Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSegunda parte de la sesión celebrada el día 20 de octubre de 1914 en la ciudad de Aguascalientes Sesión celebrada el día 22 de octubre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN CELEBRADA EL DÍA 21 DE OCTUBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES

SUMARIO

Proposición de protesta contra los periódicos El Liberal y El Pueblo, por las informaciones insidiosas que publicaron.- Se aprueba la proposición para que las fuerzas del general Tomás Urbina salgan de los límites del Estado.- Se acuerda el pago de haberes que se adeudan a las tropas de la División del Centro.- Resulta aprobada la proposición del ciudadano Hay a nombre del ciudadano Obregón y se nombra la primera guardia de honor para la bandera.- Se lee el telegrama del general Felipe Angeles, enviado de Morelos, en el que dice que tiene la seguridad de que el general Zapata designará sus delegados para que lo representen en la Convención, tanto a él como a los generales que con él cooperan.- Discusión sobre el movimiento efectuado por el coronel Rivero Caloca, al fin de la cual la comisión de Guerra presenta una proposición, diciendo que no hay necesidad de que los jefes constitucionalistas esperen órdenes para movilizar sus fuerzas, con el objeto de batir facciones de origen huertista o conservador.- La reanudación del tráfico de carga y pasajeros, así como de las comunicaciones telegráficas y postales resulta aprobada.- Se nombra la Comisión de Programa.

PRESIDENCIA DEL C. GENERAL ANTONIO I. VILLARREAL


A las 3.55 p.m., con el número competente de ciudadanos delegados, según consta en la lista que previamente pasó la Secretaría, se abrió la sesión.

El C. secretario M. González dio lectura al acta de la sesión anterior; y puesta a debate, el ciudadano J. Siurob dijo:

Pido la palabra, señor presidente.

Falta hacer constar en ella la protesta que hice contra la comisión de Gobernación, por no haber dado cuenta a tiempo, sobre la proposición que tenia yo presentada en lo relativo a la cuestión de programa.

El C. secretario:

Continúa a discusión el acta, con la corrección expresada por el señor Siurob.

El C. Piña:

Para manifestar a la Secretaría que se omitieron los conceptos que yo externé sobre el telegrama que se leyó por la Mesa, recibido por el señor general Raúl Madero, del señor gobernador Maytorena.

El C. secretario:

Con la modificación propuesta por el señor delegado Piña, ¿se acepta el acta? Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner en pie. Aprobada.

El C. Ruiz:

Pido la palabra para una moción de orden. Se encuentra presente entre nosotros el señor general Domínguez, que no ha protestado ante la bandera, y suplicaría a la Mesa que le pidiera la protesta.

El C. Bandera y Mata:

También está entre nosotros el coronel Guadalupe Sánchez, que tampoco ha protestado, y yo quiero que se le invite a hacerlo.

El C. secretario:

La Mesa suplica, por conducto de la Secretaría, a los señores delegados que no hayan prestado la protesta, pasen a hacerlo.

General Tomás Domínguez. Está a discusión su personalidad. ¿No hay quién tome la palabra? Aprobada.

El C. presidente:

¿Protesta usted por su honor de ciudadano armado cumplir y hacer cumplir las decisiones de esta Convención?

El C. Domínguez:

Sí protesto.

El C. presidente:

Si no lo hiciere, la Patria se lo demande.

El C. secretario:

Coronel Guadalupe Sánchez. Está a discusión su personalidad. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobada.

El C. presidente:

¿Protesta usted por su honor de ciudadano armado cumplir y hacer cumplir las decisiones de esta Convención?

El C. Guadalupe Sánchez:

Sí protesto.

El C. presidente:

Si no lo hiciere, la Patria se lo demande.

(Firman sobre la bandera y en la lista. Aplausos)

A continuación la Secretaría dio lectura a una carta dirigida al ciudadano presidente de la Convención Soberana, por el ciudadano Julián C. Medina, en la que manifiesta que por razón de estar enfermo no concurre a la sesión.

La Mesa da el siguiente trámite a esta solicitud:

Nómbrese una comisión compuesta por los señores Ríos Zertuche, Siurob y Miranda, para que visiten al enfermo y dictaminen.

Acto continuo, se dio cuenta con la solicitud que sigue:

Adjunto me permito acompañarle oficio que recibí de la comisión Militar de Gobierno en esta ciudad, por el que se me ordena retirarme con mis fuerzas del territorio de Aguascalientes. En tal virtud, solicito por su honorable conducto de esa Soberana Convención, se me conceda el permiso correspondiente, para efectuarlo a la mayor brevedad, no atribuyéndose mi ausencia, ni a falta de patriotismo, ni a carencia de voluntad, para dar cumplimiento a las disposiciones de esa respetable Convención, sino simplemente a la necesidad de obedecer a la orden gubernativa a que me referí.

Protesto a usted las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Constitución y Reformas.
Aguascalientes, Ags., a 21 de octubre de 1914.

El general Tomás Urbina R.

Al ciudadano presidente de la Gran Convención Militar, general don Antonio I. Villarreal.
Presente.

Octubre 21 de 1914.

(Trámite) A las comisiones de Guerra y Gobernación.

(Copia de la comunicación a que se refiere el ciudadano Urbina)

Esta Junta de Gobierno, a fin de cumplimentar los acuerdos de la Convención Soberana, tiene a bien disponer el que se retire usted con todas sus fuerzas, del Estado de Aguascalientes.

Constitución y Reformas.
Aguascalientes, octubre 21 de 1914.
La Comisión Militar de Gobierno:
general G. García Aragón.
F. Avila.
A. Fuentes D.

Al ciudadano general Tomás Urbina.
Presente.

El C. Eulalio Gutiérrez:

Yo creo que la comisión no debía haber determinado que el general Urbina se retirara, sino las fuerzas que tiene a su mando, a menos que él lo solicitara o dejara representante.

El C. Lázaro Hernández:

No se le dice para dónde debe marchar; si será para Zacatecas o será para dónde.

El C. secretario:

Fuera del Estado de Aguascalientes.

El C. Hernández:

Pero no le dicen para dónde.

El C. secretario:

Dice que se retire con sus fuerzas fuera del Estado de Aguascalientes; pero no se dice dónde.

El C. Ruiz:

Con el fin de que el señor general Urbina no se sienta lastimado, por lo que pudiera atañer a él directamente esta comunicación, yo propondría que se le pusiera otra comunicación participándole que no se refiere a él la separación, sino a sus fuerzas.

El C. Hernández:

E indicándoselo luego, porque hay una distancia de algunas leguas.

El C. secretario Santos:

La comisión de Gobierno no tiene autorización para mandar al señor Urbina a un lugar: la comisión de Gobierno está obligada a neutralizar la ciudad de Aguascalientes y es lo único que puede decírsele: que se salgan las fuerzas del Estado. El señor Urbina dependerá de algún superior y sabrá aquél adónde deben irse esas fuerzas; pero la comisión de Gobierno no puede determinar nada.

Un C. delegado:

¿No son fuerzas ésas del Estado?

El C. secretario:

No, señor.

El C. Gutiérrez de Lara:

Para suplicar a algún miembro de la comisión, tenga la bondad de explicar cuál fue el objeto de esa orden: si de que saliera el señor general Urbina con sus fuerzas o únicamente sus fuerzas.

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaría, informa que dice el oficio:

Tiene a bien disponer que se retire usted con sus fuerzas de Aguascalientes.

El C. Fidel Avila:

Es cuestión de redacción; está mal redactado el oficio.

El C. Eulalio Gutiérrez:

Yo creo que la comisión de Gobierno no supo expresarse perfectamente; aunque no ha querido coartar la libertad al ciudadano Urbina para que esté en la Convención, puesto que atañe a él particularmente.

El C. secretario:

Está a discusión. ¿Nadie pide la palabra?

El C. Leandro Hernández:

Yo creo que la Comisión debia decirle al señor Urbina que retirara sus fuerzas -no él- al Norte o al Sur.

El C. Renato Miranda:

Yo desearía que se retirara ese dictamen para modificarlo en el sentido de la discusión.

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaría, informa que no es dictamen, sino una orden de la comisión de Gobierno Neutral. La Mesa informa que está a discusión la solicitud del ciudadano Urbina de retirarse con sus fuerzas.

El C. Guillermo Zaldívar:

Pido a la Mesa y a la Asamblea que no se le permita al compañero Urbina retirarse, sino a sus fuerzas, porque él hace falta aqui.

El C. Homero López:

Yo pregunto si la comisión de Gobierno tiene autorización para decirle al delegado Urbina que se separe de esta Convención.

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaria, informa que la Comisión Neutral de Gobierno no está autorizada para desmembrar esta Asamblea. (Voces: ¡Bien, bien dicho!)

El C. Iturbe:

Creo que debe pasar a la comisión de Gobierno, para un dictamen.

El C. secretario:

La Secretaría informa que es de obvia resolución, porque la comunicación es terminante.

El C. Paniagua:

Que pase inmediatamente a la comisión, para que informe. (Voces: ¡Que pase a dictaminar inmediatamente!)

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a la Asamblea si le permite a la comisión que dictamine inmediatamente. Los que estén por la afirmativa, sirvanse ponerse en pie. Aprobado. Pasa a la comisión de Gobierno para dictaminar sobre este asunto.

El C. Peralta:

Señor presidente: sólo hay un miembro de la comisión de Gobernación, los demás no están aquí.

El C. secretario:

La Secretaría informa que debe ir a Guerra y Gobernación unidas.

(Luego, el mismo ciudadano secretario comienza a dar lectura a una comunicación firmada por C. Plank, en que manifiesta que, ampliando su anterior telegrama, pasa a formular acusación, que presentó contra el ciudadano Piña, representante del gobernador José Maria Maytorena).

El C. Hay:

Pido la palabra para una moción de orden. (Voces: ¡Que antes se lea!) Por espíritu de justicia creo que nosotros debemos oponernos a la lectura de esto. Todos saben que no soy defensor de ninguno de los elementos; pero si me gusta ser justo y deseo ... (Voces: ¡Que se lea!) Debemos ser justos y abstenernos de la lectura de ese documento.

El C. secretario:

Creo que es de más justicia poner en conocimiento de la Asamblea cualquier cosa mala que se dice en contra de una persona, que ocultarla; porque estos individuos que dicen algo mal en contra de una persona, si no se descubren, siguen escribiendo sin hacerse responsables de lo que escriben, de esa manera quedarán ocultos. (Voces: ¡Claro!)

El C. Piña:

Como representante del gobernador de Sonora, pido se continúe la lectura de ese documento. (Aplausos)

El C. secretario da lectura al telegrama firmado por el ciudadano C. Plank, y en el que hace cargos en contra del gobernador de Sonora José María Maytorena. A la comisión de Justicia.

El C. Piña:

¿Firmado C. Plank?

El C. González Garza:

Bien conocido.

El C. secretario:

Pasa a la comisión de Gobernación.

El C. Piña:

Yo pido que esa acusación formulada por Carlos Plank, lo mismo que la anterior, contra mi persona, pasen a la comisión de Poderes, y me permito excitar a la comisión correspondiente, que dictamine cuanto antes sobre este asunto.

Es necesario que de una vez por todas quede sentado el precedente de si se respeta o no el nombre de esta Asamblea, si alguno de sus miembros es indigno de pertenecer a ella, que se aclare de una vez este punto. (Voces: ¡Bien!)

El C. Gonzá~ez Garza:

Pido la palabra, señor, para una moción de orden.

Documentos de esta naturaleza, creo yo que deben ir a la comisión de Peticiones; pero desde el momento en que no existe esa comisión, lo más justo es que pase a la de Justicia, que es la que puede impartírsela en ese caso, Justicia o Peticiones.

El C. secretario:

Pasa a la comisión de Justicia.

En seguida, la Secretaría dio cuenta con la proposición presentada por los ciudadanos Francisco R. Serrano, Jesús M. Garza y Julio Madero, en que proponen a esta honorable Asamblea lance enérgica protesta en contra de los periódicos capitalinos El Liberal y El Pueblo, por su labor de perfidia y división, contraria a nuestros principios, y en consecuencia, prohíba el acceso a las sesiones, a los representantes de los mencionados diarios; haciendo saber a la Nación la causa que determinó dicha prohibición, por los medios que la Mesa Directiva estime convenientes. A la comisión de Gobernación.

El C. González Garza:

Para una moción de orden. No está a discusión. Sólo se debe impugnar el trámite de Pasa a Gobernación. La comisión de Gobernación es la que debe dictaminar si eso está bien o mal.

El C. Santos:

Yo voy a informar por la comisión de Gobernación. Paso a informar, he dicho, por la comisión de Gobernación, que no son los representantes de esos periódicos aquí, los que malévolamente han escrito lo que dichos periódicos publicaron; son en México los que están escribiendo los editoriales de Heriberto Barrón, que no está aquí, y otros individuos. No hay causa por la que los representantes de los periódicos áquí, deban ser expulsados del salón.

El C. González Garza:

Que se reserve para dar esas razones cuando se discuta el dictamen.

El C. Garza:

Pido la palabra, respecto de lo que acaba de informar el señor delegado Santos. He visto publicado hoy mismo un telegrama fechado aquí, dirigido por el corresponsal de El Liberal, diciendo que el general Obregón pidió a esta Convención que el General Hill pasara a territorio extranjero, con todas sus fuerzas, y eso es inexacto. Yo sé que esos señores corresponsales no son responsables; ellos me lo han informado.

Un C. delegado:

No está a discusión eso, sino el trámite de que pasa a la comisión de Gobernación.

El C. Serrano:

Es una aclaración, respecto de lo que se ha informado. Yo sé que no son responsables y me consta; pero esos señores, por vergüenza, deben abstenerse de servir a periódicos que no saben interpretar sus noticias.

El C. secretario:

Pasa a la comisión de Gobernación.

El C. Peralta:

A nombre de la comisión de Gobernación quiero informar que los que firmaron el oficio anterior, nos dan la prueba de que los señores reporteros tienen la culpa de las indiscreciones que dicen los periódicos. (Voces: no hay nada a discusión. Es en lo privado)

El C. Paniagua:

Esas pruebas que las pidan en lo privado; pero no aquí. (Siseos)

El C. Lazo de la Vega:

Pido la palabra para hacer una moción.

El C. secretario:

La de nuestros grandes males ...

El C. Eduardo Ruiz:

Pido la palabra para una moción de orden. He suplicado al señor presidente que me permita leer eso personalmente. (Voces: que la lea)

El C. secretario:

La Mesa ordenó a la Secretaría que leyera esa moción; pero que su opinión es enteramente particular y tiene el derecho de aceptar o negar; no está a discusión de la Asamblea.

El C. González Garza:

¿Qué de particular tiene que el autor la lea para darle la entonación?; sobre todo, usted, señor secretario, no es el presidente ni debe estar ordenando.

El C. Ruiz:

Lo que leyó el señor secretario no es más que una idea mía, para insertarla en la prensa; no tenía que ver en la moción.

El mismo C. secretario dio cuenta con otra proposición presentada por los ciudadanos G. Bandera, F. Gutiérrez Sosa, José Rodríguez Cabo y Josué M. Benignos, en que proponen a esta honorable Asamblea, proteste contra las aseveraciones de algunos periódicos, con respecto a que se tiene presión material, y que, por consiguiente, en las sesiones de esta Convención no se delibera con toda libertad de criterio. A la comisión de Gobernación.

A continuación se dio cuenta con el dictamen que sigue:

Las comisiones de Guerra y Gobernación unidas, dictaminan que siendo contra las disposiciones de esta Asamblea el que se retire uno de sus miembros, no se permitirá al señor general Tomás Urbina ausentarse de las sesiones de esta Convención, y en obediencia a las órdenes de la comisión de Gobierno, mande sus fuerzas fuera de los límites del Estado.

Aguascalientes, octubre 21 de 1914.
General Gutiérrez.
E. Aguirre Benavides.Raúl Madero.
M. A. Peralta.
General García Aragón.
General J. V. Casarín.
Octubre 21 de 1914.

Pasa a las comisiones de Guerra y Gobernación.

Está a discusión. ¿No hay quién tome la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.

Inmediatamente después se dio cuenta con una proposición que fue presentada por los ciudadanos Ríos Zertuche, Miranda, De la Torre y Rodríguez, a efecto de que nombre una comisión compuesta de cinco personas para que estudien cuáles son los derechos y obligaciones que tiene la Convención Militar, ante la nación, para saber sus atribuciones de una manera clara. A la comisión de Gobernación.

El C. Dionisio Triana:

Pido la palabra.Pido que se dé lectura a todos los telegramas que se reciban, pues hay algunos que no se han leído aquí.

En seguida se dio cuenta con el telegrama dirigido por el ciudadano José A. Núñez, a esta Convención, en el que pide se juzguen los actos del General constitucionalista Conrado Hernández. A la comisión de Justicia.

A continuación, la Secretaria dio cuenta con los asuntos que en seguida se expresan:

Proposición presentada por los ciudadanos G. García Aragón, J. C. Medina, Armando Castellanos, M. Espinosa y Eduardo Ruiz, para que las disposiciones emanadas de esta Convención antes de declararse Soberana, sean repetidas hoy en forma de órdenes o disposiciones a quienes fueron dirigidas primeramente. A la comisión de Gobernación.

Telegrama del C. Jorge U. Orozco, en el que transcribe el del general Benjamín Hill, manifestando que las fuerzas de Maytorena atacaron por la noche del 16 de los corrientes la plaza. A la comisión de Gobernación.

Telegrama del C. José M. García, dirigido al C. presidente de la Convención, en el que manifiesta que por estar arrestado en la capital de la República el general de brigada B. Domínguez, no puede asistir a esta Convención.

Acto continuo se dio cuenta con el dictamen que sigue:

La comisión de Gobernación, a cuyo estudio pasó el telegrama del ciudadano José M. García, formuló desde luego dictamen en el sentido de que la comisión de Poderes averigüe si en verdad es general de brigada el ciudadano B. Domínguez, y si tiene derecho de asistir a la Convención.

Puesto a discusión este dictamen, sin debate se aprobó en votación económica.

Igualmente se dio cuenta con otro dictamen que dice así:

La comisión de Hacienda, que subscribe, considerando que es de justicia lo solicitado por el ciudadano Manuel Carlos de la Vega, somete a la aprobación de la honorable Asamblea el siguiente dictamen:

Dígase a la Secretaría de Hacienda, por los conductos debidos, que esta Soberana Convención ha acordado que le sean cubiertos a las tropas de la División del Centro los haberes que se le adeudan.

Aguascalientes, octubre 20 de 1914.
F. Zuazua.
F. R. Serrano.
Gregorio Osuna.
Saúl V. Gallegos.

A la comisíón de Hacienda.

El C. secretario:

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba este dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

Inmediatamente después se dió lectura a la proposición que, autorizada por el C. Obregón, firma el C. Eduardo Hay, a efecto de que esta honorable Asamblea establezca una guardia de honor, integrada por cuatro delegados, para que custodien la bandera de esta Convención. A la Comisión de Guerra.

El C. Paniagua:

Allí pide que se salven los trámites, señor presidente.

El C. Hay:

El general Obregón hace pocos días propuso 10 que ahora se hace allí por escrito, y manifiesto que tanto él como yo habíamos tenido esa idea.

Creo que hay dos cosas muy sagradas aquí: el juramento que hemos hecho y la bandera que ha recogido nuestras firmas, y creo que no damos el debido respeto a esa bandera si permitimos que esa bandera vaya en menos de personas que no están juramentadas, y debe, por lo tanto, estar salvaguardada por juramentados, por hombres perfectamente conscientes de sus obligaciones en esta Convención; y, además, debe recibir esa bandera todo el honor que' se merece.

Pido, por lo tanto, que se apruebe dicha proposición y que inmediatamente la Mesa se digne dar los nombres de las primeras cuatro personas que tengan que hacer la guardia, guardia que se relevará cada dos o veinticuatro horas, o en la forma en que esta Convención apruebe.

El C. Paniagua:

Sólo para suplicar al señor Hay que, en vista del mucho trabajo que hay por las varias comisiones que se tienen, que en lugar de que fueran cuatro, yo creo que con dos son suficientes para formar esa guardia.

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta si la Asamblea considera de obvia o urgente resolución este asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie.

Un C. delegado:

No es que no aprueben, es que no se levantan por ... flojera.

El C. secretario:

Aprobado que es de obvia resolución. Está a discusión el asunto. ¿Nadie pide la palabra? Se pone en votación económica. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie.

El C. Paníagua:

Señor presidente: para nombrar la guardia, yo creo que se puede aprovechar la lista. (Voces y siseos)

El C. secretario:

Aceves Alejandro, Aguirre Benavides Eugenio, Arroyo Isaac y Alcaraz Guillermo. Estas cuatro personas forman la guardia de la bandera. (Aplausos)

El C. Hay:

Pido la palabra para hacer una aclaración. La intención de nuestra proposición fue que la guardia se estableciera cuando no haya sesión; porque cuando hay sesión, toda la Asamblea hace guardia de honor.

El C. presidente:

Es que a los señores sólo se les llamó para ver si estaban presentes, para que quedaran enterados de su comisión.

El C. Secretario dio cuenta con la proposición presentada por los ciudadanos E. Hay y Rodríguez Cabo, que proponen se nombre una comisión de Honor, compuesta por miembros de esta Soberana Convención, para juzgar a los delegados que cometan alguna falta a sus deberes como tales, o como ciudadanos armados. A la comisión de Gobernación.

La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, que la guardia de la bandera quedará establecida durante el tiempo que no estemos en sesión.

El C. Lazo de la Vega:

Mi pregunta es qué tiempo va a estar cada individuo de guardia, o vamos a estar todo el día o toda la noche, o todo el día y toda la noche, es decir, veinticuatro horas; o todo el tiempo que no haya sesión. No está comprendido en la proposición.

El C. secretario:

La Mesa informa que serán todas las horas que haya entre sesión y sesión. (Risas y campanilla)

El C. Hay:

Realmente veo con pena y con tristeza los murmullos de desaprobación para que haya guardia durante veinticuatro horas, como fue el acuerdo de esta honorable Asamblea; no parece sino que las campañas por que hemos atravesado están ya lejos y las horas de reposo nos hacen sentir la molicie y nos han hecho perezosos para cumplir con un deber como es éste; si hemos sido soldados, deberemos no ser soldados de pega, y no se nos debe hacer pesada una guardia de veinticuatro horas, guardia que se debe hacer entre compañeros, cuya compañía misma debía ser un incentivo; de modo que yo suplicaría a los señores delegados que tomen esto con el espíritu con que ha sido hecho, puesto que no busco ningún perjuicio con esta proposición, sino solamente busco para nuestra bandera el honor que se merece. (Aplausos)

El C. Secretario:

Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la firmativa, sírvanse poner en pie. Aprobado.

A continuación se lee el siguiente mensaje:

General Antonio I. Villarreal, presidente de la Convención Nacional.

Hoy a las tres de la mañana, llegaron los enviados de esta comisión, que fueron a recabar la autorización del señor General Emiliano Zapata para que entremos al terreno dominado por sus tropas. Tienen la seguridad de que enviarán sus delegados a la Convención y de que, en consecuencia, la paz en toda la República será un hecho, siempre que la convención dé pruebas de considerar la pacificación total como un gran bien para la patria.

Respetuosamente,

El general Felipe Angeles.
Octubre 21 de 1914.

A la comisión de Gobernación.

El C. González Garza:

Pido la palabra. (Voces: no, no)

Reclamo el trámite. Señor, yo creo que no debe pasar a la comisión de Gobernación,. sino que debe contestársele al señor general Angeles en el sentido de que la Asamblea ha recibido calurosamente la noticia, para que la pase más adelante, y al archivo. (Voces: ése es el trámite; a Gobernación; informando de la gratitud de la Asamblea y al archivo!)

El C. presidente:

Todos los telegramas se contestan inmediatamente, y además, se da el trámite debido. En este caso, el trámite es que pase a Gobernación, para que esta comisión dé los acuerdos debidos.

La Secretaría continuó dando cuenta con otros asuntos, que se mencionan a continuación:

Telegrama fechado en Celaya, el 20 de los corrientes, y en que firma el ciudadano J. R. Caloca, en el que manifiesta haberse hecho cargo de la jefatura de armas de esa plaza. A la Comisión de Guerra.

Telegrama fechado el 21 de los corrientes, firmado por el general Francisco Villa, y en el que participa al C. presidente de esta Convención, que acaba de recibir aviso del C. José María Maytorena, Gobernador del Estado de Sonora, de que los reos políticos que se encontraban detenidos en aquella entidad federativa, acaban de ser puestos en libertad, cumpliendo con las superiores órdenes de esta Convención. De enterado, y gracias.

Escrito de la comisión de Hacienda, en el que, a solicitud de algunos delegados, somete a la aprobación de la honorable Asamblea la manufactura de 150 distintivos con la inscripción de Convención Nacional Soberana. 1914. A las comisiones de Hacienda y Gobernación.

El C. Osuna:

Para hacer una aclaración que se pasó a la comisión. El tiempo que tardan en hacerse esos distintivos. es de treinta días. (Voces: ¡Uy! ¡uy!; siseos)

El C. secretario:

Proponemos a esta honorable Convención que los ciudadanos designados para hacer la guardia de honor a la bandera vengan uniformados.

General García Aragón.
Mayor M. Contreras.
General Martín Espinosa.
Mayor Gallegos.

Por ser de obvia y urgente resolución está a discusión.

El C. De la Garza J.:

No está establecido todavía el uniforme; hay muchos que no tienen uniforme; de manera que sería por demás exigírselo; son delegados, y con eso basta.

El C. secretario:

¿Está suficientemente discutido? Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie.

El C. Pasuengo:

No todos estamos uniformados; yo no tengo uniforme, y porque no tengo uniforme, ¿no voy a venir?

El C. secretario:

Rechazada.

A continuación la Secretaría dio cuenta con un dictamen subscrito por la comisión de Guerra, que termina con los acuerdos siguientes:Primero. El qUe se refiere a la proposición del señor general Pánfilo Natera, en su telegrama que acompañó, y el que fue entregado a la Mesa Directiva por el general J. T. Cervantes, se desprende que el movimiento fue ordenado por el general Pablo A. de la Garza y por acuerdo del Primer Jefe; sin que en todo este asunto haya intervenido para nada el jefe nato de la Primera División del Centro.Segundo. Se conteste de enterado al general Pablo González, aprobando la actitud tomada por las fuerzas de su mando para repeler los ataques de las fuerzas zapatistas.

Tercero. El que consta de dos fracciones, que dicen: Se dirijan telegramas al general M. Arrieta y al jefe de la División del Norte, recomendándoles, recíprocamente, ordenen a las fuerzas de sus mandos no se hostilicen entre sí.

El C. Cervantes:

Pido la palabra para una aclaración.

El C. secretario:

La Mesa informa que lo que acaba de entregar el señor general Cervantes son mensajes del coronel Caloca, que participa haber llegado a Silao.

El C. Lázaro Hernández:

La División del Centro llegó a Irapuato.

El C. secretario:

La Mesa informa que no sabe las divisiones territoriales señaladas a cada División.

El C. Carlos de la Vega:

La División del Centro sólo ha conocido como límite Encarnación de Díaz; por esta razón, más al sur sería estar fuera de su jurisdicción. Digamos mejor ahorita que no está determinado el punto.

El C. Alessio Robles:

Yo creo que la jurisdicción es la ocupada por cada división o cuerpo de ejército; de manera que si hay tropas de alguna división en el Estado de Guanajuato, hasta allí se extiende la División del Centro.

El C. R. Gámez:

El señor Pablo A. de la Garza es el Gobernador y Comandante Militar del Estado de Guanajuato; nada más que del Estado de Guanajuato; antes, el cQronel Rivero Caloca era el Jefe de las Armas en León y Comandante Militar del Estado de Guanajuato, y el gobierno de Guanajuato ordenó que en lugar de la ciudad de León pasara con igual carácter a la ciudad de Celaya, pero sin contrarrestar la superioridad del señor Natera. Está dentro del Estado.

El C. Ruiz:

Yo creo que esta disposición va a traer trabas y dificultades en la forma en que está. Yo creo que se debe decir a los jefes que comunicaran aquí a la Asamblea los movimientos que hacen y la razón porque los hacen, porque muchas veces se dan movimientos enteramente locales y con el objeto de buscar. alimentos para sus tropas.

De esa manera vamos a tener que estar pidiendo permiso, a veces hasta veinticuatro horas después, y esto causa trastornos a los jefes de las tropas. Que nos comuniquen, en cada caso, por qué hacen esos movimientos, y la Asamblea dirá si es con intención hostil o con otro objeto ese movimiento; si no, el movimiento está hecho y no se entorpecen esos movimientos, que muchas veces son con objeto de buscar pasturas para sus caballos y alimentos para los hombres.

El C. E. Gutiérrez:

Yo quisiera que tuviera la bondad el señor general Natera de informar qué objeto tenía ese destacamento en León, toda vez que no era de la división de su mando y sabia perfectamente que estaba bajo el mando del Comandante Militar del Estado.

El C. Berlanga:

Para una aclaración.

La disposición que el Primer Jefe dio a las divisiones, correspondió a la Primera del Centro en los Estados de Durango, Zacatecas y Aguascalientes, nada más.

El C. Garza:

Pido la palabra en pro del dictamen.

El C. Berlanga:

Lo que no sé es por qué el Jefe de la División del Centro obedece órdenes de otro jefe de división, el general González. Yo quisiera nada más esa aclaración: saber si en efecto las órdenes deben venir directamente.

El C. secretario:

La Mesa informa, por conducto de la Secretaría, que el movimiento de tropas del coronel Caloca no se ha hecho por orden del general Gonzáléz, sino por orden del Primer Jefe.

El C. Cervantes:

Yo quisiera informar.Yo no sé qué razón hubo para que esas fuerzas estuvieran en León. A raíz de la entrada de nuestras fuerzas a Aguascalientes, esa fuerza avanzó al sur, porque todavía estábamos por avanzar hasta la capital. Cuando cayó la ciudad de México, esa fuerza quedó en la ciudad de León todavía como revolucionaria. Ya se pusieron las cosas bien, en paz, y entonces el gobierno de Guanajuato nombró Jefe de Armas al Coronel Caloca, y allí permaneció hasta que mandó ese telegrama que se ha presentado aquí, donde el Primer Jefe ordenaba ese movimiento. Por ese motivo ha trasladado sus fuerzas para allá.

Creo que si ya una vez consintió el Jefe de la División del Centro que recibiera uno de sus subordinados un nombramiento de jefe de armas en una división, con la misma razón debe aceptar que este jefe, con la orden recibida, pase a León o a Celaya, en lugar de Guanajuato, puesto que está bajo la misma jurisdicción; no creo que haya en esto mala fe o una medida oculta, sino que con el mismo derecho que tuvo para recibir el primer nombramiento, recibe el segundo.

Me parece inoportuno que nos dirijamos al Primer Jefe, como ordena el dictamen, diciéndole que se abstenga de hacer lo que probablemente no tuvo intención de hacer, sino que ya era orden anterior.

El C. secretario:

El dictamen no dice que se suspendan las órdenes, sino que se consulte al Primer Jefe.

El C. Raúl Madero:

Yo estoy en contra de ese dictamen. Me parece que el señor coronel Rivero Caloca ha estado durante mucho tiempo bajo las órdenes del Comandante Militar de Guanajuato, y ha procedido con el orden debido. Yo creo que el señor general Natera debe hacer gestiones para que esa fuerza sea incorporada a su división.

El C. Serrano:

Yo he tenido oportunidad de oír una declaración del C. Primer Jefe sobre la extensión que tiene una división; él decia que cuando se atravesara la jurisdicción de otra división, no por eso perdía el jefe que lo hiciera su jurisdicción; de manera que cuando estábamos en Jalisco, las órdenes eran del señor general Obregón, y cuando no estábamos en Jalisco, eran también del mismo señor; por lo tanto, creo que el señor Rivero Caloca debe seguir recibiendo órdenes del señor general Natera, aunque esté en otra división.

El C. Santos:

Ya hemos visto y oído que el coronel Caloca hace tiempo está bajo las órdenes del general Pablo González en lo administrativo en el Estado. Antes de que hubiera Convención, ya el coronel Caloca estaba bajo las órdenes del general De la Garza, y de una vez para todas se debe aclarar: ¿nosotros vamos a mandar a los comandantes militares de las plazas de los Estados, que es cuestión enteramente administrativa y ejecutiva? El señor coronel Caloca no ha perdido la brigada a que pertenece, ni el señor general Natera ha perdido el mando sobre el coronel Caloca. Pero, señores, es cuestión administrativa del Estado. ¿Por qué antes no había hecho ese reclamo el señor general Trinidad Cervantes? Hoy, con el mismo derecho, como he dicho antes, que tenía el comandante de las armas en un lugar, lo cambia a otro, no pertenece ahora el coronel Caloca, administrativamente hablando, más que al general De la Garza. Hay varias brigadas que pertenecen a esta división, y accidentalmente están como administrativas en otra división, y desde el momento en que está aquella brigada en aquella otra división, está bajo mando directo de aquella división.

Nosotros debemos aclarar de una vez para todas: ¿el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo, tiene mando o no tiene mando? Si no tiene mando para hacer esas pequeñeces, como se pueden llamar, quitémosle el mando de una vez; pero mientras no le quitemos el mando al Primer Jefe, los que no lo hemos desconocido como Primer Jefe y Encargado del Poder Ejecutivo de que está investido, debemos respetar las órdenes dictadas por él y sólo concretarnos a lo que nos ha traído aquí. (Aplausos)

El C. secretarío Alessio:

El Primer Jefe del Ejército Constitucionalista tiene mando sobre un gran núcleo de tropas, tiene mando sobre las tropas de la División del Centro. El dictamen no pide que ya el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista no dé ningunas órdenes; pide que se abstenga de darlas, si no es por los conductos debidos.

El general Natera manda todavía la Primera División del Centro, manda ese regimiento del coronel Caloca, no ha sido dado de baja el regimiento del coronel Caloca entre las tropas del general Natera, y el honrado, el probo, el valiente general Natera es el conducto por el cual se deben dar las órdenes a las fuerzas que tiene bajo su mando. Pido que se apruebe el dictamen. (Aplausos)

El C. Marciano González:

En contra.

Un C. delegado:

Retiramos el dictamen para votar.

El C. González:

El general Natera ya protestó ante esta Asamblea, si mi memoria no me es infiel, y dijo que dependía de la Secretaría de Guerra. Con anterioridad a la constitución de esta Asamblea, las fuerzas del coronel Caloca habían recibido órdenes directas del gobierno del Estado de Guanajuato; el gobernador de Guanajuato, general Pablo de la Garza, había conferido al mismo señor Caloca la jefatura de las armas en la ciudad de León.

Ahora el señor gobernador del Estado de Guanajuato traslada esa jefatura de armas y le dice a Caloca: Entregue usted la Jefatura de Armas de León y pase usted a Celaya; y a Elizondo le dice: Pase usted a cubrir la Jefatura de Armas de León. En el caso del señor general Natera están muchos otros, que tienen parte de sus fuerzas diseminadas; el General Villarreal, por ejemplo, tiene fuerzas que están bajo la dependencia de la Secretaría de Guerra, y no se le piden informes a él respecto de esos hombres, ni tampoco por conducto de él se le transmiten órdenes a esas fuerzas que dependen directamente de la Secretaría de Guerra.

El C. Eulalio Gutiérrez:

Pido la palabra para una aclaración. ¿Es legal el procedimiento que ha usado la Secretaría de Guerra para dirigirse por mediación del señor De la Garza?

El C. secretario:

En mi concepto, es el conducto legal.

El C. Eulalio Gutiérrez:

El dictamen dice que por los conductos debidos: esa es la opinión del dictamen.

El C. Osuna:

Pido la palabra.

El C. De la Vega:

Yo creo que el señor no está bien enterado de lo que dice respecto del regimiento del señor coronel Caloca. Como hace poco el señor general Cervantes manifestó, que poco antes de que la ciudad de México cayera en poder de las fuerzas constitucionalistas, esas fuerzas quedaron allí; pero nunca el señor general De la Garza pidió permiso a la División del Centro para que esas tropas continuaran allí; si la División del Centro nunca llegó a retirarse de allí, fue porque el señor general De la Garza nunca mandó fuerzas a la ciudad de León. A eso se debe que el señor Caloca estuviera allí, pero nunca porque el señor De la Garza lo hubiera solicitado. Por esta razón es de extrañarse que no se haya pedido el permiso para que esas fuerzas se retiraran de León, por los conductos debidos. Esto no quiere decir que el Primer Jefe no tenga derecho para mandar a todo el Ejército Constitucionalista; sí, señor, sí puede; él está bastante autorizado, pero que lo haga por los conductos debidos y no pasando por encima del jefe de la División.

El C. Ruiz:

Señores: seamos conscientes de nuestra misión; estemos a la altura de ella, nos vamos a poner en dificultades con el Primer Jefe; suplico reflexionemos sobre esto. Es mucho más conveniente y digno hacer v~r a todos los jefes de División, incluso al Primer Jefe, que los movimientos que se hagan los telegrafíen a esta Asamblea y se juzgue si son de carácter hostil, porque si nos vamos a meter sin entrar en detalles, vamos a crearnos dificultades para esta Convención; admitamos que no es esta nuestra misión, es mucho más elevada.

El C. N. Carrión Morales:

El regimiento a mi mando está en iguales condiciones que el regimiento del señor Caloca. Yo fui jefe de las armas de la plaza de Silao; mis fuerzas están allá todavía y han quedado bajo el mando del general Carrera Torres; dichas fuerzas no se han movilizado para parte alguna, a pesar de que yo dejé la plaza en poder del coronel Guerra. Con eso, las fuerzas mías todavía no se han movido de allí, porque las otras fuerzas se movieron de León sin orden de su jefe.

El C. Osuna:

Yo quería hacer una aclaración sobre el asunto. Yo me opongo al dictamen, porque en la proposición que se hizo se dice que se le prevenga al Primer Jefe que se abstenga, etc., etc.; ya ustedes lo conocen. En las condiciones en que están las fuerzas del general, están las pertenecientes a la Brigada del general Caballero y las pertenecientes a la Segunda División del Centro, que cuando íbamos al Sur las dejamos allá porque no había guarnición para ese Estado. Desde ese tiempo yo soy el jefe del Estado Mayor de esa División; desde ese tiempo han estado recibiendo órdenes directas del Jefe de las Armas; y a pesar de haberlas pedido ya dos veces, se ha contestado que no pueden mandarlas, porque no había suficiente guarnidón para el Estado.

Sería muy curioso exigir que para cada orden que se le fuera a dar al coronel Guerra, se tuviera que ir a donde estuviera el jefe de la Segunda División del Centro, para que de allí viniera la orden para el coronel Guerra. Mientras esté en aquel Estado, el conducto debido es el Jefe de las Armas del Estado o el comandante militar del Estado. Creo que está bien dada la disposición, y no creo que haya por qué hacer reproche alguno.

El C. secretario:

La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Se pregunta a la honorable Asamblea si permite a los señores de la comisión dictaminadora retirar el dictamen para reformarlo. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

El C. González Garza:

En el sentido de la discusión.

El C. secretario:

Ellos lo sabrán. No dice eso la comisión.

El C. González Garza:

Sí lo dice la comisión.

En seguida, la Secretaría dio cuenta con el dictamen de la comisión de Guerra que dice:

Dígase a los jefes constitucionalistas que no necesitan esperar el consentimiento expreso de esta Convención, cuando se trate de mover sus fuerzas para combatir a las facciones armadas de origen huertista y conservador.

Aguascalientes, 21 de octubre de 1914.
E. Gutiérrez.
E. AgÜirre Benavides.
General J. V. Casarín.

Inmediatamente después se dio lectura a la proposición presentada por el ciudadano Ramón F. Iturbe, en que pide que el ciudadano Francisco Robelo rinda un informe detallado acerca de las causas que originaron la aprehensión del doctor Leopoldo Calvillo y la del licenciado Francisco Serra, para que la comisión dictamine sobre el particular y resuelva sobre la solicitud que el mencionado doctor Calvillo hace a esta honorable Asamblea, suplicándole se sirva impartirle su protección a efecto de que se le haga completa justicia. A la comisión de Justicia.

Inmediatamente después se dio cuenta con el dictamen siguiente de la comisión de Comunicaciones.

Proposición primera. Por convenir a los intereses generales del país la reanudación del tráfico postal y telegráfico internacional e interior en el Estado de Sonora, la comisión ha acordado dictaminar:

Es de aprobarse la proposición número uno.Proposición segunda. En vista de las razones expuestas por el solicitante, y de conformidad con lo acordado por esta honorable Asamblea, respecto a que han cesado las hostilidades y que, en consecuencia, no debe haber ya ningún movimiento de tropas, y considerando, además, las grandes ventajas que reportan a la tranquilidad pública la regularización de las comunicaciones ferrocarrileras, esta comisión ha tenido a bien acordar:

1. Se dirija una excitativa al himer Jefe del Ejército Constitucionalista, al jefe de la División del Norte y al gobernador Maytorena, a fin de que hagan cuanto esfuerzo esté de su parte para conseguir se normalice el tráfico, tanto de carga como de pasajeros, y

2. Que se comunique este acuerdo al Director General de Ferrocarriles Constitucionalistas, a fin de que informe de las dificultades que tenga para normalizar el tráfico.

Sala de Sesiones de la honorable Convención.
Aguascalientes, octubre 20 de 1914.
Severino Ceniceros.
J. Madero.
D. G. Berlanga.
Enrique W. Paniagua.

El C. secretario:

Está a discusión en lo general. ¿No hay quién haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sirvanse poner en pie. Aprobado.

Se pone a discusión en lo particular.Primera: (Leyó) Está a discusión.

El C. Piña:

Pido la palabra.

Deseo, señores delegados, informar a ustedes (voces: ¡Ya sabemos!), que las vías ferrocarrileras y telegráficas en la región norte del Estado de Sonora están destruidas, la mayor parte de los puentes del ferrocarril entre Nogales y Cananea fueron mandados incendiar por las tropas que comanda el general Hill; por tanto, no sería posible que por parte del señor gobernador Maytorena, atendiendo a esas circunstancias, se reanudase el tráfico.Por otra parte, quieró hacer notar que las vías ferrocarrileras de aquel Estado no pertenecen al Gobierno Constitucionalista, pertenecen al Ferrocarril Sud-Pacífico; en consecuencia, no debe de legislarse en el concepto de que el Gobierno tiene vías ferrocarrileras en aquel Estado.

El C. Julio Madero:

No dice el dictamen de la comisión que se legisle en aquel sentido, sino que se haga una excitativa al señor gobernador Maytorena para que preste su apoyo en aquel sentido.

Por otra parte, el tráfico con Sonora no está abierto; yo sé perfectamente bien que no hay tráfico internacional con Sonora, ni por telégrafo, pues no se admiten en Nogales, México, telegramas que van para Estados Unidos.

El C. secretario:

Sigue a discusión. ¿No hay quién haga uso de la palabra?

El C. E. C. González:

Pido la palabra para apoyar lo dicho por el señor delegado Piña, en el sentido de que es imposible ordenar a un comandante militar o gobernador, cuando las vías no dependen de ellos. Ahora ha dado informes de dónde están destruidas las vías, solamente que la compañía ferrocarrilera diera los materiales necesarios, se podría hacer un esfuerzo por arreglar esas vías.

Por tanto, creo que la comisión debía retirar su dictamen para reformarlo, en el sentido de recomendar al señor gobernador Maytorena use su influencia con la compañía ferrocarrilera para que ordene el arreglo de la vía.

El C. Berlanga:

No se ordena precisamente al señor gobernador Maytorena que lo haga, sino que está el dictamen en ese sentido para que preste su apoyo, se le excita; también se le dice al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista que preste su apoyo; también se le dice al jefe de la División del Norte que preste su apoyo; lo mismo se dice al señor Maytorena, y al jefe de tráfico se le dice también para que lo haga.

El C. Ruiz:

Con respecto a las líneas del Sud-Pacífico, yo puedo asegurar a ustedes que, una vez suspendidas las hostilidades, arreglaría sus manejos, pues que esa línea conduce de Cananea a Nacozari, y cuya compañía pertenece también al ferrocarril de Agua Prieta; en el momento en que cesen las hostilidades, se repararán esas vías y no habrá dificultades para que sean atendidas.

El C. secretario:

¿No hay quién haga uso de la palabra?

El C. Piña:

Pido la palabra.

A propósito de los conceptos vertidos por el delegado Ruiz, en cuanto a que mientras no cesen de hecho, de una manera efectiva las hostilidades en aquel Estado, me voy a permitir informar a esta Asamblea, que ayer tarde he recibido un telegrama en clave del señor Maytorena, participándome que el general Hill, es decir, excitándome para que proteste ante esta Convención contra las violaciones a la suspensión de hostilidades por parte del general Hill, desde ayer tarde. Como se ve, por parte del general Hill, continúa obstinado en hostilizar las fuerzas de aquel Estado.

El C. Serrano:

Para una moción de orden: ¿Está a discusión la cuestión de las hostilidades en Sonora?

El C. presidente (dirigiéndose al ciudadano Piña):

¿Tuviera usted la bondad de concretarse al punto?

El C. Piña:

Sí, señor.

Así es que como la Compañía del Sud-Pacífico, la cual es propietaria de las líneas ferrocarrileras de aquel Estado, mientras no se sienta garantizada en sus intereses, no podrá reanudar el tráfico. Por lo tanto, es necesario que esta Convención dicte medidas suficientemente eficaces y debidamente enérgicas para que de una manera efectiva cesen para siempre las hostilidades en aquel Estado.

También me es honroso y satisfactorio informar a la Convención que el señor gobernador me indicó, en telegrama de hoy, que sus fuerzas han sido replegadas al kilómetro 5 y a Pápalo, o al punto que se le indicó por esta Convención que lo hiciera.

El C. Julio Madero:

¿Tuviera la bondad el señor secretario, de leer la proposición que aprueba el dictamen?

El C. secretario:

Por convenir a los intereses generales del país ... (Leyó)

El C. Julio Madero:

No se refiere a los ferrocarriles para nada.

El C. secretario:

¿La Asamblea considera suficientemente discutido el dictamen? Sí lo considera. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

Segundo. Está a discusión. ¿Nadie pide la palabra?

El C. Serrano:

Yo suplicaría a la comisión, que retirara la última parte del dictamen; no tiene objeto, porque los ferrocarriles de Sonora no están controlados por los Ferrocarriles Constitucionalistas; el director de estos ferrocarriles no tiene nada que ver con aquéllos.

El C. Ruiz:

Pido la palabra. El tráfico siempre es por conducto de las Líneas Nacionales, porque aun cuando estén en manos de otra compañía, las Líneas Nacionales y las compañías que sean, están de acuerdo en todo para sus movimientos. El tráfico es por las Líneas Nacionales siempre.

El C. Julio Madero:

No se trata de Sonora, sino del tráfico entre México y Ciudad Juárez o México y Laredo, entre México y Piedras Negras o Monterrey. Ese es el tráfico general de la República. La parte de Sonora es una parte pequeñísima en la red ferrocarrilera.

El C. Ruiz:

Yo he estado en la comisión de Tarifas y sé de esto.

El C. Paniagua:

Hay otra cosa: que se lea la proposición completa. La comisión responde que es por eso por lo que no se da cuenta la Asamblea.

El C. secretario lee el escrito dirigido a los señores Convencionistas, relativo a la paralización del tráfico ferrocarrilero, firmado por el ciudadano Antonio Valero.

Esa es la proposición sobre la que dictaminó la comisión. ¿No hay quién haga uso de la palabra? Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado el dictamen. Se suplica a los señores miembros de la Asamblea que se pongan de pie, porque a veces sin voluntad se rechaza una proposición buena. (Risas)

Al elegir los miembros que deben componer la comisión de Programa, se necesita que algún miembro de la honorable Asamblea presente proposición sobre el número de miembros que deba componer esa comisión. Hasta ahorita no hay ninguna proposición que diga qué número de personas es el que debe componer la comisión de Programa.

El C. Dionisio Triana:

Propongo once.

El C. Renato Miranda:

Se acaba de presentar una proposición, de que en este caso se votará un miembro por cada División, para que todos estén de acuerdo en el Programa que corresponda en este caso.

El C. R. de Velázquez:

Ya que se trata de que cada División tenga un representante, yo creo más conveniente que todos los delegados de cada División elijan entre sí su representante y lo propongan a la Asamblea.

El C. J. Hernández y García:

Propongo que cada División nombre un miembro para redactar este programa; creo que debemos tomar en cuenta y como base, que en ese programa vamos a delinear las bases de los intereses o la forma en que se han de resolver los intereses que se ventilan en esta Convención; aquí vamos a tratar, sintetizando, asuntos del gobierno, asuntos del Ejército, asuntos de la Industria, de la Agricultura y asuntos del Trabajo o de los propietarios, y muy principalmente de la cuestión agraria, y por esta razón sería muy conveniente el tomar como base que cada División, puesto que han desaparecido entre nosotros, nombrase uno o dos miembros para cada asunto o intereses principales que se van a tratar aquí, porque así nos dará más resultados desde el momento en que vamos a entrar de lleno a la práctica, tomando en consideración las necesidades por que atraviesa el país actualmente; así es que muy respetuosamente pongo a la consideración de la Asamblea esta idea, para que se sirva tomarla en consideración.

El C. Ruiz:

Yo creo, señores, que deben ser tres miembros por cada División, y por esta razón: si nombramos uno solo, tal vez este señor no tenga idea de los problemas principales del país; si nombramos tres, habrá discusión para depurar los asuntos y ponerlos a discusión de la Asamblea General; será mucho más satisfactorio que haya tres miembros de cada una de las Divisiones; uno solo podrá imponer su voluntad; siendo tres, habrá discusión.

El C. Antonio de la Barrera:

Invito a los señores delegados a que esta comisión todavía no se nombre, hasta que vengan los delegados del señor general Zapata, para que ellos entren a formar :parte de esa comisión.

El C. Ruiz:

Pido la palabra para una aclaración. Ya se dijo, señor delegado, que se esperaría a esos señores, y ellos formarán parte de esa comisión.

El C. Vázquez:

Pido que se lea una proposición que está firmada por el general Cabral, porque la creo muy interesante. Es sumamente urgente.

El C. presidente:

¿De qué asunto, señor?

El C. Vázquez:

Es una proposición para enviar un voto de censura a Heriberto Burrón (sic) (risas) y a Ceballos.

El C. presidente:

Será después la lectura de esa proposición. La Mesa considera como muy urgente el nombramiento de la comisión de Programa.

El C. Serrano:

Yo considero que para ganar tiempo, podrá la Mesa proponernos el número de comisionados que deba ser.

El C. secretario:

La Mesa propone a la Asamblea que sean nueve los que integren la comisión de Programa, los cuales se nombrarán cuando concurran los delegados del general Zapata, si es que los manda. Está a discusión. (Voces: ¡Aprobado!) ¿Nadie pide la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. La Mesa concede a la Asamblea diez minutos para que se ponga de acuerdo y proponga los nombres de las personas que deben integrar la comisión de Programa y formule candidaturas.

El C. secretario:

Salieron: con 48 votos, el señor general Obregón; 42, el señor Ríos Zertuche; 64, el señor González Garza; 84, el 3eñor Aguirre Benavides; 79, el señor Piña; 70, el señor Villarreal; el señor Lazo de la Vega, con 62; el señor Hay, con 66; el señor Carlos de la Vega, 60; el señor Cabral, 34; el señor Muñoz Infante, 32; el señor Siurob, 37; el señor Gutiérrez de Lara, 25, y los demás con menos de 25 votos.

La Mesa declara miembros de la comisión de Programa a los señores Obregón, Ríos Zertuche, González Garza, Aguirre Benavides, Villarreal, Piña, Lazo de la vega, Hay y Carlos de la Vega. (Aplausos)

El C. presidente:

Se levanta la sesión pública, para entrar en sesión secreta.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSegunda parte de la sesión celebrada el día 20 de octubre de 1914 en la ciudad de Aguascalientes Sesión celebrada el día 22 de octubre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha