Federico Garcia LorcaRomancero GitanoPrimera edición cibernética, septiembre del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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Romancero GitanoPrimera edición cibernética, septiembre del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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Primera edición cibernética, septiembre del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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Haz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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INDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓNFederico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. 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INDICE
Presentación de Chantal López y Omar Cortés.Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Romance de la luna, luna.Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Preciosa y el aire.Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Reyerta.Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Romance sonámbulo.La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
La monja gitana.La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
La casada infiel.Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Romance de la pena negra.San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
San MiguelSan Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
San Rafael.San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
San Gabriel. Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Prendimiento de Antoñito el camborio en el camino de Sevilla.Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Muerte de Antoñito el camborio.Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Muerto de amor.Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Romance del emplazado.Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
Romance de la Guardia Civil española. PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
Federico García Lorca (1898-1936), el escritor hispano, gloria de la Generación del 27 y que terminaría sus días siendo vilmente asesinado por la soldadezca, debido tanto a sus actividades y opiniones políticas, como por sus preferencias sexuales, escribió infinidad de poemas, canciones y obras de teatro, distinguiéndose, igualmente, por ser un excelente declamador.Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
Entre su obra poética destaca su libro Romancero gitano, que le otorgaría una especial aureola. Escrito entre 1924 y 1927, es, quizá, el poemario que encumbró a García Lorca al pináculo de la popularidad.No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
No fue su primer libro de poesías, ya que le anteceden Libro de poemas, Diálogos del amargo y Juegos, además de varias obras de teatro. Sin embargo, será con el Romancero gitano que Lorca se convirtió en un escritor popular. El efecto que tuvo para con su imagen le convertiría prácticamente en el poeta de la gitanería. Quizá ello fue el motivo para que en 1927, escribiera en una carta:Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Confunden mi vida y mi carácter. No quiero de ninguna manera. Los gitanos son un tema. Y nada más.Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tu sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me van echando cadenas ...La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
La tragedia gitana deviene en la base misma del existencialismo lorquiano. Así, Lorca, sin proponérselo, suavemente hila lo que con toda justeza podrá definirse como el mito gitano.En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
En fin, podríamos seguir parloteando sobre El romancero gitano, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha pero preferimos dejar al lector el placer de descubrir el valor de los versos de un poeta inmortal.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
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ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
A Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
La luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño, déjame, no pisesmi blancor almidonado.El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando. Volver al Indice PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
El jinete se acercabatocando el tambor del llano.Dentro de la fragua el niño,tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,bronce y sueño, los gitanos.Las cabezas levantadasy los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,ay cómo canta en el árbol!Por el cielo va la lunacon un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,dando gritos, los gitanos.El aire la vela, vela.El aire la está velando.
PRECIOSA Y EL AIREA Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
A Damaso AlonsoSu luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
Su luna de pergaminoPreciosa tocando vienepor un anfibio senderode cristales y laureles.El silencio sin estrellas,huyendo del sonsonete,cae donde el mar bate y cantasu noche llena de peces.En los picos de la sierralos carabineros duermenguardando las blancas torresdonde viven los ingleses.Y los gitanos del agualevantan por distraerse,glorietas de caracolasy ramas de pino verde.*Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.*Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde. Volver al Indice REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
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Su luna de pergamino.Preciosa tocando viene.Al verla se ha levantadoel viento, que nunca duerme.San Cristobalón desnudo,lleno de lenguas celestes,mira a la niña tocandouna dulce gaita ausente.
Niña, deja que levantetu vestido para verte.Abre en mis dedos antiguosla rosa azul de tu vientre.
Preciosa tira el panderoy corre sin detenerse.El viento-hombron la persiguecon una espada caliente.
Frunce su rumor el mar.Los olivos palidecen.Cantan las flautas de umbríay el liso gong de la nieve.
¡Preciosa, corre, Preciosa,que te coge el viento verde!¡Preciosa, corre, Preciosa!¡Míralo por donde viene!Sátiro de estrellas bajascon sus lenguas relucientes.
Preciosa, llena de miedó,entra en la casa que tiene,más arriba de los pinos,el cónsul de los ingleses.
Asustados por los gritostres carabineros vienen,sus negras capas ceñidasy los gorros en las sienes.
El inglés da a la gitanaun vaso de tibia leche,y una copa de ginebraque Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,su aventura a aquella gente,en las tejas de pizarrael viento, furioso, muerde.
REYERTAA Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
A Rafael MéndezEn la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
En la mitad del barrancolas navajas de Albacete,bellas de sangre contraria,relucen como los peces.Una dura luz de naiperecorta en el agrio verde,caballos enfurecidosy perfiles de jinetes.En la copa de un olivolloran dos viejas mujeres.El toro de la reyertase sube por las paredes.Angeles negros traíanpañuelos y agua de nieve.Angeles con grandes alasde navajas de Albacete.Juan Antonio el de Montillarueda muerto la pendiente,su cuerpo lleno de liriosy una granada en las sienes.Ahora monta cruz de fuego,carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,por los olivares viene.Sangre resbalada gimemuda canción de serpiente.Señores guardias civiles:aquí pasó lo de siempre.Han muerto cuatro romanosy cinco cartagineses.*La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite. Volver al Indice ROMANCE SONÁMBULO
La tarde loca de higuerasy de rumores calientescae desmayada en los muslosheridos de los jinetes.Y ángeles negros volabanpor el aire del poniente.Angeles de largas trenzasy corazones de aceite.
ROMANCE SONÁMBULO
A Gloria Giner y a Fernando de los RíosVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.*Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!*Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña. Volver al Indice LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde ...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra.Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de holanda.¿No veis la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo.Ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.
Ya subes los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te espero!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe,se mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña.
LA MONJA GITANAA José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
A José Moreno VillaSilencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
Silencio de cal y mirto.Malvas en las hierbas finas.La monja borda alhelíessobre una tela pajiza.Vuelan en la araña gris,siete pájaros del prisma.La iglesia gruñe a lo lejoscomo un oso panza arriba.¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!Sobre la tela pajiza,ella quisiera bordarflores de su fantasía.¡Qué girasol! ¡Qué magnoliade lentejuelas y cintas!¡Qué azafranes y qué lunas,en el mantel de la misa!Cinco toronjas se endulzanen la cercana cocina.Las cinco llagas de Cristocortadas en Almería.Por los ojos de la monjagalopan dos caballistas.Un rumor último y sordole despega la camisa,y al mirar nubes y montesen las yertas lejanías,se quiebra su corazónde azúcar y yerbaluisa.¡Oh!, qué llanura empinadacon veinte soles arriba.¡Qué ríos puestos de pievislumbra su fantasía!Pero sigue con sus flores,mientras que de pie, en la brisa,la luz juega el ajedrezalto de la celosía. Volver al Indice LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
LA CASADA INFIELA Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
A Lydia Cabrera y a su negritaY que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
Y que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenia marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso.Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos.y se me abrieron de prontocomo ramos de jacintos.El almidón de su enaguame sonaba en el oído,como una pieza de sedarasgada por diez cuchillos.Sin luz de plata en sus copaslos Arboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.*Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. Volver al Indice ROMANCE DE LA PENA NEGRA
Pasadas las zarzamoras,los juncos y los espinos.bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quit6 el vestido.Yo el cinturón con revólver.Ella sus cuatro corpiños.Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con lunarelumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío.Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre,las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arena,yo me la llevé del río.Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.Como un gitano legítimo.La regalé un costurerogrande de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río.
ROMANCE DE LA PENA NEGRA
A José Navarro PardoLas piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Las piquetas de los galloscavan buscando la aurora,cuando por el monte oscurobaja Soledad Montoya.Cobre amarillo, su carne,huele a caballo y a sombra.Yunques ahumados sus pechos,gimen canciones redondas.Soledad: ¿por quién preguntassin compañía y a estas horas?Pregunte por quien pregunte,dime: ¿a ti qué se te importa?Vengo a buscar lo que busco,mi alegria y mi persona.Soledad de mis pesares,caballo que se desboca,al fin encuentra la mary se lo tragan las olas.No me recuerdes el mar,que la pena negra, brotaen las tierras de aceitunabajo el rumor de las hojas.¡Soledad, qué pena tienes!¡Qué pena tan lastimosa!Lloras zumo de limónagrio de espera y de boca.¡Qué pena tan grande! Corromi casa como una loca,mis dos trenzas por el suelo,de la cocina a la alcoba.¡Qué pena! Me estoy poniendode azabache, carne y ropa.¡Ay mis camisas de hilo!¡Ay mis muslos de amapola!Soledad: lava tu cuerpocon agua de las alondras,y deja tu corazónen paz, Soledad Montoya.*Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota! Volver al Indice SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Por abajo canta el río:volante de cielo y hojas.Con flores de calabaza,la nueva luz se corona.¡Oh pena de los gitanos!Pena limpia y siempre sola.¡Oh pena de cauce ocultoy madrugada remota!
SAN MIGUEL(Granada)A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
A Diego Buigas de DalmáuSe ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Se ven desde las barandas,por el monte, monte, monte,mulos y sombras de muloscargados de girasoles.Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.*San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.*El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.*San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores. Volver al Indice SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Sus ojos en las umbríasse empañan de inmensa noche.En los recodos del aire,cruje la aurora salobre.
Un cielo de mulos blancoscierra sus ojos de azoguedando a la quieta penumbraun final de corazones.Y el agua se pone fríapara que nadie la toque.Agua loca y descubiertapor el monte, monte, monte.
San Miguel lleno de encajesen la alcoba de su torre,enseña sus bellos muslosceñidos por los faroles.
Arcángel domesticadoen el gesto de las doce,finge una cólera dulcede plumas y ruiseñores.San Miguel canta en los vidrios;efebo de tres mil noches,fragante de agua coloniay lejano de las flores.
El mar baila por la playa,un poema de balcones.Las orillas de la lunapierden juncos, ganan voces.Vienen manolas comiendoSemillas de girasoles,los culos grandes y ocultoscomo planetas de cobre.Vienen altos caballerosy damas de triste porte,morenas por la nostalgiade un ayer de ruiseñores.Y el obispo de Manila,ciego de azafrán y pobre,dice misa con dos filospara mujeres y hombres.
San Miguel se estaba quietoen la alcoba de su torre,con las enaguas cuajadasde espejitos y entredoses.
San Miguel, rey de los globosy de los números nones,en el primor berberiscode gritos y miradores.
SAN RAFAEL(Córdoba)A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
A Juan Izquierdo CrosellesCoches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Coches cerrados llegabana las orillas de juncosdonde las ondas alisanromano torso desnudo.Coches, que el Guadalquivirtiende en su cristal maduro,entre láminas de floresy resonancias de nublos.Los niños tejen y cantanel desengaño del mundo,cerca de los viejos cochesperdidos en el nocturno.Pero Córdoba no tiemblabajo el misterio confuso,pues si la sombra levantala arquitectura del humo,un pie de mármol afirmasu casto fulgor enjuto.Pétalos de lata débilrecaman los grises purosde la brisa, desplegadasobre los arcos de triunfo.Y mientras el puente sopladiez rumores de Neptuno,vendedores de tabacohuyen por el roto muro.IIUn solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.*Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta. Volver al Indice SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
II
Un solo pez en el aguaque a las dos Córdobas junta:Blanda Córdoba de juncos.Córdoba.de arquitectura.Niños de cara impasibleen la orilla se desnudan,aprendices de Tobíasy Merlines de cintura,para fastidiar al pezen irónica preguntasi quiere flores de vinoo saltos de media luna.Pero el pez que dora el aguay los mármoles enluta,les da lección y equilibriode solitaria columna.El Arcángel aljamiadode lentejuelas oscuras,en el mitin de las ondasbuscaba rumor y cuna.
Un solo pez en el agua.Dos Córdobas de hermosura.Córdoba quebrada en chorros.Celeste Córdoba enjuta.
SAN GABRIEL(Sevilla)A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
A D. Agustín ViñualesIUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
IUn bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.IIAnunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.*El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas. Volver al Indice PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
Un bello niño de junco,anchos hombros, fino talle,piel de nocturna manzana,boca triste y ojos grandes,nervio de plata caliente,ronda la desierta calle.Sus zapatos de charolrompen las dalias del aire,con los dos ritmos que cantanbreves lutos celestiales.En la ribera del marno hay palma que se le iguale,ni emperador coronadoni lucero caminante.Cuando la cabeza inclinasobre su pecho de jaspe,la noche busca llanurasporque quiere arrodillarse.Las guitarras suenan solaspara San Gabriel Arcángel,domador de palomillasy enemigo de los sauces.San Gabriel: El niño lloraen el vientre de su madre.No olvides que los gitanoste regalaron el traje.
Anunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,biznieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.San Gabriel: aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.¡Ay San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!,para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.¡Ay San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.
El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.
Ya San Gabriel en el airepor una escala subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas.
PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIOEN EL CAMINO DE SEVILLA
A Margarita XirguAntonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde lunaanda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.*El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.*A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro. Volver al Indice MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.
Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre, con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.
A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro.
MUERTE DE ANTOÑITOEL CAMBORIOA José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
A José Antonio Rubio SacristánVoces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botasmordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí,pero eran cuatro puñalesy tuyo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñanverónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.*Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.*Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir. Volver al Indice MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Antonio Torres Heredia,Camborio de dura crin,moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?Mis cuatro primos Herediashijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiaban,ya lo envidiaban en mí.Zapatos color corinto,medalloneS de marfil,y este cutis amasadocon aceituna y jazmín.¡Ay Antoñito el Camborio,digno de una Emperatriz!Acuérdate de la Virgenporque te vas a morir.¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.
Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso ponesu cabeza en un cojín.Otros de rubor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí,voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir.
MUERTO DE AMORA Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
A Margarita Manso¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
¿Qué es aquello que relucepor los altos corredores?Cierra la púerta, hijo mío,acaban de dar las once.En mis ojos; sin qúerer,relumbran cuatro faroles.Será que la gente aquellaestará fregando el cobre.*Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.*Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores. Volver al Indice ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Ajo de agónica platala luna menguante, pOnecabelleras amarillasa las amarillas torres.La noche llama temblandoal cristal de los balcones,perseguida por los milperros qüe no la conocen,y un olor de vino y ámbarviene de los corredores.
Brisas de caña mojaday rumor de viejas voces,resonaban por el arcoroto de la media noche.Bueyes y rosas dormían.Solo por los corredoreslas cuatro luces clamabancon el furor de San Jorge.Tristes mujeres del vallebajaban su sangre de hombre,tranquila de flor cortaday amarga de muslo joven.Viejas mujeres del ríolloraban al pie del monte,un minuto intransitablede cabelleras y nombres.Fachadas de cal, poniancuadrada y blanca la noche.Serafines y gitanostocaban acordeones.Madre, cuando yo me muera,que se enteren los señores.Pon telegramas azulesque vayan del Sur al Norte.Siete gritos, siete sangres,siete adonnideras dobles,quebraron opacas lunasen los oscuros salones.Lleno de manos cortadasy coronitas de flores,el mar de los juramentosresonaba, no sé dónde.Y el cielo daba portazosal brusco rumor del bosque,mientras clamaban las lucesen los altos corredores.
ROMANCE DEL EMPLAZADOPara Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Para Emilio Aladrén¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
¡Mi soledad sin descanso!Ojos chicos de mi cuerpoy grandes de mi caballo,no se cierran por la nocheni miran al otro ladodonde se aleja tranquiloun sueño de trece barcos.Sino que limpios y durosescuderos desvelados,mis ojos miran un nortede metales y peñascosdonde mi cuerpo sin venasconsulta naipes helados.*Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.*El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.*Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.*El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños. Volver al Indice ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
Los densos bueyes del aguaembisten a los muchachosque se bañan en las lunasde sus cuernos ondulados.Y los martillos cantabansobre los yunques sonámbulos,el insomnio del jinetey el insomnio del caballo.
El veinticinco de juniole dijeron a el Amargo:Ya puedes cortar si gustaslas adelfas de tu patio.Pinta una cruz en la puertay pon tu nombre debajo,porque cicutas y ortigasnacerán en tu costado,y agujas de cal mojadate morderán los zapatos.Será de noche, en lo oscuro,por los montes imantados,donde los bueyes del aguabeben los juncos soñando.Pide luces y campanas.Aprende a cruzar las manos,y gusta los aires fríosde metales y peñascos.Porque dentro de dos mesesyacerás amortajado.
Espadón de nebulosamueve en el aire Santiago.Grave silencio, de espalda,manaba el cielo combado.
El veinticinco de junioabrió sus ojos Amargo,y el veinticinco de agostose tendió para cerrarlos.Hombres bajaban la callepara ver al emplazado,que fijaba sobre el murosu soledad con descanso.Y la sábana impecable,de duro acento romano,daba equilibrio a la muertecon las rectas de sus paños.
ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
A Juan Guerrero, Cónsul general de la PoesíaLos caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. Volver al Indice.
Los caballos negros son.Las herraduras son negras.Sobre las capas relucenmanchas de tinta y de cera.Tienen, por eso no lloran,de plomo las calaveras.Con el alma de charolvienen por la carretera.Jorobados y nocturnos,por donde animan ordenansilencios de goma oscuray miedos de fina arena.Pasan, si quieren pasar,y ocultan en la cabezauna vaga astronomíade pistolas inconcretas.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.*Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.*La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.*¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.*Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.*La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.*¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena. Volver al Indice.
¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela.
Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera.
La Virgen y San José,perdieron sus castañuelas,y buscan a los gitanospara ver si las encuentran.La Virgen viene vestidacon un traje de alcaldesade papel de chocolatecon los collares de almendras.San José mueve los brazosbajo una capa de seda.Detrás va Pedro Domecqcon tres sultanes de Persia.La media luna, soñabaun éxtasis de cigüeña.Estandartes y farolesinvaden las azoteas.Por los espejos sollozanbailarinas sin caderas.Agua y sombra, sombra y aguapor Jerez de la Frontera.
¡Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.Apaga tus verdes lucesque viene la benemérita.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Dejadla lejos del mar,sin peines para sus crenchas.
Avanzan de dos en fondoa la ciudad de la fiesta.Un rumor de siemprevivasinvade las cartucheras.Avanzan de dos en fondo.Doble nocturno de tela.El cielo, se les antoja,una vitrina de espuelas.
La ciudad libre de miedo,multiplicaba sus puertas.Cuarenta guardias civilesentran a saco por ellas.Los relojes se pararon,y el coñac de las botellasse disfrazó de noviembre,para no infundir sospechas.Un vuelo de gritos largosse levantó en las veletas.Los sables cortan las brisasque los cascos atropellan.Por las calles de penumbrahuyen las gitanas viejascon los caballos dormidosy las orzas de monedas.Por las calles empinadassuben las capas siniestras,dejando detrás fugacesremolinos de tijeras.
En el portal de Belénlos gitanos se congregan.San José, lleno de heridas,amortaja a una doncella.Tercos fusiles agudospor toda la noche suenan.La Virgen cura a los niñoscon salivilla de estrella.Pero la Guardia Civilavanza sembrando hogueras,donde joven y desnudala imaginación se quema.Rosa la de los Camborios,gime sentada en su puertacon sus dos pechos cortadospuestos en una bandeja.Y otras muchachas corríanperseguidas por sus trenzas,en un aire donde estallanrosas de pólvora negra.Cuando todos los tejadoseran surcos en la tierra,el alba meció sus hombrosen largo perfil de piedra.
¡Oh ciudad de los gitanos!La Guardia Civil se alejapor un túnel de silenciomientras las llamas te cercan.
¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Que te busquen en mi frente.Juego de luna y arena.
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