ARISTÓFANES LA ASAMBLEA DE LAS MUJERES
PRESENTACIÓN
Aristófanes (444 a.C. - 385 a.C.), dramaturgo ateniense exponente de la comedia, el género cómico del drama. Dícese que siendo enemigo de Sócrates, no perdió la oportunidad de balconearlo cada que tuvo ocasión, siendo en una de sus conocidas comedias -Nubes-, en donde le atiza con ganas.
No obstante que según afirman sus biógrafos era de pensamiento conservador, y por tal alérgico a las innovaciones, en la comedia que ahora coloco aquí, en los estantes de la Biblioteca Virtual Antorcha, se nos muestra como relajiento e irreverente, puesto que el tema que aborda lo estira al máximo.
El planteamiento base de La asamblea de las mujeres, parte del presupuesto que los gobiernos administrados por los hombres simple y sencillamente no sirven, no funcionan, son inoperantes, por lo que las condiciones se encuentran más que maduras para que sean las mujeres las que, haciéndose cargo de la gobernanza, administren la sociedad. Las mujeres, mucho más lúcidas, inteligentes y previsoras que los hombres, habrán de demostrar las grandes ventajas que su arribo al gobierno atraerá a las sociedades siendo, quizá la principal, su sentido de comunalidad, que las conduce directamente a compartir en estricto sentido igualitario, todo lo que se produce y existe en el medio social, incluyendo, por supuesto, las relaciones afectivas, siendo en este punto en el que Aristófanes le pone un sabroso condimento a su comedia.
Praxágora, la pareja de Blépiro, viene siendo la heroina que, reuniendo a las mujeres, les instiga a que, disfrazándose de hombres, acudan a la asamblea de la comunidad y se hagan de la administración pública.
Desde un principio, la comedia se vuelve sumamente divertida, ya que Aristófanes nos presenta agradables cuadros, primero referentes a la labor que Praxágora debe de realizar para hacer que sus congéneres prácticamente agarren la onda, y aprendan a actuar como lo hacen los hombres, con el fin de poder infiltrar su asamblea; y, después, al abordar el cómo las féminas, engañando a los atarantados de sus maridos, se las arreglan para, siguiendo a Praxágora, participar en la asamblea comunitaria y desbancar, de plano, a los machos de la administración pública.
El diálogo entre Blépiro y Cremes, en el que este último relata el desarrollo de la asamblea en la cual las féminas encabezadas por Praxágora y disfrazadas de hombres hacen elogios mil de las mujeres, orillando a que la asamblea se decida por entregar a las féminas la administración de la ciudad, es prácticamente una delicia. Los diálogos y el humor que entrañan son fabulosos.
¿Cuál fue la decisión? alarmado pregunta Blépiro a Cremes, para escuchar la respuesta de este último sentenciando: Confiar el gobierno de la ciudad a ésas; eso en ningún tiempo se había visto. Entonces los dos pónense a dialogar configurando su papel como hombres ante la nueva realidad, en la que serán las mujeres las que habrán de tomar las decisiones.
Vendrá luego el diálogo entre Blépiro y su compañera Praxágora, el cual es sumamente divertido y harto jocoso, sobre todo cuando se aborda el asunto sexual de la posibilidad de compartir, en un plano estrictamente igualitario, las mujeres a los hombres y los hombres a las mujeres, existiendo la regla de que, al ser ahora las mujeres las administradoras, ellas fijan como condición que la primera en escoger es la mujer, y que ninguna mujer lo hará con un hombre que se niegue a hacerlo con alguna mujer que lo haya deseado.
Las feas o mal conformadas, sentencia Praxagora, estarán juntas con las hermosas, y si alguno quiere una hermosa, tendrá que darle antes su parte a la fea. A lo que Blépiro responde: ¿Cómo hacerle nosotros los viejones, si primero les damos a las feas, pues al llegar a las hermosas, ya ... ¿naranjas?otorgándole a la comedia una frescura muy agradable.
La comunidad de bienes es, en la comedia, uno de los objetivos que habrá de buscar la administración social de las féminas, lo que Aristófanes desarrolla en el diálogo entre Cremes y el Hombre.
Vendrá después el diálogo entre la vieja y la muchacha, las cuales competiran por pepenar a un pobre incauto, el joven, con el que pretenden satisfacer su necesidad sexual. La muchacha atrae al joven con su belleza, pero la vieja irrumpe invocando la ley, y diciéndose acreedora al primer revolcón, increpa al joven señalándole que deberá hacerlo primero con ella y, ya después, con la muchacha. El joven, por supuesto, protesta contra eso, pero ... peor le va cuando llega otra vieja la cual es descrita aún más fea que la primera. Entablándose entonces la competencia por ver quién habrá de ser la primera, entre las dos viejas.
La conclusión, centrada en el diálogo entre Blépiro y la criada, no podia ser más afortunada, dejando al lector con el agradable sentimiento de goce, al haber podido disfrutar de tan acertada como entretenida comedia.
Si bien el texto de la comedia La asamblea de las mujeres, es corrido, tomé la decisión de dividirlo en varias partes, porque considero que mediante ello el lector puede entender mucho mejor la obra e incluso, puede leer y releer determinados diálogos para analizar, estudiar o reflexionar sobre algunos puntos. En fin, espero que esta, mi decisión, sea entendida y valorada por quien se acerque a hojear esta chulada de comedia que, sin duda, hara pasar momentos muy agradables a quien se adentre en su lectura.
INDICE
También, aprovechando la existencia en la red de redes de un video relativo a la puesta en escena de esta excelente comedia, lo coloco aquí para que cualquier interesado lo vea.
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Omar Cortés