CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SESIÓN CELEBRADA EL DÍA 20 DE OCTUBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES
Segunda parte
PRESIDENCIA DEL C. GENERAL JOSÉ ISABEL ROBLES
El C. secretario:
Continúa a discusión el dictamen. .En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.
El mismo C. secretario dio lectura a un telegrama subscrito por el ciudadano Antonio de P. Magaña, dirigido al ciudadano Saúl Gallegos. A la comisión de Guerra.
En seguida, se dio cuenta con la proposición presentada por el ciudadano Eduardo Hay, a fin de que la Asamblea tome un acuerdo, relativo a los faltistas.
La Secretaria dio también lectura a varios telegramas referentes al ciudadano Pesqueira.
La Mesa pregunta a la Asamblea si debe tratarse este asunto desde luego o pasa la solicitud, en que pide licencia el ciudadano general Casarín, a comisión. La Secretaría pregunta a la Asamblea si considera de pronta y obvia resolución este asunto.
Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.
El C. Mauricio Contreras:
Creo que para poderle conceder al señor Casarín que se retire, es indispensable que el general Pesqueira le retire su poder, de lo contrario, como no ha nombrado a otro delegado, no puede retirarse de aquí de la Asamblea.
El C. Berlanga:
Pido la palabra en contra de la licencia. Es de negársele la licencia, porque desde luego ya lo hemos acordado en ese sentido, en esa forma, cuando se ha tratado de otros generales o personas que han solicitado también separarse y han expuesto motivos poderosos, como los expuso el general Chao, cuestiones de afecto, que, sin embargo, él pudo sacrificar para permanecer todavía entre nosotros.
No sabemos los motivos por que sea llamado el señor Casarin y no tiene, por lo tanto, él nada que alegar en su favor, únicamente una orden superior y aquí creo que no hay más autoridad que la Asamblea; el señor Casarín depende de la Asamblea, no depende del Ministerio de la Guerra, está sujeto a la voluntad nuestra y no debemos dejarlo ir. (Aplausos)
El C. Casarín.
Para una aclaración. Para contestarle al señor que no soy yo el que ha solicitado el permiso: someto a la honorable Asamblea las órdenes que recibo del general Pesqueira para marchar a la capital.
El C. Serrano:
He pedido la palabra para apoyar la licencia, porque no era precisamente que se hubiera convenido en la Asamblea que no se concedía la licencia a nadie; pero acabo de ser informado que el señor general Pesqueira trata exclusivamente de retirar su representación en esta Asamblea. Por consiguiente, debemos hablar francamente y no conceder ese permiso.
El C. Santos:
Señores, hay un dilema: uno, de no dejar ir al señor Casarín, y otro, hacerlo desobedecer una orden superior. El señor Casarín es representante del señor Ignacio L. Pesqueira; y, si como dice el compañero preopinante, el señor Ignacio L. Pesqueira lo hace porque no quiere estar representado aquí, pues con más razón darle el permiso para que el señor, que no tiene facultades de estar aquí ...
El C. Eulalio Gutiérrez:
¿Y la firmá que tiene allí en la bandera?
El C. Santos:
No, señor, el señor es representante, el señor es militar; el Ministro de la Guerra es jefe de él, ¿desobedece al jefe?
El C. Raúl Madero:
El señor Casarín tiene una firma a nombre de su representado.
El C. Santos:
El señor Casarín firmó allí que pasará por todo lo que esta Asamblea haga; pero no que no se irá nunca de ella. que pasará por todo lo que la Asamblea haga.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Pido la palabra.
El C. Santos:
Tengo yo la palabra. El señor Casarín es subordinado del señor general Pesqueira, si se queda aquí, cumpliendo con su deber ... (Voces: ¡Todos somos subordinados!)
Pues señores, todos nuestros jefes, el día que quieran venir, ¿no los vamos a dejar, porque esta Asamblea no nos deja ir de aquí, como generalmente hace? Nosotros debemos resolver una cosa nada más. El señor Casarín, o se queda aquí, o desobedece una orden superior.
El C. Hay:
Yo creo que este asunto puede arreglarse muy sencillamente, de la siguiente manera: mandar un mensaje al señor Pesqueira diciéndole que esta Asamblea tomó la resolución de no conceder permiso a los miembros de ella, sino en casos de excepcional necesidad, de gran necesidad; el señor Casarín puede mandar un mensaje al general Pesqueira, diciéndole que esta Asamblea no le concede permiso; si la Asamblea así lo acuerda, es indudable que entonces el general Pesqueira no podrá exigir del señor Casarín, como militar, que obedezca sus órdenes, desobedeciendo las de esta Convención.
El C. E. González:
De una vez para siempre se ha de sentar un precedente, de no dar permiso cuando un superior exija a un inferior, que está tomando parte en esta Asamblea, porque llegará el caso en que un jefe de un cuerpo de ejército, que no está aquí, que tiene a su mando fuerzas, podría en un momento dado retirar el poder a todas esas personas de la Asamblea y de esa manera llegaría el momento en que quedaríamos enteramente disgregados. Por eso es que aquí no hay superioridad, aquí todos somos ciudadanos. Una vez que se termine la Convención, volverán a los cuerpos a que pertenecen a obedecer fielmente a sus superiores. (Aplausos)
El C. Lazo de la Vega:
Yo creo que este asunto puede solucionarse fácilmente de esta manera: poniendo un mensaje al señor general Pesqueira diciéndole la decisión de esta Asamblea de no dejar ir al señor Casarín; pero diciéndole también, que, en el caso de que falte, nombre un nuevo delegado; cuando ese nuevo delegado esté aquí, puede marchar el señor Casarín.
El C. Martín Espinosa:
Además, el señor Casarín tiene derecho de estar aquí, porque es general.
El C. Vásquez:
El caso del señor Casarín es muy excepcional. Cuando el señor Casarín aceptó el nombramiento de representante del señor Pesqueira en esta Convención, era coronel, así es que ha firmado la bandera con el grado de coronel. Yo hablo en contra de lo que he expuesto, en contra, hace un momento, porque creo y con razón, que si el señor Pesqueira no está conforme con las decisiones que el señor Casarín está tomando en esta Convención, el señor Pesqueira puede venir perfectamente a asistir a esta Convención o puede mandar otro delegado. El señor Casarín, por su parte, ha firmado esa bandera en calidad de representante, y puesta allí su firma está dispuesto a sostener las decisiones de esta Asamblea.
Yo creo que el señor Pesqueira tiene derecho y todos los generales tienen derecho a cambiar de representante en el caso de que no estén conformes con las decisiones de las personas que vienen representándolos, mientras no se llegue a una decisión en esta Asamblea.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Yo creo que el caso del señor Pesqueira es un caso que puede tomarse para poner un precedente. Yo tengo la creencia de que el señor Pesqueira sea una persona bastante honrada; pero puede suceder esto: que hay algunos generales compañeros míos que en lo personal son amigos; pero que pueden hacer una jugadita como la de un jugador fullero que manda el albur a una carta; si viene el albur recoge el dinero y si no, recoge la apuesta diciendo: no, si no fue de veras, y se va.
El caso del señor Pesqueira podría resumirse de esta manera: como ve probablemente que la Asamblea no responde a sus intereses, puede decir: no fue de veras y se echa la apuesta en la bolsa. (Aplausos y risas)
El C. Hernández y García:
Diría que la Asamblea debería dirigirse al ciudadano general Pesqueira, manifestándole sus deseos, en el caso de que no fuera aprobado lo que diga el ciudadano Casarín. El ciudadano Casarin es quien debe dirigirse al señor Pesqueira, y, si, como se dice por allí, al ciudadano Pesqueira no le conviene o no quiere tener su representante aquí, en ese caso, él tiene la obligación de dirigirse a la Asamblea, no la Asamblea a él.
El C. Vigil:
Es este un verdadero conflicto. Hace poco, el señor Hay, sosteniendo una tesis a base de honor, dijo que estábamos aquí a base de honradez, y la Asamblea aplaudió lo dicho por el señor Hay. En estos momentos el señor Eduardo González se ha basado en una tesis enteramente contraria, ha puesto la base del deshonor y también la Asamblea ha aplaudido.
El C. Aguirre Benavides:
Señores: yo creo que debemos sentar un precedente con toda energía. Somos ciudadanos armados que respondemos de nuestros actos y que no tenemos superiores. El caso del señor Casarín, llamándolo el señor Pesqueira, y obedeciendo, si la Asamblea aprueba ese incidente, mañana, pongo por caso, que Villa llama a todos los jefes y ¿qué hace la División del Norte?, ¿va a obedecer esa orden?; indiscutiblemente que no. El mismo lo ha manifestado aquí de una manera clara y terminante, que somos ciudadanos capacitados en la forma que queramos; y, como digo de Villa, digo de cualquiera otro jefe, corporación o cuerpo de ejército; y esta Asamblea que se ha unificado, que tiene tendencias tan hermosas, caería por el suelo en sus grandes deseos y perdería su programa hermosísimo por caprichos, por obedecer ordenes superiores. De manera que yo excito a que pongamos un precedente terminante.
El C. Hay:
Es enteramente razonable lo que ha dicho el general Aguirre Benavides. Debemos evitar la posibilidad de que haya personas que al cambiar de criterio por no estar perfectamente bien enteradas de lo que pasa en esta Convención, pretendan también cambiar a sus delegados. Yo creo que en casos como este, se debía tomar una disposición, la disposición de que ninguna persona pudiera cambiar a sus delegados.
Ahora bien, pudiera convenir al señor Pesqueira que el señor Casarín no siguiera representándolo por cualquiera razón que no es del caso discutir; entonces se debe decir al señor Pesqueira que si no le conviene el señor Casarín como representante, debe él de venir aquí en representación de sí mismo, es decir, cuando un general pretenda cambiar su representante, debe venir a substituirlo él personalmente y no mandar a otro y seguir cambiando y seguir obligándonos a tomar protestas y llenar esa bandera de firmas, y después no sabremos quién es el responsable de los actos aprobados aquí. Hagamos lo siguiente: primero, neguemos el permiso al general Casarín; segundo, comuníquese al general Pesqueira (voces: ¡No! ¡No!), comuníquese al general Pesqueira, ministro de la Guerra, que, habiendo esta Asamblea acordado no se conceda permiso a ningún delegado para ausentarse, debido a eso el señor Casarín ha desobedecido su orden militar. (Voces: ¡No! No!) Tercero, decir al señor Casarín que le diga al señor Pesqueira que la Asamblea ha acordado, si quiere cambiarlo, que solamente lo puede cambiar por él mismo, es decir, por el señor general Pesqueira.
A continuación se dio cuenta con un telegrama dirigido al ciudadano Vito Alessio Robles, en que el ciudadano Venustiano Carranza da las gracias a esta Asamblea, por la invitación que se le hizo para concurrir a ella.
Igualmente se dio lectura a un mensaje subscrito por el comandante militar de San Luis Potosí, participando que ya están en camino a esta ciudad los reos políticos a que la Convención se refirió en su mensaje relativo.
Asimismo se dio cuenta con el subscrito por el ciudadano José Maria Maytorena, en que participa al ciudadano Raúl Madero, se sirva manifestar a esta Asamblea sus sinceros deseos para poner en libertad a los reos políticos que tiene en su poder. (Aplausos)
El C. Serrano:
Para una moción de orden.
Creo que no hay nada qué aplaudir. Es una contestación como la de anteayer.
El C. González Garza:
El buen deseo.
El C. Mariel:
Allí el señor Maytorena firma: El gobernador y comandante militar. Eso quiere decir que acepta el Plan de Guadalupe y que no está substraído todavía a él.
El C. Raúl Madero:
Para una aclaración.
Debo contestar al señor Serrano, que a Maytorena se le telegrafió en el sentido de que si el Poder Ejecutivo tenía en su poder presos políticos, él podía hacer una indicación a los tribunales respectivos, indicándoles que por los intereses nacionales era muy conveniente que fueran puestos en libertad; yo no dudo que estos tribunales accederán a esa petición, por eso tengo yo verdadero gusto, me alegro de ese telegrama.
El C. Piña:
Pido la palabra.
El C. secretario:
La Mesa pregunta al delegado Piña para qué toma la palabra.
El C. Piña:
Para hacer referencia a lo relativo a este mensaje. (Voces: ¡No hay nada a discusión!) ¿La Mesa me concede la palabra?
El C. presidente:
Tiene la palabra el ciudadano Piña.
El C. Piña:
Señores delegados: el señor general Raúl Madero y el señor teniente coronel Eduardo G. González y no recuerdo qué otros compañeros, además de mí, se han dirigido indistintamente al señor gobernador Maytorena, insinuándole la conveniencia de que hiciese las gestiones necesarias cerca del Poder Judicial, para que dicho poder sobresea la causa que se instruye en contra de los presos políticos que están en Sonora.
El señor Maytorena, señores, como se ve por el contenido de ese mensaje, está del todo dispuesto, sinceramente, bien animado, a obsequiar no solamente las indicaciones de esta honorable Asamblea, sino también las de sus amigos.
El C. secretario dio cuenta con la propusición presentada por los ciudadanos Siurob, Mariel, Villarreal, González Garza y Eulalio Gutiérrez, proponiendo se forme una comisión que redacte el programa de Gobierno. A la comisión de Gobernación.
El C. González Garza:
Antes de Mariel están otros.
El C. secretario:
He dicho que además de la firma de Mariel aparecen con máquina los nombres de los señores Villarreal, González Garza, Casarín y Eulalio Gutiérrez.
El C. Siurob:
Para aclarar que la primacía acerca de la proposición que pide que se forme una Gran Comisión de Programa, me corresponde a mí; porque la tengo presentada desde el 17 de los corrientes.
El C. González Garza:
Yo le cedo a usted toda la gloria.
El C. Siurob:
Y la acepto, porque realmente es una gloria.
El C. secretario:
Pasa a la comisión de Gobernación.
El C. Mariel:
Pido la palabra, señor presidente, para preguntar el estado en que quedó el asunto del señor comandante militar Maytorena. (Siseos)
El C. Serrano:
Pido la palabra.
El C. secretario:
La Mesa informa al ciudadano Mariel que era un telegrama dirigido al señor Madero, que se leyó para conocimiento de la Asamblea, nada más.
El C. Serrano:
Yo quisiera suplicar a los firmantes de esa proposición que tuvieran la bondad de incluir a los delegados, señores Villarreal y González Garza, entre la Gran Comisión, antes de que fuera pasada a Gobernación para su trámite.
El C. González Garza:
El trámite que dio la Mesa fue que pase a Gobernación; pedimos que sea de pronta resolución; que se consulte a la Asamblea, porque son dos comisiones que urge formar, porque el tiempo nos apremia; necesitamos irle ganando terreno al tiempo. Yo suplico a la Presidencia se sirva preguntarle a la Asamblea si quiere discutir el punto, y si ella dice que no, entonces que pase a la comisión que guste.
El C. secretario:
La Mesa suplica a la comisión de Gobernación se sirva pasar a dictaminar sobre este asunto.
El C. Raúl Madero:
Se dictaminó ya sobre un asunto del señor mayor Siurob que se refiere al mismo punto.
El C. Siurob:
Con la ventaja de que no propone quiénes han de formar esa comisión, sino que lo deja a la consideración de la Asamblea, porque es a la Asamblea a la que le toca proponer a las personas.
El C. González Garza:
Al señor Siurob lo ciega en estos momentos una ira injustificada, la proposición de nosotros se sujetó a la deliberación y aprobación o reprobación de la Asamblea, señor, véala usted.
El C. Siurob:
Para contestar al señor González Garza, una alusión personal. En estos momentos, no tengo ira, ni aun casi movimiento de ella. No me siento airado por ninguna cosa, no hay nada para sentirse airado, únicamente defiendo la primacía de mi proposición, y la conveniencia de no citar desde luego nombres de personas, sino que para un asunto tan serio y tan importante la Asamblea decida los nombres de los que deban integrar la comisión.
El C. secretario:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, pidió a los miembros de la Comisión de Hacienda se sirvieran dictaminar sobre los asuntos que tienen para su estudio.
Acto continuo la Secretaría dio cuenta con el telegrama que sigue:
I. Dígase al señor Rolland, que la Convención toma providencias para que tanto los corresponsales extranjeros como los del país, se conduzcan con verdad en sus reportazgos.
II. Dígase a los corresponsales de la prensa aquí presentes, que deben conducirse con verdad, e insistir con los directores de sus respectivos periódicos, sean publicados íntegros sus reportazgos.
III. El corresponsal que no cumpla con las disposiciones de esta Convención, será expulsado de Aguascalientes o del lugar en que se encuentre esta Asamblea.
Puestas a discusión cada una de las cláusulas que contiene dicho dictamen, sin debate, fueron aprobadas sucesivamente, en votación económica.
En seguida, el C. secretario dio cuenta con el dictamen de la comisión de Gobernación, que dice así:
Primero. Es de aprobarse, y se aprueba, la publicación de un periódico que sea el órgano de esta Convención.
Segundo. Esta comisión propone al ciudadano Heriberto Frias para director del órgano en cuestión.
Tercero. Que la persona electa para el desempeño de dicha dirección presente un presupuesto de gastos, y,
Cuarto. Que la comisión de Hacienda proporcione los fondos necesarios.
Aguascalientes, 20 de octubre de 1914.
Raúl Madero.
M. Espinosa.
G. García Aragón.
M. Peralta.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Yo creo que ese periódico tendrá vida aquí por cuenta de la Convención, nada más mientras duran los trabajos.
Puestas a discusión la primera, segunda y tercera partes que contiene este dictamen, sin debate fueron aprobadas sucesivamente en votación económica.
Se puso a discusión la proposición cuarta.
El C. González Garza:
En contra. La comisión de Hacienda de la Convención no tiene ni un centavo, es la comisión la que debe arbitrarse fondos por conducto de la comisión, eso está muy mal redactado; en el fondo estamos perfectamente de acuerdo; pero es la Convención la que debe arbitrar los recursos para ese periódico.
El C. secretario volvió a dar lectura a la cuarta proposición. En votación económica se pregunta ...
El C. Vigil:
Que la Mesa informe si la comisión de Hacienda tiene fondos para proporcionarlos para la instalación del periódico.
El C. secretario:
La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, que la comisión de Hacienda no tiene fondos.
El C. Hay:
Entiendo que varios de los delegados van a hacer una proposición, a efecto de pedir los fondos necesarios y también para otras cosas, a la Primera Jefatura. Lo digo, para que se suspenda la discusión entre tanto.
El C. Raúl Madero:
La comisión de Gobernación dictaminó en ese sentido, por no ser de su competencia arbitrar fondos, y la comisión de Hacienda será la que podrá indicar cómo se podrían arbitrar.
La comisión pregunta si puede retirar la cuarta parte para corregirla. (Voces: ¡Sí!)
El mismo C. secretario dio cuenta con la proposición del ciudadano Juan Hernández García, a efecto de que se nombre una comisión que redacte las bases que normarán las trascendentales labores que esta Asamblea llevará a cabo para resolver los problemas nacionales y el de pacificación orgánica del país.
El propio C. secretario dio cuenta con el dictamen de la comisión de Gobernación, que propone se apruebe el nombramiento de una comisión que se encargue de redactar el programa de gobierno.
El C. Villarreal:
Yo considero que debían hacerse algunas modificaciones al dictamen. El asunto del nombramiento de la comisión para formar el programa, o más bien dicho, la elección de las personas que deben formar esa comisión, no creo que deba hacerse en escrutinio secreto, sino más bien presentar candidatos y discutirlos, porque aquí habemos muchos que no conocemos a algunos de los delegados, y en la discusión de candidatos podríamos conocer a algunos aptos para esa comisión, que de otra manera pasarían inadvertidos.
Además, no considero que cinco sea un número suficiente para formar el programa, ni siquiera para que estén allí representados debidamente todos los grupos que sin duda alguna deben estar representados en esta comisión para que de allí surja un proyecto de programa que traiga las tendencias de todos los grupos de la Revolución. Por ese motivo yo consideraría que debían ser nueve los miembros que se nombren actualmente y que se espere la llegada de los delegados del Ejército Libertador, para nombrar de entre ellos otros dos miembros que vengan a integrar la comisión de Programa.
El C. Siurob:
El ciudadano Villarreal ...
El C. Hernández y García (interrumpiendo):
En la parte a que usted se refiere, es al escrutinio secreto. Puedo retirar esa parte que está allí, y si me permite la Asamblea, lo hago con mucho gusto, teniendo en cuenta las razones que ha expuesto el señor Villarreal, la frase que dice de escrutinio secreto. Al nombramiento de los candidatos no me opongo, es a la comisión dictaminadora.
El C. Vallejo:
Suplicaría al señor presidente que la Mesa tuviera la bondad de decir al preopinante que explique su proposición. Yo, al menos, encuentro confuso eso para normar nuestros trabajos dentro de la Convención y para resolver los problemas trascendentales que hay que resolver aquí. Yo entiendo que para normar los actos de la Asamblea necesitamos un reglamento interior, y en cuanto a la solución de los problemas, creo también muy conveniente que debe incluirse en los lineamientos generales del programa. Suplicaría a usted, señor presidente, que por conducto de la Secretaría se sirva hacer esa interpelación al preopinante.
El C. secretario:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, interpela al ciudadano J. Hernández García para que conteste.
El C. Hernández y García:
Favor de darle lectura a la parte a que se refiere.
El C. secretario le da lectura.
El C. Siurob:
Para una aclaración. No proponiéndose esta Asamblea resolver de alguna manera los problemas que atañen a la marcha general del país, esa proposición debe desecharse, porque no es asunto que concierne a la Asamblea; de manera que, careciendo de base la proposición que se acaba de hacer, yo pido que se deseche.
El C. Hernández y García:
Precisamente es cierto que hay allí cierta confusión o incertidumbre, pero es por defecto de redacción, no por falta de espíritu democrático; digo que norme las labores que esta Convención llevará a cabo, eso no lo va a hacer desde luego, sino a comenzar las labores de formar una norma de conducta, un reglamento, o como deba llamarse, a que debemos sujetarnos para discutir los problemas de una manera satisfactoria; eso es lo que se debe de hacer.
El C. Vallejo:
¿Lo que usted desea es la formación de un Reglamento Interior para las labores de la Asamblea, y luego, después, que en la línea de programa vayan los grandes problemas que se trata de resolver?
El C. Hernández y García:
Pues no sé el nombre propio; yo les llamo bases, porque de allí debemos partir en nuestras labores; tenemos asuntos de gobierno y otros muy interesantes del ejército y la pacificación. Naturalmente, para resolver esos asuntos, hay que establecer las bases, no hemos de comenzar a discutir y resolver este punto.
El C. Vallejo:
Ya están aquí nombradas las comisiones que resolverían cada uno de esos asuntos que usted menciona. Mi interrogación es si usted desea que se haga un Reglamento Interior, para normar las labores de la Convención, o quiere usted que se delinee un programa, o las dos cosas a la vez; pero siendo las dos cosas a la vez, tienen que ser separadas.
El C. Aguirre Bénavides:
Pido a la Mesa que le suplique al señor delegado retire su proposición, y con dispensa de trámites se le dé lectura a otra que hay más explicita, más amplia, en ese sentido, y que tiende al mismo fin.
El C. Hemández y García:
Con mucho gusto lo hago, señor presidente.
El C. secretario:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a la Asamblea si permite que retire su proposición el delegado Hernández García. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
El C. Siurob:
Pido la palabra para una interpelación.
Precisamente a la comisión de Gobernación, a cuya comisión se turnó desde ayer mi proposición que a la letra dice:
Propongo que por ser un asunto de gran interés, se nombre con los miembros más idóneos de esta Asamblea una Gran Comisión, que se llamará de Programa, y que se encargará de redactar y de formar el programa que debe sostener el candidato a la Primera Magistratura, que resulte del seno de esta Asamblea.
Yo interpelo a la Mesa, porque ya van varios días que no se da curso a la proposición, que ni siquiera se dictamina, a pesar de que se han presentado muchas proposiciones nuevas, y a esas proposiciones se les ha dado curso, y siendo la proposición a que me refiero especialmente relativa a los ideales. La primera proposición a que me refiero, tiende, no obstante, a un tan elevado fin, siendo una proposición que es de obvia resolución, me permito proponer que se nombre una comisión que venga discutiendo, en este período que tenemos de calma en medio de nuestras juntas, y que va a resolver uno de los asuntos de gran interés nacional, y me voy a permitir decir si el mandatario que resulte del seno de la Convención va a estar entregado únicamente a su capricho, o va a tener como norma la conducta, los principios, los ideales, por los cuales se han sacrificado todos los jefes aquí presentes. (Aplausos)
El C. secretario:
A la comisión de Poderes, para que averigüe lo relativo.
El C. Aguirre Benavides:
Señor presidente: al suplicar que el señor Hernández y García ratirara su proposición, fue con el propósito, como lo supliqué, de que pasara a discusión la otra proposición.
El C. secretario:
La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, que la tiene la comisión Ejecutiva, para su dictamen.
El C. Aguirre Benavides:
Con ese propósito pedí dispensa de trámites.
El C. secretario:
Por eso no se presentó inmediatamente a discusión. La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaría, si antes de que la comisión Ejecutiva presente el dictamen, se somete a discusión la proposición de los señores delegados Villarreal, González Garza, Mariel y otros. Los que opten por esperar el dictamen de la comisión, sírvanse poner en pie.
El C. Santos:
Reclamo el trámite.
El C. González Garza:
Para un hecho. Al presentar una moción, lo hicimos con la intención de que hoy mismo se resuelva ese importante asunto, para lo cual pedimos a la Asamblea que, por considerarlo de pronta y obvia resolución, se sirva aprobarlo o reprobarlo inmediatamente. Si bien es cierto que el señor Siurob tiene presentada una moción que tiende al mismo fin, yo pido, de acuerdo con él, se presenten las dos, porque la de él no precisa las personas que deban formar esa comisión, y la de los señores Villarreal y demás signatarios sí lo expresan, para ver si juntando las dos, esta Asamblea puede orientarse perfectamente, y, deliberando, dar su voto a favor o en contra de la proposición. Yo creo que ése es el trámite que debe darse.
El C. Villarreal:
Yo he pedido que se discuta y se resuelva hoy mismo el nombramiento de la comisión de Programa, por ser urgentísimo; es un trabajo arduo que requiere muchos días, y éstos son precisamente los días que deben aprovecharse, porque tenemos asuntos que no son de gran interés en la Asamblea, y por lo mismo, pueden dedicarse los comisionados a formular ese programa que tanta falta nos hace.
Es necesario que nos preocupemos más de los principios que de los demás asuntos que son de orden secundario; no interesa que sea precisamente la proposición que nos presentan la que se discuta, que sea la del señor Siurob o la de cualquiera otro; pero lo interesante es que inmediatamente nombremos la comisión de Programa para que comience a trabajar.
El C. Siurob:
Para suplicar a la Mesa que, de acuerdo con lo que acaban de proponer los señores, se una mi proposición a la del señor González Garza y a la del señor Villarreal, por ser también de obvia, de pronta y de necesaria resolución.
Se somete inmediatamente a la consideración de la Asamblea, y al mismo tiempo protesto terminantemente de la Mesa Directiva, porque sólo se toman en cuenta de una manera conveniente las proposiciones que hacen los generales y no las que hacemos los de menor graduación.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Voy a protestar contra lo que dice el compañero, porque yo he presentado como treinta proposiciones y no se ha dado lectura a ninguna. (Risas)El otro día las hallé allí hechas pedazos. Al general Santos le consta. (Risas)
El C. secretario:
La Mesa, por condudo de la Secretaría, informa al ciudadano Siurob que no 'tiene especial predilección por ninguna de las proposiciones que firman los generales; que la comisión respectiva no ha presentado dictamen, y ella le sabrá informar a usted por qué no lo ha hecho.
El C. Siurob:
Para contestar a la Mesa en este sentido, habiendo dicho que cuando se consideran por orden de importancia.
¿Qué cosa puede tener más importancia que los ideales, qué cosa puede tener más importancia que la comisión que se encargue de redactarlos y poner, digo, de catalogar, por decirlo así, y sin embargo, esa proposición siempre aquí se ha olvidado?
El C. presidente:
La contestación que doy al señor, es precisamente informarle a usted, como en alguna vez personalmente lo hice antes, de que se nombraran las comisiones respectivas; pero que una vez nombradas éstas, a ellas precisamente se consignan respectivamente las proposiciones como vienen, y es así que no habiendo presentado la comisión respectiva el dictamen correspondiente, informo al señor Siurob que ésa es la causa para no darle lugar a su proposición; pero de ninguna manera, vuelvo a reiterarle, esta Mesa no tiene predilección por las que firman los generales.
El C. Berlanga:
Si como lo creo, el señor doctor Siurob ha hecho su proposición con el fin de que se realice una idea, y no con el propósito de ganarse aplausos, como aparentemente alega él, creo que precisamente si él ha visto que ahora se va a tomar en consideración su proposición, debe apoyarla y no estar discutiendo las cuestiones de derecho; si él precisamente está de acuerdo con esas ideas de que se nombre esa comisión, debe apoyar esa proposición y no precisamente estar discutiendo.
El C. Siurob:
Para contestar al señor Berlanga una alusión personal. Acaba de oír el señor Berlanga que he pedido que se una mi proposición a la del señor coronel González Garza y del señor general Villarreal; de manera que he hecho lo que he podido, y segundo, no es por gloria ni por nada, por los ideales, porque algunos los queremos más que otros todavía.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Yo suplicaría a la Mesa tuviera la bondad de poner a la consideración de la Asamblea la proposición de que ha hablado el señor Villarreal, y no estar perdiendo el tiempo, o irnos a dormir.
El C. secretario:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a la honorable Asamblea si considera de obvia resolución la proposición presentada por el señor Villarreal y demás firmantes. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
El C. Ruiz:
Para una moción. Suplicaría a la Mesa se sirviera decirme qué trámite dio a una proposición que presenté hace un rato, firmada por cuatro o cinco personas.
El C. presidente:
Todavía no se lee.
El C. secretario dio lectura a la proposición del señor Villarreal y demás firmantes sobre nombramiento de comisiones:
Nos permitimos proponer a la inmediata deliberación y aprobación de la honorable Asamblea las siguientes mociones, por ser de obvia y pronta resolución:
Primera. Nómbrese una comisión de Estilo, formada por los señores delegados García Vigil, Neira B. y Jesús M. Garza.
Segunda. Una comisión encargada de delinear el programa de reformas inmediatas que deberá poner en práctica el gobierno provisional que emane de esta Convención.
Aguascalientes, 20 de octubre de 1914.
Antonio I. Villarreal.
R. González Garza.
J. B. Casarín.
E. Gutiérrez.
Francisco de P. Mariel.
A la comisión de Gobernación.
Está a discusión en lo general.
El C. Eulalio Gutiérrez:
Como el señor Angeles no se encuentra aquí, creo que sería prudente que estuviera otra persona; yo pido que se considere el asunto y se vea si es justo que haya otra persona, mientras viene el general Angeles.
El C. secretario:
Sigue a discusión en lo general.
El C. Vallejo:
El señor Lugo tampoco está aquí.
El C. secretario:
Está a discusión en lo general. ¿No hay quién haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba en lo general. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
El mismo C. secretario:
Se pone a discusión en lo particular la primera, que dice así:
Nómbrese una comisión de Estilo, formada por los señores delegados García Vigil, Neira B. y Jesús M. Garza.
Está a discusión, ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
Segunda, dice así:
Una comisión encargada de delinear el programa de reformas inmediatas que deberá poner en práctica el gobierno provisional que emane de esta Convención.
El C. Hay:
Pido la palabra en contra.
Con el objeto de que los señores firmantes de esa proposición la modifiquen, en el sentido de que omitan los nombres, para dejar en libertad de proponer a las personas; creo yo que así nos quitaremos mucha pérdida de tiempo.
El C. secretario:
¿Los firmantes están dispuestos a retirar su proposición?
El C. González Garza:
Yo creo que sería más rápido el trámite en caso de que a Su Señoría el señor Hay no le agraden las personas, ir discutiendo en lo particular cada una de ellas, y en caso de ser reprobadas poner al substituto. En ese caso los firmantes no tendríamos más remedio que someternos a la Asamblea.
El C. Hay:
No es que me oponga a que las personas que están allí, salgan aprobadas. Me parece que son demasiado idóneas y muy capaces para su cometido, sino porque, indudablemente, habrá algunas otras personas que desearán proponer a otras nuevas, o cambiar las que estén allí. Entonces, estamos en este dilema: o reprobamos por completo la proposición o la aprobamos tal cual está allí, y precisamente para evitar dificultades, proponía yo que los señores delegados quitaran los nombres de esa proposición, proponiéndolos después, por separado, para que pasen a su discusión.
El C. Villarreal:
Quería nada más hacer una aclaración respecto a la forma en que hicimos esta lista de delegados; quisimos escoger de todos los grupos que hay en la Asamblea, tomamos al señor Aguirre Benavides, que es de la División del Norte; al señor Piña, que es representante del gobernador Maytorena; al señor Lugo, de la División del Sur; al delegado Gutiérrez de Lara, del Noroeste; J. J. Ríos, del Noreste; Berlanga yo creo que de ninguna, de todas; Rodríguez Cabo, de Quintana Roo; Cerecedo Estrada, de Oriente (voces: ¡Del Centro!), pero operaba en el Oriente; Felipe Angeles, del Norte, y, además, queda en libertad la Asamblea para nombrar dos delegados del Ejército Libertador. (Una voz: ¡La prímera del Oriente no está representada!) Yo creía que el señor Cerecedo Estrada era del Oriente.
El C. Hay:
Pido la palabra. Se está demostrando, precisamente, que estamos entrando en complicaciones inútiles; suplicaría a los señores, para que no tengamos que votar por la negativa esa proposición, que quitaran los nombres y volvieran a presentarlos por separado; yo no digo que no apruebo a las personas que están allí, sino que vamos a entrar a una complicación innecesaria; que quiten los nombres para presentarlos por separado.
El C. Aguirre Benavides:
Pido la palabra en apoyo del general Hay. Yo creo que esto debe hacerse o por escrutinio secreto o presentando varias candidaturas para que sean aprobadas por la Convención, porque así, iniciando una candidatura en la forma en que está iniciada y discutiendo personalidad por personalidad, es muy difícil que salga ninguna de ellas, porque es penoso, es duro decir: Fulano de Tal no sirve, que salga fuera.
El C. secretario:
A nombre de los firmantes pido permiso a la honorable Asamblea para retirar los nombres de la proposición. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Está la proposición a discusión, en los siguientes términos:
Segunda: (Nueva lectura)
Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobada.Proponemos que la comisión de Hacienda, solicite de la Primera Jefatura la situación de los fondos necesarios.
El C. De los Santos:
El secretario informa a ustedes que están a disposición de la Convención, fondos que el Primer Jefe puso a disposición de ella; fondos de la Oficina General del Timbre aquí, que esta Secretaría fue a recogerlos para lo que pudiera ser necesario y que le manifestaron que esos fondos se los habían dado al general Triana, y que ahorita no tiene fondos. Hasta la fecha están pagados los empleados que trabajan aquí y hay algún dinero para gastos, que consiguió esta Secretaría de fondos del Estado, que se le pagarán tan luego como haya fondos de la Federación.
Es lo único que puedo decir. Pasa a la comisión de Hacienda.
El C. Hay:
Para una moción de orden. Respetuosamente pido a la Mesa que se pase lista nuevamente, pues parece que los miembros de esta Asamblea se han ausentado indebidamente y es necesario ver a aquellos que no desean cumplir con sus deberes.
El C. Juan José Ríos:
El señor general Triana me recomienda diga a la Mesa que recibió telegrama del Primer Jefe, en donde lo autoriza para que vise los recibos y los documentos necesarios de la Oficina del Timbre, para hacer los gastos de esta Convención, que se originen.
El C. secretario:
La Mesa pone a la consideración de esta respetable asamblea, si se vuelve a pasar lista o no, informando esta Secretaría que la lista que se pasó ahora, no tiene ninguna nota de los que no vinieron o hayan venido; ignoro qué secretario pasó lista.
El C. Hay:
Desearía interpelar a la Secretaría para que expusiera las razones por qué no se marcaron las personas faltantes, pues de esa manera no tiene objeto ninguno pasar lista.
El C. Vallejo:
No veo procedente que se pase lista, puesto que no están anotados los que vinieron ahora, eso será desde mañana.
El C. secretario:
La Secretaría informa que siempre se han anotado los que vienen, con una rayita, como lo prueban las listas anteriores, y ahora, el secretario, que tampoco se encuentra aquí en este momento, no anotó a los que estaban o no presentes y no tiene objeto pasar lista.
El C. Hay:
Entonces vuelvo a pedir, señor presidente, que se pase lista, desde el momento en que no sabemos si tenemos quórum, no sabemos los que estamos aquí o los que faltan.
El C. Piña:
Hace un rato entregué al señor secretario González un telegrama en clave que recibí del señor gobernador Maytorena, con el objeto de que fuese leído en esta Convención.
El C. Hay:
Me da mucha pena insistir en este punto; crean ustedes que no es mi deseo hacer uso de la palabra, pero yo quisiera ver más espíritu de desear que cumplamos con nuestros deberes, yo creo que es justo y debido el que yo pida que se lea una lista para saber quiénes cumplimos con nuestros deberes y para saber quiénes no cumplimos con ellos; yo hubiera deseado que al hacer esta proposición, se hubiera aprobado, porque nosotros deseamos saber quiénes cumplimos con nuestro deber y y exigir que no se presente otro asunto mientras no se pase lista, porque yo reprobaría cualquiera cosa por no saber si tenemos quórum o no.
El C. secretario:
La Secretaría informa que su primera proposición fue: saber quiénes, habiendo venido, no estaban aquí, desde el momento en que no tenían ninguna marca. La Secretaría informa a usted que sí hay quórum; pero si en vista de esos datos la Asamblea quiere que se pase lista está dispuesta a hacerlo.
El C. Hay:
Después de la primera proposición, supliqué que se pasara lista, desde el momento en que no se anotaron las personas; solamente a ojo puede saber si tenemos quórum.
El C. secretario:
¿La Asamblea aprueba que se pase lista? Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.
(Pasó lista el ciudadano secretario Almanza)
El C. Ruiz:
Una moción. Puesto que se ha pasado lista de los señores convencionalistas, yo pediría a la Asamblea también que se leyeran los nombres de los que no están presentes.
El C. secretario:
La Secretaría vuelve su crédito al señor Marciano González, por que sí señaló, a su modo, los individuos que habían venido, que no estaba señalado donde se acostumbra generalmente. Se dijo que no estaban señalados los que habían venido.
El C. Luis González:
Para una aclaración.
Desde el otro día, cuando nombraron al señor Ornelas, dije yo que estaba ausente y creo innecesario que se siga nombrando. De manera que no se hace necesario que se siga nombrando. Yo soy el representante del general Luis Ornelas.El C. secretario:
¿Está usted en la lista?
El C. Luis González:
Sí, señor, allí estoy.
El C. Paniagua:
Señor presidente: contamos como cuarenta y seis delegados que no contestaron con la palabra presente, lo que justifica plenamente la proposición del señor Hay, porque hay que advertir que a estas sesiones se les debe dar toda la importancia, y exhortar a los faltistas, que, como voy a poner un nombre únicamente, el ciudadano Mariel, se ausentan de las sesiones sin ningún motivo, y creo yo que es el momento de tomar un acuerdo para que se pase lista al principio y al fin de las sesiones.
El C. Vigil:
Probablemente de los cuarenta y tantos, hay que quitar algunos, por estar equivocadas las listas; por ejemplo, se llamó al señor Magdaleno Cedillo, cuyo representante es el que habla, y me llamaron a mí también. También se llamó al señor Cesáreo Castro, siendo que el señor Cesáreo Castro tiene comisión de la Asamblea.
El C. Alejandro Aceves:
Deseo saber si me pusieron nota de presente.
El C. Serrano:
En la Asamblea empieza a notarse ese decaimiento cuotidiano de sus miembros; ya hemos visto por la práctica que ya desde cuando llegamos a este estado, no se dice ni se hace nada útil; podría suspenderse la sesión o suplicar que todos estuvieran más atentos y discutiendo asuntos más trascendentales que los que se han estado tratando.
El C. Paniagua:
Señor presidente: la Mesa no nos ha dicho si tenemos quórum, nosotros contamos cuarenta y seis delegados que no respondieron. ¿Cuál es el número necesario de delegados para que haya quórum?
El C. secretario:
La Secretaría informa que el número de delegados es de 130 y que la mitad de 130 más uno, es 66, que da quórum, según costumbre, aunque no tenemos ningún reglamento aquí para saber cuál es el quórum; las dos terceras partes se encuentran aquí.
El C. Hay:
Protesto contra lo que acaba de decir el secretario, y debo decirle que en todas las Asambleas se acostumbra llamarle quórum cuando están presentes las dos terceras partes del número total de personas que forman esa Asamblea, la mitad más uno es para la votación; pero para el quórum son las dos terceras partes.
Si aquí tenemos las dos terceras partes, no tenemos quórum y no podríamos decidir nada. Suplicaría yo que averiguase la Secretaría si están las dos terceras partes presentes.
El C. secretario:
Son ciento treinta los delegados que han protestado, faltan con todo y las repeticiones de nombres, cuarenta y seis. La Asamblea dirá si hay las dos terceras partes de los delegados. (Voces: ¡No las hay!) Hay varios nombres repetidos.
El C. González Garza:
Para un hecho. Conste que ya no hay quórum y que yo señalé que no iba a haber quórum, si se seguían nombrando comisiones como las que ha nombrado esta Asamblea. Se han anotado cuarenta y seis faltistas; pero en esos faltistas están los señores generales que han sido nombrados en comisión, eso debe tenerlo presente el señor Paniagua; pero de todas maneras hago constar ese hecho, porque cuando yo me referí a este caso, ahí oí rumores, ahí me criticaron y ahora se ha venido a comprobar que tenía sobrada razón. Ese es el hecho que quería hacer constar.
El C. secretario:
En vista de que la misma Asamblea declara que no hay quórum, se cierra la sesión.
El C. Hay:
No creo, señor presidente, que la Asamblea sea la que deba declarar si hay quórum o no, queda eso a la Mesa.
Ahora bien, es necesario que dilucidemos este punto: no quiere decir que se les deba considerar como presentes a los cincuenta delegados que van en comisión y entonces no tendríamos quórum suficiente para decidir ningun asunto.
El C. secretario:
Se suplica a los señores delegados no se ausenten aún del salón. La Secretaría declara que no hay quórum y se cita con puntualidad para las tres de la tarde de mañana.
El C. García Vigil:
En la lista que acaba de pasarse no fueron llamados los tres delegados que protestaron esta tarde y que están presentes aquí.
El C. presidente:
Se levanta la sesión.