LAS MIL Y UNA NOCHES

PRESENTACIÓN




La selección de narraciones conocida con el nombre de Las Mil y Una Noches, que durante generaciones ha sido ampliamente divulgada en los países del llamado mundo occidental, fue originalmente publicada en Occidente, a decir de los que de esto saben, a principios del siglo XVII en Francia, y desde aquel entonces generó cierta polémica entre los conocedores del mundo literario, quienes se pusieron a indagar cuál era en sí su orígen. Y así, a través de tantísimos años, elaborose una hipótesis en torno ya no sólo a los orígenes de esta recopilación sino incluso a su probable autor. Y asi se dice que esta obra es una recopilación medieval de cuentos del Oriente medio realizada por Abu Abd-Allah Muhammad el-Gahshigar, escritor árabe que vivió en el siglo IX.

Ahora bien, ha decir verdad no cuento con elementos que me permitan refutar o aceptar esta información, pero paréceme que esta obra más bien ha de relacionarse con algún periódo del llamado Imperio Otomano, que durante siglos permaneció controlando extensísimas regiones territoriales no sólo de Asia, sino también de Africa y Europa. Es aquí donde, según mi hipótesis, hay que buscar el origen y desarrollo de esta rica selección de narraciones que, sin duda, muchísimas transformaciones ha de haber experimentado a través de tantísimos años, máxime si tomamos en cuenta su contenido, al que erróneamente busca ubicársele dentro del género literario del cuento de aventuras, cuando en sí el conjunto de narraciones abarca tanto leyendas, como anécdotas históricas y, por supuesto, cuentos tanto de carácter humorístico, erótico, de aventuras y, también, didácticos. Suponer que Las Mil y Una Noches es una obra destinada al público juvenil, es suponer un error. Porque una cosa es que algunas de las narraciones incluidas en esta recopilación, en efecto, puedan incluirse dentro del género literario del cuento de aventuras, y otra, muy diferente, es intentar colocar el todo de esta recopilación dentro de ese género.


La obra, en mi opinión, tiene como basamento un criterio bastante misógino además de racista, ya que la razón misma de esta recopilación, esto es, los desencantos amorosos de los reyes Schahriar y Schahzamán cuando sus respectivas parejas les ponen los cuernos, desata una virulencia misógina de pronóstico reservado.

Todo el enredo se inicia cuando Schahriar, de visita con su hermano Schahzamán descubre que al hermano, su esposa le engaña con los que puede. Y como consecuencia de aquel descubrimiento, el sultán Schahriar, buscando salvar el honor de su carnal, decide mocharles la cabeza a los adúlteros, despachándose a la señora y al amante en turno.

Por supuesto que ese descubrimiento y las tristes consecuencias que acarrearon, deprimen en exceso al cornudo del Schahzamán, el cual se siente de la patada por la vergüenza de haber sido villanamente engañado; pero resulta que esa tristeza se atempera e incluso desaparece cuando, por andar metiendo las narices donde no debe, le cae a la esposa de su hermano en la mera movida gozándola de lleno con Masud, uno de sus esclavos negros, percatándose que al igual que a él, su hermano, no obstante ser Sultán, igual su señora le hizo de chivo los tamales, revolcándose sabroso con su esclavo.

Y tal como debía de suceder, el chismoso del Schahzamán va que vuela a darle la información, con todo lujo de detalles, a su hermano Schahriar, el que, de volada, va y les receta la consabida decapitación a los inmorales del negro y de su esposa.

El asunto de la misoginia alcanza un grado inconcebible cuando los cornudos del Schahriar y de Schahzamán llegan a conocer a un efrit, mejor conocido con el sobrenombre de genio, al cual también una señorona termina poniéndole los cuernos, revolcándose, nuevamente, con un negro, lo que conlleva a que los hermanitos cornuditos terminen por concluir que las viejas son unas jijas de la guayaba, lo que hace que el Schahriar se vuelva loco, y de regreso a su palacio decida mocharles la cabeza a todas las mujeres que ahí se encuentran, implementando, además, una particular norma según la cual ordena a sus visires que le acercasen diario a una chica, a la cual tomaría, por una noche, como esposa, y antes de que amaneciera le mocharía la cabeza para evitar que la condenada le pudiera llegar a poner los cuernos.

Y como se trataba del Sultán pues ... sus visires ciegamente le obedecieron. Y así, se la pasaba bien contentote el condenado del Schahriar gozando cada noche una hembra diferente y despreocupándose de que posteriormente pudiera ser engañado.

Todo iba para él de maravilla hasta que llegó la Schehrazada con su hermana la Doniazada, hijas ambas de uno de sus visires.

En el relato se cuenta que la Schehrazada, -personaje este que, en mi opinión, guarda estrecha relación con la famosa y legendaria Roxelana, una esclava dícese de origen ukraniano que hechizó al sultán Suleyman a grado tal que logró convertirse en una de sus esposas favoritas-, tenía un particular interés por arrimarse al Sultán, cosa que su padre el visir buscaba evitar conocedor de las mañas que el Schahriar se traía con las chavas con las que pernoctaba, pero sucedió que al lividinoso sultancillo la tal Schehrazada le flechó y total que se dan la arrejuntada, pero la chiquilla, nada babosa, ya traía entre mangas un bien ideado plan para dosificar al sonso del Sultán y lograr salir con vida.

Toda la estrategia de la chamaca consistió en contarle un cuento al Sultancillo e interrumpirlo en el momento de más emoción, buscando que el viejo baboso se quedase picado y le perdonara la vida, por una noche, para conocer el desenlace de la narración. Y ese plan le dio buenos efectos a la Schehrazada, porque sin querer queriendo mantuvo en vilo la atención del sultán nada más y nada menos que durante mil y una noches. Pero no se piense que durante todo ese tiempo el Sultán y la Schehrazada nada más se la pasaban en la contada de cuentos, no, para nada, porque también al sexo le dedicaron buen tiempo de sus charlas literarias. Y asi mientras la Schehrazada contaba cuentos, el viejo libinidoso del Sultán bien que se la arrimaba, porque en el lapso de esas mil y una noches le engendró tres hijos el Schahriar a la Schehrazada, lo que patentiza que no todo se constriñó a la contada de cuentos.

Ahora bien, para que quede claro lo que he señalado respecto al profundo contenido misógino de la recopilación, para muestra un botón. En la narración titulada Historia del rey Schahriar y de su hermano el rey Schahzaman, se señala, citándose una poesía:

¡Amigo: no te fies de la mujer; riete de sus promesas! ¡Su buen o mal humor depende de sus caprichos!
¡Prodigan amor falso cuando la perfidia las llena y lo hacen como la trama de sus vestidos.
¡Recueda respetuosamente las palabras de Yusuf!
¡No te confies amigo!
¡Es inútil!
¡Mañana, en que aquella que creas más segura, sucederá al amor puro una pasión loca!
Y no digas: ¡Si me enamoro evitaré las locuras de los enamorados!
¡No lo digas!
¡Sería verdaderamente un prodigio único ver salir a un hombre sano y salvo de la seducción de las mujeres!
¡Y no olvides que Eblis hizo que expulsaran a Adán por causa de la mujer!


Además de la misogenia presente en esta recopilación, es también importante el resaltar el altísimo contenido religioso de carácter islámico en todas y cada una de las narraciones. En efecto, los loas a Alá, y las referencias al Corán, al igual que la visión ultradeterminista de las relaciones humanas son repetidas con insistencia, y resulta bastante complicado el entender cuentos de aventuras con tantas loas a la divinidad, y mucho más el suponer que algún joven del mundo occidental pueda sentirse halagado digiriendo toda esa amalgama religiosa y ese mundo de extremo determinismo en el que las cosas que han de pasar, habrán de pasar. Adentrarse en el mundo religioso que se pregona en Las Mil y Una Noches requiere de un profundo ejercicio de reflexión al que muy pocos jóvenes están dispuestos.

Incluso, el mundo mágico al que en varias de las narraciones busca arrastrarse al lector, tiene también sus aristas. Por ejemplo, las constantes referencias a los efrits, seres mitológicos árabes cuyo significado sería el de poderosos, suponíase o, supónese, que fueron los primeros seres creados directamente del vaho divino, y por lo tanto infinítamente superiores al ser humano que fue creado de la arcilla. Estos efrits terminaron rebelándose a las órdenes de Alá, cuando les ordenó postrarse ante el primer ser humano creado, esto es, Adán, siendo en lo particular un efrit llamado Eblis (El Mentiroso), quien encabezaría la rebelión, negándose terminantemente a obedecer a Alá. Dícese que tales seres, por su atrevimiento de encarar a Alá, terminaron siendo aprisionados en jarrones sellados con plomo.

Por lo general los Efrits son seres malévolos pero, también se menciona. dentro de la tradición mitológica árabe, la existencia de efrits buena onda, los cuales buscan alivianarse para que cuando llegue la hora final, esto es, lo que en el Islam se conoce como el día de la Retribución, algo parecido al famoso juicio final en la religión cristiana, logren la benevolencia de Alá.

Otro ser extraído de la mitología árabe y que es también utilizado en varias de las narraciones de esta compilación, no es otro que el famoso pájaro Rockh, esto es, una versión islámica del mexicanísimo y archifamoso pájaro uy uy uy, ese, precisamente, el de los huevotes y las patitas.

En cuanto al ambiente en el que se recrean las narraciones, por lo general nos remite a núcleos de comerciantes, generándose medios ambientes similares a los que cualquier transéunte residente en la ciudad de México, puede captar en un paseo por el barrio de La Merced o el mercado de la Lagunilla.

El estilo de las narraciones por lo general es un estilo simple, y bastante sencillo. Y temáticamente quizá, lo que pueda llegar a llamar la atención es el altísimo contenido erótico de no pocos de los cuentos. El erotismo campea a sus anchas en esta selección de narraciones y las escenas de adulterios son descritas de manera bastante relajada, esto es, no son forzadas sino que se les presenta como pan de todos los días.

Curiosamente el erotismo en esta recopilación de narraciones no sólo esta referida al ámbito heterosexual, sino que también el erotismo homosexual se encuentra presente, aunque a veces se presenta disfrazado.


Del conjunto de narraciones que componen la obra de Las Mil y Una Noches tres de ellas se han practicamente inmortalizado. Me refiero a los viajes de Sindbad el marino, Aladino y la lámpara mágica, y, a Ali Baba y los cuarenta ladrones.

Muy dificil es el encontrar a alguien que no conozca, asi sea solo por referencia, alguno de estos relatos, mismos que han sido llevados a las pantallas cinematográficas desde los inicios del cine.

Definitivamente la lectura de esta recopilación conlleva a experimentar agradables momentos hundiendo al lector en el mundo mágico de Oriente medio, y es de esperar que la presente edición cibernética sea saboreada por quienes se adentren en su lectura. Ya para terminar, tan sólo me resta precisar que nuevamente, como antaño lo hicimos mi ahora fallecida compañera Chantal y yo, he hecho uso de los archivos html, capturando íntegramente el texto de las narraciones. Por supuesto que dadas las dimensiones de la obra y, sobre todo, debido al hecho de que ahora tuve que abordar este trabajo yo sólo, el tiempo que dedique a la captura y al diseño de esta edición digital de Las Mil y Una Noches, ha sido considerable, misma que fui elaborando, también, de noche en noche, dedicando cada vez de tres a cuatro horas de trabajo, pero, finalmente, lo que se comienza se acaba y, de nuevo, he tenido la misma sensación que antaño disfrute tantísimas veces al lado de mi compañera, cuando de manera terca y afanosa nos empeñábamos en ir, poco a poco, conformando nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, la que ahora ya es una realidad.

Agosto de 2015
Omar Cortés

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INDICE

- Introducción

- Historia del rey Schahriar y de su hermano el rey Schahzaman

- Fábula del asno, el buey y el labrador

- Historia del mercader y del efrit

- Cuento del primer jeque

- Cuento del segundo jeque

- Cuento del tercer jeque

- Historia del pescador y del efrit

- Historia del visir del rey Yunán y del médico Ruyán

- El halcón del rey Sindabad

- Historia del príncipe y la vampiro

- Historia del joven encantado y de los peces

- Historia del mandadero y de las tres doncellas

- Historia del primer Saalik

- Historia del segundo Saalik

- Historia del tercer Saalik

- Historia de Zobeida, la mayor de las jóvenes

- Historia de Amina, la segunda joven

- Historia de la mujer despedazada, de las tres manzanas y del negro Rihán

- Historia del visir Nureddin, de su hermano, el visir Chamseddin y de Hassán Braddin

- Historia del jorobado con el sastre, el corredor nazareno, el intendente y el médico judío

- Relato del corredor nazareno

- Relato del intendente del rey de China

- Relato del médico judio

- Relato del sastre

- Historia del joven cojo con el barbero de Bagdad

- Historias del barbero de Bagdad y de sus seis hermanos

- Historia de Bacbuk, primer hermano del barbero

- Historia del El-Haddar, segundo hermano del barbero

- Historia de Bacbac, tercer hermano del barbero

- Historia de El-Kuz, cuarto hermano del barbero

- Historia de El-Aschar, quinto hermano del barbero

- Historia de Schakalik, sexto hermano del barbero

- Histoira de Ghanem ben-Ayub y de su hermana Fetnah

- Historia del negro Sauab, primer eunuco sudanés

- Historia del negro Kafur, segundo eunuco sudanés

- Historia del negro Bakhita, tercer eunuco sudanés

- Historia de Sindbad el marino

- El primer viaje de Sindbad el marino

- El segundo viaje de Sindbad del marino

- El tercer viaje de Sindbad el marino

- El cuarto viaje de Sindbad el marino

- El quinto viaje de Sindbad el marino

- El sexto viaje de Sindbad el marino

- El séptimo y último viaje de Sindbad el marino

- Historia prodigiosa de la ciudad de bronce

- Historia de Aladino y la lámpara mágica

- Historia de Ali Baba y los cuarenta ladrones

- El inconveniente de la insistencia

- El fn de Giafar y los Barmakidas

- La tierna historia del príncipe Jazmín y de la princesa Almendra

- Epílogo