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CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 18 DE MAYO DE 1915

Presidencia del ciudadano José G. Nieto

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 19 de mayo de 1915)


La mayor parte del tiempo que la Soberana Asamblea dedica a sus sesiones, fue empleada ayer en discutir asuntos de credenciales en junta previa.

En esta junta fueron resueltos los siguientes asuntos:

Se tratará en sesión secreta lo relativo a una comunicación del general Alfredo Serratos, Encargado de la Secretaría de Guerra, en que avisa que su presencia de hace pocos días en la Convención, no signüica deseo de retirar su representación al ciudadano Ramírez Wiella. El dictamen está concebido en el sentido de la petición, mientras el general Serratos no desempeñe comisión alguna con carácter de delegado.

Para presentarlo en otra ocasión, fue retirado el dictamen de la Comisión de Poderes, que se refiere a la credencial expedida por el general Lauro Guerra, en favor del ciudadano Oscar H. León.

No es de aceptarse que el general Lorenzo Vázquez nombre nuevo delegado. El general Vázquez solicitaba retirar al ciudadano Leopoldo Reynoso Díaz, en virtud de necesitar de sus servicios en el Estado de Morelos.

La Comisión de Poderes retira su dictamen sobre una petición del general Francisco Mendoza, acerca del retiro de su representante, el ciudadano Valle. Después de esa petición, hay otro oficio del mismo general, revocando su anterior petición.

La circunstancia de que el general Mendoza no sabe escribir, despertó dudas acerca de la procedencia de las firmas que calzan uno y otro documento, y se juzgó más conveniente estudiar mejor el asunto.

Se aprueba la credencial expedida por el general Trinidad Paniagua, en favor del coronel licenciado Heliodoro Arroyo. Los delegados Montaño y Ortiz informaron de la personalidad del ciudadano Arroyo. Este hizo lo mismo, y cónsiderando la Asamblea que tenía méritos bastantes para formar parte de la Convención, la mesa le tomó la protesta, momentos después.

Se concede permiso al general Banderas, para que cambie su representante. Dicho jefe propone al ciudadano Rosendo R. Rodríguez, en substitución del coronel Gabaldón, a quien retira, por necesitarlo en la campaña.

Este asunto motivó larga discusión, y en ella hicieron uso de la palabra los delegados Fierro, Catalán, Borrego, Casta, Marines Valero, Montaño, Pérez Taylor, Pasuengo, Nieto y Aceves.

Fierro y Catalán piden que el caso del general Banderas se resuelva con el mismo criterio con que la Comisión de Poderes decidió la petición del general Lorenzo Vázquez, es decir: que no se permita el retiro del anterior representante, puesto que esa resolución está basada en un acuerdo expreso dictado en Aguascalientes y ratificado en México, en enero.

Casta hace notar que el acuerdo de Aguascalientes tuvo carácter circunstancial, y hay que tomar en cuenta que hoy no existen las causas que en aquella ocasión hicieron necesario ese acuerdo.

Montaño, como miembro de la Comisión de Poderes, explica el criterio en que la Comisión se basó para dictaminar de ese modo. Se muestra partidario de que el mandante tenga libertad para cambiar su representante, pues de lo contrario, la Asamblea resultaría tiránica.

Pérez Taylor, en apoyo de lo dicho por Montaño, cita el caso de que los diputados en Francia son substituibles, no obstante que aquellos han sido designados por el pueblo.

Pasuengo, Matías, pide que se observen escrupulosamente los acuerdos tomados por la Asamblea.

Nieto está de acuerdo en que se permita al general Banderas cambiar representante. Agrega que si se tratase de una intriga -cuestión que parece preocupar a algunos delegados- esa intriga se realizaría por otros medios, sin necesidad de recurrir a este procedimiento, que aparece claro, tal cual lo expone tanto el general Banderas como el coronel Gavaldón.

Marines Valero admite que es un caso especial; pero es necesario obrar con conocimiento de causa, para no sentar malos precedentes.

Aceves se extraña de que de todas las peticiones de retiro de representantes, sólo al general Banderas se le concedan.

Borrego explica cómo debe interpretarse el acuerdo de Aguascalientes, y argumenta en el sentido de que no son idénticas las circunstancias que mediaban cuando el acuerdo fue dictado, y las actuales.

Puesto a votación, sí se permite al general Banderas cambiar representante; cuarenta y tres delegados votan por la afirmativa y veintiocho por la negativa.

Se declara cerrada la junta previa a las siete de la noche, y se pasa a sesión plena, para tratar de los asuntos de que damos cuenta en otro lugar.

SESION PLENA

Terminada la junta previa de la Convención, de la cual informamos en otro lugar, la Secretaría dio lectura al acta de la sesión anterior.

Puesta a debate, el licenciado Díaz Soto y Gama hace notar que en dicho documento se suprime la frase grandes cantidades, en el artículo sexto del decreto de la Asamblea, dictado para aliviar la situación económica de la clase proletaria de la metrópoli.

El delegado Nieto aclara en el sentido de que dicha modificación fue hecha al artículo sexto antes de aprobarse; así, pues, no es defecto del acta.

Díaz Soto y Gama replica que esa modificación constituye una barbaridad, y que la delegación del Sur no puede estar conforme con que se aplique la pena de muerte al que robe, por hambre, un puñado de maíz o de frijol.

El delegado Fierro recuerda que, efectivamente, el artículo, antes de aprobarse, decía que esa pena se aplicaría al que robase grandes cantidades, pero considerando tan inmoral el robo en lo grande como en lo pequeño, la Asamblea dio permiso a la Comisión para retirar el dictamen y modificarlo suprimiendo la frase grandes cantidades. (Aplausos en las galerías)

El delegado Borrego pide que se reforme. (Se escuchan rumores, siseos, aplausos)

Cervantes y Nieto hacen notar que la interpretación de la ley queda al criterio de quienes la apliquen, y que, seguramente, ningún revolucionario va a mandar fusilar a un desgraciado que, por hambre, se robe unos puñados de maíz. (Voces: o unos cuartillos)

Nieto agrega que la clase media no va a robar. (Voces: ¡quién sabe!) ... la clase media, hará en silencio todos los sacrificios, perecerá antes que robar ... (Las galerías aplauden estruendosamente y se escuchan bravos)

Casta hace notar que el acta debe aprobarse, puesto que la observación hecha por el licenciado Díaz Soto y Gama no es defecto de ese documento. En votación económica se aprueba.

MOCION ACLARATORIA

Inmediatamente después la Secretaría da lectura a una moción que con carácter de preferente y obvia resolución presentan los delegados Herrera, Ponce, Méndez y Díaz Soto y Gama.

La moción dice:

Como preferente y de obvia resolución, y por ser de humanidad, pedimos a la Asamblea aclare el artículo sexto del Decreto, sobre aprovisionamiento de víveres de la ciudad, en el sentido de que sólo se aplicará la pena que él señala a los que roben grandes cantidades de artículos de primera necesidad, y no a los infelices que, por hambre, se apoderen de un puñado de maíz o de frijol.

La funda el licenciado Díaz Soto y Gama. Considera inhumano lo decretado por el artículo sexto, el cual, según dice, debe haber sido modificado cuando él -Díaz Soto y Gama- se había ausentado momentáneamente del salón. Pide que el delegado Zepeda responda si no es cierto que hasta en derecho canónico, que es el más atrasado de los derechos, no se considera delito el robo por hambre, así se roben los vasos sagrados, y aquí, en una Asamblea revolucionaria ¿se va a castigar con la pena de muerte al que robe un puñado de maíz para comer o dar de comer a sus hijos? (Voces y rumores, aplausos y siseos: Una voz: ¡por hambre no se roba una carga de maíz!)

Concluye: si la Asamblea no modifica ese artículo, cometerá mayor infamia que la de Obregón, cuando éste fusilaba y ponía sobre los cadáveres un letrero: por rateros. (Las galerías aplauden)

El delegado Santos Coy habló en contra. Dijo que el artículo cuya modificación se pedía estaba bien claro; no se iba a castigar a los hambrientos, sino a los que, escudados en su autoridad y prevalidos de un rifle y una canana, robaran lo que es del pueblo. Se leyó nuevamente el artículo motivo de la discusión.

En seguida se consultó a la Asamblea si se tomaba en consideración la proposición a debate y la respuesta fue negativa. (Las galerías aplaudieron)

OTROS ASUNTOS

La Secretaría da cuenta con dos comunicaciones del Encargado del Poder Ejecutivo; una de ellas se refiere a que los generales Emilio y Esteban Márquez han nombrado representantes en la Convención a los ciudadanos J. M. Bonilla y Manuel F. Méndez, respectivamente. Este es el resultado de los trabajos emprendidos. por el Encargado del Ejecutivo, con respecto a varios jefes que quedaron en duda acerca de quién representaba al Gobierno, desde que el general Gutiérrez defeccionó en enero último. (Aplausos)

El Encargado de la Secretaría de Guerra invita a la Asamblea para que nombre una comisión que presencie el remate de prendas del vestuario del Ejército, remate que se efectuará el 25 de los corrientes.

El delegado Chargoy propone de pronta y obvia resolución que de los cinco millones de pesos destinados a aliviar la situación del pueblo, se destine un millón para recoger mendigos e internarlos en los asilos.

El proponente funda su moción, alegando el feo espectáculo que proporcionan los limosneros en las calles, en los restaurantes y otros lugares públicos.

Díaz Soto y Gama habla en contra, pidiendo que se tenga el valor de presenciar lo que es producto de la situación creada necesariamente por la Revolución; de otra manera parecería deseo hipócrita de encubrir las llagas y las miserias. No con mandar a los mendigos a los asilos se mata el hambre del pueblo; no desaparecen los efectos persistiendo las causas. Que se supriman las causas y los efectos desaparecerán por sí mismos.

Preguntada la Asamblea si el asunto se toma en consideración, la respuesta es en sentido negativo.

Chargoy aclara que su proposición no está fundada en la interpretación que aparentemente le dio el licenciado Díaz Soto y Gama, de que los mendigos estorben; no, se trata de ayudarlos.

La Secretaría da lectura a una proposición del licenciado Palacios Moreno, que en amplia exposición se refiere a los abusos de la Compañía de Luz y Fuerza y propone el remedio siguiente:

Unico. Se derogan los artículos primero y tercero, fracción séptima, del decreto que adicionó los artículos 376 y 416 del Código Penal para el Distrito y Territorios Federales, y se declaran cuestión de orden civil todas las relativas a conexiones y desconexiones de cualquier servicio de energía eléctrica.

Pasa a la Comisión de Justicia, para dictamen.

Se lee una larga exposición de queja que el ciudadahó Vicente Cardoso hace en contra del coronel Tomás García. Hace suya la queja el delegado Cervantes y pasa a las Comisiones de Guerra y Justicia.

El delegado Antonio Amezcua informa que cuando la Comisión dictamine, proporcionará informes acerca de que Cardoso ha sido cacique en el pueblo donde se dice despojado.

Finalmente, se presentaron dos iniciativas sobre la manera de reprimir los abusos de los especuladores con la moneda. La primera la firman los delegados Elizondo, Pasuengo, Encinas y Herrera Ponce y la segunda los delegados Carlos M. Samper y Federico Cervantes. En esta última se expresa la parte penal que deberá aplicarse a los llamados cambistas.

Los autores de ambas proposiciones pedían pronta y obvia resolución; pero por considerar que el punto necesita maduro estudio, pasaron a las Comisiones de Hacienda y Justicia para dictamen.

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