POLIBIO
HISTORIA UNIVERSAL
DURANTE LA REPÚBLICA ROMANA
PRESENTACIÓN
Al hablar, comentar o discutir sobre la Roma antigua, por lo general, vienen a nuestras mentes escenas relativas a guerras, grillas, traiciones, agandalles, orgias y amores incestuosos. De hecho, el concepto de Roma en cuanto máxima potencia militar, política y económica del mundo antiguo, a nadie le es ajeno. Pues bien, la obra que aqui intento presentar, debida al griego Políbio de Megalópolis (200 a.C. - 118 a.C.), Historia universal durante la República romana, aborda, precisamente los aproximadamente cincuenta y cuatro años que tardó Roma en extender su poder y hegemonia en el mundo antiguo.
Polibio, encara el acontecimiento mediante un detallado y concienzudo análisis del desarrollo y desenlace de las llamadas guerras púnicas entre romanos y cartagineses, dos Repúblicas que prácticamente disputábanse la hegemonia del mundo antiguo durante el tercero y segundo siglo antes de Cristo. En sí, las tres guerras púnicas, que bien podrían englobarse en un concepto genérico de guerra mundial de la antiguedad, devendrán en la piedra de toque del surgimiento de Roma en cuanto hegemonia del mundo antiguo.
Polibio, quien fue contemporáneo de aquellos acontecimientos, puesto que, incluso, llego a ser testigo presencial de la destrucción de Cartago, tuvo la capacidad de entender el momento que le tocó vivir, logrando estudiar aquellos acontecimientos bélicos al igual que sus entrañas políticas, siendo el fruto de tal trabajo, la obra que aquí pongo a disposición de cualquier interesado.
Considerada por propios y extraños como una magna obra histórica, la Historia universal durante la República romana deviene en novedosa forma de abordar los hechos históricos, analizándolos a través de un criterio global -universal-, y superando con esto el criterio hasta entonces prevaleciente de los análisis locales.
Ahora bien, de los cuarenta libros que componen esta obra, tan sólo los cinco primeros han llegado completos hasta nuestros días, salvándose, no obstante, bastante material de los treinta y cinco restantes.
Por cierto, y es necesario tenerlo muy presente, el maestro Polibio le ponía, como decimos ahora, mucha crema a sus tacos, gozando incluso del autoelogio, y para muestras van algunos de sus comentarios en su exordio:
Si aquellos que me han precedido en poner luz en hechos y acciones históricos hubieran omitido hacer el elogio de la historia, tal vez me vería en la precisión de inclinar a todos a la elección y estudio de estos comentarios, si suponemos que no
hay profesión más para la instrucción del hombre que el conocimiento de las cosas pretéritas. Pero como no algunos, ni de un mismo modo, sino casi los historiadores todos se han valido de este mismo exordio, sentando que el estudio y ejercicio más seguro en materias de gobierno es el que se aprende en la escuela de la historia, y que la única y más eficaz maestra para poder soportar con igualdad de ánimo las vicisitudes de la fortuna es la memoria de las infelicidades ajenas, no
tiene duda que así como a ningún otro sentaría bien el repetir una materia de que tantos y tan bien han tratado, mucho menos a mí. Sobre todo cuando la misma novedad de los hechos que voy a referir es suficiente por cierto para atraer y excitar a todos, jóvenes y ancianos, a la lectura de esta obra. Pues, a decir verdad, ¿habrá
hombre tan estúpido y negligente que no apetezca saber cómo y por qué género de gobierno los romanos llegaron en cincuenta y tres años no cumplidos a sojuzgar casi toda la tierra, acción hasta entonces sin ejemplo? ¿0 habrá alguno tan entregado a los espectáculos, o a cualquier otro género de estudio, que no prefiera instruirse en materias tan interesantes como éstas?
Pero el modo de manifestar que el tema de mi discurso es singular y magnífico será principalmente si comparamos y cotejamos los más célebres imperios que nos han precedido, y de que los historiadores han dejado copiosos monumentos, con aquel soberbio poder de los romanos, Estados a la verdad dignos de semejante
parangón y cotejo. Los persas obtuvieron por algún tiempo un vasto imperio y dominio; pero cuantas veces osaron exceder los límites del Asia, aventuraron, no sólo su imperio, sino también sus personas. Los lacedemonios disputaron por mucho tiempo el mando sobre Grecia; pero después de conseguido, apenas fueron de él pacíficos poseedores doce años. Los macedonios dominaron en Europa desde los lugares vecinos al mar Adriático hasta el Danubio, parte a la verdad bien corta de la susodicha región; añadieron después el imperio del Asia, arruinando
el poder de los persas; pero en medio de estar reputados por señores de la región más vasta y rica, dejaron no obstante una gran parte de la tierra en ajenas manos. Díganlo Sicilia, Cerdeña, África, que ni aun por el pensamiento se les pasó jamás su conquista. Díganlo aquellas belicosísimas naciones situadas al occidente de Europa, de quienes apenas tuvieron noticia. Mas los romanos, al contrario, sujetaron, no algunas partes del mundo, sino casi toda la redondez de la tierra, y elevaron su poder a tal altura que los presentes envidiamos ahora y los
venideros jamás podrán superarlo. Todas estas cosas se manifestarán más claramente por la relación que se va a hacer, y al mismo tiempo se evidenciará cuántas y cuán grandes utilidades es capaz de acarrear a un amante de la instrucción una fiel y exacta historia.
(...)
Lo peculiar de mi obra y lo que causará la admiración de los presentes es que, así como la Providencia ha hecho inclinar la balanza de casi todos los acontecimientos del mundo hacia una parte y los ha forzado a tomar un mismo rumbo, así también yo en esta historia expondré a los lectores bajo un solo punto de vista el mecanismo de que ella se ha servido para la consecución de todos sus designios. Esto es principalmente lo que me ha incitado y movido a escribir esta obra, como asimismo haber notado que ninguno en mis días había emprendido una historia universal, cosa que entonces hubiera estimulado mucho menos mi deseo. Veía yo al presente historiadores que han descrito guerras particulares y han sabido recoger varios sucesos acaecidos a un mismo tiempo; pero al mismo paso echaba de ver que ninguno, a lo menos que yo sepa, se hubiese tomado la molestia de emprender una serie universal y coordinada de hechos, cuándo y de qué principios se habían originado y cómo habían llegado a su complemento. Por lo cual creí ser absolutamente necesario no omitir ni permitir pasase en confuso a la posteridad la mejor y más útil obra de la Providencia. Y a la verdad que estando ella creando cada día seres nuevos y ejerciendo sin cesar su poder sobre las vidas de los hombres, jamás ha obrado cosa igual ni ostentado mayor esfuerzo que el que al presente admiramos. De esto es imposible enterarse el hombre por las historias particulares, a no ser que por haber corrido una por una las más célebres ciudades, o haberlas visto pintadas con distinción, se presuma al instante haber comprendido toda la figura, situación y orden del universo, cosa a la verdad bien ridicula.
A mi modo de entender, los que están persuadidos a que por la historia particular se puede uno instruir lo bastante en la universal son en un todo semejantes a aquellos que, viendo los miembros separados de un cuerpo poco antes vivo y hermoso, se presumen estar suficientemente enterados del espíritu y gallardía que le animaba. Pero si uno, uniendo de repente los miembros y dando de nuevo su perfecto ser al cuerpo y gracia al alma, se lo mostrase segunda vez a aquellos mismos, bien sé yo que al instante confesarían que su pretendido conocimiento distaba antes infinito de la verdad y se asemejaba mucho a los sueños. Y ciertamente, que por las partes se forme idea del todo, es fácil; pero que se alcance una ciencia y conocimiento exacto, imposible. Por lo cual debemos estar persuadidos de que la historia particular conduce muy poco a la inteligencia y crédito de la universal, de la que únicamente el reflexivo conseguirá y podrá sacar utilidad y deleite, confrontando y comparando entre sí los acontecimientos, las relaciones y diferencias.
Y precisamente, en mi opinión, debido a esa particular manera de ser, el maestro Polibio pues ... no tardaría mucho en comenzar a dar de auténticos chicotazos a diestra y siniestra, siendo los primeros receptores de sus caricias, los historiadores Filino y Fabio, a quienes les golpea señalóndoles como poco éticos en sus relatos históricos, al permitir que prevalecieran las pasiones en sus apreciaciones.
... es natural -señala-, a un hombre de bien ser amante de sus amigos y de su patria, lo mismo que aborrecer con sus amigos a los que éstos aborrecen y amar a los que aman. Pero cuando uno se reviste del carácter de historiador, debe despojarse de todas estas pasiones, y a veces alabar y elogiar con el mayor encomio a los enemigos, si sus acciones lo requieren; otras reprender y vituperar sin comedimiento a los más amigos, cuando los defectos de su profesión lo están pidiendo. Así como a los animales, si se les saca los ojos, quedan totalmente inútiles, del mismo modo la historia, si se le quita la verdad, sólo viene a quedar una narración sin valor. Por lo cual el historiador no debe detenerse ni en reprender a los amigos, ni en alabar a los enemigos. Ni tener el censurar a veces a unos mismos y ensalzarles otras, puesto que los que manejan negocios, ni es fácil que siempre acierten, ni verosímil que de continuo yerren. Y así, separándose de aquellos que han tratado las cosas adoptándose a las circunstancias, el historiador únicamente debe referir en su historia los dichos y hechos como acontecieron.
Las imágenes de históricos personajes de la talla de Anibal, Escipión el africano, Asdrúbal, Filipo de Macedonia y varios más aquí mencionados y descritos por Polibio, de seguro despertarán la imaginación y el deseo de leer y conocer sobre sus acciones.
Esta obra es sumamente extensa, y debido precisamente a ello, no viene de mas el aconsejar a quienes, por las causas que sean, lean esta presentación, el que busquen abordarla mediante una atenta lectura del índice capitular para que, en atención a su interés o curiosidad, aborden los capítulos de los libros que por x o z, más les atraigan. Así, salvo que se tenga ya en la mente un uso claro y preciso de la consulta de alguna parte de esta obra, el método que propongo puede servir de guía para quien solamente busca recrearse un poco leyendo algún tema que le llame la atención, sin ser precisamente historiador o estar buscando datos para alguna tarea o trabajo específico, sino simplemente por el placer de curiosear y enterarse de algunas cosas.
Lo que quiero manifestar es que una obra como ésta no necesariamente ha de estar condenada a ser leída únicamente por historiadores o estudiosos de la historia, sino que cualquier persona puede aprovecharla de manera excelente, pasando momentos muy agradables, curioseando y enterándose de cosas que quizá le enriquezcan.
Apartemonos, pues, de la idea de que obras como ésta son para especialistas; nada más alejado de la realidad. Obras como ésta son para cualquier persona interesada en recrearse, sea o no historiador. Tener esto en cuenta, es, en mi opinión, esencial.
Polibio quiso, anhelo, conquistar lectores en su época; su trabajo, su esfuerzo, estuvo todo dedicado a sus contemporáneos. Trató de transmitir sus descubrimientos sobre la cualidad de Roma, sobre todo a sus paisanos, a los griegos, a quienes intentó demostrar los grandes avances que había consolidado la República romana. Sin embargo, y cosas del destino, sus anhelos no fueron, para nada, retribuidos. A sus paisanos nunca pudo convencerles de lo acertado de sus tesis, y en cuanto a sus contemporáneos, lejos de agradecerle sus trabajos, llegaron a considerar su estilo literario francamente como algo insoportable. Prácticamente a Polibio lo tiraron a lurias, tanto sus paisanos como sus contemporáneos, y lo que terminó sucediendo es que su trabajo histórico quedó como un inmenso legado para la actualidad, pero no para su época.
En sí lo que hubo de experimentar Polibio no es un caso único, sino que, desgraciadamente, existen muchos, pero muchos ejemplos similares. Pero de ello era él consciente, de ahí sus siguientes comentarios:
Bien sé que mi modo de escribir tiene algún tanto de desagradable, y que por la uniformidad de su estilo sólo acomodará y gustará a una clase de personas. Todos los demás historiadores, o al menos la mayoría, como hacen uso de todas las partes de la historia,
atraen a la lectura de sus obras un gran número de personas. Efectivamente, el que sólo lee por afición gusta de genealogías de familias y de naciones; el investigador y curioso apetece establecimientos de colonias, fundaciones de ciudades y conexiones de unas con otras, como se ve en Éforo, y el político ama las acciones
de pueblos, de ciudades y de reyes: y como nosotros solamente nos hemos atenido a estas últimas, y de ellas hemos hecho el objeto principal de nuestra obra, de aqui es que nuestra historia únicamente cuadrará a una clase de sujetos y para el mayor número será una lectura desagradable. Ahora, qué motivos nos hayan impelido a desechar las otras partes de la historia, y ceñirnos solamente a relatar los hechos, esto ya lo hemos manifestado a lo largo en otra parte; sin embargo, no hallo inconveniente en apuntarlo aqui por mayor a los lectores, para refrescar la memoria.
En el supuesto de que son muchos los que nos han contado de diversas maneras lo perteneciente a genealogías, fábulas, colonias, parentescos de unos pueblos con otros y fundaciones de ciudades, un historiador que emprenda ahora tratar de esto, una de dos, o ha de vender lo ajeno como propio, la mayor vergúenza para un escritor o, cuando no, tomarse un trabajo ciertamente vano en escribir y romperse la cabeza sobre cosas sabidas, que sus predecesores expusieron con bastante claridad y transmitieron a los venideros. He aqui el motivo, entre otros muchos, por qué hemos omitido estas materias. Por el contrario, hemos preferido la relación de los hechos; primero, por que como éstos son siempre nuevos, requieren asi mismo narración nueva, pues no es menester tocar lo de antes para contar
lo que ha sucedido después; segundo, porque este modo de escribir ha sido siempre y es el más provechoso, principalmente cuando en nuestra era han hecho tales progresos las ciencias y las artes, que para cualquier caso que sobrevenga puede hallar reglas de conducta el que las busque. Por lo cual, no tanto atentos al placer, como a la utilidad de los lectores, sin contar con las demás partes, nos hemos ceñido a ésta, y sobre esto cualquiera que lea atentamente nuestra historia apoyará lo que decimos con su voto.
Curiosamente, Polibio, que fue de hecho uno de los historiadores de la antigüedad que lograron separar lo propiamente religioso o divino, de las actividades sociales humanas, ya que él no toma para nada en cuenta una supuesta influencia divina en los acontecimientos, curiosamente su obra terminaría siendo rescatada por elementos religiosos pertenecientes a la religión cristiana, hecho que, por cierto, a nadie debe sorprender, puesto que para nadie es un secreto el enorme papel que representó el cristianismo en la recuperación de innumerables textos de la antigüedad, que bien pueden calificarse de paganos.
Polibio terminaria su magna obra con pensamientos precisos y puntuales:
...lo que he escrito acerca de los asuntos de Roma cuidadosamente investigados, son como cimientos de un edificio politico por edificar. Acometí la empresa por amistad y gratitud al pueblo romano, y suplico a todos los dioses que me concedan pasar el resto de mis días en Roma, viendo crecer esta fortuna, objeto
de la envidia de los hombres, y desarrollarse esta República del modo más apropiado a su dicha y florecimiento. Éste es el voto que hago diariamente.
Al llegar al término de mi trabajo, quiero recordar los principios expuestos en el preámbulo de mi historia y recapitular toda esta obra, adaptando del principio al fin y entre sí todas sus partes. Manifesté al principio que tomaba las cosas donde las dejó Timeo. Recorriendo rápidamente los asuntos de Italia, de Sicilia, de Libia, únicos puntos que abraza la historia de Timeo, al llegar a la época en que Aníbal guió las fuerzas de Cartago, Filipo recogió en Macedonia la herencia de Demetrio, el espartano Cleómenes huyó de Grecia, Antíoco subió al trono de Siria, y Ptolomeo Fílopátor al de Egipto; anuncié que, a partir de la 139 Olimpíada, relataría los acontecimientos en general, citando por olimpíadas, subdívídiendo por
años y comparando entre sí todos los hechos, hasta la toma de Cartago y la batalla entre romanos y aqueos cerca del istmo; es decir, hasta el completo cambio que tal suceso produjo en Grecia. Anuncié que esta empresa sería bella y útil para los que aman la ciencia, siendo importante conocer cómo y gracias a qué formas de gobierno todos los Estados de la tierra fueron vencidos y cayeron en poder de los
romanos, de lo cual jamás hubo ejemplo. Realizando todo ello, réstame únicamente determinar las épocas que abarca esta historia y completar así los libros de mi obra.
Ciertamente, y como ya lo he indicado, la extensión de esta obra es realmente considerable, de ahí mi insistencia a los lectores para que, antes de emprender su lectura, revisen, de manera detenida, el índice temático de la misma para que la aborden a través de un tema específico que sea de su interés, lo que en sí les garantizará el poder disfrutarla.
No deseo terminar esta presentación sin aclarar que, cuando realice el índice temático, fui realizando la digitalización de archivos de acuerdo a cada uno de los capítulos que conforman cada uno de los cuarenta libros de la obra, pero, debido a la irrupción de ciertos inesperados asuntos que hube de atender, y viendo que prácticamente el tiempo se me venía encima, tuve que agilizar la captura y digitalización de los archivos, lo que me conllevó a suspender la actividad iniciada, finalizando con la digitalización y captura de libros completos. Así, del Libro primero al sexto, escrupulosamente segui la digitalización de cada uno de los capítulos; y del Libro séptimo al cuadragésimo, digitalicé los libros enteros. Siento muchísimo el haber tenido que actuar así pero ... ante imprevistos nada se puede hacer. El hecho concreto fue que el tiempo se me vino encima y un conjunto de actividades, en el terreno profesional, esto es, del que extraigo recursos para vivir, exigieron mi atención, por lo que no tuve más opción que hacer lo que hice. Era eso, o, de plano, no colocar ninguna novedad en Antorcha.net, para este mes de enero, y opté por hacer lo que he hecho, cosa que espero sea entendida por quien frecuente este sitio.
Enero de 2016
Omar Cortés
POLIBIO
Indice de
HISTORIA UNIVERSAL
DURANTE LA REPÚBLICA ROMANA
Exordio del autor.
LIBRO PRIMERO
Capítulo primero Capítulo segundo Capítulo tercero Capítulo cuarto Capítulo quinto Capítulo sexto Capítulo séptimo Capítulo octavo Capítulo noveno Capítulo décimo Capítulo décimoprimero Capítulo décimosegundo Capítulo décimotercero Capítulo décimocuarto Capítulo décimoquinto Capítulo décimosexto Capítulo décimoseptimo Capítulo décimoctavo Capítulo décimonono Capítulo vigésimo Capítulo vigésimo primero Capítulo vigésimo segundo Capítulo vigésimo tercero Capítulo vigésimo cuarto LIBRO SEGUNDO
Capítulo primero Capítulo segundo Capítulo tercero Capítulo cuarto Capítulo quinto Capítulo sexto Capítulo séptimo Capítulo octavo Capítulo noveno Capítulo décimo Capítulo décimoprimero Capítulo décimosegundo Capítulo décimotercero Capítulo décimocuarto Capítulo décimoquinto Capítulo décimosexto Capítulo décimoseptimo LIBRO TERCERO
Capítulo primero Capítulo segundo Capítulo tercero Capítulo cuarto Capítulo quinto Capítulo sexto Capítulo séptimo Capítulo octavo Capítulo noveno Capítulo décimo Capítulo décimoprimero Capítulo décimosegundo Capítulo décimotercero Capítulo décimocuarto Capítulo décimoquinto Capítulo décimosexto Capítulo décimoseptimo Capítulo décimoctavo Capítulo décimonono Capítulo vigésimo Capítulo vigésimo primero Capítulo vigésimo segundo Capítulo vigésimo tercero Capítulo vigésimo cuarto Capítulo vigésimo quinto Capítulo vigésimo sexto Capítulo vigésimo séptimo Capítulo vigésimo octavo Capítulo vigésimo nono Capítulo trigésimo Capítulo trigésimo primero Capítulo trigésimo segundo Capítulo trigésimo tercero LIBRO CUARTO
Capítulo primero Capítulo segundo Capítulo tercero Capítulo cuarto Capítulo quinto
Someten los romanos a todos los pueblos vecinos.- Mesina y Regio son sorprendidas: la primera por los companios, y la segunda por los romanos. Castiga Roma la traición de sus compatriotas. - Derrota de los campanios por Hierón de Siracusa.
Los mamertinos solicitan el auxilio de los romanos. - Vence la razón de Estado los inconvenientes que había en concederlo. - Su primera expedición fuera de Italia. - Derrota de los siracusanos y cartagineses.
Temario de los dos primeros libros, que sirven de preámbulo a esta historia. - Críticas de Polibio sobre los historiadores Felino y Fabio.
Alianza de Hierón con los romanos. - Sitio de Agrigento. - Salida de la plaza, rechazada por los romanos.
Toma de Agrigento por los romanos. - Retirada de Aníbal. - Primer pensamiento de hacerse marinos los romanos. - Preparación para esta empresa.
Sorpresa de Lipari por Cornelio, malograda. - Imprudencia de Aníbal. - Instrumento de Duilio para atacar. - Batalla naval de Mila y victoria por los romanos. - Muerte de Amilcar y toma de algunas ciudades.
Recíproco descalabro de romanos y cartagineses. - Orden y disposición de sus armadas. - Batalla de Écnomo. - Victoria obtenida por los romanos.
Los romanos en África. - Toma de Áspide. - Afilio Régulo queda solo en África. - Batalla de Adi y victoria por los romanos. - Cartago rechaza las proposiciones de paz formuladas por Afilio.
Llega Jantipo a Cartago y se le entrega el mando de las tropas. Ordenanza de los cartagineses y romanos. - Batalla de Túnez y victoria cartaginesa.-Reflexiones sobre este acontecimiento.
Regreso de Jantipo a su patria. - Victoria naval de los romanos. Toma de Palermo.
Los romanos siguen luchando contra los elementos de la naturaleza. - Batalla de Palermo. - Construcción de una nueva armada por éstos.
Situación de Sicilia. - Sitio de Lilibeo. - Traición de las tropas extranjeras.
- Socorro que envía Cartago bajo la conducta de Aníbal.- Salida de los sitiados contra las máquinas de guerra.
Audacia de un rodiano, que al fin es apresado por los romanos. Incendio de las máquinas guerreras.
Infructuosa sorpresa de Drépana.
Derrota naval de los romanos en Lilibeo. - Evitan éstos dos batallas. - Pérdida de sus escuadras.
Sorpresa de Érice por Junio. - Descripción de dicha ciudad. Toma de Hercte por Amilcar. - Tentativas de un general contra otro. - El cartaginés se apodera de Ericina.
Tercera armada mandada por Lutacio. - Batalla de Egusa.
Tratado de paz entre Roma y Cartago. Consideraciones sobre esta guerra. - Situación de las dos Repúblicas después de la paz.
Trátase de los orígenes de la guerra de los extranjeros contra Cartago. - Error de esta República de concentrar estas tropas en Sica.-Elección de jefes que hacen los amotinados.
Declaración de la guerra. - Critica situación a que se ven reducidos los cartagineses. - Sitios de Útica e Hipozarita. - Incapacidad de Harmón.
Sucesión de Amilcar en el mando. - Tránsito del Mácara. - Derrota de los rebeldes junto a ese río. - Abandona Navaraso el partido de éstos. - Victoria de Amilcar. - Su clemencia con los prisioneros.
Pérdida de Cerdeña. - Crueldades cometidas por Mato y Espendio contra el derecho de gentes. - Consideraciones sobre este punto.
Situación de los cartagineses. - Sitio de Cartago. - Socorros de Hierón y de los romanos. - Los rebeldes imploran la paz acuciados por el hambre.
Sitio y ataque de Túnez. - Sorpresa del campamento de Aníbal por Mato. - Muerte de éste. - Batalla decisiva. - Cesión de Cerdeña a los romanos.
Resumen de lo tratado en el libro anterior. - Muerte de Amilcar en España. - Asdrúbal le sucede. - Primer pensamiento de pasar a Iliria los romanos. - Sitio de Medión por los etolios y combate de éstos con los ilirios.
Muerte de Agrón. - Sucesión de su mujer Teuta en el trono. - Fénico, entregada por los galos a los ilirios. - Rescate de esta plaza por los epirotas a precio de dinero.
Embajada de los romanos a Teuta, reina de Iliria. - Muerte que ésta mandó dar a uno de los embajadores. - Sorpresa de Epidamno malograda. - Batalla naval ganada por los ilirios ftente a Paxos y toma de Corcira.
Los romanos desembarcan en Iliria. Expediciones dirigidas por los cónsules Fulvio y Postumio. - Tratado de paz entre Roma y Teuta. - Construcción de Cartagena por Asdrúbal. - Tratado de éste con los romanos.
Descripción general de Italia y particular del país que ocupan los galos.-Producciones de esta comarca.-Sus costumbres.
Historia de los galos. - Toma de Roma por éstos. - Encuentros que tuvieron con los romanos.
Los galos invaden Etruria. - Estado de fuerzas que los romanos tenian. - Victoria de los galos sobre los romanos en las proximidades de Fesola.
Llegada de los cónsules Emilioy Atilio a Etruria. - Cogen en medio a los ejércitos. - Orden y disposición de ambos ejércitos. - Batalla de Telamón. - Victoria lograda por los romanos.
Invasión por las fuerzas acaudilladas por Furio y Cayo Flaminio de las Galias. - Batalla entre insubrios y romanos. - Victoria por éstos. - Segunda invasión de Marco Claudio y Cornelio contra los insobrios. - Victoria y toma de Milán por Cornelio.
Muerte de Asdrúbal. - Aníbal, su sucesor. - Motivo por que prevaleció en todo el Peloponeso el nombre aqueo. - Sistema de esta República. - Ejemplos de su integridad y quién fue el autor de la Liga aquea.
Resumen de la historia de los aqueos. - Ideas de su gobierno. Expediciones
de Arato. - Esfuerzos de éste para abolir la tiranía en el Peloponeso. - Alianza de los etolios con Antigono, gobernador de Macedonia, y con Cleómenes, rey de Lacedemonia.
La guerra cleoménica. - Arato decide confederarse con Antigono. - Gestiones de Nicófanes y Cércidas. - Arenga que éstos hacen a Antigono.
Opinión de Arato, aprobada. - Entrega que éste hace del Acrocorinto a Antigono. - Toma de Argos por los aqueos. - Las conquistas logradas por Antigono. - Sorpresa de Cleómenes en Megalópolis.
Severo juicio contra Filarco. - Objeto de la historia. - Diferencias entre ésta y la tragedia. - Los mantineos abandonan la liga de los aqueos y son reconquistados por Arato. Perfidia que éstos cometen con la guarnición aquea, y benigno castigo a tal delito.
Muerte del tirano Aristómaco. - Filarco exagera este hecho.
Irrupción de Cleómenes por los campos de Argos. Número de tropas de Antigono y Cleómenes. - Notable disposición de los respectivos campamentos.
Batalla de Selasia y victoria por Antigono. - Huida de Cleómenes a Alejandría. Toma
de Esparta por Antigono. Restablecimiento del gobierno republicano en ésta y otras ciudades. Muerte de varios reyes. - Sus sucesores.
Panorama de toda la obra y distribución de materias que se han de tratar en adelante.
Algunos errores sobre las verdaderas causas de la segunda guerra púnica. - Refutación al historiador Fabio.
Los verdaderos motivos de la segunda guerra púnica: el odio de Amilcar contra los romanos, la toma de Cerdeña por éstos, los nuevos tributos que impusieron a los cartagineses y los éxitos de los cartagineses en España.
Expediciones de Anibal por España. - Pretextos con que procura equivocar a la embajada de los romanos. - Sitio y toma de Sagunto.
Expedición de Emilio a Iliria y toma de muchas plazas por éste. Victoria sobre Demetrio. - Embajada de Roma a Cartago. - Manifiesto en que esta República justifica su derecho.
Tratados de paz entre romanos y cartagineses antes de la segunda guerra púnica.
Manifiesto en que exponen los romanos su derecho. - A cuál de las dos Repúblicas se debe atribuir la causa de la segunda guerra púnica. - Utilidades de la historia y ventajas en que excede la universal a la particular.
Declaración de la guerra. - Sabias providencias que toma Anibal para poner a cubierto África y España. - Marcha desde Cartagena hasta los Pirineos. Numerosas e importantes conquistas.
Digresión geográfica. - División del universo y nociones más comunes de esta materia.
Número de estadios que hay desde Cartagena a Italia. - Roma envia a España a Publio Cornelio, y al África a Tiberio Sempronio. - Sublevación de los boyos. - Arribo de Escipión a las bocas del Ródano.
Llegada de Aníbal al Ródano. - Preparativos que hace para pasarlo. - Oposición que encuentra entre los bárbaros del país.
Anibal atraviesa el Ródano. - Exhortación a sus tropas. - Encuentros de dos partidas de caballería romana y cartaginesa. Tránsito de los elefantes.
Ruta que tomó Anibal después de pasado el Ródano para superar los Alpes. - Extravagantes testimonios de los historiadores cuando describen el tránsito de Aníbal por estas montañas.
Llega Anibal a lo que se llama la isla y pone en posesión del trono a un potentado de aquel país. - Oposición que encuentra en los alóbroges al principiar los Alpes. - Victoria por los cartagineses.
Paso de los Alpes por Aníbal. - Emboscadas, desfiladeros y dificultades que tuvo que vencer.
Digresión que hace el autor para justificarse sobre varios particulares históricos.
Situación del ejército de Anibal después de atravesar los Alpes - Toma de Turín. - Arenga de Aníbal antes de la batalla del Tesino.
Arenga de Escipión a sus tropas. - Batalla del Tesino. - Traición de los galos que militaban bajo las banderas romanas. - Paso del Trebia por Escipión y pérdida de su retaguardia.
Pretextos romanos para justificar su derrota. - Anibal toma por trato a Clastidio. - Refriega de la caballería y ventaja de Sempronio. - Diversidad de pareceres entre los dos cónsules sobre la guerra.-Emboscada de Anibal.
La batalla de Trebia.
Preparativos de Roma para la campaña siguiente. - Expedición de Cornelio Escipión en España. - Artificios de que se vale Aníbal para atraer los galos a su partido y asegurar su persona de un atentado - Resolución de pasar Toscana.
Paso de los pantanos de Clusio e incomodidades que sufrió el ejército cartaginés - Carácter de Flaminio. - Los deberes de un general.
Batalla del lago Trasimeno ganada por Aníbal. - Discriminación de los prisioneros.
Efectos producidos en Roma por esta derrota. - Pérdida de cuatro mil caballos que mandaba Centenio. - Tránsito de Anibal por la Umbría y el Piceno hasta la costa del Adriático.
Fabio nombrado dictador. - Diferencia entre la dictadura y el consulado. - Razones que movieron a Favio a atenerse sólo a la defensiva. - Conducta opuesta de Minucio. - Anibal decide pasar a la Campania. - Descripción de este país.
Tala de la Campania por Anibal. - Estratagema con que engaña a Fabio para salir de esta tierra.
Batalla naval ganada por Escipión a Asdrúbal en España. Roma envía a Publio Escipión para obrar de concierto con su hermano. - Pasan los romanos el Ebro por primera vez. - Abilix entrega a los Escipiones los rehenes que Aníbal había dejado en Sagunto.
Aníbal acampa en Gerunio. - Ventajas de Minucio sobre Anibal.
Minucio, dictador como Fabio. - División del ejército entre los dos dictadores. - Ruina que sufre Roma por la temeridad de Minucio y ventajas que saca por la reserva de Fabio.
Emilio y Terencio Varrón, cónsules. - Disposiciones del Senado para la campaña siguiente. - Toma de la cindadela de Cannas por Aníbal. - Se aumenta el número de las legiones.
Famosas arengas de Emilio a los romanos y de Aníbal a los cartagineses.
Sobresalto causado en Roma por la noticia de que estaban al frente los dos ejércitos. - Disposición de batalla de uno y otro campo. - Batalla de Cannas y victoria de los cartagineses.
Número de muertos y prisioneros sufridos por ambos bandos. Consecuencias
que de la batalla de Cannas se siguieron a una y otra República.
Recapitulación. - Puntos de referencia establecidos por al autor para entrar en la historia de los griegos.
Carácter del pueblo etolio. - Sus motivos para hacer la guerra a los mésenlos.
Discurso de Dorímaco para animar a los etolios hacia la guerra. Declaración de ésta.-Primera campaña.
Arato toma el mando de las tropas aqueas. - Semblanza de este ilustre pretor.
La batalla de Cañas.