Índice de Lecciones de historia patria de Guillermo PrietoTERCERA PARTE - Lección XITERCERA PARTE - Lección XIIIBiblioteca Virtual Antorcha

LECCIONES DE HISTORIA PATRIA

Guillermo Prieto

TERCERA PARTE

Lección XII

Don Melchor Portocarrero Lazo de la Vega, conde de Monclova, 29° Virrey (noviembre 30 de 1686). Don Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza, conde de Galve, 30° Virrey (septiembre 17 de 1688). Don Juan Ortega y Montañés, obispo de Michoacán, 31° Virrey (27 de febrero de 1696). Don José Sarmiento y Valladares, conde de Moctezuma y de Tula, 32° Virrey (diciembre 18 de 1696).


Llamábase el Virrey Portocarrero Brazo de Plata, a causa de tener sustituido con este metal el brazo derecho, que perdió en una batalla.

Desde Veracruz despachó dos buques a que averiguasen si los franceses habían establecido en el Seno Mexicano alguna colonia.

Posesionado del mando redujo a su obediencia las provincias de Coahuila, estableció un presidio y fundó una colonia, que después ha conservado, convertida en pueblo, el nombre de Monclova (1).

En México mandó continuar la obra del desagüe, bajo la dirección del padre Cabrera, insigne matemático.

Al advenimiento del conde de Galve, sucesor del de Monclova, se encontró con nuevas noticias sobre el establecimiento de una colonia francesa. Expedicionando la autoridad de Coahuila por la laguna de San Bernardo, se encontró con un fuerte comenzado a construir, y muchos cadáveres de franceses que habían perecido a manos de los indios.

En 1689 se verificó el levantamiento de los tarahumares, quienes sacrificaron muchos prisioneros, no lográndose la pacificación sino por influjo de los padres que salvaron de sus iniquidades.

En consecuencia de estos sucesos se estableció un presidio en la laguna de San Bernardo, y se envió una expedición a la isla Española de que se habían posesionado los franceses.

La expedición salió de México, y se cubrió de gloria en una batalla campal dada a los franceses, en que perecieron más de treinta oficiales y trescientos filibusteros, quedando los españoles dueños de toda la parte septentrional de la isla.

En 1691 fue sometida la provincia de Texas, fundándose poco después el presidio de Panzacola.

En México, sensible el hambre a consecuencia de la pérdida de las cosechas, tomáronse inútilmente varias provincias procurándose abastos y la tasa del precio del maíz. El 8 de junio de 1692 se amotinó la plebe prendiendo fuego a las casas de Cabildo y a las tiendas que había en la plaza.

Al ver ardiendo las casas de Cabildo que contenían nuestros preciosos archivos, el eminente don Carlos de Sigüenza y Góngora, acompañado de varios caballeros, se arrojó al lugar de las llamas, y corriendo peligro inminente, logró extraer de entre el fuego preciosos documentos históricos, no sin tener el sentimiento de ver parte de los archivos devorados por las llamas.

El conde de Galve, acobardado por los excesos de la plebe, se refugió al convento de San Francisco.

Al siguiente día se hicieron prolijas averiguaciones sobre lo acontecido, y fueron ajusticiados inmediatamente ocho individuos que aparecieron como promovedores del motín, condenándose a otros muchos a la pena de azotes. A los indios se les mandaron quitar las melenas que usaban; y se les prohibió el uso del pulque. Se calcula que las pérdidas habidas por el incendio ascendieron a tres millones de pesos.

En 1694 se repitió la carestía de granos, y entonces se presentó acompañada de una terrible epidemia.

En 1695 españoles e ingleses expedicionaron contra los franceses de la isla Española, destruyendo los fuertes que habían levantado y quitándoles ochenta y un cañones.

En 1694 murió la célebre poetisa Sor Juana Inés de la truz, monja de San Jerónimo, de clarísimo talento y vasta erudición. Sus contemporáneos le dieron el nombre de Décima Musa.

El conde de Galve, al volver a España, recibió testimonio de consideración, calificándose su gobierno de un modo favorable, por la justificación y prudencia que le caracterizó.

Don Juan Ortega y Montañés, obispo de Michoacán, tomó las riendas del gobierno.

El señor Montañes duró esta primera época, porque tuvo dos, ejerciendo el poder once meses.

En su tiempo estuvo cruzando el mar de las Antillas una escuadra francesa, llenando de sobresalto a México, donde se tocaban frecuentes rogativas para conjurar el peligro.

Durante el gobierno del señor Montañés hicieron los padres jesuitas su propuesta de la reducción de California.

Don José Sarmiento y Valladares, conde de Moctezuma, sucesor de Montañés, era descendiente de los antiguos Reyes mexicanos.

En los primeros días de su gobierno hubo gran feria en Acapulco, a la que acudieron comerciantes hasta del Perú; en México quiso amotinarse la plebe por la carestía del maíz, pero fue sin consecuencia el conato de levantamiento, por las providencias eficaces que tomó el Virrey. Llevóse adelante la expedición de los jesuitas a las Californias, quienes sólo se hicieron acompañar de una ligera escolta, y se instalaron en aquellas regiones, de que se posesionaron en nombre de Carlos II, dedicándose a la conversión de los infieles, hasta que fueron extraídos de los Reinos españoles.

La carestía de los azogues se hizo sensible en tiempo de este Virrey, llegando a valer 300 pesos el quintal.

En 20 de octubre de 1697 vomitó fuego el Popocatépetl.

Celebróse en 1698, con gran pompa, la paz, firmada entre España, Francia, Inglaterra y Holanda, mejorando con esto la administración del Virreinato.

En 1700 falleció el eminente literato don Carlos Sigüenza y Góngora, de quien hizo una erudita biografía el señor don Ramón Alcaraz.

En 1701 se publicaron los lutos por la muerte de Carlos II, terminando con este monarca el dominio de la casa de Austria, y se juró Rey a Felipe V, primero de la casa de Borbón, volviéndose a la corte el conde de Moctezuma.



Notas

(1) Aunque se ponen separados y como no conexos los sucesos de la sumisión de Coahuila y el establecimiento de la colonia de Monclova, siguiendo a algunos autores, lo más cierto es lo que dice el señor Rivera Cambas en la página 262 de sus Gobernantes de México, y es que, habiendo querido establecerse unos franceses en la Bahía de San Bernardo, fueron destruidos por los salvajes; y aprovechando el Virrey la sumisión de los indios de Coahuila, estableció la colonia de Monclova con ciento cincuenta familias.

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