Nos adelantamos un poco a la narración de los sucesos a que se refiere el comentario que antecede, en razón de la necesidad que había de enlazar las noticias de la actividad de Villa con la última hazaña de éste; sin embargo, hay que consignar que dos o tres días antes se había presentado el general Bliss ante los conferencistas rindiendo el informe que esperaban para tratar el punto referente a las medidas que habían de tomarse para resguardar debidamente la frontera.

El general Bliss, que afirmó también que en esos días ni huellas habían encontrado de los rebeldes, dijo que, sin embargo, había que tomar algunas precauciones manteniendo en la frontera un considerable número de soldados, y conseguir del gobierno mexicano el permiso para que las tropas americanas penetraran en nuestro territorio hasta una distancia de cien millas cada vez que fuera necesario, perseguir a los malhechores.

Por supuesto, también proponían que se concediera igual permiso a las tropas mexicanas.

Estudiado el punto, se llegó a la conclusión de que de esa manera no se llegaría a prevenir los daños que causaran las incursiones de los bandoleros. Tampoco fue aceptada la proposición de que se creara un cuerpo de policía neutral en la frontera, porque esto, políticamente, establecía grandes responsabilidades al gobierno americano respecto de los futuros acontecimientos de México.

Siguieron todavía los conferencistas celebrando algunas sesiones con el objeto de proporcionar a sus colegas nuevas informaciones, y sin tratar los asuntos que llevaban preparados; parecía que los últimos acontecimientos los habían desorientado y no hallaban por donde comenzar.

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