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Alfonso Quiroga
MÉXICO EN 1916
SEPTUAGÉSIMO SÉPTIMO COMENTARIO
DIGNA ACTITUD DEL PRIMER JEFE
La violenta salida del licenciado Eliseo Arredondo, representante del señor Carranza en Estados Unidos, hizo saber que se presentaba una nueva crisis en las cuestiones internacionales de ambos países.
Esa salida no era definitiva, sino temporal, y obedecía a un llamado del señor Carranza; pero de cualquier manera fue un caso revelador de lo que estaba ocurriendo.
Pensando acertadamente, el señor Carranza comprendió que ya era tiempo suficiente para que los conferencistas de New London hubieran pasado del simple cambio de impresiones a tratar de lleno los asuntos que habían motivado aquellas conferencias. Así lo hizo notar al gobierno americano, pero lejos de que se tomara en cuenta su indicación, se siguió como siempre, haciendo escarceos en derredor de asuntos que a nada práctico conducían.
Con ese motivo, el señor Carranza se hallaba en una situación bastante difícil, pues creyendo nuestro pueblo que el gobierno americano no estaba obrando de buena fe en aquel asunto de las conferencias, comenzaba a atacar duramente al señor Carranza, hasta obligarle a exigir de cualquier manera que se procediera con formalidad en aquello que era, por lo pronto, lo más importante entre todos los asuntos que el gobierno de facto tenía por delante.
Y de acuerdo con el sentir del pueblo, el señor Carranza se dirigió al gobierno americano en una nota atenta pero bastante enérgica y expresiva, y en la que insistía en que cuanto antes debería ser retirada de nuestro territorio la llamada expedición punitiva.
A la entrevista que el señor Arredondo tuvo con el Primer Jefe, se le dieron diversas interpretaciones, habiendo quien asegurara que había ido el señor Arredondo a México con el objeto de convencer al señor Carranza de que debía aceptar la ayuda militar de los americanos; por otra parte, se dijo también que se trataba de ponerse de acuerdo en cuanto a los arreglos que deberían concertarse con la delegación americana, a fin de evitar pérdida de tiempo en el estudio de nuevas y variadas proposiciones como se cruzaban en el seno de aquella junta.
La verdad no fue conocida, porque los periódicos semioficiales que podían haber informado bien al público acerca de ese punto, guardaron la mayor reserva.
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