toda claridad que la prohibición contenida en ella era condicional o lo que es lo mismo, que la reciprocidad podría tener lugar solamente en el caso de que se repitiera una irrupción como la de Columbus en cualquier otro punto de la línea divisoria.

El gobierno americano, descansando en el texto de esa nota, y sin haberse compenetrado de todas las condiciones referentes a su limitación, sino más bien creyendo en la existencia de un arreglo definitivo, como lo indica en su nota de 13 de marzo, dejó ver que entendía las cosas de la siguiente manera: que, siendo aceptable para los Estados Unidos la proposición hecha por el gobierno de facto, debía considerarse perfectamente completado y en vigor el arreglo y que ambos gobiernos podían hacer uso del privilegio que les resultaba del convenio cuando llegara la ocasión sin necesidad de más intercambio de ideas.

Desde ese momento se consideró como un derecho enviar a México una expedición que ha sido llamada punitiva, con el objeto de perseguir y cazar a los bandidos villistas, y dicha expedición fue enviada algunos días después de que los malhechores habían regresado a territorio mexicano.

El 17 de marzo, el gobierno mexicano envió una acta al de los Estados Unidos, por conducto de nuestro Agente Confidencial en Washington, licenciado Eliseo Arredondo, expresando que el gobierno de México tenía informaciones, dignas de crédito, de que, sin hacer conocer o dar al menos aviso a las autoridades civíles o políticas, y sin el envío de ninguna comunicación de parte del gobierno americano, la llamada expedición punitiva había pasado a territorio mexicano por Palomas, con el objeto de dar caza a Villa y a su gente. Como consecuencia de lo anterior, el mencionado agente confidencial fue instruído para que llamara la atención del gobierno de los Estados Unidos, al hecho de que se le había dado una interpretación torcida al texto de la nota del 10 de marzo, y que el gobierno de México estaba dispuesto a sostener su proposición referente al paso de tropas, pero que una expedición no podía ser enviada en aquel intervalo, pues los términos y condiciones referentes al arreglo no habían sido definidos.

Este gobierno insistió en su ota del 17 de marzo en que el paso recíproco de tropas sería solamente permitido en caso desgraciado de que se repitiera un incidente semejante al de Columbus, o de alguna otra clase, en cualquier punto de la frontera.

Entretanto, el gobierno de México, fiel a su proposición, y con el objeto de llenar por su parte, extrictamente, su compromiso, comenzó a desarrollar un proyecto relativo al paso recíproco de tropas, que fue presentado con toda formalidad al gobierno de los Estados Unidos el 13 de marzo, con la esperanza de que los términos y condiciones establecidas en él encontrarían su aprobación.

El gobierno americano, por conducto de nuestro agente confidencial, nos informó que aceptaba en principio el arreglo y que solamente tenía en estudio algunos puntos y detalles para terminarlo. Así las cosas, el 19 de marzo, el Honorable James Liun Rodgers presentó una nota a nuestro secretario, pidiendo que se les dieran órdenes a las correspondientes autoridades de Chihuahua para que permitieran la transportación de algunas provisiones por el Ferrocarril del Noroeste, para las tropas americanas que se encontraban en persecución de Villa y su gente. En la misma fecha, el gobierno mexicano contestó la nota manifestando sorpresa de que sin aviso a autoridades de ninguna clase, las tropas americanas se encontraban en territorio mexicano y estuvieran ya en Casas Grandes o en sus alrededores.

El 18 de marzo, nuestro agente confidencial en Washington, tuvo una entrevista con Frank Polk, entonces Secretario de Estado, y éste expresó a nuestro a nuestro agente confidencial que deploraba no haber recibido las indicaciones de nuestro gobierno, antes del paso de tropas americanas por nuestra frontera y aseguró a nuestro tantas veces dicho agente, que el envío de tropas se había hecho con la mejor buena fe y en la creencia de que no sería necesario entrar en más explicaciones y detalles de un arreglo que se consideraba completamente terminado.

Estas declaraciones hechas por el Honorable M. Polk, fueron confirmadas en todas sus partes en una conferencia celebrada entre nuestro agente confidencial, y V.E., que también aseguró que se encontraba apenado por haber hecho una mala interpretación de la nota en lo que se refería al paso de las tropas y que éstas no avanzarían más al sur del lugar donde se encontraban en aquella fecha.

También el 19 de marzo, el Honorable Mr. Polk dirigió una carta a nuestro agente confidencial, ratificando por escrito la conferencia tenida días antes y expresando de una manera clara y concluyente que había motivo para lamentar sinceramente la mala interpretación que había existido en cuanto a la actitud del Primer Jefe, relativa al paso de tropas de los Estados Unidos por la frontera, en persecución de Villa, y declarando que el Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos creía que nuestro gobierno había consentido, plenamente, en el arreglo propuesto en la comunicación del 10 de marzo, del entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Jesús Acuña, cuyo arreglo fue aceptado por los Estados Unidos en su nota del 13 de marzo.

En declaraciones que S.E. el honorable presidente Wilson hizo públicas el 26 de marzo, se expresó de la siguiente manera:

Como previamente se anunció, la expedición fue enviada bajo un arreglo con el gobierno de facto de México, con el sólo propósito de capturar al bandido de Villa, cuyas fuerzas invadieron el territorio de los Estados Unidos, y no con ningún propósito de invasión o de violación a la soberanía de la República.

La idea publicada por S.E. el presidente Wilson el 26 de marzo, fue ratificada el 31 del mismo mes, en un mensaje enviado a nuestro agente en Washington, en que se le instruyó que llamara la atención sonre la idea indicada en nuestra nota de 10 de marzo, en que se decía que el paso recíproco de tropas solamente se verificaría en el caso de la repetición de un incidente como el de Columbus.

Ultimamente, el día 5 del corriente mes, V.E. entregó a nuestro agente confiedencial, un contra-proyecto para el arreglo del paso recíproco de tropas, para que fuera presentado al gobierno de México, acompañado de una nota en que se expresaba que el gobierno de los Estados Unidos tenía confianza en que las condiciones contenidas en dicho arreglo no serían aplicadas a las fuerzas americanas que actualmente se encuentran en territorio mexicano en la persecución de Villa.

V.E. nos aseguró, además, que el ejercicio de ese privilegio de enviar fuerzas a nuestro territorio sólo se limitaría a las operaciones militares encaminadas al logro del objeto que llevan y se retirarían del país tan pronto como ese objeto fuera cumplido. V.E. también expresó su agradecimiento al gobierno mexicano por haber arreglado, según usted asegura, un pacto con el de los Estados Unidos, para permitir a las fuerzas americanas perseguir a Villa dentro del territorio mexicano, y aseguró que el gobierno de los Estados Unidos está dispuesto a hacer que prevalezca la confianza y que por ningún motivo se violará la soberanía de México ni se abusará del privilegio tan generosa y libremente concedido.

Además el honorable Secretario del Departamento de Estado, Mr. Polk, en conferencia con nuestro agente confidencial en Washington, declaró que el gobierno de los Estados Unidos había obrado de buena fe al enviar su expedición a México en persecución de Villa, en la suposición de que la nota del 10 de marzo, de este gobierno, contenía un definitivo arreglo, pero que consentía en que la expedición americana permaneciera solamente en México hasta que los detalles del tratado pudieran ser arreglados.

En consecuencia de los hechos previamente expresados, y como no se ha llegado a ningún arreglo, en cuanto a los términos de un tratado para regular en lo general el paso de tropas sobre la línea divisoria, para el propósito de perseguir bandidos que en lo sucesivo pueden cometer depredaciones en uno o en otro lado de la línea divisoria, el gobierno mexicano juzga conveniente suspender por el presente, toda discusión o negociaciones en este particular, fundado en la circunstancia de que la expedición enviada por el gobierno de los Estados Unidos a perseguir a Villa, carece de base, en virtud de que no existe un tratado previo, formal y definido.

Y como, por otra parte, la expedición ha llenado su objeto en todo lo que puede hacer; como la partida encabezada por Villa ha sido ya dispersada, y como, finalmente, hay ya bastantes tropas mexicanas persiguiendo al bandolero, y otras más están siendo enviadas con ese objeto, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, considera que ha llegado el tiempo para tratar con el gobierno de los Estados Unidos, la salida de sus fuerzas de nuestro territorio.

Aprovecho esta oportunidad para reiterar a su Excelencia mi muy distinguida estimación y consideración.

El Secretario de Relaciones Exteriores
Cándido Aguilar
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