CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SEGUNDA JUNTA PRELIMINAR CELEBRADA EL DÍA 12 DE OCTUBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES
SUMARIO
Aprobación del acta de la sesión anterior.- Lectura de dos telegramas del C. Venustiano Carranza.- Dictamen de la Comisión de Poderes proponiendo la aprobación de 53 credenciales.- Son aprobadas 51 credenciales, desechándose las expedidas por los CC. Benjamín H. Hill Y Ricardo L. Cordero.- La Mesa resuelve que el C. Saturnino Cedillo se presente por sí mismo, quedando su hermano en libertad para nombrar nuevo representante.- Resuelve el C. presidente que, uniformemente, la Secretaría pregunte en sentido negativo al discutirse las credenciales.
PRESIDENCIA DEL C. GENERAL ANTONIO I. VILLARREAL
A las 10 a.m., habiendo en el salón el número competente de ciudadanos delegados, se abrió la sesión.
El C. secretario Almanza dio cuenta con el acta de la sesión anterior que, puesta a discusión, sin debate fue aprobada en votación económica, y con los telegramas que a continuación se expresan:
Señor general Antonio I. Villarreal.
Agradeceré a usted se sirva avisarme la inauguración de esa Asamblea Constitucionalista, porque debo presentar a la consideración de ella algunos asuntos de interés público.
Palacio Nacional en México, 12 de octubre de 1914.
Venustiano Carranza. - (Contestado.)
Señor general Antonio I. Villarreal.
Esta Primera Jefatura ha recibido el siguiente oficio:
República Mexicana.
Ejército Libertador.
Brigada Santaella y Santibáñez.
Hónrome comunicar a usted que, habiendo sido nombrado por el ciudadano Emiliano Zapata, General Jefe del Ejército Libertador de la República Mexicana, delegado para asistir a las conferencias en la ciudad de Aguascalientes, en compañía de los miembros de mi Estado Mayor, suplico a usted atentamente se sirva librar sus respetables órdenes, a fin de que se nos proporcionen los salvoconductos y los pases necesarios a fin de dar cumplimiento a la comisión que se nos confió, en lo que recibiremos especial gracia. Protesto a usted las seguridades de mi distinguida consideración y respeto.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Campamento en Tizapán, octubre 10 de 1914.
El General en Jefe de la Brigada, G. S. Santibáñez.
Al ciudadano general Venustiano Carranza, General en Jefe del Ejército Constitucionalista.
Presente.
Sírvase decirme si esa Asamblea ha invitado al general Emiliano Zapata para que designe representantes a ella, o, en caso de no haberse hecho invitación, si serán admitidos los mencionados en el oficio anterior. Permítome advertir que al mismo tiempo que estas agencias convencionistas, las fuerzas del general Zapata guardan una actitud hostil. Deseo inmediata contestación, para que en el caso de haber sido invitados o de que se les admita, les expida esta Primera Jefatura los salvoconductos y pases que solicitan.
El Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza. - (Contestado.)
El C. secretario Santos:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, suplica muy atentamente a la Comisión Revisora informe si ya terminó los trabajos, o si tiene algunos terminados para presentarlos a la Asamblea.
El C. Aguirre Benavides:
Están terminados los trabajos que le encomendaron a la Junta Revisora; ahí está el dictamen sobre ese punto; le suplico a la Secretaría sea leído.
En seguida se dio cuenta con el dictamen presentado por la Comisión Revisora de Credenciales, que dice así:
La Comisión nombrada por esta Respetable Asamblea, para hacer el estudio de las credenciales presentadas por los señores generales, gobernadores de los Estados y jefes políticos de los territorios o por sus delegados, basándose en la proposición aprobada por esta Junta en la sesión pasada, que dice que solamente formarán parte de esta Convención los generales, gobernadores de los Estados y jefes políticos de los territorios federales, cumpliendo con su encargo y previo concienzudo estudio que ha hecho de los documentos que acreditan dichas credenciales, se permite someter a la deliberación y aprobación de esta Honorable Asamblea las siguientes proposiciones:
Son de aceptarse y se aceptan las credenciales siguientes:
1° la expedida a favor del señor mayor Francisco S. Mancilla, por el ciudadano general Eugenio A viña.
2° La expedida a favor del coronel Daniel Ríos Zertuche, por el general Abelardo Menchaca.
3° La expedida a favor del teniente coronel Arturo Lazo de la Vega, por el general Ildefonso G. Vásquez.
4° La expedida a favor del coronel Samuel G. Vásquez, por el general M. M. Acosta.
5° La expedida a favor del coronel Pedro Morales, por el general brigadier Máximo Rojas.
6° La expedida a favor del teniente coronel doctor Renato Miranda, por el general brigadier Francisco Cosío Robelo.
7° La expedida a favor del coronel Joaquín Casarín, por el general de brigada Ignacio L. Pesqueira.
8° La expedida a favor del ciudadano Fermín Carpio, por el general de brigada M. Diéguez.
9° La expedida a favor del mayor Dionisio Marines, por el general Ernesto Santos coy.
10. La expedida a favor del coronel Roque González Garza, por el general Francisco Villa.
11. La expedida a favor del coronel Rafael de la Torre, por el general Francisco Coss.
12. La expedida a favor del coronel Vito Alessio Robles, por el general Eduardo Carrera G.
13. La expedida a favor del coronel Sidronio Méndez, por el general Francisco S. Carrera.
14. La expedida a favor del coronel Nabor Carreón Morales, por el general Alberto Carrera Torres.
15. La expedida a favor del coronel Bibiano Zaldívar Cervantes, por el general Luis Caballero.
16. La expedida a favor del coronel Lázaro J. Hernández, por el general Jesús Dávila Sánchez.
17. La expedida a favor del mayor Antonio de la Barrera, por el general Andrés Saucedo.
18. La expedida a favor del coronel Ponciano Pulido, por el general J. Rentería Luviano.
Igualmente se aceptan las credenciales recibidas por la vía telegráfica, que son las siguientes:
19. La expedida a favor del capitán José Mancilla, por el general Ricardo L.
Cordero.
20. La expedida a favor del teniente coronel Isabel P. Balderas, por el general H. Alvarez.
21. La expedida a favor del coronel Gabino Bandera y Mata, por el general Gabriel Gavira.
22. La expedida a favor del mayor Manuel Roncal, por el general Juan Carrasco.
23. La expedida a favor del coronel Félix Ortega, por el general Angel Flores.
24. La expedida a favor del coronel Manuel Ortega, por el general José María R. Cabanillas.
25. La expedida a favor del ciudadano mayor Alfredo Jaime, por el general Pilar R. Sánchez.
26. La expedida a favor del ciudadano general Alvaro Obregón, por el general Benjamín Hill.
27. La expedida a favor del coronel Ignacio S. Vallejo, por el general brigadier T. Gómez.
28. La expedida a favor del ciudadano coronel ingeniero Salvador Alcaraz, por el general Alfredo Elizondo.
29. La expedida a favor del ciudadano teniente coronel Eduardo C. González, por el ciudadano general Gustavo A. Elizondo.
30. La expedida a favor del ciudadano Vicente F. Escobedo, por el general Abraham Cepeda.
31. La expedida a favor del ciudadano mayor Guillermo Gaona Salazar, por el ciudadano general Alejo González.
32. La expedida a favor del ciudadano capitán primero Jesús M. Garza, por el ciudadano general Juan Dozal.
33. La expedida por el ciudadano general Jesús Carranza, a favor del ciudadano coronel Gregorio Osuna.
34. La expedida a favor del ciudadano coronel Herculano Valle, por el general Epifanio Rodriguez.
35. La expedida a favor del ciudadano teniente coronel Alfredo Rodríguez, por el ciudadano general Pablo González.
36. La expedida a favor del ciudadano coronel Enrique W. Paniagua, por el general Agustín M. Galindo.
37. La expedida a favor del ciudadano coronel Samuel M. Santos, por el general Jacinto B. Treviño.
38. La expedida a favor del ciudadano Manuel García Vigil, por el ciudadano general M. Cedillo.
39. La expedida en favor del coronel Salvador Herrejón, por el general Martín Castrejón.
40. La expedida en favor del mayor Saúl V. Gallegos, por el general Luis Colín.
41. La expedida a favor del ciudadano coronel Enrique Estrada, por el general Ramón Sosa T.
42. La expedida a favor del coronel Vicente Dávila, por el general Luis Gutiérrez.
43. La expedida a favor del general Ricardo R. Cordero, por el general J. Lechuga.
44. La expedida a favor del coronel Josué Benignos, por el general Cándido Aguilar.
45. La expedida a favor del coronel Franco Figueroa, por el general Rómulo Figueroa.
Se aceptan igualmente las credenciales correspondientes a los señores gobernadores de Estado siguientes:
46. La expedida a favor del ciudadano mayor Ramón Gámez, por el gobernador de Guanajuato, general Pablo A. de la Garza.
Las siguientes credenciales se recibieron por la vía telegráfica:
47. La expedida a favor del capitán primero Francisco A. Betanzos, por el señor licenciado Jesús Acuña, gobernador interino del Estado de Coahuila.
48. La expedida a favor del teniente coronel Ricardo González, por el gobernador de Yucatán, E. Avila.
49. La expedida a favor del teniente coronel Federico Silva, por el gobernador de Puebla, general Cesáreo Castro.
50. La expedida a favor del mayor Mauricio Contreras, por el gobernador de Sinaloa, Felipe Riveros.
51. La expedida a favor del coronel José Rodríguez Cabo, por el jefe político y comandante militar de Quintana Roo, coronel A. Garcilazo.
52. La expedida a favor del coronel Felipe G. de Lara, por el jefe político y comandante de Tepic, ciudadano Carlos C. Echeverria.
53. La expedida a favor del teniente coronel profesor David Berlanga, por el gobernador de Aguascalientes, Alberto Fuentes D.
54. La expedida a favor del coronel Francisco R. Serrano, por el jefe político de la Baja California, Distrito Sur, ciudadano M. L. Cornejo.
55. Se acepta la credencial expedida en favor del teniente coronel Marciano GonzáIez, por el ciudadano general Teodoro Elizondo.
Aguascalientes, octubre 12 de 1914.
E. Aguirre Benavides.
R. F. Iturbe.
Esteban Márquez.
Felipe Angeles.
El C. Alessio Robles:
Para una moción de orden. Son dictámenes separados; propongo a la Asamblea que se discuta separadamente cada dictamen.
El C. secretario González:
Se está dando lectura a los dictámenes, no están todavía a discusión. Está a discusión en lo general el dictamen de la Comisión Revisora de Credenciales. ¿No hay quien tome la palabra?
El C. F. Neri:
Traigo yo la representación del general Gilberto Camacho, y no se menciona en el dictamen de la Comisión. Mi credencial fue enviada telegráficamente.
El C. Aguirre Benavides:
Quedan todavía algunas credenciales allá, que están en estudio; no está terminado el dictamen.
El C. secretario González:
¿Nadie más toma la palabra?
El C. Vigil:
Para solicitar únicamente que se ponga a votación el dictamen de la Comisión, en lo que respecta a la credencial que yo tenía, y que después, como acaba de informar la Secretaría, se ha transferido este poder a otro señor. Quiero saber si se acepta la credencial primitiva o la segunda.
El C. secretario:
La Mesa informa que eso será cuando se pida la votación en lo particular.
La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaría, si se aprueba el dictamen en lo general. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner en pie. Aprobado.
El dictamen de las Comisiones se va a poner a discusión en lo particular, y dice así: (Leyó)
Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? Sírvanse poner de pie los que no lo aprueben.
El C. Berlanga:
Pido la palabra. Tenga usted la bondad de informar si el señor Mancilla tiene grado de general.
El C. secretario:
No es general.
El C. Berlanga:
Propongo sea desechada.
El C. Aguirre Benavides:
Mayor Francisco S. Mancilla.
El C. Vásquez:
Propongo que al nombrar los delegados se vea la credencial que han traido. (Voces: No, no)
El C. Paniagua:
Propongo que no se acceda a lo que dice el ciudadano delegado, porque si no, no acabamos, por una parte; y por otra, ¿para qué se nombró la Comisión Dictaminadora?
El C. Hay:
Apoyando la proposición del señor Vásquez, creo que es muy justa su petición, y la razón es la siguiente: es cierto que hemos comisionado a varios miembros de esta Asamblea para examinar las credenciales, pero la decisión de esa Comisión está sujeta a la aprobación o reprobación de esta Asamblea, pues aun cuando esa Comisión tiene amplísimas facultades, la Asamblea puede dar su resolución en pro o en contra de esas credenciales; creo que es de todo punto injusto el que aprobemos una credencial sin conocer su texto.
El C. Maríel:
Pido la palabra.
El C. Secretario:
A fin de que se encarrile la discusión, toda proposición debe hacerse por escrito.
El C. Eduardo González:
¿Es necesario hacer por escrito hasta las proposiciones de orden económico?
El C. secretario:
La Mesa desea que la Asamblea decida sobre ese particular. Sírvanse ponerse de pie los que estén porque se hagan por escrito las proposiciones de orden económico. Continúa la discusión.
El C. González:
Entonces creo que se debe considerar la proposición del ciudadano Hay, porque es una de orden económico y es esto facultad de la Mesa.
El C. Osuna:
Hay credenciales a las que es inútil darles lectura, porque son perfectamente conocidos tanto el representante como el representado; así abreviamos el trabajo y ganamos tiempo, solamente dando lectura a aquellas en que hubiera alguna duda.
El C. Obregón:
Voy a afirmar lo dicho por el compañero Osuna.
La Comisión que se ha nombrado es suficientemente competente para dictaminar si una credencial es buena, si está bien concedido el poder o no, y solamente deben sujetarse a la Asamblea las personalidades, es decir: si está autorizada una persona para concurrir por medio de delegado, y si el delegado tiene los requisitos que la Asamblea ha determinado para concurrir a ella y los medios por los que se le haya autorizado.
El C. Agurrre Benavides:
Hay un ánimo general, señores, en esta Asamblea, de evitar dificultades, de obviar caminos y de estrecharnos y unirnos todos; estamos procurando evitar esas discusiones que puedan llegar a puntos enojosos, siendo que ya hubo una Comisión dictaminadora en la cual estuve honrado yo, y obviar lo más posible. La Asamblea, en general, conoce casi a todos los generales y a todos sus representantes, y ella, por mayoría, sabrá quiénes deben estar aquí y quiénes no.
El C. secretario:
Considerando este asunto de orden económico, la Mesa determina que solamente se dé lectura a los antecedentes de las credenciales que sean objetadas.
Se da cuenta con la credencial expedida a favor del ciudadano F. S. Mancilla, por el ciudadano Aviña. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? Sírvanse ponerse en pie los que estén por la negativa. Aprobada.
Asimismo se da cuenta con la expedida a favor del ciudadano D. Ríos Zertuche, por el ciudadano A. Menchaca.
Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica, ¿se aprueba? Aprobada.
El C. Berlanga:
Pido la palabra. (Voces: ¡Ya está aprobada!) Al señor licenciado Ramon Fraustro se le dijo allá, en la Convención de México, que no tenía derecho a mandar un representante, porque era un militar asimilado; que por el hecho de ser licenciado se le había dado un grado y después había ascendido; pero era realmente un militar asimilado, por eso fue desechado.
Ahora tenemos el casó en que el coronel Zertuche está precisamente en las mismas condiciones que el licenciado Fraustro: es coronel porque tenía el grado de mayor, siendo médico. Creo que debe reconsiderarse este asunto, si se acepta en ese sentido o si se desecha. (Voces: ¡Ya ha sído aprobado!)
El C. secretario:
Ya ha sido aprobado, no hay nada a discusión.
El C. Murrieta:
Como son muchas las credenciales y la verdad es que no por flojera, pero la verdad es que nos tenemos que estar parando o sentando a cada momento, suplico al señor secretario que se invierta el procedimiento o que sencillamente se levante la mano para indicar si se aprueba o no, y no nos estemos parando a cada momento.
El C. Vásquez:
Pido la palabra para una aclaración. Los cargos de mi compañero Berlanga contra el señor Ríos Zertuche, me parecen realmente inútiles, porque el doctor Ríos Zertuche no es un militar asimilado. Si el hecho de tener una profesión significa que está asimiiado en nuestras fuerzas, está errado el señor Berlanga en su idea. El señor Ríos Zertuche ha sido uno de los primeros revolucionarios que acompañó al señor general Blanco hasta Tamaulipas, y en la campaña que se llevó a cabo en Coahuila, y anduvo, no como doctor, sino como soldado. (Aplausos)
El C. Berlanga:
Pido la palabra.
El C. presidente:
No hay nada a discusión. ¿Es para una moción de orden?
El C. Berlanga:
No, señor, para una aclaración. Creo que se estaba discutiendo una credencial. No he hecho ningún cargo, al decir que el señor Zertuche es un militar asimilado.
El C. secretario:
Está a discusión la credencial expedida por el general Ildefonso G. Vásquez, en favor del teniente coronel Arturo Lazo de la Vega. ¿No hay ninguna observación? Sírvanse levantar el brazo derecho los que la aprueben. (Siseos)
El C. Hay:
Solamente me levanto para aprobar, pues hasta este momento no se ha aprobado la levantada de mano.
El C. secretario:
Sírvanse poner en pie los que la aprueben. Aprobada.
La expedida a favor del ciudadano Samuel G. Vásquez por el señor M. M. Acosta, está a discusión. Sírvanse poner en pie los que no la aprueben. Aprobada.
¿Se aprueba la expedida a favor del coronel Pedro Morales por el general brigadier Máximo Rojas? Está a discusión. Sírvanse poner en pie los que no la aprueben. Aprobada.
La expedida a favor del doctor Renato Miranda por el señor general Cosío Robelo. Está a discusión. Sírvanse poner de pie los que no la aprueben. Aprobada.
La expedida a favor del general Joaquín Casarin por el ciudadano general Ignacio L. Pesqueira. Está a discusión. Los que no la aprueben, sírvanse poner en pie. Aprobada.
La expedida a favor del señor Fermín Carpio por el señor M. Diéguez. Está a discusión. Sírvanse poner en pie los que no la aprueben. Aprobada.
La expedida a favor del señor Dionisio Marines por el señor general Ernesto Santoscoy. Aprobada.
Sucesivamente, y sin discusión se aprobaron las siguientes credenciales:
La expedida por el ciudadano general Francisco Villa, a favor del coronel Roque González Garza.
La expedida a favor del coronel Rafael de la Torre, por el general Francisco Coss.
La del coronel Vito Alessio Robles, expedida por el general Eduardo Carrera G.
La del coronel Sidronio Méndez, expedida por el general Francisco S. Carrera.
La del coronel N abor Carreón Morales, expedida por el señor general Alberto Carrera Torres.
La del coronel Bibiano Zaldívar Cervantes, expedida por el señor general Luis G. Caballero.
La del coronel Lázaro J. Hernández, expedida por el señor general Jesús Dávila Sánchez.
La del mayor Antonio de la Barrera, expedida por el general Andrés Saucedo.
La del coronel Ponciano Pulido, expedida por el señor general J. Rentería Luviano.
Se pone a discusión la credencial del capitán José Mancilla, expedida por el general Ricardo L. Cordero.
El C. Villarreal:
Pido la palabra. Tengo motivos para creer que ese señor Cordero no es general. Yo desearía que se leyera la credencial respectiva.
(La Secretaría leyó la credencial expedida por el ciudadano Ricardo L. Cordero, a favor del capitán José Mancilla)
El C. Villarreal:
Yo desearía que si alguno de los delegados conoce a este señor Cordero, me dijera si es el mismo que estuvo de jefe político en Ciudad Camargo, Chihuahua.
El señor general Cordero es jefe accidental de la segunda División de Oriente y hace como veinte días que fue nombrado. Este señor reside en Puebla y sus fuerzas están en Calpulalpan; tiene a su mando cerca de mil quinientos hombres. El señor general Ornelas conoció a este señor general.
El C. González:
Si es el que estuvo de jefe político en Ciudad Camargo, se llama Ricardo Cordero; creo que debe ser el mismo.
El C. García Vigil:
Yo también lo conozco, es el mismo que estuvo en Ciudad Camargo cuando entraron las fuerzas antirreeleccionistas. Creo que ahí iba usted, mi general. (Dirigiéndose al ciudadano Villarreal)
El C. Villarreal:
Sí, señor, yo iba ahí.
El C. García Vigil:
Después el señor Cordero se ligó con Pascual Orozco. Estuvo, justamente, con Miguel Quiroga, Alfonso Castañeda, José Serret y otros varios juntos con él en la campaña contra el señor Madero; después fue a San Antonio, allá estuvo con Miguel Quiroga, con Manuel Garza Aldape y Delio Moreno Cantón, y pasó, a merced del cuartelazo, a la frontera, internándose en territorio mexicano.
Posteriormente, no sé qué cosa habrá sido, pero él es de filiación felixista.
El C. Villarreal:
Pido a esta Asamblea que no sea aceptada la delegación que tiene el llamado general Cordero, porque por los datos que han suministrado los señores, es el mismo que yo conocí en 1911, cuando las fuerzas antirreeleccionistas tomaron la plaza de Ciudad Camargo, Chihuahua. Este señor era entonces jefe político de la dictadura. Posteriormente se alió con el movimiento orozquista, y creo un deber el que se expulse de nuestro seno a hombres como el llamado general Cordero. (Aplausos)
El C. González Garza:
Señores delegados: En la sesión pasada quedó definido que en esta Asamblea reinaría un espíritu de armonía y de concordia. Se fijaron las bases en las cuales debía apoyarse la Comisión nombrada para la revisión de credenciales, a fin de que con toda justicia y conforme a ellas las aprobaran.
La credencial a la cual se acaba de dar lectura, procede nada menos que de un jefe accidental de una de las Divisiones del Cuerpo de Ejército del Noreste; y la Comisión compuesta de hombres conscientes, y sobre todo, dispuesta a cumplir los acuerdos de esta Asamblea, no tuvo más remedio que dar crédito al nombre con que viene firmada esa credencial; porque no concibe que la División del Noreste jaya dado cabida a un hombre de filiación netamente contraria a la revolución. Culpa no es de la Comisión, culpa es del jefe superior del Cuerpo de Ejército, que admite en sus filas a hombres que no merecen estar en el Ejército Constitucionalista. Propongo, por lo tanto, que antes de rechazar esa credencial, que está de acuerdo con lo estipulado en esta Asamblea, por medio de la Mesa Directiva se envíe una comunicación telegráfica al Jefe del Cuerpo de Ejército del Noreste, que destituya, por indigno de pertenecer al Ejército Constitucionalista, al que se dice llamar general Cordero. (Aplausos)
El C. Villarreal:
Para una aclaración. En ninguna forma he inculpado yo a la Comisión Revisora; creo sinceramente que la Comisión Revisora no conocía al llamado general Cordero; si no, todos los casos dudosos deben resolverse por mayoria de votos, puesto que hemos declarado que esta Convención es soberana. No obstante la buena fe que estimo en la Comisión Revisora, he creído de mi deber hacer este llamamiento, aunque yo sea del Cuerpo de Ejército del Noreste y aunque haya sido este señor general aceptado por el jefe de ese Cuerpo, puesto que hemos venido aquí como ciudadanos y no como soldados.
El C. Berlanga:
Para rogar a la Secretaría, si está aquí el señor representante del general Cordero, se sirva informarnos respecto de él.
El C. Obregón:
Que se declare lo suficientemente discutido el punto, porque con los datos que tenemos, vemos clara y terminantemente que ni es general, ni es tal cordero. (Risas)
El C. Roque González Garza:
Pido la palabra para una moción de orden. La Asamblea, previa una discusión, puede revocar cualquier acuerdo que ella tome, para que la Comisión de Poderes, ajustándose a las bases acordadas en la sesión anterior, retire esa credencial; pero es necesario que la Asamblea, primero, retire esa cláusula que dice: que todos los generales con mando de fuerzas pueden tener representación aquí. Lo correcto, lo prudente, en este caso, es que deje de ser general el señor Cordero, para que inmediatamente la Comisión, una vez en posesión de este dato, destituya de esta Asamblea al que se dice su representante.
Eso es lo correcto, porque de lo contrario sería contradecir lo acordado por esta Asamblea.
El C. Obregón:
Creo que cometeríamos una injusticia en destituir a un hombre que viene representando a uno que se dice general; si el señor representante es indigno de estar entre nosotros, que se le destituya; pero si es digno, debe comunicársele el acuerdo de esta Asamblea y él mismo deberá retirarse.
El C. Benignos:
Esta Asamblea se reserva el derecho de aprobar o reprobar los acuerdos de la Comisión Revisora de Credenciales.
El C. González:
Apoyo lo dicho por el ciudadano Roque González Garza, y creo que tiene sobrada razón para ello. Nosotros no venimos aquí a discutir antecedentes de los que son generales, aunque éstos sean generales de ayer, de antier o de hace un año. Si ese señor es general, porque así ha sido nombrado, debe admitirse a su representante que está aquí, y si nosotros no lo consideramos digno de pertenecer al Ejército, es completamente distinta la cuestión del dictamen. Creo es asunto que debemos tratar después y decir si se retira, o no, pero antes debe permanecer aquí.
Todos los representantes que venimos aquí a nombre de nuestros generales, debemos aceptar todos los cargos que a ellos se les hagan; por lo tanto, apOYo la petición del señor González Gárza.
El C. González Garza:
Pido la palabra para una moción de orden.
El C. presidente:
Tiene la palabra el ciudadano González Garza, para una moción de orden.
El C. González Garza:
Pido que el representante del señor Cordero explique su actitud en esta Convención. Está presente.
El C. Mancilla:
Señores, yo sólo sé que es general; pero detalles anteriores no conozco ningunos.
El C. González:
El señor capitán Mancilla, representante del señor Cordero, ignoraba quién era el general Cordero, por haber pertenecido el señor Mancilla a otro Cuerpo de Ejército, y hasta hace poco se incorporó al del Noreste.
Respecto de si el señor Cordero es general, o no lo es, debemos aceptarlo como general, puesto que en la ciudad de México se codeaba con todos los generales que estaban ahí; fue aceptado por el Primer Jefe, por la Secretaría de Guerra, quien le reconoció su grado, y nosotros no tenemos más que aceptar lo que haya hecho el Ministro de la Guerra ... (Voces: No, no) Sí, señores, es cosa distinta discutir quién tiene méritos para concurrir a la Convención y quién no los tiene; por ahora, en un Cuerpo de Ejército, como en otro y otros, hay militares de varias clases, y si este señor se ha colado, eso se averiguará después. Creo que ahora debe aceptarse su representación.
El C. Aguirre Benavides:
La Junta Revisora, como toda la Asamblea, está animada de un espiritu de concordia para que entren aquí todos los elementos; pero, naturalmente, si se cuela dentro de nuestras filas un elemento enteramente reaccionario, felicista, ¿por qué hemos de aceptarlo, aun cuando tenga el grado de general?
Yo creo a esta Asamblea soberana para admitir o desechar. (Aplausos)
El C. Hay:
Creo que lo justo sería hacer lo propuesto por los señores coroneles Garza y González. Nosotros hemos aprobado que recibiríamos en nuestro seno a los generales perfectamente identificados.
El señor general Cordero es un general identificado, de modo que, de acuerdo con la resolución anterior, debemos aceptarlo en nuestro seno; pero después de haber cumplido con nuestro compromiso aquí, considerando que no es digno de pertenecer al Ejército, en el caso de que eSo se compruebe, entonces nosotros estamos en la obligación de manifestar al Primer Jefe y al general en jefe del Cuerpo de Ejército del Noreste y pedirle que lo destituyan, y una vez que ellos lo destituyan, se comunicará a esta Asamblea, y esta Asamblea revocará el derecho a su representante de estar aquí.
Al señor representante no se le puede hacer responsable de los actos anteriores del señor Cordero; seria indecoroso de nuestra parte achacarle actos que no le corresponden a él; por otro lado, sería indecoroso de nuestra parte el rechazar a un individuo que hemos aceptado para la generalidad; es decir, hemos dicho que sean aceptados todos los generales que estén identificados; ¿es un general identificado?
Aceptémoslo; ¿es indigno de pertenecer a esta Asamblea? Entonces pongamos mensajes y destitúyasele, y entonces se le arrojará a ese general o pseudo general de esta Asamblea, y ya entonces al señor representante, con el respeto y honor que se merece, se le dirá que no le corresponde estar aquí.
El C. Lugo:
Para suplicar a los señores delegados que no se desvien del punto a discusión. Vamos a resolver, únicamente, acerca del dictamen de la honorable Comisión Revisora y no nos preocupemos por la filiación del señor Cordero, sino que, después, con entera justificación, si la Asamblea lo cree conveniente, para que depure a todos aquellos que están aquí y que no merezcan estarlo, no solamente el general Cordero debe ser uno de ellos. Necesita, en primer lugar, ser oído todo aquel que se discuta, y yo creo que aquí hay muchos individuos que están en el mismo lugar que el señor Cordero. Ahora, solamente se debe resolver el dictamen que presenta la honorable Comisión.
El C. Berlanga:
Pido que mientras no se compruebe, no se identifique perfectamente bien al señor general Cordero ante esta Asamblea, comO general revolucionario, más bien como general constitucionalista, se suspenda su representación aquí en esta Asamblea. (Voces: ¡No, "no!) Lo digo, y ya con antecedentes, pues debo decirles a ustedes que en México desechamos a dos, al señor Canseco y no recuerdo a quién otro, precisamente porque ahí, en plena Asamblea, se discutieron sus antecedentes y resultaron ser de filiación felicista, y fueron arrojados con todos los honores que les correspondían. (Risas) Estamos, precisamente, en el mismo caso, y debemos proceder siempre con la rectitud que hemos acostumbrado, porque si el señor Cordero vino a sorprender al Primer Jefe, que le dio el grado, y que ha querido sorprendernos, nosotros somos soberanos e independientes. Para nosotros no hay Primera Jefatura; hay la Asamblea, que está sobre el Primer Jefe, y esta Asamblea es soberana; ante esta Asamblea deben responder los titulados y no ante el Primer Jefe.
El C. Hay:
Para hacer una aclaración al señor compañero Berlanga. En las Juntas que tuvieron verificativo en la ciudad de México, estuvieron presentes las personas invitadas por el Primer Jefe; aquí ha habido un acuerdo perfectamente bien definido: el de que podían estar presentes, no sólo las personas invitadas por el Primer Jefe, sino los generales identificados. No es una defensa la que hago en pro del general Cordero, ni tampoco es un ataque en su contra; eso vendrá a su tiempo.
Desde el momento en que en esta Asamblea aprobamos que estuvieran presentes los generales identificados o sus representantes, debemos aceptar, si es que está debidamente identificado, como lo ha demostrado, el señor Jefe del Estado Mayor del general Pablo González, Jefe del Ejército del Noreste, al señor general Cordero, y después se nombrará una comisión que investigue el derecho que cada señor general tenga; después se podrán hacer las mociones de destitución, pero, por lo pronto, peguémonos a lo que hemos aprobado, y así no tendremos discusiones bizantinas.
Por lo tanto, pido, que si la identificación del señor Cordero es aceptable, se le apruebe para que el señor su representante esté aquí presente.
El C. secretario:
La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaría, si está suficientemente discutido. (Voces: ¡Sí, sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie.
El C. González Garza: Repita usted la pregunta.
El C. secretario:
La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaria, si está suficientemente discutido el asunto relativo a la credencial del señor Cordero. (Voces: ¡Sí lo está!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Reprobada. (Aplausos)
Señores: parece que la opinión general es que hubo duda o mala interpretación respecto de la pregunta de la Secretaria.La Secretaría dice: los que aprueben la credencial del señor general Cordero, sírvanse poner en pie. Reprobada.
El C. González Garza:
Pido la palabra para una aclaración, antes de pasar a otra credencial.
Ha habido una grave inconsecuencia en este momento. Ha quedado en pie el problema que planteó el señor general Villarreal, porque ha sido desechada la credencial del señor Cordero, y el señor Cordero sigue de general en el Cuerpo de Ejército del Noreste.
Ha habido una mala interpretación; la Asamblea debe ser consecuente en sus acuerdos anteriores; debió aceptar esa credencial, púesto que viene en la forma legal, y después de aprobarse, presentar por escrito la proposición de que el llamado general Cordero sea destituido del Ejército Constitucionalista. No hay que confundir las cosas.
Es muy posible que haya aquí espíritus débiles que supongan que, porque nosotros nos paramos para aprobar esa credencial, tengamos la intención de que ese señor continúe en el Ejército Constitucionalista. Nada más falso, yo seré el primero en presentar, en tiempo oportuno, una moción por escrito para que el llamado general Cordero sea destituido y deje de pertenecer al Ejército Constitucionalista.
Hecha esta aclaración, juzgue la Asamblea lo que crea conveniente; pero encaucemos la discusión por donde deba ir.
El C. Berlanga:
La Asamblea no ha sido inconsecuente; la Asamblea ha procedido con toda consecuencia y con toda lógica y con todo derecho también.
Con toda justicia no ha desechado del Ejército al general Cordero, lo ha desechado de aquí de la Asamblea. No es derecho de la Asamblea desechar del Ejército al general Cordero, eso será un asunto muy distinto; sí es derecho de la Asamblea aceptar o desechar a los que aquí vengan. Así, pues, está en su pleno derecho al desechar a cualquier otro general que no estuviera identificado con la Asamblea.
El C. Hay:
No para discutir la credencial del llamado general Cordero, puesto que ya está rechazada; pero solamente para evitar que volvamos a recaer en el error en que, de toda buena fe, pero indebidamente, hemos caído.
Nosotros, ante todo, debemos ser guiados, tanto en los actos aquí de la Asamblea, como fuera de ella, por un espíritu de justicia. La justicia debe estar sobre los sentimientos y sobre las símpatías.
Es indudable que un individuo que ha pertenecido a diferentes elementos contrarios a la causa del pueblo, debe ser profundamente antipático a todos nosotros; pero por antipático que nos sea, si la justicia lo ampara, nosotros debemos de apoyarlo. Nosotros hemos aprobado aquí que los generales identificados sean aceptados en nuestro seno, no hemos dicho que los generales identificados como generales; y, además, de procederes y de creencias de acuerdo con nuestra causa. Eso lo pudimos discutir allá en México, porque no estaba definido este punto; aquí tenemos la puerta cerrada y debemos pegarnos al punto preciso. Se dice: los generales identificados como Jefes del Ejército Constituciohalista, tienen derecho de estar presentes en esta Asamblea. Este señor es actualmente un jefe -no quiero referirme al señor Cordero-, un individuo, quien quiera que sea, que sea actualmente un jefe del Ejército, que tenga su nombramiento por todos los jefes, oficiales y soldados, es un general identificado para nosotros.
El C. Mariel:
No tiene nombramiento de don Venustiano.
El C. Hay:
Si después se averigua que ese hombre sorprendió al general Venustiano Carranza, o sorprendió al general González, o al general Obregón, o a quien quiera, entonces nuestra obligación es demostrarle que ese grado ha sido dado indebidamente, y entonces quedará a ellos solamente un camino: el de destituir a esos generales.
Nuestra obligación, por el momento, será el aceptar a todos los generales identificados; ésa debe ser nuestra decisión bajo un espíritu de justicia; pero después, y bajo el punto de vista de las creencias, debemos pedir que se rechace a todo general indigno de pertenecer al Ejército, y después podremos rechazarlo aquí. Pero en el caso del señor Canseco y de González, en México, fue completamente diferente; ellos fueron rechazados porque fueron invitados por el Primer Jefe, pero nosotros nos reservamos el derecho, según se aprobó ya, para rechazar a quien no nos conviniera, aunque hubiera sido invitado por el Primer Jefe. Aqui estamos cometiendo un abuso; ya se ha cometido, y yo pediría a la Asamblea que se guíe por un espíritu de justicia, primero, y después, por un espíritu de sentimiento; no se trata del señor Cordero, ni de un enemigo, se trata de un general; después veremos si es general o no, y entonces obraremos en justicia.
El C. Mariel:
El señor Cordero no tiene despachos firmados por el Primer Jefe, ni consta en el escalafón del Ejército, y sí extraña que siendo general de brigada, esté a las órdenes de un brigadier, que es el señor Camacho.
El C. Aguirre Benavides:
El señor general Villarreal propuso que en los casos dudosos, la Asamblea tendría que decidir todo punto; éste es un caso dudoso, y me parece que la Asamblea es soberana para discutir este punto.
El C. Alfredo Rodríguez:
Pido la palabra para una aclaración.
El C. Gallegos:
Fui yo quien redactó el texto a que usted hace mención. Se dijo: todas las personas identificadas con la Revolución; y bajo ese principio fue que se expulsó a aquel señor; de manera que no fue solamente identificado como general, sino con los principios de la Revolución, y los que no están identificados con los principios de la Revolución, no es conveniente que estén con nosotros.
El C. Rodríguez:
Pido la palabra, señor presidente, únicamente para hacer esta aclaración al señor Mariel.
El general Cordero se dice general de Brigada, tácitamente ha sido aceptado como tal y no está a las órdenes de un brigadier, porque el señor general Camacho, que es brigadier, manda la segunda División, y ahora tiene ese mando el señor Robert; e independientemente el señor Camacho tiene el mando de una Brigada; la número 18.
El C. González:
No hay nada a discusión; creo que la Presidencia se debe hacer respetar y no perder inútilmente el tiempo; esperar que vengan otros asuntos a discusión y no dar la palabra.
El C. secretario:
Se pone a discusión la credencial expedida en favor del ciudadano A. Obregón, por el general Benjamín Hill.
El C. Lugo:
En la sesión anterior formulé una proposición que tendía a definir si los representantes, si los convencionistas que nos encontramos presentes, podríamos aceptar múltiples representaciones; y esa proposición al ser discutida y puesta a votación, fue desechada. En ese concepto, creo que la credencial que se discute no debe ser aprobada, porque el señor Obregón tiene ya representación en esta Asamblea; en consecuencia, no debe aceptar otra representación, porque estaría en contravención con el acuerdo tomado por esta Asamblea.
El C. Obregón:
Precisamente para hacer esa aclaración pedí la palabra hace un momento, y ya la hizo el compañero.
El C. Alessio Robles:
Pido que se dé lectura al acuerdo aprobado ayer a este respecto.
El C. Obregón:
Respetuosamente pido que no se sujete a discusión, porque no debe ser aceptada, toda vez que hemos aprobado por unanimidad, que nadie podria tener aquí dos representaciones; de suerte que sería inútil discutir esa proposición.
Pero voy a hacer una aclaración. Algunos de los jefes que estamos aquí en Aguascalientes, estamos recibiendo telegramas autorizándonos para representar a determinados jefes. Podríamos comunicarles que no tenemos derecho a aceptar esas representaciones; pero en ese caso se perdería mucho tiempo, si ellos tuvieran que decir qué personas están aquí y quiénes pudieran delegar sus poderes y así podría sujetarse a la opinión de la honorable Asamblea si esos poderes pueden ser delegados en cualquiera, aunque la misma Asamblea dijera a quiénes, para que estuvieran representados todos.
El C. presidente:
Lo que ha expuesto el señor general Obregón, es una proposición que se discutirá en su oportunidad.
El C. Renato Miranda:
Con el objeto de evitar dificultades, dadas las aclaraciones que ha hécho el señor general Obregón, pido al señor Vito Alessio Robles, que retire la proposición que hizo de leer esa cláusula que es por todos nosotros perfectamente conocida.
El C. secretario:
La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta si se aprueba la credencial expedida a favor del señor general Obregón por el señor Benjamín Hill. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Queda rechazada.
En seguida, se da lectura a la siguiente credencial:
Ejército Constitucionalista.
Brigada Gómez.
En virtud de mis urgentes ocupaciones del servicio que es a mi cargo, y a fin de que se sirva representarme en la Convención Militar que tendrá verificativo próximamente en la capital del Estado de Aguascalientes, por el presente confiero a usted mi representación personal como general brigadier, amplia y bastante, para que tome parte en los debates y en todo cuanto se relacione con dicha Convención; en el concepto de que autorizo cuanto usted en mi nombre hiciere, obligándome al exacto cumplimiento de los acuerdos tomados en esa Asamblea.
Constitución y Reformas.
México, octubre 7 de 1914.
El General Brigadier, T. Gómez.
Al C. Coronel Ignacio S. Vallejo.
Está a discusión.
El C. Salvador Herrejón:
En las Juntas preparatorias que se celebraron en la ciudad de México, representó al general Gómez un hermano de él, el capitán o mayor Gómez; por consiguiente creo que habrá necesidad de que se retire el poder que se había dado al hermano del general Góméz, y en tal caso, ya se pueda aceptar al señor Vallejo, porque si no tiene dos representantes. (Voces: ¡No, no!)
El C. secretario:
¿Nadie más toma la palabra?
El C. Gabino B. Mata:
Yo desearía saber de qué tiempo acá es revolucionario el general Gómez.
Supongo que se trata del general Juan Antonio.
El C. secretario:
Es el general T. Gómez.
El C. Mata:
Entonces no he dicho nada.
El C. Vallejo:
Suplico a la Asamblea que haga conocer a las personas que no pueden ser representadas por ya tener representación las personas a quienes se las habían conferido, queden en libertad de nombrar a otro representante, porque no es justo que estén sin representación, cuando ellos no lo saben. (Voces: ¡Ese es otro asunto!)
El C. secretario:
Está a discusión la credencial del señor Ignacio L. Vallejo, expedida por el ciudadano general T. Gómez. ¿No hay quién pida la palabra? Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
El C. Herrejón:
Quiero que se haga la aclaración de si se retira una representación; el señor general Gómez tiene derecho para ser representado una sola vez y no por dos individuos.
El C. Alessio Robles:
La Comisión Revisora de Credenciales propone que una de las credenciales del señor general Gómez sea declarada nula.
El C. Mariel:
Para contestar al ciudadano Herrejón, diciéndole que estamos en libertad para rechazar cualquiera otra de las representaciones que el señor general haya hecho en favor de otros señores.
El C. Ruiz:
Pido que se aclare si es Telésforo Gómez o Tomás Gómez.
El C. secretario:
Es Telésforo Gómez. Acabo de leer la credencial, y la firma el señor general Telésforo Gómez. Está a discusión la credencial expedida a favor del señor Ignacio L. Vallejo, por el señor general T. Gómez. ¿No hay quién pida la palabra? Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse en pie.
El C. Pulido:
Yo creo que hay que tomar en consideración la credencia] expedida en la fecha última, y en ese caso desechar la otra.
El C. secretario:
La Secretaría informa que esta credencial tiene fecha de 7 de octubre. ¿Está suficientemente discutida la credencial del señor T. Gómez? Los que no la aprueben, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
El C. González:
Quisiera que se diera lectura a la credencial expedida a favor del ciudadano Alcaraz.
El C. secretario:
Dice así:
Ejército Constitucionalista, C. de Ejército del Noreste.
Brigada número 24.
Por la presente queda usted ampliamente facultado para pasar a la ciudad de Aguascalientes para representarme en las conferencias pacifistas que se verificarán en aquella capital, sujetándose a las instrucciones que verbalmente le he dado para que resuelva y use usted de mi firma en las negociaciones que se emprendan en pro de la pacificación de nuestro país, esperando de su recto criterio y de su reconocida honradez, que sabrá interpretar mis sentimientos de patriotismo de acuerdo con las necesidades de nuestra Patria.
Constitucron y Reformas.
México, D. F., octubre 6 de 1914.-El general, Alfredo Elizondo.
Al C. Coronel Ingeniero Salvador Alcaraz R.
Presente.
El C. González:
Por la lectura de la credencial se ve que el ciudadano Gustavo A. Elizondo no es quien ha dado esa representación. Digo Gustavo A. Elizondo, porque así estaba en el dictamen.
El C. secretario:
Fue una corrección que indebidamente se hizo.
Leyendo nuevamente el C. secretario.
Está a discusión la credencial expedida a favor del coronel Salvador Alcaraz, por el general Elizondo. ¿No hay quién tome la palabra?
El C. García Vigil:
Yo representé en la Convención de México al ciudadano Elizondo, y cuando se hizo la designación de los demás para venir aquí, se aprobó la mía también y nada se me avisó de que se revocara ese nombramiento.
Yo deseo que se aclare el punto para saber quién debe permanecer aquí.
El C. González Garza:
Señores, creo que eso no hay que discutirlo mucho, puesto que de la lectura que ha hecho el señor secretario, se ve que el señor Vigil fue nombrado por el señor Elizondo para que lo representara en México. Ya éumplió su papel allá, y ahora, muy claro se dice que el nombramiento de] señor Alcaraz es para que lo represente en Aguascalientes. Si el señor no tiene nombramiento para venir a la Convención de Aguascalientes, creo que es de aprobarse la credencial del señor ingeniero Alcaraz.
El C. García Vigil:
Me permito manifestar que hay varios generales de apellido Elizondo, creo que son cuatro: Alfredo, Teodoro, Gustavo y otro.
El C. secretario:
La Mesa informa que en este caso se trata del general Alfredo Elizondo, que es quien subscribe la credencial.
El C. Garcfa Vigil:
Pido que se ponga a votación.
El C. secretario:
Siendo este un caso dudoso, se pone a votación.
El C. Osuna:
Que se diga la fecha en que fue expedida la credencial.
El C. secretario De los Santos:
La que está a favor del señor García Vigil, tiene fecha de 29 de septiembre, y ésta, de que se trata, es de fecha 6 de octubre.
El C. Osuna:
Yo creo que no tenemos mucho qué discutir sobre esto. Yo, como representante también de una tercera persona, pregunté, cuando terminaron mis trabajos en México, si deberia continuar con la misma representación y venir a Aguascalientes. Luego que me fue confirmada mi representación vine aqui, aunque sin nuevo nombramiento, pero después de haber preguntado si continuaba con la misma representación aquí.
Aquí se ve que con fecha posterior el general Elizondo dio su representación al señor coronel Alcaraz, por lo tanto, creo que él es el que debe representarlo aquí.
El C. secretario:
La Mesa pregunta si está suficientemente discutido el punto.
Se pregunta si se aprueba la credencial expedida a favor del señor coronel Alcaraz, suscrita por el general Alfredo Elizondo. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.
Acto continuo, se dio cuenta con las credenciales expedidas a favor de los ciudadanos Isabel P. Balderas, Gabino Bandera y Mata, Manuel Roncal, Félix Ortega, Manuel Ortega, Alfredo Jaime, E. C. González, V. F. Escobedo, G. Gaona Salazar, J. M. Garza, G. Osuna, H. Valle, A. Rodriguez, F. W. Paniagua y S. M. Santos, por los ciudadanos H. Alvarez, G. Gavira, J. Carrasco, A. Flores, L. Cabaníllas, Pilar Sánchez, G. A. Elizondo, A. Cepeda, A. González, J. Dosal, J. Carranza, E. Rodríguez, P. González, A. M. Galindo y J. B. Treviño.
Puestas a discusión en lo particular estas proposiciones, sin debate fueron aprobadas en votaciones económicas.
Al discutirse la credencial expedida por el general Magdaleno Cedillo, en favor del general Saturnino Cedillo, el ciudadano González dijo:
Entiendo que es un general que representa a otro general, y es el mismo caso que el del general Obregón. Creo que no debe aprobarse esta credencial ...
El C. presidente:
Tiene la palabra el delegado González.
El C. González:
Digo que en tal caso, es necesario que se presente el señor general, que tiene derecho para venir a la Asamblea, y no su representante.
El C. Osuna:
Como acaba de decirlo el señor general Cedíllo, cuando él recibió la representación de su hermano, todavía era coronel; después fue ascendido a general. Si hoy, por su propio derecho quiere hacerse representar aquí, tiene la obligación de dar aviso a su hermano para que no pierda sus derechos de representarlo en la Asamblea.
El C. secretario:
Está a discusión la credencial del ciudadano Cedíllo, a favor del señor general Cedíllo.
El C. J. Ríos:
¿El señor general Cedillo es representante por si o por el señor general su hermano?
El C. secretario:
La Mesa resuelve que el señor general Saturnino Cedillo se represente a sí mismo, quedando su hermano libre para nombrar nuevo representante.
¿Se aprueba la credencial expedida a favor del señor coronel S. Herrejón, por el general M. Castrejón? Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
La expedida a favor del ciudadano Saúl V. Gallegos, por el señor general L. Colín. Está a discusión. Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
La expedida a favor del ciudadano Enrique Estrada por el señor general Ramón Sosa.
El C. Ramón Sosa:
Yo soy Ramón Sosa y no he nombrado ningún delegado.
El C. secretario:
Se va a dar lectura al documento relativo a esta credencial:
Señor coronel Enrique Estrada.
Urgente.
Por medio de éste doy a usted poder amplio y general para que me represente en Asamblea Constitucionalista inicia sus trabajos el 1° de octubre en curso en ciudad de México, facultándolo, al mismo tiempo, para que substituya esta representación en una o más personas de confianza.
Atentamente el Jefe de Armas, general Brigadier Ramón Sosa T.
Está a discusión esta credencial.
El C. Carlos Prieto:
Pido la palabra para que la Secretaría se sirva decirme qué trámite se le dio a la delegación del señor general Saturnino Cedillo.
El C. secretario:
La Mesa acordó que continuaba con su representación propia el señor general Saturnino Cedillo, quedando en libertad para delegar su representación en otra persona, su hermano, el señor general M. Cedillo.
El C. Berlanga:
Estaba a discusión, señores, si el general Cedillo era o no aceptado como representante de su hermano. Eso es lo que estaba a discusión.
El C. presidente:
La Mesa lo decidió como asunto económico. Aquí hay muchos generales que se representan a sí mismos y no se ha discutido si deben representarse o no. El señor Cedillo está en el mismo caso del señor general Angeles, del señor general Raúl Madero, y de todos los señores generales que están aquí representándose a sí mismos. Por eso resolvió la Mesa que el señor general Cedillo tiene derecho para representarse a sí mismo, quedando facultado el señor general M. Cedillo, para nombrar su representante.
El C. Eulalio Gutiérrez:
El ingeniero Dávila fue representante del general Gutiérrez en México; con este motivo, no tiene representante el general Gutiérrez aquí, por haber salido el ingeniero Dávila a San Luis. Así es que deja de ser representante, porque ya se le telegrafió al general Gutiérrez, diciéndole que mandara su delegación, por lo que queda sin efecto esta delegación.
El C. secretario:
Está a discusión la credencial expedida a favor del ciudadano Vicente Dávila por el general Luis Gutiérrez.
El C. Renato Miranda:
Son de tomarse en consideración las razones que expone el señor general Gutiérrez: no estando aquí el señor Dávila, ya se le informó al señor Luis Gutiérrez que nombre otro delegado; por consiguiente, es de desecharse esa credencial.
El C. secretario:
Está a discusión la proposición del señor general Gutiérrez.
El C. Osuna:
Para apoyar lo dicho por el señor general Gutiérrez. No debe desecharse esa credencial, porque no hay motivos para desecharla, pero sí que se retire por las causas que acaba de explicar. No que se deseche ni se apruebe, que quede retirada por haber salido el representante y haberle comunicado al general Luis Gutiérrez que nombre otra persona.
El C. E. González:
Si el ciudadano general Gutiérrez tiene el mismo derecho para nombrar su representante, debe de aprobarse cuando haga un nuevo nombramiento. Con ese solo hecho quedará modificado el presente y podrá tomar posesión el nuevo representante. No creo yo que haya que tomar en consideración esto.
El C. R. González:
No creo yo que por el solo hecho de que haya nuevo nombramiento, por el solo hecho de haberse aprobado la credencial, vaya a tener derecho el nuevo representante. Si en este momento se acepta mi credencial y mañana viene un nuevo nombramiento, no creo que la Asamblea, siendo soberana como es, vaya a desecharla por un nuevo nombramiento. Así es que creo más oportuno que se retire esa proposición y que no se deseche, que se retire y que se tome en consideración, dadas las explicaciones que se han rendido.
El C. Hay:
Pido la palabra. Esa credencial está en perfecto orden; ha sido dada a nombre del señor Dávila, y el señor Dávila no está aquí o no volverá; no debemos investigar nosotros si el señor general Gutiérrez está en la obligación de nombrar nuevo delegado; si lo considera conveniente, cualquier general está en el derecho de cambiar a su representante cada vez que lo considere conveniente, pues es claro que cuando lo nombra su representante, es porque lo va a representar expresando sus ideas; si en un momento dado ese representante no está ya de acuerdo con sus ideas, el representado tiene derecho de nombrar a otro representante; eso pasa en todos los casos; cualquiera persona puede nombrar un apoderado, y en el momento en que ese apoderado no obra de acuerdo con sus instrucciones, entonces tiene derecho de retirarlo, a menos que haya un contrato previo; por lo tanto, propongo que se acepte esta credencial.
El C. Raúl Madero:
Yo pregunto quién entregó esa credencial a la Mesa Directiva.
El C. presidente:
Se va a contestar la pregunta.
El C. secretario:
La Secretaría informa al señor Madero que esta credencial fue conferida telegráficamente al señor coronel Vicente Dávila, y está concebida en los siguientes términos: (Le da lectura) La Mesa pregunta por conducto de la Secretaría, si la credencial expedida al coronel Dávila, está suficientemente discutida. Sírvanse ponerse en pie las personas que crean que está suficientemente discutida. Ahora está a votación si se aprueba la misma credencial. Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
La expedida por el señor J. Lechuga a favor del ciudadano general Ricardo Cordero.
El C. Paniagua:
Vamos a ver si es el general Cordero, que tanto se ha estado trayendo aquí a colación.
Si cualquiera de los dos generales tiene representación, un general no tiene derecho a delegar sus facultades.
El C. secretario:
La Secretaría informa que esa credencial se ha considerado ya en el dictamen de la Comisión Revisora.
El C. Lugo:
Creo que esa credencial debe ser desechada. Si ya se discutió y se aprobó que el general Cordero no puede ser representado, con mucha más razón no puede ser representante, puesto que no está identificado con el espíritu revolucionario que anima a esta Asamblea.
El C. secretario:
La Secretaría pregunta si se considera suficientemente discutida esta credencial.
El C. González R.:
Después de lo que ha dicho el señor general, añadiría yo que, en tal caso, se dirija un telegrama al señor general Lechuga, diciéndole que no tiene representante.
El C. secretario:
Se sujeta a votación la credencial expedida en favor del general Cordero por el señor general Lechuga. Desechada.
El C. Hay:
Respetuosamente suplico a la Mesa cambie la disposición que tomó respecto a la votación, puesto que trae muchas complicaciones. Yo creo que debe seguirse un procedimiento uniforme, porque, también, sin dudar de la honorabilidad del señor secretario, pudiera alguien pensar que hay alguna cierta indicación para que lo probable sea que lo que va a aceptarse, sea lo contrario de lo que debe aceptarse.
No debe de hacerse ninguna indicación en ningún sentido, aun cuando ella sea involuntaria. La Secretaría no deja duda de su honorabilidad, pero si no tomamos una votación uniforme, se presta a interpretaciones indebidas.
Pido, pues, a la Mesa que retire su disposición anterior.
El C. secretario:
Precisamente porque la Secretaría se ha dado cuenta de que en muchos casos la Asamblea nos interroga sobre la idea de si la interrogación es negativa o afirmativa, lo he repetido y he dicho en cada una de ellas: los que estén por la negativa, sírvanse levantarse.
El C. Hay:
Insisto en que el señor presidente se sirva decir si revoca o no la disposición anterior, para evitar confusiones.
El C. presidente:
Para obviar tiempo, considero conveniente que se pregunte siempre en sentido negativo; pero si la Asamblea no lo estima así, yo manifiesto esta opinión.
El C. Miranda:
Yo manifiesto que debe uniformemente, en todos los casos, decirse en ese sentido, porque principalmente necesitaríamos levantarnos cada minuto, es decir, cada momento, con el objeto de aprobar; mientras que si uniformemente se pide en sentido negativo, entonces nos evitaremos de esa düicultad del murmullo, y eso que sucede perdiendo de este modo el tiempo puede evitarse diciéndolo en el sentido que ha indicado la Mesa desde un principio.
El C. Hay:
Para una aclaración. Lo único que solicitaba era que hubiera uniformidad.
El C. presidente:
Uniformemente se preguntará en sentido negativo, durante el tiempo en que se estén discutiendo las credenciales.
El C. secretario González:
Asimismo se aprueba la expedida a favor del señor Benignos por el general Cándido Aguilar. Está a discusión, ¿no hay quién tome la palabra? Los que estén por la negativa, sírvanse poner en pie. Aprobada.
La expedida en favor del coronel Francisco Figueroa por el general Rómulo Figueroa. Está a discusión, ¿ no hay quién tome la palabra? Los que estén por la negativa, sírvanse poner en pie. Aprobada.
La Mesa determina la suspensión de la sesión para continuarse a las tres de la tarde, encareciendo a los delegados la concurrencia puntual.