Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera Fuentes | Sesión del 29 de abril de 1915 | Sesión del 3 de mayo de 1915 | Biblioteca Virtual Antorcha |
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CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
Compilador: Florencio Barrera Fuentes
SESIÓN DEL 30 DE ABRIL DE 1915
Presidencia del ciudadano José Quevedo
(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 3 de mayo de 1915)
En la sesión pública del viernes 30 de abril último, los ciudadanos delegados que integran la Soberana Convención Revolucionaria, discutieron y rechazaron la credencial expedida por el ciudadano, general Modesto Lozano en favor del ciudadano licenciado Ezequiel Parra; continuó el debate del artículo XXII del Proyecto de Programa de Reformas político-sociales de la Revolución, que tiende a favorecer a la mujer dentro del matrimonio, permitiéndole, por medio de la ley del divorcio, su absoluta emancipación del hombre, pronunciando en apoyo de esta tesis un vibrante discurso el ciudadano delegado Rafael Pérez Taylor. La sesión tuvo tres fases: la primera, tranquila y justiciera, permitió a los miembros de la H. Asamblea, estudiar y discutir la personalidad revolucionaria del presunto delegado Parra, quien tuvo que abandonar el salón de sesiones en vista de que, por una mayoría aplastante, fue desechada su credencial. La segunda fase de la sesión, fue también tranquila, consagrada a la observación y estudio del difícil problema social del divorcio, que con gran calor y buen acopio de razones, atacan y defienden los delegados, partidarios o no, de la implantación de esa reforma social. La tercera fase de la sesión, consistió en un incidente borrascoso y sensacional, que casi llegó a ser tumultuoso y que terminó, gracias a la energía y serenidad de la Mesa, que sostuvo el trámite que había dado, de suspender la ses:ón pública para pasar a sesión secreta. Diez minutos duró el incidente, al cabo de los cuales el numeroso público que llenaba por completo las tribunas y galerías, fue obligado a desalojar el salón. La Mesa consultó a la Asamblea, si se suspendía la sesión del sábado primero de mayo, por ser la gran fiesta consagrada en todo el mundo al día del trabajo, aprobándolo así todos los ciudadanos delegados. Y hechas estas rápidas observaciones, describiremos la interesante sesión del 30 de abril. JUNTA PREVIA A las cuatro y veinte minutos de la tarde, bajo la Presidencia del ciudadano José Quevedo, primer vicepresidente de la Soberana Convención Revolucionaria, se abrió la sesión. Leída y aprobada el acta de la última junta previa, se puso a discusión el dictamen de la Comisión Revisora de Credenciales, cuya parte final dice que es de aceptarse la credencial expedida por el ciudadano general Modesto Lozano, en favor del ciudadano licenciado Ezequiel Parra. Presente el candidato, la Mesa lo exhorta para que informe de su personalidad revolucionaria. El licenciado Ezequiel Parra refiere sus méritos revolucionarios, manifestando a la Asamblea que en noviembre del año pasado se levantó en armas, peleando bajo las órdenes del general Domingo Arenas. El presunto delegado cita las campañas en cuyas acciones ha tomado parte, señalando las de Puebla y Tlaxcala, como principales hechos de armas. DISCUSION DE LA PERSONALIDAD DE PARRA Interesante, juicioso y reposado, resulta el estudio de la personalidad del presunto delegado licenciado Ezequiel Parra. La Mesa concede la palabra al delegado Fierro, quien cede su turno al ciudadano Samper. Este interroga al candidato, preguntándole sobre su conducta política en 1910-1912 y 1913. El licenciado Parra contesta que en 1910 era estudiante de Derecho en la Escuela de Jurisprudencia y simpatizador de las ideas libertarias, partidario como lo fueron todos los buenos mexicanos del Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero. Explica su labor en 1912, pretendiendo demostrar que siguió cultivando sus mismas ideas, y repite sus acciones revolucionarias en los campos de batalla. El delegado Samper, después de escuchar las respuestas a sus interrogaciones, se dirige a la Asamblea en los siguientes o parecidos términos: Ciudadanos delegados: Debemos ser más escrupulosos en la admisión de nuevos delegados. Exhorto a la Asamblea para que, en lo sucesivo, depure la conducta de los presuntos delegados en el crisol riguroso de la verdad. Se refiere al caso a discusión y manifiesta que ningún mérito presenta el licenciado Parra, para ser admitido en el seno de la Asamblea. El delegado Fierro defiende la credencial y expone que conoce al licenciado Parra, que no tiene mancilla alguna en su vida y bastantes méritos para ingresar al seno de la Convención. Opina que el licenciado Parra tiene más méritos que otros para ser delegado, pues muchos creen que son méritos revolucionarios escribir en los periódicos artículos sin firma. Agrega que el licenciado Parra es jefe del Departamento de Justicia Militar en la Comandancia de la Plaza, y concluye pidiendo la aprobación de la credencial. Replica el licenciado Parra para dar las gracias al delegado Fierro, que ha defendido su credencial, y rectificar que es revolucionario de verdad, que ha tomado parte en combates, suplicando a los delegados que lo conozcan, digan si es cierto o no y expresen la verdad sobre su personalidad. El delegado Casta interroga al presunto delegado, sobre los servicios que en campaña ha prestado y desde qué fecha los ha prestado. El licenciado Parra contesta que desde noviembre del año pasado.
Continúa en el uso de la palabra el delegado Casta, y manifiesta a la Asamblea que jamás ha sido impugnador de credenciales, pero que en el presente caso, inspirándose en la justicia, pide se rechace el acuerdo de la Comisión de Poderes. El delegado Marines Valero hace uso de la palabra, y explica que las preguntas que va a hacer al presunto delegado, no tienen dolo. ¿En cuántos combates ha tomado usted parte? El primer combate en que tomé parte fue en Panotla en septiembre de 1913 -contesta el presunto delegado Parra-, el segundo en San Martín Texmelucan, después tomé participación en los combates de Apizaco y Panzacola, que determinaron la toma de la plaza de Puebla. El general Matías Pasuengo declara ante la Asamblea, que siente un gran escrúpulo para aceptar en el seno de la Convención al presunto delegado, porque según sus declaraciones, ha manifestado que viene combatiendo de un año a la fecha. Se refiere a que no tomó parte en combatir al huertismo y en que sus hechos de armas no han sido contra los enemigos de la Revolución. El delegado Samper replica que no deben tomarse en cuenta los méritos del presunto delegado, porque han sido contraídos dentro de la Revolución en la actual lucha civil, interrogando después al candidato para que le conteste qué puestos o empleos públicos desempeñó durante el huertismo en el Estado de Guerrero, suplicándole que antes de responder, permita al delegado Catalán la palabra. El delegado interpelado manifiesta que no conoce nada de la vida política del licenciado Parra. El presunto delegado declara que fue Secretario del Juzgado 7° de Instrucción de esta Capital. El delegado representante del general Bonilla, refuta de falsas las afirmaciones del licenciado Parra, manifestando que siendo él de Tlaxcala, le consta que Parra no tomó parte en ninguna acción de guerra, y que si se unió al general Arenas, fue porque Carranza lo corrió del empleo que desempeñaba. El licenciado Parra hace aclaraciones sobre la conducta del general Porfirio Bonilla, que pidió permiso al general Arenas para ocupar varias posiciones, y cita como testigo de lo que ha expuesto, al coronel Paniagua. El delegado Fierro interpela a su colega Zenteno, sobre si es cierto lo manifestado por el licenciado Parra, de haber tomado parte en varios combates. El delegado Zenteno contesta que sí es cierto, y que la conducta del licenciado Parra con el general Arenas, fue irreprochable. El delegado Fierro declara que si la labor revolucionaria del candidato no es antigua, tampoco hay datos para llamarlo faccionario. El delegado Marines Valero hace una moción de orden, y manifiesta que el presunto delegado no ha sabido contestar con precisión las preguntas. El delegado Aceves recuerda a la Asamblea, que se ha acordado que los catrines no necesitan tener hechos de armas para ingresar a la Asamblea, sino conducta limpia y antecedentes puros, requisitos que satisface el presunto delegado. Interpela al delegado Paniagua preguntándole si sirvió el presunto delegado a Huerta. El delegado interpelado responde que no. Nuevamente hace uso de la palabra el delegado Casta para manifestarle a la Asamblea, que si deben admitirse a los nuevos delegados según la opinión del señor Aceves, que entonces debe llamarse al seno de la Asamblea al Arzobispo Mora y del Río. (Risas y aplausos) A varias preguntas que hace el delegado González Cordero a sus colegas Paniagua y Sánchez, contesta el primero que el licenciado Parra fue Agente del Ministerio Público en Tlaxcala, nombrado por Carranza. El delegado Sánchez responde que es cierto lo aseverado por el ciudadano Zenteno, de que el presunto delegado no ha oído nunca el zumbido de una bala. El delegado Sergio Pasuengo pide a la Asamblea que no se apruebe la credencial a discusión, en vista de que los hechos de armas que cita el presunto delegado, fueron librados en contra de los revolucionarios mismos. Recuerda a la Asamblea el delegado Encinas, que el presunto delegado fue secretario del Juzgado 7° de Instrucción durante el huertismo, y que está en el mismo caso del licenciado Salazar, cuya credencial fue reprobada. El delegado Fernández interroga al presunto delegado, para que precise la época en que sirvió la Secretaría del Juzgado 7° de Instrucción. Responde el licenciado Parra, que desempeñó la Secretaría de ese Juzgado desde mayo de 1912 hasta marzo de 1913, en que renunció por no simpatizar con el Gobierno de Huerta. El delegado Fernández continúa en el uso de la palabra y demuestra que no son de tomarse en cuenta los méritos presentados por el presunto delegado, y por eso su credencial debe ser rechazada, y termina manifestando que sabe que hay muchas quejas en contra del licenciado Parra en el empleo que desempeña en la Comandancia Militar, y que tan luego como se instale el Comité de Salud Pública, lo irá a visitar. El delegado Castro manifiesta que no debe aceptarse a los revolucionarios de última hora, y que al presunto delegado debía considerarse como tal. La Asamblea consideró suficientemente discutida la credencial del licenciado Parra y la rechazó por mayoría de votos. SE ABRE LA SESION PLENA Recogida la votación y desechada la credencial, la Mesa levantó la Junta previa y abrió la sesión plena. Leída y aprobada sin debate el acta de la sesión plena anterior, la Secretaría anunció a la Asamblea, que continuaba la discusión del artículo XXII del Proyecto de Programa de Reformas político-sociales de la Revolución, concediendo la palabra en pro al delegado Pérez Taylor, quien en medio de una tempestad de aplausos sube a la tribuna y dice: Señores delegados, interrumpiéndole una voz que pide a la Secretaría toque el timbre para llamar a los delegados que han subído a los pasillos. Otra voz expresa que no hay quórum, y el Presidente manifiesta a los delegados que no deben disgregar el quórum. Se concede un corto receso, y completado el quórum, se reanuda la sesión, continuando en el uso de la palabra el delegado Pérez Taylor, que se expresa en los siguientes términos: Señores delegados: Hermoso en grado sumo es el problema que a debate está. Antes voy a hacer un prólogo. Voy a hacer un ligero prólogo para que se vea que soy partidario de la aprobaciÓn del divorcio. Digo a fray José Nieto que bajo el cristal con que desmenuzó el matrimonio en el sermón apostólico de ayer, voy a defender el artículo a discusión. Fray José Nieto en su sermón apostólico, definió el matrimonio desde tres puntos de vista, social, político y moral. Y por encima de esos tres puntos está el problema humanitario. Soy casado ... no me arrepiento de haberme casado, tengo una excelente esposa y al decir esto, dignifico a mi compañera, pero vengo a defender el artículo que establece el divorcio, porque creo que cuando falta el hermosísimo factor del amor en toda unión, los casados deben separarse. Fray José Nieto nos cita el ejemplo de la mujer hermosa que vino ayer para suplicarle se dirigiera a su esposo para que reconociera a su hijo. Yo voy a precisarIe con varios casos prácticos las razones de mi tesis. Varios compañeros míos de bohemia, que se casaron creyendo encontrar la piedra filosofal en el matrimonio, me han venido a felicitar, dándome un abrazo, porque voy a defender el divorcio, porque voy en apoyo de esa ley que romperá el vínculo matrimonial, porque comprenden que es necesario que salvemos a nuestros semejantes de los grandes errores y de las grandes faltas de la Iglesia y el Estado. El orador entra en materia, habla de la incompatibilidad de caracteres en los matrimonios, y de la conveniencia de que en esos casos debe romperse el maldito vínculo matrimonial. Describe el amor como la función más grande de la vida, habla de Zola, e inspirándose en sus descripciones del amor, lo estudia desde tres puntos de vista: amor pasión, amor lujuria y amor amor. Culpa a la Iglesia como el mayor enemigo de la reforma social a discusión. Indica que con tristeza ha visto que se discute a la mujer desde el punto de vista utilitario. Habla del paso de un amor a otro, cita los casos de Romeo y Julieta y de Pablo y Virginia, describe la amistad amorosa, que no siempre es fiel y segura en el matrimonio, refiere que un escritor ha dicho que una ramera conoce mejor a un hombre en un momento, que una esposa a su marido en tres años. Al hablar del divorcio, dice que no es cierto que abra las puertas del amor libre, estudia las legislaciones del divorcio en Argentina y Estados Unidos del Norte, ofreciendo robustecer sus argumentaciones cuando se funde la ley de la materia a discusión. Ataca los argumentos del contra, principalmente el del medio en que vivimos, esgrimido con mucha facilidad en la sesión anterior por el delegado Nieto, y lo ataca señalando los vicios y malas costumbres de nuestro pueblo, que golpea a las mujeres. Cita varios casos concretos, en que el divorcio se pide a gritos. Y termina el orador diciendo que se siente perfectamente satisfecho, pues qué cosa más grandiosa que decirle a la compañera, eres libre, más virtuosa, pues la libertad dignifica y estrechará más los lazos del cariño. (Ruidosa ovación) INCIDENTE FINAL A las seis y diez minutos de la tarde, la Presidencia declaró: Se levanta la sesión pública para continuar la sesión secreta, pero antes consulta a la Asamblea si cree que debe suspenderse la sesión de mañana, por ser un gran día de fiesta, la fiesta del Trabajo. La Asamblea acuerda la suspensión, por mayoría de votos, y surge un enojoso incidente. El delegado Nieto, reiteradas veces ha pedido el uso de la palabra para hacer unas rectificaciones, sin que la Mesa se la conceda. ¡Pido la palabra!, vuelve a decir el delegado Nieto. Ya se levantó la sesión, contesta el presidente. Protesto enérgicamente -dice el delegado Nieto-, y si se manda desalojar a las galerías, saldré al frente de ellas. El delegado Nieto sube a la tribuna y se dirige a las galerías; apenas empieza a hablar, el presidente abandona su sitial y pasa a ocupar una curul. La Delegación del Sur abandona el salón y el ciudadano Nieto se dirige a las galerías haciendo constar su formal protesta, basado en que dos veces no se le concedió el uso de la palabra, debido a que no les conviene a los delegados del Sur que él hable. Las galerías aplauden frenéticamente al orador; el desorden se produce, y después de varios minutos, el presidente vuelve a ocupar su sitial y ordena al público abandone el salón. Durante el escandaloso incidente, y cuando el delegado Nieto abandonaba el salón, se puso en pie el general Matías Pasuengo, y en alta voz dijo: Son reaccionarios los que sigan a las galerías. Restablecido el orden, comenzó la sesión secreta.Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera Fuentes Sesión del 29 de abril de 1915
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