Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 5 de julio de 1915 Sesión del 7 de julio de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 6 DE JULIO DE 1915

Presidencia del Lic. Francisco A. Encinas

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 7 de julio de 1915)


Dos cuestiones distrajeron capitalmente la atención de los ciudadanos delegados en la sesión que la tarde de ayer celebró la Asamblea Revolucionaria. Fue una la relativa al dictamen suscrito por la Comisión de Guerra, proponiendo se diga a la Secretaría del ramo, libre orden de aprehensión en contra del coronel Tomás García, que aparece responsable de varios hechos delictuosos cometidos en el pueblo de Tlalmanalco, y de que algunos vecinos se quejan; otra, referente a la iniciativa de varios convencionistas que proponen sea elevado a tres pesos el haber diario que disfrutan los soldados que defienden a la Soberana Convención.

La primera de estas cuestiones motivó debate acalorado, en virtud de que chocaron pareceres diametralmente opuestos.

Algunos de los miembros de la Asamblea consideraron que el coronel García había obrado perfectamente al confiscar los bienes del C. Vicente Cardoso, un cacique de Tlalmanalco, de quien muchas quejas se tienen; y otros disertaron ampliamente acerca de que se había extralimitado en sus facultades el coronel García, puesto que ninguna tuvo para hacer confiscaciones, y menos aún para aprovecharse de los bienes confiscados.

A la postre, el dictamen quedó en suspenso, mientras el Cuartel General del Sur proporciona pruebas que harán luz para definir responsabilidades.

El aumento del haber de los soldados convencionistas quedó pendiente de resolución, en virtud de que al ser turnado a las Comisiones unidas de Hacienda y Guerra, se vio que sólo los miembros de esta última se hallaban presentes; rindieron dictamen, pero observada la falta de los miembros de la de Hacienda, se consideró que el dictamen no estaba en debida forma y se aplazó su resolución para esta tarde.

LA JUNTA PREVIA

A las cuatro y treinta minutos de la tarde, el licenciado Francisco A. Encinas, declaró constituida la Asamblea en Junta previa, para el efecto de seguir conociendo de nuevas credenciales.

La Secretaría, a cargo del C. Alvaro Torre G., dio cuenta con el acta de la celebrada el día primero del mes en curso; y así que fue aprobada, dio lectura al dictamen de la Comisión de Poderes, que consulta es de aceptarse la credencial que el general Everardo González extendió en favor del coronel Salvador Jiménez Loza.

Se inquirió si el presunto delegado se hallaba en el salón.

Estaba ausente, y por ello el dictamen quedó aplazado.

Y no habiendo otro asunto que tratar, se levantó la Junta previa, para abrir la sesión plena.

La Secretaría dio cuenta con el acta de la sesión anterior. Fue aprobada por unanimidad, y en seguida fue conocido un escrito del C. José M. Bonilla, que manifiesta propósito de renunciar el cargo que como proveedor de las tropas que se hallan en la línea de fuego le fue confiado.

Como causa de su determinación, el delegado Bonilla expone que no quiere que se abriguen dudas acerca de su honorabilidad, pero que ello no obstante, está dispuesto a prestar sus servicios como miembro de cualquiera de las Comisiones de aprovisionamiento.

Pidió que su escrito fuera considerado como de pronta y obvia resolución.

La Asamblea no estuvo conforme, y la Mesa lo turnó a la Comisión de Peticiones.

Se dio lectura al informe que rinde el Ejecutivo, referente a las cantidades de maíz que por su conducto ha llegado a la metrópoli, destinado a remediar las necesidades del pueblo.

En seguida, recibió lectura un ocurso que hicieron suyo los delegados Máximo Mejía y Rafael Pérez Taylor.

Lo suscriben empleados del Ministerio de Instrucción Pública, que solicitan aumento de sueldo, en vista de la carestía de todos los artículos de primera necesidad.

Pasó, para su dictamen, a la Comisión de Hacienda.

El delegado Enrique Liñeiro presentó un escrito de renuncia; con el carácter de urgentísima resolución, manifiesta renunciar a seguir representando en la Asamblea al general yaqui Moris, porque no puede ni debe permitir que aquellos que abandonaron la metrópoli horas antes de que él lo hiciera, sean los que califiquen de cobardes a los que siguieron su ejemplo. Y anuncia que no concurrirá más a las sesiones y pide se le tenga por faltante a las listas de presente.

SE AMONESTA A UN DELEGADO

Se discutió si era de considerarse de pronta y obvia resolución.

Casta opinó que no debería tomarse en consideración, porque el motivo invocado era verdaderamente fútil, ya que no se había insultado a nadie.

Aquí -agregó- lo que ha sucedido es que, probablemente, el señor Liñeiro tiene asuntos de mayor interés y por eso pretende separarse de la Asamblea. Pero como todos debemos cumplir la misión que nuestros representados nos confiaron, y siendo un hecho que no existe comunicación con Sonora y por lo mismo será imposible que el general Moris mande un nuevo representante, pido -terminó- que no se acepte la renuncia del C. Liñeiro, y muy al contrario, que se le haga venir a la Asamblea, al cumplimiento de su deber ...

Ningún delegado habló en contra.

La Asamblea consideró el asunto de inmediata resolución, y por ello la Mesa dispuso que la Comisión de Poderes dictaminara desde luego.

Casta observó que no se hallaban presentes los miembros de esa Comisión.

Y la Asamblea, en obvio de pérdida de tiempo, dispuso fueran dispensados los trámites.

Se puso a discusión. Y sin ella, considerándose el punto suficientemente discutido, fue rechazada la petición del delegado Enrique Liñeiro, y se acordó hacerle una amonestación por su conducta, acuerdo que fue celebrado con demostraciones de regocijo por -parte de algunos delegados y que hallaron eco en el público, que henchía las galerías.

El general Sergio Pasuengo dirigió una interpelación a la Mesa:

¿Debe o no, continuarse la discusión del Programa de Reformas Revolucionarias?

Recordó que existe un acuerdo que determina que diariamente se consagrarán dos horas al estudio de ese programa, y el tiempo restante de las sesiones se dedicará a conocer de los demás asuntos que haya en cartera ...

Respondió el licenciado Encinas que la Asamblea acordó suspender temperalmente la discusión del Programa de Reformas.

En seguida se dio lectura a un proyecto de Ley de Confiscaciones, enviado por el Ministro de Agricultura, y que ya el público conoce. Pasó a las Comisiones que tienen antecedentes.

AUMENTO DE HABERES

Los ciudadanos Ledesma, Reynoso, Soto y Gama y otros, presentaron una iniciativa: que en vista del alza de precios de toda clase de artículos de primera necesidad, cosa que no se oculta a nadie, desde luego sea aumentado el haber diario que disfrutan los abnegados soldados que defienden a la Soberana Convención. Dicho aumento será a la cantidad de tres pesos, en vez de un peso cincuenta centavos que hoy tienen.

El C. Reynoso Díaz pidió fuera considerada la iniciativa como de inmediata resolución. Expuso que a diario encuentra miembros del Ejército Convencionista, y le aseguran que el haber que hoy tienen no les alcanza para sus necesidades. Y si esto ocurre aquí, en la ciudad -dijo- ¿qué será en el campamento, donde una pieza de pan vale cincuenta centavos?

Casta ocupó el turno del contra, no para oponerse, porque considera muy justa la petición, sino para hacer algunas observaciones: pidió se estudiara concienzudamente el punto, a efecto de que se alivie la situación de los soldados, no transitoriamente, sino de manera efectiva. Hizo notar que como el aumento no se refiere exclusivamente al Ejército Libertador, cuando venga a la capital la División del Norte, aquellos soldados tendrán que percibir una cantidad enorme, y el Erario recibirá un gran quebranto.

Se consideró el punto como de obvia y urgente resolución. Fue turnado a las Comisiones unidas de Hacienda y Guerra, las que dictaminaron inmediatamente, y al cabo de algunos minutos dieron a conocer su trabajo.

Suscribieron el dictamen los ciudadanos Cervantes y Menchaca.

El delegado Ledesma formuló un voto particular.

El dictamen fue negativo, considerando que el aumento solicitado resultará perjudicial porque es una ley ineludible que a mayor cantidad de papel moneda en circulación, responderá una sensible baja en nuestros valores. Las transacciones mercantiles se harán imposibles y queriendo beneficiar a una parte del pueblo, se logrará únicamente perjudicarlo en su totalidad.

El dictamen propone medios para conseguir en parte el objeto que persiguen los autores de la iniciativa: que se ordene a los Ministerios de Guerra y Hacienda vigilen la administración de los fondos destinados a cubrir los haberes de la tropa, cuidando sean socorridas oportunamente; facilitese a los soldados combatientes artículos de primera necesidad, y procúrese el abastecimiento de los que están en la línea de fuego.

El voto particular del coronel Ledesma concede el aumente solicitado.

Iba a procederse a la discusión del dictamen, cuando al salón llegó el ciudadano Héctor Fierro, miembro de la Comisión de Hacienda. Inquirió el punto que estudiaba la Asamblea, y observó que el dictamen fue formulado exclusivamente por la Comisión de Guerra. Faltaba la de Hacienda, y por esa omisión carecía tal documento de legalidad. Pidió la palabra y prometió dictaminar para la sesión próxima, no concediendo el aumento de haberes como lo propone el delegado Ledesma, sino en forma conveniente.

El presidente corroboró la observación de Fierro: realmente faltaba por dictaminar la Comisión de Hacienda, y esa falta hacía que no hubiera dictamen, ya que no se cumplió con el trámite aprobado por la Asamblea.

Zepeda consideró que no por haber sido declarada esta iniciatva como de pronta y obvia resolución, forzosamente debería ser inmediatamente resuelta. Indicó la conveniencia de que se estudiara con mayor detenimiento, porque, si al soldado se eleva su haber a tres pesos diarios, indudablemente también se elevará el de los jefes y oficiales que luchan con grandes dificultades, no obstante contar con mayores recursos.

La Secretaría solicitó permiso para que el delegado Fierro dictaminara en la sesión próxima, y la Asamblea acordó de conformidad.

EL SECRETARIO DEL GOBIERNO DEL DISTRITO

A continuación la Secretaría dio cuenta con varios asuntos que había en cartera:

Solicitud del delegado José G. Nieto, para que se le permita desempeñar la Secretaría particular del Encargado del Ejecutivo. Pasó a la Comisión de Peticiones.

Aviso de la Comisión de Gran Jurado, que participa haber iniciado las diligencias en contra del coronel Luis G. Zamora.

Y dos quejas que se formulan en contra de don Joaquín Jurado, Secretario del Gobierno del Distrito: una la suscribe Antonio Hidalgo, chino naturalizado mexicano y que hoy se encuentra en la cárcel de Belén; denuncia que el señor Jurado ha dado licencias para permitir el juego en un casino chino, cobrando determinada suma que le fue entregada.

La otra fue enviada por el súbdito español Ricardo García, preso también en la cárcel de Belén; dice haber depositado allí un anillo que vale mil seiscientos pesos y una pistola escuadra, objetos por los cuales le fue extendido un recibo. Y que el Secretario Jurado, arrogándose facultades, recogió el recibo de la alcaldia, y han transcurrido tres meses y aún ese recibo no le es entregado y desconoce el paradero de la sortija y de la pistola. Pide le sean devueltos.

Una moción de los delegados Bonilla y Méndez, proponiendo que las sesiones comiencen a las cuatro de la tarde en punto, y que los delegados que no respondan a la lista que se pasará antes de la sesión, sean considerados como faltistas y se les impongan las multas correspondientes. Pasó a la Comisión de Peticiones.

Dos mociones: una del delegado Ledesma, proponiendo que los miembros de la Asamblea no puedan desempeñar otros cargos, exceptuando aquellos que ocupan puestos en el Gabinete; y otra, de los ciudadanos Preciado, Buelna, Fierro y Aldavazo López, pidiendo que los delegados que desempeñan puestos públicos, renuncien a ellos. Ambas pasaron a la Comisión de Peticiones.

Oficio de la Inspección General de Policía, dando aviso de que a esa oficina fue llevado, en estado de ebriedad, el delegado Gumersindo Sánchez, que había cometido faltas en la vía pública.

Oficio de la Comisión de Gran Jurado, excusándose de conocer en la acusación presentada en contra del ciudadano Gumersindo Sánchez, por tener que resolver otras cuestiones importantes, tales como la relativa al general Lauro Guerra.

La Mesa consultó si se llamaba a la Comisión suplente, y la Asamblea, después de breve debate, resolvió negativamente.

En seguida se dio lectura a una iniciativa del C. Plinio López, Presidente de la Comisión de Subsistencia. En vista de las dificultades con que se ha tropezado para traer viveres a esta capital, por no contarse con las garantías necesarias -dice la iniciativa- que se conceda amplia libertad al comercio en la venta de artículos de primera necesidad.

¡Qué barbaridad! -comenta el licenciado Díaz Soto y Gama, al conocer la iniciativa, que no es considerada como de pronta y obvia resolución. Algunos proponen vaya al archivo.

El licenciado Díaz Soto y Gama dice:

¿Cómo se va a dar libertad para robar, para especular con el hambre del pueblo? ¡Eso amerita destitución! ¡Y es el Presidente de la Comisión de Subsistencia quien lo propone! ...

La iniciativa pasó a la Comisión de Peticiones, a pedimento del delegado Casta.

PILLAJE Y DESOBEDIENCIA

Y se llegó al punto que despertó discusión más empeñada.

La Secretaría dio lectura al dictamen rendido por la Comisión de Guerra, recaída a la queja presentada por el señor Vicente Cardoso y otros vecinos del pueblo de Tlalmanalco, que se quejan de haber sido despojados de sus terrenos y objetos de su propiedad por el coronel Tomás García.

El dictamen propone se diga a la Secretaria de Guerra que libre orden de aprehensión y consigne a las autoridades competentes al coronel García, que aparece responsable del delito de pillaje y desobediencia a las órdenes que recibió del Cuartel General del Sur.

El licenciado Diaz Soto y Gama presentó una moción suspensiva: que no se discuta esta cuestión hasta recibir ciertos documentos que obran en el Cuartel General del Sur y que demostrarán que el señor Cardoso es un enemigo peligroso que se ha apoderado de los terrenos de que dice lo despojó el coronel García.

Fundó su moción el líder suriano. Dijo que se trataba de librar de una sorpresa a la Comisión dictaminadora, que había caído en las redes de los enemigos de la Revolución. Afirmó tener malos antecedentes del señor Cardoso. Aseguro que el coronel Tomás García era un revolucionario de mérito.

No debe aceptarse el dictamen -dijo- porque es contrario a toda obra revolucionaria; mañana vendrán nuestros enemigos, con peticiones semejantes. Yo poseo documentos que harán luz en este asunto, y en vista de ellos, al señor Cardoso, probablemente se le arrancará.

El coronel Manuel López presentó una observación, que hizo al público iniciar su participación en los debates. Dijo:

En el expediente figura un oficio del general Santiago Orozco, ordenando fueran devueltos los terrenos de que se despojó al señor Cardoso. y el general Drozco es un hombre honrado, un revolucionario radical ...

El General Orozco fue sorprendido ... -responde Diaz Soto y Gama.

¡Ah! ¡Ah! -corean los asistentes a las galerias.

Y el delegado López continúa:

El señor Cardoso es un revolucionario ...

¡Qué va a ser revolucionario! ... -interrumpe el licenciado Díaz Soto y Gama.

Termina el delegado López:

... ya que en nuestras filas se albergan tantos bandidos, justo es que empecemos a librarnos de esa polilla ... (Nutridos aplausos)

Se pone a discusión la moción suspensiva.

El delegado Marines Valero habla en contra.

Basta conocer al señor Cardoso -dice- para conceder que le asiste la justicia. Basta escuchar de su boca el relato de los atropellos de que fue víctima, para juzgar que es verdad cuanto refiere, para comprender que esos terrenos que fueron quitados los poseía por legado de sus padres.

Luego, el orador pidió se hiciera cumplida justicia, en este caso y en todos.

La justicia debe estar por encima de todos -dijo- aun sobre las autoridades y sobre los revolucionarios. (Aplausos)

Se opuso a que pidieran informes solamente al Cuartel General del Sur:Esos informes -dijó- deben venir de todas partes, también los que señala el señor Cardoso, que tuvo el valor civil de publicar una hoja suelta exponiendo la razón que le asiste, valor tanto más de encomiar, cuanto que en estos tiempos la justicia se quiere poner en la boca de una pistola.

Si queremos ser justos -terminó, entre grandes aplausos del público de las galerías- debemos dar libertad al señor Cardoso para que presente pruebas y demuestre que los terrenos que reclama son suyos y los adquirió legalmente. Pero, en todo caso, aun suponiendo que hubiera despojado de ellos a sus anteriores poseedores, no es un coronel quien debe despojar a nadie; para eso está la oficina de Confiscaciones.

Toca a nosotros, a esta Asamblea, demostrar que no nos hemos lanzado a la Revolución para quitar tierras ni para robar a los ciudadanos honrados ... (Aplausos)

UN PERFECTO SINVERGÜENZA

En pro habló el delegado Méndez:

No basta oír al señor Cardoso -dijo- para decidir si es honrado o no. Por los datos que yo tengo, puedo afirmar que Cardoso es un perfecto sinvergüenza. Y no debe extrañar su aspecto, que todos los hipócritas tienen cara de corderos, para sorprender así a los que son o se creen honrados, como el señor Marines Valero, que siempre nos está diciendo: Somos honrados, somos honrados ...

Nosotros no vamos a sancionar el despojo, pero tampoco pretendemos echar por tierra la obra de una Revolución que siempre ha hecho justicia.

La moción suspensiva tiene otro fin: vamos, gracias a ella, a ver quién es el señor Cardoso, si un hombre honrado o un sinvergüenza ...

El secretario Torre G. hizo aclaraciones:

Cardoso afirma que varios vecinos de Tlalmanalco han sido despojados de sus terrenos. Y en el expediente sólo figuran Cardosos, y en su mayor parte del sexo femenino ...

Osorio pidió que se esclarecieran los hechos; que se consignen a un juez y que éste castigue al culpable: a Cardoso o al coronel García ...

Se está poniendo en tela de juicio el proceder revolucionario -dijo el Lic. Díaz Soto y Gama, inscrito para hablar en pro de la moción suspensiva. -La tesis que se sienta por los señores Marines Valero y Osorio es perfectamente absurda; que se consignen los hechos a un juez; y que ese juez, conforme a la Constitución y conforme a los códigos, juzgue al acusado. Conforme a la Constitución y conforme al Código, Cardoso quedará absuelto. Será condenado García por el delito de pillaje, como califica el señor Cervantes, que desconoce la denominación de los diferentes delitos.

No debemos olvidar -continuó- que la Revolución se hace fuera de la ley y fuera de los Códigos. También en la Revolución Francesa se defendieron los derechos de los privilegiados, el derecho de propiedad, el derecho de pernada ... y entonces, a la vez que se proclamaba la inviolabilidad del derecho de propiedad, los campesinos armados tomaban posesión de los castillos y arrojaban de ellos a los miembros de la nobleza y de la burguesía. Y fue entonces cuando después que las comunas se apoderaron de la propiedad, la Convención sancionó los hechos ...

La Revolución procede a la inversa de como se quiere: primero la Revolución quita las tierras y echa por tierra a los caciques y a los enemigos; después vienen las leyes, que son la expresión de los hechos que ya se consumaron ...

Terminó:

Si queremos ajustarnos al procedimiento legal, entonces habremos detenido la obra purificadora de la Revolución. A la sombra de las leyes se pasean nuestros enemigos. Allí está Mucio Martínez, el cacique Mucio Martínez, que no se ha ido al extranjero porque posee títulos legales, y de ello se ufana y desafía a medio mundo, a que se le demuestre que sus tierras no son habidas legalmente. Y nosotros, (...)

(En el ejemplar que poseemos y que nos ha servido de base para la captura y diseño de la presente edición cibernética, la página 754 se encuentra en blanco, y debido a que en el lugar en que estamos realizando la captura y el diseño de esta edición es imposible acudir a alguna biblioteca o centro de investigación pára buscar algún otro ejemplar tratando de remediar esta situación, tan sólo nos queda consignarlo aquí esperando la comprensión de quien esto lea. Chantal López y Omar Cortés).

(El texto continúa en la página 755 de la siguiente manera. Chantal López y Omar Cortés)

¡Y hay que saber, señores, que ese hombre es un amigo nuestro; un afecto a la Revolución y que ha prestado ayuda a varios revolucionarios! ...

Luego, el general Cervantes hace saber que el delegado Ledesma le ofreció proporcionarle documentos importantes que obraban en el Cuartel General del Sur.

Le esperó mucho tiempo, y esas pruebas no llegaron. Agregó:

Los hechos son éstos: El señor Cardoso fue despojado de sus bienes; eso es pillaje; y no sólo de sus bienes le despojó el coronel García, sino hasta de sus pantalones, porque es un hecho innegable que a ese coronel se le ha visto portando la ropa del señor Cardoso ...

Ríe el delegado Díaz Soto y Gama, y el general Cervantes, que se da cuenta del efecto que sus palabras produjo en el líder suriano, continúa:

Eso no debe hacer reír, señor Soto y Gama; por el contrario, debe usted entristecerse ...

¡Eso es la Revolución! -contesta el aludido, entre las protestas de las galerías.

Además -dice el general Cervantes-, hay un hecho que constituye el delito de desobediencia: el Cuartel General del Sur ordenó a García la devolución de las tierras, y no lo ha hecho; le llamó a esta capital, y no ha venido. Esto constituye delito de desobediencia al superior.

Y terminó:

Es verdad que el general Villa y otros generales han confiscado bienes fabulosos, pero no para sí; para las necesidades de la Revolución. Es un hecho que cuando expulsó a esos frailes no se puso sus sotanas ... (Risas)

Puso esos bienes en manos de una comisión administradora.

Pidió se aprobara el dictamen tal como se encuentra, y, por último, leyó una lista de los terrenos, casas y objetos del señor Cardoso que el coronel García ha repartido entre sus familiares y amigos.

Esta es la labor revolucionaria del llamado coronel Tomás García ...

¿ESTA APROBADA LA ORDENANZA MILITAR?

¿Está aprobada por la Convención la Ordenanza Militar? -preguntó a la Mesa el Lic. Soto y Gama-.

Yo no sé que el Ejército Libertador esté organizado conforme a la Ordenanza del Ejército Federal. Para nosotros, no hay más Ordenanza que el máuser ...

¡Que las uñas! -dice Casta.

¿Cuándo se aceptó esa Ordenanza? -interroga nuevamente Díaz Soto y Gama.

Carranza la puso en vigor -responden varios delegados.

Por último, el delegado Zepeda se muestra partidario de la moción suspensiva, pero no porque quiera oír solamente al Cuartel General, sino también al quejoso, que debe saber la Asamblea que existen otras muchas quejas contra jefes cuyos nombres no quiere mencionar y que militan en zonas cercanas a donde el coronel García ha sentado sus reales.

La moción suspensiva fue aprobada por los delegados. Y la secretaría dio cuenta con una proposición del delegado Samper:

Dígase al C. encargado de la Oficina de Confiscaciones, que se sirva inventariar y poner en estado de entrega los bienes, muebles y demás objetos que se encuentran en ella, y retenga esa oficina los bienes mencionados hasta que la Asamblea resuelva lo conveniente.

El delegado Casta fundó la iniciativa, que fue considerada como de inmediata resolución, y aprobada por mayoría de votos, con lo cual se dio por terminada la sesión, a las ocho de la noche.

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