CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SESIÓN CELEBRADA EL DÍA 6 DE NOVIEMBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES
PRESIDENCIA DEL C. GENERAL JOSÉ ISABEL ROBLES
Crónica publicada por el periódico El Liberal, en su edición del día 7 de noviembre de 1914.
Para la sesión de hoy, en la que protestará el Presidente Provisional de la República, electo por la Convención, despertóse inusitado interés. La hora de la cita era a las diez de la mañana, y los delegados presurosos se dirigieron al teatro Morelos, en cuyo pórtico se hallaban estacionadas una banda militar ejecutando selecto repertorio de música, y una guardia para contener a la muchedumbre.
Los patios y galerías rebosaban espectadores, y a cada momento llegaban más autos y coches conduciendo a los delegados.
A las once, el coronel Vito Alessio Robles pasó lista de asistencia, y quince minutos después el general José Isabel Robles, primer vicepresidente, reanuda la sesión.
El secretario manifiesta que la Mesa nombró en comisión para que vayan por el general Eulalio Gutiérrez hasta su domicilio, a los generales Ildefonso Pérez, Felipe Angeles y Martín Espinosa, y que también en comisión para recibir al general Gutiérrez en el vestíbulo del teatro, a los generales Manuel Chao y Esteban Márquez y coronel Francisco Figueroa.
Luego se da a conocer un extenso mensaje suscrito en Tuxtla Gutiérrez por el general Agustín Castro, quien reprocha a su representante por no haber interpretado su sentir, y le ordena retirarse de la Convención, para lo cual revoca el poder que le confiriera.
El representante pide la palabra y dice haber cumplido con su deber al informar a su representado de todos los acuerdos tomados en la Convención.
El coronel González Garza dice que el general Castro está influenciado por el general Jesús Carranza, y hace notar también que se ha decretado una gratificación de guerra, con objeto de reclutar gente.
Luego se da lectura al mensaje del general Ernesto Santoscoy, dirigido a su representante, coronel Marines, al que le dice que le ratifica su confianza y que estará pronto a respetar las decisiones de la Asamblea.
LLEGADA DEL GENERAL GUTIERREZ
En esos momentos llega el rumor de aplausos que saludan al general Eulalio Gutiérrez, y la secretaría manifiesta que se suspende la sesión permanente y se abre la extraordinaria.
Los delegados, todos en pie, aplauden y vitorean al general Gutiérrez, que viste modesto traje gris de paisano, y avanza hasta la diestra del general Robles, quien hace que se coloque al lado de la bandera, y entonces dice:
En estos momentos se registra uno de los más solemnes actos que registra nuestra historia. Esta soberana Asamblea clara y terminantemente ha designado al general Eulalio Gutiérrez para que asuma el cargo de Presidente Provisional de la República, por determinado plazo. Este es uno de los actos más solemnes por que el país entero espera entrar al camino franco hacia la paz, hacia el progreso y hacia la dicha completa. Por eso yo, en nombre de esta Asamblea que me honro en presidir, exhorto al general Gutiérrez para que cumpla los acuerdos que la misma ha sancionado, entre ellos, que entrará a desempeñar sus funciones el día diez de los corrientes.
En nombre de la patria vuelvo a recordar al general Gutiérrez las responsabilidades que todos hemos depositado en él para que cumpla los compromisos que ha jurado cumplir.
LA PROTESTA
Luego el general Robles toma la enseña de la patria y con tono solemne y pausado, dice:
¿Protesta usted, por su honor de ciudadano armado y como Presidente Provisional de la República, cumplir y hacer cumplir las decisiones de esta Convención?
-Si protesto -dice el general Gutiérrez.
Y el general Robles agrega:
- Si no lo hiciereis, la patria os lo reclame.
Brota entusiasta aplauso, repican las campanas de Catedral, aplauden y vitorean todos los espectadores; y cuando se calma algo el entusiasmo, se perciben las notas del Himno Nacional que ejecuta la banda del exterior.
El general Gutiérrez permanece con la cabeza inclinada y con aspecto modesto y conmovido. Y teniendo ya la bandera entre sus manos, avanza un paso y dice que hará respetar de manera más clara y terminante los principios de la Revolución; y agrega:
Que la elección hecha a mi favor no ha sido para mí otra cosa que imponerme enorme sacrificio, porque los hombres como yo, no hemos sabido otra cosa que interpretar el patriotismo que se anidó en nuestros corazones.
Yo espero que esta Convención en que están representados todos los elementos revolucionarios de la República, se dé cuenta de todos los actos realizados en ella y que si vamos a la lucha porque a ella nos llevan nuestros enemigos, yo os digo que desde estos momentos estoy resuelto a hacer respetar y respetaré yo mismo, todos los acuerdos de esta Asamblea, porque quien así no lo haga, será un traidor.
Y terminó:
Sólo nos queda seguir el camino de los hombres honrados, el camino de la verdad, y yo pido que en esta lucha, que probablemente se avecina, todos me ayuden y que luchemos por la patria, no por las personalidades.
Soto y Gama habló en seguida y dijo:
Voy a decir dos palabras que me laten en el fondo del alma.
Refiérese a las últimas palabras del general Gutiérrez: luchemos por la patria, no por personalidades, y dice, ese programa cumplamos y con él habremos dado muerte a todos los ismos y ya no habrá carrancismo, ni villismo, y ni tampoco gutierrismo; dejemos de ser rastreros; que no haya cortesanos, que no haya adulaciones, para que no corrompamos a este hombre honrado y modesto que representa a la Revolución. Seamos verdaderos revolucionarios.
En seguida habla Castillo Tapia, y dice:
En los tiempos de las cruzadas, allá en la Palestina y en los folios de los evangelios, se juraba puesta la mano sobre el libro de moral, y todos iban en pos de la muerte sobre el sepulcro redentor.
Dice luego que el recuerdo de esta página vino a su memoria con el acto que acaba de celebrarse. Y luego continuó:
-Dejemos al general Gutiérrez, sencillo, rústico y bueno; no lo maleemos.
Y luego pasa a manifestar al general Gutiérrez que en su corto o largo período se le presentarán muchos arduos problemas, y sobre todo, señor Gutiérrez, haced justicia al indio, al propietario de la tierra, que lleva sobre sus espaldas el peso de varios siglos de esclavitud y que siempre, desde la época virreinal, ha venido siendo explotado. Y entonces, cuando la raza india, fuerte y heroica sea redimida, entonces será cuando con criollos y con mestizos habremos formado a la patria.
Después, en medio de aplausos, de las notas del Himno Nacional y del repique de campanas, se retiró el general Gutiérrez, y se cerró la sesión extraordinaria, reanudándose a las doce y quince minutos la sesión permanente.
UN BANDO
Roque González Garza presentó un proyecto para que en cumplimiento de un artículo constitucional, se mande publicar bando solemne con los acuerdos de la Convención. Esto motiva un debate empeñado, al cabo del cual se desecha el proyecto.
La Mesa presentó un nuevo proyecto, que fue aprobado, y previene que la Convención mande publicar sus acuerdos y hacer conocer que hoy rindió la protesta como Presidente Provisional de la República, el general Eulalio Gutiérrez.
UN TELEGRAMA DEL SEÑOR CARRANZA
En seguida se da lectura al siguiente telegrama del señor Carranza, el cual dice:
Tlaxcala, noviembre 5 de 1914.
General Pánfilo Natera.
Con fecha 23 del pasado mes de octubre envié a los jefes militares y gobernadores reunidos en Aguascalientes, una nota en la que les hice conocer las condiciones en que estoy dispuesto a renunciar la Jefatura del Ejército Constitucionalista y mi carácter de encargado del Poder Ejecutivo.
Dichas condiciones son las siguientes:
Primera: se establecerá un gobierno preconstitucional apoyado por el Ejército Constitucionalista, que se encargue de realizar las reformas sociales y políticas que necesite el país, antes de que se establezca un gobierno permanente constitucional.
Segunda: el general Villa renunciará, no su candidatura a la Presidencia o Vicepresidencia de la República, que nadie le ha ofrecido, sino a la jefatura militar de la primera División del Norte, retirándose, como yo, a la vida privada y renunciando a toda injerencia en los asuntos políticos del país y a toda pretensión de dominio político, saliendo de la República si la Convención acuerda expatriarme.
Tercera: el general Zapata renunciará el mando de sus fuerzas y toda pretensión a puestos políticos, locales o federales, retirándose igualmente del país y entregando las fuerzas que ahora lo reconocen como jefe, al gobierno que la Convención constituya.
Los informes que se tienen respecto a los trabajos de la Convención de Aguascalientes, son siempre vagos y muchas veces inexactos. Por otra parte, parece que mi nota no ha sido interpretada con exactitud en Aguascalientes, creyéndose que contiene mi renuncia, cuando sólo expreso en ella las condiciones en que estoy dispuesto a presentarla; y, por último, parece ser que la comunicación telegráfica con Aguascalientes no se halla enteramente libre de accidentes que pudieran hacer dudar de su autenticidad.
Por lo tanto, deseo que ustedes estén perfectamente entendidos que mientras yo no comunique a usted oficialmente haber presentado mi renuncia, y mientras no le haga yo saber la resolución tomada respecto de ella, continúo en mi puesto como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y como Encargado del Poder Ejecutivo y, por lo tanto, las órdenes relativas a las funciones que ustedes desempeñan sólo pueden emanar de mí.
Venustiano Carranza. (Firmado)
Luego se dio lectura a los mensajes de los generales Jacinto Treviño, que retira su representante hasta que la Convención reconsidere sus acuerdos; del gobernador Riveros, de Sinaloa, en el que envía calurosas felicitaciones por los actos de la Asamblea.
Y, finalmente, se da cuenta de otro mensaje del Primer Jefe, dirigido al coronel Gutiérrez de Lara.
Al terminar la lectura del mensaje del señor Carranza, González Garza protesta diciendo que se trata de una imputación dolosa para el general Villa, y que a la hora que guste, la Convención puede hacerlo retirar del mando de sus tropas, porque el general Villa está acostumbrado a hacer honor a su firma y sabe sostener cuanto él o su representante ofrecen.
UN MANIFIESTO A LA NACION
Luego se da a conocer el proyecto de manifiesto, presentado por la Comisión de Gobernación, y lo mismo se hace con uno presentado por González Garza. Y la asamblea aceptó el primero, que es el siguiente:
Mexicanos:
La Convención del 10 de octubre se ha reunido con el objeto de unificar el criterio revolucionario, para determinar las bases y orientación del nuevo Gobierno de la República, inspiradas en la opinión de la mayoría de sus ciudadanos, para que ese Gobierno realice los ideales de la Revolución y de las instituciones democráticas, pues de este modo cumplimos con el compromiso solemne contraído con la Nación de substituir a la tiranía por un Gobierno que satisfaga las necesidades públicas actuales. Y esa misma Convención se ha declarado soberana, para hacer efectivas y obligatorias sus resoluciones para todos los jefes del Ejército, evitándose de esta manera la dictadura que podría resultar de permitir a cualquiera de ellos que tratara de imponer aisladamente su voluntad y su opinión al resto de los ciudadanos de la República.
Somos el poder supremo nacional porque nuestro movimiento armado no triunfó de la reacción debido al esfuerzo de uno solo de sus jefes, sino en virtud del concurso que hemos prestado todos para ello. Y del mismo modo que obedecimos a una sola idea y estuvimos animados de una sola aspiración de redención y de progreso para lanzarnos a las armas contra la dictadura el 20 de noviembre de 1910, de esa misma manera e impulsados por los mismos sentimientos nos hemos reunido en esta Convención, ya no para derrocar ni para destruir, sino para organizar y construir el nuevo Gobierno Republicano, en el cual se han de sintetizar todos nuestros ideales y todas nuestras tendencias.
Esta Convención es soberana, porque en ella están sintetizados la fuerza y el pensamiento de la Revolución. Para nosotros deben concluir los tiranos, y para la Convención es una necesidad primordial hacer efectiva la paz en la República.
Constituidos así en Asamblea para ser escuchados, y en poder supremo de la Nación para ser obedecidos, podremos acabar para siempre con las ambiciones individuales de poder, en las intrigas de Gabinete y con la inmoral y antipatriótica labor del incondicionalismo.
La República entera ha cifrado todas sus esperanzas de mejoramiento social y político en esta Convención, y para satisfacer sus anhelos debemos hacer respetar nuestras resoluciones, no precisamente porque contamos con la fuerza de las armas para ello, sino porque nos apoya la inquebrantable fuerza de la opinión pública.
Se ha pretendido relegarnos a un papel secundario con el pretexto de que somos o debemos ser la representación genuina de un hombre; siendo así que constituimos la base democrática del futuro Gobierno, en nuestro carácter de Asamblea preconstituyente.
Conscientes, pues, del papel histórico que desempeñamos en este instante y asumiendo la responsabilidad de la suerte de la República, hemos elegido al Presidente Provisional de ella, y declaramos que estamos resueltos a sostenerlo, a pesar de todos los obstáculos, contra todas las rebeldías y sobre todas las ambiciones de aquellos que, inspirados sólo en intereses mezquinos, no se resuelvan a colaborar en la nueva organización del Gobierno nacional emanado de la Revolución.
Mexicanos: La primera asamblea preconstituyente emanada del movimiento revolucionario que derrocó a las dictaduras que acaban de pasar, os demanda vuestra colaboración unánime, en la cual están vinculados los destinos nacionales y debéis estar ciertos de que al proceder así habréis merecido bien de la Patria.
Aguascalientes, Ags., noviembre 6 de 1914.
Primer vicepresidente, J. Isabel Robles.
Segundo vicepresidente, Pánfilo Natera.
Secretario, Mateo Almanza.
Secretario, V. Alessio Robles, representante del general Eduardo Carrera G.
Secretario, Samuel M. Santos, representante del general Jacinto B. Treviño.
Secretario, Marciano González, representante del general Teodoro Elizondo.
UN TELEGRAMA A LOS GOBERNADORES
En seguida se da lectura al telegrama circular que se enviará a los gobernadores y autoridades de la República, dando cuenta de la elección del general Gutiérrez para Presidente Provisional de la República; y tal mensaje lo aprobó la Asamblea.
El general Mateo Almanza propone que se subrayen con tinta roja las firmas de los delegados que han desconocido a la Convención, para que mañana, cuando la bandera pase al museo, se conozca quiénes faltaron a sus compromisos.
Castillo Tapia observa que se subrayen no las firmas de los representantes, sino las de los representados que retiraron el poder, porque él espera que su poderdante se lo retire, y que no seria justo que su firma aparezca entre las de los que no cumplieron su palabra.
Almanza acepta la observación y modifica en ese sentido la proposición.
Raúl Madero considera extemporáneo hacer esto, porque espera que quienes han desconocido a la Convención, vuelvan sobre sus pasos al conocer el sentir de la República, y de la misma manera opina Osuna.
Se acuerda que el manifiesto irá calzado por firmas de los representantes y representados, así como por la delegación zapatista, para darle mayor fuerza; pero el coronel Carlos Prieto propone que firmen todos.
Marciano González observa sería una inconsecuencia, pues cree que no deben figurar sino los que estén enteramente de acuerdo con las decisiones de esta Asamblea.
Osuna opina que las disposiciones no pueden tener efecto retroactivo, y que deben figurar las firmas de todos los delegados con expresión de sus otorgantes, aun cuando éstos posteriormente hayan faltado a sus compromisos, porque cuando desconocieron a la Convención ya habían sido aprobados los acuerdos, y de ese modo quedó aprobada la proposición.
Castillo Tapia llama la atención acerca de la gratificación de guerra otorgada por el señor Carranza, y conviene en que se recompense al soldado, pero no de subteniente a divisionario porque implica enorme sacrificio para las arcas nacionales; y propone se pida al señor Carranza reconsidere su acuerdo.
González Garza pide que no se tome en cuenta esta proposición.
Castillo Tapia retira su proposición.
Herrejón, Peralta y Banderas presentan una moción de orden proponiendo que inmediatamente se traslade esta Convención a San Luis Potosí, oponiéndose el coronel Paniagua, que dice que en caso de marchar a otra parte sea a la capital de la República o por la buena o por la mala, agregando que el día diez tomará posesión el Presidente Provisional y deberá ser esto en México.
LA DlVISION DEL NORTE QUIERE ACUARTELARSE
Peralta apoya su moción y dice que la División del Norte quiere acuartelar sus tropas en alguna ciudad, habiendo escogido Aguascalientes; y que aunque esas bayonetas no les impiden el seguir deliberando libremente, en México cree que pase lo contrario. Y dice que como el general Gutiérrez tiene precisión de estar en San Luis Potosí, propone que lo acompañe la Convención en masa; y a ello se opone Eduardo González, quien dice que si se critica al señor Carranza de que ande de un lado para otro, él podrá también calificar de saltimbanquis a los delegados; propone se espere en Aguascalientes la resolución definitiva del señor Carranza hasta el día diez, y que si entonces desconoce a la Convención, la División del Norte podrá venir en apoyo de la Convención.
Como no se considera esto de pronta y obvia resolución, se pasa al estudio de la Comisión de Gobernación.
Samuel Hernández presenta una moción para que se permita ocupar cuarteles en ésta a las tropas de la División del Norte que se hallan acampadas en las cercanías de la población. Pasa a estudio de la Comisión de Guerra.
González Garza presenta otra moción más amplia, en la que pide se permita la entrada a todas las tropas pertenecientes a la Convención que se hallan en las cercanías de Aguascalientes. Pasa también a la Comisión de Guerra.
La Comisión de Guerra presentó una moción para que se autorice a la Mesa para que, en nombre de la Convención, proteste por la disposición de que se gratifique por el señor Carranza a los generales y oficiales, previniéndose que se exigirán responsabilidades por las sumas de dinero que se derrochen. Se aprueba después de breve discusión.
A las dos treinta se levantó la sesión, no sin que solemnemente el general Robles dijera:
En nombre de la Asamblea, la Mesa protesta enérgica y formalmente contra la determinación dada por el señor Carranza para distribuir fondos al Ejército Constitucionalista, y considera este acto como inmoral.
Se acordó conceder facultades extraordinarias en los ramos de Guerra, Hacienda y Gobernación al general Eulalio Gutiérrez.
La sesión permanente se reanudará hasta el día ocho, a las cuatro de la tarde.