Índice de El programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 y sus antecedentes Recopilación y notas, Chantal López y Omar Cortés | Artículo anterior | Escrito siguiente | Biblioteca Virtual Antorcha |
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LOS CONGRESISTAS
Ing. Camilo Arriaga. Joven de 30 a 32 años; de modales distinguidos. Desciende del Constituyente Ponciano Arriaga del que heredó su amor al pueblo, su odio a los tiranos y su decidido fervor por el culto de nuestras libertades. Es un verdadero liberal. Por esa circunstancia no pudo soportar el servilismo que lleva impreso el personal de la administración actual, y siendo DIputado al Congreso de la Unión, tuvo el valor civil suficiente para despreciar la consigna del Ejecutivo, dando su voto para que se procesara al clerical Próspero Cahuantzi.
Camilo Arriaga es el alma del actual movimiento político. En unión de Antonio Díaz Soto y Gama y José María Facha ha trabajado por levantar el espiritu público, y lo ha conseguido.
El éxito del Primer Congreso Liberal es su mejor premio.
Antonio Díaz Soto y Gama. Pasante de Derecho, de ideales puros, su pasión: la democracia y el estudio.
Talento claro, y voluntad enérgIca. Es el azote de los Carrizales y los Niños de San Luis Potosí, que juntamente con el Gobernador Escontría, complacen la vanidad del Obispo Montes de Oca, porque Carrizales, Niño y Escontría son clericales.
Sufre inicuas persecuciones que acaban de confirmar el despotismo que informa los actos de la pésima y funesta administración de San Luis Potosí.
Su discurso es una obra maestra.
José María Facha. También es pasante de Derecho. Imaginación viva y comprensión rapidísima. Odia a los tiranos.
Maneja la sátira con notable éxito. Es un formidable enemigo en la tribuna.
Como Díaz Soto, también sufre inicuas persecuciones y ha tenido oportunidad de experimentar el despotismo de Carrizales y de Niño, personajes afamados en San Luis Potosí por su torpe manera de administrar la justicia, a ciencia y paciencia del clerical Gobernador.
Facha es un poeta de la nueva escuela. Siente y dice como verdadero artista.
Como nunca se doblega, odia las bajezas y desprecia a los serviles.
Fernando P. Tagle. Talento sereno y frío. Prevé, calcula y ejecuta. Su rostro tiene la impasibilidad del bronce.
Pronunció un discurso sesudo en el que se reflejó su alma de verdadero patriota.
Tocó las llagas que carcomen a la sociedad; el absolutismo, el fraile y los escritores venales.
Es liberal de buena cepa; su voluntad es indomable y su ilustración vastísima.
Tagle es uno de los mejores elementos con que cuenta el Partido Liberal. Todas sus conclusiones son prácticas, como nacidas de la observación y el estudio.
Sus dioses son los grandes hombres.
Dr. Agustín Navarro. Navarro hermana perfectamente con Tagle. Su método en la exposición de los asuntos, lleva el convencimiento a todos los cerebros. No hace derroche de elocuencia, ni emplea frases alambicadas. Sus peroraciones las hace en el lenguaje común, de modo que las más rudas inteligencias pueden aprovechar la sabiduría que brota de sus labios.
No se apasiona por tal o cual idea. Como Tagle, prevé calcula y ejecuta.
Para persuadir es un titán. En las más intrincadas discusiones era el inevitable mediador. Tomaba todo lo razonable de las opiniones más opuestas, para llegar a la verdad.
Es un verdadero liberal; tolera todas las creencias.
Lic. Diódoro Batalla. Orador de combate. Tiene todos los recursos del verdadero orador.
Talento fecundo e imaginación maravillosa. Batalla es, sin duda, el mejor orador de la República. Odia las tiranías como buen veracruzano. Fustigó al servilismo que se asoció para formar el Círculo de Amigos del Presidente.
Tuvo frases de aliento para el pueblo a quien le recordó que era libre y debía erguirse para reclamar sus derechos.
Recordó las palabras de un pensador ilustre: los tiranos nos parecen grandes porque los vemos de rodillas ¡levantémonos!
También fustigó a los escritores venales que vociferaban al mandato del amo; que vuelven sus armas en contra de su mismo amo cuando no les da de comer.
Profesor Juan Ramírez Ramos. Es otro buen orador, de vasta ilustración y buen criterio.
Liberal de convicción. Sus principios son firmes como enérgica es su voluntad. Posee la rara virtud de tener una gran dosis de valor civil. Aunque también es cierto que todo eso está en su sangre, pues pertenece a la familia de nuestro inolvidable Nigromante.
Ramírez Ramos es joven, su rostro revela su bien equilibrado talento, que procura agrandar más y más por medio del estudio de los buenos autores.
Mucho espera el Partido Liberal del talento, ilustración, estudio, energía y virilidad de Ramírez Ramos.
Alberto Díaz. No es el orador que borda frases; no recurre a la exposición de imágenes más o menos bellas para impresionar. Su voz clara y robusta lleva a las inteligencias todo el cúmulo de verdades que incuban en sus celdillas cerebrales.
Es liberal, porque su claro talento le ha hecho comprender que en esa doctrina está la verdad. Se apasiona muy poco. Sólo una cosa le exalta, que bajo el disfraz del liberal hagan propaganda de dogmas, individuos pertenecientes a cualquier otra secta, inclusive la católica.
José Trinidad Pérez. Es un propagandista decidido de las Leyes de Reforma. Ellas y la Constitución de 1857 forman su religión.
Odia al fraile, porque en los años que tiene de vivir ha podido comprobar que todo lo que la historia refiere acerca de ese buitre, es tan cierto, como verdad es que alumbra el sol.
José Trinidad Pérez es todo corazón. Abandona Uruapan, el país del café y corre a reunirse lleno de fe y de entusiasmo a donde lo esperan sus hermanos los liberales.
Es intransigente, pero de buena fe. José Trinidad Pérez es un verdadero patriota.
¡No habría política de conciliación si existieran quinientos patriotas como éste, esparcidos en toda la República!
Ing. Luis Lajous. Aunque su apellido es francés, parece que su sangre no tiene los ardores y las impetuosidades latinas. Tampoco tiene esa volubilidad de ideas que hace gracioso al francés, pero que también lo pierde.
Más bien parece sajón. Su modo de exponer es frío. Convence, pero el convencimiento penetra dejando la helada sensación de la hoja de un puñal que parte los tejidos.
Es un políglota y un enciclopedista. Su ilustración es extensa y profunda, como adquirida en las mejores universidades de Europa.
El oyó a Gambetta en la Cámara Francesa y se vanagloria de ello. Tiene razón.
¡Ah! si tiene mucho de francés. Con sus amigos observa esa frivolidad graciosa que distingue a todo buen francés, y que sin la afectación del petit-maitre, hacen de él al hombre social y agradable.
Es liberal de corazón.
Lic. Antonio de la Fuente. Es el tipo de hombre que nunca envejece.
Es un polemista de buena fe. Las cuestiones más arduas, las trata y las resuelve con el mismo gesto de alegría.
Podemos decir que Antonio de la Fuente está contento de la vida.
Como él está contento, quiere que los demás también lo estén. No es un egoísta, y por estas razones desea que la Patria sea grande y libre. Para ello quiere que el pueblo sea feliz. Su solución magnífica: hagámosla libre.
Lázaro Villarreal. No es el Lázaro de la leyenda bíblica, que necesitó las palabras del Redentor: levántate y anda.
Lázaro Villarreal se mueve por sí solo, porque tiene voluntad propia y el más privilegiado de los cerebros.
Es pasante de Derecho, muy joven y cuenta con energías viriles.
Ya es un gran orador. De sus labios brotan torrentes de elocuencia. Tiene tanta elocuencia, que necesita hacer soberanos esfuerzos para que no desborde.
Lázaro es el orador del porvenir.
La filosofía positiva lo atrae y ya es potencia en ella.
Posee la más bella de las virtudes: la modestia.
Que continúe siendo modesto, que de ese modo resaltarán más sus méritos.
Lázaro Villarreal siempre ha obtenido el primer premio en la Escuela N. de Jurisprudencia.
Ing. Francisco Naranjo, H. Nació en las extensas landas fronterizas, respirando libertad.
No ha conocido yugo alguno; por eso es que ama la libertad salvaje.
Naranjo se dio a conocer como orador fogoso, animado siempre del noble deseo de ser útil a su patria.
Desconoce la ambición. En su claro intelecto no caben las bajezas ni las cobardías.
Es un verdadero hombre de empuje. Sin reticencias mostró el estado actual de nuestra política.
Puso de relieve las tiranías y con mano maestra delineó toda la miseria que encierra el partido conservador, confabulado con la administración actual, para despojar de sus derechos al ciudadano.
Naranjo es nervioso, habla sin afectación aunque con vehemencia. En el calor de la improvisación, sus labios dan salida a los rayos que produce la indignación de su alma noble, cuando se halla frente a frente de una tremenda injusticia.
Naranjo es todo corazón.
Vidal Garza Pérez. Este es el tipo del burgués acomodado pero sus convicciones liberales e independientes lo hicieron dejar sus negocios en Lampazos, para ir a respirar a pulmones plenos las brisas de libertad que de todas partes de la República convergían hacia la ciudad de San Luis Potosí.
Siempre sonriente, daba ánimo a los tibios, procuraba que los displicentes recobraran su buen humor, y que los valerosos no desmayaran en la lucha.
Vidal Garza es un liberal de convicciones firmísimas, e intachable patriota.
También es todo corazón.
Salomé Botello, H. Es pasante de Derecho. En la Escuela N. de Jurisprudencia goza de envidiable reputación por su talento y erudición.
Botello aprovechó el período de vacaciones para trabajar activamente por sus ideales. Es el alma del Club Liberal Villaldamense.
Es reposado. Su argumentación tiene la inflexibilidad del acero. Sus proposiciones presentadas al Congreso, revelaron al pensador profundo.
El ideal de Botello es el cumplimiento exacto de la ley, aunque comprende perfectamente que con la actual administración, la ley seguirá siendo burlada.
Botello recogerá este año el premio a que se hizo acreedor en la Escuela de Jurisprudencia, por su talento y laboriosidad.
Lic. Benito Garza. A la serenidad de la edad madura, agrega los ímpetus juveniles que no han muerto en el pecho de este liberal.
Es independiente, porque ama la libertad. No quiere tener liga alguna con el Gobierno.
El trabajo que presentó al Congreso es un conjunto de observación y de examen, hecho por un talento práctico, y conocedor de las necesidades sociales. Su trabajo no es el estudio meramente especulativo, propio para academias, pero no para un cuerpo destinado a proponer medios prácticos y hacederos.
El Lic. Garza es una voluntad firme, y tiene lo que a muchos les falta: valor civil.
Es ventajosamente conocido en el foro de Zacatecas.
Rafael Odriozola. Las montañas de Oaxaca habían de dar su contingente de patriotas, y Rafael Odriozola dejó bien puesto el pabellón suriano.
Odriozola tiene todas las nerviosidades, todos los ímpetus y todas las abnegaciones de los hijos de los trópicos.
Es valiente como buen oaxaqueño, y como oaxaqueño odia a los tiranos, porque la libertad que se respira en aquellas serranías, agradan el espíritu e infiltran en el alma los sentimientos liberales. El Sur sIempre ha odiado a los tiranos.
Avelino Espinosa. Su aspecto de adolescente se transfigura cuando apostrofa a los tiranos; se agiganta y su palabra entonces es el ariete que de un golpe derrumba las reputaciones sospechosas.
No consiente bajezas de ningún género y con energía y valor desenmascara a los falsarios, que fingiéndose liberales, sólo son instrumentos ciegos de los Césares.
Su temperamento sanguíneo estalla de indignación en presencia de los serviles, y que doblan las rodillas, a todos los que degradando su condición de hombres, hacen de la bajeza una profesión de fe.
Avelino es de los que se quiebran, pero no se doblan.
Es pasante de Derecho, aprovechado y talentoso.
Federico R. Flores. Este hombre que parece misántropo, ama a la humanidad.
Reservado, adusto, su rostro no revela el fuego sagrado que lo impulsa a la lucha por la democracia.
Mucho habla, parece que se burla de todo el mundo.
Mucho seso y amplia ilustración. No estalla de indignación contra los frailes ni contra los tiranos; pero cuando habla de ellos, los desmenuza con su crítica y los mata con su sátira.
Es un gran liberal y un buen patriota. Sus armas son flamantes y cautiva con el manejo que hace de ellas.
La crítica punzante y la sátira mordaz son dos armas de gran alcance, porque producen el desprestigio.
Antonio Vives. Si hay buenos criterios, el de Vives sorprende por su acierto.
Cuando habla es para decir verdad.
Parco para hablar, sólo esgrime los argumentos contundentes.
No se exalta. Tiene tal voluntad que refrena sus nervios.
En una discusión acalorada tercia, y su peroración sirve siempre para expresar la verdad.
Como liberal, y como patriota, tiene el valor civil suficiente para encararse a los autócratas y al negro partido clerical.
Hexiquio Forcada. Su exterior es de bronce, pero tiene un alma blanda y sencilla.
Su preocupación son las gazmoñerias del clero prostituido.
Su carácter tranquilo da a su rostro tal expresión de beatitud, que sería un santo si no fuera un hombre.
No entra a la lucha con el ceño fruncido y apretados los puños, no; entra resuelto y valerosamente, como los apóstoles de las buenas causas, dando a su voz una entonación tal de mansedumbre, que hace volver la calma a los exaltados y realiza la confraternidad de los espíritus explosivos. Forcada es un gran elemento de orden, un patriota sincero y un inmejorable ciudadano.
Pompeyo Morales. Tiene corpulenCia de un gigante y para tanto cuerpo era forzoso que tuviera un enorme corazón.
Pompeyo Morales es un hombre que acoge benévolamente cuanto se hace de buena fe, para que, sin contrariar a su contrincante, pueda hacerle comprender de un modo. amigable y pacífico, en qué lugar está la razón.
Para Pompeyo no hay hombres malos. Pero no desbarremos, sí hay hombres malos para Pompeyo: los frailes y los tiranos.
También considera como malos a los calumniadores por paga.
Pompeyo fue una de las figuras más simpáticas del Congreso.
Es uno de los miembros más conspicuos del Club Liberal Tampiqueño, y se le respeta por su seso y su bondad.
Vicente ReYes Torres. Desafiando las inclemencias de la Mesa Central, salió de Veracruz, y después de un largo y peligroso viaje llegó a San Luis Potosí, donde fue recibido con muestras de sincera simpatía.
Su carácter es campechano, aunque él haya nacido en Veracruz. Es un liberal de vieja guardia. Es comerciante, político, periodista, médico y un excelente amigo.
De vez en cuando se acordaba de la abrasadora costa veracruzana, y sentía frío aun estando a pleno sol.
Vicente Reyes Torres se precia de liberal, y lo es. Es un propagandista decidido de las virtudes de nuestros grandes hombres.
El hace exaltar el patriotismo, refiriendo hechos heroicos.
Es un luchador incansable.
Sentimos no recordar a tantos otros patriotas que abandonando sus hogares y sus negocios, fueron a trabajar por la libertad del pueblo, que es el pedestal en que descansa el verdadero progreso, no como el que se dice que tenemos y que descansa sobre las espaldas del pueblo esclavizado.
(De Regeneración, No. 27 del 23 de Febrero de 1901).
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