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PROTESTA
A donde quiera que los apóstoles del Credo Liberal han pretendido llevar su estandarte y difundir sus principios, han encontrado la ruda oposición por parte de los que, adaptados a un medio pletórico de corrupción, rebosante de miseria, comprenden que su poderío y su medro caerían desmoronados al primer empuje de civismo popular.
Y los que sostienen el equilibrio, el auge de nuestra corrupción social y de nuestra miseria política, los que, despojados de virtudes y de méritos, han llegado a la altura de un puesto político sólo para medrar en él; los que han desgarrado, sin estremecerse, nuestras instituciones; los que, sin remordimientos, han dejado al pueblo en la más triste orfandad política, sin una garantía que lo proteja, sin una libertad que lo eleve, sin un derecho que lo dignifique; los que han asesinado a nuestras leyes; los que han profanado nuestra Historia, tiemblan cada vez que un acento viril e independiente se dirige al pueblo enseñándole las doctrinas altamente democráticas; levantándolo del abismo de la indiferencia y sacudiendo su atrofiada percepción y su anestesiada inteligencia con el desgarramiento de velos que ocultan mucha pequeñez, de oropeles que cubren mucho cieno.
Si en estos momentos, de inmensa desolación para el Partido Liberal, tendemos la vista sobre la República, desde luego tropezamos aquí y allá con hermanos perseguidos, con periodistas independientes encarcelados, porque creen los espíritus pequeños que tiemblan ante una voz altiva y libre, que esa voz no podrá tronar desde el fondo de una mazmorra; porque creen los que conocen no más que la adulación y el envilecimiento, que puede someterse la altivez y que puede aprisionarse la libertad.
La inquina de un Gobierno clerical ha llevado a la Penitenciaría de San Luis Potosí a nuestros valientes correligionarios José Millán y Rafael B. Vélez, Director el primero e impresor el segundo del periódico liberal El Demófilo. Más de seis meses hace que se inició este proceso injusto, sin que las más activas gestiones hayan logrado hasta la fecha su terminación, necesaria ya y lógica en cualquier Tribunal donde no fuera un sarcasmo la Ley y la Justicia.
También en la capital potosina sufre los odios clericales el periodista Dionisio L. Hernández, el que fue traído de Matehuala a San Luis a pie y en medio de rurales, como un foragido; el que lleva más de un año en la cárcel, sin que mengüe su energía, y sin que cese la inquina de sus opresores.
En Monterrey, N. L., el periodista liberal alemán, Sr. D. Martín J. Stecker, se encuentra preso por denuncia que un individuo de Linares hizo de un suelto publicado en el periódico independiente El Trueno, que dirige el Sr. Stecker, mientras que su esposa está enferma, casi a orillas del sepulcro, por el dolor que le causara el inicuo encarcelamiento de su marido, el digno liberal que sofoca en su pecho amarguras de familia, para mostrarse ante sus verdugos con la altivez de una conciencia sin mancha.
En Tampico, Tamps., el conocido e indomable periodista independiente Sr. Coronel Jesús E. Cervantes, Director de Hoja Blanca, sufre en inmundo calabozo las consecuencias de su civismo y su amor a la Justicia. El Sr. Cervantes, desde su periódico clamó virilmente porque se hiciera luz en el asesinato de Rivero Echegaray y porque Longoria viniera a responder ante los Tribunales de los terribles cargos que el pueblo le hace, y esto bastó para que el periodista fuera confinado a una mazmorra.
Y en Jalisco, en Lagos de Moreno, acaba también de ocupar su puesto en la cárcel, en ese santuario de los periodistas honrados, el Sr. D. Gabriel López Arce, escritor independiente que criticó un discurso de un clerical -el notario del Curato-, y que por ello mereció un proceso.
El Club Liberal Ponciano Arriaga que ha sufrido también ultrajes que hoy olvida para clamar por sus hermanos; el Club Liberal Ponciano Arriaga que en medio de los atropellos, de los insultos y de las indiferencias, cumple serenamente su misión de velar por el respeto a nuestras instituciones, protesta enérgicamente contra las persecuciones de que son víctimas actualmente los periodistas liberales José Millán, Rafael B. Vélez, Dionisio L. Hernández, Martín J. Stecker, Jesús E. Cervantes y Gabriel López Arce.
Que el pueblo vea cómo se respeta en nuestra Patria el Artículo 7° Constitucional, que consagra la libertad de la prensa, y cómo son tratados los pocos hombres, dignos verdaderamente de tal nombre, que en esta época de corrupción y de miseria política, levantan su voz altiva y libre para enseñar doctrinas democráticas, y para descorrer velos que ocultan mucha pequeñez y oropeles que cubren mucho cieno.
Reforma, Unión y Libertad.
México, Febrero 23 de 1903.
Presidente, Ing. Camilo Arriaga.
Vice-Presidente, Lic. Antonio Díaz Soto y Gama.
Tesorero, Benjamín Millán.
1er. Secretario, Juan Sarabia.
2° Secretario, Ricardo Flores Magón.
3er. Secretario, Santiago de la Hoz.
4° Secretario, Enrique Flores Magón.
ler. Vocal, Juana B. Gutiérrez de Mendoza.
2° Vocal, Evaristo Guillén.
3er. Vocal, Federico Pérez Fernández.
4° Vocal, Rosalío Bustamante.
5° Vocal, Elisa Acuña y Rosete.
6° Vocal, Alfonso Cravioto.
7° Vocal, María del Refugio Vélez.
8° Vocal, Tomás Sarabia.
9° Vocal, Alfonso Arciniega.
10° Vocal, Humberto Macías Valadez.
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