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POEMAS RÚSTICOS IN TERRA PAX ... A la memoria de Marcos Vives Yo, como el gran poeta, ante el despojo ni a los hadas maldigo, ni a la suerte, ¡Oh, noble amigo! para ti no el llanto Vuela rumbo hacia atrás mi pensamiento, Aun me parece verte, el alma llena allí, de pie, con la mirada errante y sin otra ambición que la infinita -Hacer el bien sin término y sin tasa son ideales que jamás perecen que es preferible a fatigar la historia Tu justo anhelo se miró colmado: y se ensanchaba tu robusto pecho Ella, la madre que en la dura guerra fue para ti consoladora amiga, ¡Cuál fijabas los ojos anhelante ¡Cómo, al perderte en el maizal sombrío, Y al recorrer la inaccesible y brava ¡Oh, qué jubilo el tuyo cuando trajo Crecieron los hogares, en montones Tú apercibías la dorada era y en la serenidad resplandeciente ¡Qué ingenuas cuanto breves alegrías Mas por labrar de extraños la ventura y en ajenos hogares depusiste Si alguna vez en medio del camino al punto, fijo en el deber austero, Así llamaste a la postrer morada, Ceñido en tierno y amoroso abrazo, Allí te aguarda la última cosecha
(Poemas de Manuel José Othón)
del hombre de virtud sencillo y fuerte,
no estéril grito de piedad arrojo;
sino que siento en mí brotar un canto
de glorificaci6n para la muerte.
correrá de mis ojos, aunque siento
transido el corazón por el quebranto.
a la región que, generosa y buena,
fue de tu vida y tu labor asiento.
de reposo viril, franco el semblante,
bajo la ardiente atm6sfera serena:
por el ancho horizonte que limita
de tu heredad el término distante,
ansia del bien para los hombres, pasa
tu vida humilde que al trabajo invita.
y hallar por premio la quietud que ofrecen
la arada tierra y la modesta casa;
cual los fantasmas de mentida gloria
que al irlos a tocar, se desvanecen;
cumplir con el deber, vivir honrado
y reputar la muerte por victoria.-
comiste el pan, alegre y satisfecho,
con sudor de tu rostro fecundado,
con sencilla fruición ante la tierra,
ya en blonda mies, ya en árido barbecho.
con el dolor, nos nutre, nos abriga
y en su seno amoroso nos encierra,
fue más aún: idolatrada amante
que los halagos de su amor prodiga ...
en el pomposo y verde sembradío,
gala de tu comarca exuberante!
tu frente, ardida por el sol, bañaba
con sus trémulas gotas el rocío!
fragosa sierra, de la cumbre al tajo,
¡cómo tu corazón se dilataba!
el siglo hasta tus fértiles regiones
la abundancia y la paz con el trabajo!
se alzó el rubio maíz, y donde quiera
Ceres vertió la lluvia de sus dones.
al suelo noble, enérgico y valiente
donde el sol te alumbró por vez primera,
de aquellas noches rústicas, hundías
en el azul tus ojos y tu mente.
las que llenaron con su esencia pura
algunos, ay, de tus fugaces días!
desdeñaste tus dichas ... y las viste
de las eras huir con la verdura,
tu ya roto bordón de peregrino
que se recuesta fatigado y triste.
llegaste a desmayar, pobre viajero,
por desfallecimiento repentino,
a proseguir volviste la jornada
con alma fuerte y corazón entero.
el reposo buscando en el regazo
de la tierra feraz, por ti labrada.
a su seno prolífico te estrecha
y te aprisiona con eterno lazo.
de sus fecundas y modestas palmas;
que los que honrados mueren en la brecha,
más honrados perduran en las almas.
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