Salvador Díaz MirónSelección de Omar CortésIdilioy otros poemasPrimera edición cibernética, enero del 2012Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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Idilioy otros poemasPrimera edición cibernética, enero del 2012Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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Primera edición cibernética, enero del 2012Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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Haz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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INDICE Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANAIEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIOA tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. 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INDICE
Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Cleopatra.La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
La nube.Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Música de Schubert.Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Música fúnebre.Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Ejemplo.El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
El fantasma.Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Engarce.A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
A ella.La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
La gitana.Idilio. PRESENTACIÓN
Idilio. PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
La breve selección de poemas que, con el título de Idilio y otros poemas, del veracruzano Salvador Díaz Mirón (1853-1928), colocamos ahora en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, pretende exponer, a manera de semblanza, la poesía de un literato que, aunque por su nefasta actitud ideológica pueda ser criticado, debe recordársele en cuanto a sus innegables aptitudes literarias como uno de los iniciadores de la corriente modernista.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA
Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice CLEOPATRA
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CLEOPATRA
La vi tendida de espaldasentre púrpura revuelta ...Estaba toda desnudaaspirando humo de esenciasen largo tubo escarchadode diamantes y de perlas.Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta. Volver al Indice LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE
Sobre la siniestra manoapoyada la cabeza,y cual el ojo de un tigreun ópalo daba en ellavislumbres de sangre y fuegoal oro de su ancha trenza.
Tenía un pie sobre el otroy los dos como azucenas,y cerca de los tobillosargollas de finas piedras,y en el vientre un denso triángulode rizada y rubia seda.
En un brazo se torcíacomo cinta de centellaun áspid de filigranasalpicado de turquesas,con dos cartuchos por ojosy un dardo de oro en la lengua.
Tibias estaban sus carnes,y sus alto~ pechos erancual blanca leche vertidadentro de dos copas griegas,convertida en alabastro,sólida ya pero aún trémula.
¡Ah! hubiera yo dado entoncestodos mis lauros de Atenaspor entrar en esa alcobacoronado de violetas,dejando con los eunucosmis coturnos a la puerta.
LA NUBE¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE
¿Qué te acongoja mientras que subedel horizonte del mar la nube,negro capuz?¡Tendrán por ella frescura el cielo,pureza el aire, verdor el suelo,matiz la luz!No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad! Volver al Indice MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE
No tiembles. Deja que el viento amaguey el trueno asorde y el rayo estraguecampo y ciudad;tales rigores no han de ser vanos ...¡Los pueblos hacen con rojas manosla Libertad!
MÚSICA DE SHUBERTCrin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE
Crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata;y del arpa desprendes la serenatadivinamente triste, como la luna.Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata. Volver al Indice MÚSICA FÚNEBRE
Y del celo ardoroso despides unafragancia de resina y él te dilataojo que resplandece con luz de plata,como en la sombra el vidrio de la laguna.
Mas tu marido llega, con su fortuna,nos dice dos lisonjas, va por su bata,y al dormido chicuelo besa en la cuna.
Y mientras que te tiñes en escarlata,crin que al aire te vuela, rizada y bruna,parece a mis ahogos humo en fogata.
MÚSICA FÚNEBRE
Mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA
Y frío de alta zona hiela y entume,y luz de sol poniente colora y rasa,y fe de gloria empírea pugna y fracasacomo en ensayos torpes un ala implume.
El sublime concierto llena la casa;y en medio de la sorda y estulta masa,mi corazón percibe, sueña y presume.
Y como envuelta en oro tejido en gasa,la tristeza de Verdi suspira y pasaen la cadencia fina como un perfume.
Diciembre de 1899Volver al Indice EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA
EJEMPLOEn la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA
En la rama el expuesto cadáver se pudría,como un horrible fruto cdgante junto al tallo,rindiendo testimonio de inverosímil falloy con ritmo de péndola oscilando en la vía.La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.Volver al Indice EL FANTASMA
La desnudez impúdica, la lengua que salía,y alto mechón en forma de una cresta de gallo,dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballoun grupo de arrapiezos holgábase y reía.
Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,escandaloso y túmido en el verde patíbulo,desparramaba hedores en brisa como racha,mecido con solemnes compases de turíbulo.Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,y el campo era figura de una canción de Tíbulo.
EL FANTASMA
Blancas y finas y en el manto apenasvisibles y con aire de azucenas,las manos -que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos -que contemplan mis pecados.
Como albo pecho de paloma el cuello,y como crin de sol barba y cabello,y como plata el pie descalzo y bello.
Dulce y triste la faz; la veste zarca ...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.
Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.
Y suele retornar y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.
Cárcel de Veracruz, diciembre 1893Volver al Indice ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
ENGARCEEl misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
El misterio nocturno era divino.Eudora estaba como nunca bella,y tenía en los ojos la centella,la luz de un gozo conquistado al vino.De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
De alto balcón apostrofóme a tino,y rostro al cielo departí con ellatierno y audaz, como con una estrella ...¡Oh qué timbre de voz trémulo y fino!
¡Y aquel fruto vedado e indiscretose puso el manto, se quitó el decoro,y fue conmigo a responder a un reto!
¡Aventura feliz! La rememorocon inútil afán; y en un sonetomonto un suspiro como perla en oro.
Veracruz, julio de 1900Volver al Indice A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
A ELLASemejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
Semejas esculpidas en el más finohielo de cumbre sonrojado al besodel sol, y tienes ánimo travieso,y eres embriagadora como el vino.Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
Y mientes: no imitaste al peregrinoque cruza un monte de penoso accesoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.
Obrando tú como rapaz avieso,correspondiste con la trampa el trino,por ver mi pluma y torturarme preso.
No así el viandante que se vuelve a un pinoy párase a escuchar con embelesoun pájaro que canta en el camino.
Xalapa, el 27 de mayo de 1901Volver al Indice LA GITANA
LA GITANA
IEs un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.II¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.Volver al Indice IDILIO
Es un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo,como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,amenaza los bajeles con las uñas de la roca.La nariz resulta grácil y aseméjase a un gran higo.
La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigoen el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.Una barba con hoyuelo, como vientre con ombligo.
Tetas vastas, como frutos del más pródigo papayo;pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.
En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso,cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayomatinal, que les aplica fuego móvil con un beso.
II
¡Cuáles piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas,que de púas amarillas resplandecen espinosas,en un pórfido que finge la vergüenza de las rosas,por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas.
Albos pies, que con eximias apariencias azuladastienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!¡En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!
¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos,me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,y el designio de guardados de accicientes y de olvidos.
Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa,marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,a presencia de la torre mujeril que los afecta.
IDILIO
A tres leguas de un puerto bullenteque a desbordes y grescas anima,y al que a un tiempo la gloria y el climaadornan de palmas la frente,hay un agrio breñal, y en la cimade un alcor un casucho acubado,que de lejos diviso a menudo,y rindiéndose apoya un costadoen el tronco de un mango copudo.Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.***Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!***Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala. Volver al Indice
Distante, la choza resulta monteracon borla y al sesgo sobre una mollera.
El sitio es ingrato, por fétido y hosco.El cardón, el nopal y la ortigaprosperan; y el aire trasciende a boñiga,a marisco y a cieno; y el moscopulula y hostiga.
La flora es enérgica paraque indemne y pujante soportela furia del soplo del Norte,que de octubre a febrero no es rara,y la pródiga lumbre febea,que de marzo a septiembre caldea.
El Oriente se inflama y colora,como un ópalo inmenso en un lampo,y difunde sus tintes de aurorapor piélago y campo.Y en la magia que irisa y corusca,una perla de plata se ofusca.
Un prestigio rebelde a la letra,un misterio inviolable al idioma,un encanto circula y penetray en el alma es edénico aroma.Con el juego cromático gira,en los pocos instantes que dura;y hasta el pecho infernado respiraun olor de inocencia y ventura.¡Al través de la trágica Historia,un efluvio de antigua bonanzaviene al hombre, como una memoria,y acaso como una esperanza!
El ponto es de azogue y apenas palpita.Un pesado alcatraz ejercitasu instinto de caza en la fresca.Grave y lento, discurre al soslayo,escudriña con calma grotesca,se derrumba cual muerto de un rayo,sumérgese y pesca.
Y al trotar de un rocín flaco y mocho,un moreno, que ciñe moruna,transita cantando cadente tontunade baile jarocho.
Monótono y acre gangueo,que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.
Cuanto es mudo y selecto en la hora,en el vasto esplendor matutino,halla voz en el ave canora,vibra y suena en el chorro del trino!
Y como un monolito pagano,un buey gris en un yermo altozanomira fijo, pasmado y absorto,la pompa del otro.
***
Y a la puerta del viejo bohíoque oblicuando su ruina en la lomase recuesta en el árbol sombrío,una rústica grácil asoma,como una paloma.
Infantil por edad y estatura,sorprende ostentando sazón prematura:elásticos bultos de tetas opimas;y a juzgar por la equívoca traza,no semeja sino una rapazaque reserva en el seno dos limas!
Blondo y grifo e inculto el cabello,y los labios turgentes y rojos,y de tórtola el garbo del cuello,y el azul del zafiro en los ojos.Dientes albos, parejos, enanos,que apagado coral prende y liga,que recuerdan, en curvas de granos,el maíz cuando tierno en la espiga.La nariz es impura, y atestauna carne sensual e impetuosa;y en la faz, a rigores expuesta,la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,y el júbilo es gracia sin veloy en cada carrillo produce un hoyuelo.
La payita se llama Sidonia.Llegó a México en una barriga:en el vientre de infecta mendigaque, del fango sacada en Bolonia,formó parte de cierta coloniay acabó de miseria y fatiga.
La huérfana ignara y creyentebusca sólo en los cielos el rastro;y de noche imagina que sientebesos ¡ay! en los hilos de un astro.¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;y en el duelo que marque una fosapon la fe que contemple una estrella!
¿Quién no cede al consuelo que olvida?La piedad es un santo remedio;y después, el ardor de la vidaurge y clama en la pena y el tedioy al tumulto y al goce convida.De la zafia el pesar se distrae,desplome de polvo y ascenso de nube.¡Del tizón la ceniza que caey el humo que sube!
La madre reposa con sueño de piedra.La muchacha medra.
Y por siembras y apriscos divagacon su padre, que duda de serlo;y el infamé la injuria y estragay la triste se obstina en quererlo.
Llena está de pasión y de bruma,tiene ley en un torpe atavismo,y es al cierzo del mal una pluma ...¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!
Vestida con sucios jirones de paño,descalza y un lirio en la greña,la pastora gentil y risueñacamina detrás del rebaño.
Radioso y jovial firmamento.Zarcos fondos, con blancos celajescomo espumas y nieves al vientoesparcidas en copos y encajes.
Y en excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbalatendida e inmóvil el ala.
El Sol meridiano fulgura,suspenso en el Toro;y el paisaje, con varia verdura,parece artificio de talla y pintura,según está quieto en el oro.
El fausto del orbe sublimerutila en urgente sosiego;y un derribo de paz y de fuegobaja y cunde y escuece y oprime.
Ni céfiro blando que aliente, que rase,que corra, que pase.
Entre dunas aurinas que otean,tapetes de grama serpean,cortados a trechos por brozas hostiles,que muestran espinas y ocultan reptiles.Y en hojas y tallos un brillo de aceitesimula un afeite.
La luz torna las aguas espejos;y en el mar sin arrugas ni ruidosreverbera con tales reflejos,que ciega, causando vahidos.
El ambiente sofoca y escalda;y encendida y sudando, la chicase despega y sacude la falda,y así se abanica.
Los guiñapos revuelan en ondas ...La grey pace y trisca y holgándose tarda.Y al amparo de umbráticas frondasla palurda se acoge y resguarda.
Y un borrego con gran cornamentay pardos mechones de lana mugrienta,y una oveja con bucles de armiño-la mejor en figura y aliño-se copulan con ansia que tienta.
La zagala se turba y empina ...y alocada en la fiebre del celo,lanza un grito de gusto y de anhelo ...¡Un cambujo patán se avecina!
Y en la excelsa y magnífica fiesta,y cual mácula errante y funesta,un vil zopilote resbala,tendida e inmóvil el ala.