LECCIONES DE HISTORIA PATRIA
Guillermo Prieto
Primer apéndice
Publicado en la primera edición en papel de esta obra
Cuando se estaban imprimiendo los últimos pliegos de estas Lecciones, deseoso yo de ilustrarlas, la bondad de mi amigo el señor general don José Justo Álvarez hizo que viese algunos documentos de la preciosa colección que en unión de otros señores jefes y oficiales ha formado, y que son un tesoro para la historia patria, que como dice muy bien el señor García Icazbalceta, en las cartas que en estos momentos publica, está por escribirse.
No permitiendo el tiempo, ni debiendo hacer inserción íntegra de estos documentos, que sólo pude ver en aquella oficina, me decidí a hacer mención de los que recordase mejor, y de uno de que saqué apuntaciones, como un obsequio a mis discípulos y como testimonio de estimación a los trabajos del señor Álvarez y de sus compañeros, que por orden del señor Pacheco, ministro que fue de Guerra, se ha formado, y CQnsta de más de cuatrocientos tomos.
El primero de los documentos a que me refiero, consta en el tomo 23, fojas 293 bajo el título Independencia. Correspondencia.
En un oficio de la señora doña Catalina Gómez Larrondo, fechado en Acámbaro el 10 de octubre de 1810, en que dice al señor Hidalgo que, deseosa de cooperar a sus miras, dispuso armar a los dependientes de su hacienda, y que aprehendiesen al intendente de Valladolid, conde de Casa Rul, y al teniente coronel de dragones de México, que pasarían por aquellos lugares, donde están a su disposición; que en el combate todos los individuos de la escolta del conde quedaron gravemente heridos, y por su parte no hubo pérdida alguna.
El segundo de los expedientes que me propongo extractar, se compone de documentos auténticos del señor Morelos, de su letra y puño. Por ellos consta que:
El señor Morelos tuvo conocimiento del grito de Dolores, en Carácuaro, por don Rafael Guedea; que fue al encuentro del señor Hidalgo, y en Indaparapeo pudo informarse con el mismo señor Hidalgo, de sus planes.
En Indaparapeo le dijo: que los motivos que tenía para aquel movimiento o revolución, eran los de Independencia, a que todos los americanos estaban obligados, respecto a que la ausencia del Rey en Francia les proporcionaba la coyuntura de lograr aquélla; que en consecuencia, admitió para el sur la comisión que tuvo.
Que el señor Hidalgo le encargó que no diese comisión alguna a europeos.
Que le encareció la toma de Acapulco, y le explicó el poco valimiento de las excomuniones del señor Abad y Queipo.
Otro documento del expediente de Morelos refiere lo que sigue:
Que de Carácuaro salió el señor Morelos con veinticinco hombres; que en Zacatula habló con don Marcos Díaz, quien ofreció unírsele, y se le unió en el Veladero con veinticinco dragones.
La mujer del capitán don Francisco Valdeolivar le entregó en Petatlán las llaves de un depósito de armas, con las que habilitó ciento tres hombres. Siguió para Tecpan, donde engrosando sus filas doscientos hombres, ya contaba con seiscientos hombres. El comandante de Tecpan, Fuentes, se fugó a la llegada de Morelos. Éste caminó por el Zanjón y Coyuca hasta el Aguacatillo, donde tenía tres mil hombres armados de fusil, espada, lanza y flecha.
El expediente de que voy a hablar en seguida, no habría sido objeto de mi extracto, por más que estime en mucho las personas que en él se mencionan, si no hubiese interés histórico.
Formóse este expediente con motivo de las gestiones que hizo el señor don Melchor Álvarez para que se le devolviese su empleo de general de división, del que estaba privado por habérsele creído español.
Comprobó el señor Álvarez ser nativo del Perú, y haber servido fiel y lealmente a la República desde la independencia.
Pero lo interesante de ese expediente es que el general don Melchor Álvarez, en 1829, negoció con el gobierno del Perú venir en auxilio de México cuando la expedición de Barradas (1829). El gobierno peruano accedió gustoso, mas no tuvo efecto el auxilio, por la victoria del 11 de septiembre de 1829.
En El Conciliador, periódico que se publicaba en Lima en 1831, el número del 7 de septiembre, consta la presentación del señor Alvarez al presidente de aquella República, hecha por el ministro de Relaciones don Matías de León.
Los documentos que contiene este expediente son honrosísimas para el señor Álvarez, y prueban la posibilidad de una alianza benéfica con las Repúblicas hispanoamericanas.
El documento relativo al señor Iturbide, que extracto al último, lo inserto para que se vea que no hay parcialidad ni prevención respecto del señor Iturbide, como se ha asegurado por algunos.
El 30 de diciembre de 1814 publicó el señor Iturbide en Salamanca un bando con su carácter de comandante general de Guanajuato, para contener los desmanes de los insurgentes, los incendios, etcétera, y dice textualmente:
Luego que se queme una sola choza de cualquiera partido de los de mi mando, haré diezmar las mujeres de los cabecillas y soldados rebeldes que tengo presas en Guanajuato e Irapuato, y las que en lo sucesivo aprehendiere.
Si los rebeldes asesinan a un conductor de víveres, etcétera, para las tropas fieles, se ejecutará con el tercio de las mujeres lo que se dice del diezmo.
Si se asesina fuera de acción cualquier correo y soldado, todas las mujeres del lugar serán pasadas por las armas ...