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CAPÍTULO V
Plutón y Hermes
PLUTÓN.- ¿Conoces al anciano aquel, me refiero al viejo y rico Eucrates, que no tiene descendencia, pero sí cincuenta mil que van detrás de él para conseguir su herencia?
HERMES.- Sí; quieres decir el de Sicione. ¿Qué pasa con él?
PLUTON.- A él, déjale vivir, Hermes, que pueda sumar otros tantos a los noventa años que tiene ya, y si es posible, a aduladores suyos como el joven Carino, Damón y también otros, arrástralos uno detrás de otro aquí abajo.
HERMES.- Tus intenciones son un poco extrañas, a mi parecer.
PLUTÓN.- En absoluto, todo es por una causa justa y honesta. Dime si no con qué intención pretenden su muerte, si no es con la de conseguir sus riquezas, además sin tener ningún parentesco con el anciano. Pero lo peor del caso es que a pesar de que desean ese terrible desenlace, le cuidan, la gente les ve, y a pesar de los muchos sacrificios que prometen si se cura, todo el mundo sabe lo que traman. En fin, que es una adulación bastante hipócrita la practicada por estos individuos. Por esta razón me gustaría la inmortalidad del viejo y la muerte de ellos, esperando con sus bocas codiciosas, en vano abiertas.
HERMES.- Provocaría la risa de muchos tal desenlace, por pasarse de listos. Aquél también obra por su lado: alimenta sus ilusiones, dándoles falsas esperanzas, en fin, que parece que tenga un pie en la tumba, y en realidad tiene mucha más salud que los otros que son jóvenes, que ya se han repartido, mentalmente, la herencia, y mientras tanto, en el fondo de sus corazones se prometen una vida llena de dicha y prosperidad.
PLUTON.- Muy bien: pues que Eucrates quede liberado de su vejez y vuelva de nuevo a la juventud, como Yolao, y que esos malvados sufran la muerte que se merecen y vengan inmediatamente hacia aquí, arrancándoles las esperanzas y los sueños de riqueza de los que viven.
HERMES.- Por eso no debes preocuparte, Plutón, pues yo te los traigo de uno en uno. Son siete, si no me equivoco.
PLUTÓN.- Pues arrástralos hasta aquí, y el viejo, tornada ya su vejez en juventud, participará en el fúnebre cortejo, acompañando a cada uno a su tumba.
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