CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SESIÓN DEL 9 DE NOVIEMBRE DE 1914
Crónica del periódico El Liberal, publicada en la edición del día 10 de noviembre de 1914
Para las cuatro de la tarde se citó a sesión. A esa hora ocupó los palcos segundos la banda de la Brigada Robles, que estuvo ejecutando varios trozos musicales.
En butacas se ven pocos delegados. Los que marcharon a Querétaro y México no han regresado, y se cree que no habrá quórum, teniendo que aplazarse la sesión.
A las cinco y veinte minutos se presentó de improviso el general Eulalio Gutiérrez, seguido de los generales Lucio Blanco y José Robles, siendo recibido con aplausos. El general Gutiérrez tomó posesión de la presidencia de la Mesa, teniendo a la derecha al general Robles, y a la izquierda al secretario Almanza.
Después -la guardia de la bandera la trajo, y en seguida el coronel Vito Alessio Robles anuncia que el presidente provisional va a tomar la protesta de ley al general José Isabel Robles, nombrado secretario de Guerra y Marina.
El general Gutiérrez se pone de pie y seguido de los generales Robles y R. Diadero, trae la bandera y ante ella el general Gutiérrez interroga al general Robles de la siguiente manera:
¿Protesta usted por su honor de ciudadano armado y como secretario de Guerra y Marina cumplir y hacer cumplir los acuerdos que emanen de esta Convención?
Sí protesto, murmuró el general Robles, agregando el general Gutiérrez:
Si no lo hiciera, que la patria se lo demande.
Aplausos brotaron nuevamente por parte de los delegados.
Después Castillo Tapia pronunció un discurso felicitando al general Isabel Robles, y recordando un brillante episodio de la era napoleónica.
Hizo votos por la formación de un nuevo ejército nacional, que el día de mañana, plantado en la ribera del río Bravo, pueda gritar: ¡Americanos ... centinela ... alerta ... no estoy desarmado!!!
En seguida la Comisión decidió que la credencial otorgada por el general Juan Carrasco al coronel Luis Hernández fuera retirada en virtud de que ya existe un representante del general Carrasco en la asamblea.
El dictamen en el cual se consulta que no debe aceptarse al nuevo representante del general Heriberto Jara, teniente coronel Adalberto Tejeda, porque el anterior representante del mismo general, coronel Marcelino Murrieta, se ausentó de la Convención sin pedir permiso, fue rechazado, pues se dijo que no era justo castigar al general Jara de la falta cometida por su representante. El dictamen volvió a las Comisiones para ser reconsiderado, habiéndose dicho en la discusión gue el nuevo representante fuera aceptado.
Se pasó después a la aprobación de las credenciales otorgadas por los generales yaquis Luis Matus, Luis Espinosa y José Gómez en favor de los tenientes coroneles Federico Cervantes, Angel Castellanos y Manuel Zevada, respectivamente. Estas credenciales motivaron un largo altercado entre los convencionistas, aclarándose por fin que el general Cabral y el capitán Piña habían invitado a los generales yaquis buscando una aproximación con ellos para solucionar las dificultades existentes.
Luego fue aprobado el dictamen en el cual se consulta si se acepta la credencial otorgada a favor del mayor Lamberto Chávez por el general Alberto Carrera, que desde esta fecha y por faltas que cometiera, quitó su representante al mayor Carreón Morales.
En seguida se dio cuenta con las credenciales otorgadas por los generales Marcelino Blanco y Eduardo Carrera G. al capitán Mateo Espinosa y al subayudante Julio Espinosa, pasando las dos para su estudio a la Comisión de Poderes.
Finalmente, los tenientes coroneles Angel Castellanos y Federico Cervantes, y los mayores Manuel Zebada y Lamberto Chávez, prestaron la protesta firmando la bandera, con lo cual terminó la sesión previa, citándose para reanudar la sesión permanente a las seis y media.
El general Eulalio Gutiérrez y el general Lucio Blanco se retiraron en seguida, ocupando la presidencia de la Convención el general Robles.
El secretario Almanza pasó lista, abriéndose la junta previa a las seis de la tarde para dar cuenta con los dictámenes recaídos en varias credenciales.
La Secretaría da cuenta a la asamblea con la credencial otorgada por el general Salvador Alvarado en favor del mayor Roberto Cruz, poniéndose a discusión.
El doctor Gutiérrez de Lara pide la palabra e informa a la asamblea que el mayor Cruz ya no se encuentra en Aguascalientes, donde sólo permaneció unos cuantos días.
El capitán Piña confirma lo dicho por el doctor Gutiérrez de Lara y agrega que el mayor Roberto Cruz regresó a México, obedeciendo órdenes del general Alvarado, que le indicó que no tomara parte en la Convención.
El señor Roque González Garza opina que la credencial extendida a favor del mayor Cruz debe ser aceptada, porque ha sido otorgada por un general; que si el general Alvarado retira a su representante, de él únicamente será la responsabilidad.
El capitán Sainz pide la palabra y dice a la asamblea que no tiene objeto aceptar la credencial en favor del mayor Cruz, ya que no se encuentra en Aguascalientes, y propone aplazar la resolución de la Convención, en espera de que el general Alvarado cambie de opinión. Algunos otros delegados toman parte en la discusión aduciendo uno de ellos la razón de que aceptar la credencial es aumentar el quórum al número necesario, sin necesidad de que venga otro delegado. El señor González Garza y el señor Lugo dicen que eso no es obstáculo para que no haya quórum, por que éste debe contarse por la mitad más uno de los delegados que hayan cumplido con sus obligaciones.
Una vez agotado el debate de la credencial del mayor Cruz, fue aprobada después de haberse sujetado a votación. También fue aprobada la credencial otorgada por el general Calixto Contreras, en favor del teniente coronel Máximo Mejía, en virtud de encontrarse delicado de salud.
Se reprobaron los dictámenes recaídos en las credenciales que los generales Eduardo Hay y Eugenio Aguirre Benavides extendieron por el tiempo que estén desempeñando la comisión que les confió la Convención. Ambos dictámenes volvieron a la comisión de Poderes para que fueran reconsiderados.
Una vez abierta la sesión permanente, el secretario, señor Vito Alessio Robles, da cuenta a la asamblea de varios telegramas recibidos en los últimos días, en los cuales diversas autoridades dan cuenta de estar enteradas de los acuerdos de la Convención.
Uno del general Pablo de la Garza, gobernador del Estado de Guanajuato, en el que después de manifestar que está enterado de las decisiones de la asamblea, dice que ha estado obedeciendo órdenes de la Secretaría de Guerra y que continuará haciéndolo.
Otro mensaje del gobernador y del jefe de las armas de Tabasco, en el que manifiestan que no están conformes con las decisiones de la Convención, y no están dispuestos a acatarlas, si antes no se resuelven satisfactoriamente las condiciones puestas por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, para entregar el poder.
Otro telegrama del general Heriberto Jara, en el cual dice que aunque él no recibió la gratificación que se ha acordado en favor de los jefes del Ejército Constitucionalista, exhorta a los miembros de la Convención para que en vez de estar criticando los actitud del Primer Jefe, se ocupen de resolver las necesidades de la patria, cada vez más comprometida.
Otros mensajes de los gobernadores de Sonora y Michoacán, en los que manifiestan que están enterados de los acuerdos de la Convención.
El jefe de las armas en Monterrey, general Ildefonso Vázquez, manifiesta que está enterado de los acuerdos de la Convención y dice que retira su representante porque no está de acuerdo y que seguirá reconociendo al señor Carranza como Primer Jefe, para lo cual está dispuesto a luchar nuevamente por el Plan de Guadalupe.
Otro mensaje del general Diéguez, gobernador de Jalisco, en el cual dice que protesta contra la declaración de soberanía hecha por la Convención a la que no concede derecho alguno para ello, así como para arrojar al señor Carranza del puesto que merecidamente ocupa. Termina este mensaje del general Diéguez, manifestando que como la Convención no ha estado a la altura de sus deberes no la reconoce ni acata sus acuerdos. Que únicamente reconocerá a la Convención, si volviendo sobre sus pasos reconsidera las condiciones que fijó el Primer Jefe para su retiro.
A las ocho y media de la noche recibió el general Gutiérrez un telegrama urgente procedente de esa capital y firmado por los generales Antonio I. Villarreal, Eugenio Aguirre Benavides y Eduardo Hay, en el cual dicen que acaban de llegar de Córdoba donde conferenciaron con el señor don Venustiano Carranza.
El telegrama en referencia dice así:
En estos momentos llegamos de Córdoba, después de conferenciar extensamente con el señor Carranza. No pudimos conseguir que entregara mañana el Gobierno; pero en cambio retiró la condición referente a Emiliano Zapata y ofrece entregar al cumplir las condiciones que transcribimos textualmente a reserva de transcribir su contestaci6n íntegra.
Primera. El ciudadano Venustiano Carranza entregará el Poder Ejecutivo de la Nación y la Primera Jefatura del Ejército Constitucionalista al Presidente que la Junta de gobernadores y generales designare definitivamente para gobernar la República, durante todo el período preconstitucional que sea necesario para llevar a cabo las reformas políticas y sociales que exija la revolución.
Segunda. Dicha entrega se efectuará tan luego como el nuevo Presidente tenga definidas sus funciones y haya recibido efectivamente el mando de la División del Norte y las oficinas públicas federales y locales de la región dominada ahora por dicha División.