Presentación de Omar CortésSeptuagésimo primer comentario - La Constitución y los bancosSeptuagésimo tercer comentario - Una ayuda militar Biblioteca Virtual Antorcha

Alfonso Quiroga

MÉXICO EN 1916

SEPTUAGÉSIMO SEGUNDO COMENTARIO

ACEPTARAN EL GOBIERNO A FUERZA



También se habló de las nuevas noticias que corrían ya de boca en boca respecto de la verdadera situación de las tropas carrancistas que se hallaban en la ciudad de Chihuahua bajo las órdenes del general Jacinto Treviño. Por supuesto que tanto de una parte como de la otra había exageraciones; pero la verdad de todo era que, contrariado el citado general Treviño por no poder hacer la persecución de Villa, había establecido en Chihuahua un régimen de terror que obligó a mucha gente a salir de ahí.

Prueba de ello es el mismo telegrama que el citado jefe militar dirigió al ministro de la guerra general Alvaro Obregón; telegrama en el que le decía que estaba seguro de que con las fuerzas de su mando afianzaría en Chihuahua el gobierno constitucionalista que había de aceptar por la fuerza los habitantes de aquella entidad.

Como ocurría frecuentemente después de una acción de armas, fueron aprehendidos muchos individuos sobre quienes recaía la sospecha de que fuerzan simpatizadores de Villa. Todos ellos fueron detenidos en prisión hasta que llegaron a algo más de noventa y entonces se procedió a darles muerte. Muchos otros que habían sido considerados como inodados en la cuestión villista porque sus nombres aparecían en alguna documentación que había sido recogida por las autoridades militares, fueron fusilados inmediatamente, en virtud de la ley marcial que regía por aquel entonces.

Díjose que entre los muertos se encontraba el revolucionario José Inés Salazar. personas hubo que aseguraban haber visto el cadáver entre el montón de cuerpos ensangrentados que quedaron como comprobante de la eficacia de la ley marcial; pero después se supo que Salazar había logrado escapar de la penitenciaría cuando entró Villa, y que, después de breve conversación, éste había aceptado sus servicios para combatir al gobierno de facto. Para entonces se decía ya que Salazar era el segundo de Villa, y que estaba desplegando mucha actividad.

Esto último quedó comprobado con diversos combates que se se registraron en los meses siguientes, y que fueron bajo la dirección inmediata de Salazar.

Muchos de los individuos que fueron muertos en esa vez, habían estado alejados siempre de las cuestiones políticas, y otros, aunque habían tomado parte en ellas, se habían retirado ya a trabajar convencidos de que convenía dejar que el gobierno se cimentara. De algunos de esos tuvimos alguna información, pero por no poder extendernos mucho en ese punto, nos referimos, en su oportunidad, sólo a algunos, de quienes se ocupó bastante la atención pública.
Presentación de Omar CortésSeptuagésimo primer comentario - La Constitución y los bancosSeptuagésimo tercer comentario - Una ayuda militar Biblioteca Virtual Antorcha