Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 5 de octubre de 1914 Segunda parte de la Primera Junta Preliminar celebrada el día 10 de octubre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

PRIMERA JUNTA PRELIMINAR CELEBRADA EL DÍA 10 DE OCTUBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES
Primera parte

SUMARIO

ACTA: Lectura, discusión rectificaciones y aprobación de la sesión anterior.- ELECCION DE LA MESA DIRECTIVA: Se verifica la de presidente, vicepresidentes y secretarios de la Convención.- Toma posesión la Mesa recién electa.- El C. A. Obregón propone se entregue a la Mesa Directiva el estandarte de la Convención. El C. E. Gutiérrez hace entrega de la enseña nacional al C. presidente de la Convención.- El C. E. Hay lee una carta del señor G. Pellicer.- PROPOSICION APROBADA: La subscrita por los ciudadanos E. W. Paniagua y J. M. Benignos, a fin de que sean nombrados cinco ciudadanos que deberán integrar la Comisión.- ELECCION DE COMISIONES ESCRUTADORAS: Se verifica dicha elección.- PROPOSICIONES DISCUTIDAS: La presentada por los CC. S. Herrejón y otros varios delegados, que proponen se manifieste a la Nación que la Revolución, por delegados, se ha unido a deliberar amplia y libremente en esta ciudad para dar cumplimiento a sus promesas.- La subscrita por los CC. Castillo Tapia, Blanco, Aguirre Benavides, Iturbe y Hay, que propone se envíe un nuevo telegrama a los CC. Maytorena y Villa, solicitando de ellos la libertad de los reos políticos que tuviesen en su jurisdicción y al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, dándole cuenta de que esta Asamblea ha acordado la inmediata libertad de los recluidos en la Penitenciaría del Distrito Federal y que pertenecen a la División del general Emiliano Zapata y a la del general Francisco Villa.- La presentada por el C. R. Buelna a fin de que se nombre una Comisión Revisora de Credenciales, para que pueda determinarse quiénes tienen derecho a integrar la Convención.- Se aprueban.- La presentada por los CC. Prieto y Berlanga, que propone que sólo tengan representación los gobernadores de los Estados y Territorios, los jefes constitucionalistas que tengan a su mando más de mil hombres.- Se desecha dicha proposición.- La subscrita por el C. Osuna, que propone formen parte de esta Asamblea con voz y voto los generales, gobernadores de los Estados, jefes políticos de los Territorios Federales y los comandantes militares de regiones o zonas con mando de fuerzas.- Se aprueba en lo general esta proposición y en lo particular se aprueban los puntos primero y segundo y se desecha el tercero.- La presentada por el C. Villarreal, relativa a que en todos los casos dudosos sobre credenciales, recaerá dictamen de la Comisión Revisora, que será sometido a la consideración de la Asamblea.- Se aprueba.- La subscrita por el C. Osuna, que propone se suspenda la sesión, para reanudarla el próximo lunes.- Queda retirada por su autor.- La presentada por el C. Lugo, a fin de que los delegados puedan represehtar a las personas que tienen derecho a concurrir a esta Convención.- La subscrita por el C. Berlanga, relativa a reglamentar la forma a que deban sujetarse los CC. delegados respecto al gobierno interior que deberá regir en las sesiones de la Convención. Se desechan estas dos proposiciones.- La presentada por el C. S. M. Santos, que propone que es conveniente que haya junta al día siguiente.- Su autor la retira.

PRESIDENCIA DEL C. GENERAL EULALIO GUTIERREZ


A las 3.55 p. m., con asistencia del número competente de ciudadanos delegados, se reanudó la sesión suspendida en la ciudad de México el día 5 del presente mes.

El C. secretario M. González, dio lectura al acta de la sesión anterior; y puesta al debate, el C. F. Dusart expuso:

- Necesitamos antes saber si esta Convención es continuación de la Convención celebrada en México, o es una nueva Convención. Suplico a la Secretaría se sirva hacer la aclaración.

El C. secretario:

La Presidencia informa, por conducto de la Secretaría, que se ha concretado a leer el acta de la última sesión celebrada en la ciudad de México.

El C. Dusart:

No está contestada mi pregunta.

El C. secretario:

Como dice el acta, debido a la moción presentada por el ciudadano Cabrera, y que dice que se suspenda la sesión para continuarla en Aguascalientes, esta es la continuación de la suspendida en México.

El C. Dusart:

Señor presidente, tengo entendido que los que no tuvimos el honor de concurrir a la sesión ...

El C. presidente:

Permítame usted un momento, señor. Pida usted antes la palabra.

El C. Dusart:

Tengo entendido que los que no tuvimos el honor de concurrir a las sesiones celebradas en la Convención de México, no estamos en la obligación de aprobar el acta de la última sesión celebrada en esa ciudad.

El C. secretario:

La Presidencia sujeta a la aprobación o reprobación de los miembros que estuvieron en México el acta, a reserva de que la Mesa Directiva que se nombró en México siga presidiendo, o nombramos una temporal para que siga con los trabajos que se van a emprender.

El C. Castillo Tapia.

Entiendo yo que esa acta se debe aprobar o reprobar por los que estuvieron en México, y después de hacerlo se inicien otras nuevas sesiones, si la Mesa Directiva o la Asamblea así lo acuerdan, con una nueva Mesa Directiva con los mismos o con otros nuevos miembros.

El C. secretario:

Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobada.

El C. Eduardo González:

Pido la palabra para una moción de orden. Como es imposible seguir la votación y lograr que solamente las personas que tienen representación deban tener asiento en las lunetas, pido a la Mesa Directiva que se les suplique a todas las demás personas que se retiren, ya sea a los palcos o a las galerías.

El C. secretario:

Se suplica, por conducto de la Secretaría, a las personas que no tengan credencial y se encuentren en las lunetas, se sirvan pasar a los palcos, a fin de que queden en el salón solamente las personas que tengan representación. (Se desaloja el salón) Se va a proceder al nombramiento de una Mesa provisional, para que ésta resuelva todo lo relativo a las credenciales.

El C. Paniagua:

Yo juzgo completamente innecesario el nombramiento de una nueva Mesa, puesto que las sesiones de la Convención Revolucionaria en México, sencillamente se suspendieron para continuarse en la ciudad de Aguascalientes. Esta es la Convención Revolucionaria a que se convocó al Ejército Constitucionalista, que estuvo allí representado en México por casi todas las Divisiones de ese Ejército. Se sintió naturalmente, en el alma, que no estuviera allí representada la División del Norte; pero yo creo que estuvieron representadas las otras Divisiones, que hacen mayoría, y yo creo que esta convocatoria responde a la que fue hecha por el Jefe Constitucionalista, en consecuencia, aprobamos todos que aquí se reanudarían las sesiones. ¿Por qué vamos a nombrar otra nueva Mesa? ¿Es que a los que forman la actual no los creemos competentes? ¿Vamos a hacerles el insulto de creerlos faltos de honor, o qué?

El C. Castillo Tapia:

Pido la palabra.

El C. presidente:

Tiene la palabra el ciudadano Castillo Tapia.

El C. Castillo Tapia:

La Mesa, señor coronel Paniagua, todos los jefes que la integran nos merecen un grandísimo cariño, una grandísima confianza; pero aquí, como vanguardia, como escudo, como clarinada de nuestros propósitos, debe ser la imparcialidad. En la Convención en México no estuvo representado el general Emiliano Zapata, no estuvo representado el general Villa, no estuvieron representadas las diferentes corporaciones; por lo cual, para que no comencemos con un principio vicioso, necesitamos declarar que somos imparciales, y nosotros mismos debemos pedir que se vote por otra Mesa o que si quieren los que están aquí como delegados, voten por los mismos honorables miembros que forman la Mesa. (Aplausos)

El C. Dusart:

El ciudadano que me ha precedido en el uso de la palabra, parece que por un movimiento inalámbrico interpretó perfectamente mis intenciones; todos los ciudadanos que componen, que forman la Mesa Directiva, nos son muy bien conocidos. Declaro honradamente que los considero tan imparciales y tan patriotas, que en mi concepto son muy dignos de seguir presidiendo la Mesa; pero como ha dicho el ciudadano que me ha precedido en el uso de la palabra, dando una prueba de imparcialidad, por no haber estado ahí representados los distintos elementos del Sur y del Norte, creo, salvo el buen parecer de esta H. Asamblea, que debemos nombrar una nueva Mesa Directiva, y si en nuestra conciencia está que nos merecen confianza los honorables ciudadanos que ocupan estos puestos, volveremos a votar por ellos.

El C. secretario:

Los que estén por la afirmativa, es decir, por que se nombre una nueva Mesa Directiva, sírvanse ponerse en pie. Se nombrará una nueva Mesa Directiva. En las cédulas que se han hecho circular, debe hacerse el nombramiento de un presidente y dos vicepresidentes; después se procederá al nombramiento de los secretarios.

El C. Castillo Tapia:

Señor presidente: Los miembros de esta asamblea proponen que la Mesa indique cuáles son los candidatos viables, para hacer más pronta la elección.

El C. Mariles:

Propongo que la votación sea secreta; que no se proponga ningún miembro para nada en voz alta, porque pudiera ser que se propusiera a un general por quien tengamos simpatías, y se presentara el caso de que por no lastimarlo votemos por él; mientras que si por votación secreta resulta un general que no queramos, queramos, o no, tendremos que, aceptarlo. (Aplausos)

El C. secretario:

La Mesa resuelve que la votación sea secreta para un presidente y dos vicepresidentes; se procede a la votación. ¿Faltan algunas personas de depositar un voto? Se va a dar lectura a la votación. (Se hace el escrutinio) Personas que obtuvieron más de 10 votos: Para presidente: Antonio I. Villarreal, 38 votos; Lucio Blanco, 29; J. I. Robles, 13. Para vicepresidente: J. I. Robles, 47; Pánfilo Natera, 26; Eulalio Gutiérrez, 20; Eduardo Hay, 20; Mariel, 15; Villarreal, 17.

La Mesa declara que habiendo obtenido mayoría de votos el general Villarreal para presidente, lo declara presidente de esta Asamblea por 38 votos, y para vicepresidentes a los generales J. I. Robles, por 47 votos, y Pánfilo Natera, por 26 votos. (Aplausos) Se procede a la elección de cuatro secretarios.

El C. Berlanga:

Para suplicar se sirva la Mesa reconsiderar el acuerdo que recayó con respecto a las personas que ocupan asiento en luneta, sin ser delegados, porque parece que después de que la Mesa hizo la indicación, entraron algunas otras personas.

El C. secretario:

Para suplicar a las personas que no tengan representación y están en las lunetas, tomen asiento en los palcos y galerías, a fin de facilitar la votación.

¿Faltan algunas personas por votar? Se va a dar lectura a la lista de las personas que obtuvieron más de 10 votos: Santos Samuel M., 55; Marciano González, 37; Federico Montes, 33; Almanza, 33; Roque González Garza, 17; Osuna, 19; Manuel Chao, 32; Robles, 31; Castillo Tapia, 20; Benavides, 12; Eduardo Hay, 16, y Lazo de la Vega, 13.

La Mesa declara, por conducto de la Secretaría, que quedan nombrados por mayoría de votos, secretarios, en el orden en que se van a leer: Santos Samuel M., por 55 votos; Marciano González, por 37; Federico Montes, por 33, y Almanza, por 33. (Aplausos)

Se suplica a la Mesa Directiva se sirva pasar a tomar posesión de la Mesa.

El C. Obregón:

Respetuosamente suplico a ustedes que, al entregar a la nueva Mesa Directiva, hagan entrega del estandarte que se trajo para la Convención.

El C. secretario:

Se suplica a los señores generales Villarreal, Robles y Natera, pasen a tomar posesión de la Mesa Directiva, lo mismo que al señor Almanza. (Aplausos al tomar posesión los ciudadanos electos)

El C. Ruiz:

Pido un voto de gracias para la Mesa que se retira (Aplausos)

El C. Eulalio Gutiénez:

En nombre de la Convención os entrego esta bandera, que debe guiar al Ejército Constitucionalista por el buen camino, y que haréis protestar a todos los compañeros y a nosotros mismos que juraremos todos cumplir y hacer cumplir los acuerdos de la Convención, de los cuales emanará la felicidad de la patria. (Aplausos)

El C. Hay:

Suplicaría a los señores fotógrafos no tomen la fotografía hasta que llegue el general Robles.

El C. Villarreal:

Compañeros: Me ha sido entregada esta bandera como el lazo de honor que debe de unir estrechamente a todos los que aquí nos hemos reunido en estos momentos angustiosos, para deliberar sobre el porvenir de la patria.

No ha habido en esta Convención estallidos de entusiasmo; hemos venido más bien conmovidos por una desesperación y por una desesperanza, como agobiados por el peso enorme de las responsabilidades que sobre nosotros gravitan, como que de nuestras manos, de nuestras decisiones, de nuestro criterío, de nuestro honor, depende que la patria se salve o que desaparezca bajo el dominio extranjero; es por eso que, al recibirla, quisiera que todos ante ella protestáramos con el corazón y la conciencia, que velaremos por los santos intereses de la patria, que nos inspiraremos en altos principios de moral para resolver los problemas que aquí se presentan y que sabremos cumplir como hombres buenos y como hombres de honor la palabra que aquí empeñemos. (Aplausos)

El C. Eduardo Hay:

Compañeros: Momentos antes de venir a esta Convención, el general Obregón recibió una carta del señor T. C. Pellicer; y a súplica del señor general Obregón me permito leérselas, porque trae frases verdaderamente conmovedoras y son escritas por un hombre que, sin duda, está penetrado de la crisis que estamos atravesando y de la necesidad tan ingente de que salvemos a la patria. La carta es la siguiente:

Proposición a los concurrentes a la manifestación en honor del señor Belisario Domínguez.

Señores:

Después de bendecir desde lo más íntimo del alma la memoria de mi dignísimo colega, el señor doctor don Belisario Domínguez, que nos ha dado a los mexicanos la más bella y viril lección de patriotismo y honrado valor civil, quiero proponer a todos los presentes que, evocando en este sagrado lugar el glorioso recuerdo del augusto mártir, y el no menos augusto del señor don Francisco I. Madero, y el de todos los militares y civiles que han perecido en la peligrosa y noble propaganda o en la sangrienta y gloriosa lucha, supliquemos a los valientes y honorables ciudadanos que componen la Convención de Aguascalientes, que eviten por todos los medios posibles el triste, doloroso y repugnante espectáculo de que los ciudadanos-soldados de la libertad y la justicia, se den la muerte y derramen mutuamente su noble sangre por algo que, indudablemente, no sería ni la libertad ni la justicia. Afirmo tal cosa, porque si no los dos grupos disidentes, lo que no es un imposible, irremisiblemente uno de ellos tiene que representar el error. ¡Y qué error tan lamentable! Casi un crimen.

Digo error, porque es del todo imposible que los que protestaron tan valerosa y noblemente contra la ignominia y sacaron a flote a la patria del mar de fango en que la hundieran la traición y el crimen, quieran abandonarla a una milla del deseado puerto, poniéndole al cuello el pesado fardo de su discordia.

Tal cuadro de diabólica esperanza, estereotipado en burlona y satánica sonrisa, alborea en el innoble rostro de la reacción. Mas no; esa deseada alborada será triste crepúsculo y muy pronto negra noche. No otra cosa debemos esperar los patriotas que forman la Convención. Hagamos llegar la voz de nuestros mártires a los miembros de la Convención, tienen derecho de ser oídos: esa voz tranquila, esa voz silenciosa, penetrará hasta el santuario de sus conciencias.

T. G. Pellicer.

(Aplausos)

El C. Dusart:

Permítame su señoría que en el curso de las discusiones de esta Convención no le llame a usted general, y que solamente le llame a usted y a todos los honorables miembros de la Mesa Directiva, ciudadanos, porque en verdad somos ciudadanos armados, no somos el ejército que hemos vencido. Fuimos los patriotas que supimos agarrar una arma para ir a vengar la ofensa que se había lanzado contra la patria.

Debo de empezar, señores, por donde debo de empezar, porque tengo el alto honor de pertenecer a la División del Norte. La Secretaría de la H. Mesa Directiva que acaba de salir, nos dio lectura a la última acta que se levantó en la ciudad de México, y en ella hay dos puntos de aclaración que es mi deber, ante los honorables miembros de esta Asamblea, aclarar: se dirigió un oficio al ciudadano Venustiano Carranza, suplicándole que se ordenara la libertad de los presos políticos en la ciudad de México, porque se les creía adictos a la División del Norte, e igualmente se dirigió un telegrama, según dice esa acta, al señor general Villa, para que pusiera en libertad a los presos que se encontraran en esa región por esos asuntos. Yo declaro honradamente ante todos los jefes de la División del Norte, que no tuve conocimiento hasta el momento de salir de allí, de que hubiera presos políticos donde gobierna Villa. Si esto no es verdad, que los señores generales se paren y que me echen en cara que hablo una cosa que no es verdad. Estimo que la medida de los señores que tenían la Comisión Pacificadora, era sumamente honrada y sumamente legal; pero probablementé ellos estaban bajo la impresión de que en los dominios de la División del Norte se hace igual que en los dominios que no son de la División del Norte; y ahí, señores, todo respira libertad, aquel ambiente es el de la democracia, es el que hemos defendido ...

El C. Castillo Tapia:

Todos los espíritus que vienen aquí, vienen guiados por un principio: que no se sienten comparaciones sin sentar premisas antes; seamos patriotas, no hagamos comparaciones de una parte y de otra. Yo, antes que mi honorable compañero hiciera uso de la palabra, iba a indicar que los señores que están presos en la Penitenciaría no han quedado en libertad, y que sin evitar las gestiones de la Mesa Directiva, reincidiendo en nuestra petición, se enviaran telegramas suplicando de nuevo que inmediatamente se pusieran en libertad, lo mismo al señor Maytorena, el cual si creemos tiene presos; empero, suplico a la Mesa se sirva tomar como precedente que no vamos a significar cuál es el ambiente de una y otra parte, mientras no se sienten principios concretos porque no estamos en asuntos de discusión; no se ha lanzado nada todavia a discusión. (Aplausos)

Aún falta una cosa: las credenciales aún no se han recibido, y aquí es una de las primeras cosas que debemos discutir. ¿Quién merece representar y quién no merece representar? (Aplausos)

No hay nada a discusión, señor presidente. El señor coronel me manifiesta esto y me hago solidario de ello.

El C. Mariles:

Se le ha llamado a esta Convención Convención Pacificadora, y me permito hacer notar que cualquiera indicación o interpretación que se dé ... (aplausos) de esta honorable Asamblea, y aun el hecho de excitarse y hablar recio, no conduce a pacificar a nadie. (Aplausos)

Cualquier acto indigno de nosotros recaerá sobre la patria, y la patria nos maldecirá; y por esta razón yo propongo que se condene o se expulse de la Convención a cualquiera que con su conducta o sus palabras, la entonación de voz o algo que sea indigno, provoque una discusión; porque no vamos a suscitar discordias; venimos a pacificar. (Aplausos y bravos)

El C. Castillo Tapia:

Señor presidente, a petición de varios miembros de la Convención, rogamos a usted que, con su voz autorizada y enarbolando el escudo de la historia, nos exhorte a todos a que no lancemos prejuicios, a que no provoquemos un conflicto y a que estrechemos más las relaciones; porque todo el ambiente, todo el espíritu de cada uno de los aquí presentes desea darse un abrazo íntimo, muy grande, confraternizar cada uno y no venir a disidencias ni echar a la patria sobre la más grande de las iniquiedades. (Aplausos)

El C. presidente:

Es elemental que principiemos por aprobar las credenciales, por dictaminar cuáles son las credenciales que se aceptan y cuáles las que no se aceptan; entre tanto, no hay nada a discusión.

El C. Eduardo González:

Que la Mesa Directiva nombre una comisión para la revisión de las credenciales, para que lo más pronto posible presente su dictamen.

El C. Ruiz:

Yo me permitiria proponer que se nombren para la comisión dos miembros de cada una de las Divisiones del Ejército Constitucionalista, y que esas declaraciones de la comisión fueran irrevocables para economizar tiempo. (Voces: no, no)

El C. Hay:

Yo pido que se declare que sea puesta a votación la lista de las personas que van a integrar la Comisión Revisora de Credenciales, y pido también que no sean consideradas como irrevocables sus decisiones; y que solamente esas decisiones sean presentadas a la honorable Asamblea para su aceptación o para que sean rechazadas, pues que no considero yo que cinco hombres sean lo suficientemente ilustrados, en cuanto a la posición y condición de cada uno de los elementos que han venido aquí para saber si deben, o no, ser rechazadas. Creo yo que sería mucho más honrado, sin alusión o crítica personal al señor Eduardo Ruiz, creo que sería mucho más honrado el que se sujete a la votación general, como se acostumbra en casos semejantes.

El C. presidente:

Hay dos puntos que se ponen a discusión.

El C. Eduardo Hay:

Pido que se pongan a votación secreta.

El C. presidente:

¿Qué punto, señor Hay?

El C. Hay:

Lo del nombramiento de la Comisión Revisora de Credenciales.

El C. presidente:

El señor delegado que habló primero, el punto que proponía, es que fueran irrevocables los acuerdos de la Comisión que se nombre.

(Al presentarse el ciudadano J. I. Robles, es saludado con aplausos).

El C. Hay:

Lo único que propongo yo es que haya algún orden, algún sistema; que primero se ponga a votación el nombre de las personas que han de integrar dicha Comisión Revisora, y segundo, poder discutir la Asamblea si las decisiones de la Comisión serán revocables o irrevocables. Yo creo que lo segundo puede dejarse para después. Por lo tanto, propongo que desde luego pasemos a la primera votación.

El C. Eduardo Ruiz:

Pido que esa Comisión se forme con dos miembros del Ejército Constitucionalista, correspondientes a cada División, o sea, una Comisión integrada por ocho o diez personas.

El C. Castillo Tapia:

Debe ser secreta, según entiendo yo.

El C. presidente:

Son diversos los puntos que se han tratado; yo creo que, para encauzar las discusiones, sería conveniente que primero designemos el número de miembros que deban formar la Comisión; éste es el punto que está a discusión. Los delegados que quieran proponer el número que deba componer la Comisión, tienen la palabra.

El C. Ruiz:

Dos para cada División.

El C. José Inocente Lugo:

Yo creo que para que haya orden en la discusión y no haya equivocaciones y no se desoriente el criterio, se formulen las proposiciones por escrito, para que así podamos encauzar las ...

El C. Renato Miranda:

Con el objeto de no perder el tiempo, yo creo más conveniente que sean cinco los miembros que integren la Comisión para la revisión de credenciales; yo creo que la revisión de credenciales, una vez que sean revisadas, serán sancionadas por la Asamblea.

El C. Hay:

Pido que se ponga a votación si deben ser cinco las personas que integren la Comisión, o deben ser dos.

El C. Eduardo González:

Entiendo que no se ha definido, que no está perfectamente determinado cuántas Divisiones hay en la República; asi es que no podríamos nombrar dos personas, dos delegados para esa Comisión por cada División, y suplicaría a su señoría el señor Hay, que es tan ilustrado, me haga el favor de ilustrarme en ese caso, cuántas Divisiones entiende él que hay en la República.

El C. Hay:

No contesto para no perder el tiempo, señor presidente. (Aplausos)

El C. Murrieta:

Rogaría a usted y rogaría también a mis compañeros, que en lo sucesivo y para mejor armonía, no estuvieran indicando División del Norte, División del Sur, ni División de ninguna otra naturaleza; nos hemos reunido como patriotas, como hombres honrados, como una sola familia, para tratar los asuntos de gran interés de la patria. (Aplausos)

El C. Eduardo González:

El número de miembros que debe integrar la Comisión, es de la facultad de la Mesa, porque como ése es un dictamen que solamente será aprobado por la honorable Asamblea, lo mismo es que esté integrada por dos, tres o cualquier otro número. De manera que creo que eso no se debe poner a discusión; el único punto es que la honorable Asamblea, en votación secreta, nombre el número de personas que deben formar esa Comisión, según indique la Mesa Directiva. (Aplausos)

El C. presidente:

La Mesa Directiva no quiere abrogarse facultades, y desea que la Convención determine qué número de personas debe formar la Comisión Revisora. Es el punto que está a discusión.

El C. Hay:

Me permito respetuosamente insistir en que se ponga a votación, si deben de ser dos por cada División los nombrados para dicha Comisión, o si deben de ser solamente cinco.

El C. Dusart:

Insisto nuevamente en que no sabemos cuántas Divisiones hay aquí.

El C. González Garza:

Para una moción de orden.

Visiblemente estamos entrando en discusiones bizantinas. Es precedente en todos los parlamentos del mundo y en todas las grandes Asambleas como ésta, que inmediatamente después de que los delegados han nombrado la Mesa provisional, ésta suplique a la Asamblea que inmediatamente nombre la Comisión Revisora de Credenciales. En el Congreso Nacional, la forma es la siguiente: se nombran cinco miembros para que revisen las credenciales de todos los presuntos diputados, y otra compuesta de dos para que, a su vez, revise las credenciales de los cinco. En el caso presente podemos hacer igual; es decir, que se nombre en secreto una Comisión de cinco miembros para que revise todas las credenciales de los presuntos delegados, generales y representantes que tienen derecho de concurrir a esta Asamblea. (Aplausos)

En consecuencia, señor presidente, sírvase su señoría invitar a todos los presentes a que procedan a la votación, en secreto, de cinco miembros como Comisión de Poderes.

El C. Marclano González:

Ha llegado a la Mesa esta proposición:

Proponemos que cinco de los ciudadanos que integran esta Convención sean nombrados para que formen la Comisión Revisora de Credenciales.

La firman los coroneles E. W. Paniagua y Josué M. Benignos. ¿Se aprueba la proposición? Aprobada.

Se va a proceder a la votación de los cinco delegados que deben revisar las credenciales. Se suplica a los ciudadanos delegados pasen a depositar sus votos. (Se procedió al escrutinio)

El C. secretario:

Se va a leer la lista de las personas que obtuvieron más de 10 votos: Lucio Blanco, 83; Aguirre Benavides, 88; Felipe Angeles, 50; Ramón F. Iturbe, 60; Esteban Márquez, 56; Eduardo Hay, 24; Eulalio Gutiérrez, 14, y Pánfilo Natera, 14.

La Mesa Directiva, por conducto de la Secretaría, declara miembros de la Comisión Revisora de Credenciales, a los ciudadanos generales Lucio Blanco, Aguirre Benavides, Felipe Angeles, Ramón F. Iturbe y Esteban Márquez. (Aplausos)

El C. Ruiz:

Propongo que se suspenda la sesión y que se reanude pasado mañana, y que, mientras tanto, se dé tiempo a la Comisión para que comience sus trabajos y los termine, supuesto que no hay nada a discusión.

El C. secretario:

La Mesa pregunta a esta honorable Asamblea si, no obstante que los cinco miembros electos para la Comisión Revisora de Credenciales son demasiado conocidos, desea que se nombre otra Comisión integrada por dos personas que revise las credenciales de ellos. (Voces: No, no)

Ellos no tienen credenciales.

La Mesa Directiva suplica a los señores miembros de la Comisión Revisora de Credenciales, pasen a recibir los documentos que hay pendientes.

Se va a dar lectura a un escrito que acaba de recibir la Mesa Directiva:

Proponemos, los subscritos, se manifieste a la Nación que la Revolución, por delegados, se ha unido a deliberar amplia y libremente en esta ciudad para dar cumplimiento a sus promesas.

Aguascalientes, 10 de octubre de 1914.
Coronel Salvador Herrejón.
El Coronel Ingeniero, S. Alcaraz R.
El General, J. I. Lugo.
Coronel B. Zaldívar Cervantes.
General S. González.
Joaquín Torres.
Saúl V. Gallegos.
Coronel Ingeniero P. Pulido.
General Alvaro Obregón.
Francisco Figueroa.

Está a discusión esta proposición.

El C. Castillo Tapia:

Antes, cuando la Mesa anterior entregó a sus señorías, había una proposición en el tapete, en la cual se solicitó que todos los presos que había en la Penitenciaría, fueran puestos en libertad; asimismo, que los presos que tenía el señor Maytorena y los que tenía el señor general Villa, fueran también puestos en libertad. Ahora se nos informa que el general Villa no tiene presos; pero el señor Maytorena sí los tiene, y ya se tiene la seguridad de que los tiene. Como nosotros tenemos la seguridad de que aquí saldremos fraternalmente, pero aquellos que están presos, que lucharon, qua han luchado tanto, no lo saben aún; y es una congoja para ellos, para sus familias, y sobre todo, se pidió en una Asamblea esto, pues que se vuelva a reconsiderar y se le suplique al señor Carranza que ponga en libertad a los presos que tiene en la Penitenciaría.

El C. Hay:

Apoyando la solicitud del compañero, me permitiría yo suplicar que la forma del telegrama que fuera dirigido al señor Primer Jefe, don Venustiano Carranza, y al señor general Maytorena, no fuese en calidad de súplica, sino en esta forma:

La Convención General Militar ha tenido a bien disponer que los presos políticos, etc., etc. (aplausos, bravos, etc.), porque las resoluciones de esta Asamblea son soberanas. (Aplausos)

El C. Gallegos:

Creo que debemos, por vía de orden, hacer que cuando se lea una proposición no se presente otra. Se acaba de leer esta proposición y se presenta otra muy buena, muy loable; pero creo que se debería discutir después, por vía de orden.

El C. Joaquín Torres:

Yo creo que los hombres mueren, pero que las ideas viven. Es lo único que digo.

El C. secretario:

La Mesa dispone, por conducto de la Secretaría, que se ponga a discusión la primera proposición, y que vuelvo a leer. (Le da lectura)

El C. Hay:

Propongo respetuosamente que se agregue que se ha resuelto que todas las resoluciones de esta Asamblea serán soberanas.

El C. Eulalio Gutiérrez:

Pido que todos los telegramas que vayan en el sentido que indica el señor, vayan firmados por la Mesa Directiva.

El C. secretario:

¿Nadie más pide la palabra?

El C. González:

Me parece que para subscribir la proposición y para dar algunos pasos, deberiamos antes saber si somos todos los que estamos, digo respecto a delegados.

Se trata de ver las credenciales para saber si todos son o no son delegados, de los que estamos aquí. No se ha resuelto nada, absolutamente nada respecto a las credenciales. Creo que no se debe dar ningún paso hasta no saber definitivamente esto.

El C. Paniagua:

Yo pido que se ponga a votación la proposición que la Secretaría ha leído, aunque no se hayan revisado las credenciales, porque todos los que estamos aquí somos mexicanos y debemos calmar la ansiedad pública de la República, lanzando ese manifiesto que se pide ahí; así es que pido se ponga a votación si se lanza, o no, ese manifiesto.

El C. R. González:

Suplico respetuosamente al señor presidente, que antes de hacer eso se pongan telegramas, porque si hay que calmar las angustias de la sociedad, también hay que calmar las de nuestros compañeros que están en la Penitenciaría. (Aplausos)

El C. presidente:

No está a discusión la proposición respecto a los presos; está a discusión la primera que se hizo en el escrito que acaba de leer el señor secretario.

El C. Castillo Tapia:

Pido la palabra para una moción de orden.

Ya está en carpeta la proposición anterior, pero se había hecho antes y tiene que discutirse primero.

El C. Osuna:

Ya está resuelto que se pusieran esos telegramas; creo que ahora hay que hacer nuevo trabajo.

Un C. delegado:

Señor presidente, creo que no hay ningún inconveniente en que se vote en favor de esa proposición, puesto que si es cierto que no han sido revisadas todas las credenciales, sí es cierto que nos hemos reunido en este lugar todos los que creemos ser representantes de la Revolución, para arreglar pacíficamente todas nuestras dificultades, y eso podemos darlo a saber a toda la República.

El C. Dusart:

Estimo muy conveniente que durante nuestras reuniones reine el orden. La primera cuestión que hay que resolver fue la primera que se presentó en seguida, después de que se nombre; la Mesa Directiva: revisar las credenciales, porque todas las decisiones que emanen después de revisar las credenciales, son legales, antes las estimo ilegales. (Siseos)

El C. Eulalio Gutiérrez:

Las determinaciones de todos los Jefes Constitucionalistas que estamos aquí no son ilegales; forman un núcleo en toda la República y son suficientemente fuertes para imponerse e imponer justicia. No son ilegales las disposiciones de esta Asamblea, faltarán detalles, eso sí; pero no que sean ilegales. (Aplausos)

El C. secretario:

La Mesa Directiva pregunta que, si no obstante que no se han discutido las credenciales, todavía es de discutirse esta proposición. Las personas que estén por la afirmativa, sírvanse pararse. La Mesa declara que se discute la proposición propuesta.

El C. Castillo Tapia:

Pido que se haga una reforma a esa proposición: todavía no es Convención; y no es Convención, porque no se han revisado las credenciales; de manera que es conveniente que se diga que la Junta preliminar es la que lanza el manifiesto.

El C. secretario:

No se habla de Convención; vuelvo a leerla. (Lee la proposición)

El C. Castillo Tapia (comenta):

Por delegados.

El C. secretario:

Por delegados.

El C. Ruiz:

La patria está en peligro en este momento, y'espera que sus hijos hagan algo para salvarla. En estos instantes, si lo lanzamos a la Nación, parece un prodigio; porque muchos negocios que estaban paralizados, muchos hombres activarán sus negocios y a todos vendrá la tranquilidad. Señores, pido que por aclamación se vote. (Aplausos y voces: Sí, sí)

El C. secretario:

La Mesa pregunta si se aprueba la proposición en los términos indicados, en que está escrita. (Voces: No)

El C. Ruiz:

Los que aprueben, que se paren.

Una voz:

Pido que se le quite la palabra presuntos.

El C. secretario:

Las personas que estén por la afirmativa sírvanse pararse.

La Mesa declara, por conducto de la Secretaria, que se aprueba la proposición.

El C. Buelna:

Aprobada ya esa proposición, hemos nombrado también una Comisión Revisora de Credenciales: ¿qué instrucciones se le van a dar a esa Comisión?, ¿a qué bases se debe sujetar para declarar buenas, o no, tales o cuales credenciales?

Es necesario que estos puntos, en mi concepto, deban ser precisados, porque de otro modo no podrían revestir un ...

El C. Castillo Tapia:

Está antes a discusión la proposición que presenté a la Mesa, que se le enviaran telegramas a los señores Maytorena, Villa y Carranza, para que pusieran en libertad, las tres personalidades, a los presos que tengan en sus penitenciarias.

El C. Buelna:

Perfectamente.

El C. Mariles:

Noto con mucha pena que nos estamos fijando en detalles que hasta da, realmente, vergüenza el tratarlos. ¿Quién puede dudar que alguno tenga la desvergüenza de meterse aquí dentro del redondel, no trayendo credencial, cuando que hemos probado ante el mundo que sí tenemos pundonor, puesto que hemos ido a las balas, y que quien no ha tenido pundonor no es capaz de meterse aquí no trayendo credencial? Así es que aquello de que se diga en los telegramas a la Nación que presuntos delegados, me parece poner obstáculos, cuando en lugar de ponerlos, deberíamos obviar el camino.

El C. presidente:

Ese asunto no está a discusión.

El C. Buelna:

Tengo la palabra desde antes. Decía yo, en mi concepto, es cosa que propongo, porque lo creo honrado, que se precisen los conceptos bajo los cuales se han de aceptar, o no, las credenciales; es muy honrado mi modo de proponerlo.

El C. presidente:

Se discutirá tan pronto como se discuta la proposición que se puso primero.

El C. Osuna:

Pido la palabra para una moción de orden. Creo que el ciudadano Castillo Tapia ha olvidado que ya se resolvió ese asunto, y que ahora debe presentarse una moción por escrito para que se discuta nuevamente, porque la que él cree haber presentado ya se resolvió allí mismo y se cumplió con lo que se ordenó a la Mesa que hiciera. Ahora que presente nueva proposición para seguirla discutiendo.

El C. González:

Pero como no se cumplió por ninguna de las partes, no quedó resuelta. De manera que todavía está en cartera esa proposición. (Voces: No, no) Que se proponga nuevamente.

El C. Castillo Tapia:

Informo a la Mesa que se lanzó la proposición de que se pusiera en libertad a los reos poUticos todos. Se nombró una Comisión para que enviara telegramas al señor Francisco Villa y al señor Maytorena, y otra Comisión para que se apersonara con el señor Venustiano Carranza, con objeto de que se pusiera en libertad a los reos, presos en la Penitenciaria. El señor licenciado Cabrera manifestó que no era indispensable que se nombrara Comisión, puesto que la Mesa estaba facultada para enviar telegramas. Entonces la Comisión fue a cumplir con su deber. Esta Comisión estaba compuesta por el señor general Obregón, general Carrera Torres y yo. Nos apersonamos con el señor Carranza, y nos contestó que si los señores Maytorena y Villa ponen a los reos políticos en libertad, él también los pondría con todo gusto. Nos acercamos al señor presidente de la Mesa, señor Murguía, para que pusiera telegramas con el fin de poner en libertad a los presos que tenían los señores Maytorena y Villa, y se le autorizó para que se dirigiera al señor Carranza a fin de que hiciera lo propio. Los señores Maytorena y Villa no contestaron al señor Carranza, y el señor Carranza, cuando lo fuimos a ver para suplicarle pusiera en libertad a los presos que estaban en la Penitenciaría, nos contestó que no había recibido ninguna contestación, y por lo cual no podía poner en libertad a aquellos señores; de manera que la proposición es la misma, es enteramente igual: que se envíe al señor Carranza y a los señores Villa y Maytorena, telegramas con objeto de que se ponga en libertad a aquellos individuos que han luchado, y sin embargo, están en la Penitenciaría, y los que debían estar, están muy fuera.

El C. Dosart:

Vuelvo a insistir, segunda vez, que juro por mi honor, delante de los generales de la División del Norte, que no tiene el general Villa, ningún preso político; de consiguiente, no se ...

El C. Castillo Tapia (interrumpiendo):

Ya lo dijo, señor; ya me he informado.

El C. Dusart:

Yo respondo por el general Villa, que no tiene ningún preso político.

El C. Castillo Tapia:

Ya lo dijo, señor.

El C. Dusart:

Muchas gracias.

El C. Hay:

Pido la palabra para preguntar respetuosamente al señor doctor Dusart, si está autorizado debidamente por el señor general Villa para hacer declaraciones en su nombre. (Aplausos)

El C. Dusart:

No estoy ...

El C. presidente:

No se le ha concedido a usted la palabra; tenga la bondad de pedirla.

El C. Dusart:

No estoy autorizado por el señor general Villa, solamente externo mi opinión de lo que sé: que no tiene presos políticos; no estoy autorizado por el general Villa.

Una voz:

Eso no vale.

El C. Castillo Tapia:

Pido la palabra. ¿Se tiene que hacer la proposición por escrito?

El C. presidente:

Tenga usted la bondad de hacerla por escrito.

El C. secretario:

Se va a dar lectura a la siguiente proposición:

Los subscritos ponen a la consideración de esta honorable Asamblea la siguiente proposición, encerrada en los siguientes puntos:

1. En vista de que ni el señor Maytorena ni el ciudadano Villa han contestado a la honorable Mesa Directiva de las primeras Juntas de la Convención en México, sobre la proposición de que fueran puestos en libertad todos los reos politicos que tuviesen en sus jurisdicciones que habían permanecido leales, o que habían sido simpatizadores del Primer Jefe don Venustiano Carranza, se les envía un nuevo telegrama solicitándoles la libertad de los referidcs reclusos.

2. Enviar telegrama al C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, dándole cuenta de que esta Asamblea ha acordado la inmediata libertad de los recluidos en la Penitenciaría del Distrito Federal, y que pertenecen a la División del general Emiliano Zapata y a la División del general Francisco Villa.

3. El teniente coronel ingeniero Guillermo Castillo Tapia fundará esta proposición.

Constitución y Reformas.
Aguascalientes, 10 de octubre de 1914.
Guillermo Castillo.
E. Aguirre Benavides.
R. V. Iturbe.
Eduardo Hay.

Está a discusión la proposición leída antes. Sírvanse ponerse de pie los que la aprueben. Aprobada.

La Secretaria, por instrucciones de la Presidencia, va a dar lectura a la siguiente proposición, subscrita por el ciudadano Buelna, que dice así:

Si se ha nombrado una Comisión Revisora de Credenciales, creo que deben dársele las bases o instrucciones a que deberá sujetarse, para aceptarlas o rechazarlas. Más bien: debe determinarse quiénes tienen derecho a integrar la Convención.

Está a discusión.

El C. Obregón:

Al sujetarse a votación, en esta honorable Asamblea, la creación de esa Junta, ha sido precisamente con el objeto de que se nombren personas con los conocimientos suficientes y la rectitud de criterio necesaria, para que, unidas, puedan, de una manera clara y terminante, determinar los méritos que pueda tener un hombre para venir a esta Convención, o para ser general; y se reserva esta honorab!e Asamblea el derecho legítimo de rechazar, o no, el acuerdo de la Junta. Creo, por consiguiente, que la proposición del compañero Buelna, aunque fuera encaminada a aclarar determinados puntos, creo que no puede tomarse en cuenta.

El C. Escobedo:

La proposición del señor general Buelna está perfectamente justificada. Se ha formado una Comisión Revisora de Credenciales, pero no sabe esa Comisión qué y cómo ha de revisar esas credenciales, cuáles son los pasos, a qué criterio debe ajustarse; debe tenerse en cuenta si es general o es jefe de armas, si es comandante militar o si es gobernador de Estado. Ya sabemos nosotros que en la ConvencÍón de México ya se tuvo en cuenta que era para gobernadores, comandantes militares y generales. ¿Va a seguir aquí la misma base? Es lo que conviene aclarar, para que sepa la Comisión Revisora a qué atenerse, es decir, para que tenga derecho de decir quién tiene derecho para representar en esta Convención o quién no lo tiene.

El C. Obregón:

Pido mis excusas al compañero Buelna por el error en que he incurrido. Creí que solamente se trataba de saber a quiénes se consideraba como generales y a quiénes no; pero tiene razón, y le pido excusas. (Aplausos)

El C. secretario:

La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaría, si aprueba la proposición del ciudadano Buelna, en los términos en que está concebida en lo general. Está concebida en los siguientes términos: (Nueva lectura)

El C. Eulalio Gutiérrez:

No está en términos concretos la proposición, porque es imposible que aquí la honorable Asamblea decida qué es lo que va a hacer la Comisión; de manera que suplico al señor general Buelna que retire su proposición, para poder proceder a la discusión y fijar una base conforme a la cual discutir la proposición.

El C. presidente:

La pregunta fue que se concretaran las bases, y que si se aprobaba en lo general la proposición presentada por el señor general Buelna.

El C. Osuna:

Creo que está suficientemente discutido, y todos estamos conformes en que deben precisarse esas bases; ahora faltará aprobarla y proponer en seguida las bases y no perder tiempo.

El C. secretario:

Sírvanse poner en pie los que aprueben en lo general la proposición del ciudadano Buelna. Aprobada.

Se va a dar lectura a la primera proposición que se ha recibido en la Mesa:

Los subscritos ponemos en consideración de la honorable Asamblea, que tengan representación en ella:

1. Los gobernadores de los Estados y Territorios.

2. Los Jefes Constitucionalistas que tengan a su mando más de mil hombres.

Los gobernadores y Jefes Constitucionalistas podrán hacerse representar en ella por delegados militares que hayan combatido con las armas en esta revolución, con fecha anterior a la toma de Zacatecas.

Aguascalientes, octubre 10 de 1914.
C. Prieto.
D. G. Berlanga.

Está a discusión.

El C. Hay:

Me da mucha pena tratar de mí mismo, pero voy a decirles a ustedes francamente en las condiciones en que estoy.

Yo no tengo más que mi asistente a mi mando; he procurado pelear y ayudar en lo que he podido, y, según esas bases, yo quedaré excluido. Yo creo que hay algunos de nosotros que estaremos en las mismas condiciones; por lo tanto, yo me permitiría proponer que estuvieran los generales, cuyo grado sea reconocido por esta Asamblea. La cuestión del reconocimiento dependerá solamente de que los jefes de la División reconozcan como pertenecientes a su División a determinados generales, o que haya jefes de División que salgan garantes del nombramiento de cualquier general aquí propuesto, ya sea que esté aquí por sí mismo o por su delegado.

Ruego a ustedes me perdonen el que haya hablado de mí en este sentido; pero en el conflicto en que me encuentro, lo he hecho. (Aplausos).

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 5 de octubre de 1914 Segunda parte de la Primera Junta Preliminar celebrada el día 10 de octubre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha