Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSegunda parte de la Sesión del 3 de febrero de 1915 Sesión del 4 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

JUNTA PREVIA DEL 4 DE FEBRERO DE 1915 CELEBRADA EN CUERNAVACA, MORELOS

Presidencia del C. Delegado Otilio Montaño


SUMARIO

Se acepta la credencial expedida por el General González Garza a favor del licenciado Ignacio Borrego.- Nota del general Zapata, abonando la conducta de los coroneles Miguel C. y Rutilo Zamora.- Lectura de varios documentos.- Discusión acerca de la falta temporal de un delegado.- Discusión acerca de una petición del general Iriarte, que pretende cambiar su delegado.

Reunidos en el Teatro Porfirio Díaz, los delegados y presuntos delegados a la Convención, y bajo la presidencia del ciudadano Otilio E. Montaño, a las cinco y diez minutos de la tarde, se abrió la sesión.

El ciudadano secretario Lecona dio cuenta con el acta de la sesión previa anterior, que, puesta a discusión, sin debate fue aprobada en votación económica.

A continuación se dio cuenta con el siguiente documento:

En atención a los méritos y virtudes cívicas que en usted concurren, y por haber prestado buenos servicios a la causa que defendemos, me es grato designarlo como mi representante en la Soberana Convención Revolucionaria, dándole facultades amplísimas de Voz y Voto para que en mi nombre y representación trate los asuntos que se ofrezcan dentro de dicha Convención, en la inteligencia de que estaré y pasaré por todas sus resoluciones o acuerdos, y por cuanto usted haga en el seno de la misma Asamblea a nombre mío.

Seguro que sabrá usted corresponder con sus actos a la confianza que en usted deposito, le extiendo la presente credencial en la ciudad de Cuernavaca, a 3 de febrero de 1915.

R. González Garza.

Al ciudadano licenciado Ignacio Borrego.
Presente.

El C. secretario

¿Se halla presente el ciudadano Borrego? Sírvase informar respecto a su personalidad, puesto que la de su representado está discutida suficientemente. (Aplausos)

El C. Borrego

Señores delegados:

Casi nada tengo que decir acerca de la personalidad de mi representado; esta Asamblea le ha conferido la más álta investidura a que puede aspirar un ciudadano mexicano, y tal acto es la prueba más palpable, la más clara y la más evidente de que mi representado tiene derecho a ocupar un sitio en esta Asamblea, ya sea personalmente, ya por medio de un representante.

Me he acercado a la Convención, no sólo por disciplina política, sino por la justísima satisfacción de colaborar en la magna obra que está destinada a realizar la Asamblea revolucionaria; por esto he aceptado la misión que se me confirió.

Señores delegados: Mi vida política, como la de todos aquellos que jamás se arrastraron por las antesalas ministeriales, fue una página en blanco antes de 1910.

En un país donde la libertad individual estaba al capricho del último de los esbirros, en un país donde la inviolabilidad del hogar a cada paso era profanada, en un país donde la justicia se torcía, cobarde y servilmente, al caplicho del prócer, en un país donde había millón y medio de amos y catorce millones de hambrientos, aceptar un puesto en ese régimen dictatorial y despótico, era aceptar la solidaridad en el crimen, y yo jamás acepto transacciones con el crimen, y no acepté ningún puesto en ese régimen; pueden testificar acerca de lo que acabo de decir el general Matías Pasuengo, el licenciado Zubiría y Campa, el general Sergio Pasuengo; jamás acepté el más leve cargo en la administración dictatorial del general Díaz.

La oleada revolucionaria de 1910 me llevó a la Cámara; ese Parlamento a los pocos días de encontrarme ahí, estaba integrado por tres grupos, el grupo Renovador, pletórico de ideales, formado por individuos que venían de todos los puntos del país, ansiosos de reformas, sedientos de libertad; el grupo pomposamente titulado independiente y que buscaba un punto de apoyo para arrastrarse ante cualquier Gobierno que fuese, y el Partido Católico, señores, el eterno traidor, el eterno infidente, el que fusiló a Hidalgo, el que fusiló y degradó a Morelos, el que preparaba una emboscada a las instituciones de la República, el que habría asesinado a esta República, si no hubiera sido por la entereza de un hombre y por el patriotismo de todo el pueblo mexicano. (Aplausos)

Señores delegados:

Yo creo que los ideales de la Revolución pueden sintetizarse en esta sencilla y hermosa forma: Tierra para los desheredados, libertad para los oprimidos y justicia para oprimidos y desheredados. Esta fórmula, este dogma, lo llevo escrito, no en el espíritu, no en el pensamiento donde las ideas se desbaratan, se confunden y se borran, como se borran las olas en el océano; lo llevo en el corazón; creo en él, porque por él he luchado y por él lucharé, en la tribuna y en la prensa.

Si con estas cortas palabras que acabo de decir, creéis, señores, que merezco ocupar un sitio entre vosotros, estad seguros de que con el espíritu y con el corazón colaboraré en la grandiosa obra que estáis llamados a realizar. (Aplausos)

El C. secretario

Continúa la discusión.

El C. Matías Pasuengo

Obsequiando los deseos del licenciado que acaba de hablar, no tengo inconveniente y lo hago con el mayor gusto, en decir a esta Honorable Asamblea, que lo conozco desde recién recibido como abogado, efectivamente, en la ciudad de Durango (de ahí es él y ahí se crio), hasta hace dos años, que se vino a México. Este abogado jamás ocupó un puesto público, es muy verdad, siempre fue azotado ahí, por los hacendados, por los Gobernadores y por todos los que tenían el poder.

Se ocupaba en su profesión, en su despacho, en defender casi siempre a aquellos hombres, que hacían aparecer como criminales y que no eran criminales. Casi siempre oía decir que el licenciado Borrego no les cobraba, me consta que era buen amigo de todos los que en ese tiempo estábamos sufriendo los azotes de la dictadura. El, siguió firme en sus convicciones. Llegó la Revolución de 1910 y todos los revolucionarios ocurrimos, conociendo su intelecto, al licenciado Borrego, para que fuera él el que dirigiera un Club Revolucionario en la capital de Durango. De ahí vino que fue diputado al Congreso de la Unión, porque hicimos una constante lucha; de esa manera fue como vino aquí a México. Después supe yo, en tiempo del cuartelazo, que lo aprehendieron y estuvo en la Penitenciaría de esta capital preso bastante tiempo, sufriendo las consecuencias de sus ideas.

Por lo que acabo de exponer, creo que esta Honorable Asamblea tomará en consideración que el licencado Borrego es, a no dudarlo, un buen amigo de la causa que defendemos y que nos servirá de mucho. Tendré mucho placer en que la Asamblea acepte mís recomendaciones respecto del licenciado de que acabo de hablar.

El C. Samper

Ciudadanos delegados:

No pondré en duda, ciertamente, los méritos del ciudadano Borrego para que represente en esta Asamblea al ciudadano González Garza; el ciudadano Borrego es acreedor por varios y numerosos títulos a colaborar con nosotros en la obra de llevar a cabo la satisfacción de las necesidades del país; pero me permito interpelar a la Comisión de Poderes para que informe a la Asamblea sobre este punto: el ciudadano González Garza es representante del general Francisco Villa; ahora, él, como general, o como Encargado del Poder Ejecutivo, delega su representación en un revolucionario; debe informarnos la Comisión de Poderes, debe en todo caso interpelar al mismo ciudadano González Garza para que nos diga cómo queda representado aquí el general Francisco Villa, o que nos defina el punto, porque, realmente se presta a ciertas interpretaciones. No quiero adelantar interpretaciones al hacer comentarios hasta tener los informes del caso.

El C. Castellanos

Yo creo que la contestación es bastante clara y sencilla: el general González Garza tiene derecho a tener representación en esta Asamblea por la simple circunstancia de que es general; de manera que ya sea de él o delegada su representación, debe hacerse efectiva. En general González Garza ahora se halla fuera de esta Asamblea, por lo que ustedes quieran, por cualquier circunstancia, y el general González Garza, desea él, González Garza, €star representado en esta Asamblea.

Respecto a la representación que él tenía, es decir, la representación del señor general Villa, en este caso el general Villa, por medio de su representante, está ahora comisionado o Encargado del Poder Ejecutivo; de suerte que, de todos modos, aquí debía haber dos representaciones: una del general González Garza y la otra, la del General Francisco Villa.

La del general Francisco Villa, o el representante del general Villa, está comisionado como encargado del Poder Ejecutivo y el general González Garza debe tener aquí su representante. Este fue el criterio que le sirvió a la Comisión para aceptar a su representante; cuando el señor González Garza regrese a esta Asamblea, entonces será el momento oportuno en el que se resuelva si el general González Garza sigue representando al ciudadano Francisco Villa o se representa a sí mismo; entre tanto, sólo subsiste aquí, de todos modos, la representación de un solo individuo y no la de dos, que según el criterio de algunos compañeros parece que existe, la de que entonces el general González Garza tiene aquí dos representaciones. Esto no puede existir más que en la imaginación de los que tal piensan, porque nosotros, de hecho, vamos a recoger el voto de un solo individuo y mientras el general González Garza no se presente a esta Asamblea, no podremos dilucidar si él se debe representar a sí mismo, o si representa al general Francisco Villa. Entre tanto, sólo existe aquí la representación del ciudadano González Garza.

El C. Quevedo

Al pedir la palabra, era con el objeto de aclarar lo que dijo el señor delegado Samper, porque en mi concepto, el general González Garza, como representante del general Francisco Villa, que es como funge en esta Asamblea, no puede mandar representante, porque está comisionado por la Asamblea desempeñando el puesto de Encargado del Poder Ejecutivo, y por ser Presidente de la Mesa Directiva de la Asamblea; pero si el licenciado Borrego vino aquí representando al general González Garza, creo que puede tener su representación, siempre que subsista el delegado González Garza como representante del general Francisco Villa, comisionado por la Asamblea; así es que con la aclaración del señor Castellanos queda insubsistente la anterior objeción.

El C. presidente

Tiene la palabra, el ciudadano Luis G. Gavaldón.

El C. Gavaldón

Ayer me decía el coronel Esperón que era representante legítimo del general Villa; si él está aquí que ratifique ese dicho de viva voz; así me lo dijo, y es extraño que se diga que la representación del general Villa la tiene el señor González Garza.

El C. secretario

La Mesa, informa que oficialmente no se tiene noticia de que haya dado su representación a otra persona.

El C. Gavaldón

Es lo que me extraña que el coronel Esperón me lo haya dicho.

El C. Peña Briseño

¿Cómo es el nombre del coronel Esperón?

El C. Gavaldón

No sé, está en el Palacio de Cortés; pero, repito, a mí me dijo que era representante del general Villa.

El C. Peña Briseño

Pues no es cierto, es un mentiroso ese señor, ya van dos veces que ha querido pasar como ayudante del Estado Mayor del Presidente.

El C. Gavaldón

Mal hecho, pero quiero que se sepa.

El C. secretario

Ya se toma nota de esto. (Varias voces. Que esto se presente por escrito)

El C. Gavaldón

Creo que no hay necesidad de hacerlo por escrito, creo que es suficiente la indicación que he dado.

El C. secretario

En votación económica se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutida esta credencial. Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se pone a votación el dictamen que dice:

És de aceptarse y se acepta la credencial expedida por el general González Garza, a favor del licenciado Borrego.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie. Aceptado. (Aplausos)

A continuación, el ciudadano secretario dio cuenta con el siguiente oficio:

Un sello que dice: Ejército Libertador de la República Mexicana.
Cuartel General.
Al ciudadano Presidente de la Soberana Convención Revolucionaria.
Cuernavaca, Morelos.

Enterado de la orden de la Plaza del día 16 de los corrientes, que los ciudadanos coroneles Miguel C. y Rutilo Zamora han causado baja en las filas revolucionarias por indignos de pertenecer a ellas, hago constar que hasta la presente fecha, esté Cuartel General no ha acordado semejante cosa, porque hasta hoy los mencionados coroneles no han dado lugar en lo más mínimo, muy por el contrario, son áltamente dignos de pertenecer al Ejército Libertador, pues tanto su conducta, como los servicios prestados a la causa que defendemos hablan muy alto en favor de ellos y, por lo tanto, son acreedores a mi estimación y aprecio.

Lo que comunico a usted para su conocimiento y fines consiguientes.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Cuartel General en Tlaltizapán, enero 30 de 1915.
El general en Jefe, Emiliano Zapata.

De enterado respetuosamente y al archivo.

El C. Quevedo

¿Esto debe leerse en sesión previa.

El C. secretario

Es relativo a las credenciales. El dictamen de la Comisión es el siguiente: De enterado respetuosamente y al archivo.

En seguida se dio cuenta con la siguiente comunicación:

Este Cuartel General hace saber a esa Honorable Convención, que usted dignamente preside, que el ciudadano coronel Miguel C. Zamora, no ha sido dado de baja por esta Superioridad, teniendo por el contrario, confianza y estando satisfecho de los procedimientos del mencionado coronel Zamora como revolucionario honrado y de corazón.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Cuernavaca, febrero 3 de 1915.
El Subsecretario, Santiago Orozco.

Al Presidente de la Soberana Convención Revolucionaria.
Presente.

A la Comisión de Poderes.

Esta Comisión presentó el siguiente dictamen que fue aprobado en votación económica.

De enterado y al archivo.

Se dio cuenta con el dictamen de la Comisión Revisora de Credenciales, a efecto de que pase al archivo, por carecer de objeto, el documento por el cual el general Francisco S. Carrera, con fecha 12 de enero del corriente año, autorizaba al ciudadano coronel Miguel C. Zamora, para que lo representara en la Asamblea, substituyendo así, al ciudadano Sidronio Méndez.

Igualmente se dio cuenta con el dictamen de la misma Comisión, que consulta se diga al ciudadano Salvador Herrejón lo que sigue:

Dígase al interesado que ningún representante puede retirarse sin previo permiso de la Asamblea, el que no se le concede.

Pasa la Comisión de Poderes.

El C. Cervantes

¿A quién representa ese señor?

El C. secretario

Al general Martín Castrejón.

El C. Ramírez

El documento tiene dos proposiciones:

Primera, que no se le tenga como representante, en virtud de las razones que expone, y;

Segunda: que acepte.

La contestación no se refiere más que al incidente, a su contestación; pero nada se dice respecto a lo substancial, a su separación.

El C. Castellanos

Pido la palabra.

El C. Cervantes

Para una moción de orden.

El C. secretario

Todavía no está a discusión.

El C. Castellanos

La Secretaría, efectivamente, ha estado cometiendo un error desde el principio, porque desde el momento en que están dictaminados esos asuntos, deben someterse a discusión. En tal virtud, éste, como los anteriores, debe discutirse.

El C. Cervantes

No se dijo eso en la orden del día.

El C. Castellanos:

Se dijo que habría sesión previa, y en la sesión previa se debe tratar todo esto.

El C. secretario

(Dio cuenta con el siguiente oficio)

Ejército Libertador.
Cuartel General.

Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted, que en vista de que fui llamado por el Cuartel General establecido en esta capital, me vi obligado a dejar al frente de mis tropas al ciudadano coronel Miguel V. Dorantes, persona que me representa ante la H. Convención Soberana; no siéndole, por lo tanto, posible a mi representante, concurrir a las sesiones de dicha Convención.

Por lo expuesto, suplico a usted muy atentamente se sirva dispensar la falta de asistencia del coronel aludido, en el concepto de que, tan pronto como termine el asunto que me ha traído a esta capital, se presentará mi representante.

Protesto a usted las seguridades de mi distinguida consideración.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Cuernavaca, febrero 3 de 1915.
El general, Porfirio Bonilla.

Al C. presidente de la Convención Soberana.
Presente.

El C. secretario

Está a discusión el dictamen del documento del general Bonilla, que dice:

Contéstese al general Bonilla, que por acuerdo de esta Asamblea, ningún delegado puede retirarse sin previo permiso de ella, por lo que ordena, que a la mayor brevedad, vuelva al seno de la Asamblea el señor Manuel V. Dorantes.

El C. Gavaldón

A propósito del caso, me decía hace cuatro o cinco días el señor general Pacheco, que radica en Toluca, que aquí no tiene representante y, si es así, es sumamente perjudicial, porque todos los hombres, todos los jefes como Pacheco, que es un jefe suriano de mérito, a mi juicio, creo que deben estar representados. Hace cuatro días me dijo que no tenía representante. (Voces: ¡Eso no está a discusión! Siseos)

El C. secretario

Señor delegado, la Mesa, por conducto de la Secretaría, informa a usted que nombró primero al ciudadano Baz, que fue nombrado Gobernador del Estado de México, y no es culpa de la Mesa que no se haya presentado, y que haya quedado sin representante el general Pacheco.

El C. Gavaldón

El señor general Pacheco ...

Varios CC. delegados

Pido la palabra, para una moción de orden.

El C. secretario

La Mesa, por mi conducto, suplica a usted que cese en el uso de la palabra, porque no está eso a discusión.

El C. Gavaldón

Si no es para entrar a discusión, es para una aclaración.

El C. secretario

No se le concede a usted la palabra.

Sigue la discusión.

El C. Aceves

Esto no tiene discusión, sino que debe esperarse a su representante.

El C. Quevedo

Yo creo que el dictamen está muy vago, a mí me parece que se debía dictaminar en el sentido de que se exija al general Bonilla que respete los acuerdos de la Convención, no retirando a su representante, y por lo tanto, exigirle que inmediatamente regrese a su representante.

El C. Castellanos

A nombre de la Comisión informo al señor Quevedo, que tuvo en cuenta el apremio que él hace, pero por el texto del oficio del señor Bonilla, se ve que por una necesidad imprescindible, no pudo dejar sus fuerzas a otra persona de confianza y por eso dijo que se le espere unos cuantos días. Sabemos que las medidas que se tomaron en la campaña fueron muy violentas, y en tal virtud no pudo hacerse otra cosa, sino decir que se le espere, porque se ve la muy buena disposición del señor Bonilla, que así lo indica en su oficio. Yo creo que no es conveniente que le contestemos con órdenes de que no debe retirarse y lo de más allá; esperemos a su delegado y esto es todo.

El C. Liñeiro

Yo creo que la contestación del señor Castellanos no satisface.

Ya en México se dijo una vez a un general Caloca, que pedía a su representante que regresara a Aguascalientes, porque estaban las fuerzas desmoralizadas, que abandonara la Convención, y el dictamen fue en sentido negativo, es decir, que no se concediera el permiso; si ahora, por consideración a un general, vamos a revocar el acuerdo, yo no me explico lo que va a pasar después.

El C. Castellanos

Es el caso enteramente distinto al del señor Caloca. Este decía que retiraba a su representante para que se fuera a hacer cargo de sus fuerzas, y aquí no fue así; el señor Bonilla no trataba de retirar a su representante, sino que dice en la parte final de su oficio, que se le espere unos cuantos días, nada más, no va a retirar a su representante. Yo creo que es conveniente que se le conceda el permiso por la Asamblea, pues ese acuerdo no es perfectamente aplicable en este caso, tanto más, cuanto que se tomó el acuerdo para cuando los retiren, no para cuando sea una cosa accidental; tanto más, cuanto que en este caso, ya sucedió, ya lo llevó allá, ya lo tiene allá, no solicita permiso para llevárselo, ¿qué cosa vamos a decirle ahora? que procure mandarlo cuanto antes; pero no le podemos decir que no puede retirarlo, si ese acuerdo ya subsiste y no lo quiere retirar.

El C. secretario

Continúa la discusión.

El C. Quevedo

Insisto en lo anteriormente dicho. Yo creo que la Comisión de Poderes debe ignorarlo por completo, como Comisión de la Asamblea. Los casos que nos acaba de referir son fortuitos. Aquí hemos tomado el acuerdo de que no puede separarse ninguno de los representantes, sin previo acuerdo de la Asamblea, y no debemos nosotros alegar necesidades del momento. Si en el caso lo ha separado sin permiso de la Asamblea, esto debe reprochársele.

Ahora voy más lejos: nosotros no debemos fijarnos en que tuvo necesidad o no la tuvo, creo que debe exigírsele que inmediatamente regrese a su representante, haciéndole ver que ningún general puede retirar a su representante sin previo permiso de la Asamblea, ignorando oficialmente todas las circunstancias que hayan concurrido para llamarlo.

El C. Cruz

Me es satisfactorio informar respecto a la conducta del general Porfirio Bonilla, y de su hermano, y me es satisfactorio porque han sido muchachos que, desde que comenzó la Revolución, casi siempre puedo decir que han sido valientes.

Porfirio Bonilla era uno de los que venían combatiendo ...

Una voz

Para una moción de orden.

El C. Cruz

Un momento, señor.

El C. secretario

No está a discusión la personalidad del señor Bonilla. (Voces: No está a discusión. Campanilla)

El C. Cruz

Voy a dar una satisfacción de por qué él, cuando venimos de México, se quedó y, si no está bien, me dicen: No vuelva usted a tomar la palabra. Me hacen un favor o no me lo hacen ... (Voces: ¡No, no!)

Si no me lo hacen, me sentaré, hablen ustedes, ya está ...

El C. presidente

La Mesa, suplica a los señores delegados dejen hablar al orador.

El C. Cruz

Desde el momento en que salimos de México, Porfirio Bonilla venía conteniendo al enemigo. Su hermano estuvo con nosotros allá en Xochimilco y de allá lo mandó llamar su hermano, porque a los dos los reconocían las fuerzas; los dos estaban de acuerdo y fue llamado Porfirio; de modo que el otro tuvo que estar en su lugar y allá hace cinco días que está Porfirio Bonilla. Creo que esto no merece reproche ni para Porfirio, ni para su hermano.

Esto es lo que tenía que decir. (Risas)

¿Por qué los señores se escandalizan y quieren taparme la boca? (Aplausos y risas)

El C. Quevedo

Nosotros, señor Cruz, como institución, debemos reprochar al señor Bonilla que falte al acuerdo que hemos tomado, y desde el momento en que ha abandonado su puesto, merece el reproche, aunque sea un verdadero revolucionario.

El C. Cruz

Qué, ¿dice que lo retira? Si dice que lo retira, en buena hora.

El C. Pasuengo

Yo no estoy de acuerdo en lo que dice mi compañero, el delegado que acaba de hablar, ni con el dictamen tampoco; aquí debe sentarse un precedente de disciplina que sea muy marcado. (Murmullos)

El C. presidente

Se suplica a los señores delegados que no se interrumpa al orador.

La Mesa ruega encarecidamente a todas las personas que están escuchando a los oradores, que les concedan toda su atención; de otra manera resulta indecoroso.

El C. Pasuengo

(Continuando) Decía yo que la Asamblea debe sentar el precedente de una disciplina bastante estricta. Ya hemos acordado muchas veces que los delegados de los representantes no se deben retirar de la Asamblea; tantas veces como los delegados han pedido permiso, unas veces se les ha negado, otras se les ha concedido; yo quiero conceder que el representante del señor Bonilla se le hubiera concedido el permiso, pero que no se hubiera ido sin antes pedirlo. Hizo muy mal eh haberse ido antes de tener el permiso de la Asamblea y el general hizo muy mal en no haberlo mandado aquí a cumplir con su deber.

El C. Cruz

El caso del momento no era para pedir permiso, y yo creo que tratándose de asuntos de campaña, no debemos escandalizarnos, cuando cualquiera de nosotros, sea quien fuere, tengamos que ir a cumplir un servicio de la campaña, a cumplir con nuestro deber ...

El C. Pasuengo

Precisamente porque somos Asamblea, ya no podemos ir a cumplir con nuestro deber de militares.

El C. Cruz

Pero creo que ha manifestado su deseo.

El C. Aceves

Es por demás, señores, tantas discusiones acaloradas, la forma era la que se discutía, cómo se debía contestar al general. Que se le diga de una manera correcta que es acuerdo de la Convención, y mande inmediatamente a su representante.

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaria, manifiesta a la Honorable Asamblea, que la Comisión pide permiso a la misma Honorable Asamblea para retirar su dictamen y modificarlo en el sentido de la discusión. ¿Están conformes?

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie. Concedido el permiso.

Se dio cuenta con el siguiente dictamen de la Comisión de Poderes:

Dígase al señor Maximino Iriarte que, existiendo en esta Soberana Convención, una disposición por la cual no es posible retirar a su representante, no se puede acceder a lo solicitado por él.

Está a discusión.

El C. Fierro

No estoy de acuerdo con el dictamen de la Comisión de Poderes, porque el ciudadano general Iriarte, claramente dice que no le conviene la conducta de su representante, observada en el seno de esta Convención. El general Iriarte verbalmente se sirvió indicarme que el ciudadano Bolaños, su representante, había desobedecido instrucciones expresas que le había dado para apoyar determinado asunto discutido en esta Asamblea y, puesto que el señor Bolaños no ha satisfecho los deseos del señor Iriarte, no es justo que se le exija que continúe representándolo, ¿con qué derecho vamos a exigir al señor Bolaños tenga determinado representante, si éste no va de acuerdo con las órdenes que se le dan en determinado sentido? Es tiránico ese dictamen, y por esto pido que se apruebe.

El C. Aceves

Aparte de la razón expuesta por el delegado que acaba de hacer uso de la palabra, debo manifestar, que el dictamen de la Comisión está muy mal hecho, porque el general firmante pide permiso a la Asamblea para retirar su representante, y, en cambio, la Comisión Dictaminadora dice que no lo puede retirar porque hay un acuerdo que dice que no se puede retirar sin el permiso de la Asamblea; y lo que pide es permiso, cuando más, para cambiarlo, para substituirlo, y está muy en su derecho. (Voces: No, no; sí, sí)

El C. Castro

Suplico al señor Secretario que me haga el favor de dar lectura al oficio del general Iriarte.

El C. secretario

(Volvió a dar lectura al oficio solicitado) Aquí está otra comunicación relativa al mismo asunto, a la cual voy a darle lectura.

Tengo la honra de participar a ustedes, no estar de conformidad con el señor Vidal Bolaños Villaseñor, sea el que me represente en la Convención, pues además de tener razones muy poderosas para rehusar que dicho señor me represente, lo que jamás lo permitiré, creo que dicha Convención quiere imponerme al expresado señor y como eso yo lo juzgo como una arbitrariedad, protesto ante tal procedimiento.

Suplico a usted se sirva contestarme a la mayor brevedad, sobre lo que dicha Convención haya resuelto para saber a qué atenerme.

Protesto a usted mi atenta y distinguida consideración.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Xochimilco, D. F., enero 30 de 1915.
El General Comandante Militar, Maximino V. Iriarte.

Al ciudadano General, Presidente de la Soberana Convención.
Cuernavaca, Mor.

Pasa a la Comisión de Poderes.

Le ha concedido la Presidencia la palabra, al señor Castro.

El C. Castro

Comenzaré por decir que no es lo que se figuran los señores delegados respecto del señor general Iriarte, sino que se trata de imponer a fuerza a un delegado.

Señores delegados:

La persona del teniente coronel Bolaños fue ampliamente discutida en esta Convención, y resultó que el señor Bolaños tenía antecedentes altamente meritorios en favor de la Revolución del Sur, y que, por lo mismo, nos sentimos orgullosos de tenerlo como compañero de nosotros. El compañero Fierro dice que no debemos convertirnos en algo así que huela o que trascienda a tiranía y queremos a la fuerza imponer un delegado.

No es eso, aquí se tiene conocimiento perfecto, decía, de que la conducta del señor Bolaños es altamente satisfactoria para los ciudadanos revolucionarios, primero; y, segundo: que no es justo que una reyerta personal tenga trascendencia hasta el Salón de Sesiones de esta Cámara. Hay un asunto de por medio, que es necesario que venga a tratarse aquí, claro.

El señor Bolaños había adquirido un carretón para poder trasladar a su familia al lugar donde él quisiera. Fue a México, donde lo mandó componer, y después tuvo un altercado personal con el señor Iriarte. Si ese es el motivo para retirar al señor Bólaños, es un motivo que nunca la Convención Revolucionaria, que tiene una investidura tan seria, puede aceptar, que por esa falta se retire a un representante digno y honrado, que es un hombre que jamás ha vuelto las espaldas a las ideas revolucionarias. Sin embargo, señor presidente, si el señor Iriarte, que aquí está presente, tiene alguna falta, tiene algo que decir contra la conducta del señor Bolaños, que se levante y nos dé una explicación amplia, de cuál es su manera de sentir y cuáles son las razones que tiene para retirar a su delegado el señor Bolaños.

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Cervantes.

El C. Cervantes

Señores delegados:

Yo creo que la Comisión Dictaminadora ha obrado con precipitación.

Es cierto que se ha establecido el precedente de que ningún señor representante puede ser retirado por el simple deseo de aquel a quien representa; pero eso obedece al propósito de oponernos a cualquiera maniobra que tienda a desvirtuar las tendencias de esta Asamblea; pero también es cierto que puede presentarse el caso de que un señor delegante vea en la conducta de su delegado, inconveniencia moral por cualquiera circunstancia, por ejemplo, por los actos de su vida privada, y entonces sí me parece lícito, que ese señor pueda retirar a su representante; pero puesto que el señor general Iriarte está presente ... (Voces: No, no, no está)

Entonces, que la Comisión retire su dictamen y pida explicación al señor Iriarte de por qué pretende retirar al señor delegado. Si es por su conducta inmoral, aquí juzgaremos de la conducta de ese señor representante, si es por razones mezquinas, no lo retiraremos. (Aplausos)

El C. Piña

Pido la palabra.

Señores delegados:

Al hablar, me refiero a lo que dijo el señor Castro para apoyarlo, agregando esto: que tengamos presente que desde Aguascalientes se ha sentado el precedente de que los delegados no debemos estar al gusto de nuestros mandantes, y que la conducta que observemos, no debe ser a gusto de los representados, sino a gusto de la Asamblea. Se ha dado el caso de que se han mandado retirar muchos delegados, y no es este el primer caso. No sé por qué vienen los señores Cervantes y Fierro a manüestar que el dictamen no está bien dado; el dictamen está bien dado, es bastante cuerdo, porque se apoya en antecedentes sentados y reconocidos; no estamos al gusto de los representados, al gusto de los que nos han mandado; estamos al gusto de la Honorable Asamblea; nuestra conducta debe estar ajustada al gusto de la Convención.

El C. Marines

Yo no estoy de acuerdo con lo que acaba de decir el compañero: que los delegados pueden ser a gusto y pueden no ser a gusto de sus poderdantes, yo creo, al contrario, que los delegados no tienen derecho para venir a poner cosas de su cosecha, sino las ideas políticas, los sentimientos, las tendencias y defender los intereses de su poderdante. Vamos a suponer que mañana se presenta el caso de que se inicia una política que tienda a sacar a un dictador y que, por concesiones que se hacen al delegado, por un buen trato o por un grado que se le da o por cualquiera otra cosa, se inclina en el sentido que acabo de decir, y esto no conviene a su poderdante; resultaría entonces que el poderdante, que es el único que tiene el derecho de imponer aquí su voluntad, nosotros mismos le coartamos los medios de que pueda hacer valer su voluntad y lo dejamos a tres.

No señor, yo creo que aquí esta Asamblea puede en cualquier momento desintegrarse, no nada más en uno, sino en varios delegados. Quiero suponer el caso de que mañana se lanza aquí la idea de nombrar presidente al general Francisco Vílla; desde ese momento yo se bien que mi general diría: No, porque nosotros no peleamos para derrocar un dictador y poner otro (y yo, con esto, no quiero decir que el general Vílla sea un dictador). (Risas), y, en ese caso, aun cuando yo conviniera, mi general estaría en su perfecto derecho para decir: no lo acepto.

Aun cuando sea de buena conducta, aun cuando sea honrado, me basta solamente con que no haga lo que yo quiero, pues que soy el único que tiene derecho para estar representado allí, para que no lo acepte. Porque, vamos a ver, ¿qué ha hecho el delegado? Nada, sencíllamente ser uno de tantos oficialíllos que han andado en campaña; y el que tiene derecho de imponer su voluntad y es general, porque claro está, con un razonamiento sencíllo, tiene más derecho de hablar en una Asamblea y de exponer su voluntad un general que ha luchado mucho más que un simple oficialíllo; eso es claro, y, por último, en la vida diaria, cuando un rico delega sus facultades en un abogadillo, no va el abogado a despacharse con su cuchara, convéngale o no le convenga al poderdante; aquí se hace la voluntad del apoderado y eso es todo.

El C. presidente

Tiene la palabra, el ciudadano Castro.

El C. Fierro

Yo la pedí antes.

El C. Castro

Manifiesto al ciudadano Marines y a la Asamblea, que el motivo por el cual se quiere retirar la credencial al ciudadano Bolaños, es por una causa personal, que versaba sobre un carretón; no es posible que un hombre que tiene tantos méritos como el señor Bolaños, que si analizamos su vida revolucionaria, resulta más bríllante que la de su representado, ahora lo quiera quitar de la Asamblea. Yo no quiero analizar la conducta del presunto delegado, pero parece que no se llega tan pronto a coronel.

En tal virtud, insisto en que la credencial del general Bolaños por ningún motivo, así, por ningún motivo, sea rechazada; a menos que el general Iriarte nos diga algo que verdaderamente empañe la conducta política del señor Bolaños. (Los ciudadanos Fierro y Casta, pidieron la palabra)

El C. Piña

Señores delegados:

Acabo de oír muchas palabras vertidas ya en pro, ya en contra del dictamen; pero yo creo que los que han hablado en contra, se han apartado un poco de la discusión; el asunto es que al general Iriarte no se le debe conceder permiso para que retire a su representante, hasta tanto que la Asamblea tenga perfecto conocimiento de las causas que el general Iriarte tenga para retirarlo. Hasta estos momentos el general Iriarte no ha manifestado a esta Asamblea cuáles son los motivos que tiene para retirar a su representante, y en tal virtud, yo opinaría por que en el dictamen se dijera al general lriarte que debe expresar a esta Convención las causas que tiene para retirarlo y hasta que esta Convención las estime plenamente justificadas, entonces concedérsele el permiso para retirar a su representante; mientras eso no sea, debe decírsele que no tiene permiso para ello. (Aplausos)

El C. Ortiz

Existe una disposición de Aguascalientes, de que sólo los generales pueden cambiar o substituir a sus representantes cuando vengan a exponer sus motivos y cuál es la causa porque los retiran. Yo creo que estamos aquí para obedecer las decisiones de la Asamblea, y mientras no se exprese la causa, mientras no se justifique por qué se retira al compañero Bolaños, no debe ser destituido por esta Asamblea; es un luchador; ha cumplido en esta Asamblea y en la conciencia de todos los delegados está que no ha dejado de cumplir un punto los acuerdos de esta Convención. Que justifique el general Iriarte cuál es la razón que tiene para retirarlo.

El C. Aceves

Pido la palabra, para un hecho.

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Contreras.

El C. Contreras

El presente caso es idéntico a uno que tuvimos en AguascaHentes; cuando el señor Jesús Carranza quiso quitarle la representación al general Ozuna, la Asamblea se opuso y acordó que al general Ozuna podria retirársele la representación siempre que asistiera a la Asamblea el representado. Este dictamen está de acuerdo con ese otro que tuvimos en Aguascalíentes; de consiguiente, el señor general puede retirar la representación al señor, siempre que concurra él a la Asamblea.

El C. presidente

La Mesa, informa a los señores delegados que, con el objeto de acordar un poco más la discusión, la Comisión va a reformar el dictamen en el sentido del debate.

El secretario

La Comisión ha presentado el dictamen reformado en la siguiente forma:

Dígase al general Inarte, que entre tanto no exponga los motivos para retirar a su representante, esta Soberana Convención no puede acceder a lo que solícita. (Aplausos)

El C. Lecona

Pido la palabra.

El C. Liñeiro

Pido que se adicione el dictamen para que exponga los motivos justificados para separarlo, y que se presente al salón de la Soberana Convención, para cumplir y hacer cumplir los acuerdos de la Convención.

El C. Fierro

No puede presentarse porque está en campaña.

El C. Liñeiro

Entonces no puede retirar a su representante.

El C. Castellanos

El señor delegado por Sonora no tiene razón al decir que se agregue eso al dictamen, porque el señor no puede saber cuáles son los motivos justificados que exponga él, porque bien pudiera ser que sean justificados para él y para nosotros no, o la inversa. De suerte que, exponga los motivos que tiene y ya sabremos juzgarlos aqui.

Ahora, respecto a que se presente aquí, no veo la razón para que venga a la protesta, desde el momento en que su representante ha prestado la protesta; de hecho ya está admitido, ¿por qué le vamos a exigir este requisito? Esto presupone que el señor Iriarte ya no va a obedecer los acuerdos de la Convención y ningún dato tenemos que pueda autorizarnos para afirmar o suponer que el señor Iriarte no va a respetar sus acuerdos.

El C. Liñeiro

El señor doctor Castellanos ha entendido otra cosa distinta de la que yo dije; yo he pedido que se digan los motivos en los que se base el general Iriarte para poder retirar a su representante, no que sean justificados, y lo que se necesita es que justifique la base, las pruebas que tenga para retirarlo.

El C. Fierro

No tiene razón el señor Liñeiro; el dictamen está correcto. Ahora, según su criterio, debió haber presentado los motivos y probar que son justificados.

Yo creo que la Asamblea será la que resolverá si son o no justificados, pero ¿para qué decírselo?

El C. secretario

Continúa la discusión. ¿No hay quien pida la palabra?

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, pregunta a la Honorable Asamblea si considera suficientemente discutido el dictamen.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie.

Suficientemente discutido.

Se pone a votación el dictamen, que dice así: (Leyó).

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

El C. presidente

Se cierra la sesión previa y se abre la sesión plena.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSegunda parte de la Sesión del 3 de febrero de 1915 Sesión del 4 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha