EL PARTIDO LIBERAL MEXICANO Chantal López y Omar Cortés CAPÍTULO CUARTO ACTIVIDAD PERIODÍSTICA DEL PARTIDO LIBERAL MEXICANO Erróneamente se tiene la idea de que la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, sólo contó con Regeneración como órgano periodistico, cuando en realidad se editaron varios periódicos como El Progreso, Revolución y Reforma, Libertad y Justicia. Igualmente no podemos ignorar la gran labor de difusión que se realizó a través de periódicos partidarios de la causa liberal aunque no fuesen propiamente dicho órganos oficiales del Partido Liberal Mexicano. Nos referimos a La Reforma Social, editado por Lauro Aguirre, a La voz de la mujer, editado por Isidra T. de Cárdenas y por León Cárdenas, a Renacimiento y a Resurrección, siendo este último editado en San Antonio, Texas por Francisco J. Sáenz, como el órgano del Club liberal Constitución. De hecho, el papel que jugaban los periódicos en la lucha liberal en contra de la administración porfirista era sumamente importante, puesto que aparte de informar y difundir las aspiraciones progresistas, se convirtieron en imprescindibles elementos de cohesión y factores de ánimo partidista. Recordemos que de 1906 a 1908 fue para los liberales un periódo de persecuciones y hostigamientos cotidianos, lo que dificultaba la unión al interior del partido asi como entre simpatizantes y también la adhesión de nuevos miembros; pues bien, era precisamente para esto que funcionaban los periódicos. Otro dato interesante y que debemos considerar es que en esta tarea el papel de la Junta era secundario, aún más, quizá sea la única labor de los miembros del partido que quedó fuera de la injerencia directa de la Junta. La actividad de los militantes medios fue primordial en este trabajo que en realidad permitió mantener cierta cohesión entre los militantes y los simpatizantes del Partido Liberal Mexicano. Ciertamente, no faltaron las criticas hechas a El Progreso por los mismos miembros del partido, llegando incluso a ser abandonado como órgano partidista, ni tampoco las fricciones que hasta se convirtieron en auténtica batalla campal entre El Progreso, Renacimiento y Resurrección, formándose los grupos que apoyaban a uno u otro. Mas esto no desmerita en nada la labor emprendida que quizá debido a la participación secundaria de la Junta ha sido totalmente olvidada, sin embargo es la contundente prueba de la capacidad de acción del militante medio. Es objetivo de este capítulo que el lector tenga conocimiento, en base a los documentos aquí publicados, de la labor periodística realizada y de la problemática que los militantes enfrentaron para editar: 1.- El Progreso, editado en San Antonio, Texas. Tiraje: 1250 ejemplares. Administrador: R. Torres Delgado. (Véase del documento N° 1 al N° 8). 2.- La Reforma Social, editado en El Paso, Texas por Lauro Aguirre. (Véase el documento N° 9). 3.- La voz de la mujer, editado en El Paso, Texas por Isidra T. de Cárdenas y León Cárdenas.
Tiraje: 1000 ejemplares. (Véase del documento N° 10 al N° 13). 4.- Revolución, editado en Los Angeles, California por Modesto Díaz. (Véase del documento N° 14 al N° 17). 5.- Reforma, Libertad y Justicia, editado en Austin, Texas por Antonio de P. Araujo. Tiraje:
5000 ejemplares. (Véase del documento N° 18 al N° 37). Chantal López y Omar Cortés Documento N° 1 11 de febrero de 1907. Muy estimado correligionario: Ayer he arreglado con Don Ramón Torres Delgado que El Progreso siga siendo >Organo del Partido Liberal y me comprometi con él a entregarle por conducto de nuestro correligionario Tomás S. Labrada, la cantidad de cinco pesos semanariamente contando desde esta semana. El número correspondiente al 9 del actual, no se publicará a causa de que ya en la primera plana estaban algunos articulos de otro individuo y no era conveniente que saliera a luz. Ruego a ud. me diga inmediatamente si será conveniente publicar abajo del rubro Organo del Partido Liberal, las palabras Con autorización de la Junta Organizadora del Partido Liberal. Asimismo sirvase escribir algún artículo y firmarlo para su publicación. Además, y esto es lo más interesante, gíreme por telégrafo la cantidad de cinco pesos para hacerle la entrega a Torres. Haga ud. alguna colecta porque necesitamos fondos. Espero sus letras. Suyo. Antonio de P. Araujo Documento N° 2 San Antonio, Tex., 12 de febrero de 1907. Estimado señor y amigo: En contestación a su grata del 1° del actual, digo a ud. lo siguiente: Tengo a bien manifestarle que en adelante se procurará atender en todo lo posible y de la mejor manera, la administración del periódico; hemos sufrido algunos trastornos, causa por la cual nos hemos atrasado en nuestros trabajos; pero en adelante, será atendido con toda puntualidad para que llegue con buena regularidad el periódico a las manos de los suscriptores. Los pagos a El Progreso los puede ud. hacer directamente al señor Torres Delgado en estampillas o billetes de banco. Suplico a ud. busque el mayor número de suscriptores a El Progreso que es el verdadero órgano del Partido Liberal con autorización de la Junta de St, Louis. (,,,) (...) Tomás S. Labrada Documento N° 3 San Antonio, Texas, 3 de abril de 1907. Contesto su grata del 1° del actual y en el sentido del periódico le digo que pronto se remediará ese mal. Andamos agenciando la manera del registro y si conseguimos se arregle, llegará con buena regularidad a todos los subscriptores. Si por hoy no lo reciben regularmente, es debido a las dificultades con que tropezamos para depositar los paquetes en el correo, pero estando registrados ya no habrá esas dificultades y nuestros suscriptores no se verán ya más precisados a sufrir esas deficiencias que por hoy se presentan. Ruego a ud. nos dispense por esta vez prometiéndole que en adelante se procurará enmendar todas esas faltas. (...) Tomás S. Labrada Documento N° 4 17 de abril de 1907. Muy estimado correligionario y amigo: Me refiero con agrado a la apreciable de ud. fechada el 11 del actual que recibimos hoy. Hemos determinado escribir semanariamentie algunos artículos para El Progreso que deseamos viva por largo tiempo y se engrandezca. Adjunto a esta carta encontrará el material para el próximo número y procuraremos ayudarles con labor semejante para cada edición. Les recomendamos que corrijan con cuidado las pruebas, pues francamente en esta materia camina un poco mal el periódico de uds. Otro dia que estemos menos recargados de trabajo, le escribiremos como ud. indica al señor Torres, que se ha estado portando con admirable valentía. Procure mandarnos unos tres ejemplares de cada número de El Progreso. Tomamos nota de los demás puntos de su carta. Raf lo saluda cariñosamente. Me repito de ud. afmo. correligionario, atto., amigo y S.S. Antonio I. Villarreal Documento N° 5 El Paso, Texas, 21 de mayo de 1907. Querido Tomás: (...) Recibimos los ejemplares de El Progreso que se sirvió enviar. Adjunto encontrará ud. un ejemplar con la primera y cuarta planas corregidas para que se forme una idea del mal efecto que produce la mala corrección. Hay que advertir que dichas planas son las que tienen menos equivocaciones, pues la segunda y tercera están absolutamente disparatadas. De seguir así, es inútil que colaboremos en El Progreso, pues de nada sirve que enviemos artículos para que aparezcan completamente destrozados y plagados de disparates. Así pues, es bueno que se busquen a la mayor brevedad un buen corrector de pruebas porque, yo al menos, no volveré a escribir una línea para El Progreso si me han de destrozar mis artículos. Hace tres o cuatro días le enviamos a ud. sin carta, más material para el periódico. Por amor propio deben uds. procurar que El Progreso salga bien corregido a fin de evitar que los enemigos se burlen con justicia al ver que el órgano del Partido Liberal en Texas, es un completo mamarracho. Espero que atenderán lo que en beneficio de la causa indico. Un periódico lleno de disparates es objeto de burla y nos despreciarán a los liberales porque no llegamos a tener un periódico presentable. Conque, a corregir bien el periódico, en la inteligencia de que no escribiremos más si no lo hacen bien. (...) Ricardo Flores Magón Documento N° 6 4 de junio de 1907. Querido amigo: (...) Establezcan cambio con los siguientes periódicos: La Terra, Stockton, Cal., The Citizen Antonio I. Villarreal Documento N° 7 12 de junio de 1907. Querido Tomás: Ayer le envié material que hicimos para El Progreso. Entre este material va un artículo qüe se titula: Trabajadores: ¡Rebeláos! Ese artlculo es bueno que sea leído por obreros, y por tal motivo envíe ud. un ejemplar del número en que se publique a cada una de las siguientes personas; pero no, mejor le mando adjunta la lista de las que al menos harán circular el periódico entre los obreros. No escriba ud. a esos señores. Solamente envíeles el periódico. Si quieren seguir enviándoles el periódico después, pueden hacerlo, porque como digo, aunque no lo pagarán, servirá para que los obreros vean lo que se está escribiendo acerca de la revolución. (...) Ricardo Flores Magón Documento N° 8 23 de octubre de 1907. Muy estimado correligionario: Hace varias semanas no veo El Progreso porque tuve que salir de Douglas. Desde hace tiempo pretendía escribirle para permitirme hacerle una observación para bien de su periódico y de la causa que defendemos y sólo la falta absoluta de tiempo me lo había impedido. Como digo a ud. arriba, hace tiempo no tengo el gusto de ver El Progreso, pero estando en Douglas recibí el número uno, segundo año, si mal no recuerdo, y pude ver con desconsuelo, que había ud. introducido una reforma al periódico poniéndole una página literaria. Estoy de acuerdo en que un periódico serio como El Progreso se ocupe de asuntos literarios, pero no esta bueno poner versos de amor. Creo que sería preferible tomara semanariamente para su periódico fragmentos del libro de Vargas Vila De Admonición y de Combate o de algún otro autor revolucionario. En último caso, publicar una página literaria pero de poesía heróica. (...) Manuel Sarabia Documento N° 9 ¿Por qué dejó de publicarse La Reforma Social? Hace casi un año, el 20 de octubre de 1906, el director de La Reforma Social fue asaltado a altas horas de la noche, su hogar violado y su familia aterrorizada por la policía federal de El Paso, Texas y reducido a prisión por orden del presidente de los Estados Unidos a pedido del de la República de México. Los vandálicos agentes del gobierno de bandoleros imperante en el desgraciado México, lograron sorprender al gobierno de los Estados Unidos, haciéndole creer que la casa del director de La Reforma Social, Sr. Lauro Aguirre, era el cuartel de los revolucionarios contra el gobierno de México y que en ella se albergaban los jefes principales. Naturalmente, y obedeciendo a la ley, el presidente de los Estados Unidos dió orden de arresto contra el Sr. Aguirre. El agente del gobierno de Díaz sabía perfectamente que la casa del señor Aguirre no era centro de conspiración y que él no estaba comprometido en ningún complot revolucionario. Pero el agente de México, tenaz en la persecución de fines nefandos y más cuando se trata de saciar el amor propio herido a causa de los fracasos en sus persecuciones al irreductible enemigo del bandolerismo imperante, sin rey ni roque, en el actual gobierno de México, trató, dicho agente, de aprovechar la oportunidad que se le presentaba para ver si su perseguido durante once años, caía bajo sus planes. A la vez que saciaba sus pasiones, si el asesinato de Aguirre tenía lugar, el presidente Díaz le darla como premio al aniquilamiento de un enemigo de su administración, la embajada en Washington, entonces vacante. Fracasada la emboscada, por ser el diputado federal de los Estados Unidos, el señor Hildebrand, persona honrada a carta cabal, el que comandaba a los policías asaltantes, el señor Aguirre no hizo resistencia y se entregó preso. Hasta esto se había previsto en la celada, pues el cochero en lugar de tomar el rumbo de la cárcel del condado, para donde se le dió orden de partir al entrar al coche los señores Hildebrand y otro policía y los presos Aguirre y Raimundo Cano, tomó la dirección de Ciudad Juárez, para conducir a los presos allá. Más aconteció lo que siempre acontece, que la Providencia, que vela por su justicia y que es omnipotente, aún obrando en un hilo, intervino, haciendo que uno de los polictas que oyeron la orden y notaron que el cochero tomaba una vía torcida, obligó a éste a llevar a los presos a la cárcel del condado. Ya una vez el señor Aguirre en poder de la justicia, el agente de México tenía que probar que no había procedido sin justificación y por encono. Para el efecto buscó, ofreciendo pagar a precio de oro, testigos falsos; lo que no logró, pues el más pobre trabajador aprecia más su honor y su deber que el miserable representante diplomático de un gobierno que llega, en la persecución de sus aviesas pasiones, a la calumnia infame, al asalto vandálico y al soborno. No conseguido su intento, pero no dándose por vencido en sus fines aviesos, y de acuerdo o por orden del amo, se acusó al director de La Reforma Social de robo y asesinato en un lugar del Estado de Chihuahua que jamás se determinó y cometidos allá por los primeros dias del mes de enero de 1896. por lo que se pidió la extradición del acusado. Es decir, que ni para hacer la acusación se tuvo tino, pues se dejó para cuando se tramitara el inventar día y lugar fijos. Tampoco se dijo a quién se robó y asesinó. ¡Cuánta estupidez y cinismo! El agente y su amo, creyendo que en los Estados Unidos los jueces son como en México, no se preocuparon de la justicia y la verdad, sino de atrapar, imaginándose que, por un puñado de oro y genuflexiones de saltimbanqui, los tendrían incondicionalmente a sus órdenes a la hora de juzgarse al acusado; pero buen bofetón recibieron cuando al querer sobornar e imponerse por recomendaciones de encumbrados personajes, se encontraron con que los jueces de las altas cortes de los Estados Unidos no reciben órdenes ni son sobornables, sino que observan leyes y las hacen cumplir. Por esto ni se intentó formalizar el juicio de extradición, contentándose, los acusadores con mantener preso al señor Aguirre los cuarenta días que da la ley para rendir pruebas al gobierno que las pide, concluidos los cuales el acusado fue puesto en absoluta libertad. Tanto trastorno ocasiono, materialmente, un trastorno grave en La Reforma Social, hasta imposibilitar su publicación. Algunos, juzgando por sí a los demás, han atribuido la no reaparición de La Reforma Social a que su director fue sobornado o a que tiene miedo. Otros más, por la publicación de La Voz de la Mujer y sólo por imprimirse en la imprenta del señor Aguirre, aseveran que el verdadero editor, director y redactor de aquel periódico ha perdido su virilidad y energía escudándose tras de mujeres. La Reforma Social demostrará cuán errados están los que han inventado tales embustes. ¿Por qué vuelve a publicarse La Reforma Social? No pensábamos volver a publicar La Reforma Social mientras no tuviéramos elementos suficientes para hacerla de grandes dimensiones; pero en virtud de un complot tramado por el gobierno de Díaz y unas compañías de detectives para plagiar a todos los desafectos al bandolerismo que gobierna en México y si este medio no daba resultado recurrir a la calumnia y la infamia, y aún al asesinato para acabar con los oposicionistas y desafectos, nos resolvimos a volverla a publicar, para que vea ese gobierno de bandidos sin escrúpulos ni pudor y para el que todos los medios, aún los más infames, nefandos y cobardes son legítimos si conducen al fin, que los carácteres honrados no se doblegan ante el temor, y que, teniendo presente el consejo de Jesús: Solamente teman lo que mata el alma y no al cuerpo, y mata a ella transigir con el crimen, hacer la apología de los bandidos encumbrados y no luchar por la redención, la libertad y el bien de los oprimidos. También lo publicamos, porque el deber está en luchar con los elementos disponibles y con todos los riesgos, y no sin éstos y con sobra de aquéllos. Nuestro programa Casi inútil, por sabido, es decir cuál es el programa de La Reforma Social. No obstante y para evitar suposiciones absurdas, como las propaladas por la no reaparición, lo diremos: En los tiempos actuales, y en virtud de los grandes problemas sociales que agitan a los pueblos, todos ven, aún los más optimistas, que la humanidad pasa por una de las crisis más graves y trascendentales porque ha pasado en su larga brega por la conquista de lo mejor. Naturalmente, y por atañer a todos la resolución de los problemas sociales, cada cual trata de resolverlos a su modo: el agiotista, el usurero por el medio que los haga acumular tranquilamente dinero y más dinero, y aunque los demás se mueran de hambre; el desheredado y el expoliado, en la repartición de los bienes de los ricos, aunque en éstos se viole la justicia, puesto que no todos los ricos han acumulado el dinero por medios ilegítimos y antihumanitarios; los militares por mayor rigorismo en la Ordenanza y su acción sobre las clases civiles, para reinar soberanamente sobre los pueblos; el sacerdocio en la retrogradación a aquellos tiempos en que él era el dueño absoluto de los pueblos y los hombres; y hasta el fascineroso, en la supresión de toda autoridad y freno para entregarse libremente en el saciamiento de sus pasiones nefandas. Es decir, que todos y cada uno (aunque muchos de buena fe y con honrados propósitos), creen que la resolución de los problemas sociales está en el predominio de los sistemas o ideas que cada quien sustenta. Ahora, como en todas las épocas de transición, la resolución a los problemas que encierran, estriba en poner en la acción por medios la verdad y lo racional; en guiarse por la justicia y en perseguir el progreso y el bien. Y tan es esto así que los bienes que la humanidad, en los órdenes social y moral, posee, se debe a la practicabilidad (en pequeña escala) de lo verdadero, racional, justo, progresivo y bueno del cristianismo, y todos los males que pesan sobre los hombres y los pueblos provienen de no haberse seguido y practicado lo que Jesús enseñó. A contribuir con su grano de arena a la solución de los problemas sociales por la verdad y lo racional, como medios; la justicia, por guía; y el progreso y el bien, por objeto final, se reduce el programa de La Reforma Social. (De La Reforma Social, N° 1, del 3 de septiembre de 1907) Documento N° 10 Nuestro deber Al presentarnos en el estadio de la prensa independiente, lo hemos hecho con la abnegación de los corazones enamorados por la causa de libertad. Al aceptar la ardua cuanto difícil labor que cultivamos, hemos despertado enconos en los impunes, espanto en los timoratos, porque faltos de vergüenza, indolentes de si mismos, se estremecen ante la actitud que asumimos. No son los
(1906-1908)
PRIMERA PARTE
Sr. Aarón López Manzano en Waco, Texas.
Sr. Tomás Curiel Dávila en Beevile, Texas.
Sr. Ramón García en Gordon, Texas.
Sr. Mario A. Bassat
Sr. Tomás Sarabia Labrada en San Antonio, Texas.
Sr. Henry Max Morton
Sr. Tomás Sarabia
Señor R. Torres Delgado en San Antonio, Texas