CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SESIÓN CELEBRADA LA MAÑANA DEL DÍA 16 DE OCTUBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES
Segunda parte
PRESIDENCIA DEL C. GENERAL ANTONIO I. VILLARREAL
El C. secretario:
En estos momentos se va a poner a discusión la credencial del señor Serrano. (Voces: ¡Está aprobada!) No está aprobada.
La Comisión de Poderes ha resuelto que es de aceptarse y se acepta la credencial expedida a favor del señor teniente coronel Serrano por el jefe político del Distrito Sur de la Baja California, señor M. L. Cornejo, en virtud de haber retirado el señor Ortega los cargos que hizo al señor Cornejo.
El C. Ortega:
Yo no he retirado los cargos al señor Cornejo.
El C. secretario:
La proposición de usted dice que sí retira los cargos, a reserva de hacerlos por escrito.
El C. Ortega:
Mientras se hagan por escrito.
El C. secretario:
Está a discusión el dictamen.
El C. Ortega:
Pido que se dé lectura al dictamen de las comisiones.
El C. presidente:
Con relación al dictamen, ¿quiere usted que se dé lectura a esa proposición?
El C. Ortega:
Sí, señor.
El C. presidente:
Se ha dado lectura a la proposición para que se tomen los informes respecto de los fundamentos del dictamen, y no para que se discuta la proposición del señor. Nada más para que se ilustre la Asamblea sobre ese punto.
El C. Vigil:
¿El Distrito Sur de la Baja California es una entidad federativa? ¿Por qué es una entidad federativa? La entidad federativa la componen los territorios todos y la capital de la República; ésa es otra entidad federativa como los Estados de la República; pero el Distrito de la Baja California, como cualquiera otro distrito, es parte de una entidad federativa.
El C. Serrano:
En la Baja California hay dos jefes políticos, o debe haberlos.
El C. Vigil:
Yo sólo pido que se aclare, no que se nombre representante.
El C. Obregón:
Se aclaró que tenía derecho el jefe político para estar representado.
El C. García Vigil:
Yo pido otra cosa: que se reforme el léxico.
El C. presidente:
No está a discusión la proposición del señor, está a discusión el dictamen de la comisión.
El C. secretario:
Está a discusión el dictamen de la comisión sobre la credencial del señor Cornejo en favor del señor Serrano. ¿Nadie pide la palabra? En votación económica se pregunta: los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. (Dirigiéndose al ciudadano Serrano) Sírvase pasar a prestar su protesta.
(Otorga la protesta el ciudadano Serrano)
El C. secretario:
En USo de las facultades que tiene la Mesa Directiva, agrega a la comisión nombrada para que presente dictamen de comisiones, al señor general Aguirre Benavides y coronel Benignos. (Aplausos)
La Secretaría, por disposición de la Mesa, va a dar lectura a la proposición presentada por el ciudadano general Obregón:
En vista de que en Sonora no se han suspendido las hostilidades, no obstante haberlo ordenado repetidas veces esta Asamblea, propongo: se comunique por la vía telegráfica a toda la República que las hostilidades deben terminar y que se exigirán responsabilidades a quienes infrinjan esta disposición. Segundo: esta honorable Convención mande desde luego un delegado a Sonora para que informe a esta Asamblea de la verdadera situación de aquel Estado y los motivos que hayan tenido los contendientes para no acatar las órdenes que esta Asamblea les ha transmitido.
Salón de Sesiones de la Convención Soberana.
Aguascalientes, 16 de octubre de 1914.
Alvaro Obregón.
Está a discusión.
El C. Obregón:
Esta Convención ha estado comunicando que se suspenden las hostilidades, y eso ha sido un error, por el hecho de decir que se suspenden las hostilidades, determina que las hostilidades se volverán a reanudar cuando la Convención lo determine, y ninguno de los contendientes quiere perder las posiciones que actualmente ocupa, porque daría ventaja al contrario; las hostilidades no se deben declarar suspensas, sino terminadas; debe comunicarse a la República que han terminado las hostilidades, y se exigirán responsabilidades a quien infrinja esa disposición, para hacerse respetar. (Aplausos)
En cuanto al segundo punto, dice que se nombre un delegado para que vaya a Sonora, dadas las dificultades de comunicación que tenemos con aquel Estado; creo que será uno de los mejores medios, enviar un delegado de esta Convención para apersonarse con Maytorena y con Hill, y comunicarles las disposiciones que esta Convención ha acordado, y al mismo tiempo comunique a la Convención cuál es el resultado de esa comisión.
El C. Marines Valero:
Creo que al decir que las hostilidades han terminado, se afirmó un error, porque no han terminado las hostilidades en Morelos, y ya se dijo anoche que se le comunicara a Zapata y a las diferentes regiones donde opera, que se suspendan las hostilidades, se hará por los conductos debidos, y se dijo también que puesto que Zapata no ha nombrado sus representantes en esta Convención, se le hará conocer por medio de la comisión que vaya allá, los acuerdos de la Convención, lo cual implica que la suspensión de hostilidades en Morelos tardará el tiempo que dure la comisión para comunicarle a Zapata que se suspendan las hostilidades, y el tiempo en que se comunique a Carranza que mande suspender las hostilidades.
Por lo tanto, propongo que no se diga: las hostilidades han terminado, sino las hostilidades deben terminar, y se hará responsable al que no acate las disposiciones de esta Asamblea.
El C. Zertuche:
Pido la palabra en pro de lo dicho por el general Obregón.
Creo muy justo decir que cuando se terminen las hostilidades, y lo único que desearía se agregara a la proposición, es que esta Convención sirva de arbitraje para todos los asuntos futuros.
El C. Gallegos:
Apoyo la proposición del ciudadano Obregón; sólo desearía que en lugar de que fuese un solo delegado, fuesen dos, a fin de que se trate con más recto criterio la cuestión.
El C. Piña:
Estoy de acuerdo con la proposición del ciudadano Obregón, y estoy seguro de que también el señor Maytorena estará de acuerdo en que se suspendan las hostilidades en aquel Estado; en varias veces ha dado muestras de acatamiento a las indicaciones que a este respecto se le han dado; pero me permito hacer esta observación: el señor gobernador Maytorena ha desconocido de hecho y de derecho al ciudadano Carranza, como Primer Jefe, encargado del Poder Ejecutivo; hasta ahora no se han definido las facultades que tiene el Primer Jefe en relación con las atribuciones que tiene esta Asamblea; pudiera darse el caso de que el Primer Jefe, don Venustiano Carranza, dictase alguna disposición relacionada con el orden federal, y como el señor Gobernador de Sonora está en pugna abierta con el señor Carranza, no acataría ninguna disposición que viniese de parte de él; por lo tanto, es necesario que al señor gobernador se le manifieste que en todo y para todo lo relacionado con los asuntos interiores y exteriores de aquella entidad, debe entenderse con esta Asamblea, porque allí realmente no se le conoce al señor Carranza ni de hecho ni de derecho.
El C. secretario:
Continúa a discusión la proposición del ciudadano general Obregón. ¿No hay quién tome la palabra?
El C. Pulido:
Yo creo que no es conveniente tratar esta proposición, porque en el Estado de Morelos el señor general Zapata no ha reconocido a esta Convención y no ha mandado sus delegados, y si mañana o pasado el general Zapata no ha reconocido la soberanía de la Convención y siguen las hostilidades, esta Asamblea se vería como burlada por esa disposición, puesto que no la ha reconocido y se ha puesto un plazo para que vengan sus delegados.
Un ciudadano delegado (interrumpiendo):
Unicamente se ha tratado, señor, de mandar ese mensaje y de mandar a los delegados de aquí al Estado de Sonora, y no al de Morelos.
El C. Obregón:
Creo que el primer punto debemos reformarlo, porque hemos aprobado antes que las hostilidades con Zapata serán suspendidas cuando la comisión llegue a Morelos y se le comunique; por consiguiente, sería contravenir esa determinación de esta Asamblea, comunicándole a Zapata una nueva orden.
En cuanto a lo que dice el señor Piña, de que puede dar órdenes por allá Carranza y contravenir disposiciones de esta Asamblea o del señor Maytorena, yo creo que eso es aparte de la suspensión inmediata de hostilidades. Ahora, que reconozca o no reconozca Maytorena a Carranza, tampoco es asunto de esta Asamblea. Esta honorable Asamblea dirá a quién debe reconocerse como Primer Jefe o Presidente, y no ninguno de nosotros.
El C. Piña:
Es necesario que sepa esta Convención y lo tome en consideración, que, según los informes posteriores que tengo yo de Sonora, aún el ciudadano Primer Jefe continúa dictando órdenes y disposiciones para que surtan sus efectos en aquel Estado de Sonora; y repito que como el gobernador de Sonora no reconoce al señor Carranza como autoridad, sino simplemente a esta Convención, por lo tanto, pudiera motivar un conflicto o traernos dificultades que estamos todos dispuestos a subsanar.
Yo quisiera que en obvio de dificultades se le participara al señor gobernador, lo mismo que al señor Carranza, que en todo y para todo deben someterse a las decisiones y disposiciones de esta Convención, y que el señor Carranza no pretenda dictar disposiciones ni dar órdenes o cometer actos en Sonora, porque allá eso podría provocar nuevos conflictos. Téngase presente, señores, que allí se ha desconocido al señor Carranza como encargado del Poder Ejecutivo. Por lo tanto, la observación que yo hago está inspirada en el mejor deseo de armonizar y confratenizarlo todo, y creo que es de tomarse en consideración, porque si vamos a dictar por nuestra parte disposiciones que solamente afectan los intereses del señor Maytorena, y, por otra parte, no hacemos nada para que el señor Carranza acate las disposiciones y los acuerdos de esta Asamblea en relación con Sonora, resulta que en vez de conseguir nuestros deseos y nuestros propósitos, crearemos nuevas dificultades en aquel Estado.
El C. Serrano:
Pido la palabra para una aclaración.
Las proposiciones que están a discusión no se refieren exclusivamente al señor Maytorena, sino a los contendientes. Por otra parte, no es el señor Carranza a quien se va a dar órdenes o quien pueda darlas, la Convención es la que va a dirigirse a los contendientes, y quienquiera que sea que infrinja esas disposiciones, se le exigirán las responsabilidades, es decir, también a nosotros.
El C. Marciano González:
Me voy a permitir apoyar la proposición del señor general Obregón en los términos en que está concebida. Dice así: En vista de que en Sonora ... (La volvió a leer)
Esta cláusula de por sí comprende, señores, que quedan bajo la férula, bajo las disposiciones de esta Asamblea, Carranza, Villa y Maytorena; no incluye también a Zapata, porque Zapata no tiene representantes en este conglomerado. Apoyo la proposición del general Obregón, es una regla general para todos los disidentes en esta contienda. (Aplausos)
El C. Marines Valero:
La observación que yo hice está enteramente de acuerdo con la del señor general Obregón; solamente aquí hay una observación gramatical, y es esta: el verbo han terminado es tiempo pasado, y si hacemos la afirmación han terminado, para ordenar que terminen, es simplemente un disparate. Se debe decir: deben terminar, lo cual implica que han terminado ya en otras partes o están terminándose en estos momentos, o terminarán después, que exigimos a ustedes que las terminen.
Por esa razón pido yo que se modifique la frase, en lugar de han terminado, lo cual implica que ya terminaron en toda la República, se indique se deben terminar.
El C. González Garza:
De una manera muy sincera, mi preopinante ha demostrado a esta Asamblea que hay la necesidad de nombrar una Comisión de Corrección de Estilo. En todas las asambleas, en todas las convenciones, al calor de las discusiones, se redactan distintas proposiciones, que pasan inmediatamente a dos o tres individuos que forman lo que se llama la Comisión de Corrección de Estilo, para corregir esos errores gramaticales a que con justicia ha hecho mención mi preopinante.
Como no se ha nombrado la Comisión de Estilo, y en estos momentos hay comisiones nombrándolas, vuelvo a insistir en que el señor presidente, con las facultades que le ha dado la Asamblea, debe ordenar que se pongan correctamente esas cláusulas propuestas por el señor Obregón, para que no lleven ningún error gramatical y quede la esencia de la proposición, y no se diga lo que el señor muy justamente acaba de expresar.
El C. secretario:
¿Está suficientemente discutidO? Los que lo consideren suficientemente discutido, sírvanse ponerse de pie. Está suficientemente discutido. Se pone a votación. En votación económica se pregunta si se aprueba en lo general. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. Se pone a discusión en lo particular:
Primera. En vista de que en Sonora no se han suspendido las hostilidades, no obstante haberlo ordenado repetidas veces esta Asamblea, propongo: se comunique por la vía telegráfica a toda la República que las hostilidades deben terminar y que se exigirán responsabilidades a quienes infrinjan esta disposición.
Está a discusión en lo particular.
El C. Piña:
Pido la palabra.
Anteriormente he manifestado que estoy en lo general de acuerdo con la proposición subscrita por el ciudadano Obregón. En lo particular difiero de los conceptos en que está presentada esa proposición: ahí empieza por decirse, que, en vista de que en Sonora no se han suspendido las hostilidades, deben dictarse tales o cuales disposiciones por toda la República. Es necesario ser justo: no sólo en Sonora han dejado de suspenderse las hostilidades; tampoco se han suspendido en Morelos; tampoco se han suspendido en otros puntos de la República, que en estos momentos no recuerdo. No sé por qué ese empeño en siempre hacer mención de una manera especial en Sonora o en el gobernador Maytorena, en el sentido de que es responsable de tales y cuales actos; creo que debe suplirse eso de que en vista de que en Sonora continúan aún las hostilidades, diciéndose de una manera terminante: que en vista de que en algunos puntos de la República continúan aún las hostilidades, debe disponerse que en Sonora se suspendan.
El C. Obregón:
Yo no he dicho que Maytorena, ni he hecho hincapié en Maytorena; he dicho que en Sonora, y he dicho que se le comunique a los contendientes; yo no vengo aqui personalizando, yo vengo hablando en términos generales, porque indudablemente que a los contendientes tendrá que comunicárseles, porque si no se les comunica, uno y otro atacarán y no cesan las hostilidades. ¿Por qué trato más cerca a Sonora? Es mi Estado natal y recuerdo que se están matando hombres ahí, nada más porque uno grita Viva Maytorena, y otro grita Viva Carranza o Viva Hill.
El C. Mancilla:
Es cierto que en Jalisco también hay hostilidades, hay hombres levantados en armas y cuando el Gobierno de ahí, los que han dominado, los antiguos enemigos de la Revolución, están combatiendo ahí a los mismos revolucionarios que defendieron la causa por la que estamos aquí.
El C. Pulido:
Si, pues, elementos de la Revolución son los que combaten, no se les puede ordenar nada; tampoco se les puede ordenar a los revolucionarios de Morelos, porque no están representados en la Convención; por consiguiente, a quienes se debe dar órdenes es a los de Sonora, y esto es lo que se debe dar a conocer a toda la República, que se ha ordenado a ambos combatientes que suspendan las hostilidades.
El C. secretario:
El ciudadano Obregón ha modificado su proposición en las palabras que dicen han terminado, por deben terminar. Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba la primera parte. Los que estén por la afirmativa, de pie. Aprobada.
Segunda. Esta honorable Convención mande desde luego un delegado a Sonora para que informe a esta Asamblea de la verdadera situación de aquel Estado y los motivos que hayan tenido los contendientes para no acatar las órdenes que esta Asamblea les ha transmitido!
Está a discusión en lo particular el punto segundo.
El C. Herrejón:
Para suplicar a mi general Obregón que modifique su proposición en el sentido de que en lugar de que sea un delegado, sean dos, porque es mucho más conveniente que vayan dos personas y no una sola, porque el resultado será más efectivo, tal vez tienen que rendir un dictamen de lo que hagan, ver las condiciones en que se encuentra el Estado.
El C. Piña:
Suplico a la Secretaría tenga la bondad de informar si se discute actualmente el número de delegados que deben ir a Sonora.
El C. secretario:
Esta honorable Convención ... (Leyó la parte relativa a la proposición)
El C. Piña:
Se trata de un delegado. Yo me permito proponer a la Asamblea que en lugar de una sean tres personas las que vayan a Sonora y que se designe para esta importante comisión a personas que, a la vez que sean imparciales, tengan relaciones, tanto con el señor gobernador Maytorena como con el general Hill, a fin de que haciendo valer ante ellos su amistad antigua, puedan prosperar más fácilmente respecto de las gestiones que van a hacer cerca de ellos.
El C. González Garza:
A propósito de esa parte de la proposición que debe comunicarse a todos los contendientes que suspendan las hostilidades, me parece que hay alguna confusión, porque tenemos, por ejemplo, en Veracruz, a Higinio Aguilar, a quien no se debe comunicar que las suspenda; mejor sería en ese caso, que se faculte a quien sea prudente para que siga combatiendo contra los que no tienen representación aquí y desconozcan la Convención.
El C. secretario:
Está a discusión la proposición.
El C. González Garza:
Yo soy de opinión que no vaya ni un solo representante a Sonora. La Convención está por encima de todas las facciones que existen actualmente en la República. A Maytorena, por la vía telegráfica, se le han transmitido varias órdenes, y se ha dicho en esta Asamblea que las contestaciones telegráficas o por escrito del señor Maytorena deben ser rápidas, olvidando que este señor está en campaña.
Yo creo que han concurrido muchas circunstancias para que el señor Maytorena no haya contestado. Si en el presente caso la Asamblea, con el poder de que está investida como libre y soberana, envía una comunicación por la vía más rápida al señor gobernador Maytorena, ordenándole el cese de las hostilidades en el Estado de Sonora, por su parte, y al mismo tiempo se le ordena al señor Carranza que comunique la orden al señor general Hill, de que por la suya también cesen las hostilidades en la parte que domina en el Estado de Sonora, creo yo, porque considero a esas dos personas lo suficientemente ilustradas para comprender que esta Asamblea es la única que por ahora puede r€solver pacíficamente estas díficultades, que en el acto acatarán las disposiciones de ella, y sólo cuando alguno de ellos se niegue, sólo cuando esta Asamblea tenga la absoluta seguridad, la prueba plena de que existe una insubordinación, entonces es cuando esta Asamblea, en apoyo de los deseos que tiene, adoptará el último recurso, enviando una comisión, y si es necesario, todos iremos para evítar el derramamiento de sangre, y una vez agotado el último recurso, hacer sentir el peso de su autoridad. Pero yo pregunto a esta Asamblea, poniéndome en el triste caso de que una de las facciones no obedezca sus acuerdos; yo pregunto: ¿con qué se hará respetar? ¿Acaso ha habido órdenes aquí para darle la fuerza de cuarenta o cincuenta mil hombres a esta Asamblea para que a una sola voz marchen a someter a los rebeldes que aparezcan? ¿Por qué somos tan ilógicos?
Una voz:
Están mis soldados.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Están los míos también.
El C. González Garza:
Pero no están a la disposición absoluta de la Convención en estos momentos.
El C. Gutiérrez:
Toda la fuerza está a la disposición. Está un escrito en la Mesa ahorita.
El C. González Garza:
Yo no lo sabia; no soy clarividente y tampoco soy adivino para conocer lo que hay en la Mesa en un momento dado.
El C. Gutiérrez:
Entonces no insulte.
El C. González Garza:
Yo no insulto. Evidentemente que todas las facciones representadas aquí, deben estar dispuestas, como lo están todos los representantes que ante el pabellón y ante el altar de la Patria han jurado sostener y hacer que se sostengan las disposiciones que emanen de esta Asamblea, y precisamente por eso, porque está aquí el representante, el digno representante del señor Maytorena, no quiero que aquí se corra una fórmula que no es del caso; no quiero que se llegue al recurso último a que se debe recurrir tratándose de una insubordinación, pues eso equivaldría tanto como a prejuzgar, a suponer de antemano que el señor Maytorena no aceptará esas indicaciones; si ese ambiente reina aquí, no sé cómo se admite al representante del señor Maytorena; debemos ser más consecuentes y poner de relieve el deseo que tenemos de arreglar satisfactoriamente todas las dificultades que, por desgracia, existen en toda la República.
Precisamente es el momento en que es necesario que todos hagan en sus conciencias votos por que sepamos resolver una manera patriótica las dificultades existentes en la República, porque esta Asamblea tiene ante la Historia, ante la Nación y ante el mundo entero la responsabilidad que voy a confesar y que muchos no lo entienden. (Voces: ¡Cierto, habemos muchos que no entendemos!)
Propongo, pues, que por decoro de la Asamblea, y en vista de que hasta el momento no existe ningún argumento de fuerza que compruebe siquiera de una manera vaga que el señor Maytorena no está dispuesto a obedecer en la práctica las disposiciones de ella, que no vaya ningún representante; que se le envíe una nota en donde se exprese clara y terminantemente la mente de la Asamblea, para que en vista de la actitud que tome el señor Maytorena, se proceda de conformidad.
El C. Obregón:
No está a discusión lo que dice el señor Maytorena; está discutiéndose si es preciso que vaya una comisión.
El C. González Garza:
Está discutiéndose en lo particular; se está discutiendo si va un representante a Sonora, y yo creo que está por encima de esa discusión el decoro de la Asamblea, que tiene sobre sus espaldas una enorme responsabilidad, no sólo ante la República, sino ante el mundo entero; y ¿cómo es posible que antes de querer un dato que demuestre que el señor Maytorena no acata en la práctica las disposiciones de esta Asamblea, se le mande un representante, como poniendo en duda que no va a obedecer la orden? Eso es denigrante para el señor Maytorena, y más denigrante para la Asamblea.
No debe, señores, ir ningún representante; el representante debe ir a Sonora en el caso desgraciadísimo de que el señor Maytorena no acate las disposiciones de la Convención; pero yo tengo la conciencia, tengo la seguridad y tengo la confianza firme que el señor Maytorena acatará en el acto las disposiciones de la Asamblea, porque sabe de dónde proviene la mayoria de los hombres armados de ella y la enorme responsabilidad en que incurriría desobedeciendo.
Propongo, pues, a la Asamblea, que deseche de plano, ya que está a discusión en lo particular, esa cláusula, y se concrete a que la Convención, por conducto de su presidente, le mande una comunicación por la vía más rápida posible.
El C. Serrano:
La proposición no dice que va allá a vigilar el cumplimiento de las órdenes de la Asamblea; dice que va allá para informar a la misma Asamblea de los motivos que se han tenido para las disensiones.
El C. secretario:
La Secretaría informa que lo que se ha aceptado y votado es esto:
Se comunique por la vía telegráfica a toda la República que las hostilidades deben terminar, y que se exigirán responsabilidades a quienes infrinjan esta disposición.
Eso es lo único que se ha aprobado hasta la fecha.
El C. Obregón:
Veo con profunda pena el esfuerzo que se hace para no entender lo que yo digo, por el compañero González Garza.
Que Maytorena es honrado, que la dignidad de Maytorena, que el pundonor de Maytorena. Yo no nombré a Maytorena, señores, en mi nota. El representante del general Hill está aquí, y no se llamó a ofendido porque hablé de Sonora. Yo no digo que no tenga honor, que no sea honrado, yo no ataco en ninguna forma y me mientan cincuenta veces la personalidad del señor Maytorena. Yo creo, señores, que tienen una marcada intención de apartarse de lo que yo digo, o no entienden. (Aplausos)
Pido que se repita la lectura del dictamen.
El C. secretario:
II. Esta honorable Convención mande desde luego un delegado a Sonora para que informe a esta Asamblea de la verdadera situación de aquel Estado y los motivos que hayan tenido los contendientes para no acatar las órdenes que esta Asamblea les ha transmitido.
El C. González Garza:
Para una aclaración, señor presidente; para agregar unas palabras a las del general Obregón.
El C. presidente:
Tiene la palabra el ciudadano González Garza, para una aclaración.
El C. González Garza:
En las sesiones precedentes ha flotado aquí la idea, y en la de hoy en la mañana se hizo un cargo, al leerse un mensaje, al señor Maytorena, que es él el que no ha cesado las hostilidades.
El C. Obregón:
Pero no está en mi nota, señor.
El C. González Garza:
La nota del señor Obregón trae una cláusula que él quiere que se apruebe, sujeta precisamente a la idea que él tiene de que el señor Maytorena no ha cesado las hostilidades; en consecuencia, hago muy bien en defender al señor Maytorena.
El C. Eduardo Ruiz:
Vamos a aclarar, señores, la verdadera situación de esta cuestión. A mi modo de ver, creo que debemos mandar telegráficamente una orden al señor Maytorena, o a quien corresponda, y a la vez debe mandarse el delegado para que les informe. Si la orden no es aceptada, no es respetada, que los delegados nos informen cómo está la situación en Sonora; pero las dos cosas a la vez, el telegrama y el delegado.
El C. Hay:
Para una moción de orden. Son dos puntos distintos. Ahí hay una proposición categórica y concreta para que se suspendan las hostilidades, y después podamos discutir la cuestión de los delegados.
El C. Siurob:
Yo voy de acuerdo con el compañero González Garza, no precisamente en que el envío del delegado sea un ultraje, una agresión o un acto en cualquier manera ofensivo al señor Maytorena; pero voy en contra de la proposición del general Obregón por tres razones: la primera, porque eso es sentar el precedente de que sólo se envían delegados a las personas que no tienen representantes en ésta; la segunda, porque sería tanto como poner en ridículo al representante del señor Maytorena en esta Asamblea, puesto que hacemos a un lado su personalidad y mandamos a un representante para que nos informe de las condiciones en que se encuentra el Estado, siendo así que en tal caso sería dudar de la buena fe del representante que tenemos aquí del señor Maytorena; y por último, y tercera, no se necesita el envío de delegados para hacer respetar las órdenes de esta Asamblea, desde el momento en que ya el representante del señor Maytorena se ha comprometido a que su poderdante las hará respetar en todos sentidos. (Aplausos)
El C. Obregón:
Yo no he dicho, vuelvo a repetir, que el señor Maytorena se oponga a la Convención; digo esto, basándome en la lógica: Hill tiene 1,500 hombres; el señor gobernador tiene 7,500, ¿puede atacar Hill a Maytorena, o Maytorena a Hill? Lo dejo a la lógica de la Asamblea.
El C. Osuna:
Pido la palabra para apoyar la proposición del señor Obregón, de que se mande un delegado.
Yo entiendo, por la lectura que oí, que ese delegado tiene por objeto informar a esta Convención del estado general que guardan las cosas allá, y de si hay o no quien esté provocando trastornos.
Ayer se leyeron unos telegramas que se reprobaron, porque dijeron que no venían de fuente de esta Asamblea, y un delegado de nuestra confianza nos sería de grande utilidad, sin que esto quiera decir que no se pongan los mensajes.
Recuerden que en esa parte de la República estamos lindando con la orilla del Bravo y que allá está toda la intriga reconcentrada; por lo tanto, necesitamos tener una persona desinteresada que nos esté dando los informes justificados para obrar de conformidad.
El C. Berlanga:
Pido la palabra para apoyar la proposición del señor general Obregón.
Todo el discurso del señor Roque González Garza no nos trajo nada de nuevo ni nada de firme. (Risas)
El no vio, a pesar de su clarividencia, el objeto del delegado que va a Sonora; el señor Obregón dice terminantemente que se mande un delegado para que nos informe acerca del Estado de Sonora, acerca de las condiciones en que se encuentran los beligerantes y para saber si había justicia o no por parte de alguno al no obedecer nuestras decisiones.
Desde luego, el primer telegrama que se va a mandar a todos los generales de la República, va a ser diciendo terminantemente que deben cesar las hostilidades; incluye a Maytorena y se le hace saber de una manera terminante, que nosotros somos el verdadero Gobierno de la República, y que a nosotros nos debe obedecer, y que nosotros somos los directores de la cosa pública, y que todos los ejércitos que hay en la República dependen de las decisiones de esta Asamblea; y el delegado no va nada más como con una misión particular, sino precisamente porque se han leído aquí algunos telegramas, que parece que están inspirados por algún sentimiento parcial, por algún sentimiento de partido. Nosotros no queremos las informaciones de uno ni de otro: queremos una información verdaderamente imparcial, una información verdaderamente justa, y así quisiéramos un delegado que nos haga saber inmediatamente las condiciones en que se encuentra Sonora, sin prejuicios y sin agravios para ninguno: así es que voy de acuerdo con las proposiciones del señor Obregón.
No es nada más que una atención, que no deberemos por ningún motivo desatender: una atención para el gobernador Maytorena en mandarle un enviado, digamos así, confidencial: es una misión diplomática que no debemos desechar: sino que, al contrario, a que debemos recurrir, para que con esta atención, con esta medida diplomática, lleguemos a conseguir lo que nosotros no queremos conseguir por medio de la fuerza. Luego que se agoten estos recursos, entonces procederemos con la energía debida.
El C. Marciano González:
Es del caso mencionar un dicho por todos conocido. Todos somos honrados y la capa no aparece. Todos venimos animados de un espíritu de concordia, de que pronto, cuanto antes, se haga justicia a quien la merece; pero es el caso que una proposición encaminada precisamente a impartir justicia a quien la reclama, encuentra muchas oposiciones. Yo no veo quién salga perjudicado con que esta Convención envíe a Sonora un representante sin pasiones, sin vehemencias, sino inspirado en la justicia, a informar respecto de las condiciones allí reinantes, como dice la proposición del general Obregón. ¿Quién sale perjudicado con eso, señores? ¿Dónde el sacrificio que se pretende escatimar para que se haga justicia!
Hay aquí dos informaciones; una de X, de Estados Unidos, que dice: Las condiciones son éstas; y aquí en la Asamblea, nos encontramos que un representante rechaza las afirmaciones de ese telegrama; hay dos fuentes de información que disienten, que no son uniformes: pues que vaya un representante de la Asamblea para que informe respecto a las condiciones en que allá están: ¿quién se perjudica, señores?
¿Dónde está el sacrificio que a cada momento estamos alardeando y que estamos dispuestos a hacer? No sacrificamos nada con esto, no escatimamos una autorización razonable y lógica, y precisamente es la lógica, señores, conceder aquello a que el peticionario tiene derecho: creo que el peticionario tiene derecho a pedir que se mande un individuo que, guiado por el espíritu de justicia y que lleve en sí el ambiente que ha respirado en esta Asamblea, informe a la misma respecto de cómo están por allá y cuáles son los motivos de la disidencia.
¿Por qué se cree que se lastima al representante del señor Maytorena, en qué forma, si el representante ha afirmado aquí lo que seguramente el enviado de esta Convención va a ver y en lo que se va a convencer? ¿por qué se le lastima?; al contrario, un galardón más, una satisfacción para él, puesto que va a encontrar de parte del representante la ratificación o confirmación de lo que él ha aseverado aquí. Lo he dicho muchas ocasiones, señores: obras son amores y no buenas razones; vamos al grano, sacrifiquemos algo, que aquí no hay sacrificio alguno con que se envíe un representante de esta Convención para que vaya a Sonora y averigüe cómo están por allá, y nos informe amplia y justicieramente.
El C. Eduardo Ruiz:
Voy a hacer una observación, en términos generales, respecto a este punto, que puede encadenar otros que se van a ir presentando con mucha frecuencia. Yo opino que no debemos mandar delegados de la misma Convención, porque se van a necesitar muchas comisiones en diferentes partes de la República, y llegaría el momento. en que estaría muy mermada esta Convención: mandemos a un empleado como miembro del Gobierno para cumplir con la comisión, para que vaya en nombre de la Convención a enterárse de lo que ocurre.
El C. González Garza:
Pido la palabra.
El C. presidente:
Tiene la palabra el ciudadano González Garza.
El C. Ruiz:
No he terminado todavía.
Señores delegados: quiero hacerles ver la parte práctica de esta observación; probablemente tendremos que mandar delegados a la frontera para averiguar la situación política de allá; probablemente tengamos que mandar delegados al Este, al Oeste, más cuando estamos representando todos los ramos de la administración del país; y si vamos a mandar a cada caso representantes, hay muchos hombres capaces en la República para llevar a cabo esas comisiones. Yo usé la palabra empleado, no porque sea empleado, sino un individuo que va a llevar a cabo las disposiciones de la Convención y protesta cumplir, desempeñar lealmente su misión. Toda la Asamblea considera que el punto es de importancia.
El C. González Garza:
Hago a un lado las razones del señor Berlanga, y me voy a concretar a esto que dijo: Que todos los ejércitos están levantados en armas en la República obedecen a esta Convención, y esto no es exacto. El Ejército Libertador, a las órdenes del señor general Zapata, todavía no sanciona la autoridad de la Asamblea; en consecuencia, es falso lo que dijo el señor Berlanga.
El C. C. Berlanga:
Tiene usted razón.
El C. González Garza:
Sí tengo razón, y a mi modo de ver, el señor presidente, durante las discusiones, debe recoger las opiniones que hayan resultado, y notará, con motivo de la discusión de la cláusula segunda que presentó el señor Obregón, que hay varias opiniones. Yo soy de opinión de que no debe ir ningún representante, porque no tenemos base para suponer que el señor Maytorena no obedecerá una orden de la Asamblea, desde el momento en que su representante está aquí y ha jurado respetar y hacer respetar las decisiones de ella; otros opinan que deben ir dos; otros opinan que deben ir tres, y no sé qué otras razones tengan los más, porque no tengo la capacidad necesaria en mi cerebro para tomar las palabras de todos; pero la verdad es que el señor presidente, guiado por un espíritu demasiado democrático, no encauza los debates, no toma en esencia las discusiones, y con este procedimiento va a resultar ...
El C. Rodríguez Cano (interrumpiendo):
Para una moción de orden. Se está discutiendo uná cosa sucinta y no dar lecciones a la Mesa. Favor de concretarse a lo que se discute. (Aplausos)
El C. presidente:
Puede usted continuar la lección.
El C. González Garza:
No es lección. Algunos piensan que está el asunto bien discutido y otros que no, y el señor presidente permanece mudo. Debe proceder con orden el señor presidente.
El C. secretario:
Me permito suplicar al delegado González Garza que se abstenga de externar su juicio respecto de la Mesa. Está a discusión un punto bastante concreto y sólo a él debe referirse.
El C. González Garza:
Me estoy dirigiendo especialmente al presidente, no a la Mesa, señor González.
En mi humilde opinióp ... señor presidente, en primer lugar, se debe preguntar, porque ya es tiempo, pues han hablado muchos oradores, si ya está suficientemente discutido el punto, o no.
El C. presidente:
Si usted se callara, preguntaría inmediatamente. (Aplausos)
El C. González Garza:
Me callo, señor.
El C. presidente (dirigiéndose al secretario):
Hágalo usted.
El C. secretario:
Se pregunta si está suficientemente discutido, en votación económica. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Sí lo está. En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobado.
El C. González Garza:
Procedió usted con orden, y ya terminó la discusión, señor presidente.
El C. secretario:
La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, que habiendo sido aprobado que se nombre un delegado, ella no lo nombra, que lo nombra la Asamblea.
El C. Berlanga:
Me permito sugerir que sea por escrutinio secreto.
El C. Ruiz:
Respetuosamente suplico al señor presidente, si cabe aquí mi observación respecto a la condición del delegado, que no sea delegado de la Convención. (Voces: ¡No, no!)
El C. secretario:
Lo que se aprobó es lo siguiente: (Le volvió a dar lectura a esa parte de la proposición) Eso es lo que está aprobado.
El C. Berlanga:
Que se pregunte, señor presidente, si el nombramiento ha de ser por escrutinio secreto.
El C. secretario:
El delegado se nombrará por escrutinio secreto.
El C. Siurob:
Para suplicar a la Mesa ...
El C. Raúl Madero:
Yo creo que debemos proponer alguna personalidad para ir a Sonora y la votaremos en escrutinio secreto.
Yo propongo al señor José Serrano.
El C. Siurob:
Me permito proponer un candidato ... (Murmullos y voces)
El C. Paniagua:
Sugeriría una candidatura, por ejemplo, la del señor general Iturbe.
El C. secretario:
Se procede a la elección de un delegado.
El C. Obregón:
Voy a hacer una proposición.
El C. González Garza:
Ya no hay discusión, se está votando.
El C. Obregón:
Lo que pedimos es reunirnos todos los de Sonora para presentar una candidatura. (Voces: ¡Aprobado!) (Se procede al escrutinio)
El C. secretario:
Del cómputo de votos hecho en la votación, resultó favorecido el general Ramón Sosa V.
El C. Gutiérrez de Lara:
Pido la palabra para una aclaración.
Es Ramón V. Sosa.
El C. secretario:
Ramón V. Sosa.
La Mesa, por conducto de la Secretaría, pone en conocimiento ...
El C. Piña:
Me permito proponer a la Mesa que, por conducto del enviado, señor general Ramón V. Sosa, que va a Sonora, se mande un pliego tanto al gobernador Maytorena como al general Hill, haciéndoles una relación sucinta de todo lo que en esta Convención se ha tratado, con el objeto de que ellos puedan tener un concepto más exacto de lo que acontece en esta Convención.
El C. Julio Madero:
Me adhiero a la proposición.
El C. secretario:
La Secretaría informa, que por indicación de la Presidencia, se cierra la sesión y se invita a los miembros de la Asamblea para la tarde a las cuatro en punto, en que se abrirá la sesión secreta, estrictamente secreta.